🌻•Capítulo 66
《🌻》
El clima era maravilloso. Todo parecía estar a su favor para hacer de ese día, de ese momento, uno muy especial.
Los pajarillos cantaban, un agradable viento sacudía sus cabellos, mientras el enorme astro sol iba bajando poco a poco, preparándose para crear otra de sus obras de arte en el cielo, y pintar de cálidos tonos anaranjados, rosados, que después se convertirían en colores más fríos, hasta llenarse de todo un océano de infinitas estrellas.
El sol convertía diariamente al cielo en su propio lienzo.
Sobre aquella manta, bajo la delicada sombra de una sombrilla, un alfa continuaba besando y abrazando a su amado omega sin dejar de repetirle cuánto lo amaba y lo agradecido que estaba.
Y bueno, el de los ojos tan azules como el cielo, simplemente se dejaba hacer. Siempre disfrutaba de los mimos de su alfa.
—Es que no puedo creerlo —repitió por milésima vez aún impactado por la noticia. —, me vas a convertir en padre.
Taehyung rió enternecido sintiendo las caricias en su aún plano vientre.
—Vas a ser el mejor papá del mundo, Hobie.
Hoseok negó.
—Seremos —le corrigió. —, los mejores papás del mundo.
—Seremos… —repitió en un murmullo observando los dorados ojos frente a él sintiendo una cálida sensación en su pecho. —Hoseok…
—¿Qué sucede, mi alma? —le preguntó mirándole con preocupación al notar como ese par de ojitos se cubrían de lágrimas.
—Voy a tener un bebito… t-tuyo y mío —sollozó uniendo sus manos con las de su alfa sobre su panza. —, v-voy a ser papá, Hoseok… por fin, voy a ser p-papá…
—Mi amor… —murmuró conmovido abrazándole de nueva cuenta, acunando la cabeza, repartiendo dulces caricias en los claros cabellos, escuchando los bajitos sollozos. —, vas a ser papá… uno extraordinario, estoy seguro. —depositó un dulce besito en las suaves hebras, para después separarse solo un poquito y mirarle a los ojos con infinito amor.
Taehyung era un completo amor con los niños, todo aquél que lo conocía, lo amaba en solo cuestión de segundos… y qué decir de SeokGi y Soobin, ellos amaban a su divertido tío Tata. Así que Hoseok no tenía ninguna duda de que Tae sería un padre maravilloso… su bebé crecería rodeado de amor, estaba cien por ciento seguro.
Con su pulgar limpió aquél par de lágrimas que caían por las ruborizadas mejillas de su pequeño, para después besarlas con ternura. Tae sonrió abrazando a su alfa de nueva cuenta, atrayéndolo contra sí, haciéndole caer sobre las almohadas. Los dos soltaron varias risitas, para después quedarse en un cómodo silencio, disfrutando del viento golpear en sus rostros.
Entrelazaron sus manos, y así girar sus rostros para verse a los ojos, regalándose las más preciosas sonrisas. Hoseok alzó sus manos unidas observando el brillante zafiro en el dedo de su chico y así depositar un dulce beso en el dorso, provocando otro adorable sonrojo en las mejillas del más joven.
—¿Cómo fue que te enteraste? —preguntó minutos después, con la cabeza en el regazo de su omega.
Taehyung le acariciaba el cabello, mientras se comía una que otra deliciosa uva.
—Uh… —se quedó serio unos segundos.
¿Debería decirle la verdad? no quería preocuparlo… a pesar de que su doctor le dijo que no había sido nada malo.
—¿Cachorro? —abrió los ojos viéndole titubear.
—Me… ¿me prometes que no te vas a asustar? —Hoseok frunció el ceño. —¿y que tampoco te vas a enojar?
—¿Qué pasó? —se quiso levantar pero Taehyung se lo impidió manteniéndolo en su regazo. —Me estás preocupando…
El omega abultó sus labios.
—Es que fue… fue Jiminnie quien se dio cuenta primero… —relamió sus labios desviando la mirada de la de su alfa quien le observaba atento. —Yo no me di cuenta pero, Jiminnie vio… —suspiró no sabiendo cómo explicarlo. —, cuando me salí de bañar, Jiminnie entró al baño para decirme si le ayudaba con las medidas de unas prendas aprovechando que SeokGi estaba dormido, porque ya sabes que cuando SeokGi está despierto no lo deja trabajar bien porque quiere jugar todo el tiempo y-
—Taehyung. —le detuvo al darse cuenta que comenzó a divagar y a hablar muy rápido. Lo sentía nervioso. —Tranquilo, solo ve al punto, cariño.
El omega suspiró y cerró sus ojos.
—Jiminnie alcanzó a ver sangre bajar por mi pierna… él se asustó y me llevó a la clínica porque creyó que yo… que yo estaba teniendo una pérdida. ¡Pero no era eso! —aclaró lo más rápido que pudo, abriendo de golpe sus ojos para encontrarse con la expresión asustada de su alfa. —¡No era eso! El doctor Yoon dijo que… dijo que era normal en los primeros meses porque… porque mi cuerpo estaba cambiando y eso provocó el sangrado… ¡Pero no me dolía nada! ¡Te lo prometo! Los dos estamos bien.
Taehyung no solía ocultarle cosas a su alfa, ni el alfa a él. Se tenían una enorme confianza, que no había secretos entre ellos, razón por la que el omega se sentía nervioso de contarle esa situación en el hospital, porque de verdad había sido algo grave de cierta manera y ahora que lo pensaba, estaba seguro de que Hoseok se sentiría muy mal por no haberle dicho todo en su momento.
—¿Cuándo fue? —preguntó tranquilo al saber que ambos estaban bien.
—Uh, ¿Te acuerdas cuando SeokGi dijo que había estado en el hospital?
Hoseok asintió.
—Me dijiste que fue porque tenías anemia… —le miró inquisitivo.
—Bueno, si tengo… pero también fue ese día cuando pasó todo eso y me enteré… —murmuró lo último nervioso, viendo como el alfa se sentaba a su lado. —¿Hoseok?
El alfa solamente dejó salir un pesado suspiro, rememorando cada una de las emociones que su omega le transmitió ese día en el que supuestamente estaba viendo una película con su hermanito. Miedo, tristeza, angustia, luego sintió el lazo vacío por unos segundos, para finalmente sentir una inmensa felicidad y emoción. Suspiró de nueva cuenta alcanzando tímidamente la mano de su omega, también comprendiendo el porqué no le dijo nada… porque si se lo hubiera dicho ese día, no habría recibido esta hermosa sorpresa.
—¿Hobie? —le llamó de nuevo al no obtener respuesta. Sentía sus ojitos picar otra vez. —¿E-estás molesto?
Relamió sus labios y asintió despacio. Taehyung entristeció.
—Solo estoy un poquito molesto —comenzó observando el anillo en la mano de su amado. —Porque también comprendo que no lo hiciste para poder darme la noticia hoy de esta manera tan preciosa.
—Y-yo no quería que te preocuparas… d-desde un principio cuando íbamos al hospital, Jiminnie quería avisarte pero yo le dije que no porque sabía que te ibas a asustar mucho. —murmuró con la voz rota.
Hoseok alzó la mirada para ver esos bellos ojitos azules derramar lágrimas. Se sintió mal, así que extendió sus brazos invitándole a un abrazo, el cual Tae no dudó en aceptar.
—Cachorro, por supuesto que me iba a preocupar… —le dijo acariciando su espalda y escuchando los bajitos sollozos. —, eres mi omega, la persona que amo más que a nadie en el mundo. —suspiró besándole la cabeza, no le gustaba verlo llorar. —Me imagino lo asustado que estabas al pasar por algo así y luego enterarte tan repentinamente que estás esperando un bebé… te sentí, cada una de tus emociones y yo lo único que deseaba era estar a tu lado, pero nadie contestaba mis llamadas.
—Lo siento… y-yo de verdad quería darte la noticia de una manera bonita y no como yo me enteré. —sacó el rostro de su escondite para mirar a su alfa con esos preciosos ojitos azules cubiertos de lágrimas y sus mejillas húmedas. —Ya no volveré a ocultarte algo así, lo prometo.
—Mi amor… —le sujetó los ruborizados y húmedos mofletes. —, no está mal que me ocultaras que estás esperando un bebito, porque entiendo que querías darme la noticia con una sorpresa armada por ti mismo —le limpió las lágrimas con sus pulgares sin dejar de verle a los ojos. —, que por cierto me encantó, en serio te luciste y no me lo esperaba en lo absoluto, así que te lo agradezco mucho, me hiciste muy feliz.
Besó la frente de su omega con ternura.
—Lo que no me gustó fue que no me dijeras que estabas en el hospital ese día… te juro que me asusté mucho cuando SeokGi lo dijo y más ahora que me contaste por completo lo que realmente te pasó… y sé que si hubiera estado contigo me habría enterado de que nuestro bebé viene en camino, pero cariño, tu salud y ahora también la de nuestro chiquito están primero… —suspiró. —Por favor, solo te pido que no me ocultes cosas que involucran tu salud y bienestar pensando si me voy a preocupar o no, porque obviamente me preocuparé, no me perdonaría no estar a tu lado si llegaras a estar mal o en un hospital. —Taehyung asintió abultando los labios y derramando más lágrimas. —Siempre estoy contigo en los momentos más hermosos y felices, pero también quiero estar contigo en los momentos difíciles para brindarte mi entero apoyo y consuelo.
El omega comprendió a su alfa, tenía que haberle avisado cuando él y Jimin iban de camino al hospital… pero se puso terco, para no preocuparlo, y terminó siendo contraproducente. Tae sollozó bajito volviendo a hundir su rostro en el pecho de su prometido pensando que si la situación hubiera sido al revés y Hoseok no le hubiera avisado que estuvo en el hospital, también se habría sentido mal.
—Todo está bien, amor. —decía frotándole la espalda y besando los claros cabellos. —Perdóname, no te estoy regañando, no era mi intención hacerte llorar… —se separó un poquito para poder verle el rostro, sintiéndose mal al ver esos preciosos ojitos cubiertos de lágrimas y sus suaves mejillas húmedas, así que con sus pulgares trató de secar un poquito. —Solo quiero que recuerdes que tú eres lo más importante en mi vida —llevó una mano al abdomen de su chico. —, tú y nuestro bebé.
Asintió puchereando y tallando sus ojos.
—Nuestro bebé… —repitió bajito sintiendo un agradable cosquilleo en su pecho y barriga al escuchar a su alfa decir eso. —Dilo… dilo otra vez.
—¿Nuestro bebé? —Taehyung estiró sus labios en una pequeña sonrisa de mejillas ruborizadas. El alfa también sonrió, deslizando su mano bajo la tela para poder tocar la cálida y suave piel de la barriga de su prometido. —Nuestro bebé, nuestro hijo, está creciendo aquí.
Una bonita calidez se hizo presente en el pecho del omega quien llevó su mano junto a la de su alfa. No obstante, ambos se sobresaltaron un poquito cuando escucharon unos ladridos provenientes de Yeontan, encontrándolo corriendo por el pasto persiguiendo algunos pajarillos.
El par intercambió miradas y rieron bajito, para después volver a acurrucarse muy juntitos sobre los almohadones, con Tae descansando su cabeza en el pecho de su alfa a quien sentía un poquito inquieto.
—Te amo, Taehyung.
Sonrió dejando un besito en el pecho —Yo también te amo, Hoseok, mucho…
—Gracias por hacer esto… —le dijo entrelazando sus manos. —De verdad te luciste, me diste la mejor sorpresa de todas, jamás lo olvidaré.
—¿En serio te gustó mucho?
