Especial Navidad: Tres Campanas
Alch aquí esta el especial de navidad xd
No dormí una noche pero aquí esta una dosis de felicidad con un poco de Noremma, Rayemma y Norray.
A pesar de que el frío en las costas siempre es tan fuerte y helador, esa no era excusa para que todos los habitantes de ese pequeño poblado no celebraran las fiestas con total felicidad y dulzura, comiendo en familia y saboreando el típico ponche o chocolate caliente, refugiados del frío en sus casa a un lado de una chimenea escuchando los anécdotas y relatos de los mayores de la familia, o en dado caso viendo una película con una cobija enorme aborregada. Todo en familia.
Esa víspera de navidad sintió que algo entre todo estaba cambiando, o al menos era una clase de presagio de un futuro totalmente macabro y sanguinario, pero se le hacia por un lado totalmente ridículo pensar eso cuando ve a todos (o al menos los que están) yendo de un lado a otro terminando de preparar la cena de navidad con una enorme sonrisa en el rostro cantando villancicos, pero por otro lado no de le hacia tan raro, ya que esa sensación la tiene cuando el putrefacto olor a muerte la rodea.
Ignorando sus pensamientos camino rumbo a la cocina donde Anna e Isabella daban los últimos toques al postre de ese año, que era un sencillo pastel de chocolate pero con decorados de crema batida y merengue de distintos sabores y colores, entre ellos el destacado era el verde y rojo. Esa navidad la pasaría con las antes dos mencionadas y Ray, ya que el resto se había ido para pasar las fiestas con sus respectivas familias y ella... Bueno, pues solo consideraba como su única familia a Ray.
-¡Ven Emma!-Llamo la rubia, meneando ligeramente la cuchara que estaba cubierta de jarabe de chocolate.
-¿Qué pasa?-Pregunto curiosa y sonriente.
-Prueba. Esta delicioso.-Dijo pasando su dedo índice por la cuchara y llevar el chocolate a su boca.
Emma imito sus acciones, y parecían derretirse por ese delicioso sabor que dominaba en su cavidad bucal. La mejor sensación de todas.
-Dejen de jugar con eso.-Regañó Isabella, mirando falsamente amenazante a ambas niñas, que de inmediato pasaron por ultima vez sus dedos y saborear el cacao.
Anna dejo la cuchara en el interior del molde donde había mas chocolate para seguir batiendo. Emma reía, pero luego captó la ausencia masculina de su novio.
-¿Y Ray?-Pregunto mirando a sus lados.
-Oh, esta arriba.-Dijo Anna poniendo la cuchara de chocolate cerca de su boca y pasar su lengua.
-Anna.-Isabella apareció detrás de la rubia, mirándola para que dejara de una buena vez el bendito chocolate.
-Mamá, esto es de todos los años. Si ya sabes como me pongo para que me invitan. -volvio a dejar la cuchara en el molde y seguir batiendo de una manera exagerada, provocando que algunas gotas del dulce cayeran (A propósito) en su rostro.
-Ire a ver a Ray.-Dijo Emma entre risas, saliendo de la cocina y tan solo escuchar lejano los regaños de Isabella hacia la pequeña rubia amante del chocolate.
Subió las escaleras sin hacer mucho ruido hasta llegar a la habitación del azabache, en donde toco la puerta escuchando desde adentro un "Adelante".
Abrió la puerta con mucho cuidado, encontrándose a Ray tirando en su basurero trozos de listón y diamantina color plata.
-¿Qué hacías?-Preguntó curiosa.
-Terminando los detalles de tu regalo -Respondio tranquilo.
-¿No se supone que debe ser sorpresa?
-¿Tambien quieres un beso debajo de un muérdago?-Dijo con sarcasmo, pero no detonando molestia alguna, mas bien todo era burla.
-Eso es muy cliché.
-¿Oh, en serio?- Se acercó a Emma con las manos en la espalda.-Oh, mira arriba.-Señaló con la mirada.
Emma extrañada hizo caso, y lo que se encontró fue a Ray con su mano derecha encima de ellos con un pequeño muérdago atado a un listón rojo.
Su cara enrojeció ante eso, ya que sólo significaba una cosa. Ray bajo el muérdago, tomando a Emma de la cintura y acercarla a su rostro.
-¡Emma, Ray! ¡Es hora!
Ray gruño a lo bajo, aventando la plantita a su cama y dejar a Emma en paz, quien trataba de aguantarse las risas por haber interrumpido ese "momento".
-Bajemos.-Dijo Emma.
-Espera.-Ray la detuvo, dando media vuelta e ir a sacar entre sus cobijas una pequeña caja color plata y regresar con Emma.-Feliz Navidad, Emma.
-Ray...-Nerviosa recibió el regalo entre sus manos, casi tratando de evitar no hacer un movimiento brusco y que este se hiciera pedazos (aun que eso era imposible).
-Abrelo.
