Capítulo 4.

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Visita al inframundo.
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Narrador Pov.

Los ojos negros de Nico se llenaron de brillo y una sonrisa se extendió en sus labios cuando tomo a su hija entre sus brazos y la apoyo contra su pecho.

— Hola, preciosa.— Saludo y dejo un sonoro beso en la mejilla de Blair.

Nico por fin centro su mirada en Lazarus y quedó aturdido al ver los ojos de cachorro de la morena.

Ella parecía estar a punto de llorar.

— Bien, aquí está la pañalera— Balbucea la menor—Y la leche que debes meter en el refrigerador o se echará a perder.— Dice en un hilo de voz al entregarle el bolso al chico.

— Lo sé, lo sé.— Le responde Nico haciendo dar saltitos a Blair en sus brazos—Puedes irte.— Le indica.

Los ojos ámbares de Lazarus se llenaron de lágrimas y se tornó agitada. Se veía indecisa.

— ¿E-estás seguro…? Puedo llevarla conmigo.— Ofrece temblorosa.

Esta sería su primera salida con amigas desde que tuvo a Blair.

—¡No la llevaremos! ¡Él es su padre deja que la cuidé!— Grito una de las amigas de Lazarus desde del auto.

Por lo que Nico entendía las amigas de Lazarus querían llevarla a un día de compras y spa. Ella al principio se negó rotundamente, pero él insistió en que saliera con ellas a despejarse. Sería una forma de probar que puede cuidar de Blair y ser responsable.

Ella aceptó finalmente.

Lazarus miro a Blair y luego a Nico alternativamente, nunca había dejado que él la cuidará por su cuenta y no sabía si estaba lista para hacerlo.

— Escucha a tus amigas.— Pide Nico en un tono suave al verlo lo agitada que se veía Lazarus — Puedes ir.

— Es que… — La morena empezó a juguetear con sus trenzas—Nunca nos hemos separado los fines de semana—Murmura Lazarus con la mirada fija en la bebé— Volveré en unas cuatro horas, no más. Así que…—Susurra.

— ¡Voy a bajar del auto y te arrastré Lazarus! ¡Sube al auto!— Grita una voz femenina desde el auto.

— ¡Ya voy…! ¡Dioses!— Grito Lazarus volviéndose hacia atrás —¿Estás seguro de que puedes?— Pregunta.

— Tranquila, vamos a vigilarlo de cerca.— Comenta Jason, asomándose por la puerta de entrada. Dándole una sonrisa tranquilizadora — Ve con tus amigas con confianza — Exclama.

Al verlo la mirada ámbar de Lazarus se vuelven más suave, aliviada.

Nico apretó los dientes, y empujó a Jason con una mano para que saliera del marco de la puerta y volviera a la casa. Este se despidió entre risas.

— Oh, eso es un alivio.— Suspiro Lazarus, haciendo que Nico la mirada ofendido—Cuídala y… — Retrocedió en la entrada —No hagas nada raro como despertar a los muertos.

Blair hizo un sonidito en protesta y estiró los brazos hacia Lazarus.

— Ten algo de fe en mí.— Le suplica básicamente —La cuidaré bien.

— Okey.— Murmura bajando los escalones en retroceso, sin apartar la vista de la bebé que empieza a llorar.

— ¡Apresúrate Lazarus!— Grito Amber sacando la cabeza por la ventana del auto.— ¡Vamos!

Lazarus apretó los labios y subió a la parte trasera del auto, bajo la ventana para despedirse de Blair con la mano, quien ya estaba llorando y chillando de forma desconsolada en los brazos de su padre. Mientras el auto se iba, Nico creyó ver qué Lazarus también estaba llorando y no le sorprendía.

Nico miró a su pequeña bebé quien estaba sufriendo un ataque de hipo mientras sollozaba diciendo “Mamá”

— Bien, este será un día padre e hija— Exclamó Nico dándole haciéndola dar un saltito en sus brazos.— Más…— Él alargó— Todos los amigos de papá.— Agrego al entrar en la casa de Percy y Annabeth con su bebé en brazos.

