»062 🎯«


Aquella calurosa tarde de septiembre, después de que Seokjin y Namjoon abandonaran su casa apurados tras verificar que eran las tres de la tarde —Seokjin tenía que irse a su oficina y Namjoon debía abordar un tren para irse a Seúl a una visita turística—; Jungkook literalmente salió corriendo como si su vida pendiera de ello directamente a su habitación, su corazón latía frenético en su pecho y una parte de él rogaba, anhela que al abrir la puerta su Taehyung estuviese allí, desgraciadamente, no fue así.

Cuando el pelinegro ingresó en su habitación, lo único que encontró fue una ventana abierta, una bandeja encima de su escritorio con un plato, cubiertos y un vaso vacíos, su cama mejor acomodada de lo que él nunca lo hacía, con su teddy en el centro de ésta y las pantuflas de Taehyung al borde de la cómoda...las cuales acostumbraba dejar en su hogar.

Jungkook suspiró con desgano, asintiendo después para sí mismo; era tan estúpido siquiera pensar en que Taehyung se quedaría. Sintió las esquinas de sus ojos aguarse, y se sobresaltó cuando un trueno se oyó desde lo alto del cielo, abrazándose a sí mismo.

Se aproximó apresuradamente a la ventana para cerrarla cuando grandes gotas empezaron a salpicar algunos de sus muebles; pero también creyó que era su culpa por el escandaloso llanto que no se molestó en callar. Puede que estuviera exagerando y en realidad sí era la lluvia quien accidentalmente salpicó los estantes y su pequeña biblioteca, y puede también, que se tratara de que sus emociones se habían descontrolado por fin, eso explicaría el nudo en su garganta que le impedía explotar y sollozar tanto como quisiera, gritar, hacerle un hoyo al suelo de tanto caminar de un lado a otro buscando arreglar aunque sea una pequeña parte de sus líos sentimentales...  Sin embargo, la verdad era muy distinta, el producto del llanto de Jungkook no era más que una escalera apoyada frente a la ventana de la casa contraria, la cual estaba justamente en frente de la suya, y una nota pegada con cinta adhesiva al vidrio transparente que protegía la mitad de la ventana.

»Gracias por el desayuno. Diviértete :)«

Jungkook arrancó el pedazo de papel para después hacerlo una pequeña bola y lanzarlo a algún rincón de su habitación, dejando escapar un grito ahogado; para cualquier otra persona la singular frase escrita en una letra cursiva perfecta habría parecido un gesto lindo y amistoso, pero Jeon Jungkook conocía muy bien a Kim Taehyung, y podía sentir el dolor disfrazado en esas simples palabras, el tono mordaz y borde que el castaño seguramente empleó cuando pensó en escribir esa frase, y su corazón percibió tanto el pesar propio como el ajeno...lo entendía.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top