Capítulo #3. Corazón de Eraleft

Narrador Testigo.

-¿Señora Dumblinton? -pregunté algo nerviosa, pues mordía mis frágiles uñas tras la intriga causada por estar frente a aquella pesada bruja.

-¡Ishh! ¡Ya sácate las manos de la boca, chiquilla asquerosa!

-¿Puedo preguntarle algo?

-¡Qué horror! Ya tienes diez años de edad y aún pareces una bebé, ¡Uff! Pero a ver, ¿Qué quieres de mí?

-Eh... Puedo, puedo ir a... -tartamudeé mientras intentaba ocultar mis manos.

-Espero y no sea para nada estúpido porque mi tiempo es muy valioso y no pienso gastarlo en tí. -respondió la Madam Dumblinton con una expresión de placer en su arrugado rostro, ya que sabía que le pediría un favor.

-¿Algún día iré a la escuela, tendré amigos que compartan mi edad y estaré dentro de eso a lo que llaman salón de clases? Es que ese es mi sueño más grande desde hace un tiempo y sería genial que me sucediera algo tan bonito como eso. -sugerí mientras volvía a bajar la cabeza, pues sufría mucho con ella a mi cuidado.

-¿QUÉ? -gritó Madam Dumblinton tras hallarse muy preocupada por su futuro.

-¿Dije algo malo?

-A ver, ¿Cómo es que sabes de que existe la escuela o hay más personas allá afuera que poseen tu edad, chiquilla torpe? Vamos, ¡Explícame! Tú solamente conoces a los vendedores y panaderos del pueblo a los que les pides limosnas por las noches, ¿Acaso alguno de ellos te habló sobre esto? -interrogó la Madam tras hallarse bastante intrigada al escuchar que yo estaba diciendo cosas que nunca me fueron enseñadas por obvias razones, ya que, se levantó de su cama de plumas.

-Yo... -desvié la mirada.

-¡Habla ya! ¿Acaso alguien más descubrió nuestra cabaña? ¡Esto puede ser muy grave! ¡Responde! -contestó la bruja con una mirada desesperada, pues me agitó fuertemente de los brazos.

-¡No! Nadie ha logrado colarse por la barrera y creo que tampoco se arriesgarían a seguirme hasta aquí sabiendo que usted vigila nuestra casa, ¡Lo prometo!

-¿Estás diciendo la verdad, rata?

-¡Claro que sí! -asentí con la cabeza.

-¿Y cómo sabes esas cosas, eh?

-Lo leí en una página arrugada de un bonito libro color verde ubicado en su biblioteca, así que absolutamente nadie me ha instruído a sus espaldas.

-Niña torpe, ¿Sabes leer?

-Sí, aprendí yo solita cuando tenía cinco o seis años de edad mientras me escondía de usted, pero hoy sigue gustándome hacerlo durante mis pocas tardes libres y gracias a ellos es que quiero saber cómo se siente estar dentro de una escuela con más niños y maestros aunque sé que eso es imposible para mí, ¿Cierto, señora?

En ese momento, pude notar que en los ojos de la bruja que me había mantenido encerrada durante los últimos años se encendió una extraña luz azul que me dió muchísimo miedo, pues su comportamiento cambió súbitamente como si mis palabras hubieran desbloqueado algún hechizo poderoso porque a partir de ese momento mi horrible vida cambió para siempre.

-Ya veo... Mire, de hecho eso era lo que quería decirle el día de hoy, Señorita Rainey, ¡Por favor escuche con atención! Ya es hora. -asintió la complacida señora con una inquietante sonrisa mientras inclinaba la cabeza hacia mí, pues de pronto sacó de un cajón un bellísimo vestido amarillo y unos aretes de mariposa que combinaban.

-¿QUÉ RAYOS? ¿Le sucede algo, Madam Dumblinton? ¿Por qué me habla así?

-¿Acaso no le gustan? ¡Puedo cambiar la talla del vestido o los aretes dorados si usted lo prefiere así, señorita!

-Okey, definitivamente se golpeó la cabeza o es el fin del mundo... Perdón, pero hace muy poco me despreciaba y ahora se dirige hacia mí como si yo fuera alguien muy importante, ¿Hice algo malo? ¡Juro que no fui yo!