Todos se habían reunido a excepción de Hazel y Frank que se ocupaban de los moscosos de la duodécima legión.

Nico había leído cuatro libros sobre la paternidad en menos de 4 semanas y aunque tenía muchos conocimientos, no se sentía listo para cuidar solo a su hija. Así que sus amigos se ofrecieron a ayudarlo y él lo aceptó agradecido.

30 minutos después Blair no había dejado de llorar por su madre.

Nico hizo de todo.

Intentar darle biberón, distraerla con juguetes y darle paseos en sus brazos por toda la casa para intentar que se calmara, pero nada funcionó. Dioses.

En este punto, Nico también quería llorar por qué no podía calmarla.

— Tiene que cansarse en algún momento.— Opino Leo.

— Quizás deberías darle un baño para ver si se calma.— Sugirió Annabeth.— Cuando mi bebé está de malhumor un baño hace que se duerma.— Agrega.

Nico apretó la mandíbula.

— No puedo.— Dice Nico con la voz entrecortada — Solo la bañé una vez y Lazarus estaba allí para ayudarme.

— Tranquilo, bro.— Exclamó Percy.— Te ayudaremos.— Le aseguró.

El pelinegro lo miro mal.

— Tú no.— Señaló a la rubia — Annabeth es una chica, ella puede ayudarme.— Explico el pelinegro.

— ¡Yo! ¡Yo también quiero participar!— Pidió Piper alzando un brazo para llamar la atención del hijo de Hades.

Annabeth estuvo supervisando a Nico durante el baño, Piper solo sostenía la toalla y miraba la escena. La hija de la diosa Atenea entendía el miedo de su amigo y como trataba a Blair como un material frágil, por qué ella también fue madre primeriza llena de dudas.

Cuando el baño terminó Blair estaba más calmada, pero seguía gimoteando con la nariz y las mejillas rojas.

— Es una niña de mamá.— Dijo Annabeth con voz adorable, dándole un suave pellizco en las mejillas.

Blair estaba gimoteando, aferrándose a su padre con los ojitos cristalizados.

Aun así estaba más calmada.

— Supongo que soy el padre de repuesto — Se burla de sí mismo en un tono cansado, besando la frente de su bebé llorosa— Creí que no estaba listo, pero es Blair la que no está lista para estar conmigo a solas.— Dice al sentarse en el sofá de la sala con Blair.

El hijo de Percy y Annabeth se acercó caminando torpemente atraído por la presencia de la hija de Nico di Angelo.

— ¡Mira mamá, bebé…!— El pequeño rubio señaló a Blair con su mano y se giró para obtener la aprobación de su madre quien lo alentó a acercarse.

—Sí, es un bebé.— Confirmo con voz dulce encantada por la curiosidad de su hijo. — ¿Te gusta?—Quizás era el momento de darle una hermana.

Esta curiosidad resultó adorable para todos, excepto para Nico, él lo miraba con ojos gélidos y el rostro tenso.

— Nico, no lo mires así solo tiene curiosidad.— Pidió Annabeth, pero el pelinegro no estaba por la labor—Él solo tiene dos años.— Le recordó.

— Bien.— Se acomodó en el filo del sofá y se inclinó hacia delante para dejar que el pequeño Luka la viera a su hija mejor—Acércate.— Dice.

Luka sonrió e intento tocarla.

— Bebé.

Las cejas de Blair se curvaron hacia abajo en una pequeña mueca. Luke intento acercarse y tocarla, Blair se estiró y le dio un golpe con la mano abierta en la frente al pequeño rubio con la coordinación que puede tener un bebe de 5 meses y medio. La sala quedó en completo silencio, Luke se puso rojo y rompió en llanto, Percy se apresuró a tomarlo en brazos para calmarlo, pero su llanto hizo que la propia Blair empezará a llorar.

Ahora dos bebés estaban llorando.

Nico estaba riéndose entre dientes, se levantó y le entrego a Blair a Jason.

— Sostenla por favor— Pidió el hijo de Hades—Le buscaré un biberón.— Dijo mucho más relajado aunque la bebé estuviera llorando de nuevo.