Con sumo cuidado retiró la tapa con ese moño que lo decoraba, dejando expuesta una pulsera de oro con un bonito decorados de rosas. Se cubrió la boca al darse cuenta que esa era una de las pulsera que había visto cuando fueron al centro de la ciudad, pero era obvio que su economía (o al menos la que recibía) no le alcanzaba ya que estaba bien contada. Miro a Ray buscando una respuesta lógica a lo que sus ojos veían.
-No lo puedo aceptar.
-Ya he gastado mis ahorros así que no hay vuelta atrás.
-Pero Ray-
-Nada de peros. ¡Acepta mi amor maldita sea!-Exclamo sonrojado.
Emma guardo silencio, para después comenzar a reír.
-Esta bien. Gracias, Ray.
-No tienes nada que agradecer.-Dijo cruzándose de brazos.-Deja te ayudo.-Saco la pulsera. Emma extendió se mano derecha para que ahí fuera donde se la pusiera, cuando Ray logro su objetivo sonrió satisfecho ya que le quedaba a la perfección.
Ambos guardaron silencios, en donde solo se dedicaban a mirarse, dando espacio para que ambos se acercaran y volvieran a hacer un segundo intento de beso.
-¡Chicos bajen!-Volvio a llamar Isabella.
Ray volvió a gruñir, siendo Emma quien se alejo avergonzada.
-Sera mejor ir.
-Iré, tengo hambre así que solo por eso iré. Ni crea mi mamá que le voy a perdonar esto. Ahora comeré enojado.
Emma rodó los ojos por lo infantil que estaba siendo Ray, pero tan solo se dedico a seguirlo al primer piso.
Eran exactamente las 10 de la noche, por lo cual decidieron comenzar de una vez con la cena. Ambas menores se dedicaron a ayudar a Isabella llevando toda la comida al comedor, mientras que Ray colocaba los platos, vasos y cubiertos que se iban a ocupar. Tras un rato la cena al fin había comenzado.
Todos comían muy a gusto, alabando a la adulta por tan exquisita comida servida para los mismos dioses, y es que ese pavo sabia tan jugoso y tenía tan delicioso aroma que todos podrían caer rendidos ante Isabella si se lo ordenaban con tal de recibir un mísero pedazo (Y bueno, para todos el sazón de nuestra madre siempre sera el mejor).
Comían, hacían chistes, contaban anécdotas, reían. La misma escena tan perfecta como Emma la había visto en su anterior hogar, observando a todas esas familias desde su ventana con las piernas juntas a su pecho, y gritando internamente por un poquito de todo lo que observaban sus cansados y perezosos ojos en aquel entonces.
Estaban a segundos de que la media noche llegara, así que Isabella se puso de pie y tomo su vaso de jugo (ya que los menores tenían prohibido tomar alcohol) e hizo que todos le prestasen atención.
-Me alegro de saber que esta en nuestra segunda navidad que compartimos juntos contigo, Emma.-La aludida sonrió, sintiendo aquello que de alguna forma le hacia falta.- Así que mis niños ¡Feliz navidad a todos!
Tras decir esa frase, las campanas comenzaron a sonar, marcando las 00 horas, dando por inaugurado el 25 de diciembre, el inició de las fiestas.
-¡Feliz Navidad!-Dijeron los tres menores al mismo tiempo, trayendo una sonrisa en sus rostros dando el brindis.
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Parpadeo un par de veces, moviendo la cabeza de un lado al otro y regresar a la realidad.
Se había quedado ida viendo el espejo y su reflejo.
Se quedó viendo su persona por un par de segundos más, observando como aquel vestido encajaba perfectamente a su cuerpo moldeándolo a la perfección, la apertura del vestido en su pierna derecha le daba un toque de sensualidad, sin olvidar que este no tenia mangas pero si era de cuello alto haciéndola ver mas madura. Su cabello estaba igual de revoltoso que siempre, solo que un poco mas largo, casi llegándole a los hombros.
Su puerta fue abierta de manera lenta, dejando ver a Norman que traía en brazos a su pequeño hijo (y tambien como su ojos la desnudaban con la mirada), quien extendía las manos suplicando por ser cargado por su madre. Emma sonrió al ver a sus dos personas favoritas. Norman traía puesto un traje negro con una camisa blanca de manga larga y una corbata negra, su hijo de igual forma iba de traje negro, pero con un pequeño moño de este mismo color. Se veía muy adorable.
-Si o si te quería ver, a pesar de que le explique que mamá tenía que terminar de arreglarse.-Dijo Norman, dándole el bebé a Emma quien al tomar a su hijo en brazos le dejo un beso en la frente.
-Es un completo terco.-Comento haciéndole mimos a su hijo.
-Igual que tu.
-Eso no es cierto.
-¿Qué estas haciendo justo ahora?
Emma gruño a lo bajo, ya que si tenia completa razón. Norman soltó una suave risa por aquello, tomando a Emma de la cintura y dejarle un corto beso en los labios.
-Te ves hermosa.
-Y tu muy guapo.
Norman se sonrojo, ya que era muy rara a la vez escuchar a Emma decirle lo atractivo que se veía (según).
-Vamos, todos esperan.