-Señorita Rainey, ¡Tranquila! No ha hecho nada malo, solo decidí que ya es momento de cambiar y usted debe seguir con su vida, ¡Preste atención!

-¿Ah? -dudé al sentirme muy rara.

-Efectivamente va a asistir a la dichosa escuela que tanto sueña porque ese será su nuevo hogar a partir de ahora, aunque no será muy diferente a aquí porque su estadía será custodiada las veinticuatro horas del día y jamás saldrá, ¡Ah! Ese vestido amarillo y los pendientes de mariposa son parte de su nuevo uniforme.

-¿Cómo dijo? -abrí mis ojos, dejé caer la escoba con la que estaba barriendo y me rompí a llorar de la emoción. -¡Al fin podré ser libre y tener una vida normal!

-No, eso no podrá ser posible porque si intenta escapar será expulsada al mundo real y ahí estará sola toda la eternidad, ¡Ah! Por cierto, ya es tiempo de que prepare sus pocas pertenencias dado que se va de aquí al amanecer.

-¿QUÉ? ¡Ohhhh! Pero Madam Dumblinton, ¡Yo iré a una escuela bastante especial para niños súper dotados y yo no lo soy! ¿Eso no le parece injusto, incómodo o molesto? ¿Cree que al final encaje con todos ellos?

-¡Maldita sea! ¿Cómo sabes sobre eso? ¡Uff! ¿En serio creíste que irías a esa escuela junto a los niños genios? No querida, te equivocas, ¡En ese lugar estarás con los estudiantes normales, torpes y abandonados tal como tú porque ya conseguí una mejor esclava para mis servicios personales, ¡Ishh! ¡Ya no sirves para nada porque cada día creces más y eso me perjudica!

-¿Y puedo saber quién es la nueva chica desgraciada que tomará mi lugar desde mañana? ¿Ella es como yo? ¿Acaso es una bebé u otra niña inocente?

-Esa es información altamente confidencial, además, tú no lo sabrás porque jamás volverás a este lugar, de eso quiero que estés segura, niñita, ¡Ya no te soporto y cada día que pasa es demasiado peligroso que alguien nos encuentre por tu culpa! -mencionó la Madam mientras señalaba hacia las afueras de ese lugar con la intención de mostrarme mi nuevo destino.

-¡No lo creo! ¡Muchísimas gracias, Dumblinton! Ahora sí podré disfrutar de mi vida muy lejos de usted y sus maltratos porque mi único deseo al fin se hizo realidad, ¡Uff! ¡Soy libre como los coloridos pajaritos que veo por las ventanas! -afirmé con una gran sonrisa al hallarme completamente agradecida y feliz por la noticia, pues salté de alegría tras saber que me iría de ahí.

...

En pocas horas, de verdad logré atravesar una nueva etapa en la cual, estaría distanciada de la déspota bruja que me hirió desde que tenía memoria y ahora tendría nuevos amigos con los cuales podría ser una chica casi normal, ya que, según la Madam Dumblinton tendría que convivir con otras personas como yo, es decir, completamente ordinarios, sucios, mediocres y antisociales aunque al principio no les cayera tan bien como esperaba debido a mi inusual temperamento de guerrera e ingenuo carácter ante una dura realidad que desconocía hasta el día de hoy.

-¡Hola a todos! ¡Soy nueva aquí! Tengo diez años, me encantan los gatos, la sopa de fideos recalentados, ver por las ventanas durante la lluvia e imaginar aventuras fantásticas en mi cabeza, pero lo más importante es que mi nombre es Ra... Ah, ¿Qué sucede? ¿Por qué me ignoran así de feo? ¿Acaso huelo mal o soy un fantasma?

-¡Ash! Mira, te explicaré... No es nada personal, pero tú solo eres una huérfana más del montón, no tienes ninguna clase de poderes o influencias con maestros y sí, hueles a pescado podrido, ¡Ah! Ya estoy cansada de que nos ignoren y crean ratas que pueden manipular a su antojo, por lo tanto, me desquitaré contigo, niña nueva. -aseguró de pronto una chica de mi clase con un tono de voz prepotente y amargo, ya que literalmente me atacó por nada.