Se escuchó un fuerte estruendo en la cocina seguido de un golpe contra la madera, Nico se había resbalado con uno de los juguetes del hijo de Percy y Annabeth y por accidente se golpeó en la cabeza contra un mueble. Jason le dio a la bebé a su novia y corrió a la cocina para buscar a SU bebé.

— ¡Oh por los dioses! ¡Nico!— Chillo el rubio demasiado agudo—¡Mi bebé!

Cinco minutos después Nico estaba acostado en el sofá con una bolsa de hielo en la cabeza. El rubio ya estaba planeando la ceremonia de su difunto mejor amigo/hijo/hermano pequeño.

— Solo se dio un golpe.—Le indicó Annabeth —Estará bien.

— ¡No está bien Annabeth! ¡Que Percy tenga la cabeza dura no significa que todos los hijos de los tres grandes la tengamos así!— Grito Jason Grace.

— Algo está mal.— Balbuceó Piper tratando de sostener a Blair quien estaba demasiado agitada.— Llora demasiado.—Tartamudeo la chica.

— ¿Escucharon eso…?— Pregunto Leo haciendo una mueca de confusión.

Todas las personas conscientes en la habitación se apresuraron para ver por la ventana donde vieron como la tierra se abría y el hermoso patio de la casa se llenaba de grietas humeantes de donde emergieron esqueletos y cadáveres en estado de putrefacción.

— D-despierten a Nico…— Balbuceó Annabeth con la voz entrecortada— ¡Vamos despierten a Nico! ¡Ahora!

Cuatro horas después.

Lazarus evito las grietas en el patio de la casa y cruzo a la entrada. Había un extraño olor a azufre y estaba segura de haber visto a un perro corriendo con el brazo cercenado en la boca.

Tocó el timbre y prácticamente alguien se lanzó a abrirle la puerta.

— ¡Lazarus…! ¡Gracias a los dioses llegaste!— Piper la tomo del brazo y la jalo para adentrarse en la casa.

La griega llevó arrastrando a la sala donde se encontró con el padre de su hija apoyando una bolsa de hielo en su frente, y a su hija recibiendo un biberón de alguien con su cara.

No estaba siendo sarcástica.

Alguien había imprimido una hoja con la imagen de su rostro (foto que sacaron de su Instagram) y se la había pegado en la cara. Eso la aturdió.

— ¿Qué está pasando aquí…?— Pregunto Lazarus confundida.

Blair escuchó su voz y básicamente golpeó el biberón, empezó a llorar y a tratar de girarse para verla. Lazarus tuvo que apresurarse a tomarla.

Odiaba escucharla llorar.

— ¿Qué pasa cariño? ¿Qué tienes?— Pregunto con voz amable y suave. La bebé dejó de llorar de inmediato y la sala entera suspiro.— Ya, ya, ya…— La morena los miró confusa — ¿Qué fue lo que les pasó?— Pregunto la fémina.

Leo se despegó la hoja de la cara.

— Medidas desesperadas para situaciones desesperadas, bonita.

Lazarus vio las caras cansadas de todos y se sintió avergonzada de que su hija les diera tantos problemas.

— Compré el vestido para el asunto…— Murmuré alzando la bolsa de papel en mi mano libre— Ya sabes, podemos ir mañana —Relamiendo mis labios.

Nico se puso de pie y dejó la bolsa de hielo sobre una mesita.

— Te llevaré a tu departamento.— Afirma el pelinegro, haciéndole un gesto para que lo siguiera.

— ¡Yo los llevaré! ¡Tú deberías ir al hospital!— Se apresura a decir Jason, pero Nico se niega rotundamente.

— Es solo un chichón.—Dice con simpleza, restándole importancia al asunto del golpe—Estaré bien.

Lazarus no quería ser grosero, pero noto cierto… Ambiente extraño en el auto durante el camino a su casa.

— Oye, ¿Estás bien?— Pregunta Lazarus cuando llegan a su puerta.

