[Capítulo 34: Ecos de Otro Mundo]
Ashborn, Strea, Kirito y Leafa avanzaban por la cueva, sumergidos en una oscuridad que parecía consumirlo todo.
La piedra fría bajo sus pies resonaba con cada paso, y el eco de sus movimientos se perdía entre túneles que parecían no tener fin.
Con el ceño fruncido, Ashborn empezó a murmurar un hechizo al que le hechó el ojo mientras su atuendo estaba siendo creado.
Una tenue bruma oscura se extendió alrededor de sus compañeros al concluir la recitación, dandoles el aumento de [Visión Nocturna].
Leafa: Finalmente se puede ver!
Las paredes húmedas y salpicadas de musgo cobraron forma ante sus ojos, revelando fisuras en las rocas y raíces retorcidas que colgaban desde el techo.
Strea: Eso está mucho mejor, gracias, hermanito
Leafa: Un hechizo que da [Visión Nocturna], eh? Supongo que los Spriggan no son totalmente inútiles
Ashborn soltó un largo suspiro, su mirada distante reflejando paciencia agotada.
Ashborn: Si que estás empeñada en tu papel racista... -_-
Leafa: No soy racista! No es mi culpa que su raza sea una de las peores
Kirito: Oye, eso hirió nuestros sentimientos...
Leafa: Sería bueno que ambos se pongan al día con los hechizos que tienen. Como dijo Ashborn, la magia de ilusión podría ser muy poderosa si se usa correctamente
Kirito inclinó la cabeza, procesando la idea.
Kirito: Ilusiones en combate...? Hm...
Conforme continuaban su camino, los sonidos de sus pasos se mezclaban con el goteo rítmico del agua, creando una atmósfera inquietante.
Kirito, con el ceño fruncido, repasaba mentalmente los hechizos que podía aprender.
Leafa: En lugar de intentar memorizarlos palabra por palabra, aprende lo que significan las frases clave. Así recordarás los efectos sin trabarte
Strea: Yo ya los memoricé todos!
Ashborn rió suavemente, sintiendo algo de alivio en medio de tanta oscuridad.
Ashborn: Para ti claramente será pan comido, Strea... A mí no me costaría, pero me da una pereza tremenda hacerlo
Kirito: Tienes la fuerza para tenerlo todo, pero eres demasiado débil para tomarlo?
Ashborn: Nunca subestimes a la vagancia, Kirito
Kirito rodó sus ojos y soltó un suspiro, frustrado.
Kirito: No esperaba tener que hacer algo que me recordara a las clases de inglés en un videojuego...
Leafa cruzó los brazos y negó con la cabeza.
Leafa: Por cierto, los hechizos de alto nivel tienen hasta veinte palabras
Ashborn: ...Tienes que estar bromeando...
Kirito: Decidido, seré un simple luchador
Leafa: Dejen de lloriquear
Leafa rodó sus ojos y unos momentos despues de seguir caminando, un mensaje parpadeó en la interfaz de la Sylph. Ella abrió el menú rápidamente.
Leafa: Ah, recibí un mensaje. Lo siento, denme un momento
Ashborn y Kirito intercambiaron una mirada breve y asintieron, dándole su espacio. La expresión de Leafa cambió lentamente de relajada a confundida a medida que leía el contenido.
Ashborn: Todo bien?
Leafa: Es que...
Antes de que pudiera explicar, Yui emergió del bolsillo de Kirito.
Yui: Papá, tío...algo se acerca
Kirito: Monstruos?
Yui: No, son jugadores. Y muchos, 12 en total
Leafa: Doce? No me gusta nada esto... Mejor nos escondemos y esperemos que pasen de largo
Ashborn: De acuerdo, pero dónde?
Leafa escaneó rápidamente el área y localizó una abertura en una pared cercana.
Leafa: Síganme
Lo más rápido que pudo, Leafa los guió hacia el hueco y conjuró un hechizo que generó un muro ilusorio, ocultándolos a simple vista.
Strea: Wow!
