Capítulo 2
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Escuché un rumor.
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Narrador Pov.
Aunque sonara extraño desde que Jason se enteró hace nueve meses que Lazarus estaba embarazada siempre supo que terminaría de esta forma.
Siendo el chaperón de una reunión entre ella y Nico, por qué él no tenía ninguna duda de la paternidad de la bebé. Es decir, era muy obvio.
Incluso antes de que naciera.
La forma en la que la hija de Letus empezó a esquivar a todo aquel que estuvieran relacionados con Nico en la Nueva Roma le dijo todo. Lazarus se esforzaba demasiado en ocultarse y ser discreta en presencia de los siete semidioses de la profecía cuando su vientre empezó a crecer y notarse.
Lo que era extraño, por qué eran prácticamente celebridades allí.
Ahora los tres estaban sentados en la terraza de una bonita cafetería rústica cerca de la universidad de Lazarus.
Nico y Lazarus se encontraban sentados frente a frente.
Jason estaba sentando en medio mirándolos alternativamente.
Solo esperando que uno de los dos empezará a hablar. Aunque tan solo se lanzaban miradas afiladas, parecía que estaban en una competencia por ver quien parpadeaba primero.
El ambiente estaba cargado de energía y tensión palpable.
Jason estaba consciente de ello, por qué podía sentir las ondas eléctricas.
Lazarus bajo la mirada y alzó las cejas, tomo un sobre de azúcar y lo abrió rasgando el papel antes de echarlo sobre su taza de café.
La hija de Letus llegó primero y había aprovechado para pedir un café.
La morena sumergió una cuchara en el café y lo batió con suavidad. Ella se veía impecable como siempre, cabello perfectamente trenzado y atado con un bonito y femenino gancho. Traía puesta una camiseta con un escote en “v” sin mangas con encajes y lazos de color blanco impoluto, unos jeans de mezclilla de color azul y zapatillas de color blanco de deporte. Mejillas con un perpetuo sonrojo y labios rosados, se le daba muy bien maquillarse.
Sus ojos dorados como la miel estaban enmarcados por largas pestañas.
Ella tomó un sorbo de café bajo la atenta y hostil mirada del pelinegro, quien bajo la perspectiva del hijo de Zeus miro demasiado tiempo el escote de Lazarus con el ceño fruncido.
Como si sus senos fueran una especie de problema matemático.
— Tuve un bebé.— Le informa Lazarus con absoluta simpleza.
— Sí, eso escuché.— Responde Nico con la mandíbula apretada.
Jason alzó una ceja.
No entendía como esos dos habían terminado involucrados.
Él siempre pensó que si Nico se acostaba alguna vez con una chica, sería en dos posibles escenarios;
En el primer escenario Nico estaría tan borracho que confundiría a una chica de aspecto masculino con un verdadero hombre. Y en el segundo escenario también estaría borracho, esta vez con una lesbiana confundida que también la confundiría con un verdadero chico. Solo esas dos.
Nunca espero que se metiera con una chica tan femenina como Lazarus. En una fiesta, estando bastante sobrio.
El hijo de Hades miro a su alrededor al sentir ojos sobre ellos, noto varias miradas curiosas fijas en su dirección que al verse descubiertas apartaron la mirada rápidamente, incómodos.
— ¿Acaso todo el maldito pueblo lo sabe?— Les cuestionó sin poder evitar sonar enojado.— Todos excepto yo.
Jason desvió la mirada, apenado.
Lazarus ladeó la cabeza.
— Es un pueblo pequeño. Todos saben todo, de todos.— Le aseguro.
Nico sonrió con los dientes apretados haciendo que se formará un pequeño hoyuelo en su mejilla izquierda, busco algo en el bolsillo de su chaqueta de cuero y lo dejo sobre la mesa.
— No tengo una fecha en especial, estoy ocupado con mi trabajo.— Nico empuja la pequeña caja sobre la mesa hacia Lazarus.— Tú decides.— Sisea alzando una de sus cejas.— Prefería que fuéramos al registro civil ahora mismo, pero será como quieras.
— ¿Qué estás haciendo?— Le cuestionó Jason alarmado.
Lazarus digirió la mirada hacia la pequeña cajita sobre la mesa.
El ambiente se tensó aún más.
La fémina subió sus lindos ojos ámbares hacia los orbes desafiantes de Nico, y parecieron mantener una discusión, claro, mentalmente.
