Capítulo 19🍁
Yoongi despertó e inmediatamente una sonrisa creció en su rostro al contemplar el dormido rostro de su pareja descansar sobre su pecho.
El pequeño omega suspiró y restregó su abultada mejilla en su pecho, pero siguió descansando tranquilamente.
Con ternura, el alfa alzó su mano y con su dedo índice corrió los castaños cabellos que intentaban ocultar aquel hermoso rostro.
Por fin era suyo.
Jimin era finalmente su pareja.
La alegría que sentía realmente no podía compararla con ningún otro momento en su vida. Aquel vacío que ni siquiera sabía que había existido dentro de él ahora estaba lleno y todo por una sola personita.
Acariciando las facciones dulces de Jimin, este arrugó su pequeña nariz e hizo un pequeño puchero con sus abultados labios. Restregó otra vez su rostro en el desnudo pecho de su alfa y alzó su pierna para rodear la cintura de Yoongi bajo las sábanas.
Riendo bajo, el shifter león inclinó su cabeza hacia abajo y plantó un dulce beso en la frente de su pareja.
—Quiero dormir... —se quejó el pequeño erizo con voz perezosa, esta vez sacándole una verdadera carcajada al alfa.
—Está bien pequeño, duerme un poco más —sonrió acariciando la desnuda piel.
Subió y bajó a lo largo de la pequeña espalda, dejando reposar su mano un momento en los perfectos glúteos de su pareja, donde por un segundo la tentación le ganó y bajó un poco más, acariciando tentativamente aquel pequeño agujero.
El pequeño cuerpo sobre él bufó.
Quejándose, Jimin apoyó sus manos sobre el pecho de su alfa y se sentó a horcajadas en la cintura de su pareja. Mordió su labio inferior cuando sintió aquella erección chocar directamente contra su trasero y no su pierna, que había estado apuñalando.
—Eres un mal alfa que no deja dormir a su omega —se quejó con un puchero.
Yoongi sonrió y contempló con deleite el cuerpo de su pareja, un sentimiento posesivo nació en él al observar las marcas que había dejado en la dulce piel de su pequeño omega.
Entonces, llegó a la cintura, donde valientemente la erección de su pareja chocaba con su vientre, rogando por atención.
La sonrisa de su alfa se borró de un segundo a otro que confundió y asustó a Jimin.
—¿Yoongi? ¿Qué pasa? —pronunció asustado.
—Soy una mala pareja —respondió con voz dura el contrario.
—¿Qué? —exclamó sin comprender el repentino cambio.
—Lo siento, Jimin.
—Yoongi... ¿Qué sucede? —insistió, de pronto sintiendo la necesidad de cubrir su desnudo cuerpo.
Dejando de apoyar las manos en el fuerte pecho, Jimin intentó deslizarse fuera del cuerpo de su pareja pero este se lo impidió atrapando sus manos y volviéndolas a colocar donde estaban antes.
Siguiendo la mirada del león, el omega observó su propio cuerpo hasta que llegó a su cintura, donde su piel estaba marcada con un hematoma similar a la forma de una mano.
Abrió su boca formando una perfecta o al comprender por qué se disculpaba su pareja.
—Fui demasiado bruto, debí de ir despacio en nuestra primera vez juntos —se quejó consigo mismo el alfa—. De seguro ahora te debe doler todo.
Bueno, su cuerpo si le dolía, en especial su trasero pero ese dolor parecía ser correcto.
Inclinándose hacia adelante, posó sus labios sobre los de su león en un tierno beso. Lo repitió varias veces hasta que finalmente, logró que Yoongi se relajara.
—Todo fue perfecto —murmuró ocultándose en el cuello del rubio—. Desde el momento en que cruzamos la puerta, cuando calmaste mis preocupaciones y cuando me trajiste a la cama —aseguró.
—Pero...
—Los dos lo queríamos, nuestros animales lo necesitaban... Esperamos mucho y ambos lo sabemos —susurró—. Me encantó la forma en la que fue todo así que por favor no te arrepientas de haberme... Reclamado —pronunció algo intranquilo.
—No —gruñó Yoongi, rodeándolo fuertemente con sus brazos—. Eso nunca, tú eres mío y yo soy tuyo. Así lo deseó el destino y así lo quisimos nosotros —anuncio rápidamente calmando cualquier duda que él había plantado con sus palabras—. Lo siento, solo sentí que te falle al ver aquel hematoma que yo mismo te deje.
—Bueno, ya quedamos en que yo también lo disfrute así que, olvídalo ¿bien? —murmuró Jimin y un gemido de dolor escapó de sus labios al volver a sentarse sobre su pareja—. Estoy bien, es dolor del bueno —pronunció ante la mirada de su alfa.
Y contemplando fijamente a su pequeño erizo, Yoongi sonrió.
—¿Sabes? Ahora mismo me estoy preguntando dónde está esa pequeña cosita que se asustaba de todo y huía de mí.
Los rellenos mofletes de Jimin se pintaron de un intenso rojo.
—Ahora que recuerdo, anoche toda esa timidez se evaporó en el instante en que te quitaste la ropa —sonríe malvado—. Incluso te volviste una pequeña cosita sexy y mandona.
