Capítulo 32🍁


Namjoon comió uno de los pastelitos que le había ofrecido Jimin, mientras sus ojos seguían a Jungkook revoloteando alrededor del tímido shifter oso que apenas le respondía, pero aquella pequeña sonrisita en sus labios definitivamente debía de alentar al joven omega.

—¿Es normal que sea así? —preguntó observando a la otra pareja.

Con su pequeña espalda apoyada en el pecho de su alfa, Jimin golpeó suavemente aquella mano que iba por un pastelito nuevamente y la volvió a guiar para que rodeara su cintura junto a la otra.

—Solo dije que uno, los otros son para SeokJin —le recordó a su alfa y entonces observó a su amigo—. ¿Quién?

—Uhm... ¿Los dos? —señaló con su cabeza al joven par.

—En Jungkook no es nada normal, ese mocoso por lo general es un bromista, algo distraído y que está obsesionado con sus videojuegos —respondió Yoongi apoyando su mejilla en la cabeza de su pareja.

—Pero Yugyeom es como una versión de Taehyung y mía, por lo que es tierno verlo así de considerado con su pareja en vez de escapar o esconderse de él —pronunció Jimin con una pequeña sonrisa, recordándose a sí mismo los primeros días que su alfa había intentado acercarse a él.

—Si, cuando este hombre, Jackson, lo vino a dejar, prácticamente me pidió no muy sutilmente que le dejara trabajar solo y que viera que nadie le molestara excepto...

—Jungkook —adivino la pareja en sincronía.

Namjoon sonrió y asintió.

—Pero esto es increíble —comentó Jimin observando a su alrededor.

Realmente parecía como un pequeño hospital muy bien equipado con todo lo necesario para atender a los pacientes.

—No había pensado que lo vería abierto otra vez, e incluso, parece que ha cambiado un poco —observó.

—Solo había que arreglar unas pequeñas cosas, era más algo de limpiar y revisar que tanto la maquinaria como los medicamentos que había —respondió—. Una vez hecho, los trabajadores de Jackson me ayudaron a preparar todo y darle uno que otro cambio que a mi parecer, era necesario —explicó.

—¿Y esas cajas? —preguntó curioso el pequeño erizo.

—Son algunas cosas que necesitaba y no había —explicó—. También me gustaría conseguir otra camilla, esta solo posee tres sin contar con la de la sala de cirugía.

—¿Puedes hacer operaciones? —preguntó Yoongi.

—Mientras sean simples, sí —asintió cruzando los brazos sobre su pecho—. Pero para algo más complejo, necesitaría la ayuda de otro médico y preparar mejor la sala.

—Entendible, ¿y las personas que antes trabajaban aquí antes? —preguntó Min—. ¿Piensas tenerlas a tu lado?

—Dentro de unas horas más tengo entrevista con seis personas, si todas son de mi agrado ya sabría en qué lugares ponerles según su currículum pero, no hay otro doctor —respondió el beta.

—Bueno, de momento creo que vamos bastante bien con todo ¿no? —pronunció Jimin llamando la atención de ambos—. Digo, hemos pasado de un pueblo al que apenas se le veía gente más que los mismos residentes, con unas cinco tiendas abiertas con suerte y una pequeña escuela, a un lugar más... ¿Cómo decirlo? ¿Vivo?

—Tiene sentido —asintió Namjoon—. Cada vez que veníamos con Jinnie, veíamos como una nueva tienda iba cerrando y menos personas estaban alrededor, era como si de a poco el pueblo estuviera muriendo, pero con tu llegada —observó a Yoongi—. El pueblo ha vuelto a revivir, y eso indica que en verdad, eres un buen alfa y líder.

—No sé si realmente sea un buen alfa —negó suavemente—. Pero sé, que haría lo que fuera por mi pareja, y si eso era tomar el puesto como alfa y liderar una manada para salvar a este pueblo, yo simplemente lo haría otra vez.

—Y lo estás haciendo muy bien —respondió Jimin inclinando su cabeza hacia atrás para observarle con amor—. Y aunque siento que no merezco que hagas tanto por mí, me enamoro de ti cada vez más con cada simple gesto tuyo —expresó.

—Y mientras tú estés feliz, no importa lo demás —sonrió el alfa.

—Tu felicidad si importa —indicó el pequeño omega.

—Y tu felicidad es la mía —respondió besando su frente.

—Por favor, díganme que yo no seré así de cursi con mi pareja —exclamó Jungkook con fingido horror, obteniendo una carcajada de los tres mayores.

—Yo creo que sí, chico, y puede que incluso peor —bromeó Namjoon, rodeando con uno de sus brazos los hombros del omega.

Un gruñido bajo hizo que todos voltearan sus cabezas en dirección de Yugyeom. Al percatarse de que él había hecho aquel sonido, el joven alfa se sonrojó y apretó sus labios ocultándose tras su cabello, pero continuó mirando aquel brazo que rodeaba los hombros de su pareja.

