Capítulo 36🍁
Yoongi abrió sus ojos y contempló el techo de la habitación por unos segundos, esperando a que el dolor se presentara en su cuerpo. Cuando no lo hizo, el alfa sonrió y giró su rostro en busca de su dulce pareja.
Pero Jimin no estaba a su lado.
"¿Estará en el baño?" Se preguntó confundido.
Juntando levemente sus cejas confundido, se sentó en la cama y observó a su alrededor. En la habitación no había nadie más que él, y por las cortinas de la ventana que estaban corridas, supo que tal vez era pasado de medio día a juzgar por el sol en lo alto del cielo.
Observando la zona donde había recibido el disparo, Yoongi encontró una pequeña cicatriz. El shifter león movió su brazo comprobando, pero realmente no sufrió ninguna clase de dolor o molestia, lo cual le animó.
—Despertaste —exclamó Jungkook parado bajo el marco de la puerta.
Inmediatamente, el joven omega se internó en la habitación yendo hacia el lado de su hermano.
—¿Ya estás bien? —preguntó—. ¿Te duele algo? —observó preocupado.
—Estoy bien —aseguró con una pequeña sonrisa de labios—. Pero, ¿dónde está Jimin? —preguntó—. Pensé que despertaría con él a mi lado.
Jungkook mordió su labio inferior—. Bueno, él... —balbuceo.
—¿Qué le pasó? ¿Está herido? —cuestionó preocupado, echando las mantas hacia atrás de la cama para bajar sus piernas y sentarse en el borde de la cama—. ¿Dónde está?
—Cálmate —pidió el menor—. Él tuvo algunas heridas, pero Namjoon ya las revisó todas —respondió rápidamente—. Solo que una de ellas se le infectó y... ¿A dónde vas? —preguntó cuando su hermano se levantó de la cama.
—A buscarlo, quiero verlo —gruñó, aunque no era su intención hacerlo realmente.
Él solo quería ver a su pequeño.
—Él está en la habitación de Taehyung con Namjoon —respondió e inmediatamente siguió al alfa cuando este salió del cuarto.
Haciendo su camino hacia la habitación de al frente, Yoongi contempló a Namjoon sentado en una silla al lado de la cama, observando a un dormido Jimin sobre ella.
—¿Qué es lo que tiene? —preguntó el alfa con preocupación.
—Fiebre. Algunos de los disparos rozaron su piel, ninguno es significativo pero uno fue más profundo que el otro y desarrolló una infección al igual que tú —respondió el beta—. Voy a esperar un par de horas más —anunció.
—¿Qué? ¿Para qué? —preguntó Yoongi acercándose a la cama.
Sentándose al lado de su pareja, contempló con dolor las casi desaparecidas contusiones en sus brazos junto a los rasguños en muchas partes de su cuerpo. Aunque en realidad, la imagen de Jimin había mejorado bastante a cómo estaba en la noche del día anterior.
—Lo normal sería que la fiebre ya estuviera bajando, al igual que en ti, pero no lo hace —respondió pensativo Namjoon—. Le inyecté el mismo medicamento que a ti, en una cantidad más baja pero... No parece que esté surtiendo efecto —explicó.
—Entonces dale más de eso —ordenó.
Namjoon negó—. La cantidad que le di es suficiente para él, debería de estar bien ya, pero no pasa nada —respondió levantándose—. Iré al centro médico a preparar algunas cosas, quiero hacerle un examen —anunció.
—Estaré viendo por los dos —pronunció Jungkook siguiendo al shifter lobo fuera de la habitación.
A solas con su pequeño, Yoongi corrió los castaños cabellos del durmiente rostro y se inclinó para besar con ternura su frente, percibiendo el elevado calor corporal que emanaba el pequeño cuerpo.
—Lo siento pequeño, debí de haberte protegido mejor —pronunció con dolor—. Prometo hacerlo mejor, así que, abre tus lindos ojitos para mí ¿si? —pidió.
Pero su pequeña pareja solo se mantuvo durmiendo, con sus ojos cerrados sin ningún signo de estar escuchando.
