Capítulo 12🍁
Jimin contempló la habitación que su pareja le había concedido a su hermano y a él.
Seguro que era una habitación tan normal como la que había en su casa o en cualquier otra, pero la rapidez con la que los tres hombres habían acomodado una segunda cama y aun así lograr mantener el espacio amplio para los dos había sido sorprendente.
Claro que eso también podría explicarse debido a que la mayoría de sus pertenencias no estaban en esa habitación, y lo sabía porque lo más importante para él, su ruedita donde corría hasta el cansancio, no estaba.
Y algo le decía que Yoongi tenía mucho que ver en ello desde que él se había encargado de subir todas sus cosas el día anterior.
Pero estaba bien, aunque no lo dijera en voz alta, le gustaba saber que su alfa lo quería con él en su habitación.
Ese era un sentimiento que los dos compartían realmente pero...
Taehyung no había despertado desde el día anterior que lo había obligado a cambiar. Ni siquiera había despertado luego de cambiar a un humano nuevamente en medio de la noche, y eso le tenía nervioso.
Acercándose a la cama del pequeño alfa, mordió su labio inferior con preocupación antes de decidir llamar a Namjoon.
—¿Cómo está Taehyung? —preguntó el beta yendo directo al punto a penas contestó.
—Desde que lo hice cambiar ayer que no despierta —contestó preocupado.
—¿Pero ya cambió o sigue manteniéndose en su pequeña forma? —indagó.
—Cambió anoche —Namjoon suspiro y Jimin no supo si era uno bueno o malo.
—Estoy viajando para allá —informó solo empeorando la preocupación del pequeño omega.
—¿No está bien? —pregunto con un posible tono agudo que no admitiría.
—Que haya vuelto a ser un humano me dice que lo peor se ha ido, pero que se mantenga durmiendo me molesta —contestó sincero—. Puede ser nada realmente, pero aun así iré y le echaré un vistazo.
—Gracias —susurró contemplando a su hermano.
—Está bien, estaré en su casa en media hora —informó y cortó antes de que Jimin pudiera darle la noticia.
Torciendo sus labios, decidió que bien podría decirle una vez que estuviera en Busan, no queriendo aguantar un interrogatorio siendo aún tan temprano.
Corriendo las mantas más arriba, Jimin volvió a su cama solo para apoyar la cabeza contra la almohada y contemplar el techo.
Ya no podía seguir durmiendo.
Su erizo se estaba volviendo ansioso no solo por la condición de su hermano, sino que por estar bajo el mismo techo de dos desconocidos depredadores.
Sin importar que uno era un omega bastante adicto a los videojuegos y el otro un beta que le provocaba más miedo que nada, en especial cuando se mantenía todo serio que era la única expresión que le había mostrado hasta el momento.
Moviendo nerviosamente sus pequeños pies bajo las mantas, sabía que el único que lograría calmar su estado tan ansioso sería su alfa, quien estaba al final del pasillo.
Quería verlo.
Pero eso significaría tener que cruzar el pasillo y tal vez encontrarse con los otros shifters en el proceso, eso no ayudó para nada a su nerviosismo. Pero el pensamiento de tener los brazos de Yoongi a su alrededor en verdad sí lo hizo.
Volviendo a sentarse, tomó su teléfono móvil entre sus manos por si Namjoon lo llamaba y se colocó sus lentes antes de sacar sus piernas de la cama, colocándose sus pantuflas.
Al caminar, hizo una mueca al producir un sonido en tan suave silencio que había en toda la casa.
Quitándoselas, un escalofrío recorrió todo su pequeño cuerpo cuando la planta de sus pies desnudos tocó la fría madera del suelo, pero al menos ya no producía tanto sonido al caminar por lo que prosiguió.
Saliendo al pasillo, Jimin observó dos puertas más antes de llegar a la habitación de su alfa, teniendo que pasar incluso frente a las escaleras.