De su omega.

—Chico, tengo dos hijos en casa, no tienes nada de que estar celoso —pronunció suavemente Namjoon, dejando de tocar a Jungkook.

Yugyeom subió ligeramente sus hombros y contempló a todos antes de levantarse y correr por el pasillo, avergonzado de su tonto comportamiento.

—¿Hacia dónde va ese pasillo? —preguntó Jungkook.

—Mi oficina y la habitación de la despensa —explicó el beta.

Asintiendo, el joven omega siguió a su pareja con una sonrisa en su rostro, realmente... Se veía algo emocionado ante el suave estallido de Yugyeom.

—¿No harán nada indecente, cierto? —preguntó el shifter lobo.

—Así como es Yugyeom, no creo que pasen más de unos besos —respondió Yoongi—. Y ni eso, con mi pequeño esperé semanas para uno —recordó con cariño.

—Lo siento —pronunció el pequeño erizo, con sus rellenos mofletes sonrojados.

—Está bien amor, valió totalmente la espera —prometió besando su sien.

—¿Necesitas que te ayudemos con algo, Namjoon? —preguntó Jimin, observando a su amigo.

—Oh no, las cosas dentro de la caja son fáciles de guardar y además, debo de revisar si me ha llegado todo lo que he pedido —respondió.

—Bien, entonces no te molestaremos más y nos iremos —anunció Yoongi.

—¿Le puedes avisar a Jungkookie que hoy no vuelva a casa? —pidió Jimin—. Con Taehyung en celo, lo mejor es que nos quedemos en mi antigua casa hasta mañana —explicó.

—Seguro, yo le aviso —asintió—. Y gracias por los pastelitos de Jin, se pondrá muy feliz —señaló la bolsa de papel.

—No hay problema, y no puedes comer más, ya le informé cuántos le quedan —advirtió con una pequeña sonrisa antes de salir siguiendo a su alfa.

Subiéndose a la camioneta, Jimin se colocó el cinturón de seguridad y contempló a su pareja.

—¿A dónde vamos ahora? —preguntó.

—Bueno, ya que nos vamos a ir a quedar a tu antigua casa, lo mejor sería pasar a comprar las cosas que vas a necesitar para la cena antes de que cierren y luego ir a visitar a Jackson para ver como va todo en la nueva tienda —propuso.

—Suena bien —sonrió—. Pero no te estoy molestando con tu trabajo, ¿o sí?

—No, ya terminé de hablar con los parientes de las personas desaparecidas. Ahora sólo tengo que esperar a que el concejo los traiga, deberían de estar aquí entre mañana o tal vez un día más —explicó.

—¿Y qué hay... ? ¿Con Min-Jae? —preguntó—. No lo he visto últimamente, desde que su padre y abuelo fueron llevados.

—Se encerró en su casa y está siendo vigilado las 24 horas —anunció—. No te preocupes por él, antes de que haga algo estúpido ya estará contra el suelo y siendo exiliado de aquí —prometió.

—Aún exiliado puede volver e intentar algo malo —murmuró inseguro.

Observando a su pareja, Yoongi suspiro antes de volver su vista al frente—. Mientras el Concejo no tenga pruebas de que Min-Jae actuó junto a su padre y abuelo, no se lo pueden llevar y no le harán nada por lo que ese es ya un problema mío. Y si él no comete una falta grave, lo único que puedo hacer es exiliarlo si no quiero tener problemas.

—Min-Jae es tan malo como los otros dos, debió de haber sabido lo que hacían —pensó arrugado su naricita.

—Pienso lo mismo, pero sin pruebas no podemos hacer nada —negó estacionando su camioneta—. Vamos pequeño, compremos lo que necesitaremos para la cena para luego ir donde Jackson.

En la tienda, Jackson le mostró el progreso que había tenido en esos cuatro días, lo cual era realmente sorprendente para Jimin.

—¿Increíble, no? Vamos en el camino correcto, por lo que pronto debería de estar lista tu... ¿Pastelería?—preguntó Jackson interesado.

—Una cafetería —respondió Jimin divertido ante el sutil intento del oso de hacerle cambiar de parecer—. Personalmente a mí me gusta tener un buen café cuando leo un libro junto a algo dulce —explicó—. Así que no te preocupes que de todas formas estaré horneando cosas dulces, solo que no me levantaré a las cinco de la mañana para hacerlo.

—Gracias a Dios —exclamó el shifter oso—. Ya pensaba que te tendría que ir a acosar a tu casa.

Jimin rió negando con su cabeza.

—Realmente me alegra que no te estés levantando tan temprano —comentó Yoongi besando el cabello de su pequeño—. Y la idea es buena, ya que el café que venden aquí no es exactamente el mejor a comparación del tuyo que es como néctar de dioses, por lo que tendrás a los fans del café junto a los lectores.

