Capítulo 33🍁


—Está para morirse, ¿no? —preguntó Jungkook con una sonrisa orgullosa mientras contemplaba a su pareja comer lo último de su comida.

Yugyeom asintió inmediatamente, un poco tímido ante la sonrisa de los demás presentes en la mesa.

En un principio, cuando el joven alfa se había presentado en la casa junto a su pareja, se había mostrado muy tímido e inseguro.

Apenas había compartido unas palabras con Yoongi antes de que este fuera a la cocina junto a su pareja para ayudarle en lo que necesitara el pequeño erizo de sonrisa amable.

Entonces se había quedado a solas con Jungkook, curioseando entre los montones de libros que llenaban el pasillo, apegados en cada pared visible.

Con la conversación del omega más su compañía, Yugyeom lentamente se había ido relajando hasta que llegó la hora de cenar.

Cuando la comida había sido servida, el joven alfa se había mostrado nuevamente tímido e incómodo de comer frente a otros. Pero luego, Jungkook había colocado una de sus manos sobre su muslo y le había sonreído con ternura.

Después del primer bocado, Yugyeom había olvidado la incomodes y disfrutó totalmente de la cena, compartiendo pequeñas conversaciones de vez en cuando con Jimin sobre los libros, cosa que le sacaba una gran sonrisa emocionada al pequeño erizo y a la vez, una pequeña a la pareja de este por verle así de feliz.

—Todo estuvo muy delicioso —pronunció observando a Jimin.

El pequeño omega sonrió enormemente, perdiendo sus ojitos en el acto.

—Me alegra que te haya gustado, pero te estaré debiendo algo dulce porque no tuve tiempo para prepararlo —comentó.

—Oh, no es necesario —negó sacudiendo su cabeza.

—No te preocupes Gyeomie, a Jimin le gusta preparar todo tipo de cosas dulces —pronunció Jungkook.

—Kookie también me ha estado ayudando a cocinarlos últimamente —añadió Jimin—. Las galletas de hoy las preparó él solo —reveló logrando que el joven alfa observara con sorprendida ternura a Jungkook.

—Sorprendentemente, cocinar se le da bien —comentó Yoongi rodeando los hombros de su pareja con su brazo—. Nunca me lo hubiera imaginado con esto que es un adicto a los videojuegos.

—Hey, yo no soy un adicto a los videojuegos —se quejó el nombrado—. Y que juegue no significa que no sé hacer algo más —se defendió.

—Es cierto —asintió Jimin—. Ahora que está con Yugyeom ya no lo veo tan metido en su celular, computador o las otras cosas que tiene.

Jungkook se encogió de hombros—. Aprender a cocinar es entretenido.

—¿Se van a quedar a dormir? —preguntó Yoongi—. Está la habitación de Taehyung, aunque tendrán que tener cuidado porque está llena de libros también.

—Uhm, no gracias —negó Yugyeom—. Mi hermano y su pareja quieren salir y dejar a sus animales correr por lo que me pidieron que cuidara de mis sobrinos —explicó.

—Y yo me ofrecí a ayudarlo —sonrió Jungkook.

Jimin mordió suavemente su labio inferior y contempló a su alfa, compartiendo una mirada que Yoongi entendió fácilmente.

Ellos también cambiarían una vez que los chicos se fueran de la casa.

—Lo siento, ya tengo que irme —pronunció Yugyeom leyendo un mensaje en su teléfono—. Mi hermano está preguntando dónde estoy.

—Oh, está bien, no es necesario —negó Jimin levantándose de la mesa al igual que los demás—. Yo puedo limpiar la mesa.

—Pero... —pronunció observando a su pareja—. No ayude en nada.

—Está bien, eres un invitado, yo le ayudaré —dijo Yoongi atrayendo su atención.

—Todo está bien, para la otra puedes ayudar —prometió Jungkook.

Inseguro, Yugyeom contempló a su pareja quien le sonreía suavemente sin mostrar sus dientes.

