-Promete que llegaras sano y salvo- Pidió Emma, viendo como Ray estaba apuntó de subir a la camioneta. Se sentía muy inquieta, tenia un mal presentimiento respecto a su viaje.

-Lo prometo, y te traeré algo.

-Con que regreses estaré satisfecha.

-Así sera.

Entro a la camioneta, siendo despedido de lejos por todos los de la pensión Grace.

Si tan solo lo hubiera detenido, no tendría porque estarse matando de culpa y miedo como lo esta haciendo ahora.

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-Primera vez que llegas a tiempo- felicito Dina, viendo a Emma entrar exactamente a las seis de la tarde.

-No me agradan tus chistes- Sinceró acostándose en el sofá de siempre.

-Veo que traes compañía.

-Norman es muy preocupon.

-Algo más te trae inquieta ¿cierto?

Sonrió de lado, notando lo buena que era Dina a la hora de saber el estado emocional y sentimental de la gente. Miro a su costado encontrándose con la mirada de la mujer.

-Emilia despertó.

La mayor no pudo evitar sentirse inquieta y al mismo tiempo feliz por aquello, pero ahora lo que mas le preocupaba era el estado de Emma.

-¿Cómo esta?

-Pues, para haber estado 13 años en coma y sobre todo que utilizara la mas mínima energía para decirme lo asquerosa que estoy, estaba en un excelente estado.

-Mi error- se aclaró la garganta- ¿Cómo estas tu?

-Bien, estoy... Feliz. Creo que si estoy feliz. Tuve un buen día..

Dina no pudo evitar soltar unas cuantas risas, se relajó, y pudo notar aquel destello en los ojos de la menor, ¿Sera posible?

-Te paso algo mas que "Bien" ¿Cierto?

-Supongo.

Su corazón pareció relajarse un poco, después de años de injusticia en la vida de Emma esta tratando de que viva como cualquier chica, sin consecuencias ni muertes, aun que si hay algo que le preocupa, y es que Emilia haya despertado solo significa que no todo estaría en paz. Solo espera que aquella chica y el destino le den cosas buenas.

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D

os horas después Emma salio de la casa, encontrando a Norman en el auto revisando su celular, este al notar la presencia de la chica le sonrió.

Seguía sin creerse lo de la noche anterior, quería matar aquello que sentía en el corazón, pensando y sintiendo la traición que estaba cometiendo. Norman no estaba muy diferente a la pelirroja, igual se sentía culpable, estar traicionando a su mejor amigo no se le hacia justo, pero, el ya no estaba, el ya no habitaba en ese mundo, tenían derecho a ser felices ¿No? Ella tenia derecho a dejar que su corazón sea llenado, y ella teme a eso, a que su nivel de amor llegue a los límites, por que cada vez que pasa eso la persona desparece de su vida, como si tan solo le entregadas tu vida y cuando ella este satisfecha de devorar tu alama, tu cuerpo se hace cenizas y se pierde en el viento marino del lugar que tiene por tal vez fortuna llamar hogar.

Entro al auto, sin decir nada y pérdida en sus pensamientos de tristeza y melancolía, mezclados con un toque de felicidad y amor que dan por resultado el postre perfecto de la confusión.

-¿Te dijo algo?- preguntó Norman, el ya estaba al tanto sobre quien era Dina, ya sea por relatos de Emma o por que el mismo mando a investigar.

-Nada fuera de lo normal- respondió, mirando por la ventana y apreciar el extenso océano, todo se le hacia tan nostálgico.

-Regresemos, tengo que preguntarte algo.

-¿Porqué no ahora?

-Para hacerlo con más calma.

Emma asintió, y tras esto el albino emprendió viaje de regreso a su hogar, al llegar se encontraron en la parte de afuera a Son-Joo y Mujika hablando muy ¿Enamorados? Tal vez, Emma lo noto por que así era como Don se ponía cada vez que hablaba a solas con Gilda, ¿Como sabía de eso? Muy sencillo, el moreno era un libro abierto.

-Oh, Emma, Norma, bienvenidos- dijo Mujika.

-¿Hay algo de comer? Tengo hambre- dijo Emma señalando su estomago.

-Claro, vamos adentró.