—Mucho, a pesar de que sabía que me querías dar una sorpresa y un regalo, me terminaste sorprendiendo más que nunca. —alcanzó la cajita sonriendo una vez más al tomar el par de zapatitos tan pequeñitos. —Son demasiado hermosos.
Las mejillas del omega se ruborizaron, acompañados de una bonita sonrisa.
—Yo… yo los hice.
—¿De verdad? —Tae asintió mientras que Hoseok continuaba viendo los zapatitos con más atención. —¿Era lo que escondías cuando te atrapaba tejiendo?
—Sí. —se rió. —En realidad… quería darte la noticia la misma semana en la que me enteré que estaba esperando… pero fue muy difícil tejer unos zapatos tan pequeñitos, me tomó casi dos semanas…
—¡Dos semanas! —cayó en cuenta. —¿Cómo soportaste guardar el secreto tanto tiempo? Porque te conozco —le miró. —, me imagino que fue una tortura.
—¡Yo tampoco sé! —volvió a reír. —, pero si lo fue —hizo un puchero. —, muchas veces estuve a punto de decírtelo.
—Mi cachorro… —le abrazó besándole los cabellos. —, y todo para prepararme esta sorpresa, muchas gracias. —Taehyung rió bajito un poquito avergonzado… pero feliz. —No puedo esperar a ver a nuestro bebé usándolos.
—Haré más —dijo alzándose dándole una mirada de ojitos brillantes y llenos de ilusión a su alfa. —, más zapatitos, también se hacer gorritos, guantes, ropita, ¡de todo! voy a tejer mucho hasta que nazca.
Hoseok sonrió conmovido, imaginándolo tejiendo conforme su barriga va creciendo con el pasar de los meses.
—Eres excelente tejiendo, así que no tengo duda de que todo lo que crearás será precioso como lo es este par de zapatitos.
Con mucha emoción, el omega se lanzó a los brazos de su alfa, atrapando sus labios en un encantador beso.
—Cachorrito, tengo otra duda… —preguntó un par de minutos después de varios besitos.
—¿Uh? —se alzó un poquito mirándole a los ojos, para después sentir su piel erizarse cuando la mano de su alfa se escabulló a su barriga.
—Ya fuiste al médico, ¿verdad?
Tae asintió. —Fui al día siguiente después de enterarme para comenzar con un control.
—Ya veo. —se sintió aliviado y a la vez un poco triste ya que le habría encantado acompañarlo en su primera cita. —Entonces, ya debes de saber de cuánto estás.
Sus ojitos destellaron comenzando a asentir efusivamente. —¡Tengo-! Uh… —se quedó pensando, ahora comenzando a contar con sus dedos. —Veintinueve, treinta, treinta y uno… no, veintinueve, treinta… —murmuraba muy concentrado contando. —, cuarenta… ¡cuarenta y dos! —miró a su alfa. —¡Tengo cuarenta y dos días!
—¿Como? —le miró con asombro. —¡Un mes y once días!
—¡Sí! —metió la mano a la cajita sacando una pequeña tirita que el alfa no había notado al estar boca abajo. —¡Mira! aún es muy pequeñito.
—¿Cómo…? —dijo sorprendido tomando la tira de la ecografía. —¿Esto estaba ahí?
Tae rió asintiendo. —No se notaba porque estaba boca abajo, y bueno, la cajita también es blanca y la parte de atrás de la ecografía también es blanca, así que-
Se quedó mudo cuando notó a su alfa mirar las pequeñas imágenes de su bebé muy concentrado, que hasta los ojos le brillaban. Pero no fue hasta que Taehyung vió como una lágrima bajaba por la mejilla de su prometido que también se puso muy sensible.
—Uh, es ese… —se asomó señalándole con el dedo donde estaba su bebé. —, está pequeñito, pero ahí está… —tragó tocando su barriga tratando de no llorar. —, aquí está.
—Lo veo… —alzó su acuosa mirada hacia los ojitos tan azules como el cielo. —, es tal como dijiste: una semillita… una semillita que está creciendo en tu interior, Taehyung.
—Nuestra semillita…
Y el alfa no pudo más, acercándose a besar los labios de su precioso omega. Apenas un dulce toque, pero muy significativo y lleno de emociones, donde segundos después ayudó a su chico a acostarse sobre las almohadas y se colocó entre sus piernas haciéndole sonrojar.
—Hobie… —miró a su alrededor avergonzado, pensando en la posibilidad de que alguien pudiera verlos. —¿Qué haces?
Jung rió bajito recostandose boca abajo entre las piernas de su prometido, bajándole un poquito el overol y alzando su camisa así dejando ver a la luz de día su bonito abdomen. El lobo en su pecho aulló fascinado y un enorme orgullo se apoderó de sí, al saber que ahí, en ese lugar, su bebé, su primogénito estaba creciendo.
—Espero que te acostumbres pronto —dijo colocando sus manos en la cálida piel. —, porque da por hecho que haré esto todos los días a partir de hoy. —con sus dedos, acarició dulcemente toda la zona, provocando un agradable cosquilleo al omega, quien no pudo contener las lágrimas cuando el alfa dejó un tierno beso bajo su ombligo. —Sigo sin creer que me convertirás en padre…
—Hoseok… —murmuró bajito muy conmovido.
Pero el alfa continuó con su tarea en la barriga de su amado, esta vez hundiendo la nariz ahí mismo, dando una profunda calada, olfateando un aroma muy dulce apenas perceptible, pues su propio aroma y el de su omega estaban más que presentes… solo esperaba que pronto la fragancia de su bebé comenzara a hacerse presente porque estaba seguro que iba a llorar de emoción y felicidad una vez más.
—No puedo esperar a conocerte… —susurró dejando pequeñas caricias con las yemas de sus dedos.
🌻
Desde el día en el que Taehyung le dio la noticia a su alfa, este se había vuelto más empalagoso que de costumbre. Siempre aprovechaba cualquier oportunidad para abrazarlo y posar las manos en el aún plano vientre.
Sin embargo, la dulce pareja optó por mantener el secreto del embarazo ante todos hasta sentirse listos para anunciarlo. Sobre todo cuando por petición de Hoseok fueron a visitar a Jeonghan al hospital para que le hiciera otra revisión a Taehyung, porque en la primera cita el alfa no pudo estar presente por obvias razones.
Hoseok lloró al ver esas sombras negras y blancas en aquella pantallita mientras el médico le hacía un ultrasonido a su omega. Ambos con sus manos sujetadas todo el tiempo, miraban con infinito orgullo y amor esa pantalla a pesar de no entender la imagen muy bien del todo.
—No le encuentro forma… —decía soltando varias lágrimas. Tae rió bajito. —, pero de alguna forma es hermoso porque sé que se trata de nuestra semillita.
Yoon Jeonghan, explicó de nuevo el tiempo que llevaba de gestación, donde Hoseok dió por hecho —después de hacer varias cuentas— que su bebé fue concebido en el último celo que compartieron.
También recibió las recomendaciones de cuidado y de alimentación para subir las plaquetas de su omega y para finalizar, el doctor los felicitó por la entrada a la paternidad.
Pero lo que a Hoseok si preocupó —además de la anemia— fue cuando el médico les recomendó que tuviera bastante reposo y precaución con actividades pesadas, porque el primer trimestre era el más delicado y no quería que Taehyung sufriera algún aborto espontáneo por un mal movimiento.
Así que el alfa dejó salir su instinto sobreprotector más que nunca con su omega y su cachorro.
No lo dejaba hacer casi nada que requiriera esfuerzo, y en su lugar lo hacía por él y después lo consentía aún más en casa, alimentándolo y mimándolo. Tae por supuesto que no se negaba, disfrutaba de los cuidados con mucho gusto.
Además, las llamadas de Hoseok desde el trabajo se hicieron más frecuentes y Taehyung solo podía reír enternecido por la preocupación de su alfa y sus repetitivas preguntas. ¿Cómo te sientes? ¿Ya comiste? ¿Cómo está nuestro bebé? ¿Qué haces? ¿Estás en cama? ¿No has sentido algo raro? ¿Has experimentado algún síntoma? ¿Náuseas? ¿Mareos? ¿Ha pateado?
Porque esa fue otra de las cosas que llegaron a enterarse en su visita al médico… Jeonghan les dijo que compartían síntomas después de que Hoseok le contara como se había estado sintiendo las últimas semanas. Jung entonces comprendió porque había estado comiendo mucho últimamente, además de las recurrentes náuseas y vómitos.
—Síndrome de couvade —informó con una risita ante la mirada incrédula del par. —, significa que el padre comparte síntomas con su pareja gestante.
—¿Cómo…? —estaba en shock, era la primera vez que escuchaba sobre eso.
—Bueno, se dice que se manifiesta cuando la pareja posee una conexión especial. —Hoseok tragó sonoramente. —Inconscientemente, estás tratando de ponerte en su lugar y no dejarlo "sufrir" solo todos los cambios y síntomas, tales como lo son las náuseas, vómitos, mareos, cambios de apetito, de humor y vaya, hasta han habido casos donde incluso comparten los dolores de parto.
—¿Dolores de parto? —bien, ahora tenía miedo.
—Tranquilo, no son exactamente iguales, solo una ligera molestia en tu estómago. —trató de brindarle un poco de calma. —Pero si, efectivamente por lo que me has dicho, sin duda alguna estás experimentando el síndrome de couvade, y estoy seguro que si te hago unos estudios ahora, saldría que estás teniendo cambios neurohormonales, como lo es un aumento de estrógeno y prolactina, que son las hormonas que comienzan a producirse aún más en las personas embarazadas. Si gustas, puedo hacerte unos estudios de sangre para que estés más tranquilo.
—N-no… así está bien, te creo.
Y bueno, Hoseok estaba más que mareado con tanta información porque era la primera vez que escuchaba de ese padecimiento. Lo que más le aterró es que los síntomas podrían extenderse durante todo el embarazo de su omega y que inclusive podría llegar a existir la posibilidad de que también sintiera las contracciones al momento del parto. Era un padecimiento maravilloso y terrorífico a la vez… pero Hoseok estaba más que dispuesto a sentir lo que sea con tal de no dejar a su amado omega con todo el trabajo.
Le parecía un "trato" justo.
Sin más, el tiempo pasó en un parpadeo y el gran día había llegado.
Jimin era uno de los más emocionados, sobre todo porque se estaba encargando de la organización de la ceremonia. Él había ayudado al par a escoger la decoración de la granja y todo, así que había estado yendo de un lado a otro… mientras que Taehyung se había dedicado a dormir bastante últimamente y por otro lado, Hoseok se mantenía en la empresa tratando de dejar todo en orden, porque después de la boda se iría de luna de miel junto a su omega por vaaarias semanas.
El clima era perfecto, había sol, pero estaba sutilmente nublado haciendo de un día muy agradable. Hacía viento, y los girasoles eran los principales protagonistas de la ceremonia, tal como Taehyung quería.
La decoración era como de un cuento de hadas, desde la entrada a la granja donde se hallaba la bonita recepción con caminos acompañados de pequeñas florecillas coloridas, listones blancos por todos lados junto con lámparas en puntos estratégicos. Todo lucía de cierta manera, natural, mágico, que brindaba paz y tranquilidad con el simple hecho de ver combinado con la verde naturaleza del lugar, su césped y árboles por doquier… y que decir del hermoso campo de girasoles que parecía lucir más hermoso que nunca, siendo uno de los principales atractivos para los invitados para tomarse fotografías.
Otro de los atractivos era el famoso árbol de manzanas del cual Taehyung hablaba mucho con sus amigos y conocidos cercanos. Este se hallaba rebosante del delicioso fruto rojo dándole una increíble vista.
