Capítulo 5.

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Coparentalidad
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Narrador Pov.

Blair está jadeando y gimiendo contra mi pecho mientras se sacude inquieta, parecía intentar discutir o renegar en mi contra. La bebé ha estado llena de energía desde que despertó, y no para de balbucear intentando hablarme. Lo que sinceramente me parece adorable y la grabé para mandárselo más tarde al intenso de su padre biológico.

La traje en su cochecito, pero antes de entrar en el supermercado la metí en su fular de tela color rosado salmón y la envolví contra mi pecho, para tener las manos libres durante las compras.

El fular la mantiene tranquila. Blair está balbuceando «Mamá» mientras apoya su cabecita sobre mis senos.

— ¿Qué necesitas?— Digo al contestar el teléfono buscando un carrito para entrar y hacer mis compras.

— ¿Dónde están?— Pregunta una voz masculina del otro lado de la línea —¡Vine a tu departamento, pero no hay nadie!— Comento algo exaltado.

Nico es un tipo bastante dramático.

Blair escucha su voz y empieza a balbucear, agitándose contra mi pecho. Llamando a su padre.

No puede verlo, así que está visiblemente confundida.

— Bueno, estoy a punto de entrar al supermercado para hacer la despensa.— Le explico calmada—Y sí, tengo a Blair conmigo.— Agrego antes de que pregunte si está en la guardería.

—Papa… Papa— Lo llama Blair, tratando de trepar en mi pecho.

— Voy para allá.— Exclama Nico.

— Espera, espera.— Tomo un carrito—Hoy es viernes, no es día de visita.

Lo escucho entrar en el auto y sé que no hay forma de detenerlo ahora.

— Sí, pero salí temprano del trabajo.— Comento con simpleza, escucho un chasqueo y supongo que se pone el cinturón de seguridad—Así que vine a ver a mi bebé y a la ingrata madre de mi bebé.— Dice con sarcasmo.

Carraspeó una risa.

— ¿Cómo que ingrata?— Le cuestionó fingiendo estar ofendida.

— ¿Por qué vas sola al supermercado?— Pregunta cambiando de tema, algo preocupado—¿Quién te ayuda a llevar las compras si tienes que cargar con la bebé?— Me cuestiona insistente.

Debo aceptar que venir juntas al supermercado puede ser complicado, pero estuve perfeccionando el arte de hacer muchas cosas a la vez. Primero fue difícil, pero me acostumbré.

— Tengo un carrito de supermercado y un cochecito.— Explico —Creo que puedo sobrevivir a esto.— Afirmó.

— Voy para allá.— Responde.

Pongo los ojos en blanco.

— Bueno.— Alargó antes de colgar la llamada y entrar en el supermercado.

Empujó el carrito para recorrer los largos pasillos llenos de comida y otros víveres para el hogar.

Busco las cosas que marqué en mi lista mientras empujó mi carrito.

Mi bebé sigue buscando a su padre, pero como el fular le impide mirar hacia atrás está angustiada. Así que cada vez que una persona pasa por nuestro costado, mi querida Blair se emociona y balbucea"Papá" lo que resulta encantador para la mayoría.

— Ya, ya, ya…— Beso su frente y acaricio su espalda por qué noto que está perdiendo la paciencia.

Tomo cereales azucarados.

Galletas de chocolate.

Café.

Salsas.

Pan de diferentes tipos.

Y papel higiénico.

Camino hacia la sección de frutas y verduras llenas de congeladores. La dejo de último por qué las papillas de Blair me hacen comprar un montón de frutas y ahora que empiezan a salir sus dientes estuve investigando más sobre la alimentación de los bebés y tengo que ampliar aún más su menú y preparar comidas de “adulto” y luego introducirlas lentamente en su dieta.

Anote un montón de recetas saludables para hacérselas.

Blair comerá saludable. No como yo.

Me detengo de golpe y todo mi cuerpo se tensa. Pienso en retroceder e irme antes de que me vean, pero fue muy tarde. Me vieron. Maldigo para mis adentros y sigo con mis compras.

— Hola, linda.— Estira su mano y acaricia la mejilla de mi bebé. Casi tengo un colapso metal, lo miré con total indignación — Hola, Lazarus.

Respiro hondo y cubro el rostro de mi bebé con mi mano discretamente.

No quiero que toquen a mi hija.

Quiero golpearlo.

Siento tanta rabia que quiero gritar.

— Hola Félix y… — Miro a su costado y veo a la hija de Mercurio —Sarah.

La maldita me sonríe.

Esos dos no tienen vergüenza alguna ¿Cómo tienen la cara para mostrarse juntos públicamente después de que me humillaron? Al menos deberían tener la decencia de no hablarme.

— Que bueno verte, ¿Cómo estás?— Pregunta amablemente y luego mira a mi bebé.—¿Cómo está la bebé?

Sarah suelta una risita.

— Ay, qué linda.— Dice de forma burlona —Parece un monito colgado de su madre.— Comenta adorable.

Si no tuviera a Blair atada a mi pecho hubiera arrastrado a esa zorra por todo el maldito supermercado.

Ese parece un comentario inocente, pero sé que esa perra está siendo una racista de mierda, lanzando todo tipo de comentarios entre líneas. De esa forma si la acuso de ser racista, ella podría decir que estoy exagerando.

— Todo está bien. — Le aseguro —Bueno fue agradable verte, tengo que seguir con mis compras.— Mencionó mientras empujó mi carrito lejos de allí para salir de esa situación tensa.

Félix me engaño durante tres malditos meses, fuimos novios desde que llegué al campamento Júpiter a la edad de 10 años y rompimos hace un año, así que se puede decir que le dedique la mitad de mi vida. Éramos bastante serios.

Hablamos de casarnos y formar una familia después de graduarnos.

A principios de octubre del año pasado noté ciertas actitudes raras y decidí revisar su teléfono.

Nosotros teníamos un acuerdo de teléfonos abiertos. Es decir, que yo podía revisar su teléfono y Félix el mío. Yo lo pedí cuando cumplimos dieciséis años y al fin tuvimos acceso a un teléfono inteligente. Aunque me gustaba pensar que nuestra relación era una dictadura y él no tenía voto.

Bajo mi lógica un teléfono no podía ser tan privado, por qué si te puedo ver las partes intimas, entonces también puedo ver tu teléfono.

No lo hacía normalmente, pero las sospechas me llevaron a hacerlo y lo descubrí teniendo una aventura con una chica de la legión un año menor.

Básicamente ardió Troya.

Recuerdo que la busque en la facultad de arte de la universidad y la arrastre del pelo por los pasillos. Félix trató de calmarme, pero también recibo unos buenos golpes. Terminamos ese día.

Puse sus cosas en bolsas de basura, les puse eché brillantina y las tiré por la ventana de mi departamento.

Fue un escándalo.

— Escuché que el embajador de Plutón ha estado viniendo a la ciudad recientemente— Menciona Félix al aire, de una forma sentenciosa.

Detengo mis pasos.

— Es verdad.— Reconozco.

El rostro de Félix se tuerce.

— ¿Reconoció a Blair?

Mi estómago se contrae al escuchar el nombre de mi hija en sus labios.

— Sí.— Afirmó.

— Lazarus, tienes muchas opciones aquí en la Nueva Roma, no tienes por qué juntarte con él solo por qué es el padre de tu hija.— Me recuerda—Ese tipo no respeta nuestras tradiciones.

Mientras habla escucho el sonido de mi teléfono cada que llega un mensaje “Ting, Ting” y noto las notificaciones de Nico acumulándose en la bandeja de entrada. Son veinte mensajes por lo menos, y es demasiado exagerado.

Nico es un poco intenso y suele tener estos pequeños ataques de drama.

Sarah se cuelga del brazo de Félix y suelta una pequeña risita, apoya su cabeza del hombro del hijo de Marte.

— No tantas opciones claro, pero el padre de una amiga es viudo.— Aclara— Quizás pueda darte su número.— Me ofrece con burla y malicia.

Sonrió de forma forzada.

— Aprecio tu consejo, pero haré lo que crea mejor por mí y por mi hija.— Respondo dirigiéndome a Félix.

Ignorando por completo a Sarah.

La odio incluso más que a Félix. Ella sabía de nuestra relación, todos en la Nueva Roma lo sabían. Si me hubiera engañado con alguien de la ciudad, no me afectaría tanto, pero esta chica lo sabía. Sabía que estábamos juntos.

Y luego que todo salió a la luz empezó a presumir en redes sociales sobre ser la “chica elegida” y ganar. La odio.

Han pasado meses y aún sigue mandándome indirectas.