La compañera de nombre desconocido tenía cabello corto, lacio y marrón, sus ojos eran del mismo color, poseía una sonrisa perfecta, uniforme planchado y usaba pendientes pequeños con forma de chispa brillante que la hacía lucir popular, muy limpia y con estilo, sin embargo, su actitud era como el de una brujilla principiante incapaz de matar una mosca cerca suyo.

-Sí, tal vez tienes razón porque efectivamente no soy para nada especial así como tú, eh malcriada, pero, a diferencia tuya, yo crecí junto a una vil bruja y tus palabras no me asustan, ¡Créeme! ¡No tienes ni idea de lo que es crecer en el infierno! -aseguré con firmeza mientras temblaba de miedo, pues ese era mi primer día de clases y todo estaba saliendo muy mal.

-¡Uy! Vamos niñas, ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! Sí, ¡La escuela es genial a pesar de tener que estudiar tanto! -gritaron los demás compañeros que estaban presentes en aquella aula con la intención de avivar el fuego, pues querían acción real y nos presionaban con una ridícula riña infantil.

-¡Ohhhh! ¡Me las vas a pagar, nueva! ¡Eres una estúpida mugrosa y no tienes ningún poder como para detenerme, así que prepárate porque aún no tienes ni idea de con quién te metiste! ¡Ahora sí me conocerás! ¡AHHH! -aseguró la dichosa chiquilla con una expresión de odio profundo y tristeza, pues se lanzó encima de mí para golpearme.

-¡Aléjate, niña problemática!

-¿Cómo me llamaste? -cuestionó la compañera mientras se alejaba.

-Niña problemática, ¿Por?

-¡Nadie me ha llamado así y tú no vivirás para contarlo! ¡Sucia huérfana! ¡Supera ya que somos una basura!

-Sí, yo sé que hoy en día no tengo poderes o reconocimientos especiales por parte de nadie, pero anhelo desde el fondo de mi alma que algún día pueda tenerlos, pues ahora solo soy una niña pequeña, sin embargo, cuando crezca ya verás las grandes cosas que podré hacer con solo tronar los dedos. -aseguré claramente furiosa y cansada de las actitudes de aquella niñita mimada, ya que por impulso e impotencia le golpeé el brazo contra una vieja mesa de madera cercana a nosotras.

-¡Ay! ¡Me lastimaste!

-¡Ohhhh! ¡Perdón! ¡Yo no quería! ¡Lo lamento muchísimo, niña! ¿Te puedo ayudar en algo?

-¡Cállate! ¡Tú no eres más que una sucia mocosa con aires de superioridad! ¡Ah! Lamento tener que romper con tus cursis sueños, pero estás en el lugar equivocado para creerte una heroína o alguien importante. -afirmó la niña.

-¿A qué te refieres?

-¡Ja! ¡Mírame en dónde estoy ahora! ¡Ese era mi único sueño en esta patética vida y no se cumplió en casi once años! ¡Ishh! Aprende desde ya que tú nunca serás especial porque nosotros solo somos unos huérfanos inservibles.

-¡Santos escarabajos! ¡Ya basta, Larrypeth! ¡Déjala hablar! ¡Ella es nueva y merece ser tratada como todos!

-Ah, pues gracias. -exclamé con una sonrisilla nerviosa, las manos sudorosas y las mejillas enrojecidas.

-Por cierto, hola... Yo sí te voy a cuidar aquí siempre que lo necesites, además, ignora lo que dijo esta niña loca porque está muy celosa de tí debido a que tú luces mil veces más bonita que ella. -aseguró de pronto un gentil compañero de mi edad, el cual, llamó mucho mi atención, pues me estaba defendiendo aunque aún no me conociera bien.

-Enserio gracias, ¡No sabes cuánto necesito de un buen amigo!

-¡Cállate Connor! ¡Esto es entre ella y yo, de nadie más! ¡Ishh! A veces te odio mucho, ¡Tonto nerd ingenuo!

