Capítulo 9🍁


Jungkook gruñó por lo bajo cuando su juego se vio interrumpido por una llamada.

Rápidamente se sentó correctamente al leer el nombre de su madre en la pantalla. Como si instantáneamente esta aparecería frente a él y lo regañara por tener los pies arriba del escritorio.

Observó su teléfono, recordando la última vez que había hablado con su madre. Eso había sido antes de irse de la manada de su padre, justo después de la llamada de su hermano en busca de su ayuda.

Había logrado convencer a la mujer para que se quedara un tiempo más con sus padres mientras él se iba de la manada de Il-woo para ayudar a su hermano, desde entonces no habían vuelto a hablar.

Lamentablemente, no creía que fuera buen momento con el pésimo humor que se cargaba.

Ayer por la tarde, el estúpido sheriff y el antiguo alcalde habían atacado en sincronía en la oficina luego de que Jackson comenzara a construir las nuevas casas.

Ninguno de los dos quería asumir que en verdad no podían controlarlo como ellos querían realmente, y el estúpido juego ya estaba cansando y aburriendo al omega.

Además, estaba este nuevo problema con los idiotas seguidores de los estúpidos Kim que habían atacado a la pareja de Yoongi, eso tenía sumamente molesto e irritado a su hermano, al igual que a Hoseok.

Y era algo sorprendente a decir verdad el cambio que había tenido su hermano. De ser un hombre relajado que prefería racionalizar y pensar las cosas, a un alfa dispuesto a llegar a los golpes para conseguir lo que quería y defender a su pareja.

Cuando el teléfono dejó de sonar, Jungkook suspiró y recargó su frente en el escritorio.

Sabía que su madre no lo volvería a llamar, en cambio se comunicaría con Yoongi y le exigiría saber si estaba ocurriendo algo y por qué no le había contestado. Pero si su hermano no le contestaba, entonces...

Y así, por arte de magia su teléfono móvil volvió a la vida sobresaltándolo.

Realmente... No tenía una buena sensación de ello.

Respirando profundamente, alzó su cabeza sentándose correctamente y tomó su celular, contestando y llevándolo contra su oreja.

—¿Mamá? —pronunció.

¡Hasta que te dignas a contestarme! —exclamó con aquella voz.

Aquella que Jungkook reconocía como "estás en serios problemas Min Jungkook, y te irá peor si no me dices lo que quiero saber"

Uhh... Realmente tenía malos recuerdos de su amorosa madre utilizando ese tono.

—Si, lo siento es que... No encontraba mi celular —contestó e inmediatamente quiso golpear su cabeza contra su escritorio otra vez.

No me vengas con cuentos Jungkook, que tú nunca te despegas de esa cosa. Mejor dime qué está ocurriendo —exigió.

—¿Por qué debe de ocurrir algo solo porque no te contesté inmediatamente? —preguntó haciéndose algo de tiempo.

No trates de engañarme, niño. Tu hermano tampoco me contestó y tengo esta sensación en mi pecho me dice que está ocurriendo algo —anunció.

—Por supuesto que no, mamá —bufó como si la mujer estaba diciendo algo estúpido.

Aunque interiormente estaba muriendo de miedo por las acertadas sospechas de su madre. Joder que temía de esa intuición o sexto sentido que poseía para saber cuando algo estaba mal o iba a cometer una de sus travesuras.

—... ¿Tiene algo que ver con que me hayas pedido que me quedé más tiempo con tus abuelos? —pregunto asertivamente.

—Tú eras la que decía que los extrañabas —refunfuño—. ¿Ahora, qué? ¿Te aconsejo que te quedes más tiempo y escondo algo? ¿Por qué eres así, Cho-rang?

Soy tu madre niño, llámame mamá —exigió.

—Entonces llámame Jungkook, ese es mi nombre —protestó.

Eres mi hijo y te llamaré como yo quiera, jovencito —regañó—. Ahora, cuéntame qué ha hecho tu tonto padre esta vez.

—Eh... No lo sé, no siempre estoy al pendiente de lo que hace el alfa —respondió, al menos en algo era sincero.

Si me está engañando no tienes que ocultarlo —pronunció con más suavidad—. Eso no me va ni me viene —anunció desinteresada—. Tu padre podría estar follando a mi mejor amiga y a mí seguiría sin importarme lo que hiciera.

—Tú no tienes mejor amiga en esa manada, amigos, sí, conocidos igual pero mejores amigas... No —señalo apretando los labios para no sonreír ante las palabras de su madre—. Espera... ¿Entonces por qué sigues con él? —preguntó frunciendo el ceño.

Porque eso significaría que sería separada de ustedes y tendría que volver a mi antigua manada para ser tratada como una paria por el simple hecho de que Il-woo me echara —respondió dura.