Por lo menos Félix me dejó tranquila y se hizo aún lado para no volver mi maternidad aún más tensa, pero ella sigue metiendo el dedo en la llaga.

— Ese hombre es peligroso y agresivo Lazarus.— Me advierte Félix, y sé que está genuinamente preocupado por mi situación—Piénsalo bien antes de meterlo en tu vida y en la de Blair.

Hace meses atrás cuando la noticia de que estaba muy embarazada se hizo de dominio público en el pueblo, Félix hizo todo un drama afuera de mi casa diciendo que era el padre de mi bebé.

Le aclaré que el bebé no era suyo, él no me creyó y dijo que solo lo estaba castigado. Tuve que hacer una prueba de paternidad para callarlo, pero aun con los resultados negativos me pidió que lo dejara ser el padre. Quería que nos reconciliáramos y formáramos un hogar como habíamos planeado desde que éramos unos niños. Yo me negué.

Felix se arrastró hasta unos meses después del nacimiento de Blair.

Haciendo un montón promesas sobre tratar a mi bebé como su hija. Nunca le creí, y no planeaba poner a Blair en una mala situación en el futuro.

Supongo que después de un tiempo entendió que no íbamos a regresar y finalmente volvió con su amante.

— ¡Papá…!

Blair se agitó en mi pecho y la sentí dando patadas y agitando sus brazos. Alguien se inclina detrás de mí, siento su pecho pegándose a mi espalda casi por completo y se estira para besar la frente de Blair. Luego me abraza por detrás y siento mi vientre haciéndose un nudo apretado, mi piel se eriza, y un escalofrío recorre mi espalda.

—Ciao, mia principessa.— Acaricia el cabello negro azabache de Blair—Tua madre mi farà diventare grigi i capelli se continuerà a portarti ovunque con sé.— Dice en italiano, amoroso. Luego se centra completamente en mí y por un instante pienso que va a besarme, me quedo paralizada por los nervios y contengo la respiración — Hola, mio caro.— Dice y se inclina para darme un beso en la mejilla suavemente.

Mi vientre pasa de estar apretado a encenderse como el infierno, me da un escalofrío, incluso mis senos se sienten pesados de pronto. Dioses.

Exhaló con fuerza, temblando.

Nico había decido hablar con Blair exclusivamente en italiano. Para que se críe con dos idiomas. Yo no estaba de acuerdo, por qué no entiendo nada de lo que le dice. Tuve que comprar un diccionario en Italia para entender la mitad de las cosas que Nico decía y me pase toda la noche estudiando.

— Llámame siempre que vengas al supermercado, yo cargaré tus bolsas.— Menciona con simpleza y sus ojos se fijan en Félix.—Oh, pero mira quién es…— Murmura el pálido pelinegro.

El rostro de Félix se tensa.

— Estamos en la Nueva Roma, aquí no puedes comportarte como un salvaje.—Gruñe Félix con la voz ronca.

Nico me suelta progresivamente y da un paso adelante para cubrirme con su cuerpo. Luciendo relajado.

— Tranquilo, no me tengas miedo.—Dice con malicia y burla— No planeo volver a romperte la cara de nuevo, mucho menos frente a mi hija.

Felix apretó la mandíbula.

— Yo no te tengo miedo.— Gruñe.

— Claro. Digamos que no me tienes miedo.— Bufo el hijo de Hades.

— Arg.— Félix aprieta los puños.—Vámonos, no soporto a estos malditos griegos invadiendo nuestra ciudad.— Le dice a Sarah, luciendo molesto.

Ellos empiezan a irse, pero Nico lo detuvo llamándolo por su nombre.

— Por cierto, Félix.— Dice Nico al aire con cierta simpleza, —Ya no tienes que preocuparte por Lazarus.

Felix se giró y lo miro mal.

— Eso no te incumbe.— Murmura.

—Todo lo referente a Lazarus me incumbe.—Exclama el pelinegro con voz firme— Es admirable que quieras seguir cuidando de tu exnovia. Ella es bastante inteligente, pero solía tener gustos humildes.—Lo mira de arriba abajo y sonríe apenas— Tranquilo, sus gustos evolucionaron.— Hay algo oscuro y malvado en sus ojos—Ahora prefiere las cosas caras y grandes.

Se me desencaja la mandíbula.

Bajo la cabeza y llevo mi mano a mi boca intentando contenerme, pero terminó riendo contra mi mano.