Y qué decir del templete donde la ceremonia se llevaría a cabo. Con madera oscura y también pintada de color blanco por doquier, con una camino de madera barnizada guiando al altar, justo al centro de las bancas decoradas con flores donde los invitados se sentarían. El camino se hallaba con pétalos amarillos en su camino. Y bajo los novios estaría una lluvia de luces blancas y de enredaderas combinada con esas bellas flores amarillas… y lo mejor de todo, tras el altar se hallaba el campo de girasoles.
Definitivamente Jimin y el equipo de decoración se habían lucido. Decoraron hasta el más mínimo detalle de la granja. Pues todos los árboles se hallaban con lucecitas con botellas de cristal colgando de sus ramas, que contenían pequeños girasoles artificiales. Y qué decir de los hermosos columpios de madera, repartidos por toda la granja.
Luego estaba la pista de baile de madera, con más sillas y mesas rodeandoles. Las mesas revisaban de naturaleza, con girasoles y flores coloridas, acompañadas de más pequeñas lámparas. Tal como Taehyung había dicho, su flor favorita y la de su abuelita, era la protagonista de su boda.
A dónde sea que voltearan, los invitados se encontraban con girasoles.
Y como regalo para los asistentes, Tae quiso darles un detallito chiquito y sencillo: una macetita color ladrillo con un lazo amarillo y un pequeño girasol en cada una, todos plantados por el dulce omega, quien también les puso una tarjetita con una nota que decía: Por favor recibe y conserva este cachito de sol, hará de tus días más bonitos.
—¿Tae? —la voz de Jimin se hizo presente, entrando con mucha precaución a la habitación. Cerró la puerta detrás después de no encontrar al omega a la vista. —Me dijeron que querías verme, ¿Dónde estás?
La ceremonia empezaría dentro de media hora, prácticamente todo estaba listo y Tae había tomado un pequeño descanso a petición de su alfa en la habitación principal de la casa nueva que habían construido en la granja, pues el omega le había dicho que se sentía un poquito mareado; y no era para menos, pues desde temprano había estado yendo de un lado a otro, ayudando y supervisando la decoración. Estaba muy emocionado que nadie lo pudo detener.
—¿Tata? —volvió a llamar, esta vez asomándose al vestidor suponiendo que quizás quería ayuda con su vestimenta o algo.
—Aquí…
El omega mayor se giró encontrándose con su cuñado recargado en el marco de la puerta del baño, completamente pálido.
—¡Taehyung! —corrió hasta él. —¿Estás bien? ¿Qué sientes? Santa luna, estás muy pálido.
El de ojitos azules ya se había vestido, pero al parecer se tuvo que quitar la camisa blanca y el arreglo en su cabello, porque había sujetado su flequillo con un broche ya que tenía su frente húmeda debido al sudor. Ni siquiera parecía que lo habían maquillado de lo pálido que se veía.
—Ya vomité dos veces… —murmuró sujetándose del brazo de su mayor. —, quería hablarle a Hoseok pero… —suspiró sintiendo las molestas náuseas en su garganta. —, lo vi muy ocupado hablando con los invitados.
—Pero Tae… —decía con una expresión angustiada secándole la frente. —, sabes que Hoseok dejaría todo con tal de venir contigo.
—Lo sé… —llevó una mano a su abdomen, sobando en círculos. —, pero-
Se interrumpió cuando la nauseabunda sensación se hizo más intensa, así que se giró de vuelta para ir a soltar otra arcada en la taza de baño.
—Ay no… —se colocó a su lado acariciándole la espalda. —, creo que lo mejor sería posponer la ceremonia una hora más, no puedes salir así, Tata…
—¡No! —alzó la voz. Mala idea, otra arcada le atacó. —N-No… si puedo, estaré… estaré bien.
—Pero, Taehyung… —hizo una mueca al escuchar otra arcada.
La puerta de la habitación fue abierta, haciendo que Jimin suspirara un poquito tranquilo cuando el aroma de su alfa llegó a sus fosas nasales. Seguramente había sentido la angustia en el lazo.
—Hey, ¿Qué está pasando? —preguntó YoonGi llegando hasta donde el par de omegas, preocupándose al notar a Tae vomitando. —No puede ser…
Jimin se giró a verlo en el marco de la puerta, luciendo tan guapo con ese pantalón de vestir de color gris a cuadros y una camisa blanca manga larga, con los primeros dos botones desabrochados y su cabello negro peinado hacía atrás dejando un par de mechones caer en su frente. Suspiró, su alfa se veía muy guapo… pero no era momento de pensar en eso.
Sacudió su cabeza. —YoonGi, por favor ve por Hobie, Tata lo necesita, se siente muy mal.
Asintió. —Ya mismo voy, seguramente ya lo sintió, lo noté un poco tenso mientras saludaba a unos invitados.
Fue solo cuestión de segundos cuando el alfa salió de la habitación, mientras Jimin continuaba consolando a Taehyung. Le ayudó a ponerse de pie y también a mojarse el rostro en el lavamanos, ya no importaba que el ligero maquillaje se le quitara con el agua, Jimin lo volvería a arreglar cuando se sintiera mejor.
El par de omegas salieron del baño después de que Tae se cepillara muy bien los dientes. Jimin lo llevó a la cama donde lo sentó secándole el rostro con un pañito, hasta que unos golpecitos en la puerta se hicieron presente.
—Adelante. —Jimin alzó la voz al mismo tiempo en el que le echaba aire a su cuñado con un ventilador de mano que utilizaban baterías.
La puerta se abrió despacio, donde luego se asomó un alfa vestido formalmente, quien al ver a Taehyung entró lo más rápido que pudo.
—¿Qué pasó? ¿Qué tienes?
—Papá… —el omega alzó la azulada mirada.
—Presentía que algo estaba pasando, por eso vine a buscarte. —MinHo le miró con angustia inclinándose frente a él. —¿Qué sucede? te ves enfermo…
—Y-yo… —miró dubitativo a Jimin y después a su padre.
MinHo no sabía que estaba embarazado. De hecho, los únicos que sabían eran Hoseok, Jimin y YoonGi, nada más, pues por decisión de ambos no habían querido decirle a nadie más todavía, hasta que no pasara el primer trimestre, entonces ahí lo anunciarían.
—Creo que… deberías decirle, Tata.
El joven omega asintió de acuerdo, no quería ocultárselo más a su padre
—¿Decirme… qué? —miró al par alternativamente.
Jimin relamió sus labios colocándose de pie.
—Saldré un momento, esperaré a Hobie en el pasillo, ¿si?
Taehyung asintió y Jimin salió.
—¿Qué está pasando? —inquirió preocupándose más por el extraño suspenso. —¿Qué me tienes que decir? ¿Estás enfermo?
Negó despacito. —Solo me siento mal… —suspiró mirándole a los ojos. —Papá…
—¿Sí, dime?
El alfa se confundió cuando su hijo le sujetó la mano y la colocó en su abdomen. MinHo parpadeó múltiples veces, captando torpemente lo que Taehyung le estaba tratando de decir con esa acción.
—Estoy…estoy embarazado.
La sorpresa fue más que visible en el rostro del alfa, quien se había quedado con la boca abierta tratando de decir algo, pero simplemente las palabras no salían.
—Por eso me estoy sintiendo mal —dijo con cuidado. —, estoy sufriendo de náuseas, ya vomité tres veces y me-
Sus palabras fueron cortadas cuando fue atrapado entre ese par de fuertes y protectores brazos. MinHo le abrazó con tanto cariño, acariciando la nuca y espalda de su hijo mientras sentía como los ojos se le cubrían de lágrimas por tan inesperada noticia.
—Santo cielo. —murmuró separándose para mirar esos bellos ojitos azules con incredulidad. —¿Es en serio?
Asintió tocándose el abdomen con ambas manos.
—Voy a ser papá… —le dijo con una sonrisita.
—Ay, cachorro… —volvió a abrazarlo, ésta vez con más calma.
El omega también lo rodeó con sus brazos, sintiendo sus ojitos picar.
—¿Estás…? —habló separándose para sujetar le las mejillas con ternura. —¿Estás bien con eso? ¿Estás feliz?
—¡Muy feliz! Voy a ser el mejor papá para mí cachorro, lo prometo.
MinHo sonrió. —Lo serás… —le dejó un dulce beso en la frente. —Mi pequeño Taehyung será papá… no puedo creerlo. —decía con mucha melancolía. —¿Cuándo creciste tanto?
Taehyung solamente se rió avergonzado.
—Estoy tan feliz por ti… —susurró. —¿Hoseok lo sabe? Él… ¿Está contento también?
—¡Muchísimo! —el alfa relajó sus hombros al escuchar eso. —Hoseok se puso muy feliz cuando se lo dije, y también lloró mucho.
—No tienes idea de lo mucho que me alivia saber eso… —alejó las manos de las mejillas del joven omega para entonces mirar a su regazo con la incredulidad aún pintada en su rostro. —Es que… sigo en shock, no puedo creer que mi Taehyung, ese niño que creció ante mis ojos ahora se convertirá en papá…
El omega sonrió conmovido sintiendo la primera lágrima bajar por su mejilla, la cuál fue rápidamente limpiada por el pulgar del mayor.
—Felicidades, pequeño. —le dijo sincero sentándose a su lado. —Ansío conocer a tu cachorro.
—Será… —le sujetó la mano. —, tu nieto, papá… tu primer nieto.
Y ahí MinHo no pudo contener más las lágrimas para asentir varias veces presionando sus labios en una firme línea.
—¿Voy a ser abuelo? —preguntó con voz rota.
—Sí —ahora fue turno de Tae de limpiar las lágrimas del rostro de su padre. —, el mejor abuelito.
Pero la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a un elegante alfa luciendo muy preocupado, quien relajó un poco su expresión al notar al otro alfa junto a su omega. MinHo se puso de pie fingiendo abrocharse el saco después de un carraspeo y ladeó su rostro para sorber su nariz y tallar sus ojos tratando de alejar cualquier rastro de lágrimas en ellos.
—Taehyung tiene malestar —le informó viéndolo acercarse al dulce omega.
Asintió. —Jiminnie me dijo que… estuviste vomitando. —se sentó junto a él sujetándole la mano con preocupación.
—No sé por qué justo hoy me está pasando esto, Hoseok… —murmuró abultando sus labios.
—Lo sé, tus síntomas no habían sido tan agresivos —le tocó la barriga. —, de hecho, el que los sufría era yo.
—Quizás se deba a los nervios. —comentó MinHo sujetando el pomo de la puerta para después carraspear. —Los dejaré solos, por favor llámenme si necesitan algo.
El par solamente asintió viendo como el alfa salía por la puerta refregando su nariz.
Hoseok regresó la vista a su omega, haciendo una mueca al notar la palidez en su rostro.
—No sé si vi mal pero, ¿MinHo estaba llorando?
—Sí, le dije que —llevó una mano a su abdomen, junto con la de su alfa. —, voy a tener un bebito.
—Ya veo… —esbozó una pequeña sonrisa viendo los bonitos ojitos de su amado.
—Se preocupó mucho al verme, así que tuve que decirle y se puso feliz. —suspiró cerrando sus ojos al sentir otro pequeño mareo. —Uhh…
—¿Qué pasa? —quiso saber al mismo tiempo en el que su omega se hacía pequeñito y dejaba caer su frente en el cuello de su alfa. —Tranquilo…
—Me mareé… —soltó otro suspiro ahora tratando de olfatear con calma el aroma a canela, roble y manzanas de su casi esposo.
Asintió recargando el mentón en la cabeza de su chico después de darle un besito. —Trata de respirar… —le frotaba la espalda. —Yo creo que se debe a los nervios, tal como dijo tu padre.
—Yo creo que sí… —musitó. —No había tenido síntomas así y creo que los nervios los despertaron… —dejó salir otro suspiro, tratando de relajarse con el aroma de su alfa.
