🌻•Capítulo 67
《🌻》
El sonido de las olas y gaviotas fue lo primero que sus sentidos captaron al comenzar a despertar esa cálida mañana.
Frunció el ceño soltando un bajito quejido, para después bostezar en grande y volver a acurrucarse en ese fuerte y calientito pecho, permitiéndose tomar una profunda calada de su aroma favorito en todo el mundo.
Sin evitarlo, una sonrisa cruzó sus labios sintiéndose en paz.
Decidió cambiar de posición por cuestiones de comodidad, ahora dejando su espalda pegada al pecho ajeno, volviéndolo la cuchara más pequeña. Sin más suspiró tratando de retomar su sueño… pero una muy conocida sensación empezó a apoderarse de su sistema. Frunció el ceño esta vez con un puchero en sus labios y un bajo quejido en protesta, para finalmente abrir ese precioso par de ojos tan azules como el cielo, entrecerrandolos casi al instante por la iluminación natural en la habitación.
No quería levantarse, no, no y no. Estaba demasiado cómodo, muchísimo.
Lloriqueó en silencio dispuesto a levantarse, para después sentir su piel erizarse cuando unos labios se posaron en su nuca y un brazo le rodeó la cintura hasta terminar colocando la mano en su cálido y abultado vientre.
—Alguien despertó muy inquieto… —voz baja, grave y ronca… santo cielo.
El omega se encogió de hombros ante el agradable cosquilleo en su cuello, sintiéndose feliz al sentir un profundo beso en su nuca y unas delicadas caricias en su barriga.
—Buenos días, lucero de mis ojos. —sonrió cuando el par de ojitos hinchados de tanto dormir se giraron a verle. —¿Cómo te sientes? ¿Has dormido bien? ¿Cómo amaneció el omega más hermoso del mundo entero? —hundió sus labios y nariz en la tersa mejilla, depositando múltiples besitos sin alejarse un solo centímetro.
—Dormí muuuy bien. —respondió girando el cuerpo por completo así quedando cara a cara de su guapo alfa. —Buenos días, esposo mío, mío, de mi.
Hoseok rió fascinado acariciándole la mejilla, para después deslizar su mano nuevamente hasta el vientre hinchadito.
—¿Y nuestra manzanita? —deslizó su cuerpo un poco hacia abajo, hasta que su rostro quedó frente a la adorable pancita. Sonrió colocando ambas manos en ella. —Buen día a ti también, bebé… —besó la cálida piel, justo arriba del ombligo que comenzaba a querer saltarse. —Un día menos para conocernos… —acarició en círculos con ternura. —Te amamos.
Cuando deslizó su cuerpo de vuelta hasta quedar frente al rostro de su omega, no se sorprendió de encontrarse con un tierno puchero y unos ojitos azules cristalizados, pues gracias al lazo había sentido lo conmovido que estaba, por lo que simplemente acunó ambas mejillas y besó los abultados labios.
—Yo creo que nunca me acostumbraré a que le hables a nuestro bebito.
—Sabes que amo hacerlo, te lo advertí el día que me diste la noticia. —le dijo dejando caricias en los desordenados cabellos. —Haré esto todos los días, hasta que nazca.
Tae rió bajito con un encantador rubor adornando sus mejillas.
—Y ya tengo tres meses y parece que cada vez me pongo más sensible cuando le hablas.
—Tres preciosos meses… —lo abrazó con infinito cariño. —, no puedo creer lo rápido que pasa el tiempo cuando estoy con los amores de mi vida.
—Parece que fue ayer que llegamos a Hawaii…
—Una luna de miel muy larga. —murmuró restregando su nariz en los suaves cabellos de su omega. —Aunque para mí, todos los días son una luna de miel si estoy a tu lado… así que esta luna de miel terminará hasta que mi corazón se detenga.
—Hobieee…
Hoseok rió bajito y Taehyung le acompañó segundos después, acurrucándose más en el pecho del alfa, quien rascaba dulcemente la nuca de su omega, relajándole casi al instante… pero la piel se le erizó cuando Jung depositó un beso en esa misma área.
—Uh… —se removió con un pronunciado puchero en los labios, así saliendo con mucho pesar de los brazos de su alfa. —Tengo que ir…
El alfa volvió a soltar una risita comprendiendo a lo que se refería, puesto que gracias al embarazo, parecía que la vejiga se le había encogido.
A los segundos vio como su omega salía de la cama llevándose la sábana con él así enredándose en ella porque se hallaba completamente desnudo, gracias a la sesión de amor que tuvieron en la noche.
A Taehyung no es que le avergonzara mostrarse desnudo frente a su alfa, no, ya no era ese chiquillo que conoció hace unos años. Lo que pasaba es que el omega sabía que si Hoseok lo veía desnudo, era capaz de hacerle el amor tantas veces como la noche anterior, y no es que no le gustara, amaba la sesiones mañaneras en la cama con su alfa y no podía negarse ante la más mínima insinuación, era débil ante Hoseok y siempre cedía… pero era su último día en Hawaii y quería salir a disfrutar del lugar por última vez.
Ya harían el amor cuántas veces quisieran cuando regresaran a casa.
Una vez lo vio cerrar la puerta del baño, se dejó caer en la cama, frotando su rostro al mismo tiempo en el que bostezaba y se estiraba. Cerró sus ojos nuevamente, donde unos minutos después escuchó el agua de la ducha comenzar a correr. Se removió en la cama hasta hundirse en el lado donde su omega estaba acostado hace solo unos minutos, sintiendo la tibieza y el dulce aroma a leche y talco que comenzaba a despertar gracias al embarazo.
Se tomó su tiempo para levantarse del colchón, pero no contaba —o quizás sí— que una nauseabunda sensación se instalara en su garganta. Hizo una mueca de desagrado, para entonces ponerse de pie y entrar a pasos rápidos al cuarto de baño donde se dejó caer frente al wc.
Bien, al parecer ese día era su turno de tener los síntomas.
—¿Hoseok? —el omega se asomó desde la ducha moviendo la puerta corrediza de cristal.
Jung solo hizo un movimiento negativo con su mano para que no le tomara importancia, pero otra arcada se hizo presente. Tae hizo una mueca de preocupación, entendiendo al instante a qué se debía el malestar de su alfa. Miró su pequeño vientre abultado, regañando mentalmente a su bebito por hacer sentir mal a su papá.
—¿Hobie? —volvió a llamar.
El alfa se había quedado sentado frente a la taza cubriendo su rostro con ambas manos después de haberle bajado a la palanca. Se sentía mal, odiaba vomitar, pero aún así estaba dispuesto a hacerlo si eso disminuía los malestares de su amado omega.
Hoseok volteó hacia su esposito al escucharlo gimotear, así que le obsequió una débil pero sincera sonrisa para tranquilizar esa preocupación que llegaba por el lazo. Se puso de pie tambaleante, alcanzando su cepillo de dientes para lavar bien su boca, donde luego de terminar, soltó una risa a lo bajo al notar que su omega continuaba viéndole aún con espuma en su cabello cayendo al suelo, así que tuvo la grandiosa idea de hacerle compañía, comenzando a desnudarse en el camino, logrando ver cómo ese par de mejillas se teñían de un adorable carmín.
Tae terminó de recorrer la puerta de la ducha, así permitiendo que su alfa entrara con sigilo, sujetándole de las caderas y regalándole una pequeña sonrisa en el proceso.
—¿Estás bien? —le observaba con preocupación dejando caricias en el rostro. —Estás pálido…
Asintió despacio. —Sabes que por mucho prefiero ser yo el que está vomitando y no tu.
—Ya sé… —puchereó. —, pero no me gusta verte así.
—Oye… —los metió a ambos bajo la lluvia artificial. Hoseok suspiró echando su cabeza hacia atrás dejando que el agua cayera directo en su rostro. —A mi tampoco me gusta verte así las veces en las que te toca a ti sentirte mal… desearía que nada mas a mi me llegaran los síntomas… —recompuso su postura, esta vez mirándole a los ojos. —Pero, estamos juntos en esto —llevó ambas manos a la adorable curva que conformaba su vientre. —¿Verdad? Me alegra que vivamos juntos el embarazo, me hace sentir parte de el a pesar de que no soy yo quien carga a nuestro cachorro, pero yo estoy dispuesto a todo cuando se trata de ti y mi bebé.
Otro puchero adornó los labios del conmovido omega, quien le acarició la nuca a su alfa una vez lo sintió recargar la frente en su hombro. Al parecer aún no se sentía muy bien.
—¿Te ayudo a ducharte? —le preguntó bajito.
Asintió despacio, aferrándose a la cintura de su omega al percibir un ligero mareo.
Taehyung sonrió en pequeñito, alcanzando el shampoo, donde una vez dejó caer un chorrito en el oscuro cabello de su esposo, comenzó a masajear por todo el cuero cabelludo hasta sacar espuma. Hoseok suspiraba muy complacido, dejando cortos besitos en la piel del hombro de su chico tratando de sobrellevar el malestar.
Amaba cuando su omega le mimaba así, se sentía tan afortunado.
Minutos después de lavarse mutuamente salieron juntos envueltos en sus batas de baño entre abrazos, risitas y dulces caricias, tal como el joven matrimonio que eran.
Hoseok se encontraba buscando la ropa que se pondrían, así que Taehyung se hallaba solo con la ropa interior puesta, mirándose frente al espejo con una adorable sonrisa en sus labios sin dejar de acariciar su bonito vientre.
Desde que se enteró que estaba embarazado, todos los días se miraba en el espejo con suma emoción y anhelo.
Cuando Hoseok se giró, no pudo evitar sonreír al notar como su omega se veía a sí mismo, o más bien a su barriguita. Se colocaba de perfil, luego del otro lado, y finalmente de frente. El vientre era pequeño aún, pero adorable.
—Esta pancita te hace ver más adorable cada día… —dijo abrazándolo desde atrás hasta posar sus manos en la tierna protuberancia. —El embarazo está comenzando a sentarte bien, ¿No es así? Tan solo mira estas mejillas. —le besó múltiples veces sacándole un par de risitas y un encantador sonrojo.
El primer bimestre fue un poco difícil para el cuerpo de Taehyung en lo que comenzaba a adaptarse a todos los cambios que conllevan un embarazo. Sin darse cuenta había adelgazado bastante, a pesar de no descuidar su alimentación en ningún momento, pues todo estaba siendo absorbido por su bebé. Eso a Hoseok le preocupó mucho, pero afortunadamente, a partir de los últimos días del segundo mes, todo él comenzó a embarnecer, su masa corporal aumentó, y sus mejillas empezaban a lucir esponjosas y rojitas.
A Hoseok le recordaba tanto al Taehyung que conoció por primera vez.
Y Taehyung, bueno, Taehyung estaba feliz de la vida al ver cómo su cuerpo comenzaba a cambiar para poder resguardar a su bebito por vaaarios meses.
—Ya quiero que crezca más… —decía con un puchero refiriéndose a su barriga.
—¿Seguro? He sabido que los últimos meses son agotadores para tu espalda.
—Lo sé, pero por él o ella… —miró a su alfa en el reflejo del espejo y sonrió. —...valdrá la pena.
Hoseok también sonrió orgulloso de la fortaleza de su omega.
—Y yo estaré a tu lado para mimarte y hacerte masajes todo el tiempo.
El omega asintió con una sonrisita en sus labios, al mismo tiempo en el que su esposo le pasaba por la cabeza una cómoda camiseta de algodón color blanca con unas letras negras en el pecho. Hoseok fue lentamente ayudándole a vestir, mientras le repartía besitos en el cuello que hacían a Tae reír.