Leafa: Si necesitan hablar, susurren. Si elevan la voz, la magia se desvanecerá
Ashborn hizo el gesto de cerrar su boca con una con una cremallera.
Kirito: Lo tengo
Yui: Ya casi están aquí...
Mientras el grupo permanecía en silencio, Kirito y Ashborn entornaron los ojos hacia una sombra que se movía en la distancia.
Ashborn: Eso es...?
Leafa lo miró con extrañeza.
Leafa: No deberías poder verlos aún
Kirito: No es un jugador
Ashborn: Parece un murciélago... Veo algo pequeño y rojo volando
Strea: Un murciélago?
Leafa frunció el ceño, siguiendo su mirada hasta que lo vio también. Un murciélago con ojos rojos parecía ver en su dirección desde la distancia.
Leafa: Es un buscador de alto nivel! Tengo que-!
Antes de que pudiera terminar, Ashborn ya había salido del escondite. Tras detenerse para apuntar, lanzó su espada como si fuera una helice hacia la criatura, atravesándola y destruyéndola al instante.
El filo se desvaneció en la distancia, solo para regresar a su mano momentos después mediante sus zarcillos.
Strea: Buen tiro, hermanito!
Ashborn volvió a enfundar su espada.
Ashborn: Listo. Y ahora qué?
Leafa: A correr!
Sin perder un segundo, los cuatro emprendieron la marcha, sus pasos resonando por la cueva mientras el eco de su carrera los envolvía. El túnel parecía estrecharse y alargar cada segundo, pero finalmente, a lo lejos, divisaron la aldea neutral.
Ashborn: Qué pasó con el plan de ocultarnos?
Leafa: Ya deben haber notado que el buscador fue destruido, así que saben que estamos cerca. Además, ese familiar era de fuego, lo que significa que...
Ashborn: Es un grupo de Salamanders, no? Creo que ese era el elemento con el que eran más competentes
Leafa: Así es. Pero, qué hacen aquí?
Mientras seguían corriendo, la cueva comenzó a abrirse hacia un vasto lago que rodeaba la aldea neutral, su superficie plateada reflejando las escasas luces ambientales del entorno.
Las ondas suaves rompían el silencio y darían una sensación de calma de no ser porque los chicos parecían siendo perseguidos.
Kirito: Ese si que es un lago vasto...
Acelerando el paso, llegaron al puente que conectaba con la aldea. Sin embargo, cuando estaban por cruzar la entrada, una inmensa pared de roca emergió del suelo, bloqueando el paso con un estruendo seco que resonó en el aire estancado de la cueva.
Ashborn activó su [Enlace Oscuro], descargando un puñetazo poderoso contra el muro. Al mismo tiempo, Kirito atacó con su espada, pero ni siquiera una grieta apareció. La superficie de piedra permanecía impenetrable, como burlándose de sus esfuerzos.
Leafa: No servirá de nada
Ashborn: Podrías haberlo dicho antes...
Leafa: Ustedes se adelantaron! Es una barrera de tierra y los ataques fisicos son bastante débiles contra ella
Kirito: Y qué tal el lago?
Leafa: Hay un dragón de agua en las profundidades. Entrar ahí sin ayuda de los Undine sería un suicidio
Ashborn: Entonces... Tendremos que luchar
Ashborn se tronó los nudillos.
Leafa: Sí, pero cuidado. Si los Salamander están usando magia de tierra a este nivel, uno de ellos debe ser un mago de alto rango
Strea: Se están acercando!
Ashborn, Strea y Leafa desenvainaron sus armas al unísono, mientras Kirito intercambiaba una mirada rápida con Leafa.
Kirito: Leafa, no es que dudemos de tus habilidades, pero podrías quedarte atrás y ser nuestro soporte?
Leafa: Qué?
Ashborn se adelantó un paso, sus ojos fijos en ella.
Ashborn: Enfócate en curarnos. Nosotros nos encargaremos del combate
Mientras él hablaba, la misma aura oscura que Leafa había notado antes apareció de nuevo alrededor de Ashborn, dándole una presencia imponente.
Sin más discusión, ella asintió y retrocedió para preparar su magia, confiando en que el trío manejaría la ofensiva.
