🌻•Capítulo 6
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Un bonito omega, se hallaba sentado frente a un gran televisor, comiendo de una enorme bolsa de bolitas de queso. Veía una película animada muy entretenido y en el momento en que se dio cuenta de que empezaría una de las tantas canciones, tomó el control y subió el volumen hasta el tope, antes de ponerse a cantar.
—¿Quién inventó a los gladiadores? ¡H-É-R-C-U-L-E-S! — cantó a coro sacudiendo sus piecitos emocionado, mientras seguía metiendo bolitas de queso a su boca. Realmente amaba esa película, tanto que podría verla mil veces y la disfrutaría tal como la primera vez que la vió.
Cuando finalmente la canción acabó y procedía a continuar la trama de la película, bebió un enorme vaso de agua. Cantar le había sacado mucha sed.
Se acomodó mejor en el sofá, subió sus piernas, quedando en posición de loto. Colocó su mano libre en su bonito vientre de seis meses y acarició al sentir los movimientos de su terroncito de azúcar.
Su bebé se removió inquieto, el vello de su nuca se erizó, su corazón latió más rápido y sus pupilas se dilataron.
Su alfa había llegado.
Inhaló profundamente, sintiendo como el embriagante aroma a café y chocolate de su pareja llegaba a sus fosas nasales.
Dos alfas entraban al lujoso departamento, uno de ellos muy cabizbajo. De repente, el alfa pálido casi fue tacleado por un tierno omega en estado.
—¡YoonGi! — lo rodeó con sus delgados brazos, enterrando la nariz en el cuello del mayor para inhalar con necesidad.
—¡Minnie! Ten cuidado… — con uno de sus brazos rodeó la estrecha cintura y su mano libre descansó en el vientre del menor — recuerda que nuestro terroncito está aquí…
—Lo sé… — inhaló profundo, relajándose — ¿Y Hobie?
Señaló al sofá del living, donde el alfa yacía recostado con su antebrazo cubriendo sus ojos. El omega formó un puchero en sus labios y se acercó despacio. Se colocó a un lado y se inclinó en la alfombra, quedando a la altura de su rostro. Percibía la tristeza de su hermano en el aire, eso provocó que los ojitos de Jimin se llenaran de lágrimas, no le gustaba ver a su hermano triste.
Su bebé comenzó a moverse así que se le ocurrió una maravillosa idea. Tomó la mano de su hermano mayor y la colocó en su vientre. El bebé pateó justo bajo la mano de Hoseok, provocando que una pequeña sonrisa ladina apareciera en sus labios.
Jimin sonrió al ver esa acción, llevó su mano a los cabellos del mayor, dejando suaves caricias. El omega unió su cabeza con la del alfa en un gesto cariñoso, mientras que YoonGi observaba todo con ternura desde el otro lado del sofá, sabía que ambos hermanos eran muy unidos y Jimin era muy susceptible al estado de ánimo de su hermano mayor, siempre que lo notaba triste o decaído él se ponía igual, y trataba de reconfortarlo sólo como él sabía.
Pero Jimin percibió un aroma diferente, impregnado en su hermano. Un omega… omega en celo.
“Oh por dios, ¿Que hiciste, Hoseok?”, pensó.
Hoseok aun no quitaba su antebrazo de sus ojos, su cabeza estaba empezando a doler. Se sentía decaído, confundido y tendría que admitir que extrañaba a ese tierno chiquillo, a Taehyung.
Sin evitarlo, un leve sollozo salió de sus labios, odiaba ser tan malditamente sensible.
“Ni siquiera me pude despedir de él”, se lamentaba mentalmente.
—Hobie… — su vocecita se quebró. De por sí, el embarazo lo tiene muy sensible, ahora ver a su hermano triste, lo ponía aún más sensible.
Hoseok escuchó como la voz de su hermanito se quebraba y se preocupó. YoonGi tuvo que contener su necesidad de ir a reconfortar y mimar a su bello omega. Hoseok se reincorporó en su lugar y le dolió el corazón al ver a su pequeño hermano, con las lágrimas resbalando por sus regordetas y sonrojadas mejillas. Lo tomó por debajo de sus brazos, y lo levantó con delicadeza, lo sentó a su lado y lo abrazó protectoramente, sintiendo como Jimin hundía su naricita en su cuello.
Ambos sollozaron por las mismas razones, de ver a su hermano llorar. Jimin no soportaba ver a su hermano triste y Hoseok tampoco soportaba ver a su hermanito triste.