—Él estará bien —pronunció Jungkook entrando en la habitación—. Estuvo despierto hasta poco antes de que te bajara totalmente la fiebre, Namjoon ya le había sacado los puntos a los dos.
—¿Puntos? —preguntó.
—Esos hombres utilizaron balas de plata —le recordó—. Por eso te quedó una cicatriz.
—¿Qué paso con esos hombres? —preguntó sin dejar de observar a su pareja, acariciando con cuidado sus dulces facciones.
—Según Jackson, el Consejo estaba detrás de ellos por lo que se los llevaron, y también a Min-Jae —respondió—. Él incluso dijo que vio a un cambiaformas dragón, ¿puedes creerlo? —preguntó intentando animar a su hermano, pero este apenas asintió con su cabeza.
Podía entenderlo, realmente, a él tampoco le gustaba ver a Jimin de esa forma, tan silencioso y quieto.
—Yo aún no le he avisado a Taehyung y Hoseok —pronunció el omega interrumpiendo el silencio.
—Esperemos unas horas más, tal vez la fiebre le baja y despierte —contestó deseando que así fuera.
—Bueno, yo... ¿Quieres que te prepare algo? —preguntó inseguro.
Yoongi negó con su cabeza.
—Gracias Kookie, pero solo quiero estar al lado de Jimin y esperar —pronunció finalmente dándole una mirada.
Jungkook asintió y lentamente, salió de la habitación para darle algo de espacio al alfa.
Realmente esperaba que Jimin despertara pronto.
Un suave gemido escapó entre sus rellenos labios, el pequeño omega apretó sus ojos e intentó seguir durmiendo.
Jimin escuchó un suave murmullo a su izquierda, pero no podía entender muy bien lo que significaban aquellas palabras.
El pequeño erizo se sentía cansado, ni siquiera estaba haciendo el intento de despertar bien, él quería seguir durmiendo.
Bien, él podría hacerlo por un momento más ¿no?
—Va... Pequeñ...
¿Uh?
Esa voz, Jimin conocía esa voz.
—Bebé, mi pequeño...
Yoongi.
Su Yoonie le estaba hablando, le estaba diciendo algo pero no podía entenderle.
Deseando escuchar más la voz de su alfa, Jimin se esforzó en ello, poco a poco, comenzando a recuperar la consciencia. Y mientras lo hacía, los acontecimientos recientes fueron invadiendo su mente, exaltándolo.
"Me quedé dormido y no comprobé a Yoonie" pensó angustiado.
Luchando con levantar sus pesados párpados, el pequeño erizo fue lentamente lográndolo, y a la vez, comenzó no sólo a escuchar la voz de su alfa, sino que también empezó a sentir su tacto.
—Eso bebé, abre tus lindos ojitos para mí, pequeño —pidió Yoongi con una de sus manos apresando la pequeña de su pareja mientras que con la otra acunaba un costado de su rostro.
Los párpados del omega se levantaron brevemente y luego se cerraron. Un gimidito escapó de los dulces labios rellenos y volvió a intentar abrir sus ojos.
En todo momento, Yoongi espero de forma paciente, susurrándole dulces palabras de aliento para que supiera que no estaba solo.
Finalmente, un hermoso color gris le observó.
—Yoonie —gimoteó el pequeño omega, observándolo.
—Eso es pequeño, estoy aquí —pronunció acercándose y besando castamente aquellos dulces labios, recargando su frente en la contraria—. Estoy aquí, bebé.
Observándose el uno al otro, la pareja se quedó en esa posición, necesitando tanto ver como sentir a su pareja.
Acariciando con su pulgar el relleno moflete, Yoongi sintió que su corazón volvía a su pecho ahora que su omega había vuelto a abrir sus lindos ojitos.
—¿Estás bien? —preguntó en un susurro el pequeño erizo, casi como si temiera interrumpir el agradable silencio.
—¿Qué si estoy bien? —repitió Yoongi alejándose levemente.
Algo inseguro, Jimin asintió.
Pronto, el alfa se volvió a inclinar sobre él, escondiendo su rostro en la curvatura de su cuello.
Alzando sus brazos para rodear con el cuerpo de su pareja, Jimin notó algo extraño conectado a uno de ellos, era una intravenosa.
