🌻•Capítulo 63

《🌻》

¿Yo? ¿Modelar?

¡Si! Eres bellísimo, ¡Sería todo un boom que te convirtieras en el rostro de nuestra marca!

No sé… —miró de reojo a su alfa quien no dejaba de sostener su mano. —, no sé si pueda hacerlo bien…

Piénsalo, por favor. —la alfa frente a él le miró suplicante. —Tienes un increíble potencial, te prometo que si aceptas no te arrepentirás de trabajar con nosotros.

Hoseok miró a su omega que lucía un poquito nervioso. Resulta que había estado supervisando algunas de las sesiones en la empresa en compañía de su hermoso novio, que no se había percatado de que la vicepresidenta de la marca de ropa en la que estaban trabajando estuviera ahí mismo, así quedando maravillada al conocer a Taehyung, el omega del que muchos estaban hablando por estar en una relación con uno de los alfas más codiciados del país.

Si quieres hacerlo, adelante. —le dijo Hoseok caminando a su lado por los pasillos de la empresa. —Sabes que te apoyaré en todo lo que quieras intentar, pero si no quieres aceptar la propuesta, está bien, también te apoyaré. —entrelazó sus manos con más fuerza para después besarle los nudillos. —Después de todo, es a ti a quien tiene que gustarle.

¿Solo…? —relamió sus labios recordando aquella vez en la que SeokJin le tomó unas fotografías. Luego también recordó las sesiones que le tomaban a su alfa. —Solo tengo que hacer… ¿lo que tú haces? ¿que me tomen fotos con ropa bonita?

Así es, yo podría enseñarte a practicar frente a las cámaras y también me encargaría de que las sesiones no interfieran con tus horarios de la universidad. —hizo una mueca. —Aunque pensándolo bien… recién empezaste hace dos meses, me preocupa que sea muy pesado para ti, ya sabes: manejar tus clases, tareas y sesiones.

El omega miró a su alfa, sopesándolo.

Aun así, tienes tiempo para pensarlo. —volvió a besarle los nudillos con cariño. —Si llegas a aceptar, haré todo lo posible para que disfrutes de esa experiencia y no se haga difícil para ti manejar todo al mismo tiempo.

Una sonrisa cruzó por los labios del omega al recordar ese día y esa pequeña conversación con su alfa. Vaya que sí había cumplido su palabra, pues desde que aceptó su primer contrato de modelaje, Hoseok se había encargado de que nada se le complicara y gracias a su ayuda, había disfrutado de su vida universitaria y de su comienzo como modelo.

Sin sus palabras de aliento, no se habría animado a aceptar aquél contrato. Ese fue el primer paso, pues desde que fue el rostro de aquella marca, muchas otras comenzaron a llamarlo, y no solo de ropa, también de maquillaje y de otros tipos de productos. La carrera de modelaje de Taehyung subió como la espuma y casi cuatro años después, esta seguía manteniéndose en lo más alto pues seguía siendo uno de los modelos más cotizados gracias a su indudable belleza y su gran facilidad para modelar, pero sobre todo, por su increíble carisma y nobleza.

—Listo, Taehyung.

Le habían retirado todo el maquillaje de la cara, después de haber desfilado junto a su alfa en la prestigiosa semana de la moda en Milán. Taehyung se sentía agotado y solo deseaba ir a descansar en los brazos de su alfa… quien por cierto, también lucía muy cansado.

Arrastrando los pies, Tae ingresó al vestidor para colocarse su propia ropa y así poder partir al hotel en el que se estaban hospedando. Pero al mismo tiempo que Taehyung entró, Hoseok salió del vestidor contiguo ya listo para retirarse.

—Me siento tan cansado… —murmuró dejándose caer a uno de los sofás.

—Lucieron increíbles en esa pasarela. —le dijo una de las maquillistas. 

—¡Si! son el dúo más dominante y hermoso que he visto. —dijo otra. —Las cámaras los amaron.

—Gracias, chicas. —Hoseok rió bajito estirando su mano para alcanzar un bocadillo y una bebida de la mesa que tenía al lado. —Pero Taehyung es quien luce aún mejor.

—Estoy de acuerdo. —había dicho una de ellas sacándole una sonora carcajada a Hoseok que lejos de sentirse ofendido se sintió orgulloso pues para él, su omega era el más hermoso que existe y no le molestaba en lo absoluto ser opacado por su inigualable belleza.

Sacó su celular para revisar sus mensajes mientras comía más bocadillos. Se sentía feliz de finalmente poder romper la infernal dieta a la que le habían sometido para estar en la talla correcta para la pasarela. Había sido una completa tortura, sobre todo porque las últimas semanas su apetito había incrementado considerablemente.

A los minutos, Taehyung salió del vestidor con ropa más cómoda y bostezando. Cuando su vista dio con su amado alfa, se dirigió hasta donde él con pasos perezosos y se acurrucó a su lado para después soltar otro largo bostezo y aspirar su aroma a roble, canela y manzanas con profundidad. Estaban invitados al after party, pero simplemente los dos se sentían indispuestos y decidieron declinar educadamente la invitación para así poder marcharse al hotel para descansar, porque además planeaban regresar a Corea al día siguiente.

—Lo hiciste increíble, cachorro. —le murmuró frotándole la espalda.

Tae estiró sus labios en una pequeña sonrisa, escondiendo su rostro en el cuello de su alfa para poder olfatear con más intensidad.

—Estás cansado, ¿eh? —se rió bajito besándole la sien. —Ya nos vamos a ir, solo esperemos a Sejin.

El omega simplemente asintió después de volver a bostezar, sintiéndose tranquilo gracias a las caricias y aroma de su alfa. Momentos más tarde, Sejin, su manager entró al camerino donde tuvieron una breve pero buena charla sobre lo acontecido en la pasarela, mientras las maquillistas y estilistas ordenaban todos sus materiales.

—¿Esos son alfileres? —preguntó Hoseok una vez Sejin se marchó. Había notado que Mei, la estilista de Taehyung estaba quitando bastantes alfileres de la ropa que su omega había utilizado esa noche.

—Sí, pero no se preocupe, los coloqué bien, no lastimaron a Taehyung en ningún momento, ¿verdad?

Tae negó dándole la razón sin abrir sus ojitos, ya se quería ir.

—Pero son muchos, ¿La ropa no era de su talla?

—Lo es —respondió ordenando los alfileres en una cajita al ya quitarlos todos. —, pero por lo visto Taehyung adelgazó mucho y tuve que ajustar todo.

Hoseok miró a su omega tocándole el cuerpo sobre la ropa, sintiendo ligeramente la columna, tal como las costillas. Últimamente habían estado bastante ocupados que ni tiempo tuvieron de hacer el amor o de tomar baños y duchas juntos, así que no se dio cuenta de la pérdida de peso en su omega; pero estaba muy seguro de que Taehyung había estado comiendo bien, él mismo lo vió, no se había saltado ninguna comida, así que no entendía el por qué de su bajo peso.

—¿Cachorro? ¿Te sientes bien?

—¿Uh? —musitó bajito. No escuchó bien, ya estaba casi dormido.

—¿Te has sentido mal últimamente? ¿Has comido bien?

Negó despacio. —Me siento bien… y si he comido bien… —bostezó. —¿Podemos irnos? solo estoy muy cansado…

Hizo una mueca pero asintió.

Durante el trayecto al hotel, mientras un chófer los llevaba, Hoseok llevó a su omega en su regazo como todo un alfa preocupado. Pensaba y pensaba a qué se debía el bajo peso de su chico, aún cuando no había llevado una dieta estricta como la suya, pues Taehyung siempre había sido de comer saludable sin siquiera intentarlo, por eso mismo no llevaba ningún régimen alimenticio tan pesado a pesar de ser modelo.

Él lo había visto comer a sus horas y comer correctamente sin dejar nada en el plato. Taehyung había estado comiendo como siempre, por eso no lo entendía. Entonces pensó que podía deberse a los nervios o estrés de que llegara el día del desfile, él mismo había pasado por eso muchas veces cuando se hallaba bajo presión y mucho estrés así que quizás, sin darse cuenta a causa de su agenda ocupada, a su omega le tocó pasar por lo mismo.

Afortunadamente los días pesados ya habían terminado, ahora tendrían oportunidad de relajarse, de descansar, de tener tiempo a solas… y por supuesto, de continuar organizando su boda, la cuál estaba a solo un mes de llevarse a cabo.

—Descansa… —le besó la frente, arropándolo.

Sin más, se dedicó a observale dormir, era algo de lo que jamás se cansaría de hacer. Su chico lucía como un ángel, tan puro e inmaculado… tan frágil, tan vulnerable… tan hermoso.