— No te preocupes por ella.— El hijo de Hades pasa su mano por detrás de mi espalda, doy un sobresalto cuando me golpea el costado del trasero. Mis ojos se abren por completo y lo miro de reojo— Desde ahora yo cuidare de Lazarus y Blair— Le asegura con tanta seguridad y convicción que me da una punzada en un punto bajo del vientre.

Felix se va dando zancadas luciendo furioso y muriendo de los celos, Sarah lo persigue corriendo básicamente.

Cuando salen de mi rango de visión me giro hacia Nico, y lo golpeó en el hombro con la mano abierta para que quite su mano de mi trasero.

— ¿Me diste una nalgada?— Le cuestionó totalmente sorprendida.

— No fue tan fuerte— Se excusa Nico y levanta la mano—Yo diría que fue una palmada de corrección.

— ¿Qué carajos?— Exhaló—¡Pero como…! ¿¡Cómo te atreves emo de cuarta!?— Balbuceó furiosa.

— ¿Vas a ejercer violencia frente a nuestra hija?— Me cuestiona Nico con el mentón en alto—Si me golpeas de nuevo puede considerarse violencia doméstica.— Exclama el pelinegro.

— ¿Violencia doméstica?— Pregunto incrédula y vuelvo a golpearlo, pero él se adelanta rápidamente—¡Sabrás lo que es la violencia doméstica cuando lleguemos a mi departamento!


Nico di Angelo Pov.

— Siento que nuestra relación ha mejorado bastante y eso es bueno.— Dice guardando sus compras— Pero no creo que mudarnos a tu casa sea una buena idea.— Me explico.

Yo la miro desde el suelo, sentado sobre su alfombra rosa claro. Casi todo en su departamento es rosa

— ¿Por qué?— Pregunto desde la sala, sentando en el suelo con Blair en mis brazos, la deje en el suelo para que la bebé pueda jugar cómodamente con esos costosos juguetes interactivos.—Ni siquiera estaré viviendo realmente allí.—Me defiendo rápidamente.

— Lo sé— Me da la razón—Pero no quiero que Blair se acostumbre a que vivamos en un mismo espacio.—Bufa abriendo el refrigerador para dejar la leche, los huevos y yogur—No quiero que se confunda y le cueste adaptarse cuando eventualmente nos mudemos.

— Lazarus.—Resoplo— Lo estás pensando demasiado.— Aclaro.

— Creo que es lo mejor, no solo para ella, sino para nosotros.— Se detiene frente a la pequeña isla de la cocina para verme —Hay que poner límites en nuestra relación para que podamos ser buenos Co-padres para Blair.

Sacudo la cabeza, confundido.

— ¿Qué fue lo que dijiste? ¿Co-Qué?— Balbuceó totalmente confundido.

— Co-padres.— Reafirma.

— ¿Qué carajos es eso?

Lazarus pone los ojos en blanco.

— Dos personas que comparten un hijo y deciden ser civilizados para criarlo de la mejor manera.— Ella me explica con calma—Hacen sus vidas separadas, pero se ponen de acuerdo para educar a su hijo en común.

Parpadeó.

— Eso suena horrible.— Afirmó.

— ¿Qué no querías parte de la custodia?— Me cuestiona.

— Quiero que tenga mi apellido.— Bufo exaltado—Y sé lo que no quiero. No quiero perderme su primer año de vida, no perder sus primeras etapas.— Ya me perdí todo el embarazo, siento que abandone a mi hija. Sé que no es mi culpa, y lazarus tenía sus propias razones para no decirme— Yo quiero verla gateando en mi casa y dando sus primeros pasos.— Exclamó solemne.

— Aún es muy pronto para todo eso.— Se excusa lazarus rápidamente

—Está discusión se ha vuelto un poco unilateral, no— Mi voz se corta al ver la expresión en el rostro de Lazarus.

La morena busca su teléfono como loca, temblando y lo apunta en mi dirección mientras se acerca.

Me giró hacia donde tiene clavados sus ojos dorados para ver a Blair

Blair se las arregla para apoyarse en sus cuatro extremidades, tiembla y se mueve de forma robótica. Ambos nos la miramos perplejos. Se arrastra por unos mini segundos, gateando y se las arregla para alcanzar al gato de pelaje largo. Deja caer su boca abierta sin un solo diente justo sobre su lomo con la intensión de morderlo mientras suelta un pequeño gruñido de batalla. Que me recuerda a los gritos de guerra.

