Lo que la boca no dice el corazón siente
Los ojos de Tzuyu parecen estar inquietos no paran de mirar de un lado a otro y puedo llegar a entenderla, no es porque estemos fuera de casa si no porque le dije que tenía algo muy importante que decirle solo que lo haría cuando lleguemos al centro comercial, parece que cada que me mira quiere preguntarme pero se mantiene en silencio esperando el momento exacto para dirigirme la palabra, aún así se mantiene con el cuerpo fijo hacía delante, su cabeza se mueve para observar el lugar como si no lo conociera cuando ha vivido casi toda su vida aquí.
"No tienes por qué sentirte ansiosa". Le digo para intentar tranquilizarla, hoy se supone que será un buen día para ella por la noticia que le daré y aún así actúa como que diré la peor cosa del mundo, no sé si es que se deja llevar mucho por sus nervios o qué. "Entiendo que quieras saber pero creeme que lo que diré sea una excelente noticia". Doy palmadas en su espalda y ríe. "Es que actúas como si te vas a morir". Entramos al centro comercial y me pongo frente a ella.
"¿Me vas a decir que te enamoraste de alguien?". Pregunta y rio.
"En tus sueños y en los míos". Suspiro y llevo las manos a mi cintura. "Me gustaría que eso se hiciera realidad". Soy media vuelta y sigo caminando. "Digamos que lo que diré será más buena noticia para ti que para mi".
"¿Por qué?". Inflo las mejillas y acerco a una tienda en la que venden juguetes.
"Porque el regalo será para ti y yo tendré que pagarlo". Ambas reímos. "Bueno mis padres pero bueno".
"Eso te iba a decir". Le pego en el hombro y sigo caminando. "Por favor dime qué es". Me agarra del brazo y jala. "¡Por favor!".
"Ya tengo el lugar". La miro y tal parece que no entiende lo que le estoy diciendo, quisiera que fuera más rápido y que con solo algunas palabras logrará comprender lo que le digo pero considero que como no está en mi cabeza es obvio que no sabes así que le sonrío. "Y el día para que te veas con Sana". Puedo ver como sus ojos brillan y comienza a saltar, rio por eso ya que se ve como una niña que le dijeron la mejor noticia del mundo, me agrada que sea así que se note la felicidad.
"No te imaginas lo agradecida que estoy contigo". Me agarra de las mejillas y las aprieta, comienzo a quejarme pero lo sigue haciendo así que la dejo. "He estado esperando años para que este momento se haga realidad". Ruedo los ojos por su gran sonrisa. "Muchísimas gracias". Me atrae a su cuerpo para darme un gran abrazo que siento que me rompe algunos huesos. "Eres lo mejor que existe en el mundo".
"Dices eso porque hago algo por ti". La aparto y mantengo las manos a cada lado de sus brazos. "Gracias a ti también por ayudarme indirectamente con la tesis".
"Ambas salimos ganando". Seguimos caminando, una al lado de la otra y puedo notar la felicidad que tiene solo con verla, hasta parece que está brillando, esa es exactamente la reacción que esperaba así que le siento satisfecha, pensé que sería apresurada pero no se ve así, creo que es la mejor decisión que pude haber tomado y más cuando se lo cuente a Sana, espero que de verdad puedan llegar a un buen acuerdo y si mis sueños se hacen realidad retomar lo que dejaron atrás. "¿Sana ya lo sabe?". Niego con la cabeza.
"Se lo diré en llamada al llegar a casa". Escondo mis manos en los bolsillos y miro mis pies, por alguna extraña razón siento bastante miedo y nervios por la reacción que tendrá Sana, supongo que es que le agarre mucho cariño y no quiero que ninguna de las dos salga herida.
"¿Cómo crees que reaccione?". No responderé a la pregunta porque muy en el fondo siento que es algo que a pesar de que me encanta, me da miedo la reacción que pueda llegar a tener Sana ya que en muchas ocasiones me ha dicho lo que piensa de la relación.