—¡Yah! ¡Alfa malo! —chillo avergonzado, volviendo a esconderse en el cuello de su pareja.
Yoongi rió volviendo a rodear el pequeño cuerpo con sus brazos.
—Tenías razón, para ser tu primera vez parece que realmente conocías la dinámica... Me pregunto cómo —pregunto curioso—. ¿Qué? —pronunció al no escuchar el susurro de su pareja.
—Tengo una librería, tengo tiempo y muchos libros para leer —respondió avergonzado—. He leído varias cosas interesantes a decir verdad.
—Ahora entiendo por qué dicen que los calladitos son los más peligrosos —rió—. ¿Dime, trajiste tus juguetes? —preguntó.
—No, ¿por qué traería mis juguetes de erizo? —preguntó confundido el pequeño omega.
—¿Y quién habla de esos juguetes? —respondió sonriente.
El rostro del pequeño erizo ardió al comprender a qué juguetes se refería su pareja.
—No es lo que piensas... Solo los usos para mi celo —se excusó queriendo que la tierra se lo tragara.
—Uhm, bueno... Ahora yo estoy para tus celos así que ellos no van a ser necesarios a menos que me dejes utilizarlos para jugar con ellos en ti —ideó bastante interesado al respecto.
Había fantaseado con ello desde que los había descubierto.
—Podría ser —murmuró Jimin—. Pero cómo sabes de ellos si estaban ocultos en mi... ¿Fue cuando me ayudaste a guardar mis cosas mientras yo guardaba las de mi hermano, no? —pregunto al recordar la gran sonrisa de su alfa.
—Culpable —rió—. Ahora realmente tengo curiosidad sobre las cosas que has leído también —bromeó.
—Algún día te contaré —murmuró todavía sintiendo no sólo su propia erección entre sus cuerpos, sino que también la de su alfa.
—Vamos —anunció Yoongi.
Sentándose en la cama aún con el cuerpo de su omega sobre el suyo, arrastró sus piernas al borde del colchón y se levantó.
—¿A dónde? —pregunto Jimin mientras rodeaba con sus piernas y brazos el cuerpo del alfa.
—Un baño —respondió saliendo de la habitación.
Abriendo la puerta que estaba al lado, encontró la habitación de Taehyung.
—Es la otra puerta —rió el omega—. La que está al final del pasillo.
Cerrando la puerta, el shifter león siguió las indicaciones de su pareja y ronroneo a gusto cuando contempló una bañera perfecta para los dos.
—Me gusta eso que haces —pronunció Jimin acariciando el pecho vibrante con una de sus pequeñas manos.
—Me gusta que te guste —respondió inclinándose sin soltar a su pareja para llenar la bañera.
Cuando la bañera tuvo suficiente agua, con cuidado, Yoongi metió a ambos en el interior. Acomodando a Jimin para que este recargara su pequeña espalda en su pecho.
—Dios... Esto se siente bien —gimió el omega cuando sus adoloridos músculos se relajaron con el agua caliente, pero no lo suficiente como para quemarlo.
Entrelazando sus dedos bajo el agua, Jimin recargó su cabeza en el hombro de su alfa, cerró sus ojos y se relajó completamente.
Cuando las fuertes manos de su pareja comenzaron a acariciar con ternura su cuerpo, soltó un suspiro de gozo volviéndose completamente una masita moldeable.
Con el pequeño cuerpo totalmente relajado sobre él, Yoongi siguió con su recorrido. Masajeando suavemente los músculos de los brazos, torso y preciosos muslos.
Cuando sus manos comenzaron a acariciar y jugar con los pequeños y erectos pezones, el omega arqueó un poco su espalda e inclinó su cabeza hacia un lado, revelando la marca de mordedura ya casi curada.
Bajando su cabeza, Yoongi plantó suaves besos alrededor que arrancaban suspiritos agitados de su pequeño omega.
—Yoonie~... —gimió Jimin cuando aquellas manos lentamente se trasladaron hacia su entrepierna en un lento recorrido.
—Shhh, bebé... Te tengo —murmuró contra su oído—. Abre más tus dulces piernas para mí, pequeño.
Obedeciendo, Jimin abrió más sus piernas y las colocó sobre las de su pareja, deslizándose un poco más bajo el agua.
Con una mano rodeó la dulce erección de su omega, comenzando a subir y bajar mientras con la otra libre, tanteaba el agujero maltratado por su noche de pasión salvaje.
El pequeño castaño mordió su labio inferior y observó el agua agitándose levemente ante los movimientos de manos de su alfa.
Colocando sus manos en el borde de la tina, lentamente comenzó a impulsar sus caderas cuando dos dedos estuvieron en su interior.
Ver las sacudidas de su pequeño, escuchar sus lamentos y llamados eran una obra de arte a los ojos de Min Yoongi.
Su propia erección dolía un inferior al solo contemplar aquella obra. Quería salvajemente empujar el pequeño cuerpo hacia adelante y apoyarlo contra la tina para embestir apasionadamente el interior de su pareja.
