¡ T R A C K : TREINTA Y UNO !

CHANLIX ────── la capacidad de amar del pequeño brownie.
adaptación

―¡Ey, tú, maldito idiota! ―gritó Chan, en su intento porque Changbin volviese en sí―. ¡¿Estás borracho, ah?!

Chan trató de incorporarse, pero las cuerdas que le mantenían firmemente sujeto a Felix no cedieron, haciendo que cayera sobre él nuevamente.

―¿Puedes quedarte quieto, hyung? ―Felix gritó en su oído, jadeando al ser aplastado por el cuerpo del mayor.

―¿Por qué tengo que estar quieto mientras tengo tu pene en el culo? ―preguntó con nerviosismo, abriendo los ojos en grande para hacer ver su idea―. ¡Seo Changbin! ¡Me las vas a pagar!

―¡Ya deja de moverte! ―Felix trató de deslizarse, siendo él quien estaba sentado en el suelo, era el único que podía moverse―. Quiero llegar a algún sitio y conseguir tijeras.

―Mis manos están atadas ―murmuró Chan, abultando los labios―. ¿Felix, por qué tu pene es tan grande? ―preguntó tratando de apoyarse en sus rodillas.

Aquella pregunta salió de sus labios sin pudor, sin embargo, sus mejillas comenzaron a pintarse de rojo rápidamente cuando Felix lo miró.

―Mis manos igual ―avisó Felix, ignorando la pregunta del mayor.

Algunos jadeos se escaparon de sus labios debido al movimiento de Chan al tratar de levantarse.

―Ya deja de gemir, idiota ―gruñó Chan con la cara roja―, me quedaré quieto.

―Estoy siendo estumilado ―jadeó el menor excusándose, bufando cuando Chan se movió de nuevo, esta vez hacia adelante―. ¿Ahora qué? ¿Acaso estás...?

Chan siguió impulsándose hacia el frente, enterrándose con fuerza en el mayor en el proceso. Felix apoyó la cabeza en el pecho del mayor una vez que este detuvo su viaje.

Los jadeos y la respiración irregular de ambos se hacían oír en todo el departamento, siendo acompañados únicamente por el bajo volúmen del televisor.

―Creo que acabo de perder la virginidad. ―Chan apoyó la cabeza en la ajena―. ¡Y todavía no salgo de aquí!

Chan se rindió, por segunda vez, sentándose sobre el menor; aún si estaba incómodo, él también ha sido estimulado. Las cuerdas estaban tensas, casi no había espacio entre ellos. Tener a Felix aprisionado entre sus piernas era incómodo, pero horriblemente placentero.

Chan quería escapar hacia su habitación y meterse un consolador en el trasero; Felix le había dejado con las ganas, pero Chan estaba seguro de que nada más que aquel acercamiento forzoso sucedería entre ellos.

―¿Tienes idea de porqué Binnie nos hizo esto? ―preguntó Felix, acercándose disimuladamente un poco más al pene que descansa sobre su estómago.

―No, y no quiero saber ―mintió descaradamente.

Oh, él sabía porqué sucedió todo eso.

―Quiero ir a mi cama ―rogó Chan unos minutos después, siguiendo con su acto de negación.

Aun si todo el camino hasta la sala sólo fue un pequeño plan para moverse encima del menor a su gusto, ahora Chan tenía la mente en blanco.

―Y yo quiero follarte sobre ese sillón, pero esto es tan difícil ―gruñó Felix con voz ronca.

La voz de Felix hizo que la piel de Chan se erizara; le miró estupefacto, pero la expresión en el mayor se mantuvo.

―Demonios, sólo necesito... ―murmuró Chan completamente necesitado, pero algo de repente se le ocurrió―. Lix, no hemos intentado pararnos.

―¿Y eso de qué servirá? ―Felix aún estaba perdido en la conversación.

―Po... Podemos ir a la cama ―respondió el mayor―. ¡Para estar más cómodos!

Felix se inclinó hacia adelante, haciendo que la espalda de Chan tocara el suelo; sus rodillas estaban apoyadas justo ahí, haciendo que le sea un poco más fácil incorporarse.

―Realmente funcionó ―bramó Felix, feliz, comenzando a caminar hacia su habitación con Chan a cuestas, la fuerza en sus piernas era inmensa.

―No me dejes caer, no me dejes caer ―pidió el mayor, en bucle, apoyando la mejilla en el cuello de Felix.

Lo siguiente que Chan sintió, fue el colchón suave sobre su espalda, aún tenía el cuerpo firme de Felix encima, así que le miró con una ceja alzada.

―Vas a aplastarme, y tu hueso me está haciendo mal ―se quejó Chan abultando los labios―. Caderas filosas.

El más alto se volvió a sentar, dándoles a ambos la misma posición que ocuparon en la sala.

―Ahora sólo tenemos que esperar ―dijo Felix con alivio.

Su trasero dolía por estar sentado en el suelo con peso extra encima, así que el suave colchón es un cielo de nubes para Felix.

Parecía que no recordaba las palabras que soltó antes, por lo que Chan asintió, apoyándose sobre el menor para descansar. Incluso si él deseaba ser mancillado con fuerza por Felix, Chan no dijo nada por un rato.

―En serio creí que... ―Chan se quedó callado a media frase.

Chan sabía de antemano que un acostón podía arruinar su relación con Felix, pero no puede evitar sentirse tan enamorado de él.

―Tú de verdad... ―Felix mordió sus labios, incapaz de continuar.

¿De verdad has creído eso, ah, idiota?

No ―Chan se maldijo―, Felix no es así.

―Dije eso porque creí que así Changbin aparecería ―admitió el menor desviando la vista a la puerta.

Poco después de hablar, Felix se arrepintió de confesarlo. Las mejillas rojas de Chan y su mirada decepcionada hucieron que Felix se sintiera incómodo.

―¡Changbin! ―llamó el líder, a gritos, quería que ese desgraciado lo sacara de ahí―. ¡Bin! ¡Bin!

¡Tu estúpido plan no funcionó!

Felix apartó la vista, reacio a ver a su amigo a la cara. No cuando descubrió lo que este sentía por él. No lo entendía, los ojos del mayor estaban lagrimeando, y parecía querer estar en cualquier sitio en lugar de ese.

Chan también evitó verle, ambos sabían que de alguna manera habían sido descubiertos, y ninguno quería afrontar esa realidad.

h0la 🤔

em, quieren las partes que siguen de esta historia? 🤔 creo que hay dos más

Quería actualizar, pero no quería escribir jajaja 🧃

Pd: amo esta historia sí

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