*.✧ 24. Golpe de realidad (2)
Como solía hacer cuando se exaltaba por algo, Hao abrió la ventana de la habitación de un solo movimiento. En su cabeza estuvo girando, durante el resto del día, la impresión de su primer encuentro con Hanbin. Ingresó a la habitación, se quedó de pie cerca de la ventana, mirando hacia donde Hanbin dormía en lo que apretaba los puños a su costado. Estaba molesto con él.
—¡Hanbin! ¡¿Por qué hiciste eso?! —le reclamó fuertemente. Hanbin, por supuesto, no respondió, seguía durmiendo. Hao sabía que podía hablar fuerte porque Hanbin tendía a tener un sueño muy pesado—. Ese chico estaba indefenso, no, no puedo creer, que tú —se trababa en sus palabras. Hablaba en lo que se iba acercando a su cama. Pasó las manos por su propio cabello y su rostro —Está bien, debo calmarme —se dijo a sí mismo—. Tengo que recordar que los humanos tienen costumbres extrañas, no es lo mismo cuando se trata de las hadas—. Echó un vistazo a Hanbin, él se veía tranquilo al dormir, roncó un poco. Hao apartó la mirada de él—. Sí, seguramente esa es la forma en la que actúan los humanos —. Continuó hablando consigo mismo—. Como lo de ese chico y esa chica en el parque —. Pensó un poco más de manera nerviosa en lo que tomaba asiento en la orilla de la cama—. Ellos peleaban, pero luego ¡se amaban! —. Volvió a tocar nerviosamente su cabello—. Es un amor diferente, es un tipo de amor para los humanos, eso debe ser. Hanbin está actuando con un tipo de amor diferente al que conozco, ¿verdad? —habló como si él no estuviera presente, el tema seguía dándo vueltas en su mente.
Dándole la espalda a Hanbin, miró hacia enfrente como si observara un vacío o algo parecido. No se sintió seguro de lo que decía, pero no le importaba.
Hanbin se movió y Hao volteó hacia él.
—Ah, lo siento, amor. Estoy pensando mucho en lo que pasó —se acomodó a su lado, luego acarició el cabello de Hanbin con suavidad y gentileza—. Eres muy hermoso —posó su mentón en su hombro, haciendo una expresión un poco triste, esforzándose en olvidar lo que pasó y creyendo que más adelante todo sería mejor—. Yo sé que tú no me harías daño, ¿verdad, mi amor?
Pero se equivocaba. Mientras Hao estaba dispuesto a perdonarlo, Hanbin, esa tarde, simplemente había pensado en que tenía una nueva víctima.
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