Aunque ahora que le prestaba suma atención a su bonito rostro, se dio cuenta de las suaves ojeras que poseía… de verdad estaba agotado. Así que sin pensarlo dos veces, con su pulgar frotó con ternura esas oscuras manchas como si eso fuera suficiente para borrarlas. 

—Has crecido tanto…

Sin más, dejó un pequeño beso en la frente ajena para después girarse e intentar levantarse de la cama para ir a beber un poco de agua antes de dormirse; pero fue detenido al ser sujetado del pijama. Volvió a girarse, esta vez encontrándose con ese precioso par de zafiros mirándole con cansancio pero aún así manteniendo una dulce mirada.

—No te vayas… —había murmurado bajito, provocando una punzada de ternura en el corazón del alfa.

Era débil ante su omega.

Esbozó una sonrisa pequeñita, volviendo a acomodarse en la cama al mismo tiempo en el que el omega de ojitos dormilones se acurrucaba más contra él.

—¿Mhm? —posó la mano en la espalda ajena atrayéndolo más contra sí. —¿Sucede algo, cachorrito?

Negó despacio alzando la mirada. —Solo… solo me siento raro si te alejas de mí… ¿Me puedes… abrazar? —pidió bajito.

—Siempre… —rodeó la cintura de su bello prometido, pegando sus cuerpos, donde comenzó a repartir besitos en los claros cabellos al mismo tiempo en el que le frotaba la espalda con cariño.

El omega suspiró complacido por los mimos de su alfa, sintiendo a su lobito ronronear con mucho gusto. Últimamente se sentía incompleto —por no decir, raro— cuando su alfa no estaba a su lado, o no estaban en contacto. También necesitaba olfatear su aroma para relajar su corazón y a su lobito. Siempre se tenía en la necesidad de sentir el tacto de Hoseok sobre sí, al igual que percibir su aroma… pero esta vez sentía esa necesidad con más urgencia, no lo comprendía, pero tampoco le molestaba… aunque le inquietaba un poquito, solo un poquitito.

—Hobie… —llamó en un suspiro.

—¿Uhm? —emitió un simple sonido haciéndole saber que le escuchaba, ya se estaba quedando dormido.

—Te… —bostezó cerrando ese par de bellos ojos, así hundiendo su rostro en el aromático y cálido cuello de su alfa. —Te amo…

Sonrió acariciándole la nuca con ternura, plantando un casto besito en la cabeza. —Yo también te amo, mi ángel… —otro besito. —, duerme tranquilo, no me alejaré de tu lado.

Y con esas últimas palabras, Taehyung esbozó una pequeña sonrisa, sintiéndose tan cómodo, tan tranquilo, pero sobre todo sintiendo en su pecho esa agradable calidez que le brindaba su alfa a través del lazo, transmitiéndole todo su amor. Entonces suspiró feliz, dejándose llevar al mundo de los sueños en completa paz.

🌻

Sentía los nervios, sentía la ansiedad de su omega… de nuevo.

Hizo una mueca acompañada de un suspiro quitándose los audífonos, para luego salir de su estudio. No necesitó llamarle para saber dónde se encontraba, sabía perfectamente el lugar en el que su angustiado omega se hallaba, así que avanzó por los pasillos de su enorme casa con las manos en los bolsillos, hasta llegar a la habitación que habían acondicionado para que su esposito trabajara.

La puerta se encontraba abierta, así que se asomó con precaución al lugar, alarmándose de inmediato al ver su omega vuelto ovillo en el suelo cubriendo su rostro y sollozando.

—¿Jimin? —en menos de dos segundos ya se hallaba inclinado junto a él muy preocupado, temiendo que se encontrara lastimado. —¿Mi amor?

Pero el omega no respondió. Su espalda subía y bajaba con rapidez y profundidad, sin dejar de sollozar. Su respiración estaba alterada y qué decir, por el lazo comenzaba a percibir los latidos muy acelerados de su angustiado esposo.

—Hey, hey —intentó sujetarlo, pero Jimin se encogía más en su lugar, volviendo su cuerpo más rígido, tenso. —Minnie, está bien, está bien, vamos, respira.

Los sollozos ahogados aumentaron de volumen, y su pecho y espalda se movían con más intensidad. YoonGi mordió su labio con angustia al darse cuenta de que sólo estaba empeorando todo. ¿Qué fue lo que hizo? También se acostó en el suelo, frente a su omega. Lo sujetó de la cintura y lo atrajo a su pecho, comenzando a frotar la espalda, dejándole besos en los cabellos rubios.

Dejó que su aroma a chocolate y café cubrieran por completo la habitación en un desesperado intento de un alfa preocupado por su omega, pues no tenía idea de qué más hacer para calmar ese horrible ataque de ansiedad que se había apoderado de su amado esposo.

—Todo está bien, mi amor… —murmuraba sin dejar de acariciarle la espalda, percibiendo los temblores que sólo le angustiaban más. —Respira… estoy aquí, no me iré.

No tuvo idea de cuánto tiempo pasó, pero jamás se alejó un solo centímetro de su omega. Poco a poco la tensión en el lazo se fue alejando, al mismo ritmo en el que el temblor en el delgado cuerpo se fue aminorando. Las respiraciones se calmaron gradualmente al igual que los sollozos y eso hizo que YoonGi se sintiera un poquito más tranquilo.

Jimin se removió, despacio, restregando sus ojos para finalmente alejar las manos de su rostro, dejando ver esa carita sonrojada, bañada en lágrimas y esos ojos hinchados e irritados. El corazón de YoonGi se encogió al ver a su preciado omega en ese estado, sobre todo cuando esos ojitos color miel, le miraron con timidez, como si estuviera esperando algún regaño de su parte por lo que acababa de pasar.

—Hey… —pasó el pulgar bajo los ojitos de su esposito, tratando de limpiar el rastro de lágrimas que le rodeaban. —¿Cómo estás? —preguntó bajito, muy cerca de su rostro. —¿Te sientes mejor?

Asintió llevando sus manos a su propio pecho, sintiendo su corazón más calmado. —L-lo siento… p-por eso…

El alfa frunció el ceño. —¿Por qué te disculpas? Mejillitas, no tienes que disculparte por algo así, nunca.

—Pero… —le miró con angustia. —, te asusté, te preocupé, yo no quería-

—Soy tu alfa, mi amor —le sujetó las mejillas y lo miró a los ojos. —, por supuesto que me tengo que preocupar por ti, ¿qué clase de alfa y esposo sería si no lo hiciera?

Jimin no dijo nada, solamente agachó la mirada y se refugió en el aromático pecho de su esposo, inhalando su fuerte aroma con profundidad. Las caricias en su cabello no se hicieron esperar y eso le hizo sentirse más relajado.

—¿Me dirás lo que pasó? —preguntó en un susurro. —¿Es por lo de tu línea?

Asintió despacio. —Tengo miedo de que… de que no les guste la ropa que diseñé y que… y que el lanzamiento sea un fracaso… y que se burlen de mi por todo internet y que sus críticas sean muy crueles y que-

—Jimin —le interrumpió. —, nada de eso va a pasar, comprendo que tengas miedo, es la primera vez que lanzarás tu línea de ropa, pero te aseguro que no será un fracaso. —el omega asomó sus ojitos color miel. —He visto lo mucho que te has esforzado en diseñar todas esas prendas y son increíbles, pensaste en todo y todos, amor… y no lo digo solamente por ser tu alfa, porque a todos los que se las has mostrado les han encantado y también esperan ansiosos el lanzamiento, además, aún faltan cinco meses para eso, y ya tienes prácticamente todo listo, toda la ropa está en proceso de fabricación. —le besó la frente. —Te prometo que todo saldrá bien, tu marca será un éxito, mejillitas. —los ojos de Jimin brillaron. —Taehyung, Hoseok, SeokGi, yo y todos los que te queremos, estaremos ese día contigo apoyándote.

—YoonGi… —otra vez quería llorar.

—Trata de no darle tantas vueltas al asunto, Minnie… —echó el rubio flequillo hacia atrás. —Me duele verte mal y no poder hacer nada para ayudarte…

Asintió no muy seguro. —Lo intentaré…

—Sé que podrás, eres muy fuerte y cada vez que te sientas agobiado aquí estaré. —le dejó un largo beso en la frente que le hizo sonreír. —Por cierto, ¿Y SeokGi? ¿Está dormido?

Negó. —Le pedí a Taehyung que viniera por él, me sentía muy estresado y temía hablarle mal a mi cachorro.