Es adorable

Finalmente, el peso de su cabeza le hace imposible mantenerse en esa postura y cae acostada boca abajo.

Por suerte el Sr. Wilfred no se molesta por tal ataque, se echa sobre su lomo ronroneando y se estira para lamer el cabello azabache de Blair con cariño.

— A-ah…— Lazarus baja su teléfono y empieza a temblar—Blair, buena niña Blair ¿Puedes hacerlo de nuevo?

La bebé alza la cabeza y se ríe. Ya demasiado cansada para volver a intentarlo. Lazarus se acerca y la toma en brazos, acunándola.

Ver gatear a un bebé por primera vez no debería hacerte llorar, pero todo es diferente cuando es TU bebé quien cumple este ito en su desarrollo.

Estamos aturdidos, pero felices y conmovidos por la situación.

Lazarus abraza a Blair contra su pecho, quiero formar parte de este momento, pero dudo en hacerlo.

Es un momento íntimo y quiero acercarme para abrazarlas, pero no tengo ese tipo de relación con Lazarus aún y si la ayude hace rato fue por qué las vi en una mala situación.

Me acerco de forma cautelosa desde el frente y las envuelvo con mis brazos.

Abrazando en el proceso a lazarus y Blair en su conjunto. No me aparta. Ella me permite formar parte de ese momento y no se quejó del contacto.

— Lazarus, por favor.— Le suplicó y me siento avergonzado de tener que arrastrarme para formar parte de la vida de Blair.— Podemos intentarlo por un tiempo y si no funciona puedes mudarte.— Explico— Al menos hasta que cumpla con los niveles básicos del desarrollo.— Murmuro, suplicante.

Ella suspira profundamente.

— Bien.— Acepta—Debemos ser amigos por el bien de Blair.

— ¡Shhhh!— Siseo al sentir unos dientes clavarse en mi tobillo.

Ese gato gordo que lame a mi hija y me juzga con la mirada como si dijera: “Humano idiota, no sabes cómo asear correctamente a tu cachorro”

Alguien toca el timbre, lazarus se separa del abrazo y me tiende a la bebé quien balbucea tratando de hablar conmigo. Está pequeña.

Tiene que ponerse las pilas y empezar a hablar italiano conmigo.

— Hola, lazarus.— Escucho una voz masculina en la puerta, lo que llama de inmediato mi atención.

— Max, ¿Cómo estás?— Pregunta.

¿Max? ¿Y ese quien es?

Trato de mirar por encima del hombro de lazarus, y veo a un hombre joven de pelo marrón.

— Ya sabes cómo es, ocupado con el trabajo.—Comenta amable —¿... De casualidad mi gato está en tu casa?

— Oh, espera un momento.—

Lazarus se aparta de la puerta y por fin puedo ver al chico quien se tensa visiblemente al verme. Lazarus pasa por mi costado y toma al molesto gato gordo que siempre me muerde. Se da la vuelta y le entrega al gato peludo.

—Aquí tienes.— Dice amable, sonriendo de forma genuina.

¿Y por qué le sonríe? Ella nunca me sonríe, ¿Quién mierda es este chico?

— Gracias por cuidarlo, ¿Te veré en la celebración de fortuna?— Pregunta.

— Sí, allí nos vemos.— Dice de forma demasiado amigable— ¡Adiós…!

Lazarus cierra la puerta.

— ¿Y ese quien es?— Le cuestionó mientras Blair se restriega contra mi pecho buscando senos. No tengo, así que la pequeña traidora decide que ya no quiere abrazos y prefiere a mamá.

— Max es el dueño del gato.— Responde y toma a Blair en brazos cuando está se lanza hacia ella.

— Te conseguiré un gato propio.

Blair empieza a gimotear y jalar la camisa de lazarus. Berrinchuda.

— No seas grosero con él ¿Okey?— Dice y busca una sábana para poder amamantar frente a mí—Es un buen tipo.— Pone la sabana en su hombro y se sienta en el sofá. — Trátalo bien.

Blair sabe cómo funciona y le permite cubrirla con la manta de tela ligera.

— Claro.— Respondo sentándome a su lado para seguir charlando.

— Hablo en serio, él me llevó al hospital cuando me puse de parto. Debes ser amable con él.— Explica mientras hace una pequeña mueca de dolor y suelta un siseo amargo.

