Capítulo 28🍁
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En la oficina del alfa, cuatro personas se encontraban reunidas en el interior conversando un tema importante.
—¿Estás seguro de esto, Hoseok? —preguntó Yoongi con seriedad.
—Lo estoy, los archivos dicen que Min-kyu vendía a su propia gente a cazadores por dinero, y su hijo el sheriff lo respaldaba cuando presentaban a una persona desaparecida —anunció.
—Tendrás que llamar al Concejo, Yoongi, esto es demasiado para nosotros —exclamó Jackson—. Seguramente por eso lastimaron a Hoseok hace unos días, ellos temían que descubriéramos esto.
—Para llamar al Consejo de shifter necesito pruebas concisas o no me tomarán en cuenta —suspiro Yoongi.
—¿Y los documentos que descubrió Hoseok no te sirven? —preguntó el shifter oso.
—Tendrán que hacerlo —decidió Min—. Hoseok, ¿tienes los papeles?
—Sí, están ocultos —respondió el águila.
—Bien, llévame a ellos —ordenó levantándose de su silla al igual que los dos restantes.
Los tres se acercaron a la puerta y la abrieron para después cerrarla, observando atentos a cierto chico sentado detrás del escritorio con un computador.
Cuando Yugyeom alzó su pulgar, los tres volvieron a acomodarse en el interior de la oficina.
—¿Y entonces? —preguntó el hermano.
—Ellos escucharon perfectamente todo —asintió.
—¿Y ahora no pueden escuchar nada? —pregunto Yoongi para asegurarse de ello.
—Nop, a través del dispositivo que instalaron les envié un virus a su computadora y a cualquier cosa a la que esto —señala una pequeña cajita negra—, estuviera conectada.
—Les dije que mi hermano era un genio —alabó Jackson orgulloso, provocando que el menor se sonrojara.
—¿Y sigues pensando que fue tonto de mi parte permitir que Min-Seok instalará el micrófono en mi oficina? —pregunto Yoongi arqueando una ceja con superioridad.
Jackson sonrió y negó con su cabeza.
—Yo sigo pensando que esto es una pésima idea —exclamó Hoseok negando con su cabeza.
—Es la única forma que tenemos para que esos idiotas salgan de su escondite —le recordó Yoongi—. Ya escuchaste la llamada del Concejo.
—Y precisamente porque también la escuché es que te digo que esto es una idiotez —declaró—. La orden de atrapar a Min-Kyu y Min-seok ya fue dada, ¿por qué piensas involucrarte más en esto? —cuestionó.
—Porque los malditos están ocultos aquí, y con cualquier segundo que pasa son capaces de hacer algo contra nuestras parejas por venganza —le recordó irritado.
—Bien, no discutamos por esto —anuncio Jackson—. El plan ya está en marcha y el Concejo aceptó nuestra ayuda cuando se le propuso, ya no hay nada más que hacer que actuar —les recordó.
—Uhm, si siguen tardando en salir ellos comenzarán a sospechar —aviso Yugyeom en voz baja, consiguiendo la atención.
—Cierto, ya vámonos —anunció Yoongi levantándose—. Y no te preocupes Hoseok, también tenemos a personas respaldándonos desde las sombras —le recordó.
—Si alguno de nosotros sale herido tú serás el que asuma la responsabilidad y les dirá a nuestras respectivas parejas que esto, fue tu idea —sentenció el shifter águila.
—En eso estoy de acuerdo —apoyo Jackson—. Lo siento hombre, pero no quiero que mi pareja me regañe y me deje en abstinencia por hacer algo estúpido.
—Igh, no quería escuchar eso —se quejó Yugyeom arrugando su nariz.
—Bien, yo les diré que fue mi idea —aceptó rodando sus ojos—. Ahora señoritas, hora de irnos —anuncio levantándose.
—¿A dónde iremos? —se atrevió a preguntar el menor mientras recogía su computador portátil.
—Cerca de la estación de policías —respondió Hoseok—. No hay muchas tiendas alrededor, están las cámaras para más pruebas y no hay muchos civiles deambulando más que los trabajadores en el interior —explicó.
