Capítulo 30🍁
—¿Alguna noticia sobre Min-Jae? —preguntó Yoongi en cuanto contempló a Hoseok cruzar su oficina.
—Tengo algunos vigilando sus movimientos pero no ha hecho nada sospechoso o estúpido todavía —respondió el beta—. ¿Crees que se vaya de Busan sin dar problemas?
—Difícilmente —respondió finalmente terminando los planos de la tienda de su pareja—. Con la personalidad de ese idiota, debe de estar esperando el momento adecuado para buscar venganza de alguna forma por lo que le hemos hecho a su familia y a él.
—En eso tienes razón —aceptó Hoseok—. Pero él no se está dando vuelta por los alrededores, con todo lo sucio que hicieron los Kim, realmente nadie los quiere ahora.
—Sí, después de la última reunión... Ha habido un cambio en la manada —aceptó el alfa con una pequeña sonrisa de labios—. Ayer salí a caminar para recorrer un poco más el pueblo y Jimin me acompañó, algunos se acercaron a disculparse con mi pequeño por haber ignorado su situación.
—Ya me imagino lo incómodo que debió de estar —rió Hoseok—. Con Taehyung pasó algo similar hace un par de días atrás cuando apareció en la comisaría con Jungkook —recordó.
—Que la mentalidad y lealtad de estas personas estén cambiando es algo bueno —asintió satisfecho, guardando los planos para entregárselos a Jackson.
Con el Consejo haciendo acto de presencia para llevarse a los Kim, había terminado de convencer totalmente a cada habitante del pueblo de Busan que todavía tenía dudas sobre creerle o no.
—Después de lo que has hecho y estás haciendo por ellos, sería estúpido que siguieran apoyando a los Kim —opinó Hoseok.
—La razón principal de mí actuar es mi pareja, queriendo lo mejor para él, pero estas personas también merecen algo mucho mejor que un líder como Min-kyu junto con su hijo y nieto —resopló.
—Cambiando de tema, ¿cuándo traerás a un sheriff? —interrogó saliendo de la oficina junto a Min.
—¿Por qué? Estás haciendo un buen trabajo ahí —respondió.
—Yoongi —advirtió.
—Relájate —rió—. Solo espera un poco más, quiero tener a alguien de confianza en la comisaría y que esté al tanto de la situación hasta deshacerme del último Kim, entonces te volveré mi segundo al mando —anunció.
—¿Ese no és el puesto de Jungkook? —preguntó alzando una ceja.
—Ambos sabemos que mi hermano no es para ese puesto, y últimamente parece más interesado en estar con Jimin en la cocina que estando encerrado en su habitación —indicó—. Es bueno que haya encontrado algo que le guste y llame la atención además de sus juegos, quiero que siga en ello.
—Al principio pensé que solo tenía interés para prepararle algo a su pareja, pero parece que cada vez se interesa más —comentó Hoseok alegre por el omega.
—Lo sé, Minnie está emocionado por ello y sé que mamá también estará alegre cuando se entere —asintió llegando a su camioneta.
—¿Y ella sigue llamándote? —recordó divertido el beta.
Yoongi bufó—. Nunca dejó de hacerlo, pero todavía no es momento de que aparezca por aquí.
—Por como me has descrito a tu madre, será mejor que no tardes mucho en invitarla o averiguará dónde están y aparecerá de la nada —rió.
Yoongi sacudió exageradamente su cuerpo al pensar en ello.
Para cuando su madre viniera de visita, tenía que preparar a su pequeña pareja, ya que ella podía ser algo intensa y sobre protectora algunas veces... La mayoría del tiempo.
Solo deseaba que no le diera un tiempo muy duro a su pareja, Jimin seguía siendo una cosita delicada, tierna, pervertida y algo arisca que le incomodaba estar rodeado de personas.
También era un poquito gruñón si lo pensaba.
Al menos, si lo pensaba, tendría una distracción para que su madre no se concentrara solo en su pequeño erizo, y lo sentía por la pareja de Jungkook pero él también tendría que sufrir si iba a ser parte de la familia.
—¿Vas con Jackson? —preguntó Hoseok.
—No, primero iré a casa —respondió subiéndose a su camioneta—. Namjoon llamó diciendo que ya venían en camino y quiero informárselo a mi pareja.
—Entonces te veo allá —dijo alejándose para subirse a su propio auto.
Colocándose el cinturón de seguridad, Yoongi dio marcha a su camioneta.
No tardó mucho en llegar a su casa, y alzó una ceja al contemplar a Jackson y algunos de sus hombres fuera de esta.
Estacionándose frente a su casa, tomó los planos y se bajó de su camioneta.
—¿Sucedió algo? —preguntó a espaldas de Jackson.
El shifter oso se dio media vuelta con una dona en su boca y un café entre sus manos.
Yoongi arqueó una ceja y contempló con curiosidad a los otros hombres, observando como estos también estaban comiendo.
—Alfa Min —exclamó Jackson una vez tragó lo que tenía en su boca.