Lazarus trago saliva y abrió la pequeña cajita sabiendo lo qué probablemente se encontraría.
Solo fue un pequeño vistazo y se aseguró de cerrarla de inmediato.
— No me voy a casar contigo— Sisea la menor luciendo recelosa.
— Tenemos una hija, ¿Cómo esperas criarla sola?— Le cuestionó con voz firmé y ronca mirando fijamente a la chica— Si no lo hice antes es por qué no estaba enterado, pero tengo toda la intención de hacerme responsable de mi hija.— Exclama el pelinegro.
Lazarus se frotó el rostro.
— Jason.— Lo llamó.
— Te juro que no sabía de esto.— Se excusa el rubio rápidamente.
— Gracias por la oferta y por tu preocupación por mi hija, es muy amable de tu parte, pero— Lazarus empujó la pequeña caja sobre la mesa hacia el hijo de Hades.—No estoy interesada en casarme por ahora.
— “Nuestra” es “Nuestra hija”— Lo corrige Nico entre dientes.
— La registré como madre soltera, tiene mi apellido, así que es mi hija. No tuya.— Explica Lazarus.
Nico tomó la pequeña caja y la volvió a guardar en su chaqueta.
— Bien.— Dice entre dientes, estaba tenso y podías saber que estaba muy enojado por la forma en la que la vena de su frente palpitaba.— Está bien. — Respiro hondo — Entonces iremos a los juzgados, voy a pedir que le hagan una prueba de ADN y cuando está lo confirme, y lo hará, que soy su padre voy a pedir la custodia al 50%.
El rostro de Lazarus palidece y parece encogerse sobre sí misma. Tensa.
— ¿Qué?— A Lazarus se le escapa una pequeña risa nerviosa — No puedes hacer eso.— Murmura incómoda.
— ¿No puedo?— Le cuestiona Nico con incredulidad — Me ocultaste la existencia de mi hija, sabiendo a la perfección que es mía.— Arremete contra ella.— ¿Y quién sabe…? Yo si tengo los recursos para cuidar a una bebe y un trabajo estable.— Agrega.
— Nico, ya basta.— Murmura Jason jalando su chaqueta de cuero.
— ¿Qué quieres decir?— Le cuestiona Lazarus luciendo tensa e incómoda.
— Digo que eres una estudiante viviendo a expensas de una beca.— Afirma el pelinegro.— Sería estúpido no darme la custodia completa.
Jason soltó un lamento y se cubrió el rostro con ambas manos, tratando de fingir que no escucho a Nico di Angelo amenazar a Lazarus con quitarle la custodia completa de su hija.
Lazarus se quedó paralizada por unos segundos luciendo indiferente, pero rápidamente sus ojos se cristalizan y algunas lágrimas se escapan de sus ojos, las cuales limpia rápidamente.
La postura desafiante de Nico cambió inmediatamente llenándose de culpa, sorprendido por verla llorando.
¿Pero qué esperaba? Amenazar a una jovencita de 21 años con quitarle a su bebé y que está no reaccionara.
La chica se levantó, tomo el abrigo tejido de color beige que colgó en el respaldar de su silla de madera y se fue de la cafetería apresuradamente.
— Creo que me pasé.— Murmuro Nico con un tono apenado y culpable.
— ¿Tú crees?— Jason le dio un manotazo en la nuca.
Y Nico no se quejó del golpe por qué sabía que se lo merecía.
Nico di Angelo Pov.
Debo aceptarlo, perdí la cabeza.
— Puede que haya exagerado, lo acepto.— Aclaro en voz alta mientras Jason me regaña — ¡Pero pensar que mi hija sería criada por otro hombre me vuelve jodidamente loco! ¡Moriré Jason…! ¡Moriré de mortificación!— Y me arrodille en el sofá para seguirlo mientras el rubio deba vueltas.
— ¡Pedirle matrimonio es una cosa! ¡Dentro de todo eres un tipo bastante tradicional! ¡¿Pero amenazarla?!—Me lanza un cojín a la cara—¿¡Estás loco!?— Le grita el rubio exaltado.— Para la tarde toda la Nueva Roma sabrá que eres un despiadado sin corazón que quiere robarle a su bebé a la ÚNICA madre soltera del pueblo.— Chilla.
— ¿La única?— Nico lo mira con incredulidad por qué eso no tenía sentido. En Manhattan había una madre soltera en cada esquina.