Nico permaneció callado durante unos segundos, luciendo pensativo y algo decepcionado en cierta forma.

— Soy un fracaso.—Murmuro en voz baja—Y nuestra hija me odia.

Lazarus soltó un jadeo de angustia.

— Blair no te odia.—Le asegura—Le gustas, pero no está acostumbrada a que la cuides.— Trata de explicarle.

El pelinegro cierra los ojos como si tratara de digerir toda la situación y asiente varias veces con la cabeza.

— Iremos mañana.—Nico se acercó y se inclinó de golpe hacia el rostro de Lazarus quien se quedó paralizada en el momento. Beso la frente Blair y se alejó —Nos vemos.— Se despidió.

— Adiós.— Murmura Lazarus y se dirige a su bebé para incitarla a hacer lo mismo —Despídete, Blair…

Blair extiende su brazo hacia él, abriendo y cerrando su mano en forma torpe para despedirse de su padre mientras Balbuceaba.

El gesto angustiado en el rostro Nico se transformó por completo, sus ojos se suavizaron y sonrió apenas.

La morena de ojos ámbar se frotó la nuca para deshacerse de esa extraña sensación en su estómago. Se le había erizado la piel al sentir su respiración en su cuello, la repentina proximidad la había dejado un poco aturdida, con una sensación de hormigueo en todo el cuerpo. Así que le tomo un poco de tiempo para recuperarse y entrar en su departamento con Blair en brazos.


Nico di Angelo Pov.

¿Era mi imaginación o se veían aún más grandes con ese vestido?

Lazarus se inclinó y su rostro serio entro en mi rango de visión. Perdí la noción del tiempo viendo su escote y finalmente debió hartarse de que solo respondiera “Sí” “No” y “Aja” por qué mi atención se centraba en averiguar si eran dos o tres tallas más grandes.

Me recompuse enderezando mi espalda, mientras Blair jugueteaba con mis collares y los mordía.

Era la primera vez que la veía con el cabello suelto. Ella había mencionado que estaba demasiado ocupada para peinarse todos los días, por ello suele  preferir las trenzas. Asi que se tomó el tiempo de peinarse para conocer a mi padre. Lo que apreció en verdad.

Bonitos y definidos rizos perfectos caían en sus hombros, enmarcando su rostro. Tenía un suave maquillaje en su rostro que llevaba la atención a sus labios rojos y me daba la impresión de que su piel morena brillaba en dorado bajo las tenues luces del inframundo.

Lazarus llevaba puesto un vestido rojo color que se ceñía al cuerpo en la parte superior, tenía un escote recto, sin mangas, la falda era amplia que llegaba muy por encima de la rodilla.

Sus piernas estaban cubiertas por medias semitransparentes de color negro y tacones rojos cereza.

Yo también tuve que vestirme de forma más formal o elegante.

Use esmoquin, por suelo usar trajes de vestir en el trabajo y ya no puedo considerarlo demasiado elegante.

— ¿Me estás escuchando?

Parpadeó varias veces.

— Si— Respondo después de aclararme la garganta.

— ¿Y qué dije?— Pregunta.

— Hueles a coco.— Cambie rápidamente de tema.

— ¿Eres un perro?— Pregunta haciendo una mueca de asco ante la perspectiva de ser olfateada.

Le saqué la lengua.

Lazarus arrugó la nariz, molesta.

— Muy maduro de tu parte.— Resopla la morena de ojos cálidos ámbar.

— ¿Qué pasa contigo?— Blair ataca ferozmente mi mejilla. Aún no tiene dientes, pero eso no evita que intenté morderme—¿...Cuando podemos ir a comprarle ropa?— Pregunto al ver su trajecito de color rojo y su cintillo del mismo color con una gran flor tejida.

— Blair ya tiene ropa, comprarle demasiada es un desperdicio con lo rápido que crece.— Responde la de ojos ámbar mirando las almas en el río que cruzamos.— No durará.

—No estoy de acuerdo con tu punto de vista.—Blair se estira y jala la toga de Caronte. Me apresuró a desenredar su manito de la tela fantasmal.—Las niñas necesitan mucha ropa.— Digo.

