Capítulo 10.

┌──────── ∘°☆°∘ ────────┐
MISION ESPÍA.
└──────── °∘☆∘° ────────┘

(Advertencia ⚠️ Escenas 18+)

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Nico di Angelo Pov.

Abro la puerta de la casa pensando en platicar con Lazarus sobre el idiota al que perseguí por dos calles y taclee en plena avenida. Fue tan chistoso, tengo una bonita selfi con él en la celda de la estación como evidencia para ella.

Soy un poco cruel o eso me han dicho.

Me gusta darles la esperanza de que pueden escapar y luego alcanzarlos con un viaje de sombras. Luego estoy ansioso por llegar a casa y platicarlo con Lazarus para hacerla reír.

Dejo mi maletín en la entrada y me quito el abrigo largo para colgarlo en el perchero. Tomo con el dedo índice el moño de la corbata y lo jaló hacia abajo para aflojar el nudo. Suspiro y estiró mis hombros hacia atrás.

Tengo los hombros tensos.

— ¿Nico? ¿Eres tú o el diablo?— Escucho la voz de lazarus desde la cocina en un tono sarcástico.

— El diablo.— Respondo y la escucho soltar un quejido de miedo, me río y camino por el pasillo hasta llegar a la cocina. Está terminando de envasar esa comida «saludable» para Blair.

Lazarus investigo todo tipo de recetas para que Blair comiera sólidos. En su tiempo libre las cocina y guarda.

Cómo con su leche.

Rodeo la isla de la cocina y me acerco a ella mientras termina de guardar la comida en la nevera. Se ve adorable con su delantal puesto y sus bonitas trenzas llenas de cuentas de colores.

Me mira con sus grandes y expresivos ojos dorados, batiendo sus pestañas.

Se parece un poco a Bambi.

— ¿Cómo estuvo tu día?— Pregunto en un tono juguetón, me acerco un paso y ella retrocede otro.

— Bien, Blair me acompaño a mi clase de pilates con las chicas. — Informa.

— ¿Y como está la señorita?— Le cuestionó, alzando una ceja.

Lazarus frunce los labios y lleva los ojos al techo, batiendo sus pestañas largas de muñeca. Gesto adorable.

— Está durmiendo con el gato del vecino.— Me explica. Avanzo un paso y ella retrocede. Me mira recelosa y señala—¡No vayas a despertarla!

Le doy una media sonrisa. La tomo de la cintura y la jalo hacia mí para besar su mejilla, cuello y frente. Suave.

— ¿Dices que no puedo ver a mi hija? Creí que ya habíamos hablado de eso.— Murmuro contra su piel, ella cierra los ojos y acepta mis dulces besos.

Hago un camino de besos hasta sus labios y la beso muy suavemente.

— Estará de muy mal humor si la despiertas.— Dice entre besos. Sus labios son suaves y delicados, dulces como la miel. Siento descargas que van por todo mi cuerpo.—¿Y tú qué? ¿Estás cansando…?— Suspira cuando abandono sus labios y vuelvo a besar—¿Metiste mucha gente a la cárcel?— Pregunta de forma distraída—¡Oye…! ¡Voy a denunciarte por acoso!— Ella me da suaves manotazos para que me aleje de ella cuando amasó su trasero y aprieto, no me alejo, llevo mis besos a su cuello haciéndola gemir agudo.

— ¿Acoso? Mmm.— Muerdo su cuello y llevo sus manos tras su espalda.—Te denunciaré por ocultarme a la bebé y no ponerle mi apellido.— Le advierto y cuando escucho el «clip» metálico se sobresalta y me mira sorprendida.

— ¡No de nuevo…! ¡No puedes seguir esposándome!— Se queja Lazarus de forma insistente, haciendo pucheros, cuando la pongo de espaldas a mí y la apoyo sobre la isla de la cocina. Tengo una molesta erección que palpita y se muere por estar dentro de ella.— Nico por favor.— Me suplica y me mira por encima de su hombro — Suéltame.

— Te mueves mucho.— Le recuerdo mientras desabrocho mi pantalón y bajo mi cierre.— Lazarus, y te quiero callada y obediente.— Susurro contra su oído, mordiendo su nódulo.

