🌻•Capítulo 4O
《🌻》
El reloj en la mesa de noche, marcaba la 1:54am, y hacían unos escasos quince minutos que habían regresado de la fiesta.
Cierto alfa se sentía sumamente cansado, así que había optado por darse una ducha con agua caliente antes de meterse a la cama y poder descansar adecuadamente. Taehyung hizo lo mismo al llegar, a pesar de quedarse dormido en el auto de regreso al edificio. El joven omega había dicho que se sentía un poco pegajoso gracias al sudor, pues afortunadamente, se divirtió mucho saltando por toda la pista en compañía de SeokJin y Jimin. Así que llegando a la suite, se metió a la ducha a pesar del horrible frío, después se colocó su pijama y cepillo sus dientes, todo sin dejar de bostezar dos veces por minuto. Y en cuanto su cabeza tocó la almohada, no pasaron ni dos minutos para cuando ya se había dejado atrapar por los brazos de morfeo.
Un besito fue depositado en sus húmedos cabellos, para después, ser cubierto hasta los hombros, con el suave edredón blanco con puntos negros. Hoseok sonrió al verlo tan cómodo... en serio le aliviaba tanto que disfrutara de la fiesta.
Después de cepillarse los dientes y secar bien sus oscuros cabellos, Hoseok apagó las luces y se metió a la cama. Se arrastró hasta quedar cerca de su preciado omega, y entonces lo atrajo a su pecho e inhaló con profundidad su aroma a vainilla, flores y chocolate. Suspiró calmado al percibir de nuevo el aroma de su chico, pues cuando estaban en la oficina y comprendió que la intensidad de su aroma se debía a que su celo se estaba acercando, lo que el alfa hizo fue buscar una lata de inhibidor en spray que tenía en uno de sus cajones y se lo roció todo a su omega, para que así pudiera regresar tranquilo a la fiesta y no tuviera algún inconveniente con alfas que se sintieran atraídos a él por el fuerte aroma.
Ahora se sentía ansioso.
El celo de Taehyung estaba cerca y no sabía qué hacer. Estaba preocupado, temía hacer algo que su chico no quería, pero... ¿Cómo explicarle?
Si la charla que había tenido con Jimin hace unos años, había sido difícil explicar... ahora tendría que explicarla de nuevo con su amado novio. Taehyung es muy tímido, y vergonzoso, así que probablemente su carita se mantenga roja durante todo el tiempo que dure la charla. Pero tenía que hacerlo y explicarle que tal vez, su cuerpo reaccione diferente esta vez y pida ser tomado.
En pocas palabras, será su lobo quien tome el control de Taehyung para ser tomado. Y la marca... joder la marca.
Si ambos llegan a concretar el acto, Hoseok no está muy seguro si podrá evitar marcarlo. Y no quiere hacerlo, no aún. Eso también tendría que explicarle, lo que es una marca y lo que conlleva tener una...
—¡No sé qué hacer!—exclamó en medio de la oscuridad. Se encogió en su lugar al sentir al amor de su vida removerse, así que acarició su espalda hasta sentirlo respirar con tranquilidad nuevamente. —Mierda...
Quizás se estaba ahogando en un vaso de agua. Quizás estaba siendo demasiado dramático. Quizás estaba exagerando la situación... pero no dejaba de estar preocupado, ansioso, nervioso... Hoseok quería hacer bien las cosas con Taehyung, y una de las cosas que odiaba era que por su naturaleza, normalmente se dejaban guiar por sus instintos.
Y él no quería eso. Al menos no en la primera vez de Taehyung.
Las mentes de ambos estarían nubladas si llegan al acto si uno de los dos está en celo. Sus lobos serían los que tendrían el noventa porciento del control en sus movimientos y eso le parecía injusto. A Hoseok le gustaría que ambos estuvieran conscientes de lo que van a hacer, sobre todo Taehyung. Él es quien tiene que sentirse listo para cuando llegue ese momento.
El alfa suspiró agobiado pasando su mano por su rostro en un gesto cansado. Llevó su vista al reloj digital de su mesita de noche, sorprendiéndose de la hora que marcaba. Eran exactamente las tres de la mañana. O sea que llevaba una hora hundido en sus pensamientos y ni siquiera se dio cuenta.
Trató de poner su mente en blanco, mientras hundía su nariz en los suaves y aún húmedos cabellos, logrando percibir el aroma frutal a shampoo, combinado con el de flores, vainilla y chocolate de su lindo, lindo chico. Intentó concentrarse en ello, esperando a que los aromas lo relajaran.
Poco a poco, sus párpados comenzaron a pesar, hasta que finalmente se relajó, para acompañar a su omega al mundo de los sueños.
🌻
Al día siguiente, por precaución, Hoseok decidió que era mejor quedarse en casa. No pensaba salir a algún lugar en compañía de Taehyung y que el celo le llegara enfrente de tantas personas. Eso sería demasiado peligroso.
