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El sonido de la puerta siendo abierta y cerrada con brusquedad hizo que el chico que se encontraba en la habitación despertara del sueño profundo que tenia, volteando a ver el reloj en la mesita de noche se dio cuenta que eran las cuatro de la mañana. Los pasos desordenados pero rápidos que trataban de llegar a la habitación en la que se encontraba acostado lo hicieron volver a sus sentidos dándose cuenta de lo estaba por ocurrir, de nuevo. 

El fuerte olor a alcohol que traía impregnado en la ropa  y el color rojizo en sus ojos solo le hizo saber que esta vez no solo habría gritos y uno que otro golpe hacia el. Un golpe fue directo a su mejilla fue lo que recibió como saludo cuando el otro se acercó lo suficiente, donde después de ese golpe siguió otro tras otro sobre cualquier parte de su cuerpo que alcanzara a tocar las manos hechas puños y piernas de su novio. El como después de dejar completamente cansado y adolorido al pequeño como para que se siguiera defendiendo, el mas grande lo aventaba contra el colchón de la cama e iba arrancando su pijama, para poder dejar su cuerpo desnudó y usarlo con el trato más duro y lastimoso solo para su propio placer, el como su cuerpo ya no reaccionaba y solo se dejaba hacer. Porque en estos casos en los que su pareja llegaba así de borracho y drogado, lo único que podía hacer era sentir sus lágrimas caer por sus mejillas, y los sutiles "por favor" y "no" saliendo como susurros de sus labios una y otra vez, mientras lo escuchaba decirme aquellas horribles palabras que solo lo hacían sufrir mas.

"Eres tan feo"

-Jimin...

"Agradece que me tienes ¿Quién podría estar con alguien como tu?"

-Jimin

"No conocerás a nadie como yo"

-¡Jimin!

"Solo yo podre hacerte sentir de esta forma"

"Te amo"

Despertó sobresaltado en medio de la noche, sintiendo las lágrimas que había soltado mientras dormía recorrer sus mejillas. Girando a su lado se encontró a su mejor amigo sentado en la orilla de la cama mirándolo con ojos preocupados. El mayor suspiro de alivio al ver que solo era un sueño, pero de un doloroso recuerdo.

-¿Jimin? -Susurro Tae acercándose a él para abrazarlo acomodando la cabeza del otro en su cuello para que siguiera llorando. Y como desde hace un tiempo que llegaba a mitad de la noche en las que las pesadillas regresaban para atormentarlo, lo despertaba y le hacía esa pregunta a la que últimamente el mayor no podía negarse.

«¿Quieres que me quede hasta que vuelvas a dormir? -Pregunto después de unos minutos en el que su llanto cesó, mientras le acariciaba sus mejillas limpiando el resto de lágrimas que rebeldes aún bajan por ellas. Asintiendo agradeciendo el que esta vez el menor no preguntara nada al respecto de lo que había soñado o mas bien vivido en su antigua relación, desde que había llegado a invadir la casa de Tae después de que el estúpido de su ex novio lo abandono, porque si, Jimin no pudo dejarlo hasta que el otro lo dejo, le había estado preguntando sobre eso y lo evitaba cada vez y no quería volver a hacerlo porque siempre se enojaba con el en el proceso, ya que mas enojado con el se sentía enojado consigo mismo por haber permitido todo.

Ambos se acomodaron en la cama abrazados, el mas alto acariciaba la espalda del mayor hasta que poco a poco su respiración se volvió más calmada y sus caricias pararon, fue que Tae el que se quedó profundamente dormido primero, mientras Jimin de nuevo no pudo dormir hasta después de unas horas en las que su mente por fin lo dejo tranquilo.

...

Ya era más tarde y ambos estaban comiendo la deliciosa comida que habían preparado entre ambos. Y el "comíamos" sonaba muy plural cuando solo uno de ellos lo hacia y el otro se encontraba picoteando su comida, aún sin probar ni un bocado, recargado sobre su codo en la mesa y su cabeza sobre su mano de forma pensativa hasta que en un arranque de valor al final el mas bajo hablo.