Un grupo de Salamander apareció finalmente, sus armaduras carmesíes brillando bajo la tenue luz de la cueva. Ashborn, Kirito y Strea cargaron contra ellos, sus espadas trazando arcos veloces.
No obstante, tres de los Salamander levantaron escudos, deteniendo el embate inicial. El impacto los hizo retroceder ligeramente y perder unos cuantos PS, pero los daños sufridos fueron rápidamente restaurados por los magos de apoyo que estaban detrás.
( Vinieron preparados para enfrentarlos!? ) -Leafa
Una ráfaga de bolas de fuego salió disparada hacia ellos, iluminando la cueva con destellos fugaces de naranja y amarillo.
Ashborn reaccionó al instante, desviando la mayoría con su espada, pero algunas lograron atravesar su defensa y sus barras de PS descendieron peligrosamente hacia la zona amarilla.
Kirito: Esto será más difícil de lo que pensé...
Leafa lanzó un hechizo de curación que restauró por completo las barras de PS de sus compañeros.
Ashborn: Difícil o no, tenemos que atravesar su defensa. Strea, encárgate de los escuderos. Kirito, apóyala. Yo me ocuparé de los sanadores
Strea: Entendido!
Strea y Kirito se lanzaron contra los escuderos nuevamente. Ashborn, por su parte, saltó por encima del grupo, apuntando directamente a los sanadores. Sin perder tiempo, los magos comenzaron a conjurar una inmensa bola de fuego que brillaba con una intensidad feroz.
Sin dudarlo, Ashborn giró su espada entre los dedos, imitando [Escudo Rotatorio]. La hoja se convirtió en un torbellino de acero que disipó parte del fuego, pero la presión del ataque combinado fue demasiado.
Las llamas terminaron por empujarlo hacia atrás, haciéndolo retroceder hasta donde estaban Kirito y Strea, quienes también fueron rechazados por los escuderos. Leafa conjuró otra curación rápida.
Leafa: Es suficiente! Solo nos tomaría un par de horas regresar aquí si morimos. Dejémoslo así!
Ashborn: Ni hablar. No pienso recorrer todo ese camino de nuevo... Estos tipos no nos detendrán
Ashborn miró directamente a Strea, su expresión grave y decidida.
Ashborn: Strea, ayuda a Leafa con la curación
Strea: Muy bien!
Strea retrocedió rápidamente y se colocó junto a Leafa, lista para apoyar con su magia. Mientras tanto, Ashborn activó su [Enlace Oscuro] y con un grito de batalla que resonó en toda la cueva, corrió con Kirito hacia los Salamander.
La velocidad cegadora con la que se movían dejó tras de sí un rastro brillante de azul y dorado, como si estuvieran marcando el mismo aire con su energía.
Leafa observaba, impresionada por la agilidad y coordinación entre Ashborn y Kirito. Era como si ambos se complementaran perfectamente, cada golpe fluía con la fuerza y precisión de un solo guerrero. Fue en ese momento, que Yui voló hacia Leafa.
Yui: Esta es nuestra única chance!
Leafa: Chance?
Yui: Por favor, usa todo el maná que te quede para bloquear el próximo ataque mágico como sea! Strea, enfócate en la curación!
Strea: Entendido!
Leafa: Espera... p-para qué servirá eso?
Strea: Solo confía en ellos. Saben lo que hacen.
Leafa lanzó una mirada de duda a Strea, quien respondió con una sonrisa tranquila. Había confianza plena en su expresión, como si no existiera posibilidad de fracaso.
Aun con las preguntas arremolinándose en su cabeza, Leafa decidió confiar. Inhaló profundamente, alzó sus manos y comenzó a conjurar.
Un enjambre de mariposas azules brotó del hechizo de protección, envolviendo a Ashborn y Kirito con un brillo etéreo.
Cuando los magos Salamander desataron otra lluvia de fuego, las llamas fueron repelidas al instante, fragmentándose en destellos digitales que se desvanecieron en el aire.
Yui: Papá, tío, ahora!