— Es un pueblo pequeño, Nico. Se le incita a los jóvenes a formar familias y hacerse responsables.— Le explica.— Hay solteros, claro, pero no padres solteros.— Le indica el rubio.
— Uh…— Vuelvo a sentarme y abrazo uno de los cojines. Debo admitir que no lo pensé demasiado, pero cuando Lazarus dijo que no era mi hija con tanta seguridad algo muy dentro de mí araño las paredes de mi interior.
Solo habíamos estado juntos una vez y antes de eso, habían pasado años desde la última vez que nos vimos.
Y no mantuvimos nunca una relación, solo la conocía de pasada. Ella nos dio la bienvenida al campamento Júpiter a mí y Hazel por petición de Reyna en aquel entonces. Nada en especial.
Por eso conocía su nombre.
Y nos volvimos a ver años después en una fiesta de Halloween. Eso es todo.
— No sé cómo, pero tú tienes que arreglar esto.— Murmura Jason.— vende tu alma o pide un favor divino, pero has algo.— Exclama exaltado.
— Lo haré, lo haré.— Le aseguro.
Jason se queda callado un segundo.
— ¿Cómo es que sabes tantas cosas de ella?— Pregunto confundido.
Y tiene motivos para estarlo.
Básicamente somos desconocidos.
— Por qué anoche me metí en su departamento y revise sus cosas.— Respondí con simpleza.
— Eso…— Se frota el rostro— No es normal, no es normal.— Murmura Jason negando con la cabeza.
Lazarus Dimitriou Pov.
— ¿Te amenazó?— Me cuestiona Charlotte totalmente incrédula.
— Algo así.— Murmuro tomando asiento en mi pequeño sofá mientras Amber trenzaba mi cabello largo.
— Carajo Lazarus, te dije que le encajaras a la niña a Felix— Me regaña Amber a mis espaldas.
Entrecierro los ojos.
— Él me fue infiel.— Exclamó.
Fue mi primer novio. Mi novio de toda la vida en realidad, y por su culpa fui la comidilla de la ciudad durante meses, por qué se le ocurrió que era buena idea engañarme con alguien de nuestra comunidad y créanme; Los secretos nunca son verdaderamente secretos aquí.
Obviamente, lo dejé, pero estaba furiosa y con ganas de vengarme.
Y aunque la mayoría de mis amigas no me crea, mi venganza no se trató de acostarme con el enemigo número uno de la Nueva Roma en una fiesta, eso lo hice por qué quise y sin pensar que podría molestar a mi exnovio. En realidad llené su closet, zapatos y todo lo que tuviera a la vista de brillantina.
La brillantina es difícil de sacar y le daría dolores de cabeza por días.
— Sí, cometió un error, pero es de la comunidad y se hubiera arrastrado por hacerse responsable de Blair.— Me asegura Amber, tirando de mi cabello mientras lo trenzaba.
Miro de reojo a la morena.
— Eso no hubiera servido de nada, en cuanto naciera se habría dado cuenta de que no es su hija.—Opina Charlotte y estoy totalmente de acuerdo con ella —Mira a la pequeña traidora— Señala con la cabeza a Blair que duerme sin inmutarse del ruido en una sábana en el medio de la sala junto a mi gato—Es igualita al embajador de Plutón.
Las tres miramos a la bebé.
Y es cierto, ni siquiera se parece a mí.
En realidad, se parece tanto a él que es imposible que la niegue.
— ¿Qué harás ahora? No puedes desaparecer, te encontrará.— Me cuestiona Charlotte confusa.
— Te dije que la abortaras.— Se queja Amber y yo pongo los ojos en blanco.
El comentario no me sorprende por qué fue lo primero que dijo cuando le confesé que estaba embarazada.
Amber es de raza negra, ella fue mi primera amiga aquí. Cuando llegue al campamento Júpiter a los 10 años no tenía idea de cómo peinar mi cabello debió a qué mi madre blanca nunca se molestó en aprender a peinar mis rizos correctamente; Así que siempre parecida como si tuviera un nido de pájaros en la cabeza. Era horrible.
Amber me enseñó y cuando tiene tiempo libre me peina ella misma.
Yo no tengo el cabello afro como ella, pero es bastante similar a mi cabello extremadamente rizado y grueso.
— ¡Carajo Amber! ¡No digas eso frente a la niña! —La regaña Charlotte en un susurro—¿Qué pasa si te escucha?