El aroma de Taehyung llenaba todo el lugar y él no lo sabía. Pues de manera inconsciente, liberaba su fuerte aroma, acompañado de unas pocas feromonas que empezaban a escabullirse a causa del cercano celo... A Hoseok no le molestaba percibir el aroma de su chico por todos lados. Él en serio ama como huele Taehyung... pero para ser sinceros, cuando el omega soltaba feromonas, comenzaba a sentirse mareado.
Además, Taehyung empezaba a comportarse más cariñoso y meloso de lo usual. Ambos estaban en pijama, recostados en la cama viendo la segunda parte de la película "Mi pobre angelito" Cuando el pequeño Kevin se perdía en la enorme ciudad de Nueva York. Taehyung miraba el film con muchísima atención, pero a ratos se acurrucaba junto a su alfa, permitiendo que este le dejara caricias en la espalda y lo abrazara. También recostaba su cabeza en el pecho de su mayor, encantado de recibir las caricias en su cabello... El pronto celo lo hacía actuar de esa manera y a Hoseok le encantaba.
En ocasiones, el omega se levantaba un poco y le robaba un par de besitos a su alfa, para después, volver a recostarse entre risitas sobre fuerte pecho. Hoseok sentía que flotaba, se sentía tan feliz y tan enamorado. Había deseado tanto, tener momentos así con su dulce omega, que le emocionaba muchísimo y le provocaba cosquillas en la panza, al darse cuenta de que finalmente estaba pasando.
Hoseok había sido invitado esta noche a otra fiesta navideña, donde asistirán personas del medio del espectáculo. Pero prefirió quedarse en casa con su omega, y regalarse mimos. Ya quizás en la noche, irían a casa de su hermanito y tener una linda cena de navidad, solo ellos cinco.
Después de que la película finalizara, ambos se acurrucaron muy juntos, cara a cara... y comenzaron con una dulce sesión de besos. Hoseok peinaba con sus dedos, los claros cabellos de su amado, y Taehyung empuñaba la pijama de su alfa, todo sin separar sus labios.
Habían empezado con unos simples toques, que hacían reír a ambos, después comenzaron a mover sus labios con lentitud, hasta terminar saboreando sus labios con tranquilidad... Suaves suspiros y bajitos chasquidos era lo único que se escuchaba, acompañado de tenues "Hoseok" que hacían vibrar al mayor.
—Te amo... Taehyung... —murmuraba entre besos. Llevando su mano libre a la sonrojada mejilla, dejando caricias con su pulgar. —Dios... eres precioso... —suspiró sin despegar sus labios. —¿Por qué eres... tan... precioso?
El omega soltó una baja risita avergonzada que detuvo el beso. Cosa que hizo reír también al alfa dulcemente, acunando las rojitas mejillas de su chico, y así mirar esos preciosos ojitos azules destellar con tanta belleza. Hoseok sonrió plantando un corto besito en los labios ajenos... y otro, y otro... y otro más, logrando sacar tiernas risas al menor.
—Sabes a palomitas —dijo Taehyung entre risitas, después de todos los besitos que su alfa le había dado. Estos siempre lograban que su corazón se agitara mucho.
—¿Ah, sí? —se carcajeó a lo bajo, dejando otro dulce beso, que hizo que las mejillas de Taehyung se encendieran más. —Tu también sabes a palomitas... con un toque de vainilla.
El omega se rió volviendo a unir sus labios. Hoseok por supuesto que aceptó gustoso, llevando sus manos a la estrecha cintura de su chico. Quizás no se había dado cuenta... o quizás sí, pero la cintura de Taehyung era pequeña y sus caderas anchas. Incluso se atrevía a decir que el trasero del omega era lindo... pues los pantalones que anoche usó, le quedaban ajustados, reafirmando la voluptuosa curva que formaban junto con sus caderas.
Había estado tratando de no mirar tanto el cuerpo de Taehyung el tiempo que lleva conociéndolo, pero anoche no pudo evitarlo, no cuando se veía espectacular y esa ropa remarcaba sus curvas... la figura de Taehyung es muy linda y atractiva, pero sin dejar ese toque masculino, después de todo, es un omega varón. Uno muy hermoso.
Una ligera ola de feromonas, hizo que Hoseok detuviera su sesión de besos, la cual había comenzado a subir de tono. El alfa suspiró y recargó su frente en la de su menor al sentirse abrumado. —Tu celo está demasiado cerca...
—¿Uh? A-ahh... —jadeó bajito al sentir una punzada en su abdomen bajo. Hoseok abrió sus ojos de inmediato, viendo como el omega llevaba sus manos al área adolorida, con una mueca de incomodidad.
—¿Estás bien? —preguntó reincorporándose en la cama al ver a su chico sentarse.
Asintió despacio. —Cuando... cuando mi celo va a llegar, a veces me duele aquí...