Leafa giró hacia ellos. Las espadas de ambos se alzaron al unísono, y sus voces resonaron con la recitación de un [Hechizo de Ilusión]. La confusión nubló los pensamientos de Leafa al reconocer las palabras.
Leafa: Por qué querrían verse como monstruos...?
Strea: Ve por ellos, hermanito!
De repente, una muralla de llamas los rodeó, ocultando sus figuras en un torbellino de fuego danzante. Las llamas se retorcían como serpientes vivas, entrelazándose en un capullo ardiente que lo separaba del mundo exterior.
En ese instante de aislamiento, una conversación que tuvo con Kirara durante su rehabilitación regresó a la mente de Ashborn.
Kirara: Dijiste que en SAO, en tu peor momento, luchaste contra una hormiga, cierto?
Akira: Eh? Si, pero, a que viene esa pregunta?
Kirara: Sabes que las hormigas son el símbolo perfecto de la tenacidad, verdad? Por como la describiste, tu padre pareció haber programado ese jefe para que reflejara esa característica
Akira: Porque estamos hablando de eso de repente?
Kirara: Estuve pensando en que, si lograste enfrentarte con algo así en el estado en que estabas y saliste victorioso, prueba algo que tú mismo no quieres: incluso cuando estás roto, sigues adelante
Akira: Nuh-uh. Seguramente solo estaba mal programada, no todo tiene un sentido profundo...
Kirara: Cuando se trata de ti, no puedo evitar pensar en algo así. Además, la mente humana suele ser sorpredente por momentos
Las llamas lo envolvieron con más presión, como si las palabras de Kirara se fundieran con el calor abrasador. Una ráfaga ardiente recorrió su cuerpo mientras las sombras en su interior se agitaban, tomando forma.
Por primera vez, Ashborn sintió una conexión completa entre su voluntad y su naturaleza más profunda.
Cuando las llamas finalmente se disiparon, el Spriggan había desaparecido. En su lugar, se alzaba una colosal hormiga humanoide, una amalgama de sombras vivas que se retorcían como humo atrapado bajo su piel.
Un brillo púrpura, tenue y amenazante, recorría sus extremidades como venas fosforescentes, pulsando al ritmo de su respiración. Sus ojos neón relucían con una ferocidad que hacía retroceder a sus enemigos, como si cada mirada fuera una advertencia silenciosa.
De su espalda emergían alas negras, vibrantes y goteando un vapor oscuro que se esparcía a su alrededor como una niebla corrupta.
A su lado, Kirito había adoptado la segunda forma de [The Gleam Eyes], el jefe del piso 74 de SAO que derrotó con su [Doble Empuñadura].
Pese a eso, la forma de Ashborn era más aterradora, la presión que exudaba su nueva forma era abrumadora, casi tangible, como si amenazara con aplastar la voluntad de cualquiera que osara enfrentarlo.
Leafa: Esos... son Kirito y Ashborn...?
Los rugidos de ambos resonaron como tormentas en la cueva, haciéndola vibrar. Los Salamander se estremecieron; los pixeles de sus avatares temblaban, como si incluso el entorno virtual se rindiera ante el terror que emanaban las dos bestias.
Kirito fue el primero en lanzarse hacia adelante, su figura masiva moviéndose con agilidad imposible. En un instante, atrapó a uno de los Salamander y lo partió en dos, las mitades del avatar estallando en partículas brillantes.
Ashborn, ahora completamente inmerso en su forma de hormiga, no perdió tiempo. Saltó con una velocidad vertiginosa, aterrizando justo sobre otro Salamander.
Antes de que el jugador pudiera reaccionar, Ashborn lo atrapó con sus garras, y al segundo siguiente, le arrancó la cabeza. El avatar del Salamander se desintegró en un estallido de luz digital.
Ambos monstruos rugieron de nuevo. Luego, Ashborn giró la mirada hacia un grupo de magos que intentaban escapar, pero su velocidad era superior.
En cuanto los alcanzó, desgarró sus cuerpos virtuales sin misericordia. Cada impacto de sus garras destrozaba sus avatares en una lluvia de fragmentos pixelados.
