Capítulo 8🍁
Yoongi salió de su habitación y bajó las escaleras para dirigirse a la cocina por un café.
Tristemente, había descubierto que Busan no poseía ninguna tienda que vendiera café.
Bueno, estaba la tienda frente a la librería de su pequeño erizo que vendía en el desayuno pero esa cosa realmente no podía ser llamada café, por lo que había decidido comprarse su máquina.
—Uy, ¿Por qué esa cara? —pregunto cuando se encontró con Hoseok bebiendo café, ignorando completamente las sillas se encontraba de pie recargado en la pared.
Por seguridad, los tres habían decidido mantenerse viviendo en la misma casa en Busan hasta que pudieran hacer algo respecto a los tres idiotas Kim que todavía creían que podían manejar a Jungkook.
Idiotas.
—¿Cómo reconociste a tu pareja? —preguntó de forma sorpresiva.
Yoongi frunció el ceño mientras agarraba una taza y se servía café.
—Solo viéndolo —respondió—. Un simple vistazo y lo supe, también su aroma —recordó—. Fue muy dulce y realmente me atrajo.
—Mierda —gruñó frunciendo el ceño.
Recargando su cadera en el mueble, Yoongi esperó a que el contrario decidiera hablar.
—Lo sentí —dijo finalmente.
—¿Qué? —preguntó bebiendo un sorbo de su café.
¿A caso su pareja también bebía café o prefería té?
—A mi pareja, lo sentí entre todo ese mar de gente que se juntó en el parque pero no pude reconocer quién era —exclamó frustrado.
—Pudo haber sido cualquiera.
—Exacto —gruñó y el alfa comprendió el estado de ánimo del águila—. Voy a tener que idear un plan para acercarme a los habitantes y así averiguar quién es mi pareja, demoraré una eternidad —bufo.
—Al menos sabes que tu pareja está en este pueblo y es otro shifters —consoló terminando de beber su café—. ¿Te paso a llevar donde Kook? —preguntó.
—¿Y tú a dónde vas? —cuestionó mientras asentía con su cabeza—. El equipo y el personal ya llegó para comenzar a trabajar —le recordó—. Jackson querrá hablar contigo sobre los planos.
—Lo sé, pero quiero revisar a mi pareja antes de concentrarme en el trabajo —contestó saliendo de la cocina—. Siento que el idiota de Min-Jae ha estado demasiado tranquilo últimamente y temo que esté planeando algo contra mi pareja y su hermano.
—También podría estar planeando algo contra ti —le recordó cerrando la puerta de la casa con llave antes de seguir al alfa a su camioneta.
—No me preocupo por mí, me sé defender —respondió comenzando a conducir—. Pero Jimin y Taehyung, no.
—Entonces te acompaño, me vendría bien sacar de alguna forma mi frustración por no saber quién es mi pareja —refunfuño frunciendo el ceño.
—Está bien, ¿Jungkook ya se fue a su oficina o sigue durmiendo? —preguntó.
—Ya se fue, uno de los idiotas Kim quería hablar con él por cuestiones de seguridad, así que me imagino que fue el estúpido sheriff.
—Eso es algo que me preocupa, en cualquier momento ellos se darán cuenta de que no pueden controlar a Jungkook como quieren e intentarán algo —frunció el ceño en preocupación.
—Al igual que tú, Jungkook sabe defenderse y ser un omega no es impedimento para él pero no confío en que ellos pelearan de manera justa —resopló Hoseok—. De todas formas nosotros estaremos atentos y les pediremos lo mismo a los trabajadores —anunció tranquilamente—. ¿Por qué te estás estacionado aquí? —preguntó cuando Yoongi se detuvo una calle antes de la librería.
—Porque si Jimin me ve, puede esconderse. Ayer descubrí que si lo atrapo en un lugar abierto, solo le queda enfrentarme —recordó con una sonrisa—. Aunque si le hablo de todas formas, él me contesta desde su escondite.
—¿Qué? ¿Están jugando al gato y al ratón? —pregunto con burla.