—Ya veo... —se quedó pensando. —Taehyung, ¿Sabes de qué era el té que te daba tu abuelita? Te calmaba el dolor ¿No?
—Sí, pero no sé de qué lo hacía... —rascó su nuca.
El alfa hizo una mueca. No le agradaba la idea de tener que recurrir a supresores para su omega, no le gustaba que su chico fuese a tomar esa clase de cosas. No quería que Taehyung tuviera esa clase de químicos dentro de su cuerpo.
El omega se levantó de la cama y entró al baño, al ver al alfa muy hundido en sus pensamientos. Entonces Hoseok aprovechó para tomar su celular y hacerle una llamada a su médico familiar. Tal vez él podría ayudarle.
Y efectivamente lo hizo. Cuando el doctor Yoon Jeonghan respondió la llamada, Hoseok le explicó lo que estaba pasando. El médico, al ser omega comprendió mejor que nadie por lo que pasaba con Taehyung. Así que recomendó que compraran en alguna farmacia, una caja con sobresitos de té supresores, hechos a base de hierbas medicinales. También había en píldoras, así que cualquiera de los dos podrían servir. No eran tan efectivos como los supresores originales, pero si aminoraban un poco el dolor.
🌻
—¡Hobie! —chilló el omega rubio al abrir la puerta y encontrarse con su hermano mayor. Lo envolvió en un fuerte abrazo, como si no lo hubiera visto hace solo unas horas. —¡Te luciste! ¡Llegaron muchísimos regalos para SeokGi!
—Nunca es demasiado cuando se trata de mi sobrino favorito. —rió sacudiendo los cabellos de su hermanito.
Hace unas horas, Jimin y YoonGi estaban muy tranquilos sentados en la alfombra del living, mimando a su hijito y jugando con Holly. Pero minutos después, ya se hallaban rodeados de cajas que un pequeño camión de envíos había entregado. Y según el documento de recibido que Jimin firmó, fue Hoseok quién había enviado todo esos juguetes de bebé, ropa y animalitos de felpa, como obsequio de navidad para su sobrino.
Jimin no se imaginaba que clase de cosas le obsequiará Hoseok a SeokGi cuando crezca. Su hermanote es capaz de regalarle un auto si se lo pidiera.
Una vez entraron, ambos se fueron directo hasta donde estaba el bebé, siendo sostenido por su padre alfa. Quién bufó al ver qué le habían quitado a su querido cachorrito. —Ya tengan sus propios bebés, para que no me quiten al mío.
—¡YoonGi! —Jimin le dio un manotazo en el hombro.
—¿Qué? Lo decía jugando —rodó los ojos soltando una risita al ver a Taehyung mirarlo con atención. —Hey, hola... ¿Verdad que tú si quieres tener un be-...?
—No te atrevas. —lo interrumpió Hoseok, evitando que concretara esa pregunta.
—Ni ti atrivis. —el pálido alfa bufó.
Después de eso, todos se pusieron a consentir al bebé de la casa, mientras Jimin les mostraba todos los regalos de SeokGi, sin dejar de agradecerle a su hermano. Una hora más tarde, Jimin subió a su habitación a cambiarse de suéter, porque su lindo cachorrito lo había vomitado. Hoseok lo acompañó, ya que aprovecharía para hablar unas cosas, solo ellos dos.
Taehyung se quedó con SeokGi, quien estaba recostado en su cómodo portabebé, con sus ojitos muy abiertos, pues el bello omega le mostraba un lindo juguete de llaves coloridas y las sacudía a los lados haciendo muchos soniditos que llamaban su atención. Mientras tanto, YoonGi estaba sentado en el sofá viendo de reojo al omega y a su hijo, mientras mantenía una llamada con su madre, quien en estos momentos se hallaba en un crucero.
—Nos habría hecho muy felices que estuvieras hoy aquí, mamá... además, ya es hora de que conozcas a SeokGi en persona... —le echó una mirada a su bebé. —Está creciendo muy rápido, te enviaré unas fotos de él y de nosotros...
—Ay si, por favor... estoy segura de que se ven guapísimos los tres.
—De hecho, estamos vestidos con suéteres navideños. —rascó su nuca y bostezó. —No saldremos a ningún lado... Hoseok está aquí.
—¿Qué? —jadeó asombrada. —¿Y ese milagro que Hoseok pase navidad en casa? ¿No lo invitaron a ninguna fiesta este año? De ustedes no me sorprende, porque ahora tienen a mi nieto ¡Pero Hoseok!
—Sí lo invitaron, pero no quiso ir... —la omega volvió a jadear sorprendida. Pues ella sabía que a Hoseok le encantaba ir de fiesta en fiesta, sobre todo en estas fechas.
—¿Pero por qué? ¿Se encuentra bien? ¿Rosé también está ahí con ustedes? Sabes que ella es igual de fiestera que Hopie, tal para cual.