—No cabe duda de que ustedes son hermanos — habló YoonGi sin dejar de observarlos — son unos llorones
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Jimin yacía en el regazo de su hermano quedándose dormido, mientras recibía caricias en el cabello. Al ver a su hermanito, no pudo evitar pensar en Taehyung, ¿Cómo habrá reaccionado cuando despertó y no lo vio junto a él?, ¿Estará triste?, ¿Molesto?, O quizás… No le importó que se fuera. Sí, eso debe ser lo más probable…
Pero, ¿Por qué Hoseok siente como si una parte de su ser le hiciera falta?
Suspiró tratando de despejar su mente y observó el rostro relajado de su hermanito. Con su dedo índice, picó la esponjosa mejilla, para después, llevar su vista a la bonita pancita de seis meses, donde colocó su mano dejando breves caricias.
No podía creer que su hermano menor ya tenga veinte años. Que ya tenga a su propio alfa, se hayan casado y ya estén esperando a su primer cachorrito. Se sentía feliz, de que su pequeño sea feliz.
Se sentía satisfecho y orgulloso, pues todo lo que pasó hace ocho años él sólo junto con su hermanito, todas las lágrimas, esfuerzos, desvelos, trabajos, han valido la pena al ver a su Jiminnie feliz.
Pues Hoseok, tenía tan sólo dieciséis años cuando tuvo que hacerse cargo él sólo de su pequeño hermano de once años. Sus padres habían perdido la vida en un terrible accidente de avión, donde ni siquiera sus cuerpos pudieron velar, pues el avión había caído en el océano, donde sus padres y otros ciento veinticinco pasajeros, murieron.
Tanto Hoseok como Jimin resintieron horrible la pérdida de sus padres. Aún eran un par de cachorros, y perder el lazo con sus padres era como si les arrebataran la mitad de la vida. Ambos habían enfermado por la falta del lazo familiar, pero Jimin fue el que la sufrió más al ser el más pequeño.
Necesitaba medicamentos para tratar a su hermano y nadie quería ayudarlos por ser un par de huérfanos. Además, nadie lo contrataba por ser menor de edad. Para su suerte, días después la familia Min, sus vecinos habían llegado de sus vacaciones, rápidamente enterándose del accidente. La mujer vivía sola con su único hijo llamado YoonGi. Ella rápidamente decidió ayudar a los menores en lo más que pudiera.
Hoseok intentó buscar trabajo en lo que encontrara para poder costear los medicamentos de su hermanito. La señora Min le había dicho que no tenía porqué buscar empleo, ella compraría lo que fuese necesario, y que mejor se enfocara en sus estudios. Pero Hoseok quería ayudar, no quería dejarle toda la carga a esa amable mujer, amiga de su madre.
El joven alfa de dieciséis años, trabajó repartiendo el diario en las mañanas, paseando perros, podando césped, en invierno paleando nieve, entre otros varios pequeños trabajos. Mientras que YoonGi y su madre cuidaban de su hermanito.
Todo se complicó, cuando quisieron quitarles la casa en la que habían vivido desde que nacieron. Les dieron dos días para llevarse sus pertenencias, pero justo dos días después, llegó un abogado donde los señores Jung, habían especificado en un documento que si algo les llegara a pasar, todos sus bienes pasarían a ser propiedad de sus dos hijos, cuando ellos cumplieran la mayoría de edad.
Jimin tenía once, Hoseok dieciséis. Aún no tenían permitido acceder al dinero que había quedado en las cuentas bancarias y el pequeño negocio de publicidad, recién fundado que sus padres habían dejado. Hoseok se prometió que cuando cumpliera su mayoría de edad, haría crecer ese negocio.
La señora Min, a pesar de ser madre soltera, hizo lo posible por criar y cuidar de tres niños. Ella se había convertido en una segunda madre para Hoseok y Jimin. Y ellos estaban más que agradecidos con esa mujer.
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Sus pensamientos fueron interrumpidos, cuando la puerta principal fue cerrada, dejando ver a YoonGi, entrar con dos bolsas plásticas en su mano.
—¿Las encontraste? — preguntó divertido
El pálido alfa suspiró y asintió — No tenía idea de que existieran frituras sabor carne asada… además de sus excesivas ganas de comer bolitas de queso, Jimin ha tenido extraños antojos con la comida mexicana. — rascó su nuca dejando las bolsas en el suelo — hace tres noche, me despertó a las tres de la mañana diciéndome que tenía antojo de tacos. Dime, ¿de dónde iba yo a sacar tacos aquí en pleno Seúl?