— Vas a malcriarla.— Me advierte Lazarus mirando el castillo de Hades en la lejanía —Veo mi futuro y sé que seré la policía mala — Resopla.

— Yo soy policía en todo caso— Bufo con altanería, haciendo que Lazarus me dé un pequeño empujó— Es solo una bebé— Digo jugando con su mano para mantenerla distraída—Dudo que recuerde la cantidad de ropa que le compré siendo una recién nacida.

— Créeme. Ellos lo recuerdan todo.— Responde Lazarus, calmada.

Baje primero de la pequeña barca y le tendí mi mano para ayudarla a bajar, quizás demasiado lento, por qué ella bajo de un salto y se quedó mirando mi mano confundida, como si dijera “¿Qué estás haciendo?” Suspiré.

Normalmente, hay muchos obstáculos para llegar al castillo, pero no para mí y supongo que tampoco para lazarus.

Casi parece que el camino se abre para recibirme siempre que vengo.

— Te ves bien.— Comento al aire.

— Tú también.—Responde— ¿Algún consejo para tratar con tu padre?

— Tuviste a su nieta, créeme, estás de su lado bueno.— Le aseguro con voz firmé—Quizás mucho más que yo.— Agregó. Y Considerando que la última vez que hablamos le dije que se fuera al cuerno por qué estaba sufriendo demencia senil, quizás me fulmine.

Hades me mira con esa cara de suficiencia que dice «te lo dije»

Sé que está disfrutando echarme en cara que tiene razón y yo, por qué en cuanto vio a la bebé mordiendo mi antebrazo en una sonrisa socarrona y maliciosa se extendió en sus labios.

—¿Qué fue lo que dijiste la última vez?.—Se burla de forma sarcástica.—Pequeño mentiroso.— Sisea Hades.

Pongo los ojos en blanco.

Mi padre divino dirige sus ojos a Blair y gira ligeramente la cabeza, parece analizar su rostro y rangos faciales.

—Veamos— Extiende las manos y haciendo un gesto para que se la entregué —¿Qué tenemos aquí?

— Ten cuidado, es frágil.— Advierto mientras le entregaba a la bebé.

— Sé cómo cargar a un bebé.— Resopla Hades de forma altanera y digna. De reojo puedo ver cómo la hija de Thanatos reconoce ese micro gesto. Es el mismo que yo hago y que por ende, hace Blair.—Mmjm… Está muy despierta, y parece fuerte y bien alimentada ¿Cuál es su nombre?

— Blair…— Responde Lazarus un poco cohibida—Blair Dimitriou.

— ¿No le puso tu apellido? Vaya.—Hades me da esa mirada de burla que me hace resoplar. Obviamente, tiene que burlarse de mí; Supongo que es algo que hacen todos los padres—Lo has hecho bien semidiosa romana, tu padre divino debe estar orgullosa de que hayas traído al mundo un bebé sano.— Dice dirigiéndose a Lazarus.

Ella tarda un poco en procesar el cumplido y sonríe orgullosa.

— Gracias.

— ¿Cómo te llamas hija de Thanatos?— Pregunta con Blair en brazos.

Blair se ve genuinamente confundida, pero ensimismada por la presencia de Hades. Lo mira fijamente. No llora ni trata de volver a la seguridad que le brindan sus padres. Solo está allí.

Luego lo muerde y entiendo que siguen picándole las encías.

— Lazarus Dimitriou, señor.— Se presenta la madre de mi hija.

Los siguientes 20 minutos son Hades tratando de hacer que Blair diga su nombre completo. No lo ha logrado.

— Di «Hades, rey del inframundo»— Él la sostiene frente a su rostro y repite las palabras una y otra vez.

Como si mágicamente Blair pudiera adquirir la habilidad de hablar.

Ella puede hacerlo, pero cosas muy simples como «Mamá y papá»

— Bah… bah…—Balbucea y noto que está haciendo el esfuerzo de imitarlo.

— «Hades»— Repite.