El pálido alfa se quedó en silencio unos segundos. —Hoseok no te ha contado nada ¿Verdad? —YoonGi echó su cabeza para atrás, rascando su barriga.
—¿A qué te refieres? He hablado poco con él, y solo me ha dicho cómo se encuentra y lo bien que le está yendo en la empresa. —se quedó pensando, hasta que mil alarmas se encendieron en su cabeza. —¿Pasó algo grave?
—Mamá, sé que no me corresponde decirte esto y quizás él estaba esperando el momento adecuado para contártelo, pero Hoseok... —volteó a ver a Taehyung quien se hallaba distraído con SeokGi, así que reguló el volumen de su voz. — ...y Rosé, terminaron hace tiempo.
—¿Qué? —estaba anonadada. —¡Pero Hopie le iba a proponer matrimonio! ¿Qué pasó? A ti nunca te cayó muy bien Rosé y siempre decías que ella lo estaba utilizando ¿Eso pasó?
Negó. —Eso te lo tiene que contar Hoseok... pero, mamá... —¿Sí? Respondió ella del otro lado de la línea. —Él ahora tiene a alguien más... creo que te caerá bien cuando lo conozcas... —sonrió al ver a Taehyung haciéndole cariñitos a SeokGi. —Jimin lo adora, incluso a mí me cae bien. —se carcajeó bajito. —Créeme que Hoseok se encuentra muy enamorado... los dos lo están.
—Ya veo... —suspiró más calmada. Si a YoonGi le caía bien, quiere decir que era agradable. —Por lo que entendí, es un chico ¿O me equivoco?
—Lo es, un lindo omega... de hecho está aquí conmigo, solo que está muy distraído jugando con SeokGi. —sonrió pasando una mano por sus negros cabellos. —Jimin y Hoseok están arriba, mi Minnie se fue a cambiar de suéter porque SeokGi lo vomitó encima.
—¡Digno hijo tuyo! —se carcajeó. —Me hiciste lo mismo cuando eras un cachorrito.
YoonGi se rió, mientras escuchaba a su madre comenzar a contar anécdotas de cuando él era un bebé. Y en serio agradecía que dejara el tema de Hoseok de lado, ya que eso lo tendrían que hablar ellos dos.
El pálido de verdad extrañaba a su madre, pero ahora ella se la pasaba de cruceros por el mundo, muy feliz disfrutando de la buena vida. Min Hye, había sido una grandiosa madre para YoonGi y un enorme apoyo y ayuda para Hoseok y Jimin cuando estos perdieron a sus padres en aquel terrible accidente aéreo. Trabajaba de enfermera, pero en ocasiones hacía horas extras porque el dinero no le alcanzaba para alimentar a dos bocas más y costear sus estudios, ropa, calzado, todo.
Ella no se atrevió a darle la espalda a ese par de jovencitos que eran hijos de su maravillosa amiga Jung JiAh. Hizo de todo con tal de sacar a dos adolescentes y a un niño adelante. Y ahora que ellos tienen sus propios trabajos y ganan lo suficiente, como agradecimiento por su esfuerzo, le dieron lo que ella tanto quiso hacer en su juventud, lo cual fue viajar en cruceros por todo el mundo.
Casi no se comunicaban con ella por la mala recepción que había cuando estaba en altamar, pero nada más llegaba a algún puerto, llamaba a su hijo y preguntaba por todos y les enviaba muchas fotos de lo bien que la estaba pasando. Y ellos, por supuesto que estaban felices por ella.
YoonGi finalizó la llamada con su madre, después de desearle feliz navidad. El pelinegro suspiró, volteando a ver a Taehyung y a SeokGi, quienes estaban en la alfombra en medio del living, junto al árbol de navidad. Echó un vistazo a las escaleras, al darse cuenta de que no habían señales de que Hoseok y Jimin fuesen a bajar. Chasqueó su lengua y con una sonrisa traviesa, se acercó hasta donde yacía el lindo omega ojiazul, y entonces se sentó a su lado.
—Hey Taehyung, creo que tú y yo no hemos hablado mucho desde que nos conocimos... —habló con confianza tomando uno de los juguetes que estaban alrededor.
—¿Uh? —Tae lo miró un poco sorprendido al verlo tan cerca de él, que no pudo evitar alejarse un poquito.
—Preguntame lo que quieras y yo te responderé —ofreció con emoción, cruzando sus dedos para que su esposo y cuñado no bajaran todavía.
—¿Qué puedo... preguntar? —cuestionó con timidez.
—Lo que tú quieras. —colocó su mano en el hombro más pequeño con suma confianza. —Acaso... no te gustaría saber ¿Cómo podrías hacer un cachorrito tan bonito como SeokGi... con Hoseok?
Los ojitos de Taehyung se abrieron en grande, brillando con naciente curiosidad. —¿Con Hoseok?
—Sip. —remarcó la "p" dejando una caricia en los cabellitos de su hijo. —con Hoseok.