— No voy a huir, estoy más segura aquí.—Les aseguró—Está mañana me envió toda la manutención atrasada— Les comento con cautela.— Incluida el tiempo en que estuve embarazada, y él me pidió disculpas… Por hacerme llorar, dice que no midió sus palabras y está arrepentido.— Les explico con calma, jugando con mis dedos—Solo quiere ver a la bebé y … Acepto tener visitas supervisadas— Suspiro —Sin involucrar abogados.— Agregó.
— Está mintiendo, su papá es el Rey de los secuestros.— Chilla Charlotte.
Amber se apresura a callarla y se inclina hacia mí para preguntar;
— ¿De cuánto dinero estamos hablando?— Me cuestiona alzando una de sus cejas, más interesada.
Pongo los ojos en blanco.
— Treinta— Respondo.
— ¿Treinta qué?— Insiste Amber.
— Treinta mil dólares.— Aceptó.
Nos quedamos en silencio unos segundos en dónde todas tratan de digerir la cantidad de dinero.
— Perdónalo Lazarus, es un buen chico.— Opina Amber dándome unas cuantas palmadas en el hombro.
— Estoy de acuerdo — Coincido Charlotte totalmente de acuerdo.
— Hace un minuto dijiste que es un loco posiblemente secuestrador.—Les recordé a ambas, confundida.
— Sí, pero tiene dinero.— Exclama Charlotte —Piénsalo, la niña tendrá mejores oportunidades con él en su vida.— Explica la hija de Venus.
— ¿Estás segura de que no eres hija del dios de la avaricia?— Le cuestionó.
— ¿Qué piensas hacer?— Me pregunto Amber, curiosa.
— No quiero llevar esto a la corte familiar.— Murmuro por lo bajo sabiendo que no tenía los recursos para una batalla por la custodia.— Es que no quiero que Blair se quede con él, ¿Acaso sabe cómo cuidar bebés? Lo dudo.— Bufo por lo bajo.—Es su hija así que es normal que quiera verla— Juego con mis trenzas—Pero prefería que lo hiciera en mi rango de visión.
— Así que aceptarás las visitas.— Exclama Charlotte curiosa.
— Solo si el Pretor Jason está presente.—Resoplo con fuerza.
— Si sabes que dejo de ser Pretor hace tiempo— Me cuestiona amber— Ya sabes, deberías dejar de llamarlo así.
— No creo que pueda.— Respondo con seguridad—De todas formas, me sentiré más segura con el presente.
No quiero estar a solas con el embajador de Plutón.
De ninguna forma.
— En eso estoy de acuerdo.—Exclamo Amber de acuerdo—La última vez que estuvieron a solas te embarazo.
Ruedo los ojos.
—¿En serio?
— Oye, no te juzgo.— Bufo Amber con calma—Pero cuando te acuestas con un extraño las consecuencias suelen ser contraer mononucleosis o herpes— Señaló a la bebé dormida sobre las mantas suaves que compre para ella—Tu consecuencia pesa 12 kilos y en unos años irá a la escuela.— Dice.
Resoplo y me dejó caer en el sofá.
— Ya déjame en paz.
Al día siguiente empezaron las visitas supervisadas los fines de semana.
Casi me da un infarto cuando Blair reconoció inmediatamente a Nico y lo llamo “papá” con mucha emoción.
Blair apenas puede decir “Mamá y agua” así que me sorprendió que supiera cómo decir la palabra.
Mientras Nico jugaba y básicamente se entregaba a Blair por completo, yo charlaba con Jason, quien me daba un millón de consejos y me consolaba. Si no fuera por él, no hubiera dejado que Nico se le acercara. No lo conozco, y no estoy segura de que sea paciente.
Un bebé puede llevar al límite a muchas personas y no quería que Blair recibiera ningún tipo de malos tratos por su parte. Nada de gritos o palabras crueles, mucho menos el castigo físico. Así que no lo quería cerca de mi pequeña hija. Dioses.
El ex-pretor Jason me aseguro que Nico nunca haría tal cosa, pero era difícil creerle con su reputación.
El embajador de Plutón no es nada apreciado en la comunidad y diablos, cuando se corrió el rumor de que nos habíamos acostado, el pueblo se puso paras arriba y estuvieron hablando de eso por meses. Fue el chisme del año.