Uno de los magos, el líder del grupo, lo observó por última vez con puro terror en sus ojos antes de intentar una huida desesperada hacia el lago. El agua salpicó cuando se sumergió, pensando que estaría a salvo.
Pero su esperanza duró poco. Desde las profundidades, el monstruo que Leafa mencionó no tardó en emerger, engulléndolo sin esfuerzo. Los fragmentos de su avatar flotaron un momento en la superficie antes de desaparecer.
El último mago del grupo giró sobre sus talones, intentando escapar desesperadamente. Ashborn no le dio la menor oportunidad. En un parpadeo, ya había cerrado la distancia entre ambos, atrapándolo por el tobillo con una de sus garras.
Con la facilidad de un cazador con su presa, Ashborn lo azotó contra el suelo. Una y otra vez, el cuerpo del mago se estrelló contra la tierra, sus píxeles desmoronándose en fragmentos brillantes con cada impacto.
Cuando los PS del mago cayeron al estado crítico, Ashborn levantó su cabeza lentamente, su mandíbula lista para devorarla de un solo mordisco. Pero entonces, una voz clara y firme lo sacó de ese impulso.
Leafa: Ashborn, perdónale la vida!
Ashborn entrecerró los ojos, mirando al mago como si evaluara cuánto le importaba la súplica de Leafa. Durante un segundo, la idea de ignorarla cruzó por su mente, pero algo en su tono lo detuvo.
Tras un momento de deliberación, soltó un resoplido y estrelló al mago contra el suelo una última vez. Leafa se acercó al jugador tambaleante y, sin darle oportunidad de huir, le apuntó con su espada.
Leafa: Ahora...dime quién les envió a atacarnos
El jugador, jadeando y apenas capaz de sostenerse en pie, le devolvió una sonrisa torcida.
Jugador: V-vamos! Mátenme de una vez!
La determinación en su voz desconcertó a Leafa, pero antes de que pudiera decir algo al respecto, Kirito apareció tras ella, sacudiendo la cabeza con una sonrisa.
Kirito: Buf... Sí que fuimos con todo, eh?
Las siluetas monstruosas de Ashborn y Kirito no tardaron en disiparse en una nube de fragmentos oscuros, revelando sus avatares originales. Ambos se miraron brevemente y luego caminaron hacia ella y el jugador caído.
Ashborn: No voy a mentir...eso fue divertido!
Strea: Bien hecho, hermanito!
Kirito se arrodilló junto al mago debilitado.
Kirito: Oye, fue una buena pelea. Ustedes también trajeron una estrategia impresionante. La verdad, nos habrían complicado mucho si hubiéramos estado solos
Leafa: Q-qué...? Kirito, qué estás haciendo?
Kirito levantó una mano para calmarla, sin apartar la mirada del jugador.
Kirito: Déjame esto a mí, Leafa
Abrió su menú con un movimiento fluido, y en cuestión de segundos, mostró el botín que había recogido durante la pelea: armas, pociones e Yrd. Los objetos brillaban tentadoramente en la pantalla.
Kirito: Estos son los ítems y el Yrd que obtuve de tus amigos. Si respondes mis preguntas, te los daré
El jugador lo miró boquiabierto, sin poder creer lo que oía.
Jugador: Hablas en serio...?
Kirito: Absolutamente
Los dos estallaron en carcajadas, como si acabaran de sellar un pacto entre viejos amigos. Leafa cruzó los brazos con exasperación, lanzando un suspiro. A su lado, Ashborn soltó otro suspiro idéntico.
Leafa: Hombres...
Yui apareció flotando cerca, sus pequeñas alas brillando tenuemente mientras observaba la situación con una sonrisa resignada.
Yui: Son criaturas de mentes simples
Ashborn: Esa es una realidad que ni siquiera yo puedo negar...
En ese momento, Strea lo abrazó de la misma manera que en el día que se conocieron.
Strea: Pero aun así los amamos!
Ashborn: S-Strea!
...
Despues de haber dejado las condiciones del trato claras y recuperarse un poco del cansancio, los chicos permitieron al mago cumplir su parte.