Taehyung asintió emocionado, enderezando su postura y así mirar con atención al alfa. YoonGi se rió bajito, haciendo que una sonrisa malvada y traviesa apareciera en sus labios. Hoseok probablemente se moleste, o quizás se atragante con lo que sea que esté bebiendo o comiendo cuando se entere.
—Ok, escucha. —aclaró su garganta. Esto será divertido pensó en sus adentros. —Cuando una abejita...
🌻
Jimin ya se había quitado el suéter que SeokGi había ensuciado. Ahora portaba un lindo hoodie marrón, felpudo y muy muy suave. Ahora, escuchaba a su hermano mayor, quien se hallaba sentado en el lindo sofá que estaba dentro del vestidor. Hoseok prefirió que hablaran ahí dentro, ya que el aroma a sexo y el fuerte aroma de YoonGi, aún se encontraban demasiado concentrados en la habitación y eso le desagradaba.
—Sé que será incómodo decirte esto pero... —suspiró pasando sus manos por su rostro, pensando bien lo que iba a decir. —¿Sabes qué? olvídalo, es una mala idea.
Hizo un movimiento para ponerse de pie, pero Jimin se apresuró a detenerlo por los hombros. Tomó la mano de su hermano mayor y se sentó a su lado, mirándolo con ojitos preocupados. —Hobie... dime, ¿Sucedió algo grave?
Negó volviendo a dejar salir un suspiro, mirando los ojitos de su menor. —Estoy preocupado... —empezó. —el celo de Taehyung está por llegar y no sé cómo podríamos reaccionar mi lobo y yo. —relamió sus labios desviando la mirada a sus manos unidas. —Tengo miedo de hacer algo que él no quiere.
Jimin rodó los ojos, soltando un resoplido que hizo que Hoseok volteara a verlo confundido. —¡Tu y YoonGi son iguales! —exclamó— No le harás daño, será algo que ambos desean, Taehyung confía ciegamente en ti y sabe que sea lo que hagas, jamás será para lastimarlo.
Hoseok negó, explicándole a su hermanito lo que no deseaba que pasara. Tenía miedo de llegar al coito y en el peor de los casos, marcarlo. En su momento, Taehyung no le molestaría porque estaría perdido en las sensaciones del celo, pero cuando este termine, tal vez se asustaría.
—Pero ya cuidaste de él en un celo ¿no?
—Sí... —rodó los ojos. —Pero en ese entonces, sus feromonas no eran tan fuertes, porque no había tenido ninguna experiencia sexual. Y ahora... uhm e-esta vez, hace poco... yo lo ayudé con-
—Lo sé. —lo interrumpió. —Taehyung me contó que se sentía raro y tú lo ayudaste a sentirse bien. —una sonrisita ladina apareció en sus labios.
—¿E-En serio te contó?
—Ay, vamos Hobie... —colocó una mano en su hombro sacudiendolo un poco. —Sé que es algo privado, pero no es ningún secreto que todos hacemos ese tipo de cosas. Todos tenemos deseos sexuales hacia nuestra pareja, todos tocamos a nuestra pareja, todos tenemos sexo con nuestra pareja y-
Hoseok se puso de pie avergonzado, con su rostro rojo, caminando de un lado a otro. Él sabía todo eso, Jimin tiene razón pero, por algún motivo, le parecía sumamente extraño —por no decir incómodo— escuchar a su hermanito hablar sobre ello. Ese era uno de los motivos, por los cuales no se atrevía hablar de esto con su hermanito.
—¡Jung Hoseok! —el omega alzó la voz, logrando que su hermano detuviera su andar. —En serio no sé por qué te causa pavor que yo hable de estos temas. Entiende que ya soy un adulto, y sí, tengo sexo con YoonGi ¿De dónde crees que salió SeokGi? No vino un hada y me dio una semilla brillante que al comerla, hacía que un bebé creciera en mi vientre.
Contó con ironía la historia que Hoseok le contaba cuando era un niño y le preguntaba cómo llegaban los bebés a los vientres de sus madres. En ese entonces, a Jimin le parecía la historia más maravillosa del mundo, pero conforme fue creciendo, se dio cuenta de que no era real.
—Jimin, por favor... entiende que es difícil para mí aceptar que has crecido. —el rubio se puso de pie, para tomar la mano de su hermano y así ambos regresar al lindo sofá. Jiminnie observó el rostro afligido y enrojecido de su hermano mayor con ternura. —Sé que... haces toda esa clase de cosas con YoonGi, sé que eres un adulto... —volteó a verlo a los ojos. —eres un padre maravilloso... y aunque no lo creas, todavía me cuesta creer que SeokGi haya venido de ti, aún cuando yo estuve presente en el parto y lo vi llegar al mundo —se rió bajito. Los ojitos de Jimin brillaron enternecidos. —es solo que... cuando te veo, aún te miro como mi pequeño hermanito, ese que me pedía que le contara cuentos para dormir y que me quedara a su lado hasta que se fuera al mundo de los sueños, mientras sujetaba mi mano.
