Capítulo 22🍁
—Incluso nos mandó café —anunció sorprendido Hoseok al contemplar el termo donde estaba guardado dicho líquido creado por los dioses y elaborado por unas pequeñas manos talentosas.
—Mi pequeño piensa en todo —sonrió orgulloso Yoongi mientras conducía.
—Si, si, pero mi alfita también me lo guardó —sonrió el beta, volviendo a dejar ambos desayunos tranquilos en su regazo.
—¿Alfita?
—¿Pequeño? —atacó el beta.
—Touche —rió el alfa—. Pero ya hablando de algo más importante, ¿has descubierto algo en contra de los Kim? —preguntó interesado.
Realmente estaba comenzando a sospechar de la calma de esos tres.
—De hecho, sí —asintió—. Pero con ello solo podríamos deshacernos de uno —advirtió.
—¿Por qué? —preguntó frunciendo el ceño.
—Porque solo está la firma de Min-Kyu en ellos —respondió con un bufido—. La malversación del dinero que su gente le entregaba es una gran prueba. Pero lo peor, es que permitía la caza de los integrantes de la manada a los humanos, haciéndolos pasar por simples animales —expuso.
—¿Qué? —exclamó el alfa, dándole una rápida mirada.
—Encontré unos contratos por cada temporada de caza de hace unos 5 años hasta el presente día, no estamos muy lejos del mar y el bosque nos rodea —indicó observando a través de la ventana—. El idiota vendía a algunos de los integrantes como si fueran un objeto a estas personas las cuales después les daban caza —reveló.
—Dime que esos no fueron omegas —pidió, estacionando el auto al lado del de Jackson.
—No lo sé aún, pero espero que salga algo en los documentos que encontré —suspiro—. Esto podría, no, se está convirtiendo en algo verdaderamente grande, Yoongi, necesitamos contactar con el Consejo y exponer esto, se enojarán si intentamos hacerlo todo nosotros.
—Lo sé, pero aunque lo hagamos solo nos desharemos del antiguo alfa —golpeó el volante—. Si tenemos suerte, tal vez también del policía pero ¿y Min-Jae?
—Pero Min-Jae es más joven e idiota, sin la vista de su padre y abuelo sobre él podría ser tan idiota como para retarte por tu puesto de alfa —indicó.
Luego de pensarlo, Yoongi asintió. Eso era lo mejor si se estaban involucrando en algo tan grande como la venta de shifter.
—Bien, pero termina de revisar bien esos documentos y asegúrate de tenerlos bien guardados —ordenó—. Seguramente eran esos los que estaban buscando en mi oficina aquella vez —pensó.
—Lo haré —asintió y ambos se bajaron del automóvil.
—Por cierto, ¿cómo vas con ese puesto de sheriff? —preguntó curioso el león.
—No hay mucho realmente, puse a trabajar a los otros si no querían perder su trabajo, y solo cuando un verdadero problema que no pudiera resolver surgiera se tienen que poner en contacto conmigo —respondió—. Pero te recuerdo que soy abogado, no un sheriff.
—Lo sé, necesitamos traer uno y también un médico —recordó—. Pero ya tengo en mente a alguien para eso —sonríe y observa a su alrededor—. ¿Dónde está Jackson?
—No sé, pero a mí ya me dio hambre —anuncio Hoseok tomando asiento en una de las mesas ubicadas lejos de la construcción que se estaba dando en el lugar.
Deteniendo a uno de los trabajadores, Yoongi le pidió que le informaran a Jackson de su presencia y luego siguió a su amigo. Tomando asiento frente a Hoseok, comenzó a comer su desayuno.
—Las casas se ven bien —comentó el beta al observar a su alrededor.
—Sí —respondió contemplando la casa terminada.
—Hey, ya llegaron —pronunció Jackson quitándose su casco de construcción mientras se acercaba y tomaba asiento frente a ellos.
—Ni te atrevas —advirtió Hoseok cuando intentó tomar una de las mitades de sándwich en su desayuno.
—Egoísta —bufó y observó a Yoongi.