"Tu la conoces mejor que yo". Respondo y me mira. "La pregunta debes responderla tu misma porque la conoces". Apresuro los pasos. "Si llegas tarde a dónde voy te mato". No puedo evitar reír por escuchar como está corriendo detrás de mi.
"¿A dónde vamos?". Me tapo la boca en señal de que no puedo decirle. "Aunque sea dime algo".
"Un pequeño regalo". Uno mis dedos. "Así de pequeño". Entro a la tienda y ella me sigue. "Elige el vestido que quieras". Le digo y me mira raro. "Yo lo compraré".
"¿Desde cuándo eres tan regala cosas?". Subo la mirada hacia las mujeres que están en el mostrador.
"Mis papás me dieron dinero extra porque saben algo de la tesis". Jihyo asiente lentamente. "Querían apoyarte porque eres mi mejor amiga, además, he estado reuniendo un poco de dinero cada mes para tener suficiente".
"Eres la mejor amiga del mundo". Me abraza y sonrío. "No sé que hacer por ti".
"Quiero que disfrutes que vas a estar con la chica que amaste". La muevo hacia los vestidos. "También le debes agradecer a mis papás porque ya sabes cómo son". Me revuelve el cabello.
"Actúas como si fueras toda una señora con dinero". Ruedo los ojos por eso.
"Mis papás son los del dinero yo la que aproveché porque quería darte un excelente regalo". Me cruzo de brazos y apoyo la espalda en la pared. "Quiero que te veas como una princesa". Me mira a los ojos. "Y que seas muy feliz con Sana".
"¿Por qué tus ojos están llenos de lágrimas?". Parpadeo varias veces y los limpio.
"Creo que solo estoy emocionada por eso". Frunzo las cejas confundida por lo que acaba de pasar y le señalo el vestidor. "Apúrate que no tengo todo el día". Se ríe y agarra unos cuantos vestidos, al verla entrar en uno de los vestidores, llevo la mano a mi pecho y siento un ligero pinchazo.
He estado presentando esa extraña sensación desde que me di cuenta que era el momento de que ambas se reencontrarán, creo que es la emoción y las ganas que tengo de que sean felices, sería la primera vez que veo a Jihyo estando con la persona que ama en vez de imaginarmelo por que lo me cuenta.
"¿Crees que le guste un vestido negro?". Pregunto mientras busco algunos vestidos. "Es que siento que ella es más de rojo y esas cosas". Digo. "¿Jihyo?". Volteo y la veo con una gran sonrisa enseñándome lo que trae puesto, un vestido color olivo bastante ceñido al cuerpo. "Dios Santo". Está tan sonriente que creo que hasta puedo ver las últimas muelas. "Estás preciosa". La agarro de la mano y le doy una vuelta. "Sana va a...". Trago saliva por otro pinchazo. "Estar...muy feliz". Sonrío.
"¿Te encuentras bien?". Asiento con una gran sonrisa. "¿En serio me veo tan bien?". Pregunta y sus ojos brillan.
"Nunca te había visto tan hermosa". La miro de arriba hacia abajo. "¿Te quedarás con ese?".
"Creo que sí". Miro hacia la salida de la tienda y veo a dos chicas que están mirando hacia acá, se toman de la mano y siguen su camino, tal vez son pareja. "¿Tzuyu?".
"Ah sí, a pagar". Digo y camino hacia el mostrador.
"Era que si...". Volteo a verla. "Olvídalo".
Suspiro y sigo caminando, el estar pensando siempre en que debo estar en pareja con alguien me está volviendo loca, sobre todo ahora que parece que se está intensificando.
Me dejo caer en el sofá y sonrío al ver un mensaje de Sana en el teléfono, tengo que llamarla para que sepa que va a salir con Jihyo, bueno no le diré que es con ella pero si que tendrá una gran cena.
La llamo y acerco el teléfono a mi oído, siento algo en el estómago, creo que es la emoción que me está afectando bastante, casi siento que en cualquier momento me puedo desmayar de la ansiedad que tengo porque no me contesta rápido, algunos pitidos más y atiende, parece que estaba durmiendo por como comienza a hacer como un cachorro.
