¡ T R A C K : TREINTA Y SEIS !

HYUN CHAN ────── Hyunjin no debió encontrar la caja que Chan había escondido detrás de su ropa en el armario.

Jeongin, Jisung, Felix y Minho estaban jugando a las escondidas con Hyunjin, él debía encontrarlos a todos en menos de quince minutos o tendría que hacer sus labores por una semana entera. Y aquello no hacía muy feliz a Hyunjin.

En siete minutos pudo encontrar a la mitad, solo quedaban Minho y Jisung y ciertamente Hyunjin tenía mucho miedo de dónde o mejor dicho qué estarían haciendo esos dos si es que estaban juntos. Buscó por todos lados, pero no hubo rastros de la parejita.

Cansado y con la sensación de que se convertiría en el esclavo de sus amigos, Hyunjin comenzó a buscarlos con menos ánimo. No encontró a ninguno de los dos en ninguna parte y sólo quedaban: la habitación de Chan y los cuartos de baño.

―¿Sabes dónde puedo buscarlos? ―Hyunjin miró a Felix con súplica, estaba seguro de que la masita le diría.

El menor estaba por abrir la boca cuando Seungmin se la tapó con la mano y negó con la cabeza. Seungmin quería que el trato que se hizo fuera justo.

―Si te soplan es trampa. ―Seungmin quitó la mano cuando Felix comenzó a lamersela―. Continúa buscando.

Hyunjin suspiró con molestia y, haciendo un berrinche, siguió buscando. Entró a los cuartos de baño y no vio a ninguno de los dos, así que sólo quedaba buscar en la habitación de Chan, quien no estaba en casa y tampoco les había dado el permiso de ingresar allí.

Pidiendo permiso y perdón, Hyunjin abrió la puerta del cuarto y pasó, buscó debajo de la cama, detrás del inmueble, pero no halló a la parejita (ya comenzaba a odiarlos), vio entonces el armario y se acercó a él lentamente.

―¿Están en el armario? ―dijo Hyunjin en voz alta, harto.

No hubo ni un solo ruido, así que Hyunjin abrió las puertas del mismo con lentitud, pero se encontró con la sorpresa de que no había nadie allí; sintiendo la cólera en aumento, tiró al suelo un par de prendas y gruñó. Rápidamente se dio cuenta de lo que hizo y comenzó a levantar la ropa que había tirado con algo de pánico.

―No, no, no, Channie hyung me matará.

Ya había perdido de todas formas. Hyunjin dobló las camisetas negras de Chan y volvió a acomodarlas en su lugar, pero una caja negra llamó su atención.

Hyunjin no era de husmear entre las cosas ajenas, tampoco disfrutaba de tomar lo que no le pertenecía, pero en este momento la curiosidad fue más grande que cualquier cosa.

―No lo hagas, mi rey. ―Se dijo Hyunjin sin poder detener su mano de tomar esa caja.

Sentado en el suelo de la habitación de Chan, Hyunjin abrió la caja ajena luego de analizarla por fuera, tenía algunos stickers de berenjenas y (qué horror, él las odia) algunas del emoji del diablito que sonríe. Con renovada curiosidad, se apresuró a buscar entre tanta bolsa de burbujas... un artefacto larguirucho de color negro. Lo tomó entre sus manos y lo miró de cerca.

―¿Masajeador? ―Hyunjin apoyó el artefacto negro sobre su hombro y cuello comenzando a masajearse con él, aunque su forma era media curva y su uso no era fácil.

Hyunjin volvió a acercarlo a su rostro en búsqueda de algún botón, curioso acerca de su uso, si vibraba o solo era para amasar la piel.

―Un momento... esto... esto huele raro ―dijo en voz baja tras sentir un sutil aroma.

Con el artefacto en mano, Hyunjin siguió indagando en el contenido de la caja pero solo encontró paquetitos de máscaras de colágeno y gel... Los colores de los paquetes eran llamativos así que leyó los mismos para ver qué marca usaba su hyung para cuidar su piel...

No, no eran de colágeno, ni gel.

Hyunjin soltó el... artefacto, dejándolo caer en la caja, tras percatarse de qué era realmente. La misteriosa caja negra estaba llena de paquetes de lubricante y preservativos y... Hyunjin se había frotado el cuello con un consolador. Hoy sí que fue su día.

Ahogando un gemido lastimero, Hyunjin guardó todo en su lugar y se levantó del suelo como un resorte, acomodó todo como estaba y trató de sonreír mientras pensaba en cómo haría para ver a Chan a los ojos a partir de hoy, pero jamás esperó que el mismísimo Bang Chan estuvise en la puerta de su habitación tratando de contener la risa.

―Ay, hyung ―Hyunjin lloriqueó sintiendo sus piernas temblar―. ¿Desde cuándo estás ahí?

Chan separó sus labios, que antes habían estado en una fina línea recta, y levantó el índice como si fuera a decir algo interesante.

―Desde que comenzaste a frotarte el cuello con mi vibrador.


05092021

ay hyunjin q hiciste compañero

ve tu a saber dónde se ha metido eso y tú que te lo pasas por el cogote

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