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Ochako se asomó al salón de juegos cuando escuchó que dos vocecitas charlar entre si con entusiasmo, la hora de la siesta aun no terminaba por lo que no era usual escuchar niños jugando en ese momento, escondió medio cuerpo en el pasillo -pues llegó a pensar que eran fantasmas o algo- y asomó los ojos para asegurarse que todo estuviera bien. No pudo evitar sonreír cuando descubrió a sus dos alumnos favoritos jugando con los muñecos sin restricción, toda la sala de juegos era para ellos así que habían bajado todo y los rodeaba justo en el medio de la habitación, donde estaba la enorme casa de madera que algunas niñas usaban para jugar a la casita.
Shouto tenía puesto un sombrero -que era obviamente más grande que su cabeza- y alrededor de su cuello, sobre su batita amarilla, usaba algo parecido a una corbata -aunque la verdad era un moño mal atado-, Izuku estaba hincado donde se suponía estaba la cocina y jugaba con el sartén de plástico en lo que parecía la estufa; movía sus manitas de forma graciosa y tenía una sonrisa adorable plasmada en el rostro y el moño que su madre le había puesto aún seguía adornando su cabeza, a Ochako le parecía gracioso que se dejara adornar el cabello, pero no se quejaba porque le encantaba verlo más tierno de lo que ya era.
—Izuchan, llegué a casa —dijo Shouto, arrastrando su pequeña maleta que parecía demasiado pesada para él.
—Shouchan, bienvenido a casa —dijo el otro, corriendo a su lado, dejando el sartén olvidado en el suelo—, ¿te fue bien en el trabajo?
Uraraka se mordió el labio y en silencio sacó su teléfono para comenzar a grabarlos, tenía que mostrarle eso a las demás.
—No, todo fue horrible.
— ¿Por qué? —el pecoso parecía genuinamente preocupado.
—Porque no estaba en casa y odio mi trabajo.
Ochako tuvo que cubrir su boca para no soltar una carcajada.
—Pero ya estás en casa, ¿no te hace feliz?
—Sí —lo abrazó, olvidando la maleta en el suelo y el sombrero que cayó cuando se aferró a él—, quería estar contigo.
Izuku sonrió y correspondió al gesto, gustoso, con los ojos cerrados.
— ¿Quieres comer? ¿O que te lea algo? —preguntó cuando finalmente se separaron, pensativo, debía recordar que es lo que hacía cuando llegaba a casa con su nueva mamá—, ¿o jugar?
—Leer.
—Vamos —asintió mientras le tomaba de la mano para llevarlo hasta la pequeña cama que servía para simular una habitación, hizo que Shouto se sentara y jaló un banquito con un libro más grande que su cabeza bajo el brazo—, ésta es la historia de... —observó la portada, había un gato de color rojo y blanco, muy bonito pero que jamás había visto antes—, del gatito Shouto —dijo mostrándole la ilustración a su compañero—, ¿ves?, se parece a ti.
— ¿Soy como un gato? —preguntó confundido, algo preocupado tal vez.
—Sí.
— ¿A Izuchan le gustan los gatos?
— ¡Sí! —dijo de inmediato, poniendo el libro en su regazo—, mamá tiene uno, es esponjoso y se duerme junto a mí, y a veces me pone su nariz fría en la mejilla, mamá dice que es como un beso.
—Creí que tenías un conejo.
—Sí, se llama All Might —inclinó la cabeza un poco y talló uno de sus ojos—, es muy gracioso y tío Toshi dice que es algo feo, pero a mi me gusta mucho, aunque All Might y Eraser no se llevan bien, Eraser siempre le gruñe a mi conejito, no sé por qué.
—Tu conejo y tu gato tienen nombre de superhéroe —comentó con gracia el niño de cabello bicolor.
—Sí, mi mamá me dejo ponerles ese nombre.
— ¿Cuándo vaya a tu casa podré verlos?
—Claro que sí —giró el libro y lo abrió, observando las imágenes—, eh... al gatito le gusta mucho dormir en las hojas y... jugar con su estambre —murmuró, girando el libro de nuevo, mostrándole las imágenes—. También... se perdió de su casa y quiere volver, ¿ves?, está llorando —señaló los dibujos—, así que... viaja mucho, por un bosque bonito y esa niña quiere tocarlo, pero no se deja, y entonces encuentra su casa y está feliz porque encontró a su dueño.
—Vaya, ¿sabes leer, Izuchan? —murmuró asombrado.
—N-no —admitió apenado, jugando con sus deditos—, pero me gusta inventar historias, mamá y yo lo hacemos mucho, vemos dibujos y contamos historias diferentes.
—Eso suena divertido.
—Cuando vayas a mi casa le diré a mamá que juguemos a eso —dijo volviendo a sonreír, para sentarse a su lado.
—Gracias, Izuchan —murmuró con una pequeña sonrisa en el rostro y se inclinó levemente, depositando un beso corto e inocente en la mejilla de su compañero de juegos.
Izuku abrió los ojos, sorprendido, y cubrió su rostro con ambas manos, sus mejillas estaban pintadas de rojo y no parecía reaccionar; Ochako sentía que se moría por sobredosis de azúcar.
—Shouchan, me besaste —murmuró el menor, completamente aturdido.
—Sí —dijo como si nada grave hubiera pasado.
— ¿Por qué?
—Eso hacen los esposos, ¿no jugábamos a eso? —preguntó muy confundido.
—Ah, tienes razón, Shouchan —el pecoso puso la expresión más adorable -si eso era posible- y, con los ojos brillosos, tomó el rostro de su amigo para plantar un beso torpe e inocente en los labios del bicolor.
Uraraka sintió que su corazón se derretía por lo adorable que era todo eso, quería seguir viéndolos jugar, pero de pronto recordó que los niños debían descansar, por más que le doliera interrumpir esas acciones inocentes y dulces. Guardó el celular y carraspeó para llamar su atención, ambos niños voltearon y escondieron sus manos detrás de la espalda como si los hubiera encontrado haciendo travesuras.
—Es hora de la siesta, ¿por qué no están durmiendo?
—Queríamos jugar un poco más —confesó Izuku, bajando la cabeza.
—Está bien, pero deben descansar también, deben aprender que para todo hay un tiempo y lugar.
—Lo sentimos —murmuraron al mismo tiempo.
—No pasa nada, pequeños —les revolvió el cabello a ambos y les tendió la mano—, ¿vamos a dormir?
Asintieron y se dejaron llevar a la otra habitación, sintiéndose más cansados de lo que creyeron antes, Ochako les arropó y en voz baja les cantó una canción de cuna para asegurarse que se quedaran dormidos pronto, sonrió cuando les vió caer perdidos por completo y se levantó para salir de la habitación, sacando su celular para ver el vídeo que acababa de grabar, amaba trabajar en ese lugar.
Hey y'all!
Aquí Rave finalmente con el cap 3 de este lindo fic :3 la verdad es que ya no tenía idea de que poner aca xD y como es fic corto pues no he querido apresurarme mucho, yo creo que solo subiré uno o dos caps más, es un fic sin mucho fundamento asi que alargarlo sin sentido pues no xDD
Mil gracias por leer, votar y comentar!
Lof, smooches y galletitas
Rae Septoxic
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