¡ T R A C K : SEIS !

HYUNCHAN¡!

ǝlᴉɯs ʎǝɥ
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en donde hyunjin ayuda a su raro vecino

Hyunjin tomó sus maletas luego de cortar la llamada de su madre, ella estaba tan preocupada por él que había llamado cada dos horas esperando por noticias suyas; su hijo jamás se había ido tan lejos solo. Hyunjin ya tenía veinte años y quería vivir cerca de su nueva Universidad, por su propia cuenta, viajar todos los días durante una hora hasta llegar a la anterior ya era cansado, así que decidió trasladarse hacia Busan.

La señora Hwang estaba más tranquila a sabiendas de que la hermana de su esposo vivía en la misma ciudad, y aunque ese viaje no era lo que ella hubiera deseado, estaba feliz por la independencia de su hijo (aunque muy en el fondo esperaba que él volviese con el rabo entre las patas).

Hyunjin entró al edificio siendo recibido por el botones, quien le sonrió en grande al verle.

―Puedo ayudarlo con eso ―dice el botón apresurado, tomando sus maletas―. Buenos días, señor.

―Buenos días.

Con una sonrisa completamente satisfecho y ansioso, Hyunjin se lanzó a su cama. El departamento estaba completamente amueblado y no era para nada barato, pero tenía la suerte de que sus padres podrían pagarlo sin ningún problema. Decidió dormir por un rato, así que Hyunjin tomó su teléfono luego de mandarle un mensaje a su madre, puso una alarma para que sonase en una hora y media, y apoyó la cabeza en la almohada derecha al tiempo que sostenía la del lado izquierdo entre sus brazos.

Vivir solo sería toda una aventura.

La primera semana de Hyunjin en Busan fue tranquila, pasó tiempo recorriendo las calles y memorizando el camino hacia la universidad y alrededores para cuando las clases comenzaran. También encontró sitios de comida rápida donde el servicio era más que suficiente. Él estaba perfectamente bien. Hasta que la semana siguiente a esa, conoció a un chico.

Hyunjin estaba frente a la puerta de su departamento cargando las bolsas de las compras cuando fue detenido por un pequeño sonido, parecido a un chasquido de labios justo detrás suya. Al intentar encajar las llaves dentro de la cerradura y darse cuenta que no podía con todo, y que el sonido que quería llamar su atención persistía, volteó con la sonrisa más cansada del mundo.

Lo que no esperó fue encontrarse con un chico de rizos, grandes hoyuelos en ambas mejillas y ojitos tan pequeños que desaparecían detrás de esa sonrisa. Él estaba escondido detrás de la puerta sólo dejando ver su cabeza y una de sus manos, le miraba atentamente.

Hyunjin dejó las bolsas en el suelo e hizo una reverencia para saludar al chico, quien hizo lo mismo (sólo con su cabeza).

―No sabía que ese departamento estaba ocupado ―murmura Hyunjin, confundido―. Oh, mi nombre es Hwang Hyunjin. Llegué hace dos semanas, lamento no haber pasado a saludar, la vecina me dijo que nadie vivía aquí.

―S... Soy Bang Chan... ―saluda él, sonriendo y ocultándose un poco más detrás de la puerta―. Y descuida, la mayoría de las personas de este pasillo no saben que vivo aquí, aunque ocupe el lugar hace dos años... Sólo quería... pedirte un favor.

Hyunjin se mordió los labios para no soltar un pequeño sonido enternecido, sus dedos cosquillearon con la idea de tomar aquellos hoyuelos e incarle los dedos.

―Claro... ―Hyunjin titubea―. Es lo menos que puedo hacer por no haber pasado.

―No... No será gratis. ―Bang Chan saca la cabeza y revisa el pasillo, un poco nervioso―. Sólo tienes que ir al supermercado que está en la esquina y hacer mis compras. Te pagaré por ello...

Hyunjin miró sus propias bolsas y luego miró al chico frente a él.

―Acabo de venir de ahí justo ahora ―murmura.

Los ojos de Bang Chan caen sobre ellas también y asiente, apretando los labios. Tomando aquella respuesta como un “no”.

―Ya veo... ―responde, cerrando la puerta sin decir nada más.