—Entonces simplemente déjalo —exclamó enojado—. Si el idiota ya echo a mi hermano-...

¡¿Qué él hizo qué?! ¡Sabía que me estaban escondiendo algo! —gritó furiosa y Jungkook abrió de más sus ojos, había caído completamente en el habla de su madre.

—Oh, mira. El alfa está aquí, tengo que cortar mami, te veo en una semana más —pronunció ignorando los gritos de su madre y cortando la llamada—. Mierda, Yoongi me va a matar —murmuró observando con horror su teléfono móvil.

Dejando su cabeza caer contra el escritorio, Jungkook cerró sus ojos con cansancio.

¿Por qué sentía que pronto todo se complicaría?

Sin siquiera golpear, Min-Kyu, el antiguo alfa de la manada, interrumpió en su oficina como si aún fuera la propia.

Gimiendo internamente, Jungkook tomó su celular de forma disimulada y le envió un mensaje tanto a su hermano como a Hoseok.

No le temía al hombre, y tampoco creía que fuera más fuerte que él a pesar de que el otro era un alfa pero... Tampoco era un estúpido para enfrentarle a solas.

—¿En qué puedo ayudarle, señor Kim? —preguntó apenas conteniendo el tono molesto en su voz.

—Vi que las construcciones para las nuevas casa ya comenzaron, me gustaría que me diera los detalles al respecto —exigió parándose frente al escritorio del omega, mirándole desde arriba al no tomar asiento—. Así podré darle unos buenos consejos y unas cuantas sugerencias —sonrió de forma falsa e interesada.

Levantándose, el shifter león fácilmente estaba a la misma altura del alfa, e incluso era unos centímetros más alto por lo que no podía intimidarle con su altura.

—Técnicamente ya no es su propiedad, ni su terreno, ni manada —le recordó cruzando los brazos sobre su pecho—. Los proyectos que tengo para el pueblo no tengo por qué hablarlos con usted y me gustaría, que se abstuviera de entrar a mi oficina como si fuera la propia porque ya no lo es —le recordó ya cansado de todo.

—Ten cuidado como le hablas a un alfa, omega —espeto borrando su falsa sonrisa interesada.

—No. Ya estoy cansado de ustedes y su estúpido jueguito de tratar de manipularme —exclamó golpeando sus manos contra el escritorio—. Ayer su nieto mandó a otras personas a hacer el trabajo sucio y la tienda de los hermanos Park fue atacada —indicó—. Dígame, ¿podría usted decirme dónde estaba su estúpido hijo en ese momento? Porque según tengo entendido, en ningún momento del día el sheriff se apareció en la tienda para investigar el problema pero si tenía tiempo para venir a meter sus narices aquí.

—Así es, yo también estoy cansado de esta mierda —exclamó Yoongi entrando en la oficina, seguido de Hoseok con su maletín en mano.

—¿Y ustedes qué hacen aquí? —gruñó Min-Kyu—. No pueden entrar en la oficina del alfa sin pedir una cita antes.

Jungkook arqueó una ceja ante lo hipócrita que había sonado.

—Vine a ocupar mi lugar —anunció el alfa león, rodeándolo para llegar detrás del escritorio.

—Ya era hora —exclamó Jungkook haciéndose a un lado y permitiendo al mayor sentarse en su silla—. Ya me estaba cansado de fingir y aguantar esta mierda.

—Bueno, ¿me puede decir que le trae hasta mí oficina, señor Kim? —pregunto Yoongi con una sonrisa burlona.

—Ustedes... No, yo le vendí mis tierras a ese mocoso —señaló a Jungkook—. El contrato lo específica, junto a que no lo puede ceder a otra persona —pronunció enojado.

—Prácticamente no estoy cediendo nada, ya que nunca tuve nada en realidad —sonrió el omega.

Como si fuera su turno, Hoseok colocó ruidosamente su maletín contra el escritorio y sacó unas hojas.

—Una copia del contrato —anuncio señalando la primera página—. Aquí dice que usted acepta la oferta del joven Min por sus tierras —leyó—. Pero usted no quiso especificar a cuál de los dos Min quería.

—¿A qué te refieres? —gruñó.

—Bueno, a que este hombre es mi hermano mayor —respondió con seriedad Jungkook, colocando su mano sobre el hombro del alfa.

—Pero nosotros si especificamos a que Min nos referíamos en realidad —anunció Hoseok sin darle oportunidad de hablar, yendo directamente a la última hoja del contrato—. Aquí, dice claramente que usted accede a venderles sus tierras y todo lo que haya en ellas al señor Min Yoongi, cediendo a la vez su puesto como líder y alfa de la manada de Busan.