—Te amo… —llevó su mano a la preciosa curva que conformaba su vientre. —Los amo…
🌻
El último día de su luna de miel en Hawaii pasó en un parpadeo.
Afortunadamente disfrutaron cada segundo de el paseando por todos lados, tomando fotos, comiendo, comprando algunos detallitos para sus amigos… simplemente pasándola increíble.
Tanto así que cuando menos lo esperaron el atardecer estaba comenzando a aparecer, y ellos se hallaban en la orilla de la playa, disfrutando del mar frente a ellos y del agradable sonido de las olas chocando entre sí.
Hoseok abrazaba a su omega quien se encontraba sentado entre sus piernas, con la cabeza echada hacia atrás descansando en su hombro mientras tenía sus ojitos cerrados manteniéndose en completa paz. Ambos pares de manos se hallaban sobre la bonita pancita que había crecido durante su estadía en ese maravilloso lugar.
—Volveremos…
La voz de Hoseok sacó a Taehyung de su pequeña ensoñación, para así abrir ese precioso par de zafiros y buscarle con la mirada. Hoseok sonrió acariciándole la mejilla, para acontinuación robarle un beso chiquitito en los labios.
—Cuando nuestra manzanita nazca, volveremos aquí —le besó nuevamente ruborizandole las mejillas. —, quiero crear nuevos recuerdos, solo nosotros tres.
—Si quiero. —se giró solo un poco en su lugar para sujetar las mejillas del alfa para presionarlas graciosamente haciendo que los labios se le asemejen a los de un pez. Rió. —Estos meses aquí han sido muy bonitos, no puedo esperar a traer aquí a nuestro bebito… —relamió sus labios, sintiendo como la melancolía comenzaba a hacerse presente y un nudo en la garganta aparecía de manera inevitable. —Gracias por todo, Hoseok…
—Mi cachorro… —murmuró una vez Tae dejó de presionar sus mejillas. —Hey… no tienes por qué agradecer, yo vivo por ti y por nuestro bebé, solo querré darles lo mejor siempre.
—Lo sé, pero… —dio un suspiro ahogado tratando de contener esas lágrimas que últimamente se habían vueltos sus fieles compañeras gracias al embarazo. —Pero todas las noches pienso… pienso en como era mi vida antes, solo yo y mi abuelita… creo que jamás habría conocido un lugar tan bonito como este de no ser por ti, creo que tampoco habría logrado nada de lo que he hecho hasta ahora… —la primera lágrima cayó pero Hoseok estuvo ahí para limpiarla con su pulgar. —Creo que yo… después de la muerte de mi abuelita, siento que jamás habría salido de mi granja… o no lo sé, no sé qué habría sido de mi.
—Oye… tarde o temprano nos habríamos encontrado. —acomodó un mechón de cabello tras la oreja. Sonrió. —¿Lo recuerdas? Estamos destinados a estar juntos, así que aunque tú no hubieras salido de tu granja… creo que de alguna manera yo habría llegado a ti.
Ya habían tenido esa plática, pero era inevitable no pensar en el hubiera.
—¿Y si…? —tragó observando alternativamente los ojos dorados frente a él. —¿Y si entonces yo hubiera sido diferente? —frunció el entrecejo con preocupación, —Yo… pude manejar el duelo por mi abuelita gracias a que tú estuviste a mi lado, pero creo que vivir ese momento sin ti habría hecho que mi forma de ser cambiara, a lo mejor yo… me hubiera vuelto huraño y no te habría querido recibir, quizás hasta te habría amenazado con la escopeta para que te fueras.
—¿Cómo tu abuelita? —no pudo evitar recordar aquellos momentos.
Asintió. —Ella… uhh, yo creo que desde que mi abuelito falleció, se volvió más cerrada con las personas, y creo que se alejó aún más de todos cuando yo me presenté como omega, me quería mantener alejado de todos porque no quería que nadie se me acercara y me hiciera daño… así que creo que yo hubiera sido como ella.
—Pero el "hubiera" no existe. —le sujetó ambas mejillas mirándole fijamente a los ojos. —Eres un omega maravilloso y muy dulce, así que vivamos nuestro presente y no del "que hubiera pasado", porque ahora estamos aquí, tú, yo… —sus manos bajaron hasta la pequeña y cálida protuberancia que conformaba su vientre bajo. —, y nuestro bebé. —el omega curvó sus labios con una bonita sonrisa. —Sé que es inevitable no pensar en ese "hubiera", pensar en cómo habrían sido las cosas si todo lo que pasó, claramente no hubiera pasado, pero ahí queda, en un simple pensamiento de "qué hubiera pasado si…" porque no pasó, ni pasará, ya todo eso quedó en el pasado, lo que pasó, pasó, y ahora nos toca vivir este hermoso presente y esperar el precioso futuro que nos aguarda con este cachorrito que viene en camino.
Los ojitos del omega se cubrieron de lágrimas al instante en el que su alfa mencionó a su hijito.
—No te pediré que dejes de pensar en eso, porque como te dije: es inevitable. —ahora le acarició la mejilla con ternura. —Pero cada vez que ese "hubiera" aparezca en tus pensamientos, trata de cambiarlo por un pensamiento a futuro, por ejemplo en cómo será nuestro bebé, a quien de los dos se parecerá más, como será su cabellito, sus ojitos… como cuidaremos de él… o ella, como será cuando dé sus primeros pasos, o cuál será su primera palabra… verás que te será de ayuda. —los ojos del omega destellaron con ilusión ante su imaginación. —Bueno, al menos yo hago eso cuando comienzo a agobiarme por esas cosas que jamás pasaron…
—¿Tú también piensas esas cosas?
—Más de lo que crees, cachorro… —suspiró regalándole una pequeña sonrisa triste. —Más de lo que crees…
—Cómo… ¿Cómo qué? —quiso saber, tal como el omega curioso que era.
—Mmm… —desvió la mirada, ahora sujetando la mano de su omega. —Mis padres…
Tae le miró con sorpresa, ya que Hoseok no era alguien que hablara sobre sus padres, ni siquiera con Taehyung.
—Muchas veces me he quedado pensando que si mamá y papá no hubieran subido a ese avión, ellos estarían vivos y tal vez juntos habriamos llevado Hope publicity a la cima, tal como yo lo he hecho, o quizás papá lo habría hecho mejor que yo… —se encogió de hombros mirando el mar. —Jiminnie no habría enfermado tanto de niño por la ausencia de nuestros padres y yo no tendría que empezar a trabajar desde mi adolescencia… quizás Jiminnie no habría desarrollado ansiedad a tan corta edad por el miedo que le causaba que en cualquier momento yo también muriera y lo dejara solo…
Desde que sus padres murieron, Jimin comenzó a temerle a todo. Temía por la vida de su hermano, tenía miedo de que cada vez que se fuera a trabajar, no regresara o que alguien le hiciera daño. Por eso por más tarde que regresara, siempre encontraba a un Jimin despierto esperándole y con los nervios a flor de piel, quien en ocasiones lloraba completamente aliviado al verlo cruzar la puerta. Desde entonces su hermanito comenzó a ser más nervioso, comenzó a hablar más rápido, a ser más observador a su alrededor, a ser más precavido y alerta y a sobrepensar absolutamente todo. Afortunadamente YoonGi fue de muchísima ayuda desde el momento en el que Min Hye los llevó a vivir con ellos, y actualmente podía decir que sabía controlarse con más facilidad y sus ataques de ansiedad eran mínimos a comparación de aquél entonces
—Tal vez muchas cosas hubieran sido diferentes, y en serio me habría encantado que mamá y papá te conocieran, pero si te soy sincero… —entrelazó sus manos y esbozó una pequeña sonrisa. —Ya no me desgastaré pensando en todo eso, porque no es algo que pueda cambiar. ¿Extraño a mis padres? Todos los días de mi vida aunque no lo parezca, pero ahora prefiero concentrarme en el presente y en prepararme para ser un buen padre para nuestro hijo.
El omega solamente asintió acurrucándose nuevamente en el pecho de su esposo mirando hacia el mar y, sintiendo las caricias en su pancita. Mientras que él acariciaba el brazo de su alfa, pensando en las palabras que recién había escuchado.
—Intentaré… —habló después de unos minutos de completo silencio. —Intentaré hacer lo mismo, voy a vivir el hoy y pensaré con anhelo en nuestro futuro y también… me prepararé para ser un buen papá.
—Así se habla. —le besó la cabeza. —Haremos que nuestro hijo se sienta orgulloso de tenernos como sus padres.
Taehyung asintió uniendo su mano con la de su alfa. Hoseok sonrió mirando sus manos unidas sobre la bella barriguita, y apreciando el destello de sus anillos de matrimonio. Llevó su vista hacia el frente encontrándose con la inmensidad del mar y la preciosa puesta de sol… el viento golpeando su rostro, con el sonido de las olas chocando y una que otra gaviota que sobrevolaba cerca. Entonces se dio cuenta de que no podía desear algo diferente, su vida era perfecta tal y como estaba.
Observó a su omega con orgullo, tocándole el mentón y así conectar sus miradas. Taehyung esbozó su peculiar sonrisa cuadrada que también hizo al alfa sonreír sin dejar de ver esos preciosos labios, donde un par de segundos después los unió con los suyos en un profundo beso lleno de amor.
Hoseok es feliz.
🌻
A su lado Taehyung dormitaba con una mano descansando en su pequeño vientre. Iban en el auto, saliendo del aeropuerto, finalmente habían regresado a Seúl después de casi tres meses de luna de miel.
Ambos habían aprovechado al máximo esas vacaciones para descansar, y para que el primer trimestre del embarazo transcurriera con toda la paz y tranquilidad que Taehyung necesitaba para no tener ningún susto. Desde que el doctor JeongHan les informó que los primeros tres meses eran los más delicados, pero sobre todo los cruciales para que el embarazo se llevara acabo, Hoseok tomó la decisión de alargar su estadía en Hawaii para que su omega pasara ese proceso en completa calma, sin ninguna preocupación y complicación.
Y vaya que había sido la mejor decisión, porque Taehyung estaba casi recuperado de su anemia y ahora lucía unas preciosas mejillas esponjosas pintadas de un encantador rubor. Pero lo más importante, la gestación iba viento en popa, el bebé estaba desarrollándose adecuadamente y ambos tenían buena salud. Taehyung definitivamente estaba haciendo un buen trabajo pues se cuidaba mucho, hasta en lo más mínimo y eso a Hoseok le parecía sumamente adorable.
—Hey —le acarició el rostro echando el flequillo hacia atrás. —Cachorro despierta, ya llegamos…
Le dolía en el alma tener que despertarlo cuando lo veía tan cómodo. Esa era otra de las costumbres que el embarazo le había dado a Tae: dormir mucho. Eso también lo había consultado por llamada con el doctor JeongHan, quien le dijo que era completamente normal.
—Cachorrito~ —le acarició tras la oreja sabiendo que su omega era sensible en esa área y le hizo cosquillas.
Tae se removió soltando un bajito pero adorable gruñido por haber sido sacado de su preciado sueño. No obstante, cuando quiso abrir los ojos, se encontró en completa oscuridad.
—¿Hoseok? —tocó su rostro sintiendo una tela cubrir sus ojos.
—Te tengo una sorpresa, así que tuve que cubrirte los ojos porque eres bien tramposo~ —le dijo picándole ligeramente las costillas.
En otras ocasiones donde Hoseok le quería dar sorpresas a su omega, lo atrapaba viendo entre sus dedos o mirando todo con ojos entrecerrados y también espiando. Sabía que Tae era muy curioso, y no podía resistir ver, sobre todo cuando se trataba de algún regalo para él, pero esta vez no contó con que su alfa le vendara los ojos.