—Idiota —rió bajándose y comenzado a caminar junto a su amigo.
Estando frente a la librería, el alfa se detuvo. Ambos contemplaron a dos pequeños hombres hablar entre ellos detrás del mesón.
—Listo, se ve bien —pronunció Hoseok—. Ahora, vámonos.
—Espera —negó sin poder quitarle los ojos de encima a su pequeño erizo.
Y como si Jimin percibiera su mirada, el omega giró su cabeza en su dirección. Su cuerpo pareció tensarse por unos segundos para luego relajarse y regalarle una pequeña sonrisa, agitando tímidamente su mano en su dirección.
—Vaya que te transformas en un estúpido cuando estás a su alrededor —comentó Hoseok cuando presenció a su amigo corresponder el gesto.
—¿Quieres dejar de ser tan molesto? —preguntó el alfa irritado.
—Déjame pensarlo... No —rió.
Bufando, el shifter león le dio una última mirada a su pareja antes de volver a su camioneta.
—Ya te quiero ver cuando encuentres a tu pareja —manifestó—. Tal vez seas peor que yo.
—Yo no lo creo —respondió cantarín, volviendo a subirse a la camioneta.
Rodando sus ojos Yoongi volvió a conducir para dirigirse al edificio donde trabajaba su hermano. Lo único bueno de vivir en un pueblo pequeño, era que todos estaban relativamente cerca del otro.
Las casas, las tiendas, el parque, y el bosque que los rodeaba.
Ahora, si tan solo no todo pareciera tan vacío y fantasmal...
Bajándose de la camioneta ambos entraron al edificio para ir directo a la oficina de Jungkook, encontrándose con el jefe de ambos en el interior además del estúpido sheriff.
—Bueno, como le estaba diciendo señor Min-Seok —pronunció Jackson—. Le agradezco su preocupación acerca mis trabajadores, pero yo sé a quién contrato y a quién no.
—Solo quería advertirle de la clase de trabajadores que tiene bajo su disposición —advirtió levantándose—. Ahora si me disculpan, tengo trabajo que hacer —anuncio retirándose de la gran y ostentosa oficina.
—Fue horrible —exclamó Jungkook una vez que quedaron a solas—. No sé cuánto tiempo más podré aguantar su pomposo trasero sin golpearle en el proceso —se quejó recargando su cabeza sobre el escritorio.
—Son más idiotas de lo que me habían comentado —anuncio Jackson.
—Tienen complejo de rey —bufo Hoseok sentándose donde antes había estado el alfa Kim.
—Y uno peor que el de Hoseok —se burló Yoongi parándose detrás de su hermano.
Recargándose en la pared, observó a través de la ventana al idiota subirse a su patrulla. Cuando le miro, Yoongi le agito su mano y le mostró una gran sonrisa que pareció irritarle aún más para el placer del león.
—¿Estás seguro de que quieres seguir con esto, Yoongi? —pregunto el shifter oso, volviendo a llamar su atención.
—Mi pareja vive aquí, tiene su historia aquí y necesito un nuevo lugar en el cual hacer mi vida —se encoge de hombros—. No le veo el problema además de esos tres idiotas.
—De acuerdo, entonces muéstrame esos planos —pidió.
—Lo principal son las casas —dijo sacando los mapas para dejarlo sobre el escritorio—. Tenemos dos tipos y estoy trabajando en un centro comercial pero creo que lo mejor sería dejarlo para el último —comentó.
—Pienso igual, lo mejor sería concentrarse en las casas y luego en las tiendas que quieren abrir —dijo Hoseok.
Jackson asintió—. Con el dinero de los tres juntos...
—¿Tres? ¿Eso significa que vas a ayudar en este proyecto? —interrumpió el shifter águila.
—Mi familia ya está cansada de vivir en las ciudades y tener que viajar para cambiar, Busan tiene potencial de ser un gran lugar donde vivir una vez revivamos este pueblo —dijo Jackson con seriedad—. Por lo que, sí. Y con Yoongi siendo el alfa no tengo que preocuparme porque al menos sé que no será un idiota como el que acabo de conocer.