Y no solo fue un simple «Rumor»
En la fiesta de Halloween del año pasado que fue organizada por Piper en su mansión de California fue una locura. Pasaron muchas cosas locas y había muchos romanos invitados, y eso incluye a mi grupo de amigas.
Durante la fiesta, Leo Valdez estuvo documentando todo lo que pasaba en sus historias de Instagram y se mostró particularmente interesado en Nico y tomarnos fotos comprometedoras a la distancia como un stalker; Charlando, Coqueteando, riendo y bailando.
Dioses, incluso posteo un vídeo en el que nos estábamos besando.
Video que por cierto recorrió todo el pueblo y todos, TODOS lo vieron.
En él, bueno, habíamos ido al lugar más apartado y oscuro de la mansión para besarnos como dos adolescentes hormonales. Yo no me percate de la presencia del hijo de Hefesto en ese momento, pero Nico si lo detecto, lo miro a los ojos sin abandonar mis labios y le saco el dedo del medio.
Cuando volví a la universidad una semana más tarde las personas en la Nueva Roma tuvieron mucho que decir sobre ese «Horrible rumor»
Todos entendían que estaba dolida por el engaño de mi exnovio, pero se apresuraron a recalcar que no por ello debía rebajarme a su nivel.
Incluso los senadores más viejos se acercaron a mí para hablarme de ser «Joven y hacer estupideces»
Fue muy raro y al final ellos solo me aconsejaron cuidarme y cuidar con quién me relacionaba (No con Nico).
Y después, cuando mi vientre se hizo demasiado grande como para seguir ocultándolo, fue otro escándalo, aún peor que el anterior. Todos querían creer que el bebé era de mi exnovio.
Aunque las fechas no coincidían y era bastante obvio quien era el padre.
Desde entonces la comunidad me ha apoyado bastante para evitar que me relacione con el embajador de Plutón.
Soy semidiós de primera generación, hija directa de un dios Romano. Mi sangre no está tan diluida como los legados que son descendientes de los descendientes. No quieren que traiga a alguien de afuera. Ellos esperan de mí que forme una familia y sea parte de la comunidad. Con otro semidiós Romano, no con un semidiós griego.
Todos aman a Blair, pero no quieren que me relacione más con su padre.
Desde que di luz las mujeres casadas han estado intentando juntarme con alguien. Cualquier persona; Viudos, jóvenes solteros, conocidos, amigos de un amigo que nunca había visto.
Tengo tantos pretendientes que empecé a salir lo mínimo posible.
Estoy demasiado aturdida.
Toda esta persecución, sumado esto al reciente descubrimiento de Nico de la existencia de Blair me está volviendo completamente loca. Estoy cansada.
— Tranquila, todo estará bien.— El rubio me da suaves palmadas en la espalda mientras me consuela.
Limpio rápidamente las lágrimas que se escapan de mis ojos ámbares.
— Eso espero.— Mire como de reojo el pelinegro jugando con mi bebé.
Él la mantenía a Blair en brazos mientras besaba su cuello, luego se apartaba rápidamente haciéndola estallar en carcajadas. Encantada.
Blair es bastante amigable y tranquila con todos. Apenas tiene 5 meses, pero siempre fue avispada y despierta.
Cuando Letus se presentó en mi casa para conocerla pocos meses después de que naciera, ella estaba encantada con su presencia, no lloraba y solo lo miraba con los ojitos brillantes. Tuvo la misma reacción con Nico, solo que ahora puede expresar abiertamente su emoción con balbuceos y patadas.
Y Niccolò di Angelo es…
No es un monstruo come bebés.
Él parece demasiado feliz con Blair, no quiere soltarla incluso después de que se terminará la hora de visita. Se aferra a ella y la olfatea como si fuera un perro reconociendo a su cachorro.
Hasta ahora no veo señales de alarma o banderas rojas, pero mantendré las visitas supervisadas por un tiempo.
El pelinegro me miro de reojo con sus intensos ojos ónix con mi bebé en sus brazos fuertes. Me dio la sensación de que intentaba intimidarme por qué se me erizo la piel, así que me obligué a mí misma a no apartar la mirada.
Nico fue el primero en apartar la mirada, así que me felicité a mí misma mentalmente por eso.
— Oye ¿Qué hace el Sr. Wilfred en tu casa?— Me cuestionó Jason.
El enorme gato negro trataba de lamer el cabello de mi hija mientras Nico le daba suaves empujones para qué se bajará de mi pequeño sofá.