—Bien... Gracias por la cena —pronunció volviendo a observar a Jimin junto a su pareja.

—No es nada, puedes visitarnos cuando gustes —sonrió el pequeño omega.

Asintiendo tímidamente, Yugyeom junto a su pareja se despidieron una vez más antes de finalmente retirarse de la casa.

—El es muy tierno —comentó Jimin una vez estuvieron a solas, levantando los platos de la mesa.

—Y Jungkook es un salvaje, un omega indomable —rió Yoongi, ayudando a su pareja—. Pero parece ser que ambos son lo que el otro necesita.

—¿Y yo soy lo que tú necesitas? —preguntó observándole.

—Tú eres mi todo —respondió besando su frente.

Satisfecho con la respuesta, Jimin sonrió y se dispuso a lavar los trastes sucios con la ayuda de su alfa, quien los secaba y guardaba en su lugar.

Terminando su parte, el shifter león se apoyó parcialmente en la encimera de madera y contempló a su pequeña pareja.

Realmente, Jimin se había convertido en su todo luego de conocerlo.

—¿Qué? —preguntó el pequeño castaño, observándolo mientras secaba sus manos.

Tomándolo de la cintura, el alfa lo jaló suavemente hacia él, ubicándolo entre sus piernas. Inclinando su cabeza hacia abajo, junto sus labios en un dulce beso.

Uno donde mordió juguetonamente el relleno labio inferior antes de lamer e introducir su lengua a la dulce boquita cuando su pequeño entreabrió sus belfos dándole permiso.

Moviendo sus labios en sincronía con los de su alfa, Jimin alzó sus pequeñas manos colocándolas sobre su pecho.

Cuando las manos bajaron hacia el redondito trasero, Yoongi ahueco las nalgas y apretó suavemente en una pequeña caricia.

Jimin gimió y se quejó cuando los adictivos labios dulces y dominantes de su pareja se alejaron.

Con esfuerzo, abrió sus ojitos revelando una delgada manta de lujuria envolviéndolos, colocándolos brillosos.

—Te amo, Park Jimin —pronunció Yoongi observándolo directamente a sus ojos—. Realmente, eres lo mejor que me ha ocurrido en la vida —expresó.

Relamiendo sus labios, el pequeño erizo alzó una de sus manos y se quitó los lentes para luego esconderse en el cuello de su pareja.

—¿Aunque hayas tenido que asumir el cargo de alfa de una manada desconocida? —murmuró.

—Haría eso y mil cosas más si eso significa que estarás a mi lado —prometió apoyando su mentón en la cabeza de su pareja, rodeándolo con sus brazos.

—Yo también te amo, Min Yoongi —correspondió Jimin con sus ojos brillosos—. Y nunca dejo de agradecer el día que visitaste Busan.

—Yo tampoco, amor —suspiro sonriente el alfa—. Ahora, vamos —pronunció golpeando suavemente el trasero de su pareja—. Dejemos a nuestros animales conocerse y jugar para luego encerrarnos en tu habitación a cumplir alguna de tus fantasías sexuales —bromeó.

—Yo no tengo fantasías sexuales —rió Jimin un tanto avergonzado.

—Que no tengas no significa que en tu linda mentecita pervertida no tengas una interesante imaginación luego de haber leído tantos libros —sonrió satisfecho—. Y después de volver quiero probar el de tu último libro que leímos juntos.

Inclinando su cabeza hacia atrás para observar a su pareja, Jimin se colocó sus lentes.

—Creo que tú eres el pervertido con fantasías aquí —anunció y rió tiernamente cuando su alfa mordió de forma juguetona su relleno moflete.

—Es tu culpa, pequeña cosita pervertida, tierna y mandona —acusó empeorando la risa de su pareja.

—Eres un tonto —sonrió besándolo castamente antes de finalmente alejarse—. Vamos —dijo tomando la mano de su alfa.