Amamantar suena doloroso.

Lazarus no había querido hablarme sobre su tiempo embarazada, pero yo tenía mucha curiosidad por esa etapa en la vida de Blair. Es decir, es raro no ver ninguna foto de ella embarazada y me consterna un poco que Blair haya salido de su rodilla o frente, no lo sé.

Los Dioses griegos son raros y sus hijos semidiós aún más.

— ¿Cómo fue el parto?— Pregunto interesado por saber más.

— Bueno.— Ella recuesta su espalda del sofá y echa la cabeza hacia atrás. Luciendo pensativa—Estaba haciendo cosas normales cuando empezaron las contracciones, estaba sola, pero justo en ese momento Max llegó para que le devolviera a su gato.— Me explico con simpleza y agrega — Y él me llevó al hospital.— Finaliza el corto relató.

La miro confundido.

— ¿Eso es todo?— Pregunto.

— Sí.—Afirma— No recuerdo mucho de todo el proceso.— Murmura.

—Debes recordar algo.

En este punto, pelear por cualquier detallé es todo lo que puedo hacer. Lazarus no es la más comunicativa acerca de su periodo embarazada.

— Bueno, fue doloroso al principio.—Murmuro pensativa —Muy, muy, muy doloroso.— Agrega —Luego ya no.

Estoy empezando a pensar que Blair salió de la frente de Lazarus.

— ¿Luego ya no? ¿Eso qué significa?— Le cuestionó más confundido.

— Bueno, me hicieron una cesárea de emergencia así que estaba drogada y dormida.— Me explica finalmente.

— ¿Qué? ¿Blair nació por cesárea?— Le cuestionó dando un sobresalto en el sofá, totalmente exaltado.

— Créeme, intente que naciera de forma natural.—Me explicó —Pero simplemente no sucedió, los médicos tomaron la decisión por qué estaba sola y no había nadie que pudiera tomar las decisiones médicas.

— ¿Tienes una cicatriz?— Pregunto preocupada por su salud.

Lazarus alza una ceja.

— ¿Qué? ¿Quieres verla?— Me cuestiona confundida.

Asiento con la cabeza.

— No seas raro, Nico.— Murmuro la menor luciendo recelosa.— Dioses.

— Creo que es algo que debía saber.—Le comento, pero ahora me siento un poco culpable. Ella tuvo un embarazo difícil y un parto difícil, ¿Y qué estaba haciendo yo? Persiguiendo adictos en Manhattan. Me siento como un idiota.

— De todas formas, fue lo mejor. — Opina la morena—Pase unas semanas en el hospital recuperándome, es un pueblo pequeño— Comenta— No hay muchos pacientes, así que el personal médico estaba contento de ayudarme.

— Y…— Relamo mis labios — ¿Ya te recuperaste de la cirugía?— Pregunto preocupado.— ¿Necesitas algo?

— Sí, estoy bien.— Responde de forma pensativa —Pero mi cuerpo tardará al menos dos años en recuperarse.— Me informo con simpleza. Lazarus gira su rostro hacia mí, el sofá están pequeño que puedo oler su aroma dulce, sentir su aliento mezclarse con el mío.— Así que no puedes volver a embarazarme hasta dentro de dos años.— Advierte de forma burlona y sarcástica.

Sonó demasiado encantadora.

Demasiado cautivadora.

Sabía que estaba bromeando, y me alegraba que se sintiera cómoda para hacerlo. Pero mi cuerpo reaccionó y no lo tomo como una broma.

— Lo intentaré.— Murmuro tratando de seguirle el juego, pero mi voz está apretada, casi sonando estrangulada.

Veo movimiento debajo de la sábana que cubre su pecho. Lazarus acomoda su camisa y aparta la tela. Blair parece satisfecha, pero somnolienta.

Es mi turno de sacarle los gases, aunque aún tengo miedo de que vuelva a vomitar encima de mí.

Son cosas de padres.

— Cuando dije que te cuidaría a ti y Blair estaba hablando en serio.— Le aseguro mientras daba palmaditas en la espalda de Blair. Lazarus se levanta—Incluso si no somos pareja.— Siento que debo recalcar eso. No sé por qué

— Eres una buena persona.— Dice con cierto tono burlón en su voz.

Camina hasta la cocina y empieza a lavar los platos sucios. Distraída.