Mago: Esta mañana recibí un mensaje urgente de G-Takusu, el líder de nuestro escuadrón de magos. Nos convocó aquí con la orden de reunir a 12 Salamander para cazar a tres jugadores. Al principio pensé que era una exageración, pero cuando mencionó que ustedes derrotaron a Kagemune, todo cobró sentido
Kirito: Quién es al que llamas Kagemune?
Mago: El líder de los lanceros. Es conocido por cazar jugadores Sylph sin piedad. Ayer perdió su equipo completo y tuvo que retirarse... Fueron ustedes, cierto?
El grupo intercambió miradas silenciosas y el mago tomó sus acciones como una confirmación.
Leafa: Por qué G-Takusu está tan empeñado en eliminarnos?
Mago: Le llegó una orden de los altos mandos. Al parecer, ustedes representan una amenaza para sus planes
Ashborn: Planes?
Mago: Hey, no van a contarle todos los detalles a un simple soldado, pero si que puedo decirles que vi un enjambre de Salamander volando hacia el norte
Leafa: No puede ser...? Van a intentar conquistar Yggdrasil?
Mago: Lo dudo. Necesitarían equipo de calidad antiguo para una incursión así, y todavía estamos ahorrando para ello. Eso es todo lo que sé. Cumplirás tu parte del trato, verdad?
Kirito sonrió, relajado, pero había una firmeza sutil en su expresión.
Kirito: Sí. Cumpliré mi palabra, compañero
Leafa suspiró pesadamente.
Leafa: Ugh...
De regreso hacia la ciudad y tras haberse despedido del mago, el grupo discutía lo ocurrido mientras avanzaban.
Leafa: Oigan, sobre esos monstruos gigantes que arrasaban con los Salamander? Eran ustedes o solo ilusiones?
Kirito: La verdad...no lo recuerdo
Leafa: Eh?
Ashborn: Me pasa lo mismo. A veces, cuando peleo, me dejo llevar tanto que apenas recuerdo los detalles
Kirito: Igual aquí
Leafa se detuvo, observando con cierta cautela al dúo.
Leafa: Qué miedo...
Ashborn entrecerró los ojos por un momento, tratando de recordar.
Ashborn: Creo que me transformé en algo enorme y perdí mi espada... Strea mencionó que me veía como una sombra de hormiga gigante, con garras afiladas
Strea: Y no olvides que también se comieron a unos cuantos Salamander!
Kirito: Eso sí lo recuerdo
Leafa: Y sabían a algo...?
Kirito: Hmmm... Carne bien cocida. Crujiente por fuera, jugosa por dentro
Ashborn: Eso es...inquietantemente específico...
Leafa: Olvídalo. No sé por qué pregunté
Kirito, con una sonrisa traviesa, tomó la mano de Leafa y le dio una mordida juguetona. Ella gritó, lo que fue seguido por una sonora cachetada que resonó en el aire.
Al llegar a la ciudad cuyo nombre era [Lugrue], el grupo comenzó a explorar el mercado local. Kirito seguía masajeándose la mejilla roja.
Kirito: Ouch... Todavía duele...
Ashborn: Que te sirva de lección para pensar antes de hacer una tontería -_-
Yui: Te lo buscaste, papá
Leafa: Verdad!?
Kirito: Solo intentaba aliviar la tensión después de la pelea...
Ashborn: Y eso fue lo mejor que se te ocurrió?
Leafa: La próxima vez que hagas algo así, tú serás la carne bien cocida!
Kirito: S-sí, señora!
Leafa se acercó entonces a un mostrador de armas, seguida por Ashborn, Kirito y Strea, quienes querían aclarar algo que ella no había mencionado.
Strea: Oye, Leafa-san, no te llegó un mensaje antes del ataque?
Leafa: Cierto! Me olvidé por completo
Accedió rápidamente a su lista de amigos. Sin embargo, para su sorpresa, Recon ya no estaba en línea.
Leafa: Ahora te desconectas, Recon...?
Ashborn: Por qué no lo contactas fuera del juego?