Las palabras de Hoseok conmovieron en demasía al lindo omega, que se lanzó a los brazos de su hermano, siendo correspondido con fuerza. Su lazo familiar rebosaba de amor... eran los hermanos más unidos que podían existir. Así que entre abrazos, risitas y una que otra lágrima que lograba colarse gracias a la nostalgia, contaron divertidas anécdotas de su infancia. Eso, hasta que Jimin recordó porqué estaban ahí.
—Taehyung siente curiosidad por las reacciones en su cuerpo... —acarició los cabellos oscuros del alfa, quien había terminado con su cabeza recostada en las piernas del omega. —Deberías ayudarle a entenderlas... intenta empezar con tocarlo, estimularlo, los omegas somos muy sensibles al tacto, sobre todo durante el celo, pero si no te sientes preparado, solo dale supresores y ya. Hay unos que lo harían dormir.
Hoseok hizo una mueca pero asintió, reincorporándose en su lugar. —Creo que llegaré a una farmacia más tarde...
—Lo harás bien, Hobie —Jimin lo animó, mostrándole una bonita sonrisa, que hacía que sus ojitos desaparecieran. —Pero sé que Taehyung, le está llamando la atención el área de la sexualidad, él no es un niño y su cuerpo y mente comienzan a reaccionar a ti, intenta hablarlo con él cuando estén a solas y ¿Por qué no? Practiquen —lo codeó con una sonrisita cómplice.
Bueno, al parecer no fue tan mala idea tener esta charla.
Hoseok rió bajito antes de ponerse de pie seguido del menor. Colocó un brazo alrededor de los hombros de su hermanito y suspiró. —Vamos abajo, que me preocupa que Taehyung se quede a solas con el imprudente de YoonGi.
🌻
Esa noche, había sido una de las vísperas de navidad más tranquilas pero alegres que habían pasado juntos. Todos comieron mucho y rieron en demasía.
YoonGi fue el primero en irse a dormir, pues los estragos del celo aún lo tenían cansado. SeokGi descansaba en los brazos del tío Hobie, mientras Jimin y Taehyung jugaban videojuegos en la TV del living. El omega más joven, no entendía mucho, ni sabía muy bien qué botones presionar, pero Jimin y Hoseok le explicaban con mucha paciencia.
Poco después, repartieron sus regalos. Jimin les había obsequiado a Taehyung y a Hoseok, un par de lindas bufandas que él mismo había tejido. No estaban perfectamente hechas, pero la intención y cariño que puso en ellas es lo que cuenta. Taehyung se acordó de su abuelita, ya que ella siempre le obsequiaba bufandas y no pudo evitar desanimarse un poco. Pero el par de hermanos lo animaron de vuelta, llenándolo de besitos, abrazos y cosquillas.
Luego, fue el turno de Hoseok. A su hermanito le obsequió unas gafas de diseñador y un juego de piercings y aretes de plata y oro. Sabía que a Jimin le encantaban los accesorios y por supuesto que le gustaron mucho. Por otro lado, Taehyung se sorprendió cuando Hoseok le entregó una caja pequeña color rojo con un enorme lazo amarillo en el centro. El omega sintió las cosquillas surgir en su barriga, dando saltitos de emoción, sin dejar de preguntar: ¿De verdad es para mí?
Cuando lo abrió, sus ojitos se iluminaron al ver una bella cámara clásica de fotografías instantáneas. Hoseok había visto las fotos que Taehyung tomaba con su celular y se atrevía a decir que sabía muy bien desde qué ángulos tomarlas. El jovencito tenía mucho talento en ello, así que por eso le pareció la mejor idea, obsequiarle su primera cámara. Y Taehyung estaba más que entusiasmado por que fuera de día y poder usarla.
El omega abrazó muchísimo a su alfa, sin dejar de agradecerle, mientras que Hoseok solo se limitaba a regar besitos en su rostro. Jimin veía al par con tanta ternura, alegrandose de ver a su hermano y a Taehyung tan felices.
Horas después, llegaron finalmente a la suite, donde el bello omega, fue directamente a ponerse su pijama, porque se sentía sumamente cansado. Su cuerpo pesaba y unos pequeños calambres en su abdomen bajo lo incomodaban...
Hoseok se había quedado abajo, recibiendo y haciendo llamadas de feliz navidad a amigos y colegas. También enviando unos que otros mensajes y subiendo un par de fotos en su cuenta de instagram. Sonrió cuando se encontró con fotos y vídeos en su inicio de lo bien que la estaban pasando sus amigos. Pero el alfa sentía, que ésta había sido una de sus mejores navidades, porque fue la primera que pasó con el amor de su vida.