—¿Entonces... Empezamos? —preguntó el alfa león con una sonrisa.
🍁🍁🍁
—¿Sabes?, cuando dijiste que ibas a almorzar debí de imaginarme que irías al único restaurante frente a la tienda de tu compañero —pronunció Hoseok—. Estúpido de mi parte aceptar venir.
—Que yo recuerde, no te invite —resopló el león—. Tú decidiste venir por cuenta propia —exclamó.
Deteniéndose frente al local de comida, frunció el ceño cuando observo la tienda de su pareja hecha un desastre.
—Pero que mierda —murmuró cruzando rápidamente la calle.
Una parte de la puerta de vidrio estaba rota, y al cruzarla la campanita en la parte superior sonó al igual que los trozos de vidrios rotos que pisó.
En el interior, algunos de los estantes con libros estaban dado vueltas y había cáscara de huevos por todos lados.
—¿Jimin? —llamó asustado.
Un pequeño cuerpo apareció desde atrás.
—Gracias a Dios estás aquí —exclamó el pequeño erizo siendo un desastre tembloroso mientras avanzaba.
Arriesgándose a ser rechazado, Yoongi corto la poca distancia y lo atrajo entre sus brazos.
El pequeño cuerpo se tensó por unos largos segundos antes de fundirse entre los fuertes brazos que le rodeaban.
—¿Estás bien? —pregunto bajo—. ¿Qué pasó?
—Yo... No... Esto... ¡Taehyung! —chillo separándose y empujando sus redondos lentes más arriba—. Ayúdame por favor —pidió tomando la mano del león para arrastrarlo al lugar de donde había salido.
Al llegar, el alfa contempló dos grandes estantes de muebles en el suelo, uno encima del otro.
—Taehyung está atrapado ahí abajo —gimoteo asustado, apuntando a los dos grandes estantes amontonados.
—Oh, mierda —exclamó rápidamente adelantándose para tomar el primer mueble.
Otro par de manos comenzaron a ayudarle rápidamente, cuando alzó su cabeza contempló a Hoseok.
—Apresúrate —le gruñó el beta.
Rápidamente ambos sacaron los dos muebles y comenzaron a correr los montones de libros hasta que llegaron a una pequeña bola con púas atrapada en ropa.
—¡TaeTae! —chillo Jimin, adelantándose y arrodillándose para quitar con cuidado la ropa.
—¿Jimin, me puedes decir que ocurrió aquí? —preguntó Yoongi, colocando una mano sobre el hombro del pequeño castaño.
Limpiando sus lágrimas, Jimin tomó a su hermano y se levantó junto a los demás. Sin decir una palabra, se volvió a hundir en los brazos del alfa en busca de consuelo, quién gustosamente le recibió.
Inspirando profundamente el atractivo aroma del contrario, Jimin olvidó momentáneamente el miedo y la desconfianza de su erizo para concentrarse en el hombre que tenía a su lado.
El hombre que lo había ayudado en reiteradas veces y que en ese momento, le consolaba.
—Cerramos para ir a casa a comer y cuando volvimos encontramos la tienda así —respondió una vez estuvo más tranquilo—. Intentamos arreglar un poco cuando sentimos la presencia de otra persona, entonces intentamos escondernos pero de pronto el mueble se nos vino encima. Taehyung me empujó para salir pero entonces él quedó atrapado —explicó.
—¿Y no vieron quién era la persona que entró? —cuestionó Hoseok, observando intensamente a Jimin e intimidándolo un poco por ello.
Que su pareja fuera un depredador y lo estuviera aceptando de a poco no significaba que mágicamente iba a confiar en otras personas.
Porque no era así, no se podía obligar a cambiar la personalidad de uno.
—N-nosotros no nos enfrentamos a nadie... No podemos —respondió el pequeño omega evitando la mirada de Hoseok—. Somos muy débiles, lo sabemos —como si fuera posible, se enterró aún más entre los brazos del alfa.
—Fue Min-Jae —anuncio Yoongi pero Jimin negó con su cabeza.
