Cap. 17
Con todas las cosas que pasaron Zayn no puede dormir pensando que Marian corre peligro, lo atormenta el recuerdo y su grave error hace 6 años. No puede permitir que eso se repita.
Él está acostado en su cama tratando de cerrar los ojos, mira el reloj que se encuentra en la mesita de noche a su derecha, marca las 2:00 de la madrugada.
Cuando logra dormir, en sus sueños aparece la imagen clara del momento preciso en donde él mismo se despide de Nicole.
-Nos vemos. –dice Zayn sonriendo, Nicole de da un beso de despedida.
-¡No! ¡No la dejes sola! –grita tratando de intervenir pero solo presencia todo como si fuera un fantasma. La motocicleta arranca y se aleja dejando a Nicole sola en el oscuro bosque, ella comienza a caminar a paso lento por el sendero.
-Nicky… -murmura él con los ojos llenos de lágrimas, entonces ella se detiene y voltea.
-Zayn… ¿Aún me recuerdas? –dice ella con la voz suave, como un susurro.
-Nunca podría olvidarte. –responde con la voz quebrada.
-Tú eres la única razón que me da fuerzas para seguir viviendo. –habla acercándose a él.
-No, solo es un sueño, tú… estas muerta. –Zayn niega con la cabeza, todo es tan real que cree que puede escuchar realmente la voz de Nicole.
-No… sigo viva en tu corazón. –ella se acerca y le da un corto beso, el tacto es suave y cálido. Zayn puede sentirlo.
De repente abre los ojos despertándose, esta sudando y su respiración está muy agitada.
-¿Nicole? –él mira a su alrededor pero el cuarto está vacío, las luces se encuentran apagadas y la luz de la luna entra por la ventana empañada. Zayn seca su transpiración con un trapo y respira hondo.
-Solo fue un sueño… -murmura tomándose del rostro con ambas manos.
Dos semanas después…
Es otro día aburrido en la facultad, cuando la noche cae el edificio se vacía dejando corredores deshabitados tenues luces amarillentas brillando en las calles y una densa niebla parece dormida sobre la ciudad, entonces Luke decide dar un paseo en busca de diversión, alguna chica desprevenida puede que haya salido en esta noche…
Cuando recorría las veredas a pie, el frío golpeaba su rostro, a lo lejos distingue una figura alta y delgada de una joven, ella llega un tapado negro con grandes botones, una gorra de lana celeste y en su cuello lleva una cálida bufanda azul que tapa la parte inferior de su rostro hasta la nariz.
Luke se esconde en un callejón y observa a la chica que se encuentra a una cuadra de distancia, la niebla y la oscuridad lo ocultan muy bien. Al asegurarse que está sola decide acercársele, enseñando su flamante sonrisa seductora.
-¿Estás perdida?
Ella voltea y lo mira a los ojos, sus ojos son azules, un efecto de la niebla hace que sean más oscuros de lo normal.
-Eso creo… ¿Sabes dónde puedo encontrar la facultad? –dice con la voz distorsionada por la bufanda.
-¿La facultad? –Repite pensativo frotándose la barbilla –Sé donde está pero… a esta hora está cerrada.
-No importa tengo la llave de la puerta. –comenta ella mirando los extremos de la calle.
-Está lejos ¿Iras caminando? –pregunta arqueando la ceja, lo último que Luke quería es que alguien más se apropiara de su presa.
-No tengo de otra. –responde alejándose. Cuando está a punto de doblar la esquina, él la detiene sosteniéndola del brazo.
-Espera, puedo llevarte, si quieres. –propone con una sonrisa a medias.
-¿Tienes auto? –habla viendo la mano de Luke sosteniendo su brazo.
-Sí está a dos calles de aquí.
-No quiero molestarte… -murmura ella mirando a un acostado.
-No me molestaría llevar a una bella chica en mi auto, al contrario. –sonríe tomando la mano de ella. Ambos caminan hasta el auto, en el camino ella mira por la ventanilla empañada, Luke la inspecciona con la vista en algunos momentos, tiene unos jeans azules ajustados en sus piernas y una camiseta gris de cuello alto.
-¿Qué vienes a hacer a esta hora a la facultar? –pregunta él mirando al frente.
-Asuntos personales. –responde seca y juntando las cejas.