—También lo creo… —se quedó en silencio unos segundos, dejando salir su aroma con más intensidad para ayudar a su omega. —¿Necesitas que te traigan algo?
Negó despacio manteniendo sus ojos cerrados.
—Solo quédate conmigo y abrázame.
—Siempre. —le besó la sien.
Le ayudó a recostarse en la cama y le quitó los zapatos. Hoseok también hizo lo mismo después de quitarse el saco blanco para no arrugarlo; entonces se acostó junto a su omega y lo abrazó contra su pecho repartiendo caricias en su espalda.
En ese momento, eran solo ellos dos y nadie más.
A Hoseok le dejaron de importar todas las personas que esperaban afuera para iniciar con la boda. Con su instinto protector saliendo a la luz, porque a él solo le importaba su omega embarazado, y tenía que cuidarlo más que nunca.
Nadie lo iba a sacar de esa habitación y nadie lo iba a separar de su omega, hasta que este se sintiera bien.
—Se bueno con papi —murmuró sobando la barriga de su chico en un intento de calmar un poquito el malestar. —, no lo hagas sentir mal… mejor hazme sentir mal a mi.
Pasaron alrededor de quince minutos cuando unos golpecitos en la puerta se hicieron presentes, para a continuación abrirse dejando ver a un omega de cabellos rubios.
—Hey… ¿Cómo sigue? —preguntó bajito.
—Se durmió. —respondió acariciándole el cabello con delicadeza.
—Lo imaginé… —murmuró acercándose. —, estar embarazado es de cierta manera difícil, sobre todo el primer trimestre… ¿recuerdas cómo estaba yo al inicio cuando esperaba a SeokGi?
—¿Cómo olvidarlo? Si vivías con tu cabeza dentro del retrete.
—Fue una tortura, lo juro. —se sentó en la orilla de la cama. —Por eso entiendo a Tata, parece que no, pero las náuseas agotan.
—Se supone que estábamos compartiendo síntomas… —suspiró sintiéndose inútil. —Preferiría estar yo en su lugar.
—Lo sé… —sonrió al ver qué las mejillas de su cuñado habían recuperado un poco de color, ya no lucían tan pálidas. —YoonGi y yo estuvimos saludando a los invitados que iban llegando, así que vine a preguntarte cuánto tiempo deberíamos retrasar la ceremonia.
—No lo sé —miró a su omega. —, todo depende de cómo se sienta Taehyung porque no pienso obligarlo a salir así… si por mí fuera la pospondría hasta mañana con tal de que él esté bien.
Jimin no dijo nada, pues conocía a su hermano y sabía que sería capaz de cancelar todo. Hoseok era muy sobreprotector con Taehyung, y siempre buscaba su bienestar, pero desde que se enteró del embarazo, esa sobreprotección y atención habían aumentado de sobremanera.
—Y también llegaron varios de tus socios, ¡Oh! Y el grupo de amigos actores de Tata, bueno, también son tus amigos, pero se llevan más con él. —se rió bajito.
Supuestamente la boda en la granja sería algo privado, con solo familia y amigos cercanos ya que en un par de meses harían otra en la ciudad para poder invitar a sus allegados del medio del espectáculo y a colegas empresarios, pero luego de que el doctor JeongHan les dijera en la revisión médica que lo recomendable era que Taehyung tuviera bastante reposo en el primer trimestre, tomaron la decisión de llevar a cabo una sola ceremonia, por eso bastantes personas estaban llegando a la granja y aún así, la lista de invitados fue muy reducida.
—Entonces, ¿Qué digo allá afuera?
—Bueno, creo que lo mejor sería- —detuvo sus palabras cuando sintió a cierto omega removerse en su pecho. —Oh…
Con movimientos suaves, Taehyung restregaba su rostro en el pecho de su alfa, para después alzar su nariz olfateando algo y sentándose en el proceso. El par de hermanos le miraban atentos ante cualquier acción.
—Mango.
Los hermanos compartieron miradas confundidas.
—¿Eh?
Los bonitos ojitos azules se abrieron para darle una mirada a los dos, llevando sus manos a su vientre que hizo un gruñido de hambre.
—Mango —repitió esta vez relamiendo sus labios sintiendo su estómago gruñir de nuevo. —, quiero mango.
—¿Mango? —Hoseok rió bajito, al parecer su omega había despertado con antojos.
Asintió ahora observando a su alfa, utilizando una de sus armas más letales: ojos de cachorro.
—Con limón y sal. —pidió.
Jimin hizo una mueca de asco, pues a él no le gustaba el mango, pero comprendía que con el embarazo se tenían antojos extraños.
—Jiminnie…
El alfa miró a su hermanito en una petición muda que claramente fue entendida. Por supuesto que tenían muchas frutas en el evento.
—Ya vuelvo, traeré un poco.
Fue solo cuestión de segundos para que el omega mayor saliera de la habitación. Hoseok solo rió bajito sin dejar de ver a su omega. Vaya que esa petición fue inesperada.
—¿Mango? —le preguntó divertido.
—Desperté y lo primero que vino a mi mente fue eso. —respondió relamiendo sus labios, imaginando su sabor. —Así… ¿Así funcionan los antojos?
—Creo que sí. —se rió bajito. —¿Cómo te sientes? ¿No tienes náuseas? Ya no te miras tan pálido.
—Pues… —se levantó de la cama para comprobar que tal se sentía. Sonrió al no notar ningún mareo ni náusea. —No, no siento nada, me siento bien, ¿cuánto tiempo dormí?
—Solo quince minutos-
—¡La ceremonia! —chilló. —¡Empezaba en veinte minutos y yo-!
—Hey, tranquilo. —Hoseok se puso de pie hasta colocar sus manos en los hombros de su exaltado omega. —Solo la retrasaremos un poco hasta que te sientas listo para salir.
—Oh… —se relajó un poquito. —¿En serio?
—¿Crees poder hacerlo? —colocó su mano tras la oreja de su amado. —No te presiones si aún no te sientes muy bien, por favor.
—Uhh… yo creo que sí. —sacudió su cabeza para mirar a su alfa con decisión. —¡Si puedo!
—Está bien… —sonrió besándole la frente. —Pero si te sientes mal, si sientes cualquier cosita me avisas, ¿Si?
Asintió esbozando una de sus preciosas sonrisas cuadradas. —¡Si!
—Así me gusta. —sujetó la mano de su omega dejando un dulce besito en el dorso. —Entonces, ¿Vamos a casarnos?
Se sonrojó pero agitó su cabeza con una sonrisita en su rostro.
—Vamos. —entrelazó sus manos. —Vamos a nuestra boda, pero primero… ¿puedo comer mi mango?
🌻
Cerca de media hora pasó cuando Taehyung finalmente pudo volver a estar listo.
Fue entre Jimin, SeokJin y Sunmi quienes lo terminaron de arreglar. Jimin le acomodaba la ropa y se la ajustaba ya que le había traído una camisa completamente diseñada por él siendo exclusivamente para Taehyung y su boda. Esta era blanca, ligeramente abierta del pecho con un cuello en forma de V dejando a la vista las hermosas clavículas del omega y su envidiable marca. De manga larga, ancha de la muñeca y con caída, con el estilo de un hanbok moderno, pero con brillos y cristales swarovski por aquí y por allá del mismo color; acompañado de un "cinturón" grueso hecho de la misma tela, que fue enredado y ajustado abarcando toda el ancho de la cintura del omega con un par de vueltas hasta terminar elegantemente atado del costado derecho con una hermosa caída.
Jimin chilló orgulloso al ver qué había quedado tal y como lo imaginaba.
—¿No lo sientes demasiado ajustado del abdomen? —le preguntó precavido. —Si quieres lo puedo aflojar un poquito si te sientes incómodo… ya sabes.
Jimin miró a los otros dos muy concentrados en su tarea así que no comprendieron el trasfondo de la pregunta que le hizo a Taehyung.
—Está bien —le sonrió para tranquilizarlo y también agradecido por la preocupación. —, te aviso si lo siento raro o algo.
Por otra parte, Jin se hallaba arreglando el cabello del omega, ondulando la parte que Tae había sostenido con un broche anteriormente. No fue complicado acomodar su bonita melena, así que para finalizar le colocó una linda corona de florecillas blancas.
Ya por último, Sunmi se hallaba colocándole un poco de bálsamo con sabor a fresas sobre los gruesos labios del novio, después de haberle maquillado con un poco de sombra oscura para resaltar esos preciosos ojos zafiro.
Los tres miraron con emoción a "su creación" chillando una y otra vez que se veía más hermoso que nunca… y bueno, Tae solamente reía avergonzado pero muy agradecido, ya que al verse al espejo se sintió bonito… muy bonito.
—¿Estás listo, Taehyung? —SeokJin le preguntó.
El omega suspiró viéndose al espejo, tomando otra profunda respiración y asintió para después girarse y decirles: —Listo.
Por otro lado teníamos a un nervioso alfa en el altar frente a todos sus invitados. Él también vestía de un pulcro blanco de los pies a la cabeza, con pantalón y camisa de vestir acompañado de una larga gabardina y su cabello negro elegantemente peinado dejándole la frente descubierta.
Miraba a todos lados, veía a sus invitados, veía el camino frente a él, veía el cielo que poco a poco comenzaba a pintarse de tonos rosados.
El atardecer estaba cerca.
Sin embargo, sintió su corazón detenerse cuando escuchó la música de piano comenzar a sonar e inmediatamente miró hacía el frente donde pudo encontrar a su omega… su hermoso omega, caminando del brazo de su padre, sonriendo tan radiante como siempre.
El omega tenía sus mejillas más rojas que nunca pero con la sonrisa más grande que podía existir y sus ojitos brillando conforme veía a sus amigos, familiares y demás personas conforme avanzaba hacia al altar luciendo tan encantador con un girasol en su mano. Pero cuando llevó su vista al altar y su mirada se encontró con aquella dorada, su corazón latió más rápido y el lobito en su pecho comenzó a aullar muy entusiasmado.
Desde ese momento, no desconectaron sus miradas.
Conforme Taehyung iba avanzando, a su memoria llegaron esos preciados recuerdos… como la primera vez que se encontraron esa calurosa tarde de agosto de una manera muy inusual en ese bonito arroyo, Kim Taehyung jamás pensó que su vida cambiaría por completo con ese sorpresivo encuentro, porque a partir de ahí todo fue diferente.
La forma en la que su lobito reaccionó positivamente por primera vez a un alfa, comenzando a sentirse "extraño" pero a la vez agradable con su presencia, que incluso le provocó un celo muy diferente a los que usualmente sufría. La primera vez que sintió su corazón romperse en miles de pedacitos cuando lo vio marcharse de la granja, pensando que jamás, jamás, jamás volvería a verlo que inclusive su lobito había llorado junto con él. Su corazoncito jamás había dolido tanto en sus cortos dieciocho años de vida.
Pero el reencuentro que fue igualmente inesperado para él, fue la mejor sensación que pudo existir. Abrazarlo y sentir ese aroma que tanto le había gustado fue simplemente maravilloso. Sobre todo el como su corazón esa vez sentía que se le saldría, tanto que asustaba de lo rápido que latía, haciéndole creer que había algo malo con el. Pero entonces, Hoseok como el alfa caballeroso y paciente que siempre fue, le ayudó poco a poco a comprender sus sentimientos cuando lo llevó por primera vez a su hogar en la ciudad.
Sus primeros roces en la intimidad cuando accidentalmente encontró esa escena subida de tono en la televisión y luego… la confesión de Hoseok en aquél bonito parque de diversiones, donde en el punto más alto de la rueda de la fortuna, aceptó ser su pareja y finalmente obtuvieron su primer beso como novios con los fuegos artificiales de fondo haciéndoles compañía.
Ese fue el primer sí, que Taehyung le otorgó a Hoseok.
A partir de ahí, todo fue desarrollándose positivamente y creciendo de una manera tan hermosa…
Como su primer viaje juntos, donde dieron un paso enorme y muy significativo en su relación, como lo fue tener su primera vez donde Hoseok lo trató de una manera tan delicada, siendo siempre tan respetuoso y precavido todo el tiempo. Sus gentiles manos tocándole con tanta dulzura y devoción fue llevarlo al cielo, sobre todo cuando finalmente se convirtieron en uno… y la marca, la marca fue un cúmulo de emociones completamente indescriptibles, un momento más que extraordinario que Taehyung nunca se cansaría de recordar. En su corta vida, jamás pensó que sería capaz de sentir tal peso en su pecho que le hiciera saber la inmensidad con la que era amado.
Sentir las emociones era como un sueño, a pesar de haber tenido varias dificultades al principio, ambos lo supieron manejar poco a poco.
Hoseok lo apoyó todo el tiempo, lo impulsó a hacer más cosas, a aprovechar todo ese potencial que tenía oculto y Taehyung disfrutó muchísimo de hacer tantas cosas, como ir a la universidad, hacer amigos, comenzar su propia carrera de modelo… él era muy feliz haciendo todo eso.
Pero su principal sueño, siempre fue formar una familia junto a su alfa, y aún no podía creer que ese sueño estaba en proceso de convertirse en realidad, pues cada mañana, al despertar veía su barriga frente al espejo muy emocionado al saber que ahí estaba creciendo su cachorrito, su primer hijo.
Y justo ahora, estaba por contraer matrimonio junto al alfa de su corazón. Pensar que no hace mucho le había dado el sí, aceptando casarse con él y pronto le daría otro sí para aceptar unir sus vidas y almas una vez más.
Al llegar al altar Hoseok sujetó la mano de su amado, dejándole un dulce beso en el dorso para después dirigir su mirada al alfa que le acompañaba.
—Sé que te he dicho esto desde que nos conocimos, pero ahora —le dio una mirada a los bellos ojitos azules que tanta nostalgia le provocaba. —, de mi brazo te entrego a Taehyung con la petición de que cuides de él, que lo ames y lo hagas más feliz que nunca, porque después de todo lo que se le ha sido arrebatado, mi pequeño Taehyung definitivamente merece ser feliz. —ahora miró al alfa. —Jung Hoseok, vela por la felicidad de mi niño… de mi hijo. —suspiró ahora dándole una acuosa mirada al precioso omega. —Cuida de ellos, te lo pido, confío en ti.
De ellos. Hoseok comprendió perfectamente que no solo se refería a Taehyung… si no que también a esa semillita que crecía en su interior.
MinHo sabía que no necesitaba pedirle eso, pues con el pasar de los años se dio cuenta de que el alfa se desvivía por Taehyung y hacía de todo con tal de mantenerlo con una hermosa sonrisa en su rostro y demostrándole siempre cuánto lo amaba.
Pero como alguien que lo vio crecer, como alguien que conoce su historia, alguien que lo crió como si fuera su verdadero padre y que ÉL lo aceptara como su padre… y como tal, un padre siempre tendrá esa espinita de preocuparse por su hijo a pesar de saber que todo está bien.
Los padres jamás se cansan de preocuparse por sus hijos.
—Le doy mi palabra. —respondió dándole una inclinación para después mirar a su omega con ojitos enamorados. —No lo defraudaré.
MinHo dio un ligero asentimiento, para después depositar un cariñoso beso en la frente del omega, quien le regaló la más dulce sonrisa en agradecimiento.
—Tu madre debe de estar muy orgullosa de ti.
Tae se sintió muy conmovido al escuchar esas palabras, no obstante, solo atinó a asentir con su cabeza y así suspirar para contener las lágrimas y el sollozo que se le atoró en la garganta. Con otro suspiro más y los labios siendo presionados en una firme línea, se giró en dirección a su alfa una vez su padre fue a tomar asiento.
Jung le acarició la mejilla, y limpió la traviesa lágrima que alcanzó a asomarse de ese precioso par de ojos. Sujetó ambas manos de su omega, otorgándole un poquito de consuelo con caricias en el dorso y una sonrisa tranquilizadora.
—No puedo creer que estoy a punto de casarme con un ángel… el más hermoso que existe. —dijo sin dejar de observar esos ojos tan azules como el cielo… esos que tanto amaba. —Te ves precioso, mi vida.
Llevó una de sus manos a los bonitos rizos que caían delicadamente en la frente de su casi esposo, provocándole un dulce sonrojo. No obstante, volvió a sujetar las manos de su omega al sentirle temblar gracias a lo que parecía ser una corriente de nervios al caer en cuenta de que el momento, finalmente había llegado: se iban a casar.
—Tranquilo. —le besó las manos para después frotarlas con la intención de calmar. —Lo haremos bien…
El omega asintió estirando sus labios en una pequeña sonrisita, percibiendo la calma a través del lazo. Resopló bajito para observar los ojos color miel de su mayor con decisión. Estaba listo.
Sin más vueltas, la ceremonia dio inicio.
El maestro de ceremonia comenzó a hablar con una voz tan agradable de escuchar, siendo acompañado del canto de algunos pajarillos que sobrevolaban cerca. Este hablaba con gracia, elegancia y mucha simpatía haciendo reír de vez en cuando a los invitados, gracias a las referencias y una que otra anécdota que hacía sobre la enamorada pareja.
Pero en todo momento, el enamorado par no desconectaba sus miradas… perdidos en su mundo, que inclusive ni atención estaban poniendo a todo lo que el hombre decía.
Los invitados escuchando atentamente cada una de las palabras manteniendo sonrisas enternecidas, otras emocionadas y otras embelesadas por las miradas que el par en el altar se estaban dedicando. Eran simplemente encantadores y se notaba a kilómetros cuánto se amaban, así que se sentían honrados de ser capaces de presenciar una de sus uniones.
Como una caricia, un agradable viento se hizo presente en el lugar, mientras el atardecer iba cayendo majestuosamente haciendo del momento más que perfecto.
Varios "aww" se escucharon en el instante en el que se pidió que llevaran los anillos al altar, pues Min SeokGi avanzó casi corriendo por el pasillo luciendo tan bonito y adorable con su conjunto blanco de pantaloncillos cortos, con su negro y ondulado cabello rebotando en su frente. Tanto Jimin como YoonGi se deshicieron tomándole fotos y grabándolo.
Una vez el pequeñito llegó donde sus adorados tíos les entregó el bonito cojín donde venían ambas argollas, para después recibir unos encantadores abrazos y besitos en sus regordetas mejillas. Taehyung alcanzó una florecilla blanca de uno de los arreglos ahí cerca y se la entregó a su sobrino después de besarle la frente. Luego, SeokGi se regresó corriendo por dónde mismo llevándose bajas risitas por parte de los invitados, para luego regresar y caminar entre las bancas hasta llegar con Soobin quien estaba con sus tres padres, SeokGi le sonrió y le entregó la flor para ahora sí regresar con papá Jimin y papá YoonGi quienes estaban atónitos al igual que los padres del otro niño por esa acción.
Después de que la ceremonia fuera protagonizada unos instantes por la inocente y dulce acción del par de infantes, prosiguieron.
—Yo, uhm… —balbuceó sintiendo los nervios aflorar nuevamente. —Yo, Kim Taehyung uhh… Yo a Hoseok, uhh…
El momento de los votos había llegado y Taehyung comenzó a sentirse más nervioso que nunca, olvidando el pequeño discurso que tanto había practicado.
Frunció sus cejas en preocupación volteando a ver a los invitados, después a su alfa y después el piso. No recordaba nada de lo que iba a decir ni cómo iniciar.
Por supuesto, Hoseok lo notó de inmediato, así que sin decir una sola palabra, presionó las manos de su omega así llamando su atención. Los ojitos azules le observaban con confusión, para después dar un bajito respiro después de sentir la calma invadir el lazo, acompañada de esa cálida mirada de su alfa animándole.
Una pequeña sonrisa cruzó los labios de Taehyung para entonces asentir un poquito más relajado. Relamió sus labios, tomó un largo respiro sintiéndose nuevamente listo.
—Yo… Kim Taehyung, te acepto a ti Jung Hoseok, como mi… m-mi esposo. —al fin lo dijo. —Prometo amarte mucho a ti, Jung Hoseok, pero mucho, mucho más… y prometo estar siempre a tu lado en todos los momentos más hermosos de nuestra vida —sonrió al pensar en la semillita en su vientre. —, en todos esos que están por venir. —Hoseok también sonrió entendiendo perfectamente a lo que se refería. —Pero sobre todo prometo estar junto a ti en los momentos difíciles que lleguen a cruzarse en nuestro camino, porque eso hacen las parejas, ¿verdad? —el alfa asintió conmovido recordando el porqué hacía esa pregunta. —Las parejas… las personas que se aman, siempre buscan el bienestar del uno del otro… siempre. —dirigió su vista a MinHo quien también lucía conmovido al comprender la profundidad de esas palabras. —Así que yo —regresó la mirada a esos bellos ojos dorados que con tanto amor le observaban. —, siempre cuidaré de ti, mientras mi amor por ti va creciendo cada vez más y más.
Hoseok quería llorar.
—Te amo… —lo dijo bajito pero con muchísimo sentimiento de por medio. —En serio te amo, Jung Hoseok… —alzó el tono de su voz, diciéndolo con seguridad, con orgullo. —, te amo tanto y yo… siempre estaré agradecido con la diosa luna y el destino que escribió para nosotros, porque el destino nos juntó, el destino hizo que llegaras a mi, Hobie, tu me encontraste aquí en mi granja, ¿te acuerdas? llegaste aquí por obra del destino porque te perdiste, fue entonces que nos vimos por primera vez, nos conocimos y desde ese ese momento no hemos podido estar separados. —no pudo evitar reír enternecido al notar una lágrima bajar por la mejilla de su amado. —Nuestras almas estaban conectadas desde hace siglos, así que tarde o temprano nos íbamos a encontrar porque somos destinados y estoy tan feliz de saber que mi destino es un alfa tan maravilloso, tan amoroso, tan respetuoso, tan guapo y con la sonrisa más brillante que puede existir.
A este grado, Hoseok ya estaba derramando lágrimas sin parar.
—Gracias por estar conmigo en los momentos más duros, gracias por ayudarme a descubrir el mundo, gracias por ayudarme a saber de todo lo que soy capaz de hacer, gracias por impulsarme a hacer tantas cosas, gracias por siempre ser tan bueno conmigo, eres un alfa ejemplar… mil veces gracias por llegar a mi vida y hacer de ella una experiencia tan mágica… —el omega sintió un par de lágrimas bajar por sus mejillas cuando el alfa sujetó sus manos con fuerza besando sus nudillos una y otra vez. Sin evitarlo, la voz se le quebró. —Gracias por hacerme tan feliz, gracias por amarme tanto, y sobre todo gracias por ser mi alfa…
Hoseok sollozaba silenciosamente al escuchar cada una de las palabras de su precioso omega. Quería abrazarlo, quería besarlo y decirle que no tenía porqué agradecerle, no cuando seguiría haciendo todas esas cosas y muchas más por él sin dudarlo. Para Hoseok no había nada mejor que ver una sonrisa en el rostro de Taehyung y sentir su felicidad a través del lazo que poseía una inigualable conexión entre sus almas.