Mujika se despidió de Son-Joo y entro con Emma siendo jalada hacia adentro.

-Peter a estado indagando en los documentos- Dijo Son-Joo.

-¿Isabella?

-Se mantiene al margen, pero no creo que tarde mucho para entrar en este juego mental de ajedrez.

-Si Peter esta investigando es porque Anna se lo pidio- suspiro cansado.-No la dejes ir sola a ningún lado ¿Ok?

-Entendido.

Norman entro a la casa, yendo a la cocina ya que normalmente Emma nunca come en el comedor con el, y no le molestaba ya que a veces le hacia compañía.

-Mujika, nos podías dejar a solas- Pidió Norman, viendo a la mujer asentir, dejando un plato en caso de que el albino quiera comer la lasaña recién hecha.

Mujika salio por la puerta cerrándola lentamente, sentía que si hacia un gran ruido haría que una bomba atómica explotara. Emma comenzó a comer, ansiosa e incluso inquieta, más cuando vio a Norma sentarse a su lado, ok, va a dejar sus nervios para otro momento.

-¿De qué querías hablar?- Pregunto sin mirar a Norman y seguir con el labor de llenar su estómago.

-Es sobre la ultima vez que fuiste a la Capital.

Casi se atraganta, de no ser por qué  tomó su vaso de agua y se bebió el liquido. Repasemos lo sucedido, escapo de la escuela, tomo un taxi, fue a la capital, su madre despertó, la aborrece, las palabras de su progenitora siguen marcadas en su piel como un tatuaje permanente, ahora, ¿Como explicarle a este chico de que su madre llevaba en coma por 13 años y que sobre todo la odia y el único que sabia eso era Ray?

Es complicado, pero se ve casi a la necesidad de decirlo, pero tiene miedo, aun no quiere dejar que ese recipiente se llene, quiere ir lento, pero tambien sabe de la preocupación de Norman. Se digno a ver al albino, quien aun seguía esperando una respuesta después del viaje astral de la pelirroja.

-Mi madre... Emilia, despertó- Lo dijo, término de comerse el último bocado de su cena y salio de la cocina. Aun no era fuerte, ese tema la ponía tan vulnerable.

Norman la siguió, ella entro cerrando la puerta con seguro, sin darle la oportunidad a Norman de hablar, se recargo en la puerta, soltando un suspiro, como satisfecha de quitarse un peso de encima.

Se sigue llenando.

Tiene miedo, no podía dejar que eso siguiera así.

-Emma...

Respiro hondo, conteniendo las lágrimas que le restan puntos a los niveles de emociones cálidas, parecido a un  Lovemetro, entre más callaba mas puntos restaban.

-No hablaremos de eso si no quieres.

Estaba mintiendo por una parte, ya que la curiosidad le picaba y quería saber que pasaba con la madre de Emma, pero tambien sabia cuando tenia que callar y no seguir preguntando. Emma agradeció internamente, pero de igual forma no le podía esconder secretos, no podía, se armo de valor, abriendo la puerta y encontrándose a Norman sonriendo sereno.

-Mi madre callo en coma hace 13 años...

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-¿Como me dijiste que se llamaba?-Preguntó Peter, mirando a su hija quien mensajeaba en el celular.

-¿Quién?

-La chica esa, Loveless.

-Ah, Emma Lewis ¿Por? ¿Norman la tiene?- apartó el aparato electrónico, yendo y sentarse en las piernas de Peter mientras este le extendía un folder.

-Es algo mucho mejor.

Anna reviso la carpeta, abriendo los ojos de par en par por el reciente descubrimiento.

-"Emilia Lewis, a cargo de los pagos del tratamiento, Emma Lewis" ¡Joder esto vale oro!- Exclamo la rubia con emoción.

-Otra cosa, Norman últimamente se le ha visto con ella- Señalo a la pelirroja en una de las fotos.-Más no esta confirmado que este viviendo con Norman.

-Entonces Isabella y yo le daremos un hermosa visita.—Sonrio maliciosa, jamas dejaría que Emma fuera feliz, ella le arrebato la felicidad y la obligó a buscar consuelo en un pozo sin fondo, y haría que la causante de su despecho cayese de igual forma, llegando casi a los rincones  infierno.