Echó su cabeza para atrás, apagó su celular y estiró su brazo para dejarlo en la mesita de centro. El alfa yacía recostado en uno de los sofás del living, pues suponía que Taehyung ya estaba dormido y no quería molestarlo con el ruido de sus llamadas, así que decidió por quedarse un rato ahí abajo.
Se sentó en el sofá, encontrándose con la bolsa de plástico de la farmacia, a la que había llegado de paso. La tomó entre sus manos y la abrió, viendo el contenido en ella: una caja de supresores naturales, otra caja de té supresor... y una caja de condones.
Dejó la bolsa de lado, para pasar su mano por su rostro. La razón por la que compró condones, fue por simple precaución. Si llegaba a no poder controlarse, lo mejor era tener preservativos a la mano... por si acaso.
Cuando subió a la habitación, sonrió al ver a su chico recostado en la cama, con sus piernas encogidas, en tanto abrazaba la almohada de su mayor. Últimamente le encantaba hacer eso, pero solo cuando Hoseok no estaba a su lado. Si el alfa estaba con él, entonces a él abrazaba.
Se acercó hasta donde el lindo omega descansaba, y entonces tomó asiento en la orilla de la cama para dejar unas sutiles caricias al suave cabello. Taehyung suspiró y se removió en su lugar al sentir las caricias acompañadas del aroma del alfa. Se giró un poco, abriendo levemente esos preciosos ojitos azules y mirar los orbes miel de su mayor, para regalarle una linda sonrisita contagiosa.
—Pensé que ya estabas dormido... —murmuró sin dejar de hundir sus dedos en las sedosas hebras de su chico.
Taehyung negó despacio, dejándose mimar con las caricias, mientras estiraba levemente su cuerpo dejando salir suspiros. Pasó el dorso de su mano por su rostro y así, nuevamente sonreírle a su alfa.
—Eres tan lindo... —tocó la nariz del menor, riendo bajito al ver cómo la arrugaba con ternura. —iré a cambiarme para acompañarte ¿Sí? —se acercó a su rostro y así plantar un encantador beso en la frente de su omega. —Vuelvo en unos minutos.
Hizo el intento de ponerse de pie, pero su brazo fue sujetado. Hoseok se giró para mirar un poco confundido a su omega. Las gorditas mejillas se sonrojaron levemente al recibir la atención del alfa. Hobie se dio cuenta de ello, así que volvió a acomodarse sobre el colchón.
—¿Sucede algo?
El omega se sonrojó más, en tanto relamía sus labios una y otra vez. —¿Puedes... darme otro beso? —era algo que de verdad sentía que necesitaba en ese justo momento. Pero siempre le daba vergüenza pedirlo.
El alfa rió bajo, llevando su mano a la mejilla contraria. —Todos los que quieras, cachorro.
Otra besito fue plantado en la frente del menor, cosa que lo hizo fruncir el ceño confundido. —No... u-uhh ahí no...
—Oh, entonces... —bajó su rostro hasta la mejilla izquierda para dejar un besito ahí mismo. —¿Aquí?
Taehyung volvió a negar con un pequeño puchero adornando sus labios. El alfa se rió, pues sabía muy bien que su omega quería que lo besara en los labios, pero le causaba demasiada ternura las expresiones de su lindo, lindo novio, al besarle los lugares equivocados.
Entonces Hoseok dejó un beso en la bonita nariz, soltando una ligera carcajada en el proceso al ver cómo su chico la arrugaba y negaba. —¿Aquí tampoco? —preguntó divertido besando la mejilla derecha.
—Hoseoooook...
El alfa se deslizó por todo el rostro de su omega, hasta llegar al mentón, donde se dedicó a dejar pequeños besitos. —¿Y aquí?
El frustrado omega volvió a negar, abultando más sus labios, intentando que Hoseok captara que era ahí donde quería los besitos. Lástima que Taehyung no sabía que el alfa hacía todo eso a propósito...
Pero todo se detuvo cuando los labios de Hoseok acariciaron las comisuras del omega. Este suspiró al sentir como el alfa rozaba ambos labios, en tanto sus respiraciones se combinaban. Y sin alejarse un solo centímetro de ahí, Hoseok movió su cuerpo, para acomodarse correctamente a lado de su amado, colocando ambas manos a los lados de la cabeza del menor.
Por alguna razón, el ambiente se tornó más... caliente. Los pechos de ambos subían y bajaban al compás... los dos abrieron sus ojos al mismo tiempo, dejando ver ese par de miradas brillantes... Taehyung se impulsó un poco para adelante para poder besar los labios de su alfa, pero este se hizo levemente para atrás confundiendo al menor.
—Taehyung... —llamó en un susurro. —¿Confías en mí?
—¿U-Uh?
—Jamás haría algo para lastimarte, cachorro... —volvió a rozar sus labios. —Durante tu celo... por favor confía en mí.
El omega suspiró y asintió entrecerrando sus ojitos, mientras trataba de unir sus labios. —Confío mucho en ti, Hoseok... mucho, mucho.