Connor, mi valiente caballero con armadura de plata era un chico muy apuesto gracias a sus redondos ojitos marrones, los cuales, combinaban con su sedoso cabello, vestía con un uniforme intachable en el que destacaba su dedicación para planchar, además, se notaba que amaba estudiar debido a su abultada mochila con libros de segunda mano pero, seguía siendo bastante cool para su edad luego de haberme defendido de la que era su mejor amiga.

-¿Entonces ahora pretendes robarte a mi mejor amigo con una actitud de mosquita muerta que no sabe defenderse? No, ¡Nunca lo voy a permitir y tendrás que pasar sobre mi cadáver para ganarme esta batalla! -afirmó la compañera con el rostro rojo frente a mí.

-¿De qué hablas? ¡Yo no quiero eso!

-No, Larry, ella es inocente y el que quiere ser su amigo soy yo, ¡Tú ya te has vuelto muy mala con los demás!

-A ver, ¿Qué les sucede? ¡Apenas los acabo de conocer y ambos están locos de remate! Perdón, no me gusta el drama y tampoco pretendo "robar" amistades.

-¡Relájate, muñequita! Aquí siempre es y será así de intenso, además, ya es hora de que te acostumbres a perder o a tener enemigos fuertes porque nunca seremos más que basura para el mundo.

-Oigan, ¿Podrían decirme cuál es el poder más grande que un estudiante puede tener?

-¿Y cómo para qué quieres saberlo? ¡Eso es muy peligroso! -señaló el compañero con algo de temor.

-Es que leí algo similar en un viejo libro olvidado y sé que algún día lo conseguiré, pues lucharé hasta convertirme en alguien importante, así sea lo último que haga. -dije con bastante positividad y seguridad en mí misma a pesar de las críticas de aquella niña malcriada que me lastimó.

-¡Ja! ¿En serio sabes leer? Lástima, ¡Tú no eres ni serás nadie aquí o en algún sitio sobre el Planeta Tierra! ¿Qué no me entendiste? ¡Todos somos estudiantes abandonados y jamás tendremos posibilidades de progresar en la vida por culpa de la otra Era.

-¡Hey! No respondiste mi pregunta y de verdad quiero saber la respuesta porque yo haré que todos aquí dejen de ser invisibles, ¡Lo prometo!

-Mira ingenua, ¡Tú jamás llegarás a cambiar nuestra realidad así te sacrifiques por el universo entero!

-¡Larrypeth! ¡Déjala! -gritó el compañero detrás de mí.

-Con respecto a tu pregunta, la respuesta es muy simple... El don mágico más grande de todos los estudiantes y maestros en ambas Eras es el de ser capaz de ver lo que sucederá en el futuro así como un poderoso psíquico, pues se dice que quien tenga ese poder, será recompensado por parte del Gran Concejo Mágico. -susurró la compañera mientras se reía y hablaba en tono sarcástico ante mi atención.

-¿Es en serio? -volví a preguntar tras sentir un escalofrío en mi espalda.

-Así es, niña, de hecho, también se chismorrea que si eres tú, morirás o desaparecerás para siempre sin dejar rastro. -aseguró la niña violenta con un tono de voz dramático para lograr asustarme con aquella leyenda.

-¿Qué? ¿Qué es el Gran Concejo Mágico y por qué dices que podemos estar en peligro? ¿Podrías explicarme? Es que siempre quise saber de dónde provengo, ¡Por favor! -dije inocentemente con una sonrisa de alivio, pues sí creí sus extrañas palabras y caí en la trampa que me puso como toda una tonta.

-¡Ay no! ¡Larry! ¡Estás demente! ¿Desde cuándo existe eso tan estúpido y aterrador, ah? -afirmó mi compañero Connor con una expresión de vergüenza y pena, pues se colocó las manos sobre la cabeza en señal de sorpresa ante las palabras de aquella niña matona.

-Desde siempre, querido Connor, desde siempre, ¡Ishh! ¡Eres un tonto y aún no sé porqué seguimos siendo amigos!