Mordiendo su labio inferior, el pequeño erizo simplemente comenzó a caminar abrazándose a sí mismo por la fría temperatura de la casa, y estar descalzo no ayudaba precisamente mucho.
Cuando por fin estuvo frente a la puerta de su pareja, comenzó a dudar, pero al escuchar otra puerta abrirse entró en pánico y simplemente entró para ser atrapado inmediatamente por unos fuertes brazos ya conocidos que asustaron el infierno fuera de él.
—Tonto, idiota, tonto —chillo el pequeño castaño apenas conteniendo su grito de horror.
—No fue mi intención asustarte pero temía que volvieras a tu habitación —respondió y frunció el ceño—. Tu cuerpo está temblando, ¿realmente te asusté tanto? —pregunto preocupado.
—No —negó el omega, apoyando su relleno moflete contra el cálido pecho del contrario—. Tu casa es realmente helada para mí, y salir descalzo solo lo empeoró sin razón, ya que aparentemente me has escuchado igual —refunfuño.
—No es tu culpa —respondió tomando fácilmente el pequeño cuerpo entre sus brazos, volviendo a dirigirse a su cama—. Saber que estás durmiendo a solo dos puertas de mí colocó a mi león algo ansioso, y estando tan alerta con esto de los tres idiotas Kim me desperté apenas abriste la puerta de tu habitación —explicó dejándolo delicadamente sobre el colchón.
Cuando el alfa se recostó a su lado y subió las mantas, Jimin inmediatamente se apegó al gran cuerpo en busca de calor.
Yoongi soltó una maldición entre dientes al sentir los pequeños pies helados entre sus piernas, rápidamente atrajo más a su omega hasta que su delgado cuerpo estuvo prácticamente encima de él con sus brazos rodeándolo.
—¿Y cómo sabías que era yo? —preguntó Jimin, quitándose sus lentes los dejó sobre la pequeña mesita al lado de la cama antes de volver a esconder su rostro en el cuello del león, sorprendiéndose de lo cálido que era el contrario.
Lentamente, aquella ansiedad fue dejando su cuerpo mientras el alfa comenzaba a acariciar su espalda.
—No lo sabía, pero tenía las esperanzas —admitió—. Incluso yo hubiera salido e invadido tu habitación si tan solo no supiera que eso asustaría a tu hermano una vez despertara —reconoció—. Por lo que me alegra que estés aquí —besó su sien.
—Y a mí —susurro el omega—. Estar contigo simplemente se siente tan bien y correcto —reveló con sinceridad, emocionando a Yoongi con sus palabras.
Todo ese temor inicial hacia su pareja prácticamente ya había desaparecido, y en vez de querer alejarse de su alfa, lo único que quería este pequeño erizo era estar a su lado, entre sus brazos.
Removiéndose sobre el gran cuerpo, Jimin retuvo el aliento al sentir cierta dureza contra su cuerpo.
—Yoongi... —dijo en una lenta exhalación.
—Lo siento, te sientes tan bien que simplemente mi cuerpo no pudo evitar reaccionar —confeso para nada avergonzado de su erección.
—Ugh... No digas eso —gimió ocultando su rostro totalmente en el cuello del contrario.
—Es la verdad, pero no te preocupes —aseguró—. No haremos nada hasta que no estés listo —prometió como si no fuera la cosa más dura que había tenido que hacer.
Afortunadamente para él, no era el único que estaba luchando con la tentación.
Cuando unas palabras fueron murmuradas contra su cuello, arqueó una ceja al no comprender.
—No te entiendo así, pequeño.
Saliendo de su escondite, Jimin apoyó sus manos en el firme pecho del alfa para poder observarlo bien.
—Tú... Ugh... Tú serías mi primero —confesó con un adorable sonrojo, por primera vez odiando que su visión fuera mala de lejos y no de cerca—. No sonrías así —se quejó con un tierno puchero.