—Solo porque me gusta mostrar que mi pequeño cocina como Dios —expresó entregándole algo de café y una mitad de los sándwiches con tocino.
—Oh rayos —exclamó luego de la primera mascada a su sándwich—. Oh joder —gimió tomando del café—. Esto es café, no esa cosa que venden en el único local de comida de aquí.
—Mi Jimin lo hizo —sonrió con orgullo el león, comiendo de lo último de su desayuno.
—Uhm, dime que abrirá su propio negocio —pidió—. Te juro que comenzaremos a trabajar en la tienda apenas terminemos las otras casas.
Hoseok rió—. Jimin y Taehyung son dueños de una librería —informó.
—Pero de eso te quería hablar también —pronunció el shifter león, observando a Jackson—. Quiero crear una tienda para vender los dulces que preparara mi pareja pero a la vez que también puedan leer.
—¿Leer? —preguntó Hoseok.
—Sí —asintió—. Jimin me dijo que antes era una biblioteca, pero cuando el idiota comenzó a cobrar dinero, no les quedó de otra más que comenzar a vender sus libros.
—¿Y entonces cómo quiere tu pareja transformar su tienda? —preguntó Jackson, interesado.
—Él no sabe, ninguno de los dos —respondió Yoongi—. Quiero que sea sorpresa para Jimin por lo cual tal vez necesite preguntarle a Taehyung su opinión al respecto, después de todo también es su tienda.
—Yo podría hablar con él —asintió Hoseok.
—¿Y cómo es tu idea? —preguntó el shifter oso.
—Estoy dividido entre poner la tienda de dulces abajo y en un segundo piso la tienda de libros, o todo en una gran sala... —pensó—. Pero el lugar en sí no es muy grande para ello.
—De hecho, lo es —interrumpió Hoseok—. En la parte de atrás los chicos tienen un extenso lugar con sótano donde guardan sus libros.
—Uhm, lo mejor sería ver bien el lugar para que nos podamos hacer una idea clara de cómo será —pensó Jackson.
—Sí, es lo mejor —asintió Yoongi—. Cuando tengas tiempo avísame y vamos.
—Claro, entonces vamos a ver la casa —anunció levantándose, volviendo a colocarse el casco.
—Uhm, vayan ustedes —anunció Hoseok con el ceño fruncido—. Debo de hacer algo en la comisaría —anunció levantándose también.
—Lleva mi auto —dijo tirándole las llaves—. Le diré a Jungkook que me venga a buscar o mejor tú pasa por mí a la hora de almuerzo.
—Hecho —asintió el beta, alejándose de prisa.
—¿Le ocurre algo? —preguntó el shifter oso, siguiéndolo con la mirada.
—Su cabeza descubrió algo —sonrió ladino Yoongi.
—Bueno, toma —dijo entregándole un casco al contrario—. Seguridad ante todo —anunció antes de emprender camino.
Colocándoselo, Yoongi camino a través de los trabajadores siguiendo a Jackson a la casa terminada.
—Como puedes ver, es solo de un piso —anuncio cuando cruzaron la puerta—. Tiene una sala comedor, una cocina, tres habitaciones, y un baño —indicó mostrándole todo—. Como una parte de la tierra había una especie de hoyo, lo agrandamos un poco más y lo transformamos en un cómodo sótano.
—Bien aprovechado —sonrió Yoongi cuando bajó las escaleras y contempló dicho sótano.
—Gracias —sonrió volviendo a subir—. Tiene un pequeño jardín trasero al cual aún debemos de colocar las cercas para dividir bien el terreno, pero aparte de eso, ya todo está hecho y la pintura está seca. Las tuberías están bien y la electricidad también, oficialmente te puedo decir que esta casa está habitable —anunció.
—Dime, ¿tus hombres y familia están viviendo bien en esas dos casas que les pasé? —preguntó observando a su alrededor como doce hombres trabajaban.
—Algo apretados pero no incómodos —respondió—. Es mucho más fácil para ellos estar viviendo aquí mientras trabajan que estar manejando desde Seúl a Busan todos los días —aseguró—. Además, a algunos también les ha gustado Busan, es tranquilo y todos son cambiaformas por lo que no deben de preocuparse por los humanos como en Seúl. ¿Por qué preguntas?