-¡Ash! ¡Señorita Amperton! ¡Por favor deje de decir todas esas mentiras porque nadie aquí morirá, será torturado o desaparecerá a menos que se metan conmigo! Ahora, siéntese en su apestoso lugar para comenzar la rutinaria y aburrida clase de hoy. -mencionó de pronto una hermosa mujer rubia de ojos claros y de apariencia elegante que, al parecer, sería una de mis nuevos profesores en ese lugar.

-No, ¡No pienso sentarme o poner atención hasta que nos diga algo! ¡Lleva en silencio desde siempre y ya es hora de que recibamos respuestas claras!

-No sé de qué habla... -titubeó la profesora ante las amenazadoras palabras de la compañera rebelde.

-¿Sabe qué? ¡Olvídelo! Parece que usted y los otros tutores vendieron su alma a la oscuridad y fueron obligados a callar desde hace siglos y no planeo ir a detención otra vez. -mencionó inteligentemente la compañera inestable al querer sacarle información a la profesora con sus propias debilidades.

-¡LARRYPETH AMPERTON! ¡Le prohíbo que me hable de esa manera!

-Entonces díganos la verdad porque creo que tenemos derecho a conocer más de nuestras vidas pasadas, además, por si no lo notó, hoy hay una estudiante nueva frente a usted y ella también quiere saber sobre el elegido actual.

-¿El qué? -cuestioné tras ignorar por completo aquello tan turbio que ocultaban en la escuela a la que fui.

-Bien... En cuatrocientos años de historia el nuevo Elegido jamás ha resurgido entre los estudiantes de las Eras, pero cuando lo haga, el mundo estará a salvo del mal con él o ella al frente para protegernos, además, estoy segura de que es uno de ustedes, ¡Lo puedo sentir desde hace muchísimo tiempo y finalmente los de Luzeft dejarán de ser tan egocéntricos o creerse perfectos! -aseguró de pronto la profesora a cargo mientras trataba de mantener la cordura con aquella compañera, pues quería castigarla pero se mantuvo firme en su suposición cuando tomó una manzana roja que yacía en el empolvado escritorio.

-¿Qué dijo, profesora? -pregunté algo agobiada y sofocada en aquel salón.

-¿Estás sorda o algo así? Creo que fui bastante clara cuando al fin me arriesgué a contarles esto tan grave y secreto.

-No, quiero decir que tal vez se equivocó cuando dijo eso del elegido dado que todos nosotros solamente somos "ordinarios" y no tenemos poderes o maneras obvias para liberar al mundo del mal, ¿Cierto? -afirmé con una evidente expresión de duda y miedo, ya que temía ser castigada ese mismo día.

-Tú... Niña, la nueva, ¿Te apellidas Ferrer, como los chocolates más exquisitos que existen en el mundo real, verdad? -preguntó la profesora rubia con algo de intriga por mis repentinas afirmaciones de negatividad, escepticismo y desconfianza.

-Bueno, no sé mucho de dulces o chocolates porque nunca los he probado, solo los conozco gracias a los libros que leía, pero sí, de hecho mi nombre es Rainey Ferrer, la chica nueva que causó una absurda pelea en su primer día de clases, ¡Uff! ¿Por qué soy así de rara? Creo que nunca debí abrir la boca porque siempre lo arruino todo a la primera que expreso mis emociones, ¿Va a expulsarme, cierto?

-No, ¡Tranquila! No te voy a expulsar, o al menos por ahora porque sé que todos hemos empezado un primer día de clases con el pie izquierdo, créeme, ¡Te entiendo a la perfección! ¡Ah! No te agobies con intentar ser la mejor estudiante dado que aquí no tienes que pretender ser una niñita de sociedad con lujos o modales extravagantes, ¡Es solo Eraleft, recuérdalo!

-Okey, ¡Eso me alivia mucho!

-¡Ja! ¡Espera ver tus calificaciones en matemáticas y sabrás lo que es malo!

-¡Amperton! ¡Cállese ya!

-Okey, y usted, ¿Cómo se llama, profesora? No hemos sido presentadas normalmente, además, tengo que conocerla mejor si conviviremos en esta aula durante un tiempo considerable, ¿No cree? -respondí con el corazón a toda velocidad al estar preocupada, pues creía que la mujer iba a humillarme como la Madam Dumblinton.

