Capítulo 31🍁


Jimin se limpió la harina que había quedado en su relleno moflete una vez cerró la puerta del horno.

—Bueno, ahora solo queda esperar —anunció observando el desorden que había en la cocina en ese momento ante las cosas sucias que habían quedado al ocuparlas.

—Y que queden bien —agregó Jungkook limpiando sus manos, con su frente manchada con harina.

—Lo harán, ya has hecho galletas antes conmigo —le recordó el pequeño omega mientras juntaba y comenzaba a limpiar los recipientes que habían utilizado.

—Sí, pero esta vez es diferente —anunció comenzando a ayudar a Jimin—. Ahora me dejaste completamente solo y tú hacías otras cosas, apenas y me decías algo.

—Apenas te hablaba pero te miraba —aclaró—. Y si no te decía nada, era porque lo estabas haciendo bien sin mi ayuda. Y además, tú eras el que quería aprender a hacerlas solo —dijo con un suave encogimiento de hombros—. Si no lo hago así, entonces nunca vas a aprender.

Jungkook arrugó su nariz sabiendo que Jimin tenía razón, pero unas palabras de aliento y anunciando que iba por buen camino nunca estaban demás.

—Minnie tiene razón, Jungkookie —pronunció Taehyung.

Ante aquellas palabras, ambos omegas se dieron media vuelta contemplando al pequeño alfa sentado en un banquillo de la isla comiendo tranquilamente un trozo de pastel.

—¿Cuándo llegaste? —preguntó sorprendido Jungkook.

—Justo cuando comenzaban a limpiar las cosas —respondió.

—¿Y? ¿Cómo te fue con Hoseok? —preguntó curioso Jimin, secándose las manos con un trapo una vez terminó de lavar.

—Bastante bien en realidad —respondió—. El viaje hasta Seúl fue entretenido, hablamos de muchas cosas que me ayudaron a quitarme los nervios, pero una vez llegamos y fuimos a la tienda... Fue un poco incómodo.

—Bueno, Seúl es un gran lugar habitado mayormente por humanos —asintió Jungkook comprendiendo.

Taehyung le observó con sus ojos entrecerrados.

—¿No que te habías despertado muy enfermo esta mañana y que por eso no podías ir con nosotros? —recordó.

—Lo estaba pero mejoré —respondió Jungkook encogiéndose de hombros—. Lo siento pero tampoco iba a ser la tercera rueda en su cita.

—¿No pudiste comprar nada? —preguntó el pequeño castaño cambiando de tema.

—Oh, no, sí lo hice —sonrió más animado—. Estar rodeado de personas fue un poco incómodo, molesto y estresante, ya que lo único que quería era ocultarme e irme pero... Con Hobi a mi lado, fue más soportable —expresó—. Y una vez comenzamos a ver las consolas, juegos y aparatos simplemente me olvide de todo —rió.

—¿Y qué compraron al final? —preguntó Jungkook.

—Uhm... Un computador portátil y una PlayStation como la tuya, con muchos juegos —respondió alegre—. No quería comprar tanto, pero Hobi insistió en que él podía pagarlo.

—Genial, entonces en la tarde podemos jugar online —sonrió el shifter león.

—Y enseñarle a Jimin a jugar —añadió divertido el hermano de este.

—Mientras no sea un juego igual de aburrido que la última vez, podría intentarlo —accedió Jimin, aunque él prefería más leer libros—. Yoongi viene en camino, vamos a ir a visitar a Namjoon para ver y felicitarle por la nueva clínica o centro médico ¿quieren venir nosotros o se quedan? —preguntó comenzando a guardar dentro de una bolsa de papel los pastelitos que había preparado para su amigo Jin.

—Yo paso, iré a visitar a Yugyeom una vez las galletas estén listas —se excusó el león omega.

—¿Taehyung?

—Uhm, creo que primero probaré que las cosas que me compró Hobi están en buen estado —respondió.

—Tú solo quieres jugar —acusó Jungkook obteniendo una risa por parte de ambos hermanos.

—Culpable —admitió el pequeño alfa, volviendo a comer del pastel de chocolate.

—Espera... —pronunció Jimin empujando sus circulares lentes más arriba mientras fruncía el ceño—. Ese no es el pastel que preparé para Namjoon, ¿o sí? —preguntó.

—En mi defensa, no tenía su nombre —se excusó el pequeño pelinegro.

—¡Taehyung! —chillo Jimin con un pequeño mohín enojado en sus labios.

—Ay Minnie, lo siento, no lo sabía —se disculpó mientras seguía comiendo pastel de chocolate rápidamente, casi temiendo que se lo quitaran—. No estaba por aquí cuando comenzaste a hacerlo por lo que no sabía que era para él —se excusó.

Cruzando sus brazos sobre su pecho, el pequeño omega suspiró disgustado.

—De todas formas debiste de haber preguntado antes de sacar —refunfuño—. No tendrás galletas por una semana como castigo —advirtió logrando que su hermano abriera la boca con horror.