—Ya veo, ya llegaron de Milán… —se sentó, seguido de su omega. Sujetó su mano besándole el dorso. —Eso quiere decir que… ¿estamos solos?

Las mejillas de Jimin adquirieron un precioso tono rosado, captando de inmediato la insinuación.

—Bueno… Holly anda por ahí, así que solos, solos… no. —bromeó con una pequeña sonrisa.

—Oh, que triste… —se puso de pie, extendiéndole la mano a su omega, ayudándole a levantarse. —Aunque, no creo que a Holly le moleste lo que tengo planeado hacer…

Se rió bajito. —¿Ah, sí? ¿Y qué planea hacer señor Min?

Sujetó a su omega de la cintura, uniendo sus cuerpos para a continuación, rozar tentativamente ambos labios. —Planeo ayudar a mi omega llevándolo a nuestra habitación y así demostrarle cuánto lo amo…

—Oh vaya, no suena mal… —sonrió con coquetería. —y después… ¿Será que el señor Min podría regalarme muchos mimos, besitos y prepararme algo de comer?

—¿Uhm? Si te queda hambre después de comerte a tu guapo esposo, te prepararé todo un buffet.

—Me agrada esa- —chilló al ser alzado inesperadamente en los fuertes brazos. —esa idea…

—A mi también… —y lo besó.

Se besaron en el trayecto a la habitación, con Jimin rodeando el cuello de su alfa y YoonGi adentrando sus manos en la ropa de su omega, sintiendo claramente como la temperatura en sus cuerpos comenzaban a subir y las feromonas salían peligrosamente a flote.

Cuando ingresaron a su habitación, el alfa dejó a su amado esposo sobre la cama, colocándose sobre él, comenzando a desvestirse mutuamente sin dejar de besarse.

—YoonGi… —le llamó cortando el beso.

El alfa le miró, agitado.

Sujetó ambas mejillas de su alfa y sonrió con las mejillas tan rojas como un tomate. —Gracias por amarme.

Negó con una pequeña sonrisa besándole los labios cortamente y así volver a conectar sus miradas. —No podría amar a nadie más que no seas tú… —le acarició el cabello despejando su frente. —También me siento afortunado de ser poseedor de tu amor.

—YoonGi… —musitó conmovido atrapando los labios de su alfa entre los suyos.

Porque no importaba cuántos años pasasen, su amor se fortalecía cada vez más y más.

🌻

Nunca había querido tomar la opción de llevar a su hijo a una guardería. Estaba seguro de que no necesitaba ayuda externa para cuidarlo, sobre todo con tres pares de manos en casa le parecían suficientes. Además, Hoseok le había permitido llevar a su niño a la empresa, después de todo, los tres se turnaban para cuidarlo y el pequeño cooperaba, nunca se portaba mal cuando veía a sus padres trabajar. Solo necesitaba de sus juguetes, su manta y juguitos de uva para mantenerse distraído.

Kim Jeon Soobin, era todo un angelito… cuando se lo proponía, claro.

Pero ver a su cachorrito comportarse tan territorial cuando alguno de sus dos alfas intentaban tener momentos a solas con él, realmente se replanteaba la idea de enviarlo a una guardería.

Todo el tiempo, Soobin era un niño muy educado, dulce y risueño… pero nada más veía a uno de sus padres alfas muy pegados y melosos con su padre omega, entonces se convertía en toda una máquina de gruñidos y mordidas.

¡Soobin!

Justo como ahora.

—¡Ya te dije que no me gusta que me muerdas!

SeokJin refunfuñó con su hijo sobre su regazo, gruñendole a sus dos padres alfas que se hallaban lado a lado de su padre omega.

—¿Que no se supone que estaba dormido? —preguntó JK usando una almohada como escudo.

—Les dije que no era buena idea dejarlo dormir fuera de la cuna. —dijo Namjoon esta vez.

—Pero hyung, Soobin ya aprendió a salirse de ella.

—Entonces pongamos barrotes más altos, algo así como una jaula, ¿Qué dicen?

—¡Kim Namjoon! —Jin le regaño sosteniendo a su cachorrito para que no se lanzara salvajemente contra sus otros dos padres. —Entiendo que nuestro hijo actúa como un lobito salvaje pero no es para que lo quieras enjaular. —entonces gritó, Soobin le había mordido la mano. —¡Ah! aunque pensándolo bien…

Soobin comenzó a patalear cuando vio que Namjoon sujetó el brazo de Jin. Así que cuando logró soltarse del agarre de su padre omega, le gruñó a Nam y abrazó posesivamente a SeokJin sin dejar de mirar con furia al alfa mayor.

Namjoon también le gruñó, recibiendo un manotazo en la pierna por parte de Jin por caer en su juego.

—Soobin… —Jungkook le llamó, ahora él obteniendo un gruñido. Alzó las manos rindiéndose. —, está bien, lo intenté.

Hace solo unos minutos habían estado tan cómodos en el sofá, mimando a su omega, llenándole de besitos y caricias… pero cuando menos se lo esperaron, Soobin apareció en medio de ellos gruñendo y mordiendo a Jin.

—Mío, mío, mío. —repetía el furioso cachorrito. —Papá mío.

—También es mío. —le dijo Namjoon infantilmente.

—Y mío. —le secundo Jeon.

—¡No! —el cachorro mordió el brazo de su padre omega, demostrándoles que le pertenecía. —¡Papá es mío!

Y una discusión por la pertenencia del único omega en el lugar, comenzó. Padres e hijo, discutían infantilmente una y otra vez, entre gruñidos, haciendo que SeokJin solamente rodara los ojos.

—¡Es mío! —lloriqueó Soobin volviendo a morder a Jin está vez con más fuerza, quien se quejó sonoramente, ahora sí siendo sacado de sus casillas.

—¡Suficiente! —alzó la voz deteniendo la riña entre esos tres.

Se puso de pie tomando a su hijo entre sus manos para a continuación, sentarlo en medio de los dos alfas. Soobin gruñó pero de inmediato se calló cuando SeokJin le miró con advertencia. El omega miró a los tres que lucían sorprendidos por su actitud, luciendo como niños regañados.

—Escuchen muy bien ustedes tres. —se cruzó de brazos mirándolos a cada uno con el ceño fruncido.

El tercio dio un saltito por el tono utilizado por el omega, que no dudaron en prestarle atención.

—Yo no soy tuyo —señaló a JK. —, ni tuyo —señaló a Soobin. —, ni tampoco tuyo. —finalmente señaló a Namjoon. —¡Soy mío! No le pertenezco a nadie, ¿Me escucharon? Solo me pertenezco a mi, así que dejen de discutir sobre si soy tuyo, tuyo, o tuyo, porque les juro que me iré de viaje yo solo y los dejaré a ustedes tres solos por todo un mes para ver si aprenden a llevarse bien cuando estoy yo en el medio.

Tomó las llaves de su auto, su celular, y su bolso para finalmente salir de la casa rumbo al trabajo, dejando a los tres atónitos. Compartieron miradas, sintiéndose arrepentidos por haber molestado a Jin.

Soobin miró a sus dos padres, y luego a la puerta por dónde se había marchado SeokJin. Cruzó sus bracitos y abultó los labios.

—Soobin. —Namjoon le llamó pero el cachorrito no le importó, él quería a Jin e iba a llorar si no regresaba. —Hijo, no debemos hacer enojar a papá, si no él se irá, ¿no lo escuchaste?

Entonces ahí si el cachorrito miró a su padre con ojos enormes.

—¿A dónde?

—No lo sabemos, pero si no dejamos de pelear entre nosotros cuando él está, se irá y sé que tú tampoco quieres que se vaya, ¿verdad? —dijo Jungkook esta vez, obteniendo la atención de su hijo.

—¡No! ¡No quiedo que se vaya! —los ojitos se le cubrieron de lágrimas y un enorme puchero apareció en sus labios. Intentó bajarse del sofá pero Namjoon lo detuvo. —¡Papá! —gritó mirando a la puerta esperando a que Jin apareciera.

—Oye… —el alfa mayor lo sentó en su regazo y lo abrazó. —, solo se fue al trabajo, en unos minutos más nosotros también iremos.

El cachorrito puchereó hipando.

Jungkook se inclinó frente a los dos y tomó la manita de su niño. —Binnie, dinos, ¿por qué no te gusta que estemos con papá?

—N-no sé… —sollozó recargándose en el pecho de Nam. —, no me gusta, yo quiedo poteger a papá.

—¿Proteger? —Namjoon alzó una ceja. —¿De nosotros? —el pequeño asintió.

—Pero nosotros no lo vamos a lastimar.

