02
El en verdad habría preferido decir que no recordaba nada y que todo estaba bien, sin embargo, el recordaba cada segundo que paso en el bar junto a su atractivo terapeuta, específicamente aquellos momentos en el baño.
Y es que ese no era su mayor problema, sino que no recordaba lo que había pasado después de eso. El solo había despertado al día siguiente en su habitación medio desnudo, con una horrible resaca y con una laguna mental desde que había salido del baño con Min hasta el momento en que despertó. No tenia idea de como había llegado a su casa y sabia que no fue gracias a su amigo ya que este llego al otro día indicando que no había dormido esa noche en la casa. Es por eso que ahora se encontraba envuelto en sus preocupaciones de si habría sido Yoongi quien lo había llevado a su casa y si no habría pasado algo mas con el mayor en ese lapso que no recordaba.
-¿Jimin me estas escuchando? -pregunto Tae cuando se dio cuenta que su amigo no había estado prestando atención a lo que le decía desde hace rato.
-Lo siento, Tae. ¿Qué decías? -dijo saliendo de sus pensamientos para poder centrarse en su amigo.
-¿Qué te ocurre desde hace unos días estas ido? -dijo frunciendo su ceño- ¿Ocurrió algo el día que fuiste a buscar trabajo? -dijo cambiando su expresión a una preocupada.
-¿Qué? No, no. No paso nada -negó con sus manos y cabeza.
-Sabes que no puedes mentirme y noto que algo te pasa. Vamos cuéntame -dijo colocando su rostro mas serio.
-Es solo que... un amigo -aclaro su garganta para que no se notara en su voz titubeante- si, un amigo digamos que hizo algo bajo los recuerdos del alcohol, algo que definitivamente no es bueno y... -bajo su mirada para que no notara en sus ojos su verdad cubierta en mentira- digamos que después no recuerda si eso paso a mayores.
-¿Un.. amigo? -el otro asintió- Claro... -dijo claramente sin creerle- ¿y que se supone que es eso tan malo? -alzo una ceja interrogativo.
-Se beso con alguien -hubo unos silencios donde el otro no dijo nada
-No le veo lo malo en eso, digo si era un desconocido no lo volverá a ver -dijo de forma desinteresada.
-No era un desconocido.
-Bueno, igual sigo sin verle lo malo.
-Si, bueno... mi amigo -dijo remarcando lo ultimo viendo como el otro solo rodaba los ojos y asentía- se beso con.. su terapeuta -hubo unos segundos en silencio hasta que volvió a hablar- y puede que también se haya acostado con el pero no lo recuerda -dijo de forma rápida.
Otro silencio sepulcral de unos segundos que se sintieron como minutos se hizo presente antes de ser interrumpido por un grito.
-¿QUÉ TE ACOSTASTE CON QUIÉN? -gritó en cuanto proceso las palabras del mas bajo.
-YO NO, MI AMIGO -grito de igual manera y chillo dejando caer su cabeza a la mesa dándose un fuerte golpe en el frente- Auh -dijo pero no levantó la cabeza aún así, la vergüenza era mayor-. Yo.. es decir, el.. se acostó con su terapeuta y no se acuerda de nada -gimió frustrado.
-Bien, tu amigo... -giro sus ojos fastidiado-. ¿Cómo es que no se acuerda de nada? ¿Tan ebrio estaba?
-Si...
-Joder, Jimin -llevó su mano a su frente negando- eres todo un coqueto -dijo y después comenzó a reír a carcajadas.
-¿Qué? -dijo el otro levantando la mirada al escucharlo reírse- Idiota, no es un chiste. ¡No te rías! -chillo dándole un manotazo en el brazo al otro.
-Lo siento, es que -seguía riendo mientras sobaba su brazo- te acostaste con la persona por la que has babeado desde hace un mes, eres todo un campeón
-Eso es mentira, nunca he babeado por el. Es mi doctor. Aparte, no se si me acosté con el.
-Bueno, lo besaste, es casi lo mismo -resto importancia- y claro que lo has hecho, o te recuerdo la vez que llegaste después de una vez que te lo encontraste en la calle con una gran sonrisa a platicarme muy contento sobre lo lindo que te había hablado y como te había dado ánimos cuando le dijiste que buscabas trabajo -levantó uno de sus dedos- o la vez que lloraste borracho porque pensaste que tenía pareja -levantó otro de sus dedos de forma burlona- ¿quieres que siga?