—Por todo eso y más, Jung Hoseok te hago la entrega de este anillo —dijo colocando la bonita argolla en el dedo de su alfa. —, como un símbolo más de nuestra unión y de nuestro inmenso amor, te prometo que estaré a tu lado hasta mi último respiro… te amo, mi amor.
Los sollozos por parte de varios de los invitados no se hicieron esperar. No solo de los que eran más cercanos a la parejita, en general, varios de ellos derramaban una que otra lágrima, pues la escena era simplemente encantadora, y conmovedora que las palabras de Taehyung les llegó a todos directo al corazón.
Pero entonces el turno de Hoseok para dar sus votos había llegado.
—Veamos… ¿Cómo empezar? —alzó su vista al cielo que ya estaba pintado en tonos anaranjados.
Parpadeó varias veces tratando de alejar las lágrimas, y luego tomó un largo respiro luchando por que no se le rompiera la voz al hablar, ya que se había estado conteniendo en soltar en llanto al escuchar a su amado omega expresarse de esa manera.
Pero cuando regresó la mirada a los ojos más hermosos que podían existir, algo en él se calmó, tanto que esbozó una dulce sonrisa y después de un par de besitos en los nudillos de su omega, supo que podía hacerlo.
—¿Qué puedo decir? —soltó una risita nerviosa. —Unir nuestras vidas, ha sido lo mejor que me ha podido pasar… coincidir contigo, amor de mi vida, ha sido la experiencia más maravillosa que he vivido. —suspiró conteniendo el nudo que comenzaba a formarse en su garganta. Hablar de su omega siempre lo ponía sensible. —Cada noche y cada mañana al despertar, le agradezco a la diosa luna y al destino por brindarme la fortuna de verte durmiendo a mi lado.
Una pequeña pausa para soltar otro suspiro. Al parecer iba a ser más difícil para Hoseok poder hablar.
—Siempre que te veo, me siento muy afortunado, de hecho justo ahora, viéndote aquí frente a mí luciendo como un ángel, tan bello, tan precioso… simplemente quiero llorar. —se rió bajito, haciendo reír un poquito a los demás. —Cada vez que me miras, cada vez que hablas, que sonríes, que ríes, me quedo como un bobo viéndote, pensando si estoy viviendo en un sueño porque todo es demasiado hermoso… pero cuando te veo dormir en las noches y cada mañana, es donde me doy cuenta de que todo esto es real, que estás aquí conmigo. —alzó su mano para acariciar la suave y rojita mejilla de su omega. —Y cada mañana, me tomo el tiempo de mirarte, de admirar cada detalle en tu rostro y por supuesto me encargo de agradecerle a la diosa luna por permitirme estar con el omega más precioso que mis ojos han tenido el placer de ver… —Tae mordió su labio inferior ahora él conteniendo un sollozo. Hoseok sonrió. —Mis mañanas son las mejores cuando despierto y te encuentro profundamente dormido a mi lado.
El alfa limpió con su pulgar una traviesa lágrima que alcanzó a escaparse de los ojos de su amado. Taehyung de verdad estaba muy conmovido.
—Mi vida mejoró considerablemente cuando tuve la dicha de encontrarme con unos ojitos tan azules como el cielo, y más preciosos que un zafiro, los cuáles le pertenecen al omega más dulce, noble, tierno, hermoso y encantador que pude conocer. —suspiró una vez más. —Creo que ya te dije esto anteriormente, pero lo repetiré porque es algo que deseo que tengas muy presente en ti; celebro tu vida como no tienes idea, así que: gracias por nacer, gracias por estar vivo, gracias por estar a mi lado y gracias por amarme de la manera más bella y pura que existe. —besó sus nudillos de nueva cuenta. —Eres lo mejor que me ha podido pasar y estoy tan feliz de caminar a tu lado en cada uno de tus procesos, de tus logros.
—Hobie… —gesticuló con un pronunciado puchero.
—Te amo, Taehyung, jamás me cansaré de decírtelo, te amo, te amo. —repetía causándole mini infartos de amor a su omega. —Eres el amor de mi vida, el dueño de mi corazón, de mi alma, te amo con todo lo que soy, con todo lo que tengo.
Con manos trémulas, sujetó la preciosa argolla bañada en oro blanco con incrustaciones de diamante. Miró a su omega sintiendo sus propios ojos picar ante el mágico momento que estaban viviendo.
—Así que yo, Jung Hoseok… —comenzó a deslizar el anillo por el fino dedo. —con la bendición de Kim Youngmi, tu abuelita, te tomo a ti Kim Taehyung como mi esposo, para amarte aún más que nunca, para respetarte, cuidarte, protegerte, y darte lo mejor de mi… para estar siempre a tu lado en los momentos más preciosos de nuestras vidas, pero sobre todo estaré a tu lado en la enfermedad y en cada una de las dificultades que se nos atraviesen, porque juntos somos imparables, juntos somos más fuertes y juntos superaremos absolutamente todo, nunca te dejaré atrás, mi amor, nunca, es todo juntos, o nada. —relamió sus labios conmovido. —Te amo ahora, te amaré mañana y te amaré hasta que mi corazón deje de latir y entonces nuestras almas vuelvan a renacer, entonces te buscaré por cielo, mar y tierra para poder decirte nuevamente lo mucho que te amo, es una promesa.
—Te amo. —susurró agitando su cabeza, aceptando la promesa de reencontrarse en su próxima vida.
Las almas destinadas definitivamente eran algo extraordinario. Dichosos ellos de poder renacer por los siglos de los siglos para demostrar cuánto se amaban.
—Taehyung-ssi, ¿Aceptas casarte con Jung Hoseok?
El omega miró a su alfa con sus ojitos tan felices y brillantes, esbozando una enorme sonrisa. La alegría y emoción que invadió su ser era indescriptible, mientras que su corazón comenzó a latir a una increíble velocidad por lo que estaba apunto de decir.
—¡Sí! ¡Acepto!
Se rió con entusiasmo viendo a su alfa esbozar una sonrisa tan grande como la suya.
—Hoseok-ssi, ¿Aceptas casarte con Kim Taehyung?
Presionó las manos de su omega sintiendo el desborde de emociones en el lazo, producto de la inmensa alegría de ambos.
—¡Por supuesto que acepto!
Taehyung junto con los demás rieron por el entusiasmo del alfa.
—Entonces, no me queda nada más que decir —el maestro de ceremonias sonrió. —, que los declaro oficialmente esposos, pueden besarse.
El ahora matrimonio sonrió en grande, acercándose más entre sí. Hoseok sujetó la cintura de su chico para entonces mirarle fijamente a los ojos con infinita devoción.
—Mi cachorro, mi omega —murmuraba trémulamente sintiendo las manos ajenas posarse en su pecho. —, mi esposo… mi compañero de vida.
Y antes de que Tae dijera palabra alguna, Hoseok unió sus labios, siendo recibido por un coro de aplausos y vitoreos, con el sol bajando majestuosamente por el campo de girasoles a espaldas del precioso matrimonio que se acababa de profesar amor eterno, logrando una perfecta puesta de sol haciendo del momento aún más único y especial.
Ellos se sumergieron en su propia burbuja de amor, besándose con mucho cariño de por medio, entre pequeñas sonrisas y miles de te amo. Estaban que no cabían de la emoción que no podían evitar comenzar a derramar lágrimas de absoluta felicidad.
Taehyung acunó las mejillas de su alfa viéndole con sus ojitos cristalizados pero con una deslumbrante sonrisa en sus labios, recibiendo adorable piquitos.
—Estamos casados. —murmuró sin creerlo acariciando el rostro de Hoseok. —Ahora eres mi esposo…
—Y tú el mío. —lo besó de nuevo. —Te amo, te amo, te amo.
El omega reía entre besos. Estaban felices, demasiado. La alegría que estaban experimentando a través del lazo era sumamente maravillosa e igual de preciosa al día en el que Hoseok recibió la noticia de que sería padre.
—Mi alfa… —dijo en voz bajita, tragando sonoramente para no soltar en llanto. —, m-mi esposo… te amo tanto, Hoseok.
—Yo también te amo, Taehyung… —decía en el mismo tono. —Te amo y te amaré por siempre…
—Y para siempre… —terminó la frase ahora él tomando la iniciativa de unir sus labios en un profundo beso.
Para siempre…
🌻
Después de las fotografías en pareja, luego con familiares, amigos y socios, la fiesta dio inicio.
Habían optado por una ceremonia con una mezcla oriental y occidental y vaya que había sido la mejor elección, pues la boda estaba siendo un éxito.
—¡Taehyunggie!
El omega giró en su lugar encontrándose con sus queridas amigas, siendo atrapado en los brazos de la morena que no parecía querer dejar de llorar.
—¡No puedo creer que te casaste antes que yo! —chillaba Jessi. —¡Todo fue perfecto! ¿Por qué dijeron cosas tan hermosas? ¡Mi maquillaje está arruinado por todo lo que me hicieron llorar!
—Apenas empezó a hablar Hoseok-ssi, Jessi comenzó con el llanto. —acusó Sunmi con una risita. —Yo también lloré, pero Jessi me ganó.
—Cállate, soy muy sensible. —abultó sus labios sin dejar de abrazar al precioso omega de ojitos azules que no dejaba de reír al escucharlas.
Amaba a sus amigas.
También habían asistido varios de sus ex-compañeros de la universidad y con todos se tomó fotografías.
—¡Hyung!
Apenas vio a YoonGi fue a abrazarlo, siendo obviamente correspondido. El alfa no era muy fan de los abrazos, pero solo aceptaba los de su omega, los de su hijo y por supuesto, los de Taehyung.
—Hey… me alegra mucho verte tan feliz, se nota que la estás pasando increíble. —dijo llevándose un cubito de queso a la boca ya que estaban en la mesa de bocadillos.
—¡Mucho!
YoonGi había notado al omega ir de un lado a otro, saludando a todos muy contento. Nadie podía detenerlo.
—¿Y SeokGi?
—Por allá. —señaló con el palillo en su mano hacia uno de los árboles con columpio. —Mi madre lo está columpiando.
Para Min Hye, su nieto era su adoración, y bueno, SeokGi amaba a su abuela.
—¡YoonGi!
Ambos se giraron hacia dónde provenía esa voz, encontrándose con Jimin caminando a toda velocidad hacia ellos.
—¡YoonGi! ¿Qué haces aquí? —dijo tomándolo del brazo.
—Bueno, estaba probando los bocadillos. —se llevó otro cubito de queso a la boca, para tomar uno más con el palillo. —¿Quieres?
—¡No! ¿Acaso olvidaste lo que teníamos que hacer?
—¿Qué cosa? —frunció el ceño unos segundos para después abrir los ojos en grande. —¡Es cierto!
—¡Exacto! —ahora le dio una mirada a Taehyung quien les observaba curioso. —Lo siento Tata, tengo que llevarme a YoonGi~
Y sin dejar que Tae dijera algo, Jimin se llevó tirando del brazo a su alfa. Taehyung se encogió de hombros girando hacia la mesa de bocadillos sonriendo enormemente porque todo se veía delicioso. Sus ojos viajaron directamente a la fruta picada llevándose inmediatamente un pedacito de pera a la boca cerrando sus ojos gustoso.
Tan concentrado estaba, que se llevó un pequeño susto cuando un reflector lo alumbró y él solo entrecerró sus ojos aún con sus mejillas abultadas. No comprendía que estaba pasando pero apenas tragó la fruta que tenía en su boca, su aroma favorito en todo el mundo llegó hasta él, para finalmente encontrarse a su amado alfa frente suyo extendiendo su mano acompañado de una encantadora sonrisa.
El omega no necesitó de palabras para tomar la mano de su ahora esposo, quien comenzó a llevarlo hasta la pista de baile con el reflector y miradas de los invitados siguiéndoles.