Soobin alzó la mirada para observar a Namjoon y luego a Jungkook con un enorme puchero.

—Aquí… —llevó una manito a su pechito. —Me enojo si están con papi…

Aún estaba muy pequeñito para comprender lo que estaba pasando y no sabía cómo explicar que "alguien" en su interior le pedía proteger a su padre de la presencia de otros alfas, aún cuando esos alfas también eran sus padres. Namjoon se quedó en silencio comprendiendo poco a poco… entonces sonrió abrazando a su hijo besándole la cabeza.

—Creo que alguien está experimentando sus primeros instintos como alfa.

Jungkook le miró con sorpresa. —¿Alfa? Entonces… ¿Binnie se presentará como un alfa?

Nam asintió. —Es normal que Soobin sienta la necesidad de proteger a su padre, siendo Jin el único omega aquí, acompañado de la fuerte presencia de dos alfas. —explicó con calma atando cabos. —Supongo que nuestra presencia y nuestras feromonas alertaron al alfa escondido en nuestro hijo… y bueno, Jin es quien lo trajo al mundo, su conexión es más que especial, así que tiene la urgencia de protegerlo a toda costa de todos, incluso de nosotros. —le acarició los cabellitos castaños. —Soobin no lo hace a propósito, solo está siguiendo muy confundido sus instintos porque ama demasiado a su padre… quiere cuidarlo.

—Vaya… tiene sentido. —el alfa menor sonrió acariciando la espaldita de su niño. —Seremos tres alfas aquí, me imagino que es normal que lleguemos a tener pequeñas diferencias con tal de tener el dominio… pero creo que ninguno de nosotros lo tiene, es Jinnie quien manda en este lugar, ¿O me equivoco?

—Tienes toda la razón. —Nam se rió. —Pero, tenemos que ayudar a Soobin a controlar esos instintos, debe de estar muy confundido.

Jungkook asintió de acuerdo.

—Ahora, debemos ir con Jinnie y pedirle disculpas por hacerlo enojar. —miró a su niño. —¿Qué dices, Binnie? ¿Vamos con papi? Llevemosle algunos chocolates para que nos perdone.

El pequeño miró a Jeon aún con sus ojitos húmedos y asintió despacio manteniendo el adorable puchero en sus labios. Jungkook rió bajito alcanzando un pañuelo para secarle la carita y después besarle la frente.

—¿Vamos? —extendió sus brazos invitándole. Y el cachorrito no la pensó dos veces para dejar que su padre lo cargara. JK sonrió llenándole de besitos las mejillas, hasta que lo escuchó reír.

Namjoon ya había tomado las llaves del otro auto, contento de ver qué todo se había arreglado. Así que se decidieron por partir a la empresa, claro, no sin antes pasar por algo de chocolate a alguna tienda.

Quince minutos más tarde los tres ingresaron silenciosamente a la oficina de su omega, quien solamente alzó una ceja al verlos entrar como perritos regañados con la cola entre las patas. No obstante, le llamó la atención que su hijito se acercara a él con una caja de lo que parecía ser de chocolates.

—¡Papá! —el cachorro corrió a los brazos del omega siendo alzado apenas llegó.

—Hola, mi niño… —le beso la mejilla y luego los recorrió a los tres con la mirada. —¿Ya se reconciliaron? —miró la caja en las manitas del pequeño. —¿Qué es esto? ¿Es para mí?

—¡Si! —se la entregó. —¡Chocodates!

—Uhmm, son unos tramposos ustedes tres, intentan comprarme con esto. —observó la caja con atención. —Y son mis favoritos.

—¡Soobin! ¡Al ataque! —JK alzó la voz y el pequeño comprendió de inmediato que el plan que pensaron en el auto tenía que llevarse a cabo ya mismo.

El adorable cachorrito comenzó a llenar de besitos babeantes el rostro de su padre, al mismo tiempo en el que Namjoon tomaba a SeokJin en sus brazos sacándole un agudo chillido, mientras que Jungkook le ponía seguro a la puerta.

El alfa mayor llevó a su pareja y a su hijo al sofá grande que tenía en la oficina, donde inmediatamente los tres atacaron a besos a su omega entre reclamos y risitas exclamando "deténganse" pero todos sabían que no lo decía en serio, pues los dos alfas sentían la alegría del mayor a través del lazo.

—¡Chicos! —se carcajeaba, porque además de besitos también le estaban haciendo cosquillas. —¡No! ¡Cosquillas no!

¡Codsquillas! —gritó Soobin entre risitas sin dejar de atacar a besitos el rostro de su papi.

El omega se hallaba con el rostro y cuello rojos, era muy sensible a las cosquillas y ahora para su mala suerte tenia tres pares de manos atacándole sin piedad alguna.

—¡Ya! —gritó deteniéndolos. Se sentía agitado… pero feliz. —Me voy a hacer pipí si continúan.

Soobin rió travieso acurrucándose en el pecho de su padre, mientras que sus otros dos padres estaban lado a lado, dejando cortos besitos en sus respectivas marcas.

El alboroto de hace solo unos segundos se había detenido. Ahora SeokJin simplemente cerró sus ojos respirando profundamente, ¿Era demasiado pedir momentos así con sus tres chicos sin necesidad de que se estén queriendo matar? Y con eso se refiere a su cachorrito gruñón y territorial.

—Chicos-

—Soobin tiene algo que decirte. —Namjoon le interrumpió sin darse cuenta.

—¿Ah, si? —miró a su niño. —¿Qué me quieres decir?

El cachorrito alzó su dulce mirada para mirar a su padre, luego miró a Namjoon quien le animó con un ligero asentimiento de cabeza. Después, sus ojitos viajaron a Jungkook, quien también le dio un asentimiento y le palmeó la espaldita. Soobin volvió a ver a SeokJin quien le observaba con atención, esperando pacientemente lo que su hijo le quería decir.

—Papá, lo siento. —abultó adorablemente sus labios. —Ya no… ya no me voy a enojad si papá Nam y papá Kookie te quieden dar besitos.

Jin sonrió acunando las rojitas mejillitas de su bebé.

—¿Me lo prometes?

Asintió efusivamente. Pequeño mentiroso.

—A papá le hace feliz saber eso. —le besó la frente dulcemente sacándole una sonrisita. —¿Tampoco me vas a morder?

—Uhmm… —se quedó pensativo. Lucía tan adorable que le sacó un par de risitas a sus tres padres. —, no sé.

Namjoon y JK se rieron.

—¿Cómo que no sabes?

—No sé. —dijo entre risitas acurrucándose en el cálido pecho de su papi omega.

—Tal como te lo dice, no sabe. —habló Namjoon esta vez acariciando los castaños cabellitos de su hijo. —Es su modo de protegerte, estoy seguro que Soobin se presentará como alfa y está experimentando sus primeros instintos solo para cuidar de ti.

—¿Alfa? —SeokJin miró a su hijo y después a sus dos alfas. A pesar de que tenía la sospecha de eso, que se lo dijeran así de directo no dejaba de sorprenderle.

—Sí, eres el único omega entre nosotros, además eres quien lo trajo al mundo, su deseo más grande ahora es protegerte de los demás alfas, incluyéndonos. —le explicó JK con calma.

—Santa luna… —el omega echó su cabeza hacia atrás. —¡Tres alfas! me voy a volver loco teniendo a tres alfas sobreprotectores y territoriales sobre mi todo el tiempo.

Los dos alfas rieron besando cada mejilla de su omega. Soobin escuchó las risas así que salió de su escondite y también sonrió, pero entonces vio a sus padres besar a su papi, que él también quiso, así que se puso de pie en el regazo de Jin y le besó la frente.

A pesar de todo, SeokJin sonrió y rió con gusto al darse cuenta del momento que estaba viviendo. Sus tres chicos regalándole besitos, sintiéndose más amado que nunca. Definitivamente no podía estar más feliz y agradecido con la vida que tenía.

Amaba a sus tres alfitas.

—Chicos… —rió bajito por los múltiples besitos. —Yo también tengo algo que decirles.

Los besos se detuvieron y le miraron con atención… bueno, Soobin continuó regando besitos en las mejillas de su padre al darse cuenta que los alfas se habían quitado.

Relamió sus labios y suspiró. Los alfas intercambiaron miradas al sentir el nerviosismo de su omega a través del lazo.

—¿Quieren…? uh… —metió la mano a su bolsillo mostrando ese objeto que en cuanto el par de alfas lo vieron, sintieron su corazón detenerse. —Sé que el momento no es nada romántico pero… Kim Namjoon… Jeon Jungkook… —abrió la cajita mostrando tres preciosos anillos. —¿Se casarían conmigo?