—Lo siento, pero para mi posesivo león es bueno por no decir una excelente noticia que seré tu primero y último —ronroneo otra vez con aquella sexy sonrisa salvaje—. Mm... Y parece que no soy el único emocionado con la idea.
Jimin soltó un pequeño chillido avergonzado cuando su miembro se endureció ante una excitante imagen de los dos desnudos en la cama.
Rápidamente volvió a esconderse en el cuello de su pareja y retuvo el aliento cuando las grandes manos recorrieron su cintura hacia abajo, apoderándose de cada glúteo redondito.
—Realmente no tenía pensado esto cuando decidí venir a tu habitación —murmuró el omega, sintiendo un extraño cosquilleo en su vientre.
Al escucharlo, Yoongi carraspeó y volvió a subir sus manos.
—Lo siento, cada vez me es más difícil controlar la atracción que siento por ti —dijo sinceramente, regañandose internamente.
—¿En serio? —pregunto Jimin saliendo de su escondite nuevamente.
—Eres una cosita dulce y sexy, créeme cuando te digo que realmente me es un doloroso esfuerzo controlarme cuando te tengo entre mis brazos —prometió. Y para reforzar sus palabras, empujó suavemente su erección contra su pequeño erizo.
Jimin relamió sus labios, tentando aún más al alfa quien soltó un pequeño gemidito que realmente hizo sentir poderoso al erizo por primera vez en su vida.
Sacando su pequeña y rosada lengua, lamió tímidamente el labio inferior del alfa, sabiendo perfectamente qué consecuencias traería su atrevido movimiento.
Pero no importaba, Jimin... Lo deseaba.
—Pero que cosita más malvada tengo entre mis brazos —gruño Yoongi, y esa fue toda la advertencia de Jimin antes de que su boca fuera abordada.
Este beso no fue para nada como el que había recibido en la cocina de su casa, este fue apasionado, fogoso y dominantemente caliente.
Cuando las grandes manos volvieron a apoderarse del redondeado trasero del omega, su gemido sorprendido fue prácticamente devorado en la hambrienta boca del león, quien no parecía tener suficiente de su sabor y seguía invadiendo su interior bucal, jugando y dominando.
Abriendo sus muslos para quedar a horcajadas sobre su pareja, Jimin hizo que sus duras erecciones quedaran directamente presionadas entre sí.
Ambos jadearon y comenzaron casi desesperadamente a restregarse en el otro sin más restricciones, deseando aquel anhelado orgasmo.
—Eres una cosita pervertida —ronroneo Yoongi, y esta vez realmente lo hizo.
Su pecho vibró suavemente, fue como si un gran gato estuviera ronroneando.
—Hazlo otra vez —pidió encantado, presionando sus pequeñas manos en el pecho del alfa, sin dejar de mover sus caderas de adelante hacia atrás.
Riendo, el león fácilmente siguió el pedido de su pequeño erizo y ronroneo otra vez antes de soltar un glúteo burbuja del omega para colocar su mano en la nuca de Jimin y así, atraerlo para otro beso.
Cuando su vientre bajo comenzó a tener un ligero cosquilleo, Jimin explotó sin más avisos. Cerrando sus ojos juntó sus cejas levemente y gimió bajito, mordiendo su labio inferior.
Y observando el bello rostro del pequeño castaño en medio del éxtasis, Yoongi simplemente no lo retuvo más y llegó al igual que su pareja.
Ahora, si tan solo el pantalón pijama de cada uno no hubiera estado estorbando entre los dos, todo hubiera sido perfecto.
Pero, Yoongi molesta creía que se hubiera podido controlar de no ir más lejos de ser así.
Derrumbándose sobre el pecho del alfa, Jimin soltó un pequeño suspiro satisfecho e ignoró el desastre que cada uno había hecho en sus pantalones.
—¿Sigues teniendo frío?