Hoseok le ayudó a bajar del auto y tomados de la mano, lado a lado, guió a su omega quien tenía sus sentidos muy alerta, tratando de percibir todo a su alrededor y buscando olfatear algo que le diera alguna pista sobre dónde se encontraban.
—¿Es un parque? —preguntó al sentir el pasto en sus pisadas, aunque rápidamente este desapareció.
—Nop. —con un brazo le sujetó la cintura. —Oh, cuidado, hay escalones frente a ti… —lo guió despacio hasta que subiera el pie en el primero. —Uno… dos…
El omega le siguió el ritmo con calma, pero con la curiosidad comiéndolo por dentro.
Luego, escuchó una puerta abrirse y un montón de aromas nuevos llegaron a él. Flores, madera, plástico… olía a nuevo.
—¿Es una tienda? —volvió a intentar. —¿Un museo?
—Buen intento.
Hoseok se rió colocándose trás él desenredando la venda.
—Yaaah~ —sacudió su cuerpo cuál niño ansioso por su caramelo. —, dime dónde estamos.
—Ya voy, ya voy… —disminuyó la velocidad en las vendas, divirtiéndose con la impaciencia de su chico.
—¡Hoseok!
Soltó una carcajada.
—Está bien, está bien. —terminó de quitarle la venda. —Espero que te guste…
Taehyung entrecerró los ojos por la luz, pero solo segundos después los abrió enormemente al encontrarse con un salón con muchos muebles nuevos estilo victoriano. Avanzó a pasos pequeños, mirando a su alrededor, sonriendo enormemente ante el precioso candelabro en el centro de lo que parecía ser el living. Miraba cada detalle… tan elegantes pero hogareños al mismo tiempo, muchos de madera, con tonos cálidos rodeando cada espacio.
—Es muy… muy bonito. —estaba sin palabras.
La sensaciones que le brindaban estar en ese lugar, eran de seguridad, sobre todo cuando el aroma de su alfa comenzó a hacerse más que presente. El omega sonrió girando a ver a su esposo quien sujetó su mano, señalandole algunos cuadros y decoraciones significativas y bonitas.
—Un cuadro gigante de girasoles… y otro de manzanas por allá… —señaló hacia dónde estaba el comedor.
—Sígueme…
Lo llevaba de la mano subiendo juntos unas escaleras con preciosos detalles de madera en la orilla. Eran varias las habitaciones que estaban ahí arriba, pero solo una era la que le importaba mostrarle aunque aún se encontrara vacía.
Jung abrió una puerta y entró primero girando al mismo tiempo y extendiendo sus brazos acompañado de una preciosa sonrisa. Era una habitación vacía, con paredes blancas, y enfrente un enorme ventanal con puerta transparente corrediza y un lindo balcón.
—Pedí que no decoraran esta porque… quiero que lo hagamos juntos. —su mente imaginando una y mil veces como la decorarían. —La habitación de nuestro bebé.
—Nuestro bebé… —Tae se adentró despacito mirando a su alrededor. —Entonces esta… ¿esta casa es…?
—Tuya. —tomó su mano depositando un dulce beso justo sobre el anillo. —Completamente tuya, mi vida.
—¿M-mia? —parpadeó atónito. —Pero…
—Pensé que la suite en la que vivimos no era un lugar apropiado para criar a nuestro hijo —lo guió hasta el pequeño balcón. —, así que compré esta casa… mira el enorme jardín, es la única por aquí que tiene uno así de enorme y es todo tuyo, amor mío…
Hoseok estaba orgulloso de haber logrado comprar esa casa, había sido un poco complicado debido a que no podía negociar en persona por estar en Hawaii, pero el alfa solo imaginaba a su familia crecer ahí, y tomaba fuerzas. No le importó el costo en lo absoluto, ya que tal como había dicho, era la única casa que conocía que tenía un jardín así de enorme en todo Seúl, y además que poseía una preciosa vista de la ciudad y del río Han desde el balcón de la que sería su habitación de pareja.
Había pensado en todo, pues conocía a la perfección el amor que tenía su omega por las plantas y con sembrar, así que sabía que tan pronto empezaran a vivir ahí tanto el jardín delantero y trasero, comenzaría a llenarse de colores gracias a las manos mágicas de Taehyung.
—Puedes plantar todo lo que quieras, y también puedes enseñarle a nuestro hijo como hacerlo para que crezca amando las plantas.
La ilusión haciéndose presente, imaginaba a su hijito o hijita con un adorable sombrerito de paja en su cabeza, jugando con la tierra mientras Taehyung le mostraba con mucha paciencia como sembrar alguna semilla. Entonces Hoseok saldría de la casa con una jarra de limonada y algunos bocadillos para sus tesoros, donde luego besaría los labios de su omega y la mejilla de su retoñito, escuchando sus altos parloteos de todo lo que su papá Tae le estaba enseñando.
Sí, Hoseok soñaba despierto todas las noches sobre como sería su día a día en el futuro con su preciosa familia.
—También podemos instalar un área de juegos, deseo tanto que llegue el día en el que pueda ver a nuestro chiquito jugar y correr por todos lados con Yeontan y que hagan sus travesuras.
—Columpios… —dijo bajito observando el enorme jardín con ilusión.
Recordó que de niño siempre quiso unos, pero al no poder tenerlo, su abuelita había atado una llanta junto a una cuerda en un árbol donde pasó muchas tardes de diversión. El señor Choi era el que tenía unos bonitos columpios en su granja y dejaba que Tae fuera a jugar las veces que quisiera, con MinHo empujándolo hasta llegar muy muy alto.
Él también quería hacer eso con su hijo, quería darle todo lo que alguna vez deseó cuando era un niño.
—Yo… quiero que mi bebé tenga los suyos y juegue mucho… juguemos mucho.
—Así será. —le abrazó desde atrás. —También podremos llevar unos a la granja.
—¡Si!
—Ahh… puedo imaginar en lo hermoso y lleno de vida que este jardín se volverá gracias a ti.
—Plamtaré muchas flores… —murmuraba con sus ojitos destellantes. —Puedo… —jadeó dándole una mirada entusiasmada a su alfa. —¡Puedo cosechar! ¡Por allá! —señaló con su dedo. —Sé cosechar zanahorias, tomates, betabel…
—¿Que te parece si hacemos un invernadero ahí? —le interrumpió despacio. —Así podrás cosechar todo lo que quieras.
—¡Si! —dió unos brinquitos entusiasmado. —¡Un árbol de manzanas! ¡Y de naranjas!
—Ni siquiera tendremos que gastar en el supermercado ¿eh? al parecer ya tendremos de todo aquí.
Tae soltó una carcajada y Hoseok rió con él.
No se olvidarán de la granja, por supuesto que no. Pero Hoseok quería darle su propia mini granjita a su omega para que no la extrañara tanto cuando no tuvieran tiempo de ir. Sabía que su omega se iba a entretener mucho con un nuevo jardín para él solito, pues al vivir en un penthouse no había manera de sembrar algo, o tener interacción con la naturaleza, por lo que a veces lo notaba aburrido así que ahora tendría mucho espacio para matar el tiempo en lo que más le gustaba.
Porque solo felicidad y cosas bonitas se avecinan para esta preciosa familia que comenzaba un nuevo capítulo en sus vidas.
🌻
—¡Déjame verte!
Soltó una risita ante el entusiasmo de su cuñado apenas abrió la puerta, así que una vez entró a la casa, se colocó de perfil abrazando la parte baja de su barriguita.
Jimin chilló.
—¡Tu pancita es tan bonita! ¡Santa luna, Taehyung! —lo abrazo con mucha emoción. —¡Te ves hermoso!
—¡Gracias, Jiminnie!
—Ay es que… —se separó del abrazo para mirarle con los ojos cristalizados. Le sujetó las mejillas tiernamente. —De verdad te ves tan bonito, tan solo mira tus mejillas… ¿puedo…? uh, ¿me dejas tocarla?
Tae asintió con efusividad, sorprendiéndose de sí mismo casi al instante, pues pensó que se volvería muy receloso cuando alguien le pidiera tocar su pancita.
Jimin sonrió en grande, acercando tímidamente sus manos al pequeño vientre de su querido cuñado, donde contuvo un sollozo apenas tocó la suave y firme curva.
—Mira nada más… —musitó con una lágrima descendiendo por su mejilla. —Se está tomando su tiempo para crecer, ¿no es así? —comentó con una temblorosa risita dejando suaves caricias. —Ay, Tata… estoy tan feliz. —volvió a abrazarlo con cariño. —Te extrañé tanto.
—Yo también te extrañé muuucho… —dijo abrazándolo de igual manera.
Pero solo fue cuestión de segundos para que el melancólico momento fuera interrumpido por un grito de emoción que el par muy bien conocía.
—¡Tata!
SeokGi venía en los brazos de su padre, ambos con una enorme sonrisa. Se removió inquietamente para que YoonGi lo bajara y así correr a abrazarlo, pero apenas sus piecitos tocaron el piso, YoonGi lo detuvo de su bracito.
—¿Recuerdas de lo que hablamos hace un ratito? lo de Tata. —dijo en voz baja, solo para los dos.
El niño abrió sus ojos enormemente y asintió.
—Que no… que yo tenga cuidado de no… de no gopear su badiga cuando lo uh… abdace.
YoonGi sonrió.
—Eso es. —le acarició los cabellos. —Anda, ve con él.
SeokGi soltó un alto "sí" para a continuación salir corriendo hasta su tío favorito en todo el mundo que lo esperaba con los brazos abiertos.
Min vio cómo su hijo se detuvo antes de abrazar a Tae, tratando de ser precavido con sus movimientos, cosa que Taehyung notó pero aún así lo tomó entre sus brazos, donde ambos se abrazaron con infinito cariño.
Cómo padre de SeokGi, YoonGi sabía muy bien cómo reaccionaba su hijo cuando se encontraba con Taehyung. Se volvía un cachorro demasiado inquieto e hiperactivo, donde el saludo más normal entre ellos era abrazarse efusivamente el cual muchas veces terminaba con ambos en el suelo riendo a carcajadas, razón por la que ahora conociendo el estado de Taehyung, YoonGi prefirió pedirle a su niño que tuviera cuidado para evitar algún golpe o accidente que pudiera lastimar al omega gestante.
Vaya, incluso lo habló también con Jimin ya que él también era muy brusco con sus abrazos cuando se trataba de Taehyung. SeokGi se parecía físicamente a YoonGi, pero en personalidad era más parecido a Jimin… de tal palo tal astilla.
Y bueno YoonGi como el alfa que era, protegía a Tae al formar parte de su pequeña familia… de su manada. No era un secreto que trataba a Tae como un hermano menor, por lo que ahora sabiéndolo embarazado, no podía evitar que como todo un alfa sus instintos de protección salieran a la luz.
Taehyung abrazaba y besaba las regordetas mejillas de su adorado sobrino una y otra vez escuchándolo reír. SeokGi estaba muy feliz de volver a verlo, lo había extrañado muchísimo.
—¡Tata! ¿qué tienes en tu badiga? —preguntó con inocencia y curiosidad al recordar las palabras de su padre, sobre todo al notar más grande la barriga de su tío.
—Oh… —se rió bajito aún cargando a su adorable sobrino. Miró a Jimin, luego a YoonGi y otra vez a SeokGi notando la curiosa mirada sobre él esperando una respuesta. —Tengo, uh… —sus mejillas se ruborizaron con ternura. —, voy a tener un… —sonrió. Emocionándose siempre que hablaba de su semillita. —, un bebé.
—¿Un bebé? —los ojitos se le abrieron enormemente. Con sus manitas alcanzó a tocar la suave curva que comenzaba a crecer. —¿Aquí está?
