Capítulo 20🍁
Jungkook observó la estructura frente a él con un odio infantil, aun enfurruñado tanto con su hermano por nombrarlo segundo al mando y con Hoseok, que lo sacó casi a rastras de su agradable y calentita cama para ir a la oficina del tonto de Yoongi.
El omega estaba seguro de que eso de ir a revisar el sistema de seguridad que iban a instalar en la oficina era una estúpida mentira para sacarlo de la casa y así, Hoseok tuviera tiempo a solas con Taehyung.
Lo cual era estúpido, otra vez, porque si se lo hubiera pedido el habría salido... Claro que no tan temprano...
Bueno, tal vez se habría encerrado en la habitación realmente pero así no estaría a la vista de ninguno de los dos por lo cual no veía el problema.
Y no era todo una excusa... ¿Qué se supone que tenía que revisar si no era así?
Era un adicto a los videojuegos, no a la informática en sí. Probablemente de lo que sea que le hablara el experto en ello sería como si le estuvieran hablando en otro idioma.
Resoplando, observó el auto estacionado en el mismo lugar que lo hacía su hermano.
Seguramente aquel tipo ya había llegado.
Suspirando, se dio ánimos mentalmente para terminar todo rápido y así volver a casa donde se comería todas las galletas que Jimin había dejado preparadas, encerrándose en su habitación para así no compartirlas con Taehyung.
Sí... Se oía como un buen plan.
Con una motivación en mente, Jungkook entró en el edificio de dos pisos y fue directo a la, estúpidamente lujosa, oficina de su hermano.
Frente a la puerta, puso su mano sobre la manilla y se quedó un momento ahí.
Solo... Observando la doble puerta de madera.
Había un ligero aroma fuerte pero a la vez dulce que tenía su boca salivando por más.
Sin controlar su fuerza, Jungkook abrió estruendosamente la puerta. Sobresaltando a un joven hombre que era aproximadamente de la misma altura que el omega pero definitivamente, más delgado que este.
Los ojos de Jungkook recorrieron toda la altura del chico, desde los pies hasta su perfecto rostro varonil y su oscuro cabello chocolate.
—Lo siento, yo... —guardó silencio e inclinó ligeramente su cabeza hacia atrás, obteniendo otra vez ese delicioso aroma que tenía a su león ronroneando.
Mierda, prácticamente parecía que su león estaba mostrando su vientre. Cosa que ningún omega hacía, al menos solo con su...
—Mierda, eres mi pareja —exclamó Jungkook, volviendo a sobresaltar al hombre que inmediatamente retrocedió tras aquellas palabras.
El omega contempló de forma curiosa al silencioso hombre.
Y ahora que le observaba mejor, este se veía un poco... Asustado.
—¿Estás bien? —preguntó un poco preocupado, no queriendo acercarse más por miedo a que el contrario terminara huyendo.
De alguna forma, no pudo evitar pensar en los hermanos Park ante el comportamiento del contrario y eso solo le indicaba...
—Por casualidad... ¿Me temes porque soy un león? —pregunto con tono sorprendentemente suave.
El hombre le observó unos minutos antes de encogerse de hombros suavemente, esquivando su mirada.
Bueno, eso no le decía mucho realmente pero no presionaría al respecto.
—Soy Min Jungkook, el hermano menor del alfa Min Yoongi —se presentó manteniendo la distancia, aunque lo único que quería en ese momento era que el contrario lo envolviera en sus brazos o envolver los suyos en él, el orden no importaba mientras estuvieran sus cuerpos juntos.
—Yugyeom... —murmuró.
—Soy un omega —agregó Jungkook.
—Lo sé... Soy un alfa... —susurró casi como si estuviera avergonzado de ello. Bajó su cabeza y contempló el suelo.
Cuando Yugyeom volvió a alzar su cabeza, encontró que Jungkook había acortado la distancia entre ellos con unos cuantos pasos.
—No quiero presionarte pero... ¿Por qué siento que eso te molesta? —preguntó inclinando ligeramente su cabeza.
—Ugh... Yo... Soy malo socializando... —murmuró observando el suelo nuevamente—. No me gusta estar entre las personas, odio conocer a gente nueva y no... Me gusta salir mucho —expresó—. Mi hermano dijo que así no se comportan los alfas.
—Pues tu hermano es un idiota —exclamó Jungkook, arrugando su nariz.