Hyunjin frunce el ceño, pero no quiere dejarlo ahí así que golpea la puerta ajena esperando que el chico atendiese.

―Puedo ir de nuevo ―articula apenas Chan abre la puerta.

La sonrisa que el chico de rizos le regala en ese momento, se queda en la mente de Hyunjin mientras hace las compras correspondientes en la lista.

De esa manera, Hyunjin hace las compras de Chan todos los viernes, luego de un mes de aquella manera, Chan le pidió pagar las cuentas. Y Hyunjin recibió aún más dinero extra por ello.

Una tarde donde Hyunjin dejó las bolsas en los brazos ajenos, decidió abrir la boca y vaya que tenía una gran bocota.

―Hey, Chan... Yo me preguntaba si quisieras salir a comer. Ya sabes, a la vuelta hay un puesto de comida deliciosa. Yo invito...

Hyunjin se mantuvo esperando, incluso cuando el chico de rizos de congeló por unos segundos y luego le miró con pena.

―No... No puedo salir... No voy a salir. ―Chan cerró la puerta después de ello.

Se había hecho una costumbre para Chan cerrarle la puerta en la cara y con las palabras en la boca, pero Hyunjin seguía siendo su mula de carga porque el mayor le gustaba mucho. Aun si fue rechazado, al día siguiente Hyunjin tocó la puerta de su vecino por primera vez para hablar de otros asuntos.

Los ojos afligidos del rizado y los labios mordisqueados (con sangre seca) llamaron la atención de Hyunjin, pero no lo mencionó bajo ningún término.

―Quiero ser tu amigo ―fue lo primero que dijo, cruzando los brazos indispuesto a recibir una negativa.

Incluso si quería ser algo más que un amigo, eso no podía salir de su boca por el momento. Primero que nada, Hyunjin tenía que lograr algo con el mayor. Aunque sea, algo.

―¿Amigo? ―repite Bang―. ¿Por qué?

Hyunjin abultó los labios buscando una respuesta para darle. ¿Debía pensarlo mucho, acaso?

―Porque me agradas ―contesta, no encuentra algo más para decir que pueda no asustar al chico.

―Eso no es posible, sólo haces mis compras... ―El ceño de Chan estaba muy marcado.

―Sí, pero, quisiera conocerte más. Además, he convivido un poco con el resto de los vecinos y nadie me agrada como tú.

Bang Chan sigue dudando, y está cerrando la puerta cuando el pie de Hyunjin se interpone entre ella y el umbral, lastimándolo un poco pero exagerando extremadamente el dolor de su pie izquierdo (que no sentía).

―Lo... Lo siento, lo siento. ―Chan abre la puerta nuevamente asustado por el chillido del menor.

―¿Qué te parece si te perdono, pero a cambio, vienes a cenar a mi departmento? ―exclama Hyunjin, tomándose el pie derecho fingiendo masajear.

Chan alzó una ceja y negó.

Hyunjin ya casi estaba rindiéndose.

―Pero puedes venir tú... ―murmura Chan, ocultando su rostro detrás de la puerta por unos segundos―. A las ocho, eh... Trae un postre, yo haré la cena.

Sin decir nada más, escapando de la respuesta, Chan cerró la puerta de su departamento.

Quizás el exterior le daba miedo, y confiar en las personas no era lo suyo, pero aquella bonita sonrisa insistía en quedarse en los pensamientos de Chan la mayoría de las veces.

Bang Chan preparó la cena, asado de cerdo con arroz y huevo frito, acomodó los platos, limpió la sala y colocó una vela, pero al instante la quitó creyendo que era demasiado.

Cerca de las ocho y diez, Hyunjin tocó la puerta de Chan, con un postre de helado en una mano y una rosa blanca en la otra.

―Hola... ―susurra Chan, con el corazón acelerado.

Dom,. 28 de julio 2019

Típico te lastimas un pie y te duele el otro 😅😅

Ya me imagino en el futuro viviendo así como channie, no sé ustedes

Hace más de dos semanas que no salgo de la casa, DE LA CASA

En fin, el OS iba a ser más largo pero quedó ahí;;; si hay errores los corrijo mañana ualgoasí❤️❤️ all the love

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