—Porque creo que tengo un dueño para esta casa —pronunció con una sonrisa—. Solo tengo que hablar con él y convencerlo de mudarse aquí —explicó—. Y tal vez con ello, tendrías que arreglar un lugar para el nuevo médico.
—Uuh, me gusta —sonríe—. Lo principal para un pueblo y manada es tener un médico.
—Lo sé —asintió—. Según tengo entendido, aquí hay uno pero es bastante viejo y solo atiende en su casa al que él escoge —resopló—. No necesito a nadie así.
—Ciertamente —coincidió.
—Y otra cosa, ¿tu hermano se sigue quedando aquí o ya se fue? —preguntó.
—¿Quién? ¿Yugyeom o Dongyul? —respondió.
—Ehh... Pensé que solo tenías un hermano —pronunció confundido.
—Tres de hecho, Yugyeom es el menor y tal vez tenga cierta debilidad o favoritismo por él —confesó—. Extrañamente Yugyeom sigue aquí, pensé que se iba a ir con mi otro hermano apenas terminara con el favor que le pedí.
—Uhm... Sabes, yo no soy quién para entrometerme en tu familia, pero desde que Yugyeom resultó ser la pareja de mi hermano... Supongo que lo haré —anunció con un suspiro—. Deberías de vigilar cómo actúan tus otros hermanos sobre Yugyeom o incluso tus padres.
—Primero, waow, ¿realmente seremos una familia ahora? Y segundo, ¿por qué? —preguntó con seriedad.
—No sé demasiado y Jungkook tampoco me contó mucho —confesó—. Pero según tengo entendido por una pequeña explosión que tuvo, tal parece que la personalidad de tu hermano no es adecuada para alguien que es un alfa.
—¿Pero qué es esa estupidez? —gruñó.
—No sé, pero si vas a investigar al respecto hazlo con cuidado, no quiero causarle problemas a mi hermano con su pareja por decirte esto —pidió.
—Está bien, lo haré, gracias —pronunció manteniendo su ceño fruncido.
Definitivamente averiguaría al respecto.
—Pero Gyeomie, si no quieres volver a tu casa con tu familia, solo diles que no —pronunció Jungkook contemplando el techo de su habitación.
—No me dejarán —suspiro el alfa—. A menos que Jackson me tenga más trabajo aquí, Dongyul me vendrá a buscar tarde o temprano.
—¿Dongyul? —repitió el omega.
—Mi otro hermano, yo soy el menor de cuatro —explicó—. Jackson es el mayor, él y su esposo son los únicos buenos conmigo en realidad.
Jungkook torció sus labios al ver que había odiado a la persona incorrecta, una suerte que aún no se había encontrado con él todavía o realmente hubiera arruinado las cosas.
—Uhm, ¿y no has pensado en decirle a él que tus hermanos te molestan al igual que tus padres? —preguntó.
—No, él ya tiene una familia de la que preocuparse, no quiero meterle además mis problemas —expresó con mal humor—. Adiós Jungkook, Mark me llama.
—Está bien, adiós —pronunció cortando la llamada con mal humor también.
No podía entender cómo su pareja podía ser tan terco, ¿si no le decía a alguien que la estaba pasando mal, cómo se suponía que los demás lo iban a saber?
—Ugh, tonto Yugyeom que ni siquiera me quiere ver en persona otra vez —se quejó con puchero.
—¿Podemos entrar? —preguntó una dulce voz del otro lado de la puerta.
—Sí —respondió sentándose en su cama.
Ante la respuesta positiva, ambos hermanos Park entraron en la habitación que el omega compartía con el beta.
Mientras Jimin cargaba una bandeja con galletas y pastelitos, Taehyung tenía entre sus brazos un jarro de leche con tres vasos.
—Minnie, Minnie, Minnie, ¡se me van a caer los vasos! —chillo Taehyung.
Apresurándose, Jungkook alcanzó a tomar el vaso que se deslizaba por los brazos del pequeño alfa y tomó los otros dos restantes.