—Nos encontramos con él cuando caminábamos de vuelta, nos retuvo un momento para insultarnos pero nada más —comentó.
—Entonces... Fue alguno de sus amigos u otro integrante de la manada —pensó Hoseok.
—¿Por qué harían algo así? —preguntó Yoongi—. Sé que ellos no son buenas personas, ya que ignoraban el trato que estaba recibiendo Jimin pero...
—Piénsalo Yoongi, más de alguno debe de gustarle cómo dirigían la manada los tres Kim, por algo se quedaron aquí. Y quieras o no, las personas seguirán escuchando y siguiendo las instrucciones de ellos mientras sigan aquí —advirtió—. Min-Kyu y Min-Seok no son los únicos que creen que ellos pueden controlar al nuevo alfa.
El alfa apretó sus labios y observó a su pareja que permanecía en silencio entre sus brazos.
—¿Qué piensas tú, pequeño? —preguntó.
El castaño se encogió de hombros—. Puede ser verdad —aceptó tal vez un poquito sorprendido de que un alfa pidiera su opinión—. Hace unos días que los demás se han vuelto más... ¿Agresivos?
—¿Cómo es eso? —preguntó Hoseok antes de que Yoongi pudiera hacerlo.
El cambiaformas león le dio una dura mirada a su amigo cuando sobresalto a su pareja ante su duro tono.
—Es que, si antes nos ignoraban permitiendo que Min-Jae nos molestara y lastimara, ahora ellos también participan —reveló observando a su hermano—. Tal vez no nos lastiman físicamente, pero si... Han empezado a insultarnos con palabras y a mirarnos... Ya sabes —subió sus hombros y los mantuvo ahí—. Pero esta sería la primera vez que hacen algo así.
Hoseok y Yoongi compartieron una mirada conocedora.
Eso era lo que había estado planeando Min-Jae, por eso había estado tan tranquilo últimamente.
Si ya no podían molestarle a él porque sabían que el nuevo alfa lo apoyaría, entonces utilizaría a los demás para atormentar a su pareja y así, llegar hasta él.
Yoongi había provocado eso... Él...
No, el estúpido de Min-Jae se había metido con el alfa equivocado, y tal vez ya era hora de mostrárselo.
—¿Estás enojado conmigo? —pregunto Jimin al sentir la tensión en el cuerpo de su alfa.
—No pequeño, no es contigo —aseguró besando su cabello—. Estoy enojado conmigo mismo por no haber pensado que Min-Jae te atacaría a ti para llegar hasta mí —reveló.
—¿Eso te molesta? —pregunto el omega, sintiendo como su corazón latía rápidamente a la espera de la respuesta.
—Te convertiste en lo más importante para mí desde aquel día que te vi, por lo que sí, me molesta que el idiota siga pensando que puede hacer lo que quiere y no enfrentar las consecuencias —contesto ganándose otro pedacito en el corazón del pequeño erizo.
Su león gruño en acuerdo, más que dispuesto en ir a cazar al imbécil y Yoongi tuvo que tranquilizarlo prometiendo ir a correr pronto.
No podía atacar estúpidamente al otro, tenía que pensar.
—Vamos, les llevaré a su casa —pronunció con suavidad, no queriendo asustarlos más.
—Pero... —pronunció observando su destrozada tienda.
—Yo cierro —se ofreció el shifter águila voluntariamente.
Agradeciendo a su amigo, Yoongi colocó su mano en la espalda baja de su pareja y salió de la tienda dejando solo al pelinegro.
Una vez Hoseok perdió de vista a Jimin, sacó tu teléfono móvil y marcó al número de Jackson.
—Necesito que me envíes a dos hombres y el reemplazo de una puerta de vidrio —pidió cuando le contestaron.
—¿Qué hiciste?
—Atacaron a la pareja de Yoongi para llegar hasta él —respondió.
—Jodidas ratas —gruñó—. Será mejor que se encarguen cuanto antes de esos idiotas —advirtió.
—Lo sé —contestó haciendo puño una de sus manos al contemplar el desastre en la tienda.
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