—Hey, cuando a mí me castigaste por lo mismo, lo hiciste por dos semanas —recordó indignado Jungkook.

—Eso fue porque lo hiciste dos veces el mismo día —resopló el pequeño hombrecito.

—Ah, verdad —rió.

—Jiminnie...

—No Tae, no cambiaré de opinión —advirtió cortándolo, sabiendo que si su hermano insistía con aquellos ojitos tal vez caería—. Ten un ojo en tus galletas Kookie, yo me iré a bañar —pronunció saliendo de la cocina—. ¡Y no toquen los pastelitos de Jin! —advirtió subiendo las escaleras.

Entrando en su habitación, Jimin fue directamente al baño y tomó una rápida ducha, ya que su alfa debería de estar en casa en cualquier momento y él no quería hacerle esperar con lo ocupado que estaba últimamente.

Cuando estaba terminando de vestirse, la puerta de su habitación fue abierta y Jungkook entró de forma apresurada.

—¿Y a ti qué te pasa? —preguntó confundido, arreglándose el cuello alto de su suéter de lana.

—Hum... Creo que tenemos que llamar a Hoseok para que vuelva —pronunció retorciendo sus manos.

El pequeño omega frunció el ceño y abrió su boca para preguntarle al respecto cuando un conocido aroma le golpeó con fuerza.

—Celo —murmuro comprendiendo—. Oh... Mierda, eh... —balbuceó intentando ordenar sus pensamientos—. Bien, tú llama a Hoseok y explícale, por mientras yo cuidaré de TaeTae —ordenó.

Sin esperar si el contrario le obedecía, el pequeño castaño salió apresuradamente de la habitación y bajó las escaleras, encontrando a su hermano retorciéndose en el sofá.

—Minnie... Me siento extraño —se quejó con sus mejillas sonrojadas.

—No te preocupes, tu pareja ya viene en camino —prometió liberando un poco de su aroma, intentando tranquilizarlo con sus feromonas como lo habían hecho desde siempre con el otro.

Levantando el cuerpo de su hermano, Jimin colocó uno de los brazos de Taehyung sobre sus hombros mientras que rodeaba la cintura del alfa para ayudarle a mantenerse en pie.

—Necesito que me ayudes a caminar, Tae —pidió el pequeño omega—. Debemos ir a tu habitación, debes de tener supresores ahí que te ayuden hasta que Hoseok vuelva.

Taehyung gimió al escuchar el nombre de su pareja, sintiendo como una especie de fuego lo consumía desde adentro, comenzó a caminar siendo guiado por el pequeño omega.

Cuando fue recostado en su cama, gimió y se retorció formando una pequeña bolita mientras llamaba a su pareja.

Levantándose rápidamente, Jimin buscó entre los cajones de ropa los supresores. Cuando los encontró, corrió de vuelta al lado de su hermano.

—Yo iré por agua, no tardaré mucho —prometió dejándole la cajita antes de salir apresuradamente de la habitación.

—Hoseok ya viene en camino —aviso Jungkook apretando su nariz con su mano—. Yo estaré esperando afuera —informó antes de salir con rapidez de la casa.

Y Jimin comprendió aquello, después de todo Jungkook también eran un omega, y al no ser un pariente de sangre como lo era él, la necesidad del celo de una alfa si le afectaba.

Subiendo las escaleras con un vaso de agua, Jimin entró nuevamente en la habitación y se sentó en el borde de la cama.

—Vamos Tae, traga la pastilla con la ayuda del agua —pidió extendiéndole el vaso.

—Hobi, él... —balbuceo siguiendo las instrucciones del pequeño omega.

—Ya viene en camino —pronunció dejando el vaso en la mesita de noche al lado de la cama.

—Pero yo... Él... —gimió y su cuerpo se estremeció.

—No sé qué tan lejos va su relación o si ya quieres marcarle, Tae —pronunció tirando de su cuerpo para abrazarlo—. Pero si hablas con él al respecto, estoy seguro de que te entenderá y respetara la decisión que tomes.

Según como se había estado comportando el shifter águila alrededor de su hermano, eso era lo que le había dado a entender a Jimin al menos.

—Aprovechen de hablar cuando el supresor surta efecto, nosotros nos iremos y nos quedaremos en nuestra antigua casa hasta mañana —prometió.

—¿Por qué? —preguntó en un gruñido.

—Tae, eres mi hermano y te amo pero eso no significa que te quiero escuchar con tu pareja teniendo sexo —explicó con un fingido escalofrío de horror.

Taehyung rió avergonzado entre gemidos al escuchar aquello. Una imagen bastante excitante apareció en su cabeza ante las palabras de su hermano.

—Y como Jungkook no está marcado aún, y tú no te has emparejado, las feromonas en tu aroma le afectan —explicó.

—Uhh... Su-supongo que gracias —pronunció sintiendo como lentamente el supresor comenzaba a surtir efecto junto al dulce aroma de su hermano.

Un suave golpeteo en la puerta hizo que ambos pequeños erizos observaran en aquella dirección.

Lentamente, la puerta se abrió y Hoseok apareció con su respiración sutilmente irregular.

—Bebé —pronunció observando indeciso a su pequeño alfita, sin saber si le quería a su lado o no.

—Hobi —pronunció en un gemido el pequeño erizo, estirando uno de sus brazos hacia su pareja.

Rápidamente Hoseok se acercó, lo tomó entre sus brazos de forma dulce y se sentó en la cama.

Entendiendo que ya nada tenía que hacer ahí, Jimin salió en silencio de la habitación, dejando sola a la pareja para que hablaran... Si es que eso decidían hacer en primer lugar.

Bajando las escaleras distraído, fue atrapado sorpresivamente por unos fuertes brazos.

—Yoonie —exclamó golpeando con sus pequeñas manos el pecho de su alfa—. No salgas de la nada, me asustaste —refunfuño.

—Lo siento pequeño —respondió sin soltar a su omega, restregando su mejilla en la castaña cabellera.

—Yoonie, ¿qué haces? —preguntó Jimin, soltando una pequeña risita cuando el rostro de su alfa bajó hacia su cuello donde comenzó a restregarse suavemente.

—Sé que no debería de sentir celos, entiendo que es tu hermano, pero mi tonto león solo entiende que mi dulce y pequeño erizo esta cubierto con el aroma de otro alfa —explicó.

—Me estás llenando de tu aroma —comprendió el omega, chillando suavemente cuando una lengua pasó a lo largo de su cuello—. Yoongi —jadeo sorprendido.

—Lo siento, fue mi león —se excusó alejando su rostro para contemplarle.

—Por qué siento que solo es una excusa —acusó con sus ojos entrecerrados.

Yoongi le sonrió de forma inocente—. ¿Ya podemos irnos?

—Uh, sí, cuando permitas que mis pies toquen el suelo —indicó.

Observando hacia abajo, el alfa se mostró ligeramente avergonzado mientras volvía a dejar en el suelo a su pareja y finalmente rompía el abrazo.

—Lo siento —murmuro.

Sonriendo, Jimin se levantó en la punta de sus pies y besó castamente los labios de su pareja.

—Está bien, el gatito estaba celoso, comprendo —bromeó dándole suaves y ligeras palmaditas en el pecho del contrario.

—No somos un gatito —gruño Yoongi levantando una parte de su labio superior en una mueca.

—Pero ciertamente estabas actuando como uno —indico divertido antes de alejarse, dirigiéndose a la cocina.

—Solo contigo —aclaró Yoongi siguiéndolo de cerca.

—Entonces sí eres mi gatito —rió de forma dulce mientras sacaba las galletas de Jungkook del horno.

—Soy un león y un alfa —corrigió—. Soy feroz.

Jimin dejó de moverse y observó a su pareja—. ¿No quieres ser mi gatito? —preguntó haciéndole ojitos.

Ojitos a los cuales Yoongi era débil, más con aquella linda y dulce boquita formando un pequeño puchero.

Él era un gran león, y además un alfa... Pero si su pequeña pareja quería llamarle su gatito, estaría condenado si se lo negara, simplemente no podía.

—Solo tuyo —pronunció finalmente, logrando que el dulce rostro de su pareja se llenara de alegría y amor.

—No te preocupes, no te llamaré así delante de otras personas —prometió con una dulce sonrisa—. Tú solo eres mi gatito y solo yo te puedo llamar así —decreto.

—Y tú eres mi pequeña bolita de púas, mi pequeño erizo —anunció observando con curiosidad las dos bolsas que había preparado Jimin—. ¿Y eso?

—En una están las galletas que Jungkookie le hizo a su pareja y en la otra están los pastelitos de Jin —explicó tomando ambas bolsas—. Había preparado también un pastel de chocolate para Namjoon pero Tae lo arruinó sacando sin preguntar —recordó saliendo de la cocina, y apresuró el paso cuando escuchó un gemido de la habitación de su hermano.

—¿Le hiciste un pastel de chocolate? —preguntó siguiéndolo.

—A Namjoon le gusta el chocolate y quería hacer algo para felicitarlo por abrir el centro médico, Jin me dijo que ya mañana va a poder abrirlo formalmente —explicó observando a su alfa cuando este le abrió la puerta.

—Sí, creo que Yugyeom estaba ahora con él viendo por el tema de seguridad y no sé que cosas más —comentó saliendo de la casa después de que saliera su pequeña pareja, cerrando la puerta detrás de él.

—¿Gyeomi está en el centro médico? —preguntó—. ¿Puedo ir con ustedes entonces? —pidió.

—Claro y, rescate tus galletas —informó el pequeño omega, entregándole la bolsa.

—Gracias —sonrió tomándola con cuidado.

—Ya vámonos, no quiero escuchar los gemidos de aquella pareja —pidió Yoongi colocando una mano en la espalda baja de su pareja para guiarlo al auto.

—Oye, estaba haciendo un esfuerzo por ignorarlo —se quejó Jimin, causando risa en ambos hermanos Min.

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