— Las acompañaré a esa fiesta de la diosa fortuna.— Exclamó con firmeza—¿Sabes? Mis amigos secuestraron a esa fulana una vez.— Le comento.

Lazarus me mira con una ceja alzada.

— Nico, me parece que te estás autoinvitando.—Me indica, ella deja los platos aun lado y me mira —No sé si has notado que hay cierta tensión en la comunidad por tu presencia.

Claro que lo he notado.

Los romanos son prejuicios, sí.

Pero debo tratar de integrarme por el bien de Blair, está es su comunidad y lugar de nacimiento. Y ella es mi hija.

— Me portaré bien.— Le aseguro.

— ¿Puedes jurarme eso?— Me cuestiona con incredulidad.

Parpadeó varias veces.

— Me portaré bien.— Insisto.

— No respondiste mi pregunta.— Me indica la menor luciendo recelosa.

— Lazarus, creo qué estás viendo él basó medio vacío, pero deberías verlo medio lleno.— Divagó, mientras hago dar saltitos a Blair mientras doy unas suaves palmadas en su espalda. Ella hace sonidito—Piensa en eso.

Lazarus me mira consternada.

— No te dejaré hacer un escándalo.— Responde —Solo trata de imitar mi comportamiento pasivo agresivo.

Puse los ojos en blanco.

— Bien, haré lo que quieras.— Pero tenemos que ir al registro civil.

— ¿Vas a quedarte a cenar?— Pregunto Lazarus, aliviada.

— Sí.— Respondo de inmediato.

Blair empieza a quedarse dormida.

— ¿Si vas a poder lidiar con tantos electrodomésticos rosas en tu casa? Me gustan así.— Me cuestiona la hija de Thanatos mientras se mueve por la pequeña cocina —Pero no es lo tuyo

Como si un par de cosas rosas me haría cambiar de opinión.

— No me importa, sería refrescante de cierta forma.— Camino en círculos por la pequeña sala. Soy sincero —Me gustaría llegar y que ustedes… —Hago sonar mi garganta y me corrijo—Que Blair esté allí para recibirme. Es una niña, debo acostumbrarme al rosa.

Lazarus alza los hombros.

— Quizás desarrollé tus gustos.— Opina y yo niego con la cabeza.

— Yo no era así de niño.—Le aclaró —Y preferiría que se pareciera a ti.

Lazarus me mira durante unos segundos y mi cuerpo reacciona de nuevo haciéndome sentir cosquillas en el estómago y la piel erizada.

— Los primogénitos se parecen a sus padres biológicos.— Me explica— Ya acepté que tendría tu carácter.

Trato de negar dicha afirmación, pero Blair no se parece a mí solo de forma física. Hades dijo que es como verme siendo bebé de nuevo, dice que tiene la misma actitud berrinchuda que yo.

Blair tiene mi carácter, mis muecas, mis manías, todo. Ella solo tomó los ojos de su madre, pero eso era todo.

Aunque quisiera negarlo, es imposible no ver él pareció entre nosotros.

— Debe ser frustrante para ti.

Bajo la mirada y me encuentro con la bebé dormida en mis brazos.

— No…— Tantea Lazarus.— No es tan malo— Agrega con resignación—Eres encantador de cierta forma.

— ¿De cierta forma?— Le cuestionó.

— Si no lo fueras Blair no existiría.— Exclama la morena de ojos ámbar.

Y tiene razón.

Si recuerdo bien, fui yo quien tuvo que exprimir cada gota de encanto en mi cuerpo para seducirla. Mis amigos fueron mis mayores obstáculos.

Ella no se esforzó, solo estuvo allí luciendo bonita. Cómo un angelito.

— ¿Tienes alguna alergia? ¿O preferencia en la comida?— Pregunta Lazarus y no había pensado en eso.

Me preguntó si Blair también podría heredar problemas médicos.

Debo tener cuidado con ella.

Yo no tengo alergias, pero quizás sea alérgica al látex como su Madre.

— No tengo alergias — Respondo — Y comeré cualquier cosa que hagas.

Holaaa chicas y chicos.

Espero que les guste el capítulo y como está llendo la historia. Me parece que la relación de Nico y Lazarus está avanzando.

Los próximos dos capítulos explicarán como hicieron a la pequeña Blair.

Memes del capítulo;

Nico después de que Lazarus aceptará vivir con el;

Bye bye.

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