La junta de las hadas de la naturaleza concluyó con éxito después de una larga conversación en conjunto con un grupo de hadas del amor y la bondad, las cuales administraban los asuntos más importantes del bosque, entre ellas, la mayoría habían sido las hadas que molestaban a Hao cuando era niño, aquellas que lo habían golpeado, insultado y humillado múltiples veces.

El rey del viento cerró el libro de leyes.

—Muy bien, está decidido —sentenció el rey del viento—. Hanbin no es apto para formar parte de nuestro mundo, no puede convertirse en un hada.

Las hadas del amor y la bondad, asintieron, mirándose entre sí.

—Lo complicado será informarle a Hao —el rey del viento soltó un suspiro cansado—. Pobre muchacho, nada le sale bien —dijo y chasqueando los dedos le pidió a su ayudante que se acercara a la mesa.

—¿Sí, su majestad? —preguntó el hada.

—¿Has tenido noticias de Hao últimamente?

—Lo único que sé, es que ya lleva un mes acompañado a su enamorado Sung Hanbin.

—Debemos darle una información importante cuando sea el momento adecuado.

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Hanbin, Sung Hanbin, junto las cejas, incomodo e inquieto con la pesadilla que estaba teniendo. En un torbellino  lo transportaba a esa época dolorosa.

Primero veía sus pequeñas manos aferrándose a una sabana blanca, alguien estaba sobre esa cama, pero no era capaz de recordar quien, escuchaba una voz susurrando palabras incomprensibles y, de una manera muy borrosa, unas manos que lo tomaban de los hombros. La imagen era muy confusa.

Algo importante que debía recordar y que había bloqueado, seguramente, borrado.

Luego la imagen del sueño se hacía más clara. En ella bajaba de las escaleras. Se sentía tan pequeño e indefenso.

Su padre estaba en la estancia, junto a él, una mujer que portaba ropa lujosa y elegante con maquillaje cargado y tacones de punta fina, giraba para verlo y elevaba una ceja, sonriendo de manera forzada.

—Hijo, ella es la mujer con quien me he casado, ella es a partir de ahora... tu madrastra.

Todo se paralizó para él en ese momento.

Las siguientes imágenes pertenecían a más momentos de su infancia en donde esa mujer se había encargado de hacerle la vida de cuadritos.

—Mi amor, Hanbin otra vez se ha portado mal —decía ella, aferrándose al pecho del padre de Hanbin en lo que ponía una cara triste.

—Tranquila, hablaré con él.

Hanbin niño, en harapos, lavaba los trastes del día después de barrer y dejar los pisos impecables. Su cuerpo dolía, algo dentro de él estaba quebrado.

Hanbin movió su cabeza de un lado a otro, con los ojos cerrados y fuertemente apretados. Sentía que le faltaba la respiración.

En la pesadilla que cruelmente lo llevaba y traía dando vueltas. Vio a su padre tomándolo del brazo y lanzando su frágil cuerpo a la chimenea.

—¡Limpiala!

Esa fue la primera vez que su padre le puso una mano encima y lo había hecho por esa mujer. Aquel día, cuando sostuvo el carbón en sus manos, todo terminó para él. Se dio cuenta de que nada iba a cambiar. Nada. Así que renunció a la esperanza.

La frente de Hanbin comenzaba a sudar de la desesperación y gran frustración de esos recuerdos tan hirientes.

Cuando él ya estaba acostumbrado al dolor, una voz apareció, una imagen y unas manos que lo sostuvieron.

Una mano acarició su rostro con gentileza.

¿Qué era esa extraña sensación que no sabía que existía, y sin embargo, le daba mucha paz?

—Tranquilo —le susurró la dulce voz—. Yo estoy aquí, cuidaré de ti.

Zhang Hao, recostado a su lado, mirándolo desde arriba, se encargaba de proteger a su amado de lo que sea que estuviese haciéndole daño en ese sueño.

Después de un mes, finalmente estaba considerando la posibilidad de poder despertarlo con un beso de amor.

✧･ﾟ: *✧･ﾟ:*Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

Comparto algo que pasó ayer, levanté una mariposa que se estaba muriendo en la acera por el calor. La coloqué sobre una flor, de inmediato abrió sus alas que estaban agotadas. Espero que haya sobrevivido porque no pude volver para poder comprobarlo.

Happy birthday Sung Hanbin! 🎉💖