— Abu-lo… Abuello.— Eso último suena más como un chillido desde el fondo de su garganta, agitando sus piernitas regordetas en el aire.

Hades frunce el ceño y yo ahogó una carcajada contra mi mano

— No, di «Hades»— La corrige.

Blair parece entusiasmada.

— Bollo.— Gorgotea.

Trato de contener mis carcajadas, pero pase toda la mañana tratando de enseñarle a decir «abuelo» y no creí que realmente lo dijera. Genial.

— ¿Ya la pusiste en mi contra? ¿Te parece gracioso?—Resopla Hades ofendido, me lanza una mirada de furia y hace un gesto para llamar al personal— ¡Hey tú! ¡Empieza con la pintura!— Le ordenó a un Zombie.

— Ven, déjalos solos.— Digo. Tomo suavemente la muñeca de Lazarus y la alejo del salón del trono.

—¿Pintura?— Me pregunta confusa.

— Le haces un retrato a todos sus descendientes. Le da nostalgia o algo así.— Digo restándole importancia.

Entramos en uno de los pasillos del intrincado castillo donde cuelgan una docena de retratos de antiguos hijos semidiós de Hades; Todos jóvenes.

La mayoría no llegaron a mi edad y ninguno llegó a formar una familia.

— Wow… — Lazarus se detiene de golpe y su mirada llena de asombro se dirige a una pintura —Tu retrato es un poco grande, ¿No crees?— Dice.

Frunsco el entrecejo

Trato de comprarme mi retrato con el resto y efectivamente el mío es mucho más grande que el de la mayoría.

— Mmmjm…— Me cruzo de brazos —No lo había notado.— Admito.

— Vine al inframundo cientos de veces, pero nunca había entrado al castillo de Hades.—Dice con cierto anheló y asombro en su voz—Es más grande que el castillo de Hipnos.

—Por supuesto que lo es.— Acomodo el pañuelo rojo vino en mi bolsillo —Mi padre es el Rey de este lugar.

Lazarus suelta una pequeña risa.

— Oh, lo siento su alteza.— Dice con falso sentir, sarcástica—Debe ser molesto rodearte con la prole.

— Bueno, codearme con la prole me mantiene humilde.— Respondo de forma dramática y más orgullosa.

Ambos reímos del absurdo que acabo de decir, por qué ni en mis sueños más locos he sido humilde.

Creo que el comportamiento de lazarus hacia mí se ha suavizado bastante. Es menos esquiva y más relajada conmigo alrededor.

Incluso dejo que intentará cuidar a Blair por mi cuenta y al principio eso sería completamente impensable.

— Tu departamento es pequeño.— Comento con simpleza.

— Bueno, es un departamento de soltero. Debe ser pequeño.— Dice Lazarus con obviedad, sarcástica.

— Blair empezará a gatear pronto— Ejemplificó al aire— Pero no hay mucho espacio para que lo haga.

Lazarus gira su cuerpo hacia mí para entregarme su completa atención.

— ¿A qué quieres llegar? ¿O solo vas a criticar mi pequeño departamento?— Me cuestiona y noté al instante que se puso a la defensiva. Diablos.

— En Estados Unidos hay cientos de embajadas de otros países.— Explico con obviedad —Yo soy el embajador de Plutón en la Nueva Roma, cuando llegue me dieron una embajada, una especie de terreno que está conectada al inframundo de forma simbólica.— Murmuró —Es céntrica a la ciudad y está más cerca de tu universidad.

Lazarus respira hondo.

— ¿Qué tratas de decir?

— Podrías mudarte allí con Blair cuando quieras. — Le ofrezco—No pagarás renta y podrás ahorrar para comprar un lugar más grande.

— Eso…— Ella niega con la cabeza — Eso es una mala idea— Murmura.

Mi pecho se contrae con dolor.

Siento mi garganta apretada, como si alguien hubiera envuelto una soga y empezará a tirar de ella. Es decir, no pensé que se negaría tan rápidamente a mi petición. Es un buen acuerdo.

Al menos podría pensarlo y decidir unas semanas después.