Leafa: Buena idea. Me desconectaré un momento. Cuídense mientras tanto... Y, Strea, Yui, vigilen que estos dos no hagan nada raro
Kirito: Es en serio...?
Ashborn: Por qué estoy en el mismo saco que él...?
Sin prestarles más atención, Leafa se sentó en una banca cercana y se desconectó del juego. Mientras esperaban, Ashborn se sentó en silencio al lado del avatar inerte de Leafa, entrando en un estado de meditación.
A poca distancia, Strea y Kirito compartían algo de comida, charlando de forma relajada. De repente, los ojos del avatar de Leafa se abrieron.
Leafa: Debo irme!
Ashborn: Ah, al fin regresas
Strea: Bienvenida de nuevo!
Leafa: Perdón por dejarlos así. Hay algo urgente que debo hacer, y no creo que pueda regresar
Kirito: Vámonos entonces
Ashborn: Nos cuentas todo en el camino
El grupo se dirigió rápidamente hacia la salida de la ciudad.
Leafa: En resumen, en unos 40 minutos, cerca del Valle de las Mariposas, los líderes de los Sylph y los Cait Sith tendrán una conferencia importante
Kirito: Podemos hacerte algunas preguntas?
Leafa: Qué quieren saber?
Ashborn: Qué ganarían los Salamander atacando esa conferencia?
Leafa: Primero, evitarían que las dos facciones se unan. Si los Cait Sith creen que los Sylph los traicionaron, estallaría una guerra. Además, si matan a los líderes, pueden invadir sus territorios por diez días y cobrar los impuestos que quieran
Strea: Eso sí que es una penalización brutal
Leafa: Correcto. Y como este problema es de los Sylph, no tienen que venir conmigo. La verdad, probablemente no sobrevivamos...y si morimos, tendremos que viajar desde Swilvane otra vez
Se giró hacia ellos con una expresión seria.
Leafa: De hecho, su mejor opción sería aliarse con los Salamander. Si logran su objetivo, tendrán los recursos para hacer una raid en Yggdrasil, y podrían contratarlos como mercenarios. Si me matan aquí, no los culparé
Kirito la observó con calma y Ashborn zumbó.
Kirito: Sí, todo se reduce a que esto es solo un juego...pero eso no significa que no importe
Ashborn: Mata si quieres matar, roba si quieres robar... Es otro mundo, pero la gente no debe olvidar que la actitud que muestran aquí, podría transmitirse al mundo real
Kirito: Queremos ser tus amigos, Leafa. No te traicionaríamos por conveniencia
Leafa sintió un nudo en la garganta.
Leafa: Gracias...
Ashborn: No tenemos tiempo que perder
Kirito: Yui, nos guías?
Yui: Déjamelo a mí!
Ashborn y Kirito tomaron las manos de Strea y Leafa respectivamente, listos para partir. Alzaron vuelo, surcando los cielos hacia su destino.
Ashborn y Kirito aceleraron por la cueva, esquivando sin esfuerzo a los monstruos que encontraban en su camino, como sombras que pasaban a su lado sin detenerse.
Al llegar al borde de una cornisa, ambos se impulsaron al unísono y desplegaron sus alas en el aire, surcando los cielos con una velocidad descomunal.
Leafa: Eso acortó mi esperanza de vida!
Kirito: Nos ahorró algo de tiempo
Leafa: Supongo... -_-
Ashborn: Dónde es la conferencia?
Leafa abrió su menú rápidamente y consultó el mapa.
Leafa: Detrás de esa montaña, al noroeste
Strea: Cuánto tiempo nos queda?
Leafa: 20 minutos
Kirito: No podemos perder más tiempo!
Sin más palabras, todos asintieron y se lanzaron en un vuelo desesperado, impulsando sus alas al máximo. Cada segundo contaba, y el viento en sus rostros se sentía como una advertencia del peligro inminente.
Fin del Capítulo.
Fallé dos veces seguidas con el horario, intentaré que no pase de nuevo. Gracias por leer, espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente capítulo: [Sub Comandante...Slayer...]!
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