Hoseok se carcajeó por el sufrimiento de su mejor amigo y bajó la mirada para observar a su hermanito que aún yacía dormido en el regazo de su mayor.
—Hey, no te burles — se acercó y acarició la mejilla de su omega — esa mañana tuve que ir al supermercado a comprar ingredientes y me hizo ver un tutorial en youtube sobre como preparar tacos
—Perfecto, así me gusta, que consientas a mi hermanito en todo lo que pida — despeinó juguetonamente el cabello del menor, quien comenzó a removerse por el ruido
—Silencio… — murmuró con sus labios abultados — No me dejan dormir
Los dos alfas rieron.
—Mi amor, ¿Quieres que te lleve a la cama? Ahí dormirás más cómodo
Negó acurrucándose más en su hermano —Estoy cómodo aquí
—¿No prefieres que yo te abrace?
No dijo nada.
—Te traje bolitas de queso y las frituras sabor carne que queríaaaaas~ — intentó persuadirlo
Jimin abrió sus ojos tentado y observó a su esposo. Se bajó del regazo de su hermano y se lanzó a los brazos de su alfa. Este lo atrapó abrazando la estrecha cintura, regando besos en todo el rostro del más pequeño.
Hoseok negó divertido, decidió retirarse a su habitación al ver a la parejita acurrucarse juntos en el sofá, con ambas bolsas de frituras abiertas, mientras se regalaban besitos una y otra vez.
Al entrar a su habitación, cerró con seguro dejando escapar un fuerte suspiro. Acarició su nunca y caminó con lentitud al cuarto de baño, donde inmediatamente comenzó a desvestirse.
Quitó la única prenda superior que portaba, una camiseta blanca interior de tirantes que dejaba a la vista sus bíceps. Estaba por lanzarla al cesto de ropa sucia, cuando su nariz percibió un dulce, dulce aroma.
Taehyung
El dulce aroma a flores y vainilla de Taehyung, estaba impregnado en esa camiseta. Sin evitarlo, la llevó a su nariz, e inhaló profundo. Su lobo rasguñaba, pidiendo que regresaran con él.
El alfa fue a dejar esa camiseta en su cama y regresó al baño, para terminar de desnudarse y ducharse con agua caliente. Comenzó a pasear la esponja por todo su cuerpo, asegurándose de limpiarse correctamente. Dejó la esponja en su lugar, para dejar que el agua quitara todo el jabón.
Su mano se paseaba por sus pectorales y sus brazos, tratando de que no quedará ningún residuo de jabón. Bajó a su abdomen, levemente marcado, cuando la imagen de Taehyung llegó a su mente.
Su mano fue bajando peligrosamente, hasta rozar su miembro y sin darse cuenta comenzó a estimularlo, mientras la imagen de un dulce Taehyung se mantenía en su mente.
Pegó la frente en la pared, mientras el agua caliente seguía cayendo sobre su cuerpo y el cuarto de baño se llenaba de vapor. Movía su mano una y otra vez, intentando alcanzar el ansiado orgasmo, mientras pequeños jadeos roncos y respiraciones pesadas salían de su boca.
La imagen de un tierno Taehyung con las mejillas sonrojadas, no abandonaba su mente. Sus piernas flaquearon un poco al correrse en su mano, en tanto trataba de regular su respiración. Su pecho subía y bajaba agitado, pensando en lo que acababa de hacer.
Se sentía sucio, muy sucio.
—¿Qué mierda acabo de hacer? — reaccionó observando como de su mano escurría su semilla. — Tengo que sacarte de mi cabeza…
Suspiró agobiado, colocándose de manera correcta bajo la lluvia artificial. Su maldita mente se empeñaba en pensar en ese pequeño omega.
—¿Qué me hiciste, Taehyung?
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Wiiiiiii~ Bueno, les mostré un poco del pasado del par de hermanos. ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Alguna duda? Pronto aparecerá nuestro Taehyung de nuevo~ ¡Espero les haya gustado el capítulo!💛
Déjenme decirles que AMO el HopeMin, y encontré la mejor oportunidad para hacerlos interactuar sin que esto deje de ser Yoonmin :")💛
¡Bienvenidos a todos los nuevos lectores!💛
¡Nos leemos en el siguiente capítulo! Los amo muchomuchomucho~💛🌻💛🌻💛🌻💛🌻💛🌻💛🌻💛🌻💛🌻💛
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