Observó a su alrededor al darse cuenta que se hallaban en el centro con todas las miradas clavadas en ellos. De inmediato los nervios comenzaron a hacer acto de aparición, hasta que Hoseok le sujetó el mentón con un par de dedos dedicándole una sonrisa cálida que le transmitió calma.
—¿Qué te parece si bailamos un poquito? Solo tú y yo.
Justo en ese momento, el delicado sonido de las teclas del piano comenzaron a hacerse presentes por todos lados, las luces bajaron y solo el reflector los iluminaba a ellos.
El omega esbozó una tímida sonrisa de mejillas sonrojadas para entonces asentir y colocar sus manos tras el cuello de su alfa mientras que él le sujetaba de la cintura, comenzando a balancearse dulcemente a los lados al son del piano.
Tae rió bajito.
—¿De qué se ríe mi cachorro? —preguntó curioso.
Negó aún sonriendo. —Me acordé cuando… cuando bailamos por primera vez juntos en la fiesta de navidad, ¿Lo recuerdas?
—¿Cómo olvidarlo? Cada uno de los momentos como esos a tu lado, los tengo muy bien guardados en mi memoria.
♪quiero estar contigo…y quiero quedarme contigo♪
Taehyung detuvo sus movimientos cuando esa voz se le hizo familiar, giró su cabeza hacia el altar encontrándose con YoonGi tocando el piano y a Jimin frente al micrófono cantando con su dulce voz. Sonrió regresando su vista donde su alfa quien también sonreía uniendo esta vez sus frentes y retomando el balanceo que tenían hace sólo unos segundos.
—Por favor escucha la canción, es un pequeño regalo para ti… —murmuró con los ojos cerrados. —, llevo tiempo trabajando en la letra y la melodía junto con YoonGi en su estudio.
♪al igual que las estrellas brillando intensamente… estás brillando una vez más♪
El omega abrió sus ojitos en grande, recibiendo un besito en su mejilla.
—Espero te guste…
♪justo aquí a tu lado, sigo caminando a dónde quiera que vayas… vivirás por siempre en mi, respirando profundamente en mi♪
—Ya la estoy amando… —murmuró con su corazón latiendo a mil por hora.
Pero en ese momento Hoseok lo tomó de la cintura con ambas manos y lo levantó dando una vuelta juntos justo cuando la melodía y voz tomó fuerza, coordinando todo a la perfección.
♪solo tómalo todo…no soy nada sin tu amor♪
Taehyung esbozó una enorme sonrisa contagiando a su alfa quien llevaba el ritmo de sus pasos llevándolos de un lado a otro por la pista con el reflector siguiéndoles logrando que los cristales de su ropa brillaran hermosamente.
Taehyung se sentía como un príncipe, tal como en las películas.
♪prometo que nunca dejaré tu amor, mi corazón está latiendo por tí♪
—Por siempre y para siempre y siempre… —Hoseok le había cantado en su oído al unísono con la voz de Jimin.
♪solo tú puedes tomar mi corazón…♪
—Mi querido amor, amor, amor…
Nuevamente, mientras bailaban, Hoseok volvió a cantarle cerca del oído, con la melodía disminuyendo lentamente dando el aviso de que estaba por acabar.
YoonGi tocaba maravillosamente el piano, solo con el talento y experiencia que alguien como él ha adquirido a lo largo de los años. Y acompañado de la voz de Jimin, todo era sin duda mágico.
♪quiero quedarme…♪
—Contigo…
La hermosa melodía continuó pero la voz ya había terminado su trabajo. Hoseok también detuvo sus pasos dando por concluído el encantador y conmovedor baile en pareja. Los aplausos no se hicieron esperar, pero el hermoso matrimonio seguía en su mundo, mirándose directamente a los ojos, los cuáles destellaban magníficamente demostrando la felicidad de su parte humana como su parte lobuna.
Lágrimas salían de esos bellos ojos azules, pero con una sonrisa gigante en sus labios. El alfa se acercó lentamente al rostro de su amado y posó los labios en su frente depositando un casto beso.
—¿Y qué te pareció? —preguntó en un susurro acariciando tras la oreja de su amado omega.
—Yo también quiero... quedarme contigo por siempre y para siempre y siempre…
🌻
La mañana siguiente después de la boda, el nuevo matrimonio se hallaba en el aeropuerto, viendo como subían al avión todo su equipaje, el cual era bastante. Hoseok había comprado su propio jet privado para llevar a su omega y familia a viajar por todo el mundo y así tener la privacidad que merecían.
El par se subió con toda la felicidad del mundo como toda pareja recién casada, a diferencia de que ellos actuaban como recién casados todo el tiempo, incluso antes de casarse. Que decirles, eran una pareja muy enamorada.
Sin más, el jet despegó y el lindo matrimonio iba más que feliz compartiendo bocadillos y bebiendo jugo de manzana, regalándose besitos por aquí y por allá, acompañado de dulces risitas.
—Hobie… —habló después de darle una fresa en la boca a su alfa.
Se hallaba cómodamente sentado en su regazo.
—¿Uhm? —le hizo saber que lo escuchaba, después de todo no podía hablar al estar masticando.
—Quería… —se rió bajito al ver las mejillas abultadas de su esposo. —Quería preguntarte sobre algo que mencionaste cuando decías tus votos…
—Oh —le acarició dulcemente la pierna. —¿Qué es?
—Tu mencionaste a mi abuelita, dijiste que tenías su bendición, no entiendo. —dijo confundido.
—Uh, verás… ¿Recuerdas… esa fría noche que me llamaste llorando porque ella no reaccionaba? —Taehyung asintió en silencio, era imposible olvidarla. —Claro que la recuerdas, lo siento… uh yo llegué y recuerdo que ella estaba dormida, entonces tú y yo tendimos unas sábanas en el suelo para acompañarla, pero se estaba haciendo tarde y tú ya tenías sueño así que te dormiste, pero poco después ella despertó y bueno… tu abuelita y yo hablamos un poco… —sonrió con melancolía viendo los ojos de su omega, acariciándole el cabello. —, ella me dijo que confiaba en mí para cuidar de ti y que probablemente en un futuro tú y yo nos íbamos a casar… —le besó la mano, justo donde se hallaba el bonito anillo. —, pero también me dijo que para ese entonces quizás ella ya no… ya no estaría con nosotros. —la expresión de Tae se tornó triste. —Entonces, me otorgó su bendición para cuando llegara el día de nuestra boda y me hizo prometerle que te cuidaría y que te haría muy feliz.
—¿Por qué… no me habías dicho esto? —preguntó bajito al borde de las lágrimas, su abuelita siempre se preocupó por él hasta en sus últimos momentos. —Entonces ella… ella por eso nos hizo tomarnos de la mano y… y nos deseó que fuéramos felices… —comenzó a llorar bajito. —Ella si… ella se estaba despidiendo pero yo no me di cuenta —sollozó recordando las últimas palabras que intercambiaron. —, mi abuelita sí se despidió de mí porque ella sabía que… que se iba a ir.
—Tu abuelita te amó demasiado, mi amor. —decía abrazándolo. —Ella estaba muy feliz de verte feliz y seguro conmigo, tanto que supo que algún día nos estaríamos casando. —le besó la sien dulcemente. —Y si no te lo dije fue porque era una promesa entre ella y yo, y sentí que no tenía permitido hablar de ello hasta que llegara el momento indicado que era el día de nuestra boda.
El omega lo entendía, pero no dejaba de ponerle sensible el tema.
—Me hubiera gustado que ella estuviera en nuestra boda, de seguro se habría puesto muy feliz.
—Claro que lo estuvo, ¿no me dijiste que los girasoles también eran sus flores favoritas? y había girasoles por todos lados como decoración, la boda fue en la granja y su última voluntad se cumplió. —Tae salió de su escondite para mirar a su alfa a los ojos. —Quizás no estuvo con nosotros físicamente, pero sí simbólicamente.
El pechito de Taehyung comenzó a sentirse cálido al darse cuenta de que su alfa tenía razón, a pesar de que le hubiera gustado tenerla a su lado ese día tan especial, sabía que su abuelita siempre estaría presente en todas las cosas que ha ella le gustaba, pues cada vez que las mirara se acordaría de ella.
Kim Youngmi jamás sería olvidada.
Sin más el vuelo continuó por varias horas más, así que el dulce matrimonio durmió lo que restaba de camino, hasta que finalmente llegaron a su destino.
Taehyung sonrió al sentir el agua acariciar sus pies y la brisa marina chocar contra su rostro. No podía creer que estaban de regreso.
Unos fuertes y cálidos brazos le rodearon desde atrás hasta posar sus manos en su barriga aún plana. El omega sonrió aún más cuando giró su rostro y se encontró el de su alfa recargado en su hombro, observando juntos la inmensidad del mar frente a ellos.
—¿Estás feliz?
—Muchísimo. —cerró sus ojos disfrutando de cada una de las sensaciones. De las olas golpear, del fuerte viento, de las gaviotas volando… de absolutamente todo. —No puedo creer que regresamos a Hawaii después de casi cuatro años…
—Es un lugar muy especial para nosotros. —le besó el hombro. —Así que venir a disfrutar de nuestra luna de miel aquí fue la mejor decisión que tomamos.
—Si, fue la primera vez que conocí el mar… —miró a su alfa de reojo con un rubor apareciendo en sus mejillas. —, y también fue la primera vez que me entregué a ti y luego creamos nuestro lazo.
—Y todo fue tan perfecto, tan único… tan especial, que jamás lo olvidaré. —sonrió viéndole también a los ojos dejando unas pequeñas caricias en la barriga de su chico. —Y ahora vamos a crear nuevos recuerdos… porque esta vez no venimos solos.
Taehyung rió uniendo sus manos con las de su alfa, sintiendo un agradable cosquilleo en el pecho.
—Nuestra semillita decidió acompañarnos.
—No quiso perderse este viaje. —se rió comenzando a balancearlos a los lados. —Cuando nazca lo traeremos… conforme vaya creciendo, lo seguiremos trayendo aquí para que crezca conociendo la playa y se convierta en un amante del mar y la fauna marina como su papá.
—¡Yo le enseñaré! Y le leeré mi libro favorito.
—Deseo tanto ver eso…
Después de pasar un rato en la orilla de la playa recordando experiencias y planeando que hacer durante su larga estadía, se fueron a comer y a recorrer las calles de Honolulu.
Tae la estaba pasando increíble tomando fotografías por todos lados, explicando que en el futuro se las mostraría a su bebé. A pesar de las largas horas de viaje, ninguno de los dos se sentía cansado, por lo que continuaron con su paseo hasta que oscureció, donde comenzaron a divertirse con los espectáculos callejeros como la última vez que habían venido.
Todo era tan hermoso, tan pintoresco… pero ni todos esos paisajes se comparaban a la hermosura de un Taehyung feliz y para Hoseok esa era definitivamente la mejor vista.
Cuando regresaron al lugar donde se hospedaban, cada uno se dio una ducha por separado. Esta vez, no eligieron un hotel como tal, en esta ocasión escogieron un resort, donde en lugar de escoger una habitación, se quedaron en lo que era una casa estilo cabaña de dos plantas, cerca de la playa con selva a su alrededor. Era más privado, y menos invasivo para una pareja como ellos, pues si abrían la enorme puerta de cristal, frente a ellos tenían su propio jacuzzi, su propia piscina y si bajaban por unas escaleras de madera, se hallaba un camino empedrado rodeado de palmeras, árboles, que los guiaba a la orilla del mar donde había restaurantes y muchas actividades recreativas por parte del resort.
