Capítulo 6🍁


Taehyung se despertó con el irritable y chillante sonido que producía la pequeña ruedita de correr en la cual Jimin se ejercitaba.

Juntó sus cejas y suspiró ya cansado, hace días que su hermano había estado actuaba extraño pero había empeorado desde el día anterior, y ya era hora de enfrentarle e interrogarle al respecto.

O no podría seguir disfrutando de sus sueños.

Con eso decidido, tomó sus lentes y se levantó de su cama yendo directo a la habitación del pequeño omega, encontrándolo en su forma animal corriendo sin parar en la rueda.

—Jimin, creo que ya es momento —bosteza— de que me digas qué es lo que te molesta —anuncio.

Pero el erizo siguió corriendo y corriendo, ignorándolo completamente.

—Jiminnie, ya basta —pidió y al ver que el contrario seguía ignorándolo, se acercó a la zona donde había algunos juguetes y productos para erizos y lo tomó.

Hizo una mueca de dolor cuando Jimin levantó sus púas asustado y luego, lentamente, las comenzó a bajar al tranquilizarse.

—Hombre, lamento si te asuste pero ya llevo un buen momento hablándote —explicó dejándolo en el centro de la cama—. Vamos, cambia y habla conmigo.

Jimin le observó un momento, indeciso.

No sabía si sería buena idea hablar con su hermano al respecto, su opinión hacia los otros cambiaformas era peor que el suyo.

—Sabes que te molestaré hasta que me digas la verdad —interrumpió como si leyera las intenciones del contrario de ignorarlo otra vez.

El omega soltó un suspiro mental al saber que aquello era cierto.

Cambiando, se colocó una manta en su regazo que tapara su cintura para abajo y tomó una camiseta manga larga que tenía de pijama.

Tomando los lentes que había dejado sobre la mesita de noche al lado de su cama, se los colocó y observó a su hermano.

El miedo y la emoción estaban escritos en el rostro de Jimin, cualquier persona lo podría ver fácilmente con tan solo una mirada.

—Siento que esta conversación iría bien con tus famosos pastelitos —pronunció al contemplar también unas ojeras en el rostro del pequeño omega castaño.

—Ya los hice, no podía dormir —confesó.

Empujando sus lentes más arriba, Taehyung se levantó y fue a la cocina por ellos junto a una taza de café, eso ayudaría en el depresivo o alterado estado de ánimo de su hermano.

Mientras esperaba, Jimin aprovechó de vestirse. Aunque la mayoría de los cambiaformas no tenían problemas con estar desnudos luego de cambiar, eso no significaba que no tenía que vestirse.

Y siendo que tanto Taehyung como él eran sensibles al frío, siempre tenía que asegurarse de estar bien abrigados independiente de la estación del año.

Ahora estaban en otoño y aunque no hacía un frío terrible como en invierno, si corría un viento helado a momentos que al menos para ellos, si era algo de tomar en cuenta.

Cuando el café estuvo listo, Jimin en vez de seguir esperándolo en su habitación, fue directo a la fuente de dicho aroma.

—Genial, así no tengo que luchar para llevar todo a tu habitación —pronunció dejando ambas tazas sobre la mesa.

Ambos se sentaron y comenzaron a desayunar.

—¿Me dirás? —pregunto el alfa luego de darle su segunda mordida a un pastelito.

Algo realmente debía de estar molestando a su hermano, ya que no solo había hecho sus famosos pastelitos, sino que también otros dulces igual de deliciosos.

Diablos, tendría que correr en su ruidita en la tarde para no subir más de peso.

Jimin observó fijamente la mesa mientras tomaba un sorbo de café.

—¿Te acuerdas del alfa que nos volvió a salvar ayer? —preguntó.

Taehyung frunció el ceño e instintivamente tocó su labio donde Min-Jae le había golpeado, rompiéndolo.

Gracias al cambio ya estaba curado pero eso no significaba que no había dolido en el momento.

—Lo recuerdo —respondió—. Así como también lo salvajes que fueron ambos peleando —añadió—. Alfas, todos queriendo siempre demostrar su poder sobre el otro, en especial los que son animales grandes y fuertes.

Jimin le dio una breve mirada antes de volver a observar la mesa de forma perdida.

—Creo... Sé... Ugh... —balbuceó.

—Todo está bien, Minnie —prometió al presenciar cuánto le costaba a su hermano decirlo.