"Hola Tzu". Su voz está completamente cambiada y me sorprende, nunca la había escuchado escuchado así hasta ahora.
"Hola". Devuelvo el saludo. "¿Te desperté?". Bosteza.
"Me acababa de despertar cuando llamaste". Asiento y suspiro. "¿A qué se debe tu repentina llamada?". Me da ternura que tenga la voz así al acabarse de despertar.
"¿Recuerda la cena que te dije que te daría?". Pregunto esperando que si porque así le ahorraría explicarle.
"Claro que sí". Responde. "La comida nunca se me olvida". Rio ya que es verdad.
"Bueno". Aclaro la garganta. "Mañana a las siete y media será, te pasaré la dirección y algunas indicaciones".
"¿Por qué lo dices como si se tratara de un experimento?". Trago saliva. "¿O es que todo lo dices así?". Sonrío un poco al recordar lo feliz que estaba Jihyo. "Espero que sea una comida deliciosa, Chou Tzuyu".
"Todo lo mejor para ti". Digo y por un momento no se escucha nada desde la otra línea tanto así que miro dos veces el teléfono para ver si es que me cortó. "Quiero que sepas que mañana será un gran día".
"Ya quiero saber, ¿Habrá alguna sorpresa?". En su voz hay tanta emoción que siento como mi corazón da vueltas por la felicidad que estoy sintiendo, por fin haré algo bueno por mi gran amiga. "¡Mejor no me digas!". Cierro los ojos aguantando el grito de Sana. "¡O mejor dime!". Amo que sea la persona que es, eso me ha ayudado mucho a entender a muchos que son como ella y no entendía como las personas podrían aguantarlos, ahora sé que es lo mejor del mundo.
"No te puedo decir". Admito con un poco de tristeza. "Te prometo que cuando sepas lo que pasará serás feliz o algo así". Vuelve a gruñir solo que esta vez diferente como si estuviera desesperada.
"No creo que haya algo que me haga más feliz que comer gratis". Bueno en eso tiene razón, para ella lo mejor que hay es guardar dinero para poder darle juguetes o lo que necesite Mina, es una gran hermana que se merece muchas cosas buenas.
"Lo dices como si tu familia no tuviera dinero". Ríe y sonrío. "Pero tienes razón, lo mejor que hay es que te inviten la cena".
"¿Podré pedir lo que quiera?". Actúa como una niña que le dicen que irán a Disneyland.
"Claro que sí". Respondo con mucha seguridad. "Quiero que comas bien y estés satisfecha". Lo más importante es que sea una muy buena velada y que puedan disfrutar de ese tiempo que tendrán juntas.
"¿Tu también comerás mucho?". Me muerdo el labio inferior e intento pensar lo más rápido posible en que decirle. "¿Tzuyu?".
"Comeré lo mismo que tú". Murmuro entre dientes sintiéndome un poco mal por mentirle, pero lo hago por una buena causa así que hay que aguantar sentirse un poco mal para un buen mayor.
"Te prometo que aunque te haga gastar mucho la pasaremos muy bien". Levanto ambas cejas y aprieto un poco los dientes. "Como buena amiga que soy, probablemente te ayude a pagar algo".
"Eso no lo habíamos acordado". Digo rápidamente. "Yo voy a pagar todo tu no tendrás que pagar nada, es más ese dinero úsalo para comprarle algo a Mina o a ti".
"Pero-".
"Que no". La corto y chilla. "No vas a pagar nada porque ese era el acuerdo".
"Pero yo te debo un helado que te robé de la nevera". Me quedo en silencio y camino hacia la nevera, abrirla boca al darme cuenta que mi delicioso helado de vainilla con chips de chocolate no está.
"¡Minatozaki Sana!". Exclamo con enojo. "Es mi helado favorito". Bufo. "Eso no se hace". Alejó un poco el teléfono y veo que me cortó.
No sé que hacer con ella.
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