🌻

La sala de reuniones se fue liberando poco a poco de los hombres en traje después de recibir un apretón de manos.

Hoseok se hallaba al frente de la mesa, escribiendo en su laptop y firmando algunos documentos. Apenas eran alrededor de las tres de la tarde y deseaba tanto ir con su omega. Sobre todo porque apenas el día anterior había estado en un vuelo proveniente de Milán, entonces llegaron a Corea donde apenas durmió un par de horas en su cama, para entonces irse a la empresa a trabajar porque tenía que estar presente en esa reunión.

—Toma… —le entregó unas hojas a SeokJin que estaba sentado a su lado derecho. —Ahí está el listado de las nuevas marcas que se unirán. —ahora miró a su asistente y le entregó otros documentos. —Wendy, saca dos copias de cada hoja ahí y se las entregas a SeokJin, las originales las dejas en mi oficina, por favor.

—De acuerdo, señor Jung.

Una vez la asistente se retiró, Hoseok se dejó caer en el respaldo de la silla, sobándose la sien con hastío.

—Después de tanto tiempo, sigo sin acostumbrarme a las reuniones. —murmuró. —Siempre termino con jaqueca.

—¿Todos estos son los contratos? —preguntó el omega leyendo cada hoja. Jung asintió. —Bien, iré a hacer el papeleo. —se puso de pie. —Será mejor que vayas a descansar y a comer algo, apenas esta madrugada llegaste de viaje, te ves pálido, Ho. —le palmeó el hombro. —Yo me encargo de todo así que no te preocupes.

—Te tomaré la palabra… —cubrió sus ojos con un bufido. —, me siento mareado y con náuseas.

—Debes estar débil por la dieta que tomaste. —le tocó las mejillas y la frente. —Por lo menos no tienes fiebre.

—Iré a casa, antes de que Taehyung sienta mi malestar, no quiero que se preocupe. —se descubrió los ojos. No obstante los abrió en grande al notar algo en la mano de su colega y amigo. —¿Eso es un anillo de compromiso? ¿A caso Namjoon y Jungkook…?

Negó ruborizándose. —En realidad… yo se los propuse esta mañana…

—¡¿Tú?! 

—Sí, ¿qué tiene de raro? no porque no sea alfa no puedo proponerles matrimonio, los omegas también podemos hacerlo.

—No, no es eso. —negó con las manos. —Me sorprende que quieras casarte, ¿no me habías dicho que la ley no permitía matrimonios de más de dos personas?

—¿Y quién dice que lo haremos por lo legal? No necesitamos eso, solo haremos una ceremonia, sin necesidad de firmar documentos. —se sacudió el hombro. —No necesitamos casarnos ante la ley para demostrar que nos amamos.

—Tienes razón. —se puso de pie lentamente, pues seguía sintiéndose mareado. Entonces se acercó a su amigo y lo abrazó. —Muchas felicidades, me alegro mucho por ustedes, sobre todo por ti.

—Gracias, Ho. —sonrió separándose del abrazo. —No tienes idea de lo feliz que estoy y de lo feliz que me hacen.

—Si me lo imagino. —se rió bajito viendo su propio anillo. Pensar en Taehyung siempre le ponía de muy buen humor. —Espero estar invitado a la boda.

—¡Por supuesto! Tú y Taehyung están más que invitados.

Minutos más tarde, Jin se retiró a su oficina y tal como Hoseok había dicho, le tomó la palabra de irse a casa. Se aflojó la corbata al ir caminando por los pasillos, mientras se frotaba superficialmente el cuello como si eso fuera suficiente para alejar las molestas náuseas que le estaban molestando desde hace rato.

—No quiero enfermarme, por favor… —susurró para sí mismo, tragando y suspirando.

Su mente le decía que si llegaba a casa y se hundía en los brazos de su omega, su malestar se iría, por eso mismo aumentó el ritmo de sus pasos. Pero desgraciadamente, aquella desagradable sensación se volvió más fuerte y quizás, solo quizás, por un momento la suerte estuvo de su lado porque justamente iba pasando frente a los baños cuando sintió que ya no podía aguantar más.

Entró cubriéndose la boca sin siquiera fijarse quienes estaban ahí dentro y al primer cubículo que vio vacío entró empujando la puerta con fuerza y cayendo de rodillas frente al retrete comenzando a vaciar su estómago sin piedad alguna.

Había olvidado por completo la horrible sensación, y también había olvidado cuando fue la última vez que había vomitado. Ahora estaba seguro de que había pescado algún jodido virus, porque su salud siempre ha sido buena, pocas veces enfermaba y ahora se hallaba vomitando hasta su alma.

Definitivamente algo no andaba bien.

¿Hoseok?

Reconoció la voz, pero no pudo contestar porque nuevamente el ácido subió por su garganta.

—Mierda, hyung. —sintió una mano en su espalda. —¿Estás bien?

Que pregunta.

—Excelente, Namjoon. —le alcanzó a responder antes de que una nueva arcada llegara.

—¿Quieres que llame a alguien?

Negó. No quería preocupar a nadie.

Unos minutos más tarde se hallaba enjuagando su boca una y otra vez, luciendo más pálido que su cuñado. Se sentía como la mierda.

—Hyung, ¿En serio no quieres que llame a alguien? Te ves realmente mal.

—Estoy bien, Nam. —suspiró mojándose ahora el rostro.

—Bueno, pues no parece. —frunció el ceño mirando como se secaba la cara con una toalla de papel.

—Había estado bajo una dieta estricta para ir a Milán, y hace dos horas me comí una grasosa hamburguesa, obviamente me sentó mal.

—Pues fue imprudente que comieras algo así de repente cuando estas semanas habías acostumbrado a tu estómago a comida ligera.

—Solo se me antojó, ¿de acuerdo? estaba harto de la lechuga y verduras hervidas. —suspiró recargándose en los lavamanos. —Ya me tocaba darme un gusto.

Namjoon negó divertido.

—Suenas igual a Jin. —se rió. —Si no fueras alfa, te diría que estás embarazado.

Hoseok rodó los ojos. —Muy gracioso.

—Tus síntomas son idénticos. —se encogió de hombros. —Pero ya en serio, hyung, deberías de ir a hacerte unos estudios, no está bien que vomites de esa manera. —dijo Namjoon serio. —Quizás agarraste una infección.

—Puede ser… —suspiró tocándose la garganta con una mueca. Aún sentía una ligera e incómoda sensación de náuseas. —Llamaré a la clínica para programar una cita mañana.

Momentos más tarde, cuando finalmente se sintió mejor y más tranquilo, optó por retirarse. No se sentía muy seguro de conducir, pensó en llamar a su chófer, pero al final se animó a manejar él mismo.

Al momento en el que llegó y subió al elevador, otro mareo le atacó gracias al movimiento y las náuseas volvieron a hacerse presente. Ya se estaba preocupando, pero lo que más le preocupaba era angustiar a su omega con su malestar.

Se detuvo unos minutos fuera de la puerta, respirando con profundidad y palmeando sus mejillas para que tomaran un poquito de color… aunque para este punto, Taehyung ya debió haber sentido algo en el lazo por más que intentó disimularlo.

Pero cuando entró a la suite, se sintió más tranquilo al oler el aroma de su amado prometido por todo el lugar. Lanzó su saco y corbata al sofá y sonrió al escuchar las risas de su novio provenientes de arriba, así que se dirigió a aquél lugar… pero cuando iba a la mitad de las escaleras, tuvo que detenerse y sentarse en un escalón cuando otro malestar apareció.

—Mierda… —suspiró con profundidad.

Se quedó unos segundos cubriéndose los ojos, hasta que sintió un cosquilleo en las costillas. Miró a su lado y se encontró con Yeontan olfateándole y sacudiendo la cola felizmente por verlo.

¿Tan? ¿A dónde fuiste?

Hoseok se tensó al escuchar la voz de su omega, no quería que lo viera así… pero ya no podía evitarlo más.

—¿Hoseok? ¡Hoseok!

El omega se alarmó al ver a su alfa en medio de las escaleras.

—¡Hoseok! ¿Estás bien? —llegó hasta él muy preocupado. —Te sentí… te sentí mal… —se sentó a su lado sujetándolo del brazo angustiado. —Estás muy pálido.

El alfa observó la expresión preocupada de su omega y se sintió más mal. Lo que no quería era preocuparlo y era justamente lo que estaba haciendo.

—Estoy bien, solo fue un ligero mareo.

Taehyung gimoteó con angustia.