Yugyeom negó con su cabeza.
—No porque seas un alfa significa que debes de comportarte de tal manera, todos somos diferente —declaró seguro el omega.
—Lo dices solo porque somos pareja —murmuró con un adorable sonrojo.
—Yo soy un omega y no soy todo adorable, sumiso y buen cocinero como Jimin —sonrió—. Mi propio hermano es un alfa pero fue todo paz y amor hasta que conoció a su pareja y encontró que no estaba viviendo en las mejores condiciones.
—¿Quién es Jimin? —pregunto curioso, un poco más relajado ante la fácil charla que estaba llevando el hombre frente a él.
—Es la pareja de Yoongi. Taehyung es su hermano y él también es un alfa pero es un miedoso de primera y nunca se calla, lo cual no es malo pero si algo irritante —comentó alegre—. Ves, no todos tenemos que actuar de cierta forma solo por lo que somos, no escuches a tu tonto hermano.
—Gracias —murmuró.
—De nada —dijo satisfecho y observó a su alrededor—. ¿Qué estabas haciendo antes de que interrumpiera a lo loco?
—Estaba instalando unas cámaras —respondió—. Y descargando un sistema de seguridad —señaló la computadora portátil sobre el escritorio.
—Cool, a mí me sacaron de la cama para revisar si lo que haces está bien pero realmente no tengo idea de esto —rió y el alfa lo observó casi embobado—. Le dije a Hoseok, la pareja de Taehyung, que el que me guste jugar videojuegos no significa que esté entendiendo de estas cosas, pero obviamente no me escuchó —resopló.
—¿Qué clase de videojuegos? —pregunto interesado Yugyeom.
—Juego de todo tipos, pero últimamente me he vuelto adicto a uno —sonríe—. Cuando termines aquí te lo puedo mostrar, lo tengo también en mi celular.
Asintiendo con su cabeza, Yugyeom siguió con lo suyo bajo los atentos ojos de cierto omega que revoloteaba a su alrededor ofreciendo su ayuda.
Eso era... Tierno.
Su pareja era tierna... Y él tenía una pareja.
Woow... Realmente no había esperado aquello cuando había aceptado el pedido de Jackson.
En un principio fue algo raro, pero al alfa realmente no le molestaba para nada la presencia del atractivo hombre y eso que con suerte soportaba estar alrededor de sus hermanos y la familia de uno de estos.
Pero eso tal vez tenía que ver el hecho de que le criticaran por cómo era a pesar de ser un alfa, siendo que aquello no era su culpa.
"Tu hermano es un idiota"
Aquellas palabras penetraron en sus malos recuerdos.
Observando al radiante omega, una esquina de los labios de Yugyeom se alzó en una pequeña sonrisa antes de seguir con su trabajo.
Entrando en la cocina, Taehyung buscó en el mueble el tarro de galletas que su hermano había preparado el día anterior.
El pequeño erizo frunció el ceño cuando no encontró nada, no importaba cuántas puertas del mueble abrió y seguido cerró.
¡Sus galletas con chispitas de chocolate no estaban!
—¿Qué busca mi pequeño alfita? —pregunto Hoseok al entrar en la cocina.
—Hola —pronunció con una pequeña sonrisa ante el apodo.
Aunque en algún momento lo encontró vergonzoso... Tenía que admitir que en verdad le gustaba.
—Jiminnie dejó galletas ayer pero no las puedo encontrar —explicó orgulloso de que su instinto ya no le pidiera huir cada vez que el beta se acercaba o le hablaba.
Y Hoseok también se percató del pequeño progreso de su pareja.
—¿Te las habrás comido todas, bebé? —preguntó suavemente.
—No —frunció sus labios—. Me comí unas pocas esta mañana y volví a guardar el frasco —cruzó los brazos sobre su pecho.
—Lamento decirte esto mi pequeño alfita, pero eso solo significa que Jungkook secuestró tus galletas para él solo —pronunció divertido, acercándose más a su pareja.
—¿Qué se supone que vamos a hacer ahora? —preguntó frunciendo el ceño—. Parece que Jimin y Yoongi no van a llegar hoy y ya es la hora de la cena —exclamó con un puchero—. Tengo hambre —se quejó.
—Siempre podemos cocinar nosotros —se encogió de hombros, tentado a besar ese adorable puchero.