—Yo estoy bien pequeño, fuiste tú quien me dio un susto de muerte —exclamó volviendo a llamar la atención de su pareja—. Esperaba despertar y que estuviera a mi lado, sonriéndome con esa dulce sonrisa tuya, pero en cambio me desperté solo en la habitación.
—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó confundido, estaba seguro de que había logrado convencer a Namjoon para que les dejara dormir juntos.
—Namjoon dijo que te había puesto puntos en tu herida más profunda al igual que a mí para ayudarte a cerrar más pronto la herida, pero cuando los volvió a revisar mientras los sacaba encontró que se habían infectado —explicó—. Has estado inconsciente y con fiebre desde entonces.
—Oh... —musito el pequeño omega, sin saber que más decir.
Realmente, no había pensado que sus heridas podrían ser graves, no tanto cómo las de su alfa.
—Estuve tan aterrado cuando no abriste tus lindos ojitos por más que te hable —expresó saliendo de su escondite, contemplando el rostro del pequeño erizo—. Luego Namjoon te sacó de la casa y te trajo al centro médico para poder tratarte mejor.
—Oh... —volvió a musitar esta vez sorprendido—. ¿Y cuánto tiempo he estado aquí? —preguntó curioso.
—Dos días, solo anoche lograron que tu fiebre bajase —respondió besando su frente—. No me vuelvas a hacer esto —ordenó—. Si estás herido que te atiendan a ti primero antes que a mí.
—Pero lo mío no era tan impor-...
Jimin observó a su alfa cuando este le interrumpió con un dulce beso.
—Cualquier herida, por mínima que sea, es importante —regaño suavemente, alejándose un poco—. ¿Entendido?
Lentamente, el pequeño hombre asintió sabiendo que no tenía sentido discutir por ello.
—Pero ¿por qué tarde tanto? —preguntó—. Recuerdo que anoche... ¿O hace dos noches? También se te infectó la herida pero luego de unas horas Namjoon dijo que ya estaba bajando tu fiebre y que estabas bien gracias al medicamento que te inyectó —recordó.
—Pequeño, Namjoon no pudo inyectarte más de lo que sea que me puso a mí —pronunció sentándose derecho en la camilla, tomando las pequeñas manos de su pareja.
—¿Por qué? ¿Porque soy un omega? —preguntó confundido.
—Es verdad que los omegas son más débiles que los alfas, al igual que los betas, pero no es por eso —negó—. Luego de que no despertaras en las horas estimadas, Namjoon te hizo exámenes —pronunció y colocó sus manos unidas sobre el abdomen de Jimin—. Inyectarte cualquier medicamento podría ser altamente peligroso para este pequeño —explicó con ojos brillantes.
Bajando la mirada, Jimin observó sus manos unidas sobre su plano abdomen.
—¿Estoy embarazado? —preguntó sorprendido.
—Sí pequeño —asintió el alfa con una pequeña sonrisa de labios—. Hace unas horas tu aroma cambió también, anunciándome aquello.
El pequeño erizo sonrió alegremente por unos segundos y luego su sonrisa se borró.
—¿Y el pequeño está bien? —preguntó asustado.
—Lo está —anunció Namjoon entrando en la habitación—. La dosis que te di era baja a comparación a la de Yoongi porque solo eran roces, y luego cuando se te infectó decidí esperar porque la dosis dada debía de ser suficiente para ti, pero cuando tu fiebre no bajó y no despertaste, decidí traerte y hacerte exámenes descubriendo que estás en cinta —explicó—. Creo haberte pedido que me buscaras cuando Jimin se despertara —dijo observando al alfa.
—Lo iba a hacer —pronunció Yoongi—. Luego de que hablara con él.
—Vamos, déjame revisarlo —pronunció acercándose a la camilla.
No muy feliz de alejarse de su pareja, el alfa se levantó de todas formas y le permitió al beta hacer su trabajo y revisar a su pequeña pareja, asegurándose de que todo estuviera bien.
—Todo se ve bien. Vamos a esperar un par de horas más para ver si la fiebre vuelve o no y podrás ir a casa esta misma tarde —anunció para el alivio de Min—. Por cierto, tienen visita afuera —informó.
