A pesar de como el mundo decida ver mi vida
¿Seguiré teniendo la oportunidad para decirnos adiós?
Una y otra vez.

Si decido incendiarme en vez de desvanecerme
Aún me gustaría tener una oportunidad para despedirnos.
Una y otra vez

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Se siente en paz, duerme cual bebé en brazos desconocidos, pero se siente tan bien que no se atreve a mostrar queja alguna, es mas, se acurruca mas buscando por mas calor ajeno. Aspira ese aroma, ese aroma tan conocido y tan embriagador.

—¿En serio piensas seguir durmiendo? Me acaba de dar calambre.

Se levanta de manera rápida y mira el origen de esa voz. Quiere llorar y lo hace, sus mejillas están siendo mojadas por sus lágrimas que no paran de fluir, ¿en serio lo esta viendo en persona? Observa sus ropajes y se da cuenta que la bata que antes traía manchada en sangre ahora es un vestido de vuelo color crema y sus cabellos están siendo sujetados por un broche, no logra verlo pero sabe que tiene algo en el cabello.

El le sonríe, y sigue mirando el océano que hay frente a sus ojos. Esta sentado con las piernas cruzadas disfrutando de la calma.

—Deja de llorar ¿quieres?—Suelta unas risas.—¿Tan raro es verme?

Se remueve las lágrimas, deteniendo su llanto lastimero.

—¿Estoy muerta?—Pregunta, es obvio que piense eso.

Lo ultimo que recuerda era haber llegado afuera de ese horrible hospital y mirar aquel amanecer que hace mucho que no veía, después de eso cayo al suelo, escuchando el horrible sonido de la alarma del lugar mientras ella se perdía en un profundo sueño por el cansancio y por las heridas que comenzaban a sangrar.

—Aun no. Pero si quieres estarlo solo tienes que hacer "eso".—Respondio sin apartar su vista del mar, mientras que las nubes estaban pintadas de un bonito color naranja y rosa.

—¿Qué cosa?

—Decidir.—Aparto su vista del mar, acercándose a la pelirroja y acariciar una de sus mejillas con delicadeza.

Para ella ahora se le hacía tan frío.

—Decidir entre Norman y yo.

Ella abre abruptamente los ojos. Mira a Ray sin creerse lo que acaba de decir, el sigue sonriendo de manera delicada y sigue haciéndole mimos a la pelirroja.

Ella no puede hacer eso.

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—Estado crítico. Necesitó que la lleven a cirugía ¡Rapido!

—Lo sentimos, no puede pasar.—Dijo aquella enfermera, obstruyendo el paso al albino que ya hacia desesperado.

—Necesitó estar con ella, no la puedo dejar.

—Norman.—Una voz femenina lo detiene. Se gira, encontrando a la mujer de cabellos rubios parada y negando.

El se aparta de la puerta que lleva directo al quirófano, en donde Emma ahora esta en una verdadera lucha entre la vida y la muerte. Se recarga en una pared cercana, tratando de regular su respiración por los acontecimientos ocurridos hace menos de una hora.

Dina se acerca a Norman, abrazándolo por los hombros y guiarlo a la sala de espera. En cuanto llegan, Norman se frota el rostro de manera exagerada, tratando de mantener la calma por todo lo que aquella niña le había robado el corazón estaba pasando.

—Yuugo llamo. Dijo que la captura de Isabella y Peter fue hecha con éxito.—Dijo tratando de darle una buena noticia al chico.—Es cuestión de horas para que se llave acabo el juicio de ambos.

—Tienen que pagar. —Susurra.

La adulta solo se mantiene callada, sin saber que más decir, ya que igual ella no se siente tranquila. Tanto ella como Yuugo la concideran una hija y les rompería el alma si algo le pasara.

Los segundos, minutos, e incluso las horas pasan, pero no hay nada y Norman ya esta comenzando a perder la paciencia, solo ve a enfermeras y doctores entrar y salir, sin atreverse a detener para darles alguna noticia. Al poco tiempo llega Yuugo acompañado de Lucas y James.

—¿Alguna novedad?—Pregunta el albino.

—Nada.—Es Dina quien responde.

Llega la madrugada y las insistencias de James para que su hijo valla a descansar son en vano, ya que esta mas que dispuesto a quedarse y esperar a que Emma despierte. El no podría vivir en paz hasta que supiera que Emma, Su Emma, estaba fuera de peligro.

2:36 am. Tras eternas horas en las que los nervios y ansiedad invadieron el cuerpo de Norman, por fin un doctor se había acercado para darles noticias.

—¿Cómo esta Emma?—Pregunta el albino.

—... Fue todo un milagro. La cirugía concluyó con éxito.—Ante esas palabras todos los adultos dejaron escapara el aire retenido, todo lo contrario a Norman que sabia que el médico tenia cosas mas que decir.—Cerrar las heridas de su espalda fue muy difícil, tenían una gran profundidad y algunas parecían comenzar a infectarse, al igual que el retirar de la bala fue complicado. Pero por fortuna tiene un cuerpo muy resistente ya que tambien en los exámenes que se realizo parecía que estuvo en contacto con alto voltaje eléctrico.—Aquello causó que Dina se cubierta la boca con las manos por la sorpresa de que su pequeña hubiera sufrido tal atrocidades.—Al igual que muestra múltiples marcas de golpes y de indicios...—Hizo una pausa tomando aire y tratar de decir aquello.— de haber sido violada de una manera inhumana.

En ese mismo momento Norman agradecía que Oliver estuviera muerto por que si no el mismo se convertiría en asesino.

—Por ahora necesita mucho descanso, se le ha inyectado un sedante algo fuerte para que no haga ningún esfuerzo. Lo mas probable es que despierte quizás en unos tres días, necesita recuperar energías.

—Muchas gracias.—Yuugo agradeció.

El médico solo asintió despidiéndose de los presentes.

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Todo parecía estar en silencio. La niña de bonitos cabellos de atardecer solo miraba expectante al azabache que no borraba esa sonrisa plasmada en su rostro.

Le daba miedo.

—¿Por qué?— Su voz parece perderse, alcanzando apenas articular una pregunta para nada planificada.

Pero Ray lo entiende, por que el mas que nadie a estado al tanto de la situación de la niña y de quien en realidad alguna vez fue su amor, y no, no es Emma de quien estamos hablando en referencia a la palabra amor.

—Es muy fácil. Norman esta desesperado para que vuelvas, y yo estoy desesperado para que te quedes. Emma, podríamos estar juntos.—toma una de las manos de la chica sin dejar de sonreír.—como debió de haber sido desde un principio.—Acaricia sus mejillas, como si de una muñeca de cristal se tratase.

Para ella las expresiones de Ray se le hacen tan lejanas y desconocidas.

Ahora tiene un debate mental, porque aun que cada toque contra su piel se le hacia tan vacío y helado, quiere descansar y ese lugar se le hace tan pacífico que le encantaría quedarse ahí para siempre. Quedarse a un lado de Ray tal y como en vida el lo había prometido.

Ella lo dijo, se permitiría ser egoísta, aún que eso le trajera el peor de los males.