Tae asintió y SeokGi jadeó con emoción.
—¡Papi! —miró a Jimin. —¡Tata va a tened un bebé! ¡Aquí! —decía con sus dos manitas sobre la pequeña pancita. —¡Mida!
—Sí, cariño. —lo tomó en sus brazos al notar que comenzaba a ponerse muy inquieto. —¿Qué te parece? Pronto tendrás un primo o una prima para jugar mucho.
—¡Si! —la sola idea de tener a alguien más con quién jugar, le entusiasmaba muchísimo.
Por otra parte, YoonGi finalmente decidió acercarse a ellos a pasos lentos con las manos en los bolsillos. Tae sonrió al verle al mismo tiempo en el que escuchaba a SeokGi parlotear sobre todo lo que quería jugar.
—¡Hyung! —el omega de ojitos azules abrazó al alfa con más fuerza de la esperada, tomando a Min desprevenido. —¡Estoy muy feliz de verte! A ti también te extrañé.
El alfa se relajó correspondiendo al abrazo con ternura. Sin embargo, escuchar a Tae decirle eso y luego poder olfatear con más claridad el dulce aroma naciente a leche y talco… definitivamente le puso sensible.
—Me alegra verte de regreso. —dijo con voz tranquila acariciándole la espalda para después separarse y despeinarle los claros cabellos. —Te ves muy bien. —le pellizcó una mejilla sacándole una risita.
—¡Mira, mira! —se emocionó colocando ambas manos sobre su pancita. —¡Ya creció!
—Es lo que estoy viendo, ya estás cerca de los cuatro meses, ¿verdad?
Tae asintió muy contento. Su hyung al parecer llevaba muy bien el conteo y eso le pareció sumamente adorable.
—¡Si! La próxima semana los cumplo. —dijo feliz.
—¡Entonces ya podrás saber si es niño o niña! —Jimin chilló.
Los ojitos azules destellaron y tomó aire para decir lo emocionado que estaba por ese momento, pero la voz de SeokGi los dejó a todos mudos.
—Papá, ¿Y como…? Uhh, ¿Pod qué está un bebé en la badiga de Tata?
YoonGi volteó a ver a su esposito quien también tenía los ojos enormemente abiertos. ¿Cómo podrían explicarle?
—Pues, verás… —Jimin veía a su esposo pidiéndole ayuda.
—Cuando… —Min se aclaró la garganta. —, dos personas se quieren mucho…
—¡Viene un hada! —intervino Jimin llamando la atención de los tres. —Sí, cuando dos personas se quieren mucho viene un hada y uh… ¿Verdad, Tata? ¿Que vino un hada y te dio una semilla brillante?
El omega miró a Jimin, luego a YoonGi y finalmente a SeokGi. Asintió.
—Y me la comí-
—¡Y por eso el bebé está en su barriga! —dijo Jimin rápidamente.
—Ohh —abrió su boquita asombrado para después mirar a Taehyung. —¡Tata! ¡Papá me degaló más dinos! —cambió de tema radicalmente. —¿Los quiedes ver?
Se removió para que Jimin lo bajara, así corriendo rumbo a las escaleras mientras gritaba que los iba a traer para enseñárselos.
—Eso fue rápido… —Jimin suspiró aliviado.
—¿Un hada y una semilla? —preguntó el alfa con una ceja alzada.
—¿Qué? ¿No recuerdas que Hobie también me contó esa historia cuando era un niño?
—Claro que lo recuerdo —se encogió de hombros. —, solo que pensé qué le dirías otra cosa, quizás la verdad.
—¡YoonGi! SeokGi apenas va a cumplir cuatro años, no puedo decirle cómo se hacen realmente los bebés, ¿Verdad, Tata?
—Uhh, pues-
—A caso… —jadeó. —¿Pensabas decirle la verdad?
—Bueno… tarde o temprano tiene que saberlo, además no debe ser complicado explicarle, tan solo mira lo rápido que dejó el tema de lado, SeokGi solo quería una respuesta para saciar su curiosidad, así son los niños, y qué mejor que hablarle con la verdad desde el principio.
Jimin frunció el ceño y abultó sus labios.
—Min YoonGi…
—¿Qué? ¿Dije algo malo?
Taehyung parpadeó, mirando alternativamente al matrimonio que parecía en una competencia de miradas. La de Jimin lucía molesta mientras que la de YoonGi lucía despreocupada.
—SeokGi aún está muy pequeñito para saber esas cosas, hay que dejar que siga creyendo en las hadas y la magia, es parte de ser niño. —refunfuñó haciendo a YoonGi tragar. —Sabrá la verdad en su debido momento, porque ya sea si se presenta como alfa u omega, es claro que también querrá tener hijos algún día, nuestros instintos prácticamente se dedican a pensar en eso por los celos que sufrimos, así que prefiero que mi hijo esté libre de todas esas cosas al menos durante su infancia.
—También es mi hijo y yo creo que- —se calló al escuchar a Jimin gruñir. —Minnie, ¿Y si se lo explicamos de otra manera? No es necesario ser explícito, solo decirle que uh… es papá quien pone los bebés ahí, no es del todo una mentira.
—Pero la historia de las hadas y la semilla es muy linda. —se cruzó de brazos sin dejar de refunfuñar.
—Si, pero-
—YoonGi hyung me contó la historia de las abejitas cuando yo no sabía cómo se hacían los bebés. —Tae comentó tímidamente. —Me dijo que… —se sonrojó al recordar lo inocente que fue. —, que Hoseok era una abeja y yo una flor y qué él quería mi flor y-
—¡Ajá! —Jimin saltó. —¿Lo ves? ¡A Taehyung no le dijiste la verdad esa vez! ¿Por qué a SeokGi si quieres decírselo si es mucho más joven que Tata en aquél entonces?
—Bueno, era divertido molestar a Hoseok y ponerlo en apuros. —se rascó la nuca avergonzado.
—¡YoonGi!
El omega de ojitos azules prefirió alejarse sigilosamente de ahí antes de que lo metieran en el medio, así que prefirió ir en busca de su sobrino quien ya se hallaba bajando las escaleras con mucha precaución con cuatro dinosaurios de felpa entre sus brazos, apenas se lograban ver sus adorables ojos de lo grandes que eran esos juguetes.
Con la preocupación de que fuera a caerse, Taehyung se apresuró a ayudarle. Una vez llegaron al piso, Tae se sentó en un escalón y SeokGi se mantuvo de pie mostrándole cada uno de sus bonitos peluches, diciéndole lo mucho que quería que su tío Tata los conociera.
Al poco tiempo Hoseok llegó con más regalos de dinosaurios para su sobrino quien se volvió loco apenas los vio.
—Mi hijo quiere convertir su habitación en un parque jurásico. —dijo YoonGi con diversión echándose sobre un sofá.
—Déjalo, si yo fuera tu decoraría hasta el jardín con dinosaurios con tal de verlo sonreír siempre.
—Vaya… —lo pensó unos segundos. —, no es mala idea, seguramente SeokGi se pondría muy feliz. —le dio una mirada al alfa sentado en el otro sofá viendo su celular desinteresado. —No me imagino las cosas que le darás a tu hijo o hija cuando nazca.
—El mundo entero si eso quiere. —se encogió de hombros dejando el celular de lado. —Solo tiene que pedirme lo que sea que quiera y yo se lo daré, así de simple.
Min se quedó en silencio pensando que si el alfa hacía eso, probablemente criaría a ese niño como alguien muy mimado, pero decidió no decir nada porque él también consentía a su hijo pero estableciendo límites… cada quien criaba a sus hijos como mejor le parecía.
—Pronto sabrán el sexo de su bebé, ¿Qué te gustaría que fuera?
—Pues… —desvió la mirada rascándose la nuca. Entonces sonrió. —Principalmente deseo que nazca como un bebé muy saludable y pues… No hay duda de que seré feliz sea lo que sea pero si te soy sincero… quisiera una niña, mi sueño siempre ha sido convertirme en padre de una pequeñita a quien consentir muchísimo, además de que sería la primera mujer en la familia.
Ahí YoonGi frunció el ceño.
—Pues yo digo que será niño.
—¿Eh? ¿Por qué lo dices?
—Porque la primera niña la tendremos Jimin y yo.
—¿Qué? —abrió los ojos más que nunca. —¿Jimin está-?
—No.
—¿Entonces? —soltó el aire contenido.
—Así como SeokGi fue el primer bebé en la familia —miró sus uñas. —, también quiero que mi hija sea la primera niña en la familia.
Hoseok frunció el ceño.
—¿Y como estás tan seguro de que mi bebé no será niña? ¿Y también cómo es que estás tan seguro de que tú tendrás una niña?
—Ya te lo dije, mi destino es tener a la primera niña.
—Ya lo veremos. —refunfuñó.
El par se hallaba tan concentrado en su pequeño confrontamiento que ni siquiera se dieron cuenta cuando Jimin y Taehyung bajaron las escaleras.
—Hey, ¿De qué hablan? —preguntó Jimin llegando hasta ellos.
—¿Quieres apostar? —Min habló ignorando a su omega por completo.
—No creo que sea adecuado apostar sobre mi bebé.
Tae los miró a ambos, sobre todo al escuchar a su alfa hablar sobre su bebé.
—¿Apostar?
—¿Qué? ¿Tienes miedo de perder? —dijo burlón.
—Es una apuesta. —gruñó.
Los omegas intercambiaron miradas sin entender nada.
—¿Qué está pasando aquí? —Jimin quiso saber.
—¡Minnie! —YoonGi señaló. —¿Qué crees que será? ¿Niño o niña?
—¿Eh? —volteó a ver a Taehyung quién inconscientemente llevó sus manos a su bonito vientre. —Pues… —se quedó unos segundos pensando. —Yo digo que será niña.
—¡Nooo!
Min hizo cara de sufrimiento mientras que Hoseok soltó un sonoro "¡Já!"
—¿Qué? —el omega miró a su dramático alfa sin entender.
—¡Taehyung! ¿Tú qué sientes que será tu cachorro?
—Oh… —las mejillas se le ruborizaron dejando una suave caricia a su bella pancita. —No lo sé pero… yo uh, creo que será un niño.
—¡Si! —YoonGi saltó. —¿Lo ves? Será un niño, Taehyung debe de saberlo mejor que todos porque es él quien lo tiene. —volteó a ver a Hoseok. —Págame.
—¡Ni siquiera hemos dicho cuál es la apuesta!
—Diez dólares.
—¿Cómo que dólares? ¿Por qué no wons?
—No te vas a quedar pobre por pagar diez dólares.
Bufó. —Aún no pierdo, Min. Y hasta que el doctor nos diga cuál será el sexo de mi bebé entonces sabremos quién le paga a quién.
Jimin solamente rodó los ojos rodeando los hombros de Taehyung para llevarlo a la cocina y así dejar a esos dos tontos solos con su apuesta.
—¿Te gustaría comer algo? —el omega mayor le preguntó. —Hice un pastel de zanahoria, exclusivamente para ti y para tu bebé.
—¿De zanahoria? —se entusiasmó sintiendo a su cachorrito removerse. —¡¿En serio?!
—Cuando me avisaste que hoy vendrían, en la noche me puse a hornear porque sé que te gusta mucho~
—¡Gracias, Jiminnie! Mi bebé ya se emocionó.
Jimin chilló llevando las manos al vientre de su cuñado, sintiendo los movimientos del cachorro.
—Me ama, lo sé. —se rió. —Iré por SeokGi, él también ama el pastel de zanahoria, creo que haré uno para nuestro cumpleaños.
—Todavía no puedo creer que tú y SeokGi cumplen años el mismo día.