-Solo preguntaba. –dice como disculpa.
-Gracias. –ella baja del auto y cierra la puerta con fuerza, Luke enciende el motor y se aleja pero solo unas cuantas cuadras, deja el auto estacionado en la calle y entra a la facultad.
-Esa chica no tiene idea de con quien se está metiendo. –refunfuña molesto.
-¿Dónde estará? –se pregunta buscando en todos los pasillos, una pálida luz que se filtra por las puertas del gimnasio llama su atención.
Luke abre las puertas y encuentra muchas telas de trapecio colgadas por el techo, son de diferentes colores como rosa, blanco y crema. Entre ellas logra ver a la chica, tiene puesto una maya enteriza de color celeste que deja lucir sus piernas pero las telas se encargan de obstruir su vista y se interna entre ese laberinto de tela en busca de la misteriosa joven. La temperatura es cálida a diferencia con el exterior y un aroma inunda el ambiente; es una combinación de rosas y jazmines, a Luke le resulta familiar.
-Hola de nuevo ¿Qué haces aquí? –escucha la voz de ella, no parece sorprendida, de hecho contaba que Luke la siguiera.
-Me aseguro de que estés segura. –responde caminado hacia donde escuchó la voz pero la oye en otro sitio esta vez.
-¿Segura? ¿Contigo? –ella suelta una risa fría.
-No te escondas de mí. –habla Luke con una voz seria corriendo las telas que están en su camino.
-No me escondo… -De repente Luke siente los brazos de la chica rodeando su pecho –Te acecho. –murmura seductora a sus espaldas, una delgada tela rosa los separa, de hecho sus cuerpos están tan juntos que sienten el calor uno del otro.
-No quise dejarte sola en este lugar, alguien puede venir y… -comienza.
-¿Y violarme? –interrumpe seria. Entonces Luke toma sus brazos impidiendo que se aleje de él.
-Eso es lo que estaba pensando… -susurra besando la mano de la joven.
Ella se zafa y corre para alejarse, él voltea pero una vez más la pierde de vista.
-¿Tienes miedo de mí? –pregunta mirando a su alrededor, solo hay telas y ese aroma extraño.
-No te tengo miedo, Luke. –responde secamente.
-¿Cómo sabes mi nombre? –habla haciendo una mueca de impaciencia.
-Ya nos habíamos conocido; hace exactamente seis años. –comenta, su voz viaja por el aire y se le hace difícil a Luke saber donde se encuentra.
-Lo recordaría… -murmura caminando lentamente hacia adelante, hacia una sombra que está detrás de una tela blanca.
-Tal vez esto te refresque la memoria… -dice ella extendiendo su brazo; en su mano se encuentra una tela roja que resalta en el lugar, está desgarrada y manchada con sangre.
-No puede ser. –habla sorprendido, unos escalofríos recorren su espalda haciendo que retrocede asustado lentamente.
Ella corre la tela con su mano restante dejándose ver completamente, un largo flequillo cae sobre la mirad derecha de su rostro, sus ojos azules están llenos de odio y unas cicatrices de una profundas cortadas se encuentran en su mejilla.
-Tú… n-no puede ser. –habla negando con la cabeza.
-Ustedes me convirtieron en esto… Ahora pagarán con sus vidas. –dice ella con una voz áspera y fría.
Unas horas después, un texto llega al teléfono de Logan.
-Ven al bosque, tengo algo importante que decirte.
-Es Luke ¿Qué será lo que quiere? –dice cansado.
Logan toma su auto y conduce al bosque, la niebla aun persiste y la luna llena ilumina los edificios creando unas sombras espeluznantes.
Él llega al bosque tomando el sendero de tierra, pero en el camino una sombra negra se encuentra entre los árboles. Detiene el auto a unos metros y los faros iluminan lo que parece ser una telaraña de telas negras y rojas, Logan queda atónito al distinguir que Luke se encuentra enredado y sin vida con una tela azul envuelta fuertemente por su cuello.
-Luke… -balbucea mirando atentamente la escena.
Su hermano tiene la camisa abierta dejando su pecho al descubierto, unas cortadas están en ese lugar con sangre cayendo al suelo. Las cortadas son palabras, sencillas y letales.
-Tú sigues…
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