—Gracias —pronunció Taehyung con una pequeña sonrisa.
—Está bien, ¿qué es esto? —pregunto mientras dejaba los vasos sobre la pequeña mesa al lado de su cama, al igual que Taehyung dejaba la jarra con leche.
Dejando la bandeja sobre la cama del león, Jimin subió más arriba sus lentes y pasó una mano por su cuello.
—Ugh, ¿una forma de pedir disculpas por nuestra reacción de hace una hora? —respondió el pequeño omega—. Y porque te saltaste el desayuno.
—Y esa es la comida más importante del día —añadió Taehyung, quejándose cuando su hermano golpeó su mano al intentar sacar una galleta.
—Son para Jungkook —le recordó observándole mal.
—Sin piri Jingkiik —repitió—. Ni quería —se quejó.
Jungkook rió mientras contemplaba a los dos hermanos pelear sin ninguna muestra de miedo ante él.
—Parece que ya no me tienen miedo —comentó sonriente.
—Bueno, al igual que Yoongi y Hoseok, nos has demostrado que no eres como nos lo imaginábamos —sonrió Jimin.
—Sin importar si eres alfa, beta u omega, como nos has enseñado —agregó Taehyung—. Perdón por haber reaccionado así cuando mencionaste a tu pareja.
—Simplemente es una reacción que no podemos evitar luego de tantos años viviendo así —torció sus labios el pequeño erizo omega.
—Cierto —asintió Taehyung, subiendo sus lentes.
—Está bien, debí de imaginarme ello y al ser mi pareja de la que se hablaba tal vez exagerado un poquito —suspiró y sacudió su cabeza señalando la cama frente a él—. Coman conmigo —invitó.
Ambos hermanos asintieron y tomaron asiento frente al león.
—Y entonces... Hablamos de tu pareja —pidió Taehyung mientras tomaba una galleta.
—No hay mucho que decir en realidad, solo hemos hablado a través del teléfono porque es algo tímido y realmente no le gusta estar rodeado de personas —expresó.
—Oh, es uno de los nuestros —sonrió Jimin, limpiando con su lengua la crema en sus labios.
—Sí, podría decirse —sonrió Jungkook—. Pero desde que nos vimos por primera vez hace tres días que no ha querido verme otra vez.
—Tal vez no es que no quiera —corrigió Taehyung—. Tal vez le da miedo dar el primer paso e invitarte a salir.
—Cierto —asintió el pequeño omega—. Tal vez se pone nervioso hasta de hablar contigo —comentó, ambos hermanos hablaban por experiencia.
—Bueno, yo soy quien siempre inicia las conversaciones y una vez que se relaja él comienza a hablar también —coincidió—. No sé qué hacer con él para acercarme realmente —suspiro.
—Tienes dos opciones —anunció el pequeño alfa—. Darle más espacio y dejar que él tome la decisión o...
—O ser como Yoongi y Hoseok y atacar con todo pero de forma sutil —prosiguió Jimin.
—Y... ¿Qué me recomiendan ustedes? —pregunto comiendo un pastelito.
—Yo diría que vayas con todo pero de forma sutil —comentó—. Así es como lo han hecho tanto mi pareja como Hoseok y estamos bien —observó Jimin.
—Cierto, mírame a mí, ya estoy bien de hablar con Hobi y tomar su mano —sonrió Taehyung.
—Que sea un alfa no significa que tiene que dar siempre el primer paso, tú mismo lo has dicho —le recordó el pequeño omega son una sonrisa.
—Ugh... Me voy a convertir en lo que juré jamás ser —exclamó causando una risa en los dos hermanos.
—Nosotros te podemos ayudar con algunos consejos —indicó emocionado Tae.
—Y si es un oso, dicen que son adictos a los dulces por lo que te podría preparar algunas cosas, o hasta enseñar —rió emocionado Jimin.
—Uhm, nunca lo he intentado cocinar realmente —confesó—. Pero podría intentarlo —sonrió ofreciéndole a los hermanos un vaso de leche.
—Es un trato —anunciaron y rieron cómplices por sus futuros planes.
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