Teniendo cuidado con los montones de libros que estaban por todas partes, Jimin lo guio a la puerta final del pasillo que estaba al lado de la habitación de Taehyung.

Abriéndola, un pequeño porche de madera apareció.

—Están bastante cerca del bosque —observó Yoongi.

—Si, por eso papá colocó cercas de madera —explicó Jimin contemplando el lugar al igual que su pareja.

Dentro del cuadro rodeado de cercas, había algunas flores silvestres y cierta maleza. Fuera de este, había un gran espacio abierto donde el césped estaba mucho más largo y seguido de este, grandes árboles frondosos comenzaban a aparecer en abundancia mientras se internaban en el bosque, dejando un camino de hojas descoloridas por todos lados.

El león de Yoongi se exaltó emocionado ante la idea de salir y recorrer aquel lugar. Dejando que su gran melena jugara con el viento mientras corría a gran velocidad, jugando a perseguir una pequeña presa.

Desde que había llegado y tomado el mando, solo una vez Yoongi había hecho exactamente eso y había recorrido todo el extenso terreno para conocer, Hoseok le había acompañado desde lo alto.

—¿Quieres ir a correr en el bosque, no? —preguntó Jimin, quien había estado observando a su pareja.

—Está bien —aseguró volteando a verlo con una pequeña sonrisa—. Ahora vamos, muéstrame a mi pequeño erizo —pidió.

Sonriendo, el pequeño omega se quitó sus lentes y se los entregó a su pareja.

—Tendrás que ayudarme —pronunció y sin darle oportunidad al contrario de preguntar, cambió.

Yoongi observó con divertida ternura la ropa de su pareja desplomada en el suelo, con un pequeño cuerpo atrapado entre medio, intentando salir.

Sonriendo, se agachó y con cuidado, sacó a su pequeña pareja de esta.

—Pero mira que ternura eres —exclamó ahuecando el pequeño cuerpo entre sus dos manos.

El pequeño erizo le miraba fijamente, moviendo sus pequeñas patitas de vez en cuando mientras el alfa le proporcionaba suaves caricias con su pulgar, sin poder evitar querer mimar a la diminuta cosita.

Luego de unos largos minutos donde Yoongi solo se dedicó a observar y acariciar el pequeño erizo, este finalmente lo dejó sobre el piso de madera.

—Ahora, voy a cambiar —anunció antes de levantarse.

Bajando el único escalón del porche, Yoongi observó a su alrededor antes de comenzar a quitarse su ropa para no destruirla en el proceso.

Jimin contempló como su alfa dejaba su ropa al lado de la suya.

Sonriendo travieso, comenzó a moverse en cuanto su pareja dejó de observarle y bajo del porche escondiéndose entre la maleza de su jardín.

En su escondite, observó cómo el cuerpo de Yoongi desaparecía y en cambio, aparecía un gran y feroz león de hermosa melena abundante castaña.

No había ninguna clase de miedo mientras Jimin contemplaba el feroz animal, solo una vibrante y excitante emoción. El deseo de querer esconderse con su pequeño cuerpo entre esa hermosa melena nació en él, junto con querer pasar sus dedos y restregar su rostro en ella.

El gran león contempló donde había dejado a su pequeña pareja e inmediatamente, observó a su alrededor cuando no lo encontró ahí.

"¿Dónde estás mi pequeño erizo?" la voz de su alfa penetró suavemente en su mente, sorprendiendo a Jimin.

"¡Yoonie, te puedo escuchar!" exclamó alegre.

"Claro amor, una pareja destinada ya unida puede hablar mentalmente cuando están en su forma animal" explicó sin dejar de mover su gran cabeza en busca de su pareja.

"¿Entonces cuando seamos humanos no podemos?" preguntó.

"Se puede, pero según tengo entendido solo se logra luego de muchos años juntos" explicó y su cabeza observó fijamente en su dirección "Te encontré"

La dulce risa de Jimin viajó a la mente de Yoongi mientras el pequeño animal se movía de su escondite y se revelaba.