—¿Ya llegaron los chicos? —preguntó Yoongi volviendo a tomar asiento al lado de su pareja luego de que Namjoon se alejara.
—De momento solo ha llegado Taehyung y Hoseok —respondió.
—¿Y por qué no entran? —preguntó Jimin.
—Solo tenía permitido a una persona en el interior, pero ahora que ya despertaste les dejaré entrar —explicó el shifter lobo—. Jimin tal vez se vuelva a quedar dormido debido al cansancio, así que no te preocupes si llega a pasar —advirtió observando a Yoongi, quien asintió comprendiendo.
—Lo siento, no quería asustarte —pronunció el pequeño omega cuando estuvieron solos otra vez.
—Está bien pequeño, lo sé —respondió con ternura—. Seguramente yo también lo hice cuando me desmaye.
Jimin asintió—. Estaba muy asustado, había mucha sangre —recordó con una pequeña mueca.
—Mi linda y fuerte pareja, me contaron que también ayudaste a sacarme la bala —pronunció con orgullo, sonrojando al pequeño erizo.
Y al estar algo pálido, era un lindo tono rosado profundo.
—Quería ayudar, tú me protegiste y yo no pude hacer más que mirar —explicó.
—Gracias, pequeño —pronunció besándole con una sonrisa.
Antes de que la puerta fuera abierta, Yoongi ayudó a su pareja a sentarse en la camilla y le entregó sus lentes que había mantenido con él en todo momento.
—¡Minnie! —exclamó Taehyung al verlo, acercándose rápidamente en la camilla.
—Hola Tae —sonrió.
—¿Puedo abrazarlo? —preguntó observando a Yoongi, quien asintió.
—Pero con cuidado —advirtió a pesar de que el pequeño y delgado cuerpo de Taehyung no podría dañar mucho a su pareja.
Riendo suavemente, Taehyung rodeo la camilla por el lado contrario del alfa león y se inclinó, atrapando entre sus brazos el pequeño cuerpo de su hermano.
—Dios, nos tenías tan asustado —susurró alejándose lentamente—. Yoongi ni siquiera se movió de aquí, lo cual no es justo porque no nos permitieron quedarnos también —se quejó.
—Es bueno verte despierto, Jimin —pronunció Hoseok abrazando por los hombros a su pareja—. Pero por favor no nos vuelvas a hacer esto —pidió con una dulce sonrisa que normalmente solo mostraba a Taehyung.
—Lo siento —rió el pequeño erizo—. Pero estamos mejor —prometió.
—¿Estamos? —preguntó la pareja contraria.
Sonriendo, Yoongi asintió con su cabeza—. No escucharon mal, ellos están bien —dijo colocando su mano junto a la de Jimin sobre su estómago.
—¡¿Ya soy tío?! —exclamó sorprendido el pequeño alfa.
—Yo también me acabo de enterar —rió Jimin—. Yoonie era el único que lo sabía —acusó.
—¿Y no nos dijiste nada? —preguntó Hoseok arqueando una ceja.
—Quería que el primero que lo supiera fuera Jimin —se defendió.
—¿Y ya podrás volver a casa? —preguntó Taehyung ansioso.
—Namjoon dijo que iba a esperar un par de horas antes de darme de alta —respondió con un pequeño bostezo.
—Bueno chicos, dejemos que Minnie duerma un poco —anunció Yoongi al contemplar aquello.
—No, estoy bien —negó el pequeño omega—. Quiero estar con ustedes un poco más —pidió observando a su pareja.
—Lo que quieras, pequeño —murmuro inclinándose y besando su frente, rodeando con uno de sus brazos los hombros de su pareja mientras se mantenía a su lado.
Solamente escuchar y ver a su pareja despierto de nuevo, calentaba y calmaba el preocupado corazón de Yoongi.
Si algo le hubiera pasado a su pequeña pareja o al bebé en camino, Yoongi nunca se lo habría perdonado.
Por lo que agradecía la oportunidad que le habían dado y envolvería a su pequeño en algodón hasta que su pareja se hartara y le regañara, solo entonces bajaría su lado sobre-protector...
Tal vez.
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