Haciendo que el rubio abriera sus ojos con sorpresa al pensar que el otro no recordaba ese día por lo borrachos que estaban ambos. Comenzó a abrir y cerrar su boca, boqueando como pez, queriendo decir algo pero ni una palabra saliendo de su boca.
«Bien, entonces te recuerdo la vez que llegaste diciendo que en medio de la sesión el doctor se había mojado la camisa y habías visto sus espectaculares pect..
-¡YA ENTENDÍ! -lo interrumpió chillando con un sonrojo que abarcaba todas sus mejillas hasta sus orejas y cuello- no sigas, no sigas por favor -tapó su rostro con sus manos- no sé qué haré, es decir... confieso que si me atraía tal vez un poquito, pero solo era eso, atracción. ¿Qué haré ahora cuando se que nos besamos y probablemente también me acosté con el? -pataleo abatido.
-Tranquilo, tu dijiste que sus sesiones ya estaban por terminar -el mayor asintio confirmando lo dicho- Entonces para que el no pierda su trabajo por lo poco profesional que seria espera hasta que terminen las sesiones para hablar con el y te le vuelves a lanzar -le guiña el ojo y se levanta para escapar de ahí.
-¡Ya, tú! Eres un... -comenzó a reclamarle al ver cómo escapaba- increíble -bufa fastidiado pero con un sonrojo en sus mejillas.
...
Jimin gemia al sentir como el mayor tocaba su punto una y otra vez, con sus piernas al rededor de su cuello, sobre sus hombros, realmente lo estaba jodiendo duro y fuerte.
-Móntame pequeño -susurro el mayor entre jadeos mientras salía de él para sentarse y colocarse sobre el.
Quedando justamente sobre su erección, con sus piernas a cada lado de las suyas. Se levantó sobre sus rodillas tomando el miembro del otro para introducirlo en el. Fue sentándose sobre el de a poco hasta que su pene estuvo completamente dentro de él.
Comenzó a mover sus caderas en círculos, de enfrente hacia atrás, arriba y abajo. Los gemidos y jadeos no se hicieron esperar, con esas grandes manos en su cintura que lo ayudó a subir y bajar, los saltos fueron subiendo de velocidad junto con el fuerte sonido del choque de pieles y sus gemidos aumentando el volumen cada vez más.
Una estocada tras otra, profundas y certeras.
-¡Yoongi!
Despertó completamente sudado y con su pantalón de pijama mojado por el presemen de su erecto miembro.
La luz del sol se asomaba por la ventana anunciando un nuevo día. Suspiro y se levantó caminando al baño para darse una buena ducha de agua helada.
Ya había pasado tres semanas desde lo que sucedió, no faltaba cada noche que despertaba con una gran erección producto de sus sueños húmedos, de los cuales realmente no estaba tan orgulloso. Y es que no sabia si esos sueños eran recuerdos o solo era su mente impura con una muy buena imaginación.
Ya había asistido a una de sus sesiones, ninguno hablo del tema y aunque definitivamente se sintió una pequeña tensión al inicio lo que resto de la sesión fue como cualquier otra.
-Buenos días, cariño -saludo Tae sentado en uno de los sofás de la sala mientras comía un tazón de cereal.
-Buenos días -saludo bostezando caminando a la cocina para igual servirse cereal.
-Al parecer alguien no durmió bien. ¿Estabas ansioso por volver a ver a tu novio? -se burlo como lo venia haciendo desde que le conté.
-Que no es mi novio, entiéndelo -lo miro mal desde la cocina- pero si, hoy es mi ultima sesión -hablo mientras se sentaba a su lado.
-Genial, así ya podrás besarlo sin sentirte mal -rio al sentir un cojín estrellarse en su nuca.- Si sabes que puedes darte una oportunidad con el si ya no va a ser tu terapeuta, ¿no?