Eso fue suficiente, para que los labios por fin chocaran con una ligera sonrisa en ellos. Taehyung suspiró gustoso cuando los suaves belfos de su alfa comenzaron moverse lentamente. El omega trató de corresponder lo mejor que podía, mientras llevaba sus manos a los hombros del alfa.
Hoseok era muy paciente con su omega, pues sabía que él de verdad intentaba aprender a besar, pero Taehyung en serio había avanzado mucho. Eso lo supo la noche anterior cuando tuvieron esa inesperada y caliente sesión de besos, después de llegar del centro comercial. Y al parecer, esta vez están por iniciar con una más... porque Taehyung se empujaba más contra Hoseok y Hoseok, cada vez iba bajando más su cuerpo, hasta casi quedar sobre el de su omega.
El húmedo sonido de los besos comenzaba a hacerse presente en la habitación, acompañado de las respiraciones erráticas de ambos. Los besos subían cada vez más de tono, a pesar de los movimientos torpes de Taehyung, Hoseok lograba tomar el control de la situación.
—Ho..seok... —jadeó entre besos.
—Joder... —maldijo en un susurro. Escuchar su nombre salir de esa manera... definitivamente no estaba preparado. Ahora tenía un problema, ahí abajo.
Con un sonoro chasquido, el alfa detuvo el beso para alejarse y ponerse de pie. Los pechos de ambos subían y bajaban agitados... los labios se hallaban rojos e hinchados. Taehyung observó al alfa entre confundido y avergonzado.
—Iré a... al baño —balbuceó nervioso dándole la espalda a su omega para ocultar su ahora notable erección. —regreso en unos minutos.
Y sin más, huyó hasta el cuarto de baño, prendió la regadera, se quitó la ropa lo más rápido que pudo, para después meterse debajo de la lluvia artificial, para tratar de bajar su doloroso problema, con la ayuda del agua helada... y su mano.
—Solo dijo mi nombre... —jadeó con su frente recargada en la húmeda pared, después de liberarse. —¿Qué pasará conmigo cuando Taehyung entre en celo?
🌻
Su cuerpo se hallaba húmedo... la pijama que se había puesto la noche anterior estaba empapada... el cuerpo sobre la cama se removió con algo de dificultad, sintiendo como su temperatura corporal subía cada vez más.
Abrió sus ojos, encontrándose con la habitación iluminada por la luz del día. Se sentó con lentitud, llevando sus manos a su abdomen, donde el calor se hallaba aún más intenso. Jadeó con una notoria mueca de incomodidad, paseando su vista por toda la habitación... se hallaba solo.
—Tengo... tengo calor... —musitó poniéndose de pie, y entonces caminar tambaleante hasta el baño.
El cabello de su frente y nuca se encontraban húmedos. Sus mejillas rojas como manzanas y sus ojos cristalizados. El omega respiraba con dificultad, ya que el aire que salía por su nariz, salía caliente tal como lo está su piel.
El reloj marcaba las doce del mediodía, al parecer había dormido mucho... no pudo evitar soltar otro jadeo adolorido, y abrazar con fuerza su abdomen al sentir otra dolorosa punzada. Lloriqueó bajito, sintiéndose levemente mareado, de verdad jamás se había sentido así.
Colocó su mano sobre la puerta, cuando el sonido de la puerta principal de la habitación abriéndose, llamó su atención. —Cachorro, te preparé un té, creo que- oh....
El alfa se detuvo en un santiamén, cuando un mar de feromonas lo atacaron y la imagen de Taehyung lo abrumó... sus pupilas se dilataron y una increíble corriente de calor, pasó por todo su cuerpo. La taza de té cayó al suelo, quebrándose en el proceso y un gruñido resonó en toda habitación.—MÍO
Al parecer los celos de Taehyung y Hoseok llegaron al mismo tiempo...
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
AaaAaa les llegó el celo juntos;; Asfghjk ¡hola mis preciosos girasoles!~ ¿QUÉ LES PARECIÓ EL CAPÍTULO? ¿Qué creen que pasará en el siguiente? Adfghj💛
Y ¿Qué creen? ¡LLEGAMOS A LAS 200K VISITAS! En serio, muchisisisisisísimas gracias, gracias por su apoyo, gracias por leerme, gracias por su amor. Jamás pensé que una historia mía llegara a tal cantidad y créanme que me hacen muy muy feliz. Gracias nuevamente, me esforzaré por traerles capítulos mejores y más bonitos🌻💛
Sin más, me despido. No olviden mis preciosos girasoles que los amo muchísimo y ustedes son mi motor para seguir con esta historia. ¡Les mando muchos besitos, abrazos y gatitos! ¡Nos leemos en el próximo capítulo!❤️🌻💛✨❤️🌻💓❣️❤️✨🌻💛✨❣️🌻✨❤️❣️💛✨✨🌻
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top