— No sé.— Alzó los hombros restándole importancia.— Siempre está por aquí. ¿Quién sabe? Quizás piensa que Blair es su cachorro.
El Sr.Wilfred no era mi gato. Antes había venido a mi casa para exigir comida, pero empezó a venir más seguido cuando mi vientre creció.
La gente suele bromear con que es el gato del pueblo, por qué visita todas las casas. El Sr. Wilfred tiene dueño y suele venir a mi departamento cada ciertos días para recuperar a su gato.
No sé con exactitud cuantos años tiene, pero Max dice que lo tiene desde niño. Es un gato viejo.
Viene y duerme con mi hija, la lame y se frota contra ella, yo lo dejo hacerlo por qué sé que está limpio y no es un animal para nada agresivo. Es lindo.
— Atrás pulgoso.— Siseo Nico.
— Ese gato ha estado más presente que tú en la vida de Blair.— Le digo alzando la voz para qué me escuché.
Aunque no era necesario por qué la cocina y sala están conectadas, y no es un espacio grande. Es pequeño.
Nico se gira para mirarme.
— ¿Y eso es mi culpa?— Me cuestiona y Blair chupa su brazo— ¿Qué? ¿Este gato gordo me reemplazó?
— Básicamente.— Agregó.
Nico parecía querer discutir un poco más, pero se dio cuenta de que Blair estaba chupando la piel de su brazo con sus ojos cerrados. Dormida.
— Está haciendo algo.— Murmura Nico luciendo confundido.
—Solo tiene hambre y sueño.— Me levanto y trato de tomar a mi bebé, pero Nico se pone de espaldas para evitar que se la quite — ¿Qué haces?
— Yo le daré su biberón y la acostaré.— Exclama en un susurro.
—Nico, creo que debes dársela.— Opino Jason desde atrás.
El pelinegro hizo un sonoro «Shhh» para que Jason no intervenga.
Trato de rodearlo para tomar a mi hija, pero Nico me evita. Me frustró y le dio una palmada en el hombro.
— No seas violenta frente a Blair— Susurra con voz sarcástica.—Acaso quieres que crezca para ser egoísta. — Nico se responde a sí mismo de forma tajante — No, ¿Verdad?— Afirma.
Frunsco el ceño.
— No puedes alimentarla, por qué Blair no toma biberón.— Susurro agresiva, frunciendo el ceño.—Solo toma leche materna.— Murmuro.
— Bien, hagamos eso.
— ¿Qué?— Chillo.— Necesito privacidad para hacerlo.
— ¿Y eso por qué? Ya te vi todo.— Dice restándole importancia.
Se me escapa un jadeo de sorpresa.
— Nico, creo que esta no es la mejor forma de abordar la situación.
Ambos nos giramos hacia Jason para hacer un sonoro “Shhhhh…” para que no se metiera en la discusión.
En su siguiente visita Nico intento darle fórmula desde un biberón a Blair (él la compró). Ella se negó y cuando él insistió se puso a llorar.
Al principio pensamos que Blair rechazaba el biberón, pero eso no tenía demasiado sentido por que yo siempre utilicé chupones con ella.
Después de eso Nico dejo de intentarlo y me dejó alimentarla.
La siguiente vez que lo vino a mi departamento había comprado un extractor de leche materna e insistió en que lo usará. Dioses. Yo me negué rotundamente al principio, por qué eso me haría sentir como una especie banco de leche o vaca. No como una persona normal o una madre.
Al final tuve que ceder y Nico logró darle un biberón a Blair.
El estaba muy feliz y tal parece que el problema nunca fue el biberón, sino la leche de fórmula. Y que mi hija es una pequeña quisquillosa mandona.
Ahora soy una vaca.
Hola chicos y chicas.
Espero que les guste el capítulo y pasen un buen rato leyendo. Está historia es tan ligera (sencilla) y poco complicada que me es más cómoda de escribir.
Nico solo quería darle un biberón a su querida bebé.
Por cierto.
Lazarus es mixta, por qué Thanatos toma la apariencia de un hombre negro y su madre es blanca.
Memes del capítulo;
Lazarus Dimitriou.
Es mi nuevo bebé.
Un dato interesante es que Lazarus quería ponerle "Leila" a la bebé cuando supo que era una niña, pero cuando nació y Lazarus vio que era básicamente una niña blanca decidió ponerle "Blair"
Bye bye.
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