—Y como puedes ver, yo soy el verdadero dueño de estas tierras, el alfa de esta manada —anuncio con superioridad Yoongi—. Realmente no tenía pensado en sacar esta carta aún, pero ustedes osaron meterse con mi pareja y... —tuerce sus labios—. Lo arruinaron adelantando mis planes.

—¿Y tú crees que esta injusticia será dejada pasar por la ley? —cuestionó furioso—. El concejo vendrá.

—¿Injusticia? —repitió el alfa—. Injusticia es como tú, tu estúpido nieto e hijo junto a este asqueroso pueblo trataron a mi pareja y su hermano sin razón alguna —gruñó levantándose.

—En este pueblo no hay ley, usted mismo lo ha demostrado —siguió Hoseok—. Pero como mi amigo aquí es el nuevo alfa, él puede cambiar a las personas de sus trabajos y exiliarlas de esta manada y pueblo si así quiere. El concejo no intervendrá —anuncio seguro.

Min-Kyu cambio parcialmente sus manos sacando sus garras mientras se lanzaba hacia Yoongi, quien fácilmente le esquivó y agarró su cabeza para darle contra el escritorio.

El lobo soltó un gruñido entre el dolor y la furia.

—Estas son mis tierras y mi gente, nadie te seguirá —exclamó enderezándose.

—Dejaron de ser tus tierras y manada en el momento en que decidiste escoger el dinero sobre ellos —exclamó Yoongi—. Y cualquiera que vaya en mi contra e intente algo, será exiliado.

—A mí parecer, tienes dos opciones —anuncio el águila—. O te vas tranquilamente con tus dos estúpidos hijos, o desafías a Yoongi por el poder.

—Pff —resopló Jungkook—. Sinceramente hasta yo le ganaría si peleáramos —pronunció como burla.

—No me iré de mis tierras, y sin una justa razón no me pueden exiliar de esta manda —gruñó seguro—. Será mejor que cuiden sus espaldas—exclamó dirigiéndose a la puerta.

—Tenga cuidado con sus palabras señor Kim Min-Kyu —dijo con tono frío el abogado beta—. Cualquier cosa que le ocurra a Yoongi estando usted aún en estas tierras, será considerado su culpa y ya no tendrá la opción de recuperar estas tierras ni manada —informó logrando que el contrario se detuviera—. Esa es la importancia de leer un contrato —le sonrió.

—Prepárate Min Yoongi, todos ustedes han escogido a la persona equivocada con la cual meterse —su tono fue irritado mientras cerraba con fuerza la puerta antes de salir.

—Waow, ahora se vendrá la acción ¿no? —preguntó el omega una vez quedaron los tres a solas.

—Es lo que me preocupa —pronunció Yoongi golpeando las puntas de sus dedos contra el escritorio—. Esas ratas no tienen honor y son capaces de ir tras mi pareja nuevamente.

—Pero me dijiste que has avanzado con Jimin, tal vez aceptes que te mudes con él o él contigo —pronunció su hermano menor.

—Eso es algo difícil, Jimin podría estar sintiéndose cómodo conmigo pero no creo que su hermano sí —suspiró deseando ver a su pequeño erizo.

—No te preocupes por su hermano, yo me encargaré de ello —exclamó con seriedad Hoseok.

—No creo que sea buena idea —negó el león alfa—. Ellos no confían en ningún shifter y menos los que son depredadores, como les llaman ellos.

—Si Jimin que es tu pareja se ha acostumbrado a ti, entonces su hermano Taehyung también lo hará conmigo —aseguró el beta.

—¿Taehyung es tu pareja? —preguntó el rubio a lo que su amigo contestó con un simple asentimiento de cabeza.

Yoongi sinceramente no supo si aquello era bueno o malo.

Su amigo realmente no había demostrado ninguna reacción cuando se conocieron, pero Yoongi realmente no sabía todo lo que había tenido que contenerse Hoseok para no quitarle de las manos a Jimin el pequeño erizo, su pequeño alfita.

—Ah, y antes de que se me olvide... Mamá descubrió que papá te echó de su manada —informó Jungkook volviendo a sacar su teléfono móvil para jugar.

Genial, parecía que la a cosas solo seguían mejorando para Yoongi.

¿Y luego se preguntaban que porqué no quería ser un líder?

Derrotado se dejó caer en su silla otra vez.

—Iremos por lo primero, sacar a Min-Seok de su puesto como sheriff —anunció—. Y después pondremos al tanto a los idiotas que siguen a los tres Kim de quién es su nuevo líder —observó a Hoseok—. ¿Realmente crees que llamen al consejo?

El beta negó—. Ellos son los únicos que perderían, él fue el que aceptó el dinero a cambio de su propia manada —le recordó.

—De acuerdo, vamos.


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