-Iré a terapia -susurro con la mirada baja, sin dejar de jugar con la comida, sintiendo la pesada mirada del otro sobre el siguió hablando- tendré una cita mas tarde. -mordiendo su labio nervioso se quedo en silencio unos segundos sin atreverse a levantar la mirada para verlo, hasta que escuche como Tae se aclaraba la garganta lo miro topándose con su mirada y una pequeña sonrisa cuadrada.

-Pensé que lo habías olvidado desde que lo mencioné y no dijiste nada -susurró un tanto confundido para después cambiar su semblante a uno más contento-. Bueno, no importa. Me alegra que lo hayas decidido, sabes que yo te apoyare en todo -sonriendo dio un apretón en su mano para detener el juego que mantenía aún de picotear la comida- deja de jugar y come -soltando un bufido haciendo que el menor soltara una risita.

Ambos terminaron de comer y después de lavar los platos usados entre ambos, se fueron a cambiar para salir con tiempo a la cita. Mientras Jimin se bañaba su voz interna no dejaba de decirle que no estaba loco y que no era necesario asistir con un terapeuta, sin embargo empeñándose en no hacerle caso salió y se cambo con rapidez para no terminar convenciéndose de no ir.

Más tarde ambos estábamos estando listos, sentados en esas incómodas sillas de la sala de espera del establecimiento. El mas bajo no dejaba de moverse de arriba a abajo en un tic nervioso, hasta que la voz de la recepcionista le hizo levantar la mirada un tanto nervioso. Posando una mano sobre la pierna del otro deteniendo el movimiento de su pierna y el irritable sonido del plástico de la silla moverse hablo Tae.

-Estaré aquí afuera en todo momento. -dijo cuando vio que no tomaba el valor de levantarse. 

Jimin lo miro y al ver su pequeña sonrisa en modo de apoyo se levanto y siguió a la señorita, girándose un momento a ver a su amigo cuando llego a la puerta del consultorio para regresarle la pequeña sonrisa en modo  de agradecimiento. Asintiéndose y dándose ánimos mentalmente, diciéndose que esto le haría bien y sería lo mejor para el con un suspiro entro en aquella puerta blanca ya abierta para el, indicando que quien se encontraba dentro estaba dispuesto a recibirlo.

Al entrar se pudo ver un amplio espacio donde de un lado se encontraban con dos sillones individuales y un chaise longue, detrás de estos un estante de libros que llenaba la pared, cerré la puerta sin dejar de recorrer esa pequeña salita y cuando mi mirada termino de recorrerla sus ojos se dirigieron a la otra parte del consultorio donde sus ojos se clavaron en aquel hombre colocado detrás del escritorio, siguiendo el danzar de sus, de hecho, muy bonitas y largas manos que escribían sobre una libreta con sus ojos. Cuando esté alzó su mirada y se topó con la del mas bajo no pudo evitar el estremecerse al ver aquella mirada penetrante y un tanto seductora sobre su cuerpo y ese pequeño sonrojo que se formo en mis mejillas al ver esa sexy sonrisa de encías que era dedicada par el.

-Buenas tardes, soy el Doctor Min Yoongi y será su psicoterapeuta. Mucho gusto, Joven Park -El se levantó de su asiento y estiró su mano hacia su paciente quedándose en silencio esperando su respuesta que tardo en llegar gracias que el otro quedo embobado por el.

Rápidamente se acerco los pocos pasos que los separaban cuando reacciono y tomo su mano sintiendo una placentera electricidad recorrer su cuerpo al tocarse.

-Mucho gusto, Doctor Min. Espero pueda ayudarme -susurro sin despegar sus manos y miradas.

Y así comenzó esa travesía, con chico con un sonrojo que lo hacía ver completamente tierno y al vez malditamente tierno, y otro chico con una mirada brillante de excitación por lo que se sabia no podía evitar que pasara y que ambos tampoco lo detendrían.

Una especial y deliciosa terapia.

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