—Mi bebé se adelantó dos meses. —dejó salir una risita. —¿Te imaginas que tú bebé también nazca en tu cumpleaños?
—Espero que no. —dijo entre risas. —Pero sería lindo compartir cumpleaños.
El par de omegas solamente rieron… pero se callaron cuando la puerta de la cocina entró con un Hoseok gruñendo.
—¡Bien! ¡Entonces serán cincuenta dólares!
—¿Y por qué no cien? —YoonGi decía entrando tras él.
Tae y Jimin compartieron miradas, para volver a reír. ¿Quién ganará?
🌻
—Estoy gratamente sorprendido con los resultados de tus análisis, Taehyung-ssi.
La pareja compartió miradas, entrelazando sus manos al estar sentados lado a lado frente al escritorio de su médico.
—Tus plaquetas se han recuperado y aquí dice que absolutamente todo está en orden contigo. —miró al omega por sobre la hoja. —Eres un paciente excepcional que sigue todo al pie de la letra, mira nada más, estás rebosante de salud, tú y tu bebé. —ahora dirigió su vista hacia el alfa. —Fue una maravillosa idea extender su luna de miel por tantas semanas, tan solo miren, aquí están los resultados, han hecho un increíble trabajo chicos.
Después de que llegaron de Hawaii, la pareja fue a su clínica familiar para realizarle unos estudios de sangre a Taehyung y así ver qué tal había progresado su salud, y por supuesto la de su bebé, aunque de él no estaban tan preocupados, pues aún estando en Hawaii, llevaron un control en una clínica privada donde le enviaban a JeongHan el proceso del embarazo.
—Tus mejillas regresaron y poseen un bonito rubor, eso es señal de lo saludable que estás, en serio luces muy bien. —sonrió notando la felicidad en el joven matrimonio. —Ambos lucen muy bien, esas vacaciones les sentaron de maravilla.
—Demasiado, diría yo. —dijo Hoseok con una sonrisa besando la mano de su omega.
Para Yoon JeongHan, era todo un placer tener a Taehyung cómo paciente porque tenía que admitir que era uno de los mejores que había tenido, tan disciplinado, admiraba como cuidaba de sí mismo desde el incidente de los supresores.
Y ahora con un embarazo, no dudaba en lo absoluto que se cuidaría más que nunca. No cabía duda de que Taehyung llevaba una gestación muy saludable.
—¿Y bien? ¿Listos?
La pareja intercambió miradas, se sujetaron las manos con fuerza y sonrieron para después asentir. Taehyung se hallaba recostado mostrando toda su adorable pancita cubierta de un viscoso y frío gel azul… finalmente había llegado el momento donde sabrían si su bebé sería niño o niña.
Sin más, el médico comenzó a mover el aparatito sobre el vientre del omega y la pantalla frente a ellos comenzó a llenarse de sombras.
El dulce matrimonio presionó sus manos con más fuerzas, con las miradas atentas a la pantalla. Estaban nerviosos… pero emocionados, muy emocionados. Habían pensado en querer saber el sexo hasta que naciera… pero no pudieron con la curiosidad.
—Veamos, aquí lo tenemos… miren, esta es su mano… —señaló JeongHan. —, su pierna… su piecito, oh…
La parejita sonreía logrando distinguir las pequeñas extremidades de su bebé y eso solo los hacía emocionarse aún más.
—Es tan chiquitito, Hobie, mira… —el sensible omega apuntaba a la pantalla.
—Lo es, ¿verdad? —se limpió rápidamente una lágrima que estaba a punto de bajar por su mejilla. Miró al doctor. —Entonces, ¿Qué es?
El médico sonrió y la parejita reforzó el agarre en sus manos. El lazo demostrándole el uno al otro lo nerviosos que se encontraban, pero estaban listos.
—Muy bien papás, ¿Están listos? —el par inmediatamente asintió. Yoon hizo zoom en la pantalla para entonces señalar con el cursor y después con una varita. —Como podemos ver aquí, serán padres de una linda niña, muchas felicidades.
Taehyung y Hoseok se miraron con ojitos brillantes.
—Hobie… —el omega no dejaba de ver a su alfa, pues era él quien deseaba con más ahínco tener una niña y se le había cumplido.
—Una niña… —musitó aún en un pequeño estado de shock. —¡Santa luna! ¿Seré padre de una niña?
—Si, Hobie. —sonreía sintiendo sus ojos aguarse.
El alfa abrazó a su omega, hundiendo su rostro en el cuello ajeno sintiéndose inmensamente feliz. ¡Iba a ser padre de una niña!
—Una niña… santo cielo, espero que se parezca mucho a ti. —murmuró en un sollozo separándose solo un poquito para mirar a su omega a los ojos y así sujetarle las mejillas con ternura. —De verdad deseo tanto que se parezca a ti… que tenga tus ojos, tus pestañas, tu cabello… será la niña más bonita estoy seguro.
—Tus hoyuelos —Tae soltó en un susurro también acariciando el rostro de su alfa, limpiando con sus pulgares una que otra lágrima. —, tu sonrisa…
Se rió bajito imaginandola, mientras que el doctor salía en silencio del consultorio para darles su debida privacidad.
—Aún no nace y ya me tiene en la palma de su pequeña mano… —unió su frente con la de su omega y suspiró sintiendo las delicadas caricias en su nuca. —No podré negarle nada, si me pide la luna y las estrellas, no sé cómo pero se las daré.
Taehyung soltó otra baja risita, depositando un dulce beso en la nariz respingada de su amado y sentimental alfa.
—Una niña, Hobie… tendremos una niña pequeñita que te dirá papá.
—Papá… —atrapó su labio inferior entre sus dientes. —Mi niña me dirá papá… —besó los labios de su omega múltiples veces. —No tienes idea de lo feliz que me encuentro en este momento, cariño.
—Claro que lo sé —decía sin dejar de mirarle a los ojos. —Lo siento en nuestro lazo… y yo también lo estoy. —se rió. —¡Una niña, Hoseok!
—La primera niña en la familia, no puedo creerlo.
—Eso quiere decir que YoonGi hyung perdió. —comentó con una risita, haciendo reír también al alfa.
¿Ellos? Los más felices, pues pronto podrían tener entre sus brazos a su preciosa hija, a la cual ya amaban con todo su corazón.
🌻
Conforme las semanas continuaron pasando, Taehyung se hallaba feliz disfrutando de ver como su vientre crecía cada día más y más. Se notaba que estaba disfrutando del embarazo y tratando de que las mínimas molestias no le arruinaran su tan bonito viaje.
Los síntomas habían disminuido, pero habían acarreado varios nuevos, como lo era la hinchazón de pies y piernas, fatiga y sueño continuo. La fatiga era lo que más le molestaba a Taehyung, pues muchas veces no podía hacer nada de las cosas que tanto le gustaba hacer, detestaba dejar sus tareas a medias o agotarse al plantar una flor. Eso solía ponerlo de mal humor y también de cierta manera triste.
El día que su squad de amigos actores le llamaron para salir a cenar y así festejar el cumpleaños de uno de ellos aprovechando que ese día todos tenían tiempo en sus agendas, Taehyung se entusiasmó mucho pues tenía muchísimo tiempo sin verlos, para ser exactos, desde el día de la boda… además, ninguno de ellos sabía que estaba embarazado, eso seguramente los sorprendería mucho.
Pero bueno, Hoseok se puso algo receloso ese día porque todos esos tipos eran alfas y Taehyung el único omega entre ellos, no desconfiaba de ellos, los conocía, eran buenas personas y también los consideraba buenos amigos, además de que siempre han cuidado y tratado con respeto a Tae… pero ahora Taehyung estaba en cinta, por lo que volverse territorial y protector era algo sumamente comprensible, sobre todo cuando a su omega se le acercaba algún alfa.
A fin de cuentas, Hoseok fue a dejar a su esposo a aquél restaurante, lo merecía, tenía tiempo sin verlos y sin salir a pasar un rato agradable con amigos, y sobre todo sabía que quería darles la noticia de su embarazo.
—¡Miren quien llegó!
Fue Park SeoJoon, el cumpleañero fue el primero en verlo llegar a la mesa donde ya estaban todos reunidos.
El otoño había llegado, el clima era fresco en Corea a diferencia de Hawaii, por lo que Taehyung se había vestido con algo cómodo y holgado que lograra que su pancita pasara desapercibida a simple vista… pero si los chicos lo abrazaban, entonces la sentirían.
Cosa que pasó, SeoJoon fue quien se puso de pie y le dió un profundo abrazo que fue agradablemente correspondido, acompañado de un "Feliz cumpleaños, hyung" no obstante, el alfa se tensó cuando sintió algo chocar con su abdomen. Park se separó solo un poquito mirando con un cuestionamiento mudo aquellos adorables ojitos azules en busca de respuestas. Percibía el aroma intenso de Hoseok en él, no le sorprendía, el alfa siempre hacía eso, marcarlo con su aroma, pero por primera vez, desde que conoció a Taehyung, percibió un ligero aroma dulzón sobresalir del fuerte aroma a alfa. Dio una mirada hacia abajo y rápidamente la regresó a la azulada mirada del omega, esperando que le dijera que sus pensamientos no estaban equivocados.
Tae solamente asintió, viendo como una enorme sonrisa se plasmaba en el rostro del alfa y volvía a abrazarlo.
—Felicitaciones, pequeño. —susurró con sincera felicidad.
—Gracias, hyung. —se rió. —¿Me ayudas a darles la noticia? —pidió en voz baja.
—¡Hey! ¿De qué tanto hablan? —ese había sido Wooshik.
—¡Por supuesto! —aceptó de inmediato colocando una mano en la espalda del omega para guiarlo a la mesa.
Los demás se pusieron de pie apenas vieron al omega llegar, pero SeoJoon los detuvo antes de que se le acercaran.
—Tae Tae, tiene algo importante qué decirles.
—Oh, ¿Y qué es? —preguntó Hyungsik con la curiosidad a tope.
Taehyung sonrió dándole una mirada a SeoJoon y luego a sus otros dos amigos, quienes lucían ansiosos por lo que sea que les fuera a decir.
—Primero que todo —comenzó. —, estoy muy feliz de volver a verlos, y también… moría por contarles esto yo mismo. —llevó sus manos a su pequeño vientre, así permitiendo que se notara la adorable redondez. Escuchó el jadeo por parte de ambos. —Todos… voy a tener un bebé.
—¡No! —Wooshik tenía sus ojos más abiertos que nunca. —¿Es en serio? —volvió a mirar la barriga para confirmar, llevando sus manos a su boca en un gesto de sorpresa. —Santa luna, ¡si es en serio!
—¡Seremos tíos! —Hyungsik se acercó al omega y lo abrazó con muchísima precaución pero al mismo tiempo con ganas de llorar cuando sintió la pequeña protuberancia contra sí. —¡Taehyunggie!
—¡Nuestro Tae Tae será papá!
SeoJoon se unió al abrazo y en solo dos segundos Wooshik también se había unido. Tenían al omega en medio de ellos en un abrazo grupal, riendo y soltando lágrimas de felicidad por la hermosa muestra de cariño que sus amigos le estaban dando.
Esa noche, sus amigos lo consintieron más que nunca.
Unas semanas después, cuando Taehyung cumplió los cinco meses invitó a Sunmi y a Jessi a su nueva casa para darles la noticia… ellas al ver la bonita pancita de su amigo se convirtieron en puro llanto y chillidos de emoción.
Y por supuesto, no habían dejado de abrazarlo y acariciar su barriguita.
—¿Cuándo creciste tanto, Taehyung? —Sunmi lloriqueaba sentada a su lado. —Aún recuerdo cuando nos conocimos en el salón, tú con tu overol y mochila, tan adorable como siempre no pensé que podrías verte más adorable, ¡Y mira nada más! esta pancita te hace ver aún más adorable no puedo creerlo.