— Tienes fantasías de poder muy raras, Nico— Apoya su mejilla sobre la encimera como si se rindiera y alza el trasero, lo que me hace reír. — Quiero sexo normal.—Tiro del elástico de sus bragas hacia abajo hasta sus muslos y muerdo su nuca. — Nico, sexo normal y vainilla —Meto mi mano por debajo de su camisa y desabrocho su sostén, tiene los pezones duros y la escuchó chillar y retorcerse cuando juego con ellos, tirando y pellizcando.—Aah~

— A ti no te gusta el sexo vainilla.— Me burló manoseando sus senos, froto mi erección contra su entrada. La veo retorcerse debajo de mí agitada, jadea gime. Arquea su espalda y empuja su suave trasero contra mis caderas.—Te encanta esto, no finjas Lazarus.— Mi voz tiembla cuándo siento lo caliente y mojada que está para mí.— Dioses…

Sostengo sus caderas antes de invadir su interior con mi miembro. Lazarus suelta un jadeo ahogado. Siento sus paredes temblar y ajustarse a mí.

No espero a que se acostumbre y la empujo mis caderas contra su trasero. Es delicioso, se siente como el paraíso y no puedo controlar los sonidos de placer que salen de mi garganta.

Lazarus se estremece, gimotea y gruñe con cada choque. Me carcajeo de la forma en que gotea, sus muslos mojados y cuerpo sensible.

Voy a perder la cabeza. Siento llegó más y más profundo.

La jalo de las esposas y su espalda choca contra mi pecho, la envuelvo con mis brazos, la levanto del suelo sin dificultad y apresuró mis golpes sintiendo como estaba por llegar al clímax. Lazarus hecha la cabeza hacia atrás y la descansa en mi hombro.

Siento todo el cuerpo caliente y las orejas ardiendo. Y de pronto…

Despierto.

Ahogó una especie de jadeo entrecortado al abrir los ojos.

Mi habitación está a oscuras con la única iluminación de la luz de luna entrando por la ventana. Me levanto de golpe, sudoroso, sintiendo un nudo en el estómago y el corazón agitado.

Estoy ardiendo. Puedo suponer que tengo el rostro sonrojado, rojo como un tomate. No necesito verme para saberlo. Sé cómo me veo ahora.

Trago saliva y aprieto los párpados.

Voy a ignorar la erección en mis pantalones. Me estiró y tomo mi teléfono para llevarlo a mi oreja.

— Jason.—Murmuro consternado.—Tuve ese sueño de nuevo.

— Son las tres de la mañana…— Balbucea del otro lado de la línea.

— Otra vez soñé con lazarus.— Murmuro con la voz apretada.

— ¿Ese sueño dónde vienen juntos en los suburbios…?— Pregunta confuso.— Y son una parejita feliz.

— No, no… Fue más como una escena cualquiera de Game of Thrones.— Le ejemplificó sin ser demasiado claro y descriptivo.— De temática policial.

— Oh…— Murmura.

— ¿Cómo puedo dejar de soñar con eso? ¡Necesito una solución ahora!—Susurro de forma agresiva, exaltado.

— Pues deja de pensar en acostarte con lazarus.— Sugiere Jason.— ¿Ves? No es gran problema.— Balbucea.

Me froto el rostro con mi mano libre.

— No me estás ayudando.— Murmuro por lo bajo, bufando molesto.

— Son las tres de la mañana.—Dice Jason con voz ronca.— No estoy en las condiciones para ayudarte ahora.

— Jason.

— Mañana discutiremos el origen de los sueños hornys.— Balbucea y me cuelga la llamada antes despedirse.

No pude dormir esa noche…

Pensé que sí volvía a hacerlo. Muy probablemente volvería a soñar con hacerle cosas innombrables a la hija de Thanatos. Así que evito dormir.

Me levanto cuando sale el sol y me dirijo de forma instintiva hacia la habitación de Blair, cuando abro la puerta me encuentro a mi bebe de pie en su cómoda cuna riéndose mientras se sostiene de los barrotes de madera la misma para saltar. Lazarus estaba allí haciéndola reír, pellizcando sus mejillas y hablándole bonito.