Una suave risa brotó instantáneamente de los labios del pequeño erizo ante las palabras del contrario.
—Nop, de hecho tengo hasta algo de calor —bromeó restregando su mejilla en el pecho de Yoongi.
Riendo, el alfa golpeó suavemente el perfecto trasero de burbuja de su omega.
—Vamos, tenemos que sacarnos estos pantalones y limpiarnos —instruyó y Jimin gimió en forma de queja.
—No quiero —refunfuño.
—Vamos pequeño, después será un infierno de incómodo —advirtió.
—No quiero salir así —volvió a negar amando la sensación de su cuerpo completamente relajado contra su pareja.
—Entonces es realmente bueno que mi habitación tenga su propio baño, ¿no? —pronunció juguetón.
—Me dará frío otra vez —se quejó.
—Pero qué pequeña cosita mimosa —rio alegre Yoongi, viendo otra parte de su pareja.
Volteando a Jimin sobre su espalda, lleno de sonoros besos su rostro, causando una tierna carcajada en el de menor estatura antes de alejarse.
—No soy una cosita mimosa, ni pervertida, ni malvada —refunfuño divertido, recordando como lo había llamado.
—Yo sé que sí —canturreo el shifter león, levantándose de la cama—. Solo tomará un tiempo que salgas de tu caparazón totalmente conmigo —aseguró dirigiéndose a su baño.
Jimin frunció levemente el ceño ante la seguridad en las palabras del alfa, sin entender cómo es que sabía aquello.
Recordando la sonrisa de su pareja al guardar sus cosas, distintos tonos de rojo pasaron por su rostro al comprender.
—Eso no es justo —refunfuño e hizo una mueca cuando su húmedo pantalón comenzó a molestarle—. Tomaste mis libros —acusó.
Alzando sus caderas, se sacó su pantalón de pijama agradeciendo no dormir con bóxer e intentó limpiarse un poco con estos mismos, de todas formas ya estaban sucios.
—Esto te ayudará mejor —pronunció Yoongi volviendo con una toalla húmeda en su mano—. Yo solo tomé todo lo que podrías necesitar para no volver, y tus libros bastante interesantes tenían que ser incluidos —se excusó.
Recibiendo la toalla, el pequeño castaño no pudo evitar echarle una miradita a la entrepierna de su alfa.
—¿Y no eres una cosita pervertida? —rió alejándose para volver a colocarse ropa interior.
—Como si tú no hubieras hecho exactamente lo mismo —bufó sonrojado.
Limpiándose con la húmeda toalla, se esforzó por dejar de lado la torpe vergüenza porque después de todo, estaba junto a su alfa y no debería de sentirla.
No tenía sentido estar avergonzado cuando pronto se estarían conociendo mucho mejor y en todo sentido.
Dándole la razón a su pequeño, Yoongi volvió al lado de él y le entregó un bóxer perteneciente a él que había sacado de su mochila.
—Sabía que me faltaban cosas —acusó, pero desde que el omega tenía una pequeña sonrisa de labios solo se encogió de hombros.
Tomando la toalla y el pantalón sucio, el alfa lo llevó al baño donde estaba su ropa sucia y rápidamente volvió a su cama, acomodándose bajo las mantas nuevamente el pequeño cuerpo de Jimin se acurrucó y aferró a él.
—¿Tu león ya está mejor? —pregunto suavemente.
—De momento —aceptó—. Pero tanto su deseo como el mío es marcarte para que todos sepan que eres nuestro —confesó y acarició la pequeña espalda cuando Jimin se tensó—. Pero, podemos esperar hasta que estés totalmente cómodo tanto con la idea como con nosotros —aseguró.
—Gracias —murmuro cálido por el verdadero cuidado que estaba tomando Yoongi con él—. Es realmente importante para mí que me digas estas palabras.
—No es nada, pequeño —aseguró besando su frente con ternura—. Duerme un poco, aún es demasiado temprano.
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