—Creo... No... Yo... —sacudió su cabeza—. Sé que él es mi pareja, Taehyung —reveló finalmente—. El primer día que nos salvó tuve una sensación extraña y por primera vez sentí un aroma verdaderamente atrayente y exquisito, pero lo ignoré sin saber qué era y sabiendo que no lo volvería a ver otra vez —explicó—. Pero ayer, cuando lo volví a ver —suspira—. Lo supe enseguida y estoy tan... No sé qué hacer —reveló finalmente.

El pequeño alfa se levantó y caminó a la derecha y luego a la izquierda, repitiéndolo unas tres veces antes de que finalmente se detuvo frente a la mesa otra vez.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó con preocupación.

Jimin le observó y lentamente asintió con su cabeza, en silencio.

Taehyung volvió a caminar a la izquierda, luego a la derecha y finalmente se detuvo otra vez frente al omega.

—¡Tu pareja es un depredador, Jimin! —exclamó comenzando a morder sus uñas en preocupación.

—Lo sé, TaeTae, también me di cuenta de ello ayer —refunfuño cruzando los brazos sobre su pecho.

—Lo siento yo... Solo estoy preocupado por ti —suspiro volviendo a sentarse frente a él—. ¿Y si intenta comerte?

Bueno, como si ya no estuviera preocupado al respecto para que Taehyung le dijera aquellas cosas estúpidas que...

¿Podían ser reales?

—Tae...

—¿Qué? Somos presa Minnie, él puede sentir la tentación —argumentó.

Si, eso no le ayudó.

—Sabes perfectamente que los cambiaformas no son solo instintos animales, nosotros no lo somos, podemos racionalizar muy bien —defendió—. Por algo somos mitad humanos y mitad animal.

—Ya pero... Él es también un alfa... Y...

—¿Y...? —instó a que siguiera hablando.

El pelinegro mordió su labio inferior y suspiró.

—No es un lobo, Minnie.

—¿Cómo lo sabes? —cuestionó.

—Ya te dije que puedo sentir qué clase de shifters son las otras personas, Namjoon dijo que era debido que soy un alfa a pesar de que no lo parezca —le recordó.

Jimin trago saliva—. Entonces... ¿Qué es?

"¿Realmente quiero saberlo?" se preguntó, y aunque lo negara, sabía que en verdad sí lo quería.

—... Un león —respondió por lo bajo Taehyung—. ¿Ahora entiendes por qué te digo que te va a comer? los gatos persiguen al ratón Minnie... Y al final se los come.

—¡Ya basta! —chillo tapando sus oídos—. No quiero escuchar nada más al respecto, no quiero pensar en ello —pidió—. Y nosotros no somos un ratón, somos un erizo —le recordó.

—¿Así que solo lo vas a ignorar? —preguntó incrédulo.

Si Jimin había sentido la conexión, lo más seguro era que el otro hombre igual.

—¿Y qué quieres que haga? —pregunto enojado—. Es un hombre que sólo conozco de vista, que ya nos ha salvado dos veces y le temo hasta la mierda —gruñó—. Sé que es mi pareja... Pero eso no me quita el miedo.

"O la curiosidad" dijo una parte de su cerebro.

—¿Miedo por él o por abrir tu corazoncito a los sentimientos? —preguntó solo para estar seguros.

—No sé, y no hablaré más al respecto —gruño y se levantó tomando un pastelito—. Tenemos que ir a revisar la tienda, así que apresúrate —ordenó yendo a su habitación.

🍁🍁🍁

Jimin sinceramente esperaba encontrar su tienda toda destrozada luego de haberla abandonado en medio de una pelea.

Pero no, en realidad su tienda estaba como siempre, solo que tal vez con un estante de libros menos y totalmente limpia y abierta.

—¿Nos equivocamos de tienda? —preguntó Taehyung, ingresando primero.

Antes de que Jimin pudiera seguirle, sintió que alguien le miraba. Y en vez de ponerse nervioso como usualmente lo hacía, por el contrario, se sintió ansioso.

Observando sobre su hombro, Jimin se encontró con aquellos ojos mieles atrayentes. El apuesto desconocido le sonrió de manera suave al encontrarse con su mirada, y lentamente, se levantó y salió del local de comida.

A medida que se acercaba, Jimin lentamente comenzaba a entrar en pánico, alternando su mirada de su tienda, al desconocido.

Como si percibiera su miedo, el alfa se detuvo dejando una considerable distancia entre los dos para la tranquilidad del pequeño erizo.

—Lamento lo de tu tienda, arreglé el desastre y ordené un poco —pronunció.

Oh... Eso explicaba todo, y fue... Dulce por parte del alfa, bastante contradictorio a como se había mostrado el día anterior.

—Gracias... —murmuró en apenas un susurro.

"Dulce. Tierno. Lindo" pensó Yoongi apenas conteniendo sus ganas de abrazarlo... O besarlo.