—¿Viniste a acosar a mi pareja? —cuestionó.
—No fue mi culpa —se excusó—. Él envió unos exquisitos dulces la otra vez y no pude retener a esos salvajes —señaló a sus trabajadores—. Son osos, qué esperabas. Somos adictos a los dulces.
Inmediatamente, algunos trabajadores comenzaron a quejarse echando al agua a su jefe, quien había sido realmente el de la idea de visitar a la pequeña pareja del líder.
—¡Yoonie! —exclamó una dulce voz desde la puerta.
Dejando de contemplar al oso, Yoongi observó a su pequeña pareja quien le sonreía alegremente bajo el marco de la puerta.
—Después hablaremos de esto —anunció el león entregándole los planos antes de ir al lado de su pequeño erizo.
Atrapándolo entre sus brazos, inclinó su cabeza y besó con pasión y dulzura aquella linda boquita, casi volviendo a reclamarlo con ello.
Alejándose un poco, Yoongi contempló con satisfacción a su omega, quien se había derretido entre sus brazos mientras se recuperaba lentamente de su beso.
—Estoy en casa —murmuró plantando un inocente beso en su frente.
—Bie-bienvenido a casa —respondió con un adorable sonrojo en sus rellenos mofletes, siendo consciente de que se habían vuelto el centro de atención ante su demostración de amor.
Riendo bajo, Yoongi se adentró más a su hogar, cerrando la puerta para aquellas miradas indiscretas.
—¿Jackson te está molestando, pequeño? —preguntó observando a su pareja.
—Uhm, solo un poco —respondió con una sonrisita juguetona—. No me molesta realmente, es lo menos que puedo hacer por ellos que trabajarán para construir mi nueva tienda.
—Y a mí me sirve para practicar —anunció Jungkook interrumpiendo.
—¿Jimin ya comenzó a vender sus dulces? —preguntó Hoseok entrando en la casa—. Vi a Jackson prácticamente peleando por una dona.
—Agradecimiento adelantado por el trabajo y Jungkook está practicando —explicó Yoongi divertido.
—¿Y Taehyung? —preguntó el beta al no contemplar al pequeño alfita junto a los demás.
—Arriba en la habitación de Jungkook jugando —respondió Jimin.
—Está aprovechado que aún no me conecto para jugar online con mi Gyeomie —sonrió.
—Mañana tú, Tae y yo saldremos a comprarle uno propio —declaró Hoseok antes de alejarse subiendo las escaleras.
—Oh, claro, no te preocupes, no es como si ya tuviera planes para mañana —bufó el menor, sacándole una sonrisa a la pareja restante.
—¡Los pastelitos de Jin! —exclamó Jimin al escuchar el timbre del horno.
El pequeño erizo inmediatamente salió de los brazos de su pareja y desapareció en la cocina.
—Y hablando de tu pareja, ¿le has comentado a mamá sobre él? —preguntó Yoongi curioso, observando a su hermano.
—Pff, obvio que no —respondió rodando sus ojos—. Yugyeom es una versión Jimin y Taehyung pero más grande. Tengo miedo de que escape de mí antes de que siquiera me marque si conoce a nuestra madre antes... ¿Ella no viene en camino, cierto? —preguntó asustado.
—Aún no, pero será mejor que vayas comenzando a preparar el camino con ese chico, mamá no siempre esperará hasta que diga lo contrario —advirtió antes de perseguir a su pequeña pareja—. ¿Qué haces amor? —preguntó tomando asiento en uno de los banquillos frente a la isla.
—Jin dijo que se mudaba hoy por lo que quiero tenerle preparado los pastelitos que le gustan en forma de bienvenida para cuando lleguen —explicó decorando dichos alimentos.
Observando las delicias que preparaba su pareja, Yoongi no pudo evitar estirar su brazo y robar uno de ellos.
—Yoongi —exclamó el shifter erizo, con sus cejas levemente juntas y sus labios rellenos fruncidos.
—Lo siento amor, es que se ve delicioso —se excusó dándole una mordida—. Y saben exquisitos.
—¿No habías dicho ayer que eran el paraíso? —le recordó estirando su labio inferior en un puchero.
—Cierta personita, me convenció de lo contrario —respondió recorriendo lentamente toda la pequeña altura del contrario—. Tu cuerpo es un paraíso, mí dulce y pequeño paraíso —lamió la crema de sus labios.
—Yoonie, no digas esas cosas ahora —se quejó avergonzado, observando a su alrededor.
—¿Por qué? —preguntó divertido.
Nervioso, Jimin dejó lo que tenía entre sus manos y se acercó a su pareja ubicándose entre los muslos abiertos. El alfa rodeó su delgada cintura con uno de sus brazos y esperó expectante cuando su pequeño se acercó a su oído.
—Porque debemos de ir a ayudar a Jin y cierta parte de mi cuerpo duele cuando me ves y dices esas cosas —susurró con una pequeña sonrisa de labios, sintiéndose satisfecho cuando su león ejerció más fuerza en su agarre y tomó una profunda respiración.