—¿Bebé? ¡Hey! —Jessi le hablaba a la barriga con su rostro a la altura del ombligo. —¡Soy la tía Jessi! Apúrate a nacer para que podamos conocernos y llevarte al parque de diversiones.
—¡Yo la llevaré a comer helados!
—¡Y yo dulces! —Jessi miró a Sunmi desafiante.
—¡Pero yo le regalaré juguetes!
—¡Y yo le regalaré un perro! —Jessi le sacó la lengua infantilmente.
—¡Y yo le voy a regalar un pony! ¡Já! ¡Te gané! ¡Nada le gana a un pony!
Taehyung solamente reía, sus noonas jamás iban a cambiar, siempre serán esas divertidas, peleoneras y protectoras alfas que conoció en aquél entonces. Las quería demasiado, ellas eran las mejores y estaba muy agradecido por haberlas conocido.
—Sabes que puedes venir cuando quieras… uhum, si te dí la ubicación, ¿verdad? —se rió bajito llevando una mano a la cabeza de Yeontan que se hallaba a su lado en el sofá. —¡Si! Les voy a enseñar lo graaande que es el jardín… ¡Nos vemos el miércoles! Salúdame mucho a Taemin hyung y a Ren —asintió. —¡Te quiero mucho papá! ¡Hasta luego! —colgó.
Veía la pantalla de su celular sin dejar de sonreír, estaba emocionado porque después de dos semanas que se habían mudado a la nueva casa, MinHo vendría a visitarlo para pasar un agradable día con él, pues Tae le contó que normalmente la pasaba "solo" en esa enorme casa ya que Hoseok últimamente estaba trabajando mucho. Se hallaba "solo" pero no se sentía como tal, pues tenía la compañía de Yeontan y de su bebita, además de que Hoseok le llamaba como veinte veces al día si no es que más. Aparte, Jimin vivía cerca así que lo veía todos los días… también se entretenía mucho en su nuevo jardín, cuando menos lo pensaba el atardecer ya estaba cayendo después de haber trabajado todo el día en el.
Se distraía jugando con Yeontan lanzándole la pelota, luego se ponía a hablarle a su bebé mientras escribía en el diario que hizo para redactar con sus propias palabras y fotografías el proceso de su embarazo. Amaba cuando Hoseok le ayudaba a tomarle las fotos del crecimiento de su pancita.
Se acomodó mejor en el sofá con sus piernas enredadas y echó la cabeza hacia atrás soltando un resoplido que hizo que sus cabellos se movieran. Miró la hora en su celular y suspiró para después esbozar una pequeña sonrisa y acariciar su barriga tiernamente.
—Papá ya va a llegar.
Sentía un agradable cosquilleo en su pecho cada vez que le hablaba a su niña sobre Hoseok diciéndole papá. Se emocionaba y a veces hasta se quedaba pensando en lo increíble que era darse cuenta que estaba embarazado y que pronto esa criatura que crecía en su barriga los llamaría papá.
—¿Cómo serás? —murmuró frotando en círculos su adorable pancita. —¿Te vas a parecer a Hobie o a mi? ¿O a los dos? —rió bajito. Todos los días pensaba en eso. —Ya quiero conocerte, vamos a hacer muuuchas cosas juntos, te lo prometo~
Se quedó en silencio unos segundos, con su mente a mil por hora imaginándose a sí mismo con su bebita jugando por todos lados.
No obstante, detuvo sus caricias cuando comenzó a sentir algo raro en su vientre.
Frunció el ceño confundido sin comprender… ¿se estaba moviendo? Era extraño… la sensación era como cuando tenía mucha hambre. Su bebé era muy perezosa, hasta la fecha y apenas la había sentido moverse.
Tan concentrado estaba con su bebé, que no se dio cuenta cuando cierto alfa entró y sonrió cuando lo vio en el sofá al llegar a living.
—Estoy en casa.
Taehyung se dió un pequeño sobresalto para después mirar con susto en la dirección de dónde provino la voz.
—Hobie…
Se relajó cuando se dio cuenta de que se trataba de su alfa y apenas había esbozado una pequeñísima sonrisa, pero volvió a tensarse al sentir otro movimiento un poco más busco en su interior así que regresó la atención a su vientre.
—Hey… —dejó las cosas que traía sobre el sofá para inclinarse frente a su omega al percibir la tensión y miedo en el lazo. —¿Qué sucede? —se preocupó. —¿Te duele?
—Y-yo… —relamió sus labios con cierto nerviosismo sin dejar de tocar su barriga. —Siento… uh, creo que se está moviendo…
Incluso Yeontan se levantó de su sueño olfateando el vientre redondeado de Taehyung.
—¿Moviendo?
Acercó sus manos para tocar la bonita pancita pero las alejó de inmediato al escuchar un jadeo de su omega.
—¿Qué? ¿Qué pasó? —quiso saber con preocupación, la cual se esfumó casi en un santiamén cuando se encontró con una sonrisita emocionada y unos ojos brillantes. —¿Qué?
—Pateó… —volteó a ver a su alfa con mucha emoción. —¡Hoseok! ¡Creo que pateó!
—¡¿Qué?! —colocó sus manos sobre la encantadora pancita. —¿En serio?
—¡Sí! ¡Por aquí! —tomó la mano de su alfa deslizándola a un costado de su vientre.
Ambos se quedaron en silencio conteniendo sus respiraciones… esperando.
Y entonces lo sintieron, un golpecito bajo las palmas de sus manos. Los dos jadearon, cuando de repente sintieron otro más. Conectaron sus miradas destellantes de emoción pura.
—¡Pateó! —dijeron al unísono.
Las lágrimas se hicieron presentes en sus ojos… lágrimas de emoción pura, pues era la primera vez que sentían a su bebé de esa manera. La pequeña solo había hecho movimientos apenas perceptibles en el vientre de su padre, como el aleteo de una mariposa y ellos como los padres ansiosos que eran por querer experimentar todo, los tenía desesperados… pero finalmente, después de cinco meses el momento había llegado, habían sentido las tan esperadas pataditas de su primogénita y era jodidamente maravilloso.
—No puedo creerlo… —musitó Hoseok arrodillado frente a su omega, sin alejar las manos de la bella pancita. —Es que… —alzó la tela para poder ver el vientre en su totalidad. —, de verdad está aquí… ¿No te duele?
Tae negó muy conmovido arrugando su nariz… siempre pasaba, siempre que tenían un momento con su bebé, ambos terminaban con lágrimas en sus ojos y este no iba a ser la excepción. Eso quería decir que cuando su bebita naciera, se iban a convertir en un par de completos llorones.
—Creo que… —se rió bajito llevando una de sus manos a los oscuros cabellos de su alfa. —, está feliz de escuchar a papá.
Eso fue suficiente para que una enorme sonrisa apareciera en los labios del alfa y su corazón se sintiera cálido de auténtica felicidad.
—¿Es así? —decía acariciando y hablándole a la bonita pancita. —¿Te alegra escucharme? —casi de inmediato recibió otro golpecito bajo la palma de su mano, sorprendiendo a ambos padres. Hoseok rió encantado. —Esto es maravilloso… ¿Ese fue un sí?
Taehyung cubrió su boca con sorpresa cuando segundos después sintió otra patadita.
—¡Te escucha!
—¡Me escucha! —se carcajeó totalmente fascinado. —Creo que me extrañó.
El omega asintió de acuerdo.
—Es que todo el tiempo le estás hablando cuando estás aquí… y ahora te volvió a escuchar después de varias horas, está feliz.
—¿Eso es cierto, hija? —abrazó el vientre, recargando su mejilla. —Soy tan feliz… venía cansado pero con todo esto ya no lo estoy. —depositó un besito en la cálida piel, para después alzar la cabeza mirando a su omega. —Ustedes me dan fuerzas como no tienen idea.
—Hobie…
El alfa se puso de pie y caminó hacia el sofá en el que había dejado sus cosas, para después regresar con un par de tulipanes, uno amarillo y uno rosado. Taehyung le miró con ojos enormes y brillantes cuando estos se le fueron entregados.
—Uno es para ti, y el otro es para nuestra florecilla… —se sentó a su lado acariciándole la mejilla y posando la otra mano en el vientre abultado. Sonrió. —Una flor para otra flor.
Taehyung esbozó una preciosa sonrisa cuadrada, para después olfatear las flores con gusto. De verdad eran muy bonitas.
—Gracias, Hobie…
—También te traje uvas verdes, mango y manzanas… no te garantizo que las manzanas sean igual de deliciosas que las de la granja pero me dijiste que tenías antojo así que te traje unas pocas.
El omega relamió sus labios con anticipación, deseando probar ya toda su fruta, pero se detuvo cuando alcanzó a ver las manzanas en una bolsa sobre la alfombra.
—Uh, Hobie…
—¿Si? ¿Sucedió algo?
—Yo… yo quería manzanas verdes y uhh… esas son rojas.
—¿Qué?
—Ya tenemos rojas aquí, de la granja por eso tenía ganas de comer de las verdes… —hizo un puchero sobando su barriga. —Quería comerlas con azúcar…
Y bueno… lo siguiente que pasó fue que Hoseok se puso de pie como rayo con una expresión de susto y más que dispuesto a ir a comprar las preciadas manzanas verdes de su omega.
No podía negarle ni un solo antojo.
🌻
—Me encanta la foto que publicaste. —Hoseok abrazaba a su omega quien se hallaba sentado en su regazo. —Tu pancita con ese overol luce demasiado adorable.
Tae rió revisando los comentarios de la fotografía recién subida, encontrándose con uno de su alfa.
—Me la tomé cuando me acababa de cambiar, por eso no salgo manchado de pintura.
—Pero finalmente terminamos de pintar. —le besó la mejilla. —Nos quedó muy bonito, ¿no?
—Mmm pues…
Los dos miraron a su alrededor lo que sería la habitación de su bebé. Habían pintado las paredes de rosado en tonos pastel… pero ahora que prestaban atención, muchas partes se veían mal pintadas… por no decir que todas. Los brochazos iban en todas direcciones y unas secciones más pintadas que otras… y qué decir de las manchas en el piso de madera.
Ellos querían decorar por sí mismos la habitación de su hija, pero al parecer eran pésimos en esa tarea y solamente habían empeorado todo.
—¿Contratamos a un diseñador de interiores?
—Yo creo que sí.
Los dos se echaron a reír con Hoseok cayendo de espaldas al piso y a Taehyung sobre su pecho. La situación les parecía demasiado cómica, porque realmente eran un asco pintando.
A pesar de qué querían hacerlo todo por sí mismos, lo mejor sería contratar a alguien, después de todo, ellos ayudarán con algunas ideas, pero no volverán a meter las manos, si no iban a arruinarlo de nuevo.
—Está pateando. —murmuró Hoseok aún en la misma posición, con su omega sobre él, pero esta vez con las manos sobre la bonita barriga.
—Uhuh…
—¿Te duele? —preguntó abriendo sus ojos y alzando un poco su cabeza para ver el rostro de su omega.
Negó. —Es raro, pero bonito. —juntó sus manos con las de su alfa en la parte baja de su vientre. —Todavía no me acostumbro.
Hoseok sonrió plantando un besito en los claros y desordenados cabellos de su amado.
—Tres meses más y la tendremos en nuestros brazos, ¿puedes creerlo?
—Estoy muy emocionado… —ladeó su rostro, conectó su mirada con la de su alfa, se regalaron una preciosa sonrisa y se besaron dulcemente. —Yo… cuando estás en el trabajo practico las respiraciones y Yeontan me acompaña a hacer yoga.