Emma asintió, tomando la mano de Norman y salir de la habitación. Bajaron al primer piso, donde se encontraron a toda su familia ya reunida en el comedor y sriviendose del enorme bufete hecho especialmente para esas fechas navideñas.
-Emma te ves bellísima.-Dijo Gilda, portando un bonito vestido rojo de vuelo y unos zapatos negros de aguja.-Oh y el pequeño Emmet se ve muy adorable.
-¿Y yo estoy pintado o que?-Dijo Norman falsamente dolido.
-¿Le tienes celos a tu hijo?-Pregunto James, soltando unas carcajadas por el comportamiento de su heredero.
-Claro que no.
-Mejor vallamos a sentarnos en nuestro lugar.-Dijo Emma llamado la atención de todos.
Gilda quien jugaba con el bebé se lo llevo a su asiento, quien empezó a ser mimado por todos, lo cual parecía no molestarle, es más, parecía que le gustaba tener toda la atención en su persona.
La cena estaba ya dada por iniciada. Yuugo y Dina junto con Son-Joo se encontraban platicando de cualquier tema trivial, James parecía muy entretenido con Gilda y Don cuidando de su nieto, mientras que Emma , Norman y Vicent notaban que las 12 horas estaban por dar.
Emma se alejo de la platica para ir justo a su lugar en la mesa. Todos vieron a Emma que estaba esperando a que guardaran silencio, en cuanto lo hizo tomaron su su lugares, ella tomo la copa de vino, mirando el líquido sintiéndose ligeramente nerviosa.
-Quisiera hacer el brindis. Antes que todo, les quiero agradecer por varios motivos.-Sonrió con nostalgia, mirando a Yuugo y Dina.-Me gustaría empezar con ustedes, por considerarme su hija y darme la seguridad de que algún día podre decir que ustedes son mis padres.-A Dina se le escapan las lágrimas, se sentía completa al escuchar eso de Emma. Era lo único que necesitaba. Paso su mirada a Don y Gilda.-A ustedes les agradezco por haber arruinado mi preciada siesta en clases,-Todos rieron ante ese detalle, Emma de igual forma sonrió al recordar eso.- tambien les agradezco el haberse acercado y hecho amistad con alguien como yo.-Su vista viajo a James, Vicent y Son-Joo.-a ustedes les agradezco infinitamente el haber ayudado a salvar la vida de alguien como lo soy yo, por haberme protegido a pesar de que no sabían nada.-Los tres asintieron con una sonrisa. Su vista viajó por ultimo hasta dar con Norman.-... Lo único que tengo que decirte a ti, es un gracias por amarme, por haber tomado el papel de padre de mi hijo, y sobre todo, por querer formar una familia conmigo.-Dijo mostrando su anillo que la marcaba como futura señora de Ratri.
Norman dejo su copa en la mesa, llegando con Emma y tomarla de las manos.
-Es nuestro hijo. -Corrijio.-Y es nuestra familia.
Las campanas de la medianoche sonaron, Emma se removió las lágrimas que ya estaba derramando, para proceder a tomar la copa y que todos imitaran su acción.
-¡Feliz Navidad!
-¡Feliz Navidad! -Dijeron todos con emoción, algunos ya soltando lágrimas por tan conmovedora escena.
Las campanas de esa noche sonaron.
Emma se sentía grata con su nueva familia, lo mejor que alguna vez le pudo haber pasado en toda su vida, sintiendo ese bonito calor familiar y el olor a cacao que provenía de un lugar completamente misterioso, amaba esa sensación de confortable que le causaba todo, olvidando el simple hecho que por aquellas fechas en su pasado solo lloraba sin contener sus lágrimas, lamentando y maldiciendo cada vez que respiraba. Ahora todo eso se le hacia muy, pero muy lejano.
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Se empeña en no hacer ni el mas mínimo ruido, y lo consigue cuando respiras aires de libertad al salir de su casa. Corre por toda la calle, mientras el frío choca contra su rostro por su travesía apurada.
Cruza el campus hasta donde esta el estudió del chico albino con el que se la pasa la mayor parte de su día. Abre con precaución la ventana y nota que en el fondo ya hace el cuerpo de Norman cubierto de cobijas y lo mas seguro estando en su quinto sueño. Deja el pequeño regalo en la mesa donde hay un montón de pinturas y pinceles regados, quitándose la chamarra que le estorba, dándose un espacio para recostarse a un lado de Norman y dormir.
Se acurruca, sintiendo el calor corporal que Norman desprende, dándole un toque hogareño y a dulces y galletas.
-Feliz Navidad, Norman.
-Feliz Navidad, Ray.
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Los mira desde lo lejos siendo felices, así que juega con la pulsera un poco más, para después soltar un gruñido fastidiado y lanzarla al mar, dejando que las olas se lo lleven al par de la corriente marina.
En serio los odiaba.
Con esto concluimos oficialmente u.u
Les deseo una muy bonita navidad y que se la pasen bien con sus seres queridos
Los amoquiero
Bye~
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