Acercándose, Yoongi se echó sobre el césped y bajó su cabeza para observar mejor a Jimin.

El pequeño erizo se levantó sobre sus patitas traseras y apoyó las delanteras en la nariz del león.

Cuando de forma sorpresiva el pequeño cuerpo subió sobre él, el león simplemente se quedó quieto y permitió a su omega caminar sobre él. Y como si fuera un niño con infantil curiosidad, Jimin caminó a lo largo de la espalda y luego se deslizó por un costado, jugó entre las patas del león y luego volvió a subir para esconderse entre la gran melena.

Yoongi simplemente sonreía permitiendo a su dulce pareja hacer todo lo que quisiera, hasta que de pronto, un pequeño cuerpo desnudo apareció sobre su cuerpo con su rostro enterrado en su melena.

—Dios, es muy suave —exclamó encantado Jimin, restregando su rostro en la melena del león.

Sentándose sobre el cuerpo del animal que seguía extremadamente quieto echado sobre el suelo, el omega sonrió.

—Vamos, sé que quieres correr por el bosque —pronunció capturando la atención del gran felino.

Girando su cabeza, Yoongi contempló a su pequeña pareja.

—Tal vez en mi otra forma no hubiera podido ir contigo porque me perdería y realmente no podrías correr, pero si vamos así, conmigo montándote, se puede —explicó con una pequeña sonrisa.

Su alfa le había permitido jugar con él sin ningún problema, Jimin también quería hacer algo por él y sabía, que su alfa quería salir a correr por el bosque. Había visto el deseo en sus ojos y luego lo había sentido.

Yoongi le observó de forma insegura, aunque tenía que admitir que la idea de correr con el cuerpo de su pareja montándolo le tentaba.

—Vamos, sé que quieres —alentó.

Y levantándose con lentitud, su alfa probó terreno caminando por alrededor del pequeño jardín.

—Esto es divertido —pronunció Jimin inclinándose hacia adelante y agarrando entre sus manos con fuerza la melena de su alfa—. Pero sé que quieres más.

Observando la cerca de madera, Yoongi la midió con sus ojos. Cuando comprobó que no era demasiada alta, comenzó a retroceder.

Como si entendiera, el pequeño omega chillo con emoción y enterró su rostro entre su melena mientras agarraba con fuerza de el.

Sonriendo, Yoongi corrió y tomó un gran salto que fácilmente paso sobre la cerca. Sin detenerse, corrió hacia el bosque permitiendo que su león disfrutara de la carrera, pero siempre siendo conscientes del pequeño cuerpo desnudo que llevaban sobre su espalda.

Sintió como lentamente Jimin se relajaba y de a poco, enderezaba su cuerpo, observando con sorpresa lo hermoso que se veía el bosque con el atardecer iluminándolo.

Yoongi corrió, saltó y caminó por todos lados hasta que finalmente su león quedó satisfecho.

—Espero que sigas teniendo energía después de esto, gatito, prometiste jugar conmigo en la cama también —bromeó Jimin mientras caminaban de vuelta a su casa, acariciando la melena de su león.

Yoongi rugió suavemente en respuesta, acelerando un poco el paso.

Riendo alegremente, el dulce momento se vio interrumpido cuando un fuerte sonido penetró en el aire. Jimin gritó de horror e inmediatamente se inclinó hacia adelante, aplastando su pequeño cuerpo en el de su pareja.

Yoongi rugió, y a diferencia del que había soltado hace tan solo unos minutos atrás, este fue lleno de amenaza mientras corría a toda velocidad para volver a casa, a un refugio, ignorando los otros disparos mientras escuchaba los gimoteos asustados de su pareja.

Si alguna de esas balas llegaba a tocar el cuerpo de su pareja antes de poder refugiarse, Yoongi mataría al imbécil de forma lentamente y sangrienta.

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