-¡Claro! Mi nombre es Malissa Murrey y seré tu profesora durante este periodo escolar, pero antes de presentarte adecuadamente, me dirás algo muy importante que me intriga desde que hablaste por primera vez, ¿Quién te dijo todo eso de que ustedes solamente son niños ordinarios y solitarios, eh?

-Disculpe, me da miedo responderle a los mayores. -respondí sin titubear al temer que fueran a lastimarme otra vez.

-¿Por qué? También debo conocerla mejor si conviviremos en esta aula durante un tiempo considerable, ¿No cree? -preguntó la profesora con una respuesta retórica tras poner una expresión pálida y fría al encontrarse bastante confundida conmigo.

-La Madam... Ella es una anciana y fue quien me dijo que nunca podríamos ser especiales debido a nuestra condición de orfandad y suciedad, pues yo era su esclava desde que tengo memoria, y sí, mis miedos más grandes se desarrollaron ahí junto a esa bruja, pero ahora vive con otra chica inocente y no quiero que ella sufra como yo por tantos años, ¿Podemos evitarlo de alguna manera? -afirmé de un sobresalto tras estar algo paranoica al recordar el infierno que viví.

-Espera Rainey, ¿QUÉ DEMONIOS? ¿En serio te llegaron a lastimar físicamente mientras creciste? Vamos, ¡Responde! ¡Eso es una acusación muy grave a pesar de estar en mundos mágicos! ¿Lo sabes, cierto? -cuestionó la profesora al preocuparse un poco por mí.

-Eh, un poco sí, pero creo que era porque así me demostraba "su amor y protección", pues debo admitir que soy muy rebelde, curiosa y obstinada, además, si estoy aquí el día de hoy significa que debo de cambiar mi actitud porque sé que en el futuro me convertiré en alguien muy especial.

-¡No amiga! Nadie que te maltrate puede amarte o protegerte por más que te quieras engañar, ¡Eso es violencia!

-Yo no quiero responder. -asentí.

-Escucha, ¡Debes responder con la verdad porque si fuiste agredida tendrás traumas de por vida por culpa de esas actitudes tan tóxicas que matan el alma poco a poco! -dijo mi nuevo compañero de nombre Connor con una mueca desagradable y los brazos cruzados, pues se puso de pie solo para defenderme una vez más al tener esos sabios conocimientos gracias a los libros que acostumbraba a leer.

-¡Ay Connor! ¡No te entrometas! Eso no nos incumbe, además, esa niña nueva me da muy mala espina, así que es mejor alejarnos de ella, ¡Por favor ignórala!

-¡Uff! Seguramente fue obligada a venir a punta de escobazos porque quien la cuidaba no la soportaba más y el abuso que supuestamente sufría es falso, ¿Verdad? -dijo otro compañero con una notoria mirada de incredulidad y duda ante mis inoportunas palabras.

-¡Ohhhh! ¡NO! Ella sí me quería mucho a pesar de que a veces me castigara duramente, además, fui yo quien decidió venir hasta aquí por voluntad propia aunque quisiera quedarme en mi preciosa casa. -mentí con tal de protegerme de las posibles amenazas de la Madam en Eraleft.

-¡Santos soles! ¿Y entonces por qué tienes esas notorias marcas en tus brazos y piernas, ah? Si eso no es maltrato no sé lo que sea, ¡Uff! Niña terca, ¡Di su nombre y yo me encargaré de que pague por todo el daño que te causó! -sugirió la profesora al destapar el abrigo blanco que traía por dentro del uniforme.

-¡NO! ¡Le suplico que no haga eso! ¡Ella me matará o atormentará de por vida si sabe sobre esto! Es más, le juro que solo me golpeó, humilló e insultó cuando yo lo merecía debido a mi mal comportamiento y rebeldía, ¡Ya lo verá! Soy un problema en cualquier lugar al que vaya.

-Tranquila pequeña, puedes confiar en nosotros porque no te vamos a juzgar o a hacer la ley del hielo, pero si esa mujer te agredió y amenazó con algo malo debes decirme para tomar medidas drásticas, ¿Y bien? ¿Hablarás?