Hoseok fue el primero en darse una ducha, así que después de salir, se puso a sacar varias cosas de su equipaje para ordenar un poco. Fue a recostarse a la enorme y esponjosa cama aún vestido con su bata de baño y cerró sus ojos unos momentos. No se dio cuenta si se había quedado dormido o no, pero cuando los volvió a abrir, se encontró con el rostro de su omega muy cerca del suyo, regalándole besitos por toda la cara.
El alfa sonrió aceptando los besos con mucho gusto… no obstante, cuando quiso moverse, se percató de que Taehyung se hallaba sentado en su regazo. ¿En qué momento había subido ahí?
—Creo que acabo de tener otro deja vu… —musitó recibiendo un suave beso en los labios, que le hizo recordar cierto momento vivido en Hawaii hace cerca de cuatro años.
Taehyung rió bajito alejándose un poco de su alfa, quien tragó al verle también vestido con la bata de baño, pero ésta se hallaba ligeramente abierta, dejando a la vista su pecho y parte del abdomen. Estaba seguro que su precioso omega no portaba nada debajo de esa bata.
—Hobie… —tenía las mejillas rojas, dejando salir sus dulces feromonas.
—¿Sí? —murmuró con sus pupilas dilatándose. Llevó una mano a la pierna de su omega, acariciando bajo la tela, llegando hasta las caderas.
Ya no se atrevió a decir nada, prefirió que sus acciones hablaran por él… así que lo que hizo a continuación, tomó al alfa completamente por sorpresa: desató el flojo nudo de su bata hasta dejarla caer en sus muslos, permitiendo que Hoseok viera su desnudez en todo su esplendor.
Un gruñido reverberó desde el pecho del alfa y sus ojos destellaron al ver lo perfecto que era su omega y lo hermoso que era verlo entregarse de esa manera.
Alzó un brazo hasta alcanzar el mentón de su omega quien tembló ante el toque, para después deslizar su mano por el cuello y continuar bajando hasta pasar por el sensible pecho y finalmente el vientre. Los vellos de Taehyung se erizaron ante las caricias en ese lugar, que luego el alfa rodeó la cintura ajena con su brazo para así alzarse un poquito y hundir su rostro en la suave barriga llevándose una profunda calada, frotando su nariz lado a lado, haciendo que su omega ronroneara.
—Mi omega… —susurró depositando ahora un beso en el cálido vientre. —Y mi cachorro…
Levantó su mirada para encontrarse con los destellantes ojitos de su pareja y su pecho subiendo y bajando lenta pero profundamente.
—Tendré cuidado, no quiero lastimarte… no quiero lastimarlos.
Sonrió. —Estaremos bien…
Eso fue lo último que se dijeron antes de comenzar a intercambiar caricias, besos y jadeos. Taehyung movía sus caderas suavemente en círculos sobre el regazo de su alfa sintiendo el desnudo bulto duro piel contra piel, con el lubricante saliendo sin parar.
En menos de lo esperado, el omega ya se encontraba con sus manos apoyadas en el pecho de su alfa, subiendo y bajando a su propio ritmo en el caliente falo de su alfa, quien solamente le observaba con adoración… con deseo, mordiendo su labio y soltando una que otra maldición.
Montar a su alfa se había vuelto una de sus posiciones favoritas en los últimos años. Había aprendido muy bien sus movimientos, pero en esta ocasión sentía cierto miedo por la semillita que crecía en su vientre así que decidió ser precavido.
—Hoseok… ah…
—Eso… lo estás haciendo bien, cachorro —decía viéndolo subir y bajar mientras le acariciaba las piernas y le amasaba el voluptuoso trasero.
Quitó sus manos del pecho deteniendo sus movimientos para llevarlas a su rostro, para a continuación comenzar a ejercer más presión en sus piernas y comenzar a subir y bajar con un poco más de dificultad pero igualmente placentero.
—Hobie… —gimoteó bajando las manos por su propio pecho, acariciando seductoramente. —Ayúdame, alfa…
—A tus órdenes… —sujetó las caderas sin dejar de ver a su omega perdido en el placer, y así ayudarle a subir y bajar echando su cabeza hacia atrás.
Taehyung subió y bajó profunda y lento unas cuántas veces más, hasta que se quedó quieto en su lugar respirando pesadamente con un puchero pronunciado en sus labios.
—¿Te cansaste las piernas?
Hoseok lo conocía tan bien.
Asintió no diciendo ni una sola palabra, para a continuación dejar salir un gemido gracias a los movimientos del alfa cambiándolos de posición ahora con Tae quedando abajo y Hoseok sobre él sin dejar caer todo su peso. El omega gritó cuando su cuello fue atacado a besos y mordiscos al mismo tiempo en el que Hoseok empezaba a embestir con un poco más de velocidad, acariciando su cuerpo aquí y allá.
Los movimientos del alfa también eran profundos y pasionales, sobre todo ahora se sentían mucho mejor porque no había ningún condón de por medio, estaban piel con piel y ambos estaban más que ansiosos por que el clímax llegara para sentirse más que nunca.
—M-más… Hoseok… —lloriqueaba. —ah… ¡ah!
Los besos en su cuello, las estocadas en su interior y las caricias en su cuerpo, dios, Taehyung sentía que se volvería loco con tantas sensaciones que procesar.
Echaba su cabeza hacia atrás mientras Hoseok besaba y lamía toda la extensión de su cuello y su manzana de Adán, para después bajar a su extremadamente sensible pecho donde el alfa atacó sin piedad alguna, sobre todo disfrutando de la sensibilidad adquirida por el embarazo.
Las estocadas aumentaron de velocidad, con los dos en su límite, ya no podían más, lo sabían, estaban cerca.
—¡Ah!
Gritó tensando su cuerpo entero ajustando con fuerza el agarre de sus piernas en la cintura de su alfa y enroscando los dedos de los pies al sentir el explosivo orgasmo llegar sin piedad alguna. Fue solo cuestión de segundos para que Hoseok también llegara soltando una maldición cuando su miembro fue presionado entre las cálidas paredes de su omegas. Entonces mordió en la piel ajena, así reforzando la marca una vez más.
Su esencia escapaba por chorros, finalmente llenando a su omega, mientras el nudo se formaba rápidamente dejándolos unidos.
—Mierda… —Hoseok gruñó desencajando sus caninos percibiendo el sabor de la sangre en ellos.
¿Cuánto tiempo tenía que no anudaba a su chico sin protección de por medio? Porque se sentía jodidamente increíble.
—Hoseooook… —lloriqueaba sintiéndose lleno, sintiéndose satisfecho… cansado.
—Solo un poco…
Finalmente después de unos segundos el nudo terminó de crecer y ahí Hoseok pudo soltar todo el aire contenido percibiendo una vena palpitar en su sien por la fuerza. Bajó su mirada encontrándose con su omega con los ojos cerrados y el ceño fruncido tratando de regular su respiración, tenía sus mejillas rojas cuál tomate y la boca abierta bebiendo aire una y otra vez.
Dejó caer sus antebrazos a los lados de la cabeza de su chico y así poder unir sus frentes mientras ambos trataban de respirar y de recomponerse.
—¿Estás… estás bien? —preguntó en un jadeo.
Taehyung solamente atinó a asentir sin abrir sus ojos. El alfa le besó la frente y luego la mejilla muchas veces, donde luego se deslizó hasta la marca donde dejó unas cuantas lamidas tratando de limpiar la herida, provocándole un ligero escozor a su omega.
Hoseok se dedicó a besar, a mimar a su esposito, escuchándolo suspirar, mientras esperaban a que el nudo bajara. Taehyung aún sentía como su alfa continuaba regando su cálida esencia en su interior… estaba seguro que de no estar embarazado, entonces con esto ya habría quedado en cinta sin dudarlo.
—Te amo… —le repetía besándole el rostro y acariciando los claros cabellos. —Mi amor, mi vida… mi cachorro, te amo tanto.
—Mhmm… yo también… —suspiró combinándose con un bostezo. —, yo también te amo, mucho, mucho, mucho…
Su tono de voz fue bajando gradualmente… disfrutaba de los mimos de su alfa, amaba que lo mimara después de tener relaciones, pero ahora mismo se sentía agotado y solamente deseaba dormir, rodeado de sus protectores brazos.
Hoseok continuó con las caricias y suaves besos, cuando minutos después, sintió como el nudo bajaba. Soltó un jadeo para finalmente salirse del interior de su omega con un movimiento precavido. Suspiró ahora viendo su rostro, y no pudo evitar esbozar una enorme y enternecida sonrisa al encontrarlo profundamente dormido.
Por supuesto que estaba agotado.
Pero no importaba, esta era apenas su primera noche en Hawaii, aún tienen muchísimos días por delante para disfrutar de su vida de recién casados, por no decir que tenían toda una vida por delante…
Pero cuando Taehyung abrió esos preciosos ojos azules, se encontró con su alfa cargándolo con ambos completamente desnudos.
—¿Hoseok? —su voz había salido bajita, apenas un susurro.
—Hey, hola…lo siento, no quería despertarte. —le besó la mejilla deteniendo sus pasos. —Nos llevaba a la tina para limpiarnos y así puedas dormir más cómodo y no te despiertes adolorido.
—Oh… —se acurrucó en el hombro de su alfa.
Tenía mucho sueño.
—Necesito cuidar de ti… —dijo bajito no conteniéndose en besarle los párpados. —¿Me dejas cuidarte?
Asintió con un bostezo y una pequeñita pero bella sonrisa. —Siempre, Hobie… siempre.
Hoseok amaba cuidar y mimar a su omega y Tae amaba ser cuidado y mimado por su alfa, se complementaban a la perfección. Por eso Taehyung siempre se entregaba ciegamente a él, porque sabía que estando con él, estando en sus brazos, siempre, siempre estaría seguro.
Apenas era su primera noche de bodas, iban empezando… aún habían muchas cosas que hacer… muchas. Mucha vida que vivir, y mucho que continuar aprendiendo, tenían mucho tiempo para prepararse para criar a ese bebito tan deseado que venía en camino… pero sobre todo, tenían mucho, muchísimo tiempo para amarse solo como ellos sabían.
Felicitaciones a los novios…
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
nada más miren que hermoso edit hizo Haraboji29 ¿apoco no está bien hermoso?TT
Capítulo dedicado a mi girasol: selecathier por ganar la dinámica de preguntas que se hizo en el grupo de girasoles en WhatsApp 🌻❤️
¡hOLAAAAAAAA MIS PRECIOSOS GIRASOLES! ¡Cuánto tiempooo! ¡Los extrañé muchisisisísimo! Lamento la tardanza, vaya que se complicó la escena de la boda TT espero que me haya salido decente ajdhakjd pero weno... ¡¿QUÉ LES PARECIÓ EL CAPÍTULO? diosmio me esforcé tanto en él, que hay +14,800 palabras aquí, espero que la espera haya valido la pena TT ❤️
Y bueno... el siguiente ya es el capítulo final nopuedocreerlodiosmio. Hemos caminado tanto tiempo juntos que no puedo creer que esto esté por acabar aaAAaaAa me pongo sensible, mejor dejo el discurso emotivo para el final jejeje❤️
ay no sé que más decir siempre me quedo en blanco en las notas pero weno, espero que el capítulo sea de su agrado y les haya gustado TT ¡Muchísimas gracias por la paciencia que me tienen! ¡Gracias por tanto y perdón por tan poco! ¡Nos leemos en el capítulo final! Les envío muchos besitos, abrazos y gatitos~ ¡No olviden que los amo muchisisisisisísimo mis preciosos girasoles! 🌻✨❤️✨💚🌻✨❤️💛💚🌻✨✨💛❤️✨💚🌻✨❤️✨💚🌻❤️🌻✨🌻💚🌻✨💛💛💚🌻🌻❤️✨💚🌻❤️🌻✨💚
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top