🌻•Capítulo 49
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El aroma a café recién preparado inundaba la enorme habitación de hotel aquella mañana. La puerta del balcón se hallaba abierta, permitiendo que el ruido de las olas hiciera un agradable eco ahí adentro.
Cierto alfa dejó el celular sobre la pequeña isleta de la cocina, para a continuación darle un sorbo a su taza de café que reposaba en su mano derecha. Esa mañana había recibido una llamada de uno de sus accionistas, donde le aclaró algunas dudas para después pasarle la llamada a su mano derecha, o sea SeokJin. El alfa realmente estaba haciendo lo posible para que el trabajo no interfiera en sus vacaciones, pero aún así no podía ignorarlo del todo, aún en las noche se tomaba media hora para revisar su laptop y hacer algunas llamadas para que lo mantuvieran al tanto de todo lo que esté pasando en la empresa.
Nuevamente su celular timbró, pero esta vez con un mensaje entrante. Lo sujetó con la mano que tenía libre y sonrió al ver de qué se trataba: su querido hermanito le había enviado un par de fotos de SeokGi en una piscina, dentro de un flotador, portando un par de lentes de estrellas. Hoseok suspiró, su sobrinito era una completa ternura. Sin más, respondió con un montón de emojis y stickers de corazones, mientras bebía tranquilamente otro sorbo de café. Sin embargo, unos cálidos brazos rodearon perezosamente su cintura y una mejilla se apoyó en su espalda.
Una sonrisita apareció en sus labios cuando alejó la taza de café y permitió que el aroma a flores, vainilla y chocolate inundaran sