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Se estiró y bostezó, observando a su alrededor con ojos confundidos, no había nadie en el salón y seguramente había dormido demás. Se talló los ojos y se puso de pie, dejando de lado su mantita amarilla más preocupado por encontrar al resto que por recogerla. Al salir del salón se encontró con la maestra Momo que estaba organizando unos juguetes en la sala contigua. Se apresuró a ir con ella a pasos apresurados, la tomó del brazo y esperó paciente a que volteara a verle.

—Shōto, ¿qué pasa?

— ¿Dónde están todos?

La mujer le sonrió y detuvo sus acciones para verle a los ojos.

—Están en el patio, la maestra Tsuyu les está enseñando sobre los animales del estanque —tomó sus manitas haciendo el amago de levantarse—, ¿quieres que te lleve?

Hizo una mueca y negó con la cabeza, dejándose caer a su lado, realmente abatido.

—Si Izu no me despertó es porque no quería que fuera con él —dijo con real tristeza, bajando la cabeza.

Yaoyorozu sintió su corazón derritiéndose ante su adorable razonamiento y le abrazó con cariño, tratando de confortarlo.

—No creo que haya sido eso, pequeño —pasó una mano por los cabellos del niño, revolviéndolos en el proceso—, a Izuku le gusta cuando duermes y siempre le cuesta levantarte.

—Pero prometió que estaría conmigo al despertar y no estaba —sus ojitos se llenaron de lágrimas mientras correspondía al abrazo de su maestra.

—Eso es porque Eiji se lo llevó con prisa, estaba muy emocionado por la clase y apenas lo dejo hablar —explicó la situación, tratando de calmarlo—. Quería volver por ti pero la profesora Ochako le dijo que era mejor dejarte descansar, parecías muy cansado, y le prometí que me quedaría aquí para poder llevarte con él.

Los ojitos llorosos se posaron sobre el rostro de la mujer, llenos de pena y sus mejillas rosadas.

— ¿En serio?

—Por supuesto, Izuku siempre está preocupado por ti.

Esbozó una sonrisa y sus mejillas se volvieron rojas, quiso esconderse en el hombro de su maestra y darle las gracias por no dejarlo pensar cosas malas de su Izuku. Pero ahora ya las había pensado, ¡tenía que darle algo bonito para que lo perdonara!

— ¿Ahora quieres que te lleve?

Negó con la cabeza de nuevo, bajando la cabeza y comenzando a jugar con sus deditos.

—Quiero ayudar a acomodar aquí —dijo acercándose al mueble, tomando los juguetes para ponerlos todos en su lugar.

Yaoyorozu se tomó un momento para apreciar al niño y rezarle a todas las deidades existentes que ese niño se mantuviera tan puro y adorable toda la vida.

—Está bien, pero debes ir a la clase de cualquier manera, ¿no te molesta perderla?

—No —volteó a verla y sonrió levemente—, la verdad quería ir por una flor para Izuku pero si voy a la clase y la tomo ya no sería una sorpresa y quiero que sea una sorpresa.

Momo rogó que la invitación a la boda le llegara en un futuro lejano, o simplemente tener la oportunidad de ver a esos dos interactuar cuando fueran más grandes. Le asintió al niño, dándole a entender que le ayudaría, y le sonrió.

—Me parece bien, entonces terminemos aquí, así podemos ir por la flor y ponerla en agua hasta que regresen.

Asintió con prisa y volteó para poner todo en su lugar con manitas torpes, queriendo retener todo entre sus bracitos para poder acomodarlo. Terminaron antes de lo que esperaron por la emoción del niño y luego la maestra fue arrastrada hasta el patio de la entrada donde había muchas flores para escoger, a veces ellas permitían que los niños les llevaran flores a sus padres así que Shōto sabía bien cual flor escoger.

Le ayudó a cortarla y volvieron al salón, donde Momo le puso un moño bonito de color rojo y la puso en un pequeño vaso con agua, el pequeño bicolor no veía el momento en que su amigo viera la flor, sabía que le iba a gustar mucho porque ya había dicho antes que eran sus favoritas.

Cuando escucharon el bullicio de los alumnos volviendo al salón de juegos el corazón de Shōto se estremeció y tuvo deseos de salir corriendo a la primera oportunidad, pero en lugar de huir, recibió la flor de su maestra favorita y bajó del banco donde se había trepado para buscar a Izuku con la mirada. Al divisarlo sonrió, ampliando su sonrisa al notar que corría hacia él con entusiasmo y los bracitos abiertos para abrazarle en cuanto llegara a su lado. Incluso escuchaba la vocecita de campanillas de Izuku nombrándolo, se sentía bonito que su amigo le quisiera tanto.

—Shochan —los pasitos torpes de Izuku casi le hicieron tropezar, pero finalmente llegó a su destino, escondiéndose entre los brazos de su amigo de cabello bicolor—. Lamento no haberte despertado Shochan, te extrañe y estaba con Kiri pero no era lo mismo y quise llorar pero soy un niño fuerte y...

—Toma, Izu, para ti —le tendió la flor rosada, regalándole una sonrisa de esas que sólo le daba a él.

—Shochan, esta es mi favorita —dijo contento, recibiéndola con alegría para admirar los pétalos de color brillante.

—Lo sé —bajó la cabeza, escondiendo las manos en su espalda.

—Entonces, ¿no estás enojado por haberme ido?

—No lo estoy.

Izuku besó la mejilla de su amigo, realmente contento.

—Le enseñaré a la maestra Ochako —dijo alzando la voz, tomando su mano y echando a correr para alcanzar a su profesora favorita.

Shōto se dejó llevar, se sentía tan contento por ese beso que ya nada más le importaba.

Hey y'all!

Pasen al que sigue xD no quise aplazarlo más, llevo haciéndome pendeja con esta actualización por mucho, así que subí los dos que quedaban de una sola~

Los leo en el que sigue~

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