-Okey profesora, le diré la verdad a pesar de estar aterrada o parecer una mocosa malagradecida y chismosa.

-¡Responde ya, niña tonta! ¡Nos tienes hartos con tus dramas infantiles!

-Amperton, ¡Vaya al rincón! ¡Ahora! ¡Ishh! Perdona niña nueva, entonces, ¿Ibas a confiar en mí, sí o no?

-Ah sí... La verdad es que la mujer mayor con la que he vivido quiso que yo me convirtiera en la mejor de la clase aunque estuviera aquí en Eraleft, ¡Créame! Por eso me educó con severidad, firmeza, disciplina y temperamento, pero jamás se atrevió a tocarme un solo cabello. -volví a mentir con tal de escudarme ante la mirada asesina de la Madam, quien creía que podía verme desde la lejanía.

-¿Y esos golpes? ¿Te los hiciste tú sola?

-Así es, ¡Esa "bondadosa" mujer es inocente de cualquier acusación porque yo soy una niña muy inquieta que siempre se mete en problemas! ¡Lo juro! A pesar de todo la quiero mucho y ella a mí, pero quiero evitar que la nueva chica que vive junto a ella no tenga que esforzarse tanto en nuestra casa.

-Señorita Ferrer... Para su información, yo puedo sentir cuando alguien me está mintiendo y usted lo hace justo ahora, sin embargo, respetaré su insana e incorrecta decisión de ocultar lo que es obvio porque a pesar de que solamente tienes diez años de edad hablas como si fueras mucho mayor y en un extraño modo de protectora, ¡Ohhhh! ¡Imposible!

-¿Disculpe? ¿Le sucede algo, profesora Malissa? ¿Necesita algo?

-No, no, ¡Estoy bien! Solo me mareé.

-¿Ya lo vió, profe? La nueva provocó que se sintiera mal, ¡Debería castigarla porque a mí también me lastimó hace rato y pude morir frente a sus ojos!

-¡Basta Amperton! Usted me aturde más de lo que ya estoy, ¡Solo cállese!

-No, ¡Buscaré ayuda, profesora!

-¡Que no! ¡Ishh! Bien, chicos obstinados... No iba a contarles la historia que les han tratado de ocultar toda la vida por su propia seguridad, sin embargo, como el tema fue sacado a la luz por parte de su nueva compañera Rainey les hablaré sobre esto aunque sea algo totalmente prohibido y secreto para cualquier estudiante de las Eras! Creo que me arriesgaré porque no puedo más con esta horrible carga.

-¿Y yo qué, ah? ¡He tratado de hacer que hable desde hace años! ¡Es injusto! No solo Rainey fue la heroína aquí, ¡Yo también merezco el crédito por esto!

-¡Ash! Muy bien, Amperton, ¡Usted al fin va a obtener las malditas respuestas gracias a su compañera Rainey!

-¡Yo sabía que esto siempre fue un gran secreto perfectamente oculto y al fin tendré la oportunidad de saberlo todo! ¡Genial! Podré asustar aún más a la gente ingenua como esta chiquilla nueva.

-No, ¡Se los prohíbo! -señaló la profesora mientras cerraba rápidamente las cortinas marrones hechas de plástico de las sucias ventanas del aula.

-¿Por? -preguntó la compañera.

-Si les digo esto JAMÁS podrán hablarlo con alguien más, usarlo como chisme o para causar temor entre los pasillos como si fuera un tema libre para hablar públicamente porque cada uno en esta desafortunada academia tiene un gran poder oculto desde que nació, así que, esa es la verdadera razón por la cual ustedes fueron ro... Fueron seleccionados al azar hace muchos años y deben jurar que se llevarán el secreto a la tumba porque podemos estar en peligro absoluto si alguno decide desobedecer mis indicaciones. -afirmó la profesora rubia con una expresión muy seria luego de revelarnos una mínima parte de la verdad.

-¿Fuimos qué, profesora? Sé que quiso decir algo más pero no pudo por culpa de algo o alguien más que la está vigilando tal como a mí, ¡Por favor cuéntenos más!