— ¿Quién en la niña más linda del mundo? — Pregunta con voz dulce y besa la frente de Blair — Tu, tu, tu…— Dice entre besos, haciéndola reír.

—Sono sicuro che sarà bella quanto sua madre.— Susurro y extiendo mi mano para acariciar la mejilla de mi bebé, quien se emociona al verme—Blair è fortunata ad essere tua figlia.

— Papá, papá, papa…— Balbucea Blair e intenta saltar a mis brazos.

Me acerco y ella alza los brazos lista para que la cargue. La tomo entre mis brazos y ella se apoya en mi pecho.

— Cuando estemos en la misma habitación habla en inglés.— Pide Lazarus cerrando aún más su camisa pijama mal abotonada.— Me pone los pelos de punta no saber qué dices.

El sol de la mañana que entra en por el ventanal ilumina sus ojos dorados de una manera preciosa y cálida. Se quitó las trenzas ayer, así que tiene el cabello rizado suelto y desordenado.

Luce adorable.

Antes estaba orgulloso de que Blair se pareciera a mí, pero empiezo a desear que se parezca más a lazarus.

Que su cabello sea largo y rizado, su piel morena y dorada. Que tenga una nariz pequeña y labios afelpados. Me encantaría que tuviera los ojos caídos de cervatillo que tiene lazarus. Deseo que crezca y sea tan buena como ella.

—Dovrai imparare l'italiano, angioletto.— Exclamó de forma presuntuosa y altanera.

Lazarus arruga la nariz. Mostrando su inconformidad con dejarla fuera de la conversación (balbuceos de Blair).

Balbuceos en italiano.

— Nico, no seas egoísta.— Murmuro enojada, sosteniendo su camisa con el puño cerrado. Si suelta la tela delgada de su camisa de botones quizás pueda considerarlo. Ella no lo hace, así que niego con la cabeza y Lazarus bufa— Como es fin de semana, te toca hacer la comida.— Brama antes de irse.

Me río de su actitud berrinchuda. Ella se regresa y me quita a Blair, luego se va. Esta vez la sigo hacia la cocina.

Haré la comida.

Y luego seguiremos la discusión.


Lazarus Dimitriou Pov.

Han pasado semanas desde mi pequeño colapso mental y creo que todo ha vuelto a la normalidad.

Voy a la universidad, Nico va a trabajar y Blair a la guardería.

Creo que lo único diferente es que las visitas a su familia aumentaron. Casi siempre intento declinar y aliento a Nico a llevar a Blair a sus reuniones.

No es que me lleve mal con ninguno de ellos, son agradables y siempre que estamos en el mismo espacio intentan hacerme sentir incluida y comoda en la conversación, aun así debo aceptar que me siento incómoda por qué en mi tiempo embarazada (de Nico) los estuve evitando como la peste.

Me parece un poco difícil olvidar como solía salir corriendo cuando nos topábamos en la misma cafetería.

De alguna u otra forma Nico siempre termina logrando convencerme.

Hazel quiere ser más cercana a su sobrina y Jason quiere ver su «Nieta» más tiempo, por lo que terminamos yendo de visita los fines de semana cuando Nico vuelve a la ciudad.

Tengo mi propio grupo de amigas, pero aprecio que quiera incluirme.

— ¿Qué harás en Navidad?— Tanteó Nico, jugueteando con sus anillos de forma distraída, evitando mi mirada.

— Suelo pasarlo con mis amigas.— Respondo con simpleza y sujeto el piecito de Blair, haciéndola reír y balbucear.— Desde pequeña.

— Lo supuse, pero… — Él parece tratar de buscar las palabras.— Me refiero a que ahora, con Blair.— Se aclara la garganta —Es su primera Navidad con nosotros.— Exclama.

Eso llamo mi atención, por qué no había pensado en ello. Blair era un bebé y quizás no lo recordaría en un par de años, pero nosotros sí que lo haríamos. Esto es importante. Sé que no quiero pasar la Navidad lejos de mi bebé, y entiendo que Nico tampoco.

— Ah.— Blair intenta gatear sobre la alfombra, parece más un gusanito.—No había pensado en ello— Blair se estira y muerde el peluche en forma de oso que Nico le regaló—¿Cómo lo haremos? Yo la Navidad y tú el año nuevo, o quizás al revés.— Digo.

— Oh podrías venir conmigo y mis amigos.— Ofrece una tercera opción, golpeando la mesa con sus dedos.— Y pasar la Navidad juntos.— Agrega.

Hago una pequeña mueca.

— ¿Eso estará bien? Apenas los conozco y los estuve evitando por mucho tiempo.— Murmuro, por qué lo último que quiero es incomodar.

— Ellos están bien con eso, entienden por qué lo hiciste.— Exclama Nico con un gesto relajado y en este punto esto parece una negociación— Te traeré de vuelta antes de año nuevo, para que puedas pasarlo con tus amigas.

— ¿Me traerás?— Lo miro estando aún más confundida.— ¿Dónde suelen celebrar la Navidad?— Pregunto.

Nico aprieta los labios.

— En la casa de Piper.— Murmura por lo bajo.— En los Ángeles California.

Alzó una ceja.

— Ah.— Miro de reojo a Blair peleándose con su peluche.— Esa casa.— Susurro para mí misma.

No hay duda de que allí hicimos a Blair, y si soy sincera me pone un poco incómoda estar allí de nuevo.

Además ¿No sería demasiado raro que la lleváramos a su lugar de origen?

Me da escalofríos.

— Sé que puede ser raro…— Agrega el pelinegro de ojos ónix, haciendo un gesto de nerviosismo con su pierna.

— No, es decir — Murmuró.— Es raro, pero no se puede evitar.— Explicó.

Blair se acerca a mí gateando, se cansa y se echa en la alfombra. Luego retoma su camino hacia mí y deja caer su cabeza sobre mi muslo.

Ate su cabello negro con un moño púrpura y se ve realmente adorable.

— Me gustaría que estuviéramos los tres juntos.— Nico se atreve a decir, y noto lo cohibido.— Para Blair.

Lo pienso unos minutos.

— Me parece bien.— Respondo.

Nico guarda silencio y me parece que está celebrando una pequeña victoria sobre la crianza de nuestra hija.

— Hoy tengo planeado.— Trato de explicarle sin sonar extraña — Bueno, las señoras de la guardería quisieron elaborar esta especie de intervención y no encontré excusas que pudieran satisfacerlas.— Murmuro.— Es una especie de cita a ciegas.— Exclama.

— ¿Tienes una cita?

Asiento con la cabeza.

— ¿Hoy?— Pregunta confuso.

Vuelvo a asentir con la cabeza.

—Eso es.— El pelinegro da una larga inspiración luciendo indiferente.— Es bueno, pásalo bien. Cuidaré a Blair.— Murmura frotando su mentón.

— ¿Seguro?

— Sí, seguro.

Doy un suspiro aliviado. Pensé que Nico haría un escándalo por querer empezar a salir con alguien más.

Pero lo tomo de forma muy madura.


Nico di Angelo Pov.

Nada está bien.

Creo que clave mis uñas con tantas fuerza en mis palmas que dejé una cicatriz permanente. Voy a morir.

— Pero mira a ese perfecto idiota.— Bufo bajando mis lentes oscuros al puente de mi nariz.—Tiene cara de papa. — Bajo la mirada para ver a mi hija, con unos lentes de sol oscuros en su pequeño rostro. Son enormes. Por qué estábamos de “incógnito” en este feo restaurante de segunda. Es decir, ni siquiera sirven comida italiana.—Tu padre es ciertamente mejor.—Miro a la cita de Lazarus.—Mejor en todos los sentidos. En serio.— Le aseguro y ella brama agitando sus manitas.

Está de acuerdo conmigo.

— Su lazarus nos descubre se molestará mucho. — Jason toma un trago de su margarita.—Estamos invadiendo su privacidad.

— No nos descubrirá si te mantienes callado y no haces escándalo. Así que vigila y come tu comida— Exclamó y mi bebé hace un sonidito adorable en mi pecho.—Solo actúa como Blair.

Blair se ve toda chiquita y linda en su cangurera. Y está de acuerdo con mi curso de pensamiento. Es mi hija.

— ¿Por qué trajiste a la bebé?— Me cuestiona Jason y jadeo ofendido.

— ¿Y dónde la iba a dejar?— Le cuestionó —Es fin de semana, es mi turno cuidarla.— Le recuerdo.

— Sí, pero traerla a una «misión» para espiar a su madre no es parte de una sana convivencia padre e hija.— Me regaña.—Esto es invasivo. Es de mal gusto y bastante cuestionable.

Pongo los ojos en blanco y Blair suelta una especie de gruñido adorable.

— ¿De qué lado estás? ¿Acaso quieres que Blair crezca con un padrastro?— Le cuestionó y miro al restaurante del frente donde lazarus Dimitriou come con un perfecto idiota feo. Muy feo.

— Es una cita a ciegas, nada garantiza que tengan química.— Exclama.

— Cierto.— Le doy la razón —Pero la alternativa es que si la tengan y verás.— Señaló a mi bebé con el mentón —Nosotros tuvimos química un solo día y ahora tengo un bebé.— Le recuerdo.

Jason pone los ojos en blanco.

— Una cita no garantiza nada. Mucho menos un bebé.— De bebé el resto de su margarita de un trago, cansado.—Es una exageración.— Brama Jason.

Miro por la ventana.

— Solo míralo.— Resoplo—Ni, ni ni «Soy feo» ni ni «No tengo una pizca de carisma»— Murmuro molesto.

— No creo que estén diciendo eso.— Me confronta Jason Grace.

—Blair está de mi lado y eso es lo único que cuenta.— Bufo— Tu opinión no es tan importante.

— ¿Entonces por qué me trajiste?— Me cuestiona el rubio.

— Por qué si me descubre podré decir que vine a comer contigo.— Afirmó.

— Entonces pensará que es una cita y tendremos un bebé.— Se burla Jason.

— No uses mis argumentos contra mí.— Susurro receloso.—¿Qué crees que estén diciendo?— Le cuestionó.

— Quizás hablan de sus intereses.— Dice fingiendo intriga.

— Psss…—Siseo con incredulidad —Él no sabe nada de sus intereses.

Jason alza una ceja.

— ¿Y tú sí?— Le cuestionó.

— Le gusta el yoga. — Digo jugando con mi plato de espagueti.—La música de todo tipo, le gusta hacerse trenzas y ver películas de los X- Men donde salga wolverine.— Bufo—Y le gusta Blair y pasar tiempo con ella.

Jason suspira profundamente.

— ¿Estás bien con esta cita? ¿Con qué Lazarus salga?— Pregunta Jason.

— No quiero que salga con alguien más.— Confieso algo cohibido.

— ¿Por qué?— Le cuestionó.

— Por qué podríamos intentarlo juntos y ser felices. — Me gustaría que fuéramos una familia y que nuestra hija crezca dentro de un hogar.

— ¿Por qué? ¿Por qué es lo correcto para Blair? ¿O por qué tú lo quieres?— Me cuestiona con solemnidad.

— Por qué…— Apretó la mandíbula —Ella es una buena madre.— Jason hace una mueca— Es paciente conmigo y
… Me gustan sus ojos dorados.

Jason sonríe incrédulo.

— Así que te gusta lazarus.— Afirma.

Asiento con la cabeza.

— Puede ser…— Murmuro.

El rubio se gira hacia la ventana y su expresión emocionada se tuerce.

— Oye.— Balbucea.—Creo que ya nos vio.— Farfulla Jason Grace.

Me giró hacia la ventana para ver al restaurante frente a nosotros. Carajo.

Desde su mesa en el restaurante Lazarus mira en nuestra dirección con una expresión confusa.

— Actúa normal…— Le susurro a Blair hundiéndome en la silla — Finge que eres otra bebé.— Susurro apenas.

Hola chicas y chicos.

Lamento la tardanza y la falta de memes, pero no tengo tiempo y tome horas que no tengo para escribir esto y no dejarlos sin contenido.

Voten y pongan muchos comentarios, me hace el día leerlos.

Bye bye

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top