— Voy a mudarme a San Francisco— Le informo y la veo tambalearse sobre sus bonitos tacones de aguja— Quiero estar cerca de Blair, pero me quedaré en la ciudad y quizás vaya los fines de semana para quedarme con ustedes.— Trato de explicarle con calma—Hay varias habitaciones…— Agrego— Así que no tienes que preocuparte.— Doy un largo suspiro— Por qué invada tu espacio o algo.— La tranquilizó.

Lazarus abre la boca y la veo tratar de articular las palabras correctas.

— Puedes pensarlo y luego darme una respuesta.— Intento tranquilizarla.

— Es que…— Ella se inclina hacia un lado y su rostro se frunce— ¿Papá…?

Lazarus pasa a mi lado básicamente corriendo y se lanza sobre los brazos de un hombre con grandes alas.

—Lazarus, mi dulce niña.— Dice una voz ronca y masculina, acariciando el cabello rizado de la morena.

Es Thanatos.

El papá de lazarus.

— No sabía que estarías por aquí—Thanatos aparta el cabello que se cuela en su rostro.— Blair está con Hades, ¿Quieres verla?— Pregunta.

— Por supuesto.— Responde con una sonrisa y ojos cálidos amables.

— Thanatos, hace mucho tiempo no coincidimos.— Trato de saludarlo y darle la mano, pero el dios pasa a mi lado sin decir una sola palabra.

Me ignora intencionalmente y se dirige a la sala del trono.

Una parte de mi quiere gritarle que sea amable conmigo por qué le di un hermoso bebé a su hija, pero decidió ponerme en su lugar (Por que ahora soy padre) y estoy agradecido de que no quiera partirme la cara. Bufo.

— Lo siento.—Dice Lazarus detrás de mí —No le agradas.— Agrega.

— Lo entiendo.—Acomodo mi traje— Después de todo soy el maldito que hizo madre soltera a su hija.

Lazarus parpadea varias veces agitando sus largas pestañas.

— Básicamente.

Jadeo ofendido.

— Podrías defenderme.

Parpadea tres veces seguidas.

— No creo.— Responde y se acerca repentinamente a mí. Todo mi cuerpo se tensa. Sube sus manos a mi pecho y acomoda el moño en mi cuello.—Bien, seamos un frente unido— Exclama y me da suaves palmadas en el hombro.

La miro desde arriba.

Sus ojos ámbares me mira directamente y siento como mi abdomen se tensa fuertemente.

Lazarus tiene una mirada suave y casi melancólica. Tiene ojos de cervatillo y largas pestañas, como una muñeca.

De alguna forma parece alguien incapaz de hacer algo malo.

Sonrió al pensar que seguramente cuando era pequeña se aprovechaba de esa apariencia de no romper un plato. Espera ¿Le estoy sonriendo?

Mis pulmones se sentían pesados o quizás era el aire a nuestro alrededor.

Entonces lo recuerdo.

Recuerdo que Lazarus ya era alguien antes de ser la madre de Blair. Ella era una persona individual con sueños y autonomía propia. Era una persona aparte de mi hija, no solo su madre.

Era un ser humano.

Un ser humano con el que tuve sexo.

Blair no fue hecha por obra y gracia del espíritu santo. Es decir, ellos la habían hecho en uno de los cuartos de la mansión en los ángeles de Piper.

Y es un poco sorprendente que una vez bastará para embarazarla.

Debo ser mágico.

Miro a la joven de ojos dorados en silencio y caigo en cuanta de que hasta ahora solo lo había visto como «la madre de mi hija» y nada más.

— Vamos.— Me pide.

Me aclaro la garganta.

— Sí, vamos.

Holaaa chicas y chicos.

Espero que les haya gustado el capítulo y dejen muchos comentarios.

Me da risa que después de semanas llendo a la casa de lazarus, Nico haya recordado que Blair no fue echa con el pensamiento como losa hijos de Atenea.

Si no comentan dejo de publicar 👹👹💀💀☠️☠️

Memes del capítulo;

Nico y Lazarus en este capítulo;

Bye bye.

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