—¿Ah, si?
Asintió. —Ya sé que todavía faltan tres meses pero… me estoy preparando para el parto, quiero hacerlo bien.
—¿Qué? —le observó con asombro. —¿No tienes… miedo?
Negó. —Sé que va a dolerme mucho, me acuerdo de Jimin cuando iba a tener a SeokGi y me asusto… pero he leído mucho y si logro manejar bien las respiraciones, podré controlar mejor el dolor y el parto será más rápido, por eso también estoy haciendo yoga.
—Mi cachorro… —se conmovió. —Eres tan valiente, y no tengo duda de que lo harás increíble, ¿Sabes por qué? Porque eres muy fuerte y cuando te propones algo lo haces muy bien.
—Y lo haré mejor porque tú estarás conmigo, ¿verdad?
—Sin duda alguna, mi amor. —entrelazó sus manos. —Estaré a tu lado en todo momento, no me alejaré, sujetaré tu mano para brindarte todas mis fuerzas, contendré el aliento contigo y juntos veremos a nuestra hija nacer, juntos le daremos la bienvenida al mundo, a nuestro mundo.
—Hobie… —estaba al borde de las lágrimas.
Desde el embarazo se había vuelto demasiado sensible… pero con las cosas tan bonitas que Hoseok siempre decía, era imposible no llorar.
—Yo… quiero que tú seas el primero en cargarla, eso me haría muy feliz.
Ahora era Hoseok el que quería llorar.
—Lo haré, lo prometo. —la voz le temblaba de lo conmovido que se encontraba. —Seré el primero en cargarla y seré yo quien te la entregue.
Taehyung sonrió enormemente, dando un leve asentimiento acompañado de una traviesa lágrima que logró escapar.
Sin más, ahí ambos en el suelo, en medio de la habitación mal pintada y todos manchados de pintura, se abrazaron, se besaron y hablaron con su bebita como solían hacerlo desde que se enteraron que venía en camino.
Deseaban tanto que llegara el momento en el que su bebé estuviera en medio de ellos muy feliz… como una familia.
Y en cuanto a la desastrosa habitación… con ayuda de Jimin consiguieron a un excelente decorador de interiores, que les hizo unas maravillosas recomendaciones, donde apenas Taehyung y Hoseok terminaron de escoger todo lo que querían dentro, los expertos pusieron manos a la obra: tonos amarillos pastel, una pared tapizada de girasoles estilo animados, lámparas de flores, muñecos de felpa de pollitos, de vaquitas, más flores. Una silla mecedora de madera y un sillón reclinable… un clóset lleno de ropa tan pequeñita como la de una muñeca, y un librero lleno de cuentos infantiles y por supuesto, una preciosa y enorme cuna de madera blanca…
Y por supuesto, poco a poco la irían llenando de juguetes y más detallitos que se encontraran cuando fueran de compras, ellos le darían todo a su hija.
Ya se veían a sí mismos, en esa hermosa habitación a altas horas de la madrugada, alimentando a su bebé, cambiándole el pañal, intentando hacerla dormir mientras la arrullaban y le cantaban preciosas canciones de cuna.
🌻
En la víspera de año nuevo y del cumpleaños número veinticuatro del omega de los ojitos tan azules como el cielo, todo parecía ir bien… parecía.
Un Taehyung de siete meses —casi ocho— despertó con fiebre esa fría mañana del treinta de diciembre. Hoseok se hallaba más preocupado que nunca, sobre todo porque planeaba hacer de ese día uno muy especial para su omega, pero terminaron yendo a la clínica donde el diagnóstico fue un simple resfriado. Eso hizo al alfa sentirse más aliviado, sobre todo cuando le dijeron que su bebé no corría riesgo.
Ese día, Taehyung la pasó durmiendo, mientras Hoseok cuidaba de él con paños frescos para bajarle la fiebre y algunas bebidas calientes. El omega recibió muchas llamadas de felicitación, pero el que terminó atendiendolas fue Hoseok pues Tae aún se sentía indispuesto.
—¿Hoseok?
La habitación apenas estaba iluminada por una lámpara, entonces se dio cuenta que ya había anochecido. Echó las sábanas que lo cubrían a un lado sintiendo un ligero escalofrío al darse cuenta de que había transpirado bastante producto de la fiebre.
Llevó ambas manos a su vientre sintiéndolo tibio y suspiró volviendo a acurrucarse en posición fetal, hasta que segundos después, escuchó la puerta de la habitación abrirse y ese aroma que tanto amaba llegó hasta él.
—¿Taehyung? —más rápido que la luz, Hoseok se acercó hasta su omega quien se giró un poquito regalándole una pequeñísima sonrisa. —Despertaste… —le tocó el rostro sintiéndose aliviado al ya no percibir la temperatura. —Parece que la fiebre se fue, ¿Cómo te sientes?
—Cansado… —bostezó disfrutando de las caricias en su rostro.
—Pero si dormiste todo el día, cachorro. —se rió bajito. —Solo te desperté para comer.
El omega no dijo nada solamente se removió en la cama, para acurrucarse más de cerca a su alfa y seguir recibiendo sus mimos.
—¿Quieres tomar un baño? —le preguntó bajito sin dejar de darle caricias en el cabello. —Te preparé uno, para que duermas más cómodo.
A Tae le pareció una buena idea, se sentía sudado… pero no tenía ánimos de levantarse.
—Si quiero, pero… —alzó sus brazos. —¿Me puedes ayudar?
Hoseok se sintió morir de ternura.
—Siempre.
Esa noche, Hoseok mimó a su omega más que nunca al notarlo aún de cierta manera frágil gracias a la fiebre. Lo metió en la tina y le ayudó a lavarse con toda la delicadeza del mundo. Mientras Hoseok le lavaba el cabello, Taehyung hacía dibujos con jabón en su barriga sacándole risas a su alfa.
Después de eso, Jung sacó a su omega de la tina, lo sentó en el banquito en el que anteriormente él se hallaba sentado y se dispuso a secarle el cuerpo correctamente mientras lo escuchaba bostezar. Le puso crema en todo el cuerpo, sobre todo en el bonito y abultado vientre, para después colocarle una pijama cómoda y calientita, fue entonces que lo llevó en brazos hasta la cama, besándole el rostro en el proceso, y finalmente lo arropó.
—Ya vuelvo.
Una vez le besó la frente, salió de la habitación dejando a su omega embarazado, en completa paz, en calma, sumamente cómodo, amado, mimado y feliz, muy feliz.
Tae se sentía en las nubes por todas las atenciones de su alfa, Hoseok siempre le demostraba cuánto lo amaba hasta con los detalles más mínimos.
Con ambas manos sobre su vientre, dejaba caricias al sentir a su bebita moverse.
—Hoy no te he prestado suficiente atención, lo siento… pero papá Hobie se encargó de hacerlo por mí, ¿verdad?
Aún entre sueños durante el día, Taehyung logró sentir algunas caricias en su abultado vientre mientras escuchaba la voz de Hoseok hablarle a su niña en voz baja.
Una sonrisa se plasmó en sus labios cuando Yeontan entró corriendo a la habitación y saltó a la cama hasta acurrucarse a su lado. Tae le acarició la cabeza y tras las orejas viéndolo sacudir su colita felizmente.
—Feliz cumpleaños a ti…
Los ojitos azules se dirigieron a la puerta encontrándo a su alfa entrando con un pequeño pastel entre sus manos y una vela encendida en el centro.
—Feliz cumpleaños, amor de mi vida… —se sentó en la orilla de la cama. —Feliz cumpleaños a ti…
—Hoseok…
Había olvidado por completo que era su cumpleaños todo por su malestar, pero al parecer su alfa no lo olvidó, pues entre sus manos traía un delicioso pastel cubierto de crema y fresas glaseadas… realmente lucía delicioso y su bebita estaba al parecer muy de acuerdo porque comenzó a moverse en su interior.
—Pide un deseo antes de apagar la vela.
Rápidamente el omega cerró sus ojitos, unió sus propias manos y en su mente pidió algo que en serio deseaba: que su hijita naciera con mucha salud. Entonces sopló la vela.
Hoseok le embarró un poco de crema en la nariz para después besarle la frente y susurrarle:
—Feliz cumpleaños número veinticuatro, mi ángel. —le dejó un dulce beso en los labios. —Te amo tanto…
🌻
El tiempo continuó pasando, tan rápido como un parpadeo… los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. El frío invierno fue dejado atrás, la primavera estaba cerca, muy cerca y un precioso omega lucía con mucho orgullo un encantador vientre de nueve meses de gestación.
Le encantaba presumirlo, le hacía demasiado feliz decirle a todos que pronto se convertiría en papá.
Pero el día del parto estaba a la vuelta de la esquina, por lo que tomó la decisión de disfrutar sus últimas semanas de embarazo en completa paz en su entrañable granja. Y Hoseok, por supuesto que jamás podía negarle nada a su omega… a pesar de sentirse temeroso de estar tan alejados de la ciudad, del hospital, por si su niña decidía que era hora de nacer, después de todo ya habían tenido varios sustos con las falsas alarmas.
—Hobie... —lo sacudía del hombro intentando despertarlo. Lloriqueó. —Hoseoook...
—¿Uhm? —apenas había abierto un ojo cuando comenzó a sentir toda la preocupación de su omega en el lazo. —¿Qué sucede?
Se había sentado en cuestión de segundos sintiendo como su sueño se desvanecía, pero su sangre se heló cuando vio a su omega llevar ambas manos a su vientre con una expresión de angustia.
—Creo que ya viene...
Y bueno, Hoseok no necesitó que se lo dijeran dos veces, cuando ya había tomado a su omega entre sus brazos y lo subió al auto mientras conducía a gran velocidad por las calles casi vacías de la ciudad al ser las dos de la mañana. En el trayecto iba tratando de brindarle calma a su omega quien no deja de lucir preocupado tocando su barriga y juntos practicaban las respiraciones.
Pero cuando llegaron a la clínica, recibieron el diagnóstico de que era una falsa alarma, que su bebé aún no estaba lista para nacer y que solo era su cuerpo haciendo pequeños simulacros y preparándose para el gran día... Y sobre todo que "las punzadas" que sentía en su vientre no eran nada comparadas a una verdadera contracción. Pero el médico que los atendió no los juzgó en lo absoluto, es más, los comprendió al darse cuenta de que eran padres primerizos, y era normal su actuar.
Después de esa falsa alarma se unieron otras dos más, de las cuales, Taehyung se sentía avergonzado con su alfa por haberle interrumpido su sueño o en el trabajo. Por lo que el alfa lo tranquilizó diciéndole que todo estaba bien y que lo mejor era que le avisará cada vez que se sintiera extraño, lo importante era que su omega y su bebita estuvieran bien.
—¿Taehyung? —llamó buscando por los alrededores de la granja. —Cachorro, ¿Me escuchas?
No lo encontraba por ningún lado de la granja, y eso comenzaba a ponerle nervioso a pesar de sentir el lazo en completa calma.
—¿Taehyung? —volvió a llamar no obteniendo respuesta. —¿Tae-?
Sus palabras fueron cortadas cuando vio a su omega salir a hurtadillas de lo que parecía ser el viejo granero, lugar donde antes habían caballos, gallinas y guardaban la paja seca.
—¿Cachorro?
Taehyung dio un saltito, cerrando la puerta trás él de inmediato.
—Hey. —se acercó hasta él. —¿Qué hacías? Te estaba buscando.
—¿E-eh? —negó con una risita nerviosa. —Nada, nada… —tomó la mano de su alfa y así comenzar a caminar hacia la casa. —Solo uh, estaba guardando unas herramientas.