—Y si a eso se le suma sus deliciosos pasteles y cualquier tipo de dulces creados por sus pequeñas manos, al menos puedes contar conmigo y mis hombres cada mañana por un buen café, y al mediodía por algo dulce —prometió Jackson.

—Les estaré esperando entonces —sonrió el pequeño omega abrazando la cintura de su alfa.

—Por cierto ¿mi hermano sigue en el centro médico con Namjoon? —preguntó cerrando la tienda ahora que le había mostrado los avances al dueño.

Sus trabajadores ya se habían retirado unos minutos antes de que Jimin llegara por petición de Yoongi, ya que sabía que muchas personas alrededor incomodarían a su pequeño erizo.

—Cuando nos fuimos seguía ahí, y Jungkook se quedó con él —respondió el shifter león.

—¿Creen que debería de esperar a Jungkook también en la cena? —preguntó pensativo.

—No lo sé, pero si no es así ¿puedes avisarnos para preparar un plato extra por si Yugyeom viene con Jungkookie? —pidió Jimin.

—Claro —asintió el oso—. Nos vemos, les estaré llamando para cuando sea hora de pintar y así escoges un color —informó dirigiéndose a su automóvil.

Despidiéndose con la mano, la pareja giró en el sentido contrario y comenzó a caminar hacia donde estaba estacionada la camioneta.

Jimin arrugó su naricita cuando un viento helado, para él al menos, despeinó su cabello e inmediatamente intentó subir más el cuello alto de su suéter de lana antes de acercarse más al brazo de su alfa, intentando ocultarse de la fresca ventisca.

—¿Está muy helado para ti, cariño? —preguntó Yoongi al percatarse del gesto de su pequeño erizo.

El clima realmente no era muy frío, pero la ventisca suave que corría constantemente jugando con las descoloridas hojas en los suelos si era algo fresca.

—Solo un poco —respondió deteniéndose una vez llegaron a la camioneta.

—¿Debería de encender la calefacción? —preguntó el alfa abriéndole la puerta.

Rápidamente la cerró y rodeó su auto para llegar al otro lado.

—Está bien, aquí adentro no corre viento —negó con suavidad—. Vamos a casa, tengo que preparar nuestra cena —le recordó.

Asintiendo, el león le dio marcha al automóvil.

—¿Estás preocupado por tu hermano? —preguntó Yoongi de la nada, interrumpiendo el silencio pensativo de su pareja.

—Eh, no ¿por qué? —respondió confundido—. Sé que Hoseok cuidará de él y respetará la decisión que Taehyung tome.

—Entonces... ¿Por qué tan inquieto? —preguntó curioso, moviendo su mano para atrapar la de su pareja que se removía en su regazo—. ¿Es algo de la tienda? ¿No te gusta?

—¿Qué? ¡No! Sí me gusta —aseguró un poco exaltado—. Saber que a Jackson le falta poco me pone algo ansioso —pronunció mordiendo su labio inferior—. Y por lo general, cuando estoy así... Me gusta juguetear en mi otra forma —explicó algo avergonzado.

—Y todos tus juguetes de erizos quedaron en casa con Hoseok y Taehyung —comprendió Yoongi.

—Sí —asintió el pequeño castaño—. Podría también, simplemente cambiar y corretear en la casa pero... Uhm... Yo... —observó sus manos—. Me dieron ganas de conocer a tu león y estar junto a él en mi otra forma mientras pensaba en ello —confesó—. Pero no creo que sea muy cómodo para un león estar dentro de una casa ocupada.

—Posiblemente no —coincidió Yoongi recordando la casa de su pareja, la cual estaría además llena con los libros que no habían podido lograr guardar en el sótano de la tienda.

Y si lo pensaba, como que le preocupaban un poco imaginar a su pequeña pareja corriendo en la casa con todos esos montones de libros pesados que le podrían caer encima de su pequeño cuerpo.

Uhm, no. Jimin definitivamente no podía jugar por la casa estando así.

—Pero nosotros podríamos jugar en tu jardín trasero —propuso en cambio.

—Podríamos —asintió lentamente el pequeño omega—. Pero hace tiempo que no hemos cuidado de él, por lo que debería de estar lleno de hierbas malas.

—Un montón de lugares donde puedes esconderte, ¿no?

—Pero para ti será fácil atraparme —dijo haciendo un puchero.

—Pero será entretenido —sonrió Yoongi—. ¿Jugamos después de cenar? —propuso.

—Está bien —asintió con emoción Jimin luego de pensarlo—. Después de cenar y solo si Kookie y su pareja no están —advirtió—. Porque si no mi erizo no se sentirá cómodo.

—Está bien —asintió el alfa con una sonrisa, estacionando la camioneta frente a la antigua casa de su pareja—. Vamos entonces.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top