—Y tú, no irás —sentenció Jackson deteniéndose cerca de la salida del edificio—. Subirás a mi camioneta, esperaras a que nosotros nos vayamos primero y nos informaras cuando los Kim nos persigan, ya que lo más seguro es que deben de estar esperando afuera.
—Está bien —aceptó fácilmente el menor y Yoongi suspiro.
—Si le hubiera ordenado aquello a Jungkook, lo más seguro es que me hubiera rodado sus ojos y desobedecido anunciando algo de no tener miedo y bla, bla, bla —refunfuño el alfa león—. Ten cuidado con tu pareja, chico, él es un omega temerario, adicto a los videojuegos y a hacer cosas estúpidas —advirtió.
—Lo tendré —asintió con una pequeña sonrisita ante la descripción de Jungkook, sonaba completamente como se había mostrado ante él hasta el momento.
Pero también era una persona honesta, terca y valiente.
—Muy bien, salgamos —anuncio Hoseok siendo el primero en salir del edificio, en seguida le siguió Yoongi y Jackson.
Los tres subieron a la camioneta del alfa león.
Apenas habían manejado unos minutos cuando Jackson recibió una llamada de su hermano menor.
—Nos están siguiendo —informó luego de cortar la llamada.
—Perfecto —asintió Yoongi.
Cuando estuvieron cerca de la comisaría, Min se detuvo y estacionó su camioneta. Enseguida Hoseok se bajó y los otros dos le siguieron.
—Finjamos entrar a la tienda a buscar los papeles —susurro el águila antes de comenzar a caminar.
Jimin sonrió cuando el horno sonó avisando que sus dulces ya estaba listo y tanto Jungkook como Taehyung, se apresuraron en terminar de limpiar la cocina.
Tomando los guantes de horno, Jimin sacó sus cruasanes y dejó la bandeja sobre la mesa de la isla.
—Ya terminamos —exclamó Taehyung secándose sus manos mientras se paraba cerca de su hermano—. Dios, huele bien.
—Dime que tiene que pasar por el control de calidad —pidió Jungkook—. Me ofrezco como voluntario para probarlas si así es —exclamó respirando profundamente para capturar el dulce olor.
Riendo, el pequeño omega negó con su cabeza mientras buscaba algunas bolsas de papel o recipientes en las que guardarlas.
—Solo pueden comer una cada uno para que después las disfruten junto a sus parejas —anuncio de espaldas Jimin—. Y yo esperaría a que estuvieran frías.
—Oh Dios, quema, pero es taaan bueno —exclamó Jungkook volviendo a morder el dulce pedacito de cielo que él mismo había ayudado a preparar.
—No me tientes —se quejó Taehyung relamiendo sus labios.
—Pruébalos, están para morirse —aseguró.
—Son unos exagerados —comentó Jimin encontrando finalmente unas bolsas de papel.
Tomando tres, guardó en el interior de cada una cuatro medias lunas.
—Esta es para Hoseok, esta para Yugyeom y esta para mi alfa —dijo repartiendo las bolsas.
—¿Ya podemos irnos? —preguntó Taehyung soplando mientras comía para no quemarse, o al menos no tanto.
—Sí, vámonos antes de que me las coma todas y no lo deje a mi pareja —anuncio Jungkook abrazando la bolsa que le había entregado Jimin.
—¿Pueden pasar a dejarme a la comisaría primero antes de que se vayan con sus parejas? —pidió el pequeño alfa.
—Pregunta, ¿tenemos auto en el cual ir? —cuestionó Jimin no muy feliz de tener que caminar en las calles con... Todo lo que estaba ocurriendo.
—Sí, Hoseok dejó su auto en caso de emergencia —anuncio Jungkook mostrando las llaves—. Primero pasemos a dejar a Taehyung y luego vayamos con nuestras parejas —planeó.
—Suena bien —asintió Jimin, saliendo de la casa junto a los demás.
—Minnie, ¿llamaste a Yoongi? —recordó Taehyung una vez que se subieron al auto.
—Nop, quiero darle una sorpresa —respondió—. Y si no está en la tienda, siempre puedo ir a revisar en su oficina... Aunque no sea de mi agrado —recordó arrugando su nariz.