Alzó una ceja. —¿Herramientas? Mi amor, me prometiste que no harías ningún esfuerzo si veníamos aquí…
—Solo estaba podando algunas plantas —hizo un puchero. —, no hice esfuerzo, te lo juro.
—Cachorro…
—¡En serio! Es que, estaba aburrido… sabes que no me gusta estar sin hacer nada. —posó una mano en su abultado vientre. —Pero tampoco haría algo que pusiera a Dairi en peligro.
—Lo sé, pero no puedo evitar preocuparme… estás en la última etapa y cualquier movimiento podría desencadenar el parto.
—Estaremos bien, te lo prometo. —le regaló una de sus hermosas sonrisas geométricas, esa a la que Hoseok no podía resistirse. —Si siento algo raro, te avisaré.
El alfa asintió acunando el precioso vientre, dejando caricias desde el centro hasta la parte baja, para después robar un piquito en los labios de su omega.
Entrelazaron sus manos para avanzar hasta la casa, donde se hallaban un par de sillas mecedoras. Hoseok ayudó a su omega a sentarse, para después entrar a la casa y traerle un vaso con jugo de naranja, y un plato repleto de uvas verdes, las cuales se habían vuelto las fieles compañeras del embarazado durante el pasar de los meses.
—Cachorro… —habló llevándose una uva a la boca. —¿Has visto mi pijama? No la encuentro, quería meterla a la lavadora, tampoco encuentro la camisa azul que traía ayer, ¿Los has visto?
El omega abrió sus ojitos en grande para darle rápidamente un sorbo a su jugo. Entonces negó.
—No… no las he visto.
—¿En serio? Qué extraño… creí haberlas dejado en-
—¡Mi abuelito! —el omega chilló poniéndose de pie al ver al señor Choi llegar en su tractor.
El omega no pudo evitar ir hasta él muy pero muy feliz. Y Hoseok solamente negó divertido, su omega no tenía remedio.
Los días continuaron pasando, con Hoseok tomándose unas semanas de descanso para poder estar junto a su omega en todo momento en la última etapa del embarazo. A pesar de todo, Taehyung se puso a trabajar en ciertas partes de la granja, ya que la primavera estaba por comenzar, los girasoles pronto florecerán, así que estaba tratando de poner algo de abono con ayuda de su alfa quien se había puesto un traje especial como el que utilizan los apicultores y así las abejas no le picaran.
Otro día se bañaron en el arroyo, ya no hacía tanto frío, por no decir que el clima comenzaba a tornarse cálido. Hoseok estuvo todo el tiempo sosteniendo a su omega, con el temor de que pudiera resbalarse. Era gracioso verlos, pues Taehyung se cuidaba, si, pero el actuaba con tranquilidad y a veces con "imprudencia" pero sabía que eran actividades que no lo dañarían a él o a su hijita.
En cambio Hoseok lucía preocupado todo el tiempo, atento a cualquier movimiento de su hermoso esposo.
—Creo que será mejor que ya salgamos. —dijo viendo al cielo sin dejar de sostener a su desnudo omega de las caderas.
Ambos se hallaban dentro del fresco arroyo de agua cristalina pasando un rato agradable a petición del omega quien decía tener calor y bueno no era un secreto que a Tae le encantaba meterse desnudo al arroyo.
—Parece que se avecina una tormenta. —salió del agua con su ropa escurriendo.
—Si, mejor hay que salir. —estuvo de acuerdo al darse cuenta de las nubes grises que se acercaban. —, no quiero resfriarme otra vez.
Taehyung volvió a sumergirse en el agua unos segundos, para después salir echando su cabello hacia atrás. Sonrió enormemente tomando una profunda respiración, para después rápidamente llevar sus manos a su vientre al sentir una extraña punzada que le hizo sisear.
—Au… —parpadeó un par de veces tratando de concentrarse y ver si lograba sentirlo de nuevo… pero no pasó. —, eso me dolió…
—¿Todo bien? —el alfa se había inclinado extendiendo sus manos para que su omega las tomara, pero le pareció extraño verlo con el ceño fruncido observando su vientre.
—Pateó… —se rió bajito restándole importancia. Sujetó la manos de su alfa quien lo guió por los "escalones" de piedras hasta salir por completo del agua. —También quiere que salgamos.
Hoseok rió, envolviendo a su omega en una bata y ayudándole a colocarse las sandalias.
—Vamos adentro. —le rodeó la cintura y juntos caminaron hasta la vieja casa. —¿Qué te parece leche tibia y galletas de avena mientras vemos una película?
—¡Si! Es mi turno de escogerla y oh-
Ambos miraron al cielo al instante en el que sintieron varias gotas caer sobre ellos.
—Uh oh…
El alfa de inmediato cubrió con una toalla la cabeza de su omega y se apresuraron a entrar antes de que la lluvia los tomara con más fuerza.
Cuando entraron a casa, se secaron bien y se vistieron cómodamente, la lluvia cesó. Así que se fueron a la vieja habitación del omega dónde habían instalado una televisión y con compañía de leche tibia y galletas, se pusieron a ver una película en tanto el sol se iba escondiendo.
—¡No! ¡Ahí está él! —Tae le gritaba a la TV. —¡Te va a atrapar! ¡Sal de ahí!
Una película de terror había sido la elección del omega, pues decía que el clima estaba perfecto para ver una… al alfa no le agradó mucho la idea ya que no era fan de ese género de películas, pero por su omega vería las que fuera aún si tenía pesadillas en la noche.
—No olvides que te amamos… —decía plantando un besito en la punta de la bella pancita. —, papi y yo morimos por conocerte así que… date prisa mi pequeña Dairi… oh y deja dormir a papi, ¿Si?
Dairi… los dos habían creado ese nombre al mezclar dos que tanto les había gustado. Querían que el nombre de su bebita tuviera algún significado relacionado con las flores, con la luz, con el sol o con la luna… querían un nombre bonito y después de tanto buscar, decidieron mezclar un par y terminaron armando "Dairi" que significaba "Mi brillante luz" porque eso era su hija para ellos, una luz, una muy brillante que estaba por llegar a sus vidas.
La película había acabado hace veinte minutos, así que ya se estaban preparando para dormir, escuchando los truenos en el cielo que anunciaban la próxima tormenta.
—Le gusta moverse mucho en la noche… no le gusta que yo duerma, Hobie. —el omega hizo un puchero teatral que solo hizo a su alfa reír y robarle un casto beso.
—Ya casi no tiene espacio aquí, por eso se mueve mucho… —decía acariciando en círculos la suave y tirante piel.
El omega solamente se acurrucó en la cama en posición fetal, abrazando una almohada, para después sentir como Hoseok le sobaba la espalda arriba y abajo con suma calma. Apagó la luz y se acomodó a su lado, besándole el rostro y retomando las caricias en la espalda y vientre en un intento de relajarle, así que Tae se acercó a su alfa lo más que su vientre le permitió.
Minutos después, una vez Hoseok sintió la respiración compasada de su omega chocar contra la piel de su cuello, le besó la frente y susurró:
—Descansen…
Las horas continuaron pasando mientras llovía con una increíble fuerza. El estruendo de un rayo cayendo cerca, fue lo que hizo que Hoseok se despertara con un sobresalto demasiado asustado. Rápidamente buscó a su omega embarazado a su lado en la cama, pero tuvo un horrible presentimiento cuando encontró el lugar vacío.
—Quizás la lluvia lo despertó y está abajo…
Rápidamente se bajó de la cama colocándose sus sandalias sin dejar de sentir una horrible presión en su pecho y una sensación de miedo en el lazo… algo estaba mal… algo estaba mal con Taehyung y su bebé.
—¿Taehyung? —alzó la voz bajando las escaleras a toda prisa. —¡¿Taehyung?!
Taehyung estaba sintiendo dolor, Taehyung estaba sufriendo, el lazo se lo decía, sentía un ardor en la conexión. Definitivamente esta no era una falsa alarma.
—¡Taehyung! —volvió a gritar subiendo de nuevo las escaleras al no encontrarlo en el piso de abajo. —¡¿Dónde estás?!
Revisó cada una de las habitaciones, pero no estaba. Taehyung no estaba por ningún lado y tampoco sentía su aroma cerca… En ese caso, ¿estaba afuera?
Pero apenas puso un pie en el escalón para bajar las escaleras… todo a su alrededor se volvió negro. La luz se había ido.
—No puede ser…
Regresó corriendo a la habitación tropezando con una mesita en el camino pero importándole poco hasta que encontró su celular y puso la linterna en él.
—¡Taehyung! —volvió a gritar una vez salió de la casa encontrándose con la fuerte lluvia.
Miraba a su alrededor, pero solo encontraba oscuridad. Apenas había salido y ya se había empapado de pies a cabeza, la tormenta era demasiado intensa y los truenos en el cielo tampoco eran de mucha ayuda para poder concentrarse.
—¡Tae-!
Entonces lo sintió en el lazo. Su omega llamándolo, avisándole que lo necesitaba a su lado, que tenía miedo, mucho miedo. Los ojos le brillaron de un intimidante dorado con su lobo haciéndose presente muriendo de preocupación por su omega y su cachorro. Por un momento pensó que se volvería loco pero el chillido de su omega le ayudó a poner sus sentidos más alerta.
Volvió a mirar a su alrededor con desesperación pero con una increíble concentración hasta que logró ver cierto destello de luz a lo lejos… ¿Ese era el granero?
—Taehyung…
Sin pensarlo dos veces, corrió, corrió a través del agua, a través del lodo, completamente empapado. Pero entonces su nariz lo percibió, el aroma de su omega con más intensidad. Él estaba ahí, Taehyung estaba en ese lugar.
Apenas llegó, empujó la puerta de madera con una fuerza que desconocía que tenía y se congeló en su lugar en cuanto entró al encontrarse con tal escena.
Taehyung, su Taehyung estaba vuelto ovillo sobre un montón de paja, cubierta de ropa… Taehyung había hecho un nido.
A su lado una vela mientras él sudaba y jadeaba dolorosamente abrazando su vientre. Pero apenas abrió los ojos y sus miradas se conectaron supo perfectamente lo que estaba pasando: su bebé estaba a punto de nacer.
—Hoseok… —lloriqueó. —, nuestra b-bebé ya viene…
Y vaya que Jung Dairi no había escogido mejor momento para llegar al mundo…
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¡AAHHH! Fea tormenta que no me dejó publicar el capítulo ayer</3 pero aquí estamos, más vale tarde que nunca, solo espero que se publique correctamente sdgdkajdksjf
¡Hola mis preciosos girasoles! ¡Los extrañé muchísimo! ¿Cómo han estado? Lamento tanto la tardanza, no sé que me pasó:( pero finalmente pude terminar el penúltimo capítulo de MS con casi 15mil palabras💜
¿QUÉ LES PARECIÓ EL CAPÍTULO? AAAA AUXILIO NOBESIENTOSONSE YA VIENE EL BEBÉ SEREMOS TIAAASSSSS adgdjaljf el que sigue AHORA SI es el capítulo final TT
Quiero pedirles un favor, como el capítulo que viene es el final, necesito que <<COMENTEN AQUÍ>> si les gustaría aparecer en la dedicatoria del prox cap, como un agradecimiento de mi parte por estar a mi lado en este largo recorrido💜
Sin más que decir, me despido, por favor pasen por mi instagram me mantengo más activa por allá @ soo.nyah 🌻 ¡No olviden que los amo muchísimo mis preciosos girasoles! ¡Gracias por tanto! Les mando muchos besos, abrazos y gatitos, ¡Nos leemos en el capítulo final!💜🌻💜🌻💜🌻💜🌻💜🌻💜🌻💜🌻💜🌻💜
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