Le ayudó a ponerse de pie y lo llevó con extremo cuidado hasta la cama donde se encontró con su adorable sobrino jugando con unos dinosaurios de felpa.

—¡Tío Hobie! —el cachorro se puso de pie sobre el colchón, muy contento de verlo.

—Hola, Gigi… —le sonrió lo mejor que pudo sentándose en la cama.

Taehyung lo empujó suavemente del pecho para que se recostara y le quitó los zapatos para que pudiera subir los pies. Entonces, SeokGi se acercó a su tío con una expresión confundida.

—¿Va a dodmir la siesta? —le pregunto a Tae con inocencia. Pues su papi Jimin siempre lo ponía a tomar una siesta todas las tardes.

De hecho, ya casi era hora.

El omega asintió, tratando de no mostrarse tan preocupado para no asustar al cachorrito. El único que sentía toda su preocupación era Hoseok a través del lazo.

—¡Mida! ¡Mi dino nuevo! —SeokGi le mostró a Hoseok su nuevo dinosaurio de felpa. —¡Había muchos! Pero papá me degaló uno. —puchereó porque él los quería todos.

—Mañana te llevaré a comprar todos los dinosaurios que quieras, ¿de acuerdo?

—¡Si! —el pequeño saltó entusiasmado al pecho de su tío Hobie abrazándole.

El alfa rió bajito, porque a pesar de sentirse mal, amaba ver a su sobrino tan contento. Ver las sonrisas de sus personas favoritas, era una de las mejores curas a todos sus males.

Hoseok giró su rostro, encontrándose con la carita angustiada de su omega sentado a su lado. Le mostró una pequeña sonrisa y abrió su brazo derecho invitándolo a recostarse.

—Hoseok… —mantenía sus cejas fruncidas en preocupación y los labios abultados. No le gustaba ver a su alfa así de pálido… le recordaba a aquella vez que le picó una abeja. —¿Le llamo a-?

—Estaré bien… —le interrumpió. —Solo ven aquí, necesito sentirte…

Los labios de Taehyung se volvieron un puchero más pronunciado, pero aún así, se subió a la cama junto a su alfa, quien de inmediato hundió su nariz en los claros cabellos, sintiendo sus músculos relajarse en solo cuestión de segundos.

—Te aseguro que con una siesta estaré mejor.

—Uh, entonces voy a ayudarte a ponerte ropa más cómoda, ¿sí? —se sentó sujetandole la mano.

—De acuerdo… —sinceramente, no quería cambiarse de ropa. Aún se sentía mal y solo quería estar recostado, pero jamás podía negarle algo a su omega, menos si se lo pedía con esa carita de angustia.

Tae le ayudó a sentarse, mientras que SeokGi bajó del pecho de su tío donde había estado jugando con su dinosaurio en lo que escuchaba a los adultos hablar. El omega desabrochó con calma la camisa de su alfa y una vez lo dejó con el torso desnudo, se giró a los cajones para buscar alguna otra prenda más cómoda y fresca.

Ya no se sentía mal, estar con su omega y olfatear su aroma le funcionaba como un analgésico y un relajante. Pero realmente solo deseaba dormir un rato y despertar como nuevo.

—¡Tío Hobie! —SeokGi le llamó.

—¿Sí? —murmuró pasando la mano de forma perezosa por sus pectorales, alargando un bostezo.

—¿Pod qué tú no tienes aquí como papá? —preguntó tocándole la espalda.

—¿Eh? —se giró un poquito para verle. —¿Cómo tiene tu papá?

—Uhh… tiene… —se quedó pensando en como explicarle. —¡Ah! —le señaló su rodilla donde se había raspado cuando cayó al ir corriendo con Holly. —¡Así! ¡pero más gandes! ¿Papá se cayó como yo también?

—Oh… —se rió por sus adentros. Lo que YoonGi tenía eran rasguños en su espalda, probablemente hechos por su querido hermanito. —Sí, tu papá seguramente se cayó.

🌻

El atardecer había caído… el cielo se hallaba pintado con una preciosa mezcla de colores anaranjados, púrpuras y rosados, mientras el sol iba ocultándose poco a poco para darle a la luna y a las estrellas su oportunidad de brillar.

Cierto alfa gruñó bajito, removiéndose en su lugar… pero todo se detuvo cuando su rostro sintió la suavidad de unos cabellos con un aroma más que familiar. Entre abrió los ojos y no pudo evitar que una pequeña sonrisa apareciera en sus labios cuando se encontró con aquellas hebras platinadas tan de cerca, pertenecientes al amor de su vida.

Se alejó solo un poquito para poder llevar a cabo su actividad favorita: observar a su amado dormir.

La manera tan delicada en la que las pestañas tocaban su piel y lo tierno que le hacía ver esa mejilla aplastada contra la almohada, provocando que sus bonitos labios se abultaran y quedaran un poquito entreabiertos.

Sus mejillas que poseían tiernas pecas regadas en ellas, al igual que un ligero tono rosado les acompañaban… se había dado cuenta de eso, de que un sutil rubor no desaparecía de las mejillas de su chico en ningún momento desde hace semanas. Y su piel… su piel lucía más suave que de costumbre, lucía reluciente… exceptuando esas tenues manchas oscuras bajo sus ojos, las cuales de plano no comprendía por qué estaban ahí si Taehyung dormía bien y rara vez se trasnochaba.

Nuevamente pasó su pulgar por esas sombras bajo sus ojos favoritos en todo el mundo y suspiró bajito, acercándose a depositar un pequeño besito en la punta de la bonita nariz, para después sentarse en la cama con suma precaución, atento a cualquier mareo que quisiera llegar… pero afortunadamente no pasó. Sonrió aliviado, ya no se sentía mal. Entonces tomó su celular que se hallaba en el buró, revisó la hora dándose cuenta de que ya eran cerca de las seis y media de la noche, así que se puso de pie, aún manteniendo precaución, y caminó hasta el cuarto de baño donde decidió darse una fresca ducha y una buena cepillada de dientes, pues seguía sintiendo la boca amarga y no quería besar a su omega así.

Cómo tal, lo primero que hizo al entrar al baño fue cepillarse los dientes, para después desnudarse y entrar a la ducha. Se mantuvo bajo la lluvia artificial por un par de minutos, permitiéndose refrescarse. Para después tomar la barra de jabón y comenzar a pasarla por su cuerpo. Pasó por su abdomen, hasta deslizarse por todo su pecho frotando en círculos.

Después de haberse enjabonado todo el cuerpo, tomó shampoo en sus manos y lo untó en todo su cabello comenzando a crear espuma, mientras en su mente se ponía a recapitular varios temas de la reunión de la tarde. Tan concentrado estaba, que se dio un sobresalto cuando unos brazos lo rodearon desde atrás y unos labios se posaron en su nuca.

Está helada.

—Taehyung… —respiró con profundidad inundándose del aroma a flores, vainilla y chocolate de su precioso novio. —, me asustaste, cachorro.

Soltó una baja risita traviesa. —Lo siento. —dejó un besito en la nuca de su mayor y sonrió pegando su mejilla en el mismo lugar sin dejar de abrazarle. —Me desperté porque no te sentí conmigo.

—Te veías tan lindo dormido que… —se giró para quedar frente a frente y así poderlo sujetar de las desnudas caderas. —, no me atreví a despertarte.

Tae sonrió con un ligero rubor en sus mejillas.

—¿Ya te sientes mejor?

Asintió. —Te dije que con una siesta mejoraría.

—Me asusté mucho cuando te vi en medio de las escaleras —hizo un puchero recargando su frente en las clavículas de su alfa. —, creí que te habías caído. 

—Perdóname, no quería preocuparte. —le acarició dulcemente las caderas con sus pulgares formando círculos imaginarios, mientras el agua continuaba cayendo sobre ellos.

Taehyung tomó la mejilla de su alfa y le sonrió.

—Siempre me preocupo por ti, Hobie.

—Cachorro…

Un ligero rubor apareció en sus mejillas cuando los labios de su omega se posaron sobre los suyos con ternura.

—Hay que bañarnos bien.

Hoseok sonrió con un asentimiento.

Entre los dos lavaron sus cuerpos y cabellos, regalándose besitos y compartiendo risitas cuando se hacían alguna clase de peinado abstracto con la espuma del shampoo.

—Oye, ¿Y SeokGi? —no podía creer que apenas se iba acordando de su querido sobrinito.

—Ah, Jiminnie y YoonGi hyung vinieron por él hace unas horas.

—Oh, con razón no lo vi con nosotros cuando desperté. —murmuró terminando de quitar todo el shampoo del cabello de su novio.