—Ni la de mi hermano —comentó Jungkook con una risa—. Demasiado ostentosa para su gusto, pero Jackson y sus hombres están ocupados construyendo las nuevas casas, por lo que no le queda de otra más que esperar.
—Hablando de casas, una de esas será de nuestros amigos, ¿no? —recordó el pequeño alfa.
—Seguramente —asintió distraído Jimin, entrecerrando sus ojos a medida que Jungkook disminuía la velocidad.
—Esas son nuestras parejas, ¿no, Minnie? —preguntó Taehyung acomodando sus lentes mientras se inclinaba más adelante—. ¿Qué hacen aquí?
—No lo sé —respondió Jimin igual de confundido, observando como los tres hombres hablaban tranquilamente mientras se quitaba su cinturón de seguridad.
Los ojos de Jungkook fueron los primeros en reconocer a los dos Kim acercándose lentamente hacia su hermano y los demás, inmediatamente puso en marcha el auto de reversa, impidiendo que cualquiera de los hermanos Park se bajara.
—Espera ¡Jungkook! —chillo sorprendido el pequeño omega, con sus manos aferrándose a la parte delantera del auto al verse sin su cinturón de seguridad—. ¿Qué haces?
—¡Espera! ¡Oh Dios mío! ¡Están atacando a tu pareja, Minnie! —alertó Taehyung logrando que Jimin alzara de golpe su cabeza y se concentrara en la escena que prontamente se volvía más y más lejana.
Su corazón se detuvo por un segundo al contemplar a su pareja esquivar un disparo.
—Detén el estúpido auto si no quieres que salte de este mientras sigue andando —ordenó con firmeza, logrando que Jungkook bajara la velocidad.
—Él en verdad lo hará —advirtió el pequeño alfa, y tenía esa mirada que anuncia seguir la decisión de su hermano.
—Ellos me matarían si les permitiera exponerse al peligro así —negó deteniéndose finalmente después de colocar una gran distancia—. Sé que es difícil, pero por favor esperen a que todo pase —pidió concentrando su visita al frente—. Ellos estarán bien.
Ambos hermanos no hicieron más que guardar silencio mientras contemplaban con esfuerzo como las borrosas figuras de sus parejas peleaban, hasta que cuatro hombres vestidos completamente de negros hicieron acto de presencia de forma repentina.
Un pequeño caos se desató pero inmediatamente fue controlado por aquellos hombres, que apresaron a los dos Kim inmediatamente.
Pasando su lengua por su labio inferior, Yoongi hizo una pequeña mueca cuando el sabor metálico persistió en su paladar.
—Joder, realmente me partió el labio —se quejó.
—Solo recibí unos cuantos golpes al cuerpo —se encogió de hombros Hoseok.
—Al menos ninguna de sus balas les llegó —se quejó Jackson contemplando la herida que había dejado una al rozar su brazo.
—¿Min Yoongi? —preguntó un delgado hombre de traje.
—Soy yo —dijo el rubio, dando un paso adelante de sus amigos.
—Soy MinHo, el representante que envió el Concejo —se presentó—. Se les agradece su ayuda tanto por la información como por ayudar a atrapar a Kim Min-Kyu y Kim Min-Seok —anunció—. También nos gustaría tener los papeles que nos envió por correo —pidió.
—Oh, yo los tengo —anuncio Hoseok tomando su maletín de la maletera del auto de Yoongi.
Abriéndolo, le entregó los documentos que había descubierto.
—¿Qué? —pregunto ante la mirada de los otros dos alfas—. A veces, el lugar más tonto y vistoso puede ser un buen escondite —sonrió malvado.
—Muchas gracias, nos llevaremos esto como pruebas —anunció el hombre guardando los documentos.
—¿Espere, que pasará con el hijo de Min-Seok, Min-Jae? —preguntó Yoongi, deteniendo la retirada del representante.
—Lo siento, no pudimos encontrar nada que lo vinculara con los delitos de su padre y abuelo —negó, retirándose sin darle más oportunidad a Yoongi de hablar.
—Bueno, mierda —exclamó pasando su mano por su cabello.
—Al menos con esto te deshiciste de dos de ellos —pronunció Jackson encogiéndose de hombros.