Soltando un suspiro no contesto nada ya que el recuerdo del beso en el bar llego a su mente junto con el pensamiento de que no le molestaría repetirlo. Agitando su cabeza para borrar cualquier pensamiento parecido comenzó a desayunar mientras veía la película que Tae estaba viendo antes de que llegara ignorando a su acelerado corazón. Estuvieron así lo que resto de la mañana hasta que tuvo que arreglarse para ir a su sesión.
-Si quieres que vaya por ti cuando salgas solo llámame -sonrío el menor.
-Lo haré.
Se despidieron y el mayor salió para dirigirse al consultorio.
Al llegar como siempre, esperaba en las bancas incómodas hasta que fuera llamado a entrar para su sesión. Todo fue normal, la incomodidad desaparecía al iniciar la sesión, sin embargo esta vez la tensión volvió a aparecer al terminarla.
-Doctor, yo... agradezco lo mucho que me ayudo durante estos meses. -lamió sus labios nervioso.
-No hay que agradecer, Jimin. -sonrío mostrando sus lindas encías rosadas.
-Yo se que es su trabajo, pero aun así, gracias por todo.
-Si era mi trabajo, pero créeme que lo que dije fuera de las sesiones fue de corazón y sabes que todavía me puedes contactar, quedamos en ser amigos, ¿lo olvidaste?
Negando, ambos se sonrieron y duraron unos segundo con sus miradas conectadas hasta que finalmente el mayor hablo despidiéndose. Prometiendo volver a hablarse Jimin se dio la vuelta para salir del consultorio pero cuando estaba abriendo la puerta una mano se interpuso, provocando que se cerrara con fuerza la puerta de nuevo. El giro de inmediato sorprendido viendo a Yoongi frente a él.
-Lo siento, pero no te irás a ningún lado -dijo el mayor pasando una mano por su cintura y la otra aún sobre la puerta acorralándolo-. No lo permitiré -sus miradas viajando de sus ojos a sus labios una y otra vez provocando que sus respiraciones se aceleren cada vez que se acercaban más y más-. ¿Puedo? -susurro sobre sus labios y solo el asentimiento del otro fue suficiente para para acortar la distancia entre ambos y darse cuenta de ese ansiado beso por ambos.
El menor quisiera decir que se resistió, pero solo fueron segundos los que tardó en enredar sus brazos en su cuello y corresponder a aquel apasionado beso. Uno donde sus lenguas hicieron acto de presencia en una lucha por tomar el control.
El beso termino cuando la falta de aire a sus pulmones les hizo separarse.
-Lo siento... perdón... -susurro el mayor dando unos pasos hacia atrás para alejarse un poco- no debí, es solo que.. yo en verdad quería volver a probar tus labios -susurro con su mirada en ellos.
Al escucharlo decir eso se animo a preguntar.
-¿Así que... si recuerdas lo que sucedió aquella noche? -hablo con un sonrojo sobre sus mejillas recibiendo un asentimiento del contrario- ¿y fuiste tu quien me llevo a casa? -otro asentimiento como respuesta- Yo... esto me apena pero, ¿paso algo mas aparte de los besos?
Una sonrisa ladina apareció en los labios del pelinegro que solo le hizo estremecer de lo atractivo que se veía sonriendo así.
-¿Así que no lo recuerdas? -recibiendo una negativa como respuesta desvió su mirada de nuevo a aquellos gorditos y apetitosos labios siendo remojados por su lengua- Entonces... tal vez pueda ayudarte a recordar -volviendo a mirarlo a los ojos con un brillo cargado de deseo.
Mordiendo su labio inferior el rubio se giro dándole la espalda soltó un suspiro y se armo de valor para alzar su mano y colocar el seguro a la puerta. Volviendo a girarse dio esos pasos que el pelinegro los había separado para volver a juntar sus labios.
Un beso apasionado que los hizo caminar de espaldas hasta llegar a las sillas frente al escritorio donde el mayor cayó sentado con Jimin a horcajadas sobre el. Donde el menor no perdió tiempo en comenzar a mover sus caderas sobre ese bulto que crecía bajo de el.
-¿Lo quieres? -dijo el mayor bajando sus manos de su cintura a su trasero.
-Lo quiero -confirmó el otro con una sonrisa coqueta volviendo a besar sus labios.
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