—No sé cocinar, Minnie siempre se encargó de ello porque era bueno —confesó un tanto sonrojado—. Una vez intentó enseñarme y casi terminé incendiando la cocina —rió contagiando al beta con su dulce alegría tímida.
—Yo tampoco soy un gran cocinero como Jimin, pero sé lo básico —confesó.
—¿Y qué es lo básico? —pregunto curioso el contrario.
—Carne, esas sopas instantáneas, mis famosos espaguetis con salsa y por supuesto, un sándwich —enumeró con orgullo.
—Bueno, eso definitivamente es más de lo que yo sé hacer —asintió con seriedad, apenas reteniendo su sonrisa divertida.
—O podríamos pedir comida y ver una película, ¿aquí también hay locales de comida rápida, no? —pregunto inseguro, recordando lo mal que lo estaba pasando el pueblo en ese momento.
—En las tiendas de conveniencia siempre hay comida para llegar y calentar, y creo que hay una pizzería pero atiende sólo hasta las ocho y no entregan a domicilio —recordó.
—Son las siete —dijo el beta luego de revisar la hora en su reloj de pulsera—. Bueno, ¿qué me dices? ¿Comida para calentar o pizza?
—Uhm... Creo que me gustaría verte cocinar tus deliciosos espaguetis —respondió con algo de timidez.
—Lo que mi alfita quiera —asintió y se deslizó por la cocina comenzado a buscar lo que necesitaría.
Sentado en el banquillo frente a la pequeña isla, Taehyung observaba en silencio a Hoseok.
—Puedes buscar una película para ver si quieres, bebé.
—¿Puedo ayudar en algo? —pregunto casi tímidamente cuando se percató de que realmente no quería alejarse del beta.
Aun mostrándole su espalda, Hoseok sonrió de forma triunfal.
—En el congelador está la carne, puedes sacarla y descongelarla mientras empiezo a preparar la salsa.
—Puedo hacer eso —asintió satisfecho por su tarea mientras se levantaba y seguía las instrucciones dadas.
En un agradable silencio, Taehyung se mantuvo al lado del shifter águila mientras este cocinaba, ayudándole al pasarle algunos ingredientes o hasta utensilios.
Y mientras estaban juntos, el corazoncito de Tae estaba rebosando de felicidad al ver que la espera, los intentos y la paciencia realmente habían brindado sus frutos.
Ya no temía estar al lado de Hoseok, aquel instinto que le pedía huir casi parecía ser que se había apagado.
Ahora si podría hablar cómodamente con su pareja sin intentar huir a los diez o cinco segundos de conversación.
—Me pasas tres platos, bebé —pidió Hoseok al terminar.
—Claro —respondió alejándose en su búsqueda.
—Vamos a dejarle uno a Jungkook para que no llores después —se burló provocando la risa del pequeño hombre.
—¿Lo voy a buscar?
Hoseok negó—. Ya cuando le dé hambre bajará de nuevo —aseguró.
—Es extraño, desde que llegó de la oficina que se encerró en su habitación —dijo pensativamente el pequeño alfa—. ¿Le habrá pasado algo?
—No lo creo, recuerda que se ha obsesionado con ese tonto juego nuevamente.
—Pero es bueno, realmente —defendió suavemente Tae—. Me dejó jugar un poco ayer y me explicó cómo era, fue divertido.
—Siempre que se trate de juegos y pasar tiempo, Jungkook es el hombre correcto —sonrió—. No lo conozco mucho personalmente, pero según lo que me ha contado Yoongi de él, se le puede confiar eso al chico.
—Fue entretenido, nunca jugué en otra cosa que no fuera en mi celular o mis juguetes de erizo —sonrió mientras tomaba su plato—. Te espero en la sala, buscaré una película.
Asintiendo con su cabeza, Hoseok le sonrió mientras se servía su plato de comida y pensaba en las palabras del pequeño erizo.
Tal vez podría regalarle una de esas cosas que usaba Jungkook para que tuviera su propio videojuego en el cual jugar.
Sí. Asintió satisfecho, mañana hablaría con el joven omega al respecto.
Si Taehyung se quedaba a su lado, el beta se aseguraría de que nunca le faltara nada a su pequeño, así fuera un simple juego o hasta una prenda de ropa.
Cualquier cosa que su alfita quisiera.
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