-Exactamente profe, ¡Queremos saber mucho más sobre esa historia! -sugirió la compañera de apellido Amperton con una mueca de intriga y curiosidad.

-No puedo. -respondió la profesora.

-¿Sabe qué, profe? Siempre he querido conocer la verdad sobre mi origen en esta vida desde que era muy pequeña, así que vamos, ¡Por favor termine de decirnos eso tan misterioso y siniestro porque deseo saber la razón del porqué estamos aquí encerrados! -grité al estar muy decepcionada desde mi mugroso asiento, pues me sentía desesperada.

-La clase ya se acabó, pero antes quiero que sepan algo muy importante que cambiará su negatividad y depresión aquí... Sin ustedes, o sea los estudiantes ordinarios y extraordinarios este lugar no existiría porque el universo los necesita a ambos para su correcta armonía, ¡No solo Luzeft es especial y muy pronto sabrán la razón!

-¿El universo? ¿Pero por qué?

-¡El tema ya se cerró y jamás volveré a hablar sobre eso por nuestra seguridad! ¡Ah! Señorita Amperton, creo que le debe una disculpa sincera a la nueva compañera y a su amigo Connor, pues esas no son maneras de tratar a las personas iguales a nosotros. -afirmó la profesora tras hallarse completamente nerviosa, preocupada y algo estresada por aquella clase, pues salió de ahí.

-¡Ishh! Bien profesora Malissa, ¡Oh Conny! Por favor perdóname, sé que a veces te agobio, pero tuve mucho miedo de que esta chica te apartara de mi lado, ¡Uff! ¿Y tú, te llamabas Rainey, cierto?

-Sí, esa soy yo, pero la profesora ya se encargó de difundir mi nombre por todo el salón y más allá de él gracias a unos malditos chocolates, así que es obvio que ese es mi nombre, ¿Por qué? ¿Vas a insultarme otra vez? -respondí de mala gana mientras le torcía los ojos en señal de desinterés, pues traté de tener el menor contacto con aquella malcriada que casi me golpea cuando llegué.

-¡Ohhhh! ¡Por favor discúlpame! Es en serio, ¡Te juro que llevo aquí tres largos años y siempre quise saber eso que preguntaste, pero nunca me hicieron caso tras creerme una loca que quería llamar la atención y hoy, al fin me diste el valor suficiente como para cuestionar a un maestro de frente, ¡Muchas gracias! ¡Te debo la vida, Rainey Ferrer!

-¿QUÉ? No, ¡No puede ser verdad! ¡Eso que acabas de decir es imposible porque yo estoy aquí desde que tengo memoria! ¡Rayos! ¡Ahora estoy más confundida que antes y no sé por dónde comenzar!

-Cálmate, eso es normal aquí en Eraleft, la zona desierta e ignorada por todo el mundo, pero no te preocupes, ¡Nunca más estarás sola! ¿Quieres ser mi nueva amiga? Prometo cuidarte y apoyarte de ahora en adelante junto a Connor.

-De acuerdo, ya veo que en esta escuela hay muchísimos misterios sin resolver pero muy pronto voy a descubrirlos todos, y sí, claro que deseo ser tu amiga porque me siento perdida entre las sombras tal como si mi vida entera fuera una completa mentira, ¿Puedo abrazarte? ¡Lo necesito mucho! -dije encontrándome muy feliz aunque algo preocupada, pues nada calzaba con lo que llevaba de mi existencia.

-¡Claro que puedes abrazarme! ¡Ah! ¡Me llamo Larrypeth Amperton y a partir de ahora tú y yo seremos las mejores amigas del mundo! Sí, siempre permaneceremos juntas y yo te protegeré de quien sea tal como lo hizo Connor, ¡Lo juro! -aseguró la chica que acababa de conocer con una sonrisa sincera, ya que tomó mi mano amablemente en señal de amistad.

.

...

Datos importantes.

💧Sadie Sink como: Rainey Ferrer (niña).

💧Las imágenes de la profesora Malissa, Connor y Larrypeth fueron creadas a partir de la Inteligencia Artificial (IA) de Microsoft Bing, por lo tanto, no son reales sino ficticias al 100%

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top