Tae rió rodeando el cuello del mayor con sus brazos y así atrapar sus labios en un profundo beso. Hoseok no se negó por supuesto, así que movió sus labios al compás con muchísimo gusto. Pero cuando el beso se detuvo, Taehyung echó la cabeza hacia atrás al momento en el que Jung lo pegó a la húmeda pared y comenzaba a acariciarle la cintura y caderas, al mismo tiempo en el que regaba besos a lo largo del cuello y de la mandíbula sacándole bajitos suspiros.

Hobie…

Y eso fue suficiente para que Hoseok se detuviera al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

—Lo siento, mi amor… —se alejó un poco pero sin perder el contacto de piel con piel. —No podemos hacerlo aquí, me da miedo tener otro mareo cuando te esté sosteniendo… —hizo una mueca. —, podríamos caer.

El omega miraba a su alfa con mejillas rojas y jadeante. Asintió, lo comprendía.

—Hoseok… —lo abrazó siendo correspondido al instante. —¿Y si vamos a la granja?

—Claro —le besó la cabeza. —¿Cuándo quieres ir?

—Ahora.

—¿Ahora? —le miró con sorpresa. —Ya oscureció, amor… no me animo a conducir en mi estado…

—¡Yo conduzco!

Y bueno, a pesar de que a Hoseok le daba cierto temor conducir por el camino de terracería que daba a la granja, porque no había bastante iluminación… ya iban en camino con un omega conduciendo muy concentrado al camino.

Jamás podría negarle nada.

Habían tomado el Jeep, mientras que Taehyung se hallaba sentado muy erguido sin dejar de mirar con atención el camino. El alfa del lado del copiloto, no dejaba de mirar a su omega con ojitos de enamorado, pues le parecía tan lindo verlo tan concentrado en su tarea.

Una vez llegaron, Taehyung se encargó de estacionar el auto, de abrir la casa, de acomodar las cosas que traían, todo. No permitió que su alfa hiciera esfuerzo alguno porque no quería que se sintiera mal otra vez.

La casa había tenido sus mejoras, y también la habían agrandado. Pero por supuesto, por fuera seguía manteniendo su bonito estilo granjero, con el típico color rojo y blanco. Y unos metros más allá, construyeron otra casa de dos pisos con el fin de que cuando llevaran a más familiares y amigos, estos se quedarán ahí. El terreno de la granja era enorme, pues aún le quedaba mucho espacio para construir otra más, pero preferían mantenerlo así.

—¡Perfecto! el lunes nos vemos en mi oficina para hablar más al respecto, hasta luego. —colgó.

Dejó su celular de lado para continuar escribiendo en su laptop con una sonrisa de auténtica felicidad en la cara.

—Hope Inn se expandirá al extranjero. —musitó para sí mismo, estaba muy emocionado.

La cadena de hoteles había sido un completo éxito en Corea y gracias a los jugosos ingresos que había obtenido a lo largo de estos años, ahora podría llevar a cabo el plan de expandirse al extranjero, empezando por uno en Tokyo, Japón y otro en Las Vegas, en Estados Unidos.

—Tengo que contarle a Taehyung.

Cerró su laptop, se colocó las sandalias y antes de ponerse de pie, acarició la cabeza de Yeontan que yacía plácidamente dormido en el centro de la cama.

Salió de la habitación frotándose perezosamente la barriga, al mismo tiempo en el que alargaba un bostezo. No obstante se detuvo al notar la puerta de la habitación de YoungMi abierta, y la luz encendida. Se asomó encontrándose a su omega sentado en la cama rebuscando dentro de un contenedor de plástico a su lado.

Se acercó sigiloso, esbozando una sonrisa traviesa con la idea de asustarle.

—Hola, Hobie. —murmuró sin voltear a verlo.

—¿Eh? —se detuvo. —¿Cómo supiste que entré aquí?

—Te olí. —se rió ahora sí girándose para mirarle con una sonrisa. —Desde que saliste de la habitación.

—Oh… —se sentó a su lado y le pellizcó dulcemente la nariz. —¿Qué voy a hacer con esta nariz? últimamente tienes el olfato más agudo. —Tae se rió. —¿Qué hacías?

—Recordé que mi abuelita guardaba sus bolas de estambre aquí. —dijo regresando las manos a la caja. —Hace mucho que no tejo algo, así que ahora que no voy más a clases, quiero entretenerme con algo. —sacó una bola de color verde. —Quizás ya hasta se me olvidó como hacerlo. —se rió bajito. —Pero como decía mi abuelita, "lo que bien se aprende, jamás se olvida" ¡y ella me enseñó muy bien!

Hoseok rió. —¡Exacto! Ya verás que no has perdido el toque.

Tae asintió con una sonrisa. —Por cierto, te sentí muy feliz hace un ratito, Hobie, ¿pasó algo?

—¡Oh! —recordó poniéndose de pie de un brinco. —Justo venía a contarte. ¡Hope Inn se irá al extranjero!

—¿Qué? ¿Los hoteles? —se levantó con emoción. —¡¿En serio?!

—¡Si! —lo sujetó de la cintura y dió un par de vueltas. —¿Puedes creerlo?

—¡Sí lo creo! —Taehyung reía.

Desde que Hoseok inauguró la cadena de hoteles, su deseo siempre fue poder abrir más de estos fuera del país y conforme los años los ingresos fueron aumentando más y más. Taehyung fue el principal testigo de todas las veces que su alfa le contaba su deseo de poner por lo menos un hotel en algún país extranjero, ¡Y finalmente su deseo se estaba cumpliendo!

El omega no paraba de reír, tendido en la cama recibiendo múltiples besitos por toda su cara, escuchando y sintiendo lo feliz que su alfa se encontraba.

—Me hace muy feliz que estés tan feliz, Hobie. —atrapó el rostro de su alfa entre sus manos, conectando sus miradas. —Estoy muy orgulloso de ti.

—Oye… —Hoseok rió ruborizado. —, esa es mi frase.

Taehyung soltó una baja risita, acariciando las mejillas de su prometido con sus pulgares.

—Gracias, mi amor… —miró alternativamente ese precioso par de ojos como el cielo. —Gracias de verdad por estar a mi lado, mis logros, son tus logros, no lo olvides, porque tú eres mi motor y yo solo pienso en brindarte todo mi amor, en regalarte todas las cosas que quieras… en entregarte el mundo entero…

—Hoseok… —susurró. —Sabes que no me importan las cosas… porque mientras estemos juntos y nos amemos, yo seré muy, muy, muuuuuuy feliz.

Lo sabía.

—Te amo, Kim Taehyung.

—Y yo te amo a ti, Jung Hoseok.

Tae acercó sus rostros y unió sus labios en el más dulce beso, puro, y lleno de amor que podía existir.

—Cachorro… —balbuceó cortando el beso.

—¿Uh? —le miró confundido.

—Creo que es mejor que continuemos con nuestra sesión de besitos… —le tocó la nariz sacándole una risita. —...en otra parte. Estamos en la habitación de tu abuelita, y siento que si continuamos, me va a jalar los pies cuando esté dormido.

Taehyung comenzó a reír.

—¿Qué es tan divertido?

El omega negó aún entre carcajadas.

—¿Vamos al arroyo? —preguntó limpiándose una lágrima por reír tanto.

—¿Ahora? —le dió una mirada a la ventana. —Ya está oscuro, amor…

Sí, era un miedoso… pero también no es que la granja tuviera mucha iluminación.

—Uhm…—se levantó empujando a su alfa por el pecho. —, tenemos la luz de la luna.

Y bueno… como siempre, Hoseok no podía negarle nada a su omega.

Caminaron juntos, tomados de la mano, compartiendo risitas y choques de hombro, como cualquier parejita de novios, hasta que llegaron a la orilla del arroyo, un poquito alejados del puente, cerca de unos arbustos… justo donde Hoseok vio a Taehyung por primera vez.

El alfa miró al cielo estrellado y sonrió viendo a su alrededor, dándose cuenta de que su omega tenía toda la razón. Tenían la luz de la luna y eso era más que suficiente, pues todo el lugar se hallaba bañado de su luz plateada y gracias a que se hallaban lejos de la ciudad, lejos de la urbanización, el brillo de la luna era aún más intenso.

No obstante, se quedó mudo cuando sus ojos se encontraron con su amado novio completamente desnudo, adentrándose al agua.

Hoseok tragó sonoramente porque la escena era simplemente hermosa… etérea. Veía todo en cámara lenta, a su omega siendo bañado por la luz de la luna… metiéndose poco a poco al agua que le llegó hasta abajo del pecho, para después zambullirse por completo y segundos después salir, echándose el cabello hacia atrás.