—Idiota del cual tampoco tenemos señales de dónde está —le recordó—. Tu brillante plan de hacer de señuelos para sacarlos de su escondite no funcionó del todo —se burló Hoseok—. ¿Ahora recuerdas por qué siempre soy yo quien hace los planes? —rió.
—Tú... Oh-oh —pronunció tragando dificultosamente cuando contempló a su pequeña pareja aparecer al lado de su amigo—. Pequeño... Puedo explicarlo.
—No es necesario —negó permitiendo que sus lágrimas cayeran mientras enfrentaba a su alfa—. Eres un estúpido —declaró dando media vuelta para volver al auto.
—Uhm, cómo que realmente debiste de pensar en contarle esto a tu pareja antes de hacerlo —comentó Jackson—. Ellos realmente se enojan cuando no pides su opinión respecto a un tema importante.
—¿Y ahora lo dices? —reclamó antes de seguir a su pequeña pareja.
—No te rías Hoseok, el pequeño hombre que espera fuera del auto tampoco se ve exactamente feliz —indicó el oso, logrando que el nombrado se pusiera en marcha también.
Apresurándose, Yoongi rodeó el pequeño cuerpo de su pareja con su brazo y lo levantó del suelo.
—Suéltame —ordenó el pequeño omega mientras se limpiaba furiosamente sus lágrimas.
—Bebé, pequeño, perdóname ¿si? —rogó recargando su frente en la nuca de su pareja.
—Te vi, Yoongi —pronunció con dolor—. Muriendo de preocupación observé como peleabas con ellos, como intentaban dispararte... Solo para saber que fue un estúpido plan tuyo —se quejó con su labio inferior tembloroso—. ¿Cómo te sentirías si yo hiciera exactamente lo mismo sin consultarte nada? ¿Exponiéndome así al peligro?
El terror corrió por el cuerpo de Yoongi al imaginárselo.
—Oh bebé, Jimin, pequeño —exclamó con tono arrepentido—. Lo siento amor, no pensé en nada —susurro culpable—. Yo... Supongo que solo quería que volvieras a salir a la calle sin tener miedo.
—Yo no me quedaba en la casa solo por miedo, Yoongi —dijo con un suspiro—. Soy simplemente así, me gusta estar en la tranquilidad de mi hogar y no salir a socializar con personas que antes me ignoraban como si fuera la nada misma, odio compartir mi espacio con otra persona... Pensé que lo sabías, que lo entendías... —susurro decaído.
—Lo hago —prometió volviendo a dejar a su pequeño sobre sus pies. Rápidamente lo rodeó colocándose delante de él—. Pero no podía dejar que cualquier clase de peligro estuviera siguiéndote, el alfa en mí, no me permitía quedarme tranquilo siendo que podía hacer algo para ayudar.
Inclinando su cabeza hacia atrás, Jimin contempló a su pareja.
—No quiero que esto vuelva a pasar, Yoongi —advirtió.
—Lo prometo, lo juro —exclamó observando a su dulce pareja indeciso.
Después de observarlo unos segundos, el pequeño omega asintió y se quitó sus lentes, para finalmente, avanzar y rodear el cuerpo de su alfa, fundiéndose en sus brazos mientras enterraba su rostro en su pecho.
—Gracias bebé —pronunció Yoongi besando el cabello de su pareja, entendiendo que estaba siendo perdonado.
—¿Estás muy lastimado? —preguntó preocupado el pequeño omega.
—No, solo un labio roto y unos golpes que sanarán en unas horas —prometió estrechándolo entre sus brazos, con fuerza.
—Bien, las horas que tardes en sanar serán los días que estarás sin sexo y sin mis dulces —advirtió separándose levemente, colocándose sus lentes nuevamente.
Yoongi volvió a tragar costosamente saliva.
Un castigo justo por su estupidez.
—Lo que tú quieras, pequeño —aceptó y Jimin ocultó su sonrisa al contemplar el pequeño puchero en los labios de su alfa.
Observando hacia el auto donde esperaba Jungkook, contempló a su hermano siendo abrazado mientras un persistente puchero estaba en su rostro.
Sí, parecía que su alfa no iba a ser el único castigado.
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Hola mis copitos!! Espero que estén bien y se estén cuidando <3
Mucho love, un besote y un abrazote! espero que tengan una buena semana jsjsjs
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