Pero no era momento de eso. Esa pasión salvaje y cruda la había obtenido la noche anterior, en ese momento se trataba de ser suave y delicado con su pequeño, lo que se merecía luego de su primera vez.
—Yoongi... Cerca —gimoteó y el alfa supo que no podía seguir jugando.
Jimin soltó un sollozo frustrado cuando su pareja detuvo el movimiento de sus manos y apretó su duro pene, pero aquellos dedos dentro de él siguieron jugando y torturándolo con placer auténtico.
—Yoonie... ¿Por qué...? —jadeó buscando liberar su placer.
—Shh, pequeño —susurró enderezándolo y dándole media vuelta para tenerle de frente—. Te tengo...
Agarrándolo de las caderas esta vez con cuidado, lentamente comenzó a bajar el pequeño cuerpo.
El castaño omega gimoteó cuando aquella hermosa y dura erección se deslizó fuera. Ansiando ser llenado, llevó una de sus pequeñas manos hacia atrás y la sostuvo firme mientras su alfa lo volvía a empujar hacia abajo con lentitud.
Cuando Jimin estuvo completamente sentado, ambos soltaron una exhalación temblorosa pero llena de placer.
—Ve a tu ritmo pequeño, hoy solo se trata de ti —prometió inclinándose para besar la punta de la nariz de su omega.
Jimin negó suavemente con su cabeza y tomó las manos de su alfa entrelazando sus dedos mientras las apoyaba en el pecho de este.
—Hoy se trata de los dos —corrigió y comenzó a mover sus caderas de adelante hacia atrás antes de comenzar con pequeños brincos que agitaban el agua ya tibia.
Mordiendo su labio inferior, Yoongi contempló con adoración las pequeñas muecas, gestos y ruidos de su omega mientras este seguía buscando su placer.
Necesitando más, Jimin se enderezó y abrió su boca en un grito silencioso cuando esa posición tocó su punto dulce perfectamente.
Casi de forma descontrolada, siguió saltando, golpeando aquel punto una y otra vez mientras el agua se rebalsaba fuera de la tina como si el mar en plena tormenta se tratase.
—Jimin, bebé —gimió Yoongi mientras sus manos comenzaron a vagar otra vez por el cuerpo de su omega, tocándolo con amor y ternura.
Cuando comenzó a jugar con el miembro de su pequeño, eso fue todo para Jimin.
Con un gritito agudo, el pequeño castaño arqueó su espalda mientras liberaba hasta lo último.
Agitado y cansado, se dejó caer hacia adelante, ocultando su rostro en el cuello de su pareja.
—Pequeño... —jadeó Yoongi.
Sintiendo la dura erección palpitante en su interior, Jimin se esforzó un poco más y reiteró sus saltos para ayudar a su hombre a encontrar el placer también.
—Muévete también, Yoonie —pidió en un murmullo cansado, volviendo a caer contra él—. Estoy cansado —se quejó.
Obedeciendo, el alfa agitó sus caderas un poco más antes de estallar en el interior de su pareja.
—¡Jimin! —jadeó rodeándolo entre sus brazos con fuerza.
Con sus respiraciones agitadas, ambos se quedaron así, abrazados con fuerza mientras el nudo del alfa aparecía.
Incorporándose levemente, el pequeño omega besó los labios de su león, siendo inmediatamente correspondido.
—Hicimos un completo desastre —murmuró echando una mirada a su alrededor antes de volver a apoyar su cabeza en el hombro del alfa.
—Somos un desastre —respondió satisfecho, saliendo suavemente del interior de su pareja una vez el nudo bajo.
—Es real... —susurró sorprendido el pequeño omega.
Enderezándose, contempló con fascinación el dibujo, acariciando el pecho de su compañero.
Justo sobre el corazón, estaba el tatuaje de un hermoso león y un pequeño erizo, y, sobre ellos, estaba el signo del infinito.
—Por supuesto que es real —pronunció el alfa, contemplando el mismo tatuaje pero en el pecho de su omega—. Estábamos destinados a estar juntos, pequeño.
—Te quiero mucho —pronunció con una sonrisa de ojos.
—Yo igual bebé. A ti, y a los que podría haber pronto —pronunció colocando una mano sobre el vientre de su pareja—. Se supone que en la primera vez no debe haber barrera entre nosotros, pero ahora no nos cuidamos —observó.
—A pesar de ser un omega las posibilidades no son muchas, ya que no estoy en celo y tú tampoco —murmuró y apoyó su mano sobre la de su alfa—. Pero si lo llego a estar, lo esperaré ansiosamente a pesar de no haber pensado en ello hasta ahora —confesó.
—¿En serio estás bien con ello? —preguntó con cuidado, pero emocionado con la idea.
—Sip —asintió besándolo castamente—. ¿No tienes que ir a hacer tus cosas de alfa?
—Hoy no, tengo que cuidar de mi pequeño erizo —anunció con una sonrisa—. Mi segundo al mando se encargará de todo.
El pequeño cuerpo del omega tembló emocionado al pensar que estaría todo el día con su pareja.
—Vamos, cambiemos el agua y bañémonos de verdad esta vez —rió Yoongi, acompañado de su pequeña pareja.
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