El omega notó la mirada de su alfa, así que esbozó una pequeña sonrisa tímida y sin decir una sola palabra solo con un movimiento de mano en el agua, lo invitó a qué se le uniera.

Y bueno… Hoseok más que obediente fue.

Después de desnudarse —a petición de su omega— se metió con ayuda de su chico quien le extendió la mano. Hoseok tembló al sentir el agua helada y Tae rió bajito uniendo sus pechos, mojando el cabello de su alfa tomando un poco de agua entre sus manos.

—A la cuenta de tres nos zambullimos, ¿sí? —le dijo sujetándole de ambas manos. Hoseok solo asintió. —Uno… dos… ¡tres!

En un parpadeo, ambos ya se hallaban bajo el agua y segundos después salieron, soltando todo el aire contenido. Taehyung rió echando su cabello hacia atrás, mientras su alfa hacía lo mismo.

—Bueno, no está tan helada como pensé. —dijo el alfa con una risita.

—¿Verdad?

—Y tampoco está tan oscuro como creí. —se rió mirando a su alrededor.

—Hobie… —le llamó.

—¿Si? —se giró para verle, al mismo instante en el que su rostro fue atrapado entre una de las hermosas manos de su novio, conectando sus miradas.

Incluso bajo la luz de la luna, Taehyung era hermoso, muy hermoso.

Sacaron sus manos del agua y las entrelazaron con firmeza. Hoseok sonrió al besarle los nudillos a su amado y poder ver brillar ese precioso zafiro en su dedo.

—¿Debería quitarlo? —preguntó Tae tomando al alfa por sorpresa.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Uh… esque me da miedo que se me caiga… —abultó sus labios. —, es un arroyo, el agua no deja de correr, me pondría muy triste si se me pierde.

—Te compro otro, no importa… —volvió a besarle los nudillos dulcemente. —, te obsequiare todos los anillos con zafiros que existan, pero no te lo quites… así si se te llega a caer podré proponerte matrimonio una vez más porque en serio amaría tanto volver a escucharte decir "si".

—Hoseoook —se ruborizó hasta las orejas. Su alfa era único.

El omega solamente rió por la ocurrencia de su prometido… le miró con esos ojitos azules y destellantes… y finalmente le besó.

Jung por supuesto aceptó con mucho gusto, rodeando con su brazo la delicada cintura de su chico. Con suspiros y chasquidos de por medio, sumando el sonido del agua correr, junto con el cantar de alguna que otra rana y grillos… luciérnagas volando por aquí y por allá… y la hermosa compañía de la luna sobre ellos.

La temperatura en sus cuerpos no tardó en subir, tal como la intensidad de sus besos. Y esta vez, nada ni nadie los podría detener, no en ese momento tan hermoso y mágico con sólo la naturaleza, la luna y su inquebrantable amor como testigos.

Los bajitos gemidos no se hicieron esperar, haciendo un adorable pero fascinante eco en el lugar, junto con el chapotear del agua. Taehyung podía gritar si quería, después de todo, nadie lo escucharía, solo eran ellos dos demostrando cuánto se amaban en cuerpo y alma.

Hoseok de pie dentro del agua, sujetando a su omega de las caderas, mientras que Taehyung mantenía sus piernas enredadas en la cintura de su alfa, subiendo y bajando, sintiéndolo tan caliente, tan profundo.

El agua salpicando por doquier gracias a los manotazos que Taehyung soltaba en la superficie, gracias al placer que lo estaba abrumando.

Hoseok no estaba muy seguro de hacerlo ahí, porque además de eso no traía protección… pero no contaba con que su omega traía un sobrecito de aluminio escondido en sus ropas. Taehyung ya iba más que preparado y su plan era hacer el amor con su alfa bajo la luz de la luna.

A pesar de los años, Taehyung nunca dejaba de sorprenderle… y eso le encantaba.

Un abrumador y explosivo orgasmo les alcanzó, haciendo sus cuerpos temblar sin control, sin dejar de aferrarse el uno del otro, entre profundas respiraciones y trémulas palabras de amor acompañadas de húmedos besitos, con el nudo uniendoles inevitablemente.

Taehyung acunaba la cabeza de su alfa, tratando de recuperar suficiente oxígeno, tratando de regular su respiración, mientras que Hoseok mantenía su rostro hundido en el pecho de su omega, escuchando claramente los veloces latidos.

—Fue… esto fue…

—Increíble… —el omega terminó la oración con una risita.

—Increíble. —repitió Hoseok depositando un besito en el aún agitado pecho. —¿Estás bien?

—Mejor que nunca. —abrió ese hermoso par de ojos.

—Perfecto… —sonrió maravillado por el precioso destello que estos mostraban. —Ahora, acércate un poco más y déjame besarte una vez más…

Taehyung rió, pero aceptó. Se inclinó un poquito para poder unir sus labios con más comodidad, pues debido a la posición en la que se encontraban Tae se hallaba más arriba que su alfa.

—Hobie… —musitó entre besitos acariciándole la nuca con ternura.

—¿Si? —respondió sin alejarse de los dulces labios de su amado.

—Puedo… ¿Puedo pedirte algo? —preguntó con timidez, separándose un poquitito.

—Pídeme lo que quieras, mi vida. —estiró sus labios para plantarle un pequeño besito. —¿Quieres ir a la luna? Mañana mismo nos vamos a la NASA y consigo nuestro propio cohete espacial.

Taehyung rió encantado. —Eso no… —su alfa era tan ocurrente. —, quiero pedirte otra cosa…

—Te daré lo que sea que me pidas, tu solo dilo. 

Santo cielo, estaba tan enamorado.

—¿Lo… que sea?

—Lo que sea. —le acarició las caderas con ternura. —Tú solo pídemelo y yo te lo daré.

—¿Y… un bebé?

—Por supuesto que- —se quedó mudo por unos segundos al procesar lo que había escuchado. —¿Un bebé?

Asintió con timidez. —Un bebito, un cachorrito… tuyo y mío… —se tocó la barriga sin darse cuenta.

Hoseok miró hacia el lugar en el que su omega llevó una de sus manos y no pudo evitar sonreír al imaginar esa barriga creciendo día con día.

Colocó su mano sobre la de su omega, quien sintió a su lobito ronronear felizmente por la calidez.

—Un bebé… —repitió. Alzó la mirada para ver esos preciosos ojitos mirándole esperanzado. —¿De verdad quieres un bebé, mi amor?

Asintió con las mejillas rojitas. —Siento que… siento que estoy listo.

Una preciosa sonrisa apareció en los labios del alfa y asintió bajando un poquito su cabeza para alcanzar a dejar un tierno besito en el plano abdomen de su chico.

—En nuestra luna de miel, te lo prometo. —Taehyung abrió sus ojos enormemente. —No descansaremos hasta que en esta bonita barriga comience a crecer nuestro hijo.

—¿D-de verdad? —la felicidad, la emoción que se estaba apoderando de su sistema era indescriptible.

—Sí… —dejó otra caricia en la suave barriga. —Pronto tendremos un bebé con nosotros.

—¡Hoseok! —el omega abrazó a su alfa con mucho entusiasmo que casi los hacía caer de lleno al agua.

El alfa solamente se dedicó a reír porque la sensación de absoluta felicidad que su omega le estaba transmitiendo a través del lazo, era lo mejor que podía existir.

—Pronto veremos cómo esta barriguita comenzará a crecer…

Tae asintió con lágrimas en sus ojitos, estaba demasiado emocionado, demasiado feliz.

—Pronto… —murmuró atrapando los labios de su alfa entre lágrimas de absoluta felicidad.

Si, muy pronto…

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j0der estoy tan orgullosa de mi de poder terminar este capítulo a pesar de las circunstancias TuT tal como Hoseok le dice a Taehyung que es su motor, mi motor son ustedes mis preciosos girasoles. 🌻💜

y bueno... ¡¿QUÉ LES PARECIÓ EL CAPÍTULOOOOOO?! DÉJENME LEER SUS TEORÍAS DE ESTE CAPÍTULO Y DEL QUE SE VIENE👀

Los amo mucho mis preciosos girasoles, no sé que más decir, mi cabeza no está muy clara en este momento pero de verdad espero les haya gustado el capítulo y hayan disfrutado de él. ¡Nos leemos en el próximo capítulo! los amo con todo mi corazón, ¡GRACIAS POR TANTO Y PERDÓN POR TAN POCO! 🌻✨💜🌻✨💜🌻✨💜✨🌻✨💜✨🌻✨💜✨🌻✨💜✨🌻✨💜✨🌻

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