—Soy Min Yoongi —se presentó, no estiró su mano esperando un saludo, solo le observó atento.

El nombre rondó por la mente del omega, queriendo repetirlo en voz alta pero sin atreverse a hacerlo.

—P-park Jimin —respondió y se golpeó mentalmente por tartamudear, pero no era algo que pudiera evitar estando tan nervioso como estaba.

¿El alfa siquiera sabría que era su pareja? ¿Lo aceptaba o lo odiaba? ¿Le quería realmente? ¿Sería igual que Min-Jae y su familia? ¿Lo comenzaría a ignorar al igual que los otros habitantes? ¿Se quedaría? ¿Se iría?

Su cuerpo se sacudió suavemente en susto y gusto cuando una mano apresó un lado de su cara de manera suave, sacándolo de sus caóticos pensamientos.

Ni siquiera lo estaba tocando realmente, la mano de Yoongi estaba a solo unos centímetros del rostro del omega, apenas rozándolo pero eso parecía ser suficiente.

El calor que transmitía esa mano era agradable y, a pesar de su constante miedo, Jimin quería recargar su rostro en ella.

—No pienses tanto las cosas —dijo en voz baja el alfa, de manera suave y amable para no espantarlo.

—Y-yo... —balbuceo y enseguida extrañó el calor que irradiaba esa mano cuando desapareció.

Y aunque Yoongi quería sentir la tierna piel, no quería tentar la suerte tampoco.

—Sé que eres mi pareja, así como también entiendo que me temes —pronunció—. Y siendo como te ha tratado la gente de esta manada, puedo entenderlo.

—Lo siento —murmuró entre aliviado y preocupado.

¿Qué pasaría entonces?

—Me tienes miedo —Yoongi no lo estaba preguntando, lo estaba afirmando.

Jimin observó el suelo y se encogió suavemente de hombros, sin querer afirmar o negar nada.

Era su pareja, aunque era un león lo que vendría siendo un depredador, sería la única persona especial que encontraría... Y no quería perderle...

Pero así también, al mismo tiempo le asustaba un poquito.

—Está bien, es comprensible luego de los dos espectáculos que monte —pronunció volvieron a llamar la atención del pequeño hombre.

Jimin empujó sus lentes más arriba en un tic nervioso bastante tierno para Yoongi, aunque el pequeño hombre no se diera cuenta, ese gesto lo había hecho unas cinco veces desde que se le había acercado para hablar.

—Me salvaste —murmuró Jimin, mirando el interior de la tienda.

Su pequeño erizo ya quería escapar.

Yoongi no quería, él realmente deseaba seguir hablando con el omega con su exquisito y dulce aroma pero, sabía que no debía de forzar las cosas o le terminaría asustado... Más de lo que ya estaba.

—Bueno, me estaré quedando un tiempo porque ayudaré con el nuevo proyecto en el que está trabajando el nuevo alfa —informó de manera suave—. Si no quieres que me quede o me acerque a ti, necesito saberlo.

Sería muy difícil para Yoongi que Jimin le pidiera que le dejara solo, pero lo haría... Al menos por un tiempo y después volvería intentarlo.

—No lo sé —murmuró el omega, odiando estar tan indeciso.

Por una parte, le temía al ser un depredador y lo quería lo más lejos posible.

Pero así también, otra parte le decía que era su pareja, su único, por lo que realmente creía, o esperaba que... Fuera bueno, diferente.

"Un no lo sé es bastante bueno en este momento" pensó esperanzado el león.

—Pero si me acerco justo como ahora, ¿te molestaría? —pregunto para estar seguro.

El castaño atrapó su labio inferior con sus dientes y negó suavemente con su cabeza, su instinto ya exigiéndole que huyera.

—Perfecto —sonrió el alfa, y Jimin se quedó momentáneamente perdido en la belleza de esa sonrisa—. Te estaré viniendo a ver —prometió dando media vuelta para alejarse, dándole lo que de momento el omega necesitaba.

Tiempo y espacio.

Cuando Jimin entró a la tienda, Taehyung rápidamente apareció a su lado.

—Sinceramente no sé cómo se acercará la suficiente como para que dejes de temerle —pronunció, habiendo escuchado todo el intercambio.

—No lo sé, pero si Jin y Nam pudieron acercarse a nosotros... Tal vez él también lo logre —respondió tal vez un poquito esperanzado en ello, solo un poco.

El hombre era apuesto y con un aroma exquisito que el castaño realmente quería volver a sentir otra vez, pronto.

Y Dios... Realmente quería volver a apreciar esa sonrisa del alfa.


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