—Pequeña cosita traviesa —gruñó el alfa, tirando del omega a su regazo para que sintiera su dureza.
Jimin mordió su labio inferior y acercó su rostro a su pareja para besarle en un húmedo beso acalorado.
—¡Minnie! ¡Minnieee! ¡Namjoon y Jin ya llegaron! —informó Taehyung interrumpiendo el momento de la pareja—. Vamos, hay que ir a darle la bienvenida y ayudarlos a desempacar —exclamó casi rebotando de la alegría junto a un Hoseok que contemplaba enternecido a su erizo.
—Esto no se quedará así, pequeño —advirtió Min en un ronco susurro a su pareja antes de permitirle levantarse de su regazo para terminar con lo suyo.
Acalorado y algo sonrojado, Jimin mantuvo la pequeña sonrisa traviesa en su rostro mientras terminaba de decorar y guardar, agradeciendo que su suéter ancho y largo cubriera bien su entrepierna.
Namjoon contempló a su pareja devorar los pastelitos que les había traído Jimin en una forma de dar la bienvenida a su nuevo hogar mientras hablaba animadamente con el par de hermanos que cargaban con cuidado a sus dos hijos.
Ahora que ya habían terminado de desempacar y ordenar toda la casa, todos estaban tomando un descanso en el jardín trasero rodeado de cercas pintadas de blanco.
El jardín quedaría perfecto con algunas flores y unos juegos infantiles para sus cachorros, Namjoon ya lo podía imaginar y ver.
Observando hacia la izquierda, sus ojos repararon en las parejas de sus dos pequeños amigos, quienes miraban casi embobados a los shifters erizos cargar a sus hijos.
Él conocía esa mirada y sonrisa, era una que veía en sí mismo cada vez que se observaba en un espejo o contemplaba a su pareja, era la de un hombre enamorado.
Solo habían transcurrido unas cuatro horas desde que se juntaron todos en su nueva casa, pero podía apreciar realmente lo amados que eran Jimin y Taehyung por sus parejas.
Y eso le tranquilizaba.
Saber que ahora esos pequeños tenían el amor y protección de aquella persona especial le daba alivio, ya que ellos nunca se merecieron el maltrato y discriminación que sufrieron.
Saber que incluso ambos hermanos se veían más abiertos a hablar e interactuar con otras personas le provocaba felicidad.
Sonriendo, se acercó a las parejas de sus amigos y al igual que ellos, contempló a su alegre pareja a lo lejos.
—Gracias por la casa, es perfecta para mi familia —anunció.
—Es lo menos que podía hacer por mi nuevo médico —respondió el alfa observándole—. Y siendo los amigos de nuestras pequeñas parejas, es natural querer ayudarles.
—Cierto —asintió Hoseok—. Los amigos de mi alfita son mis amigos —anunció con seriedad, la cual se borró y una alegre sonrisa boba brotó entre sus labios cuando Taehyung le llamó.
Sin decir una palabra, el beta se alejó.
—Es increíble el cambio que tiene cuando está con Taehyung ¿no? —preguntó Min al contemplar la mirada sorprendida de Namjoon.
—¿Siempre es así?
—Él es un abogado arrogante, bastardo e inteligente, molesto como la mierda pero un buen amigo. Es un hombre duro que puede tomar decisiones despiadadas, pero con tan solo colocar a Taehyung a su alrededor se vuelve toda una masita feliz moldeable —explicó divertido—. Hoseok, Jungkook y yo no hemos vuelto así al conocer a nuestras respectivas parejas —rió.
—¿Jungkook es el omega que estuvo aquí al principio ayudando? —preguntó recordando al joven.
Jungkook había ayudado en un principio descargando cajas del camión de mudanzas, y luego había fingido seguir ayudando mientras hablaba por teléfono con alguien.
—Sí, su pareja es una versión de Taehyung y Jimin, pero más grande por lo que está... No sé realmente lo que pasa por la cabeza de ese mocoso —rió contagiando al beta—. Solo sé que está recibiendo ayuda de ambos pequeños erizos.
—Me alegra de verlos así de abiertos y felices —comentó Namjoon, señalando a ambos hermanos Park—. Antes eran tan cerrados y esquivos, apenas y recibíamos un hola cuando comenzamos a visitarlos —recordó.
—Y planeo que ellos sigan así de felices y sin preocupaciones, sin ningún estúpido Kim alrededor para molestarlos —expresó.
—Y hablando de esos idiotas... ¿En verdad el Consejo se los llevó? —preguntó con seriedad.
—Sí, lo que hicieron fue demasiado horrible como para que el Consejo no interviniera. Aunque no se pudieron llevar a Min-Jae al no tener pruebas, estoy esperando a que el idiota haga algo para deshacerme de él —prometió.
—Si necesitas ayuda, solo dime —expresó.
—Lo tendré en cuenta —asintió—. Vamos, nuestras parejas nos están observando —anunció comenzando a caminar hacia su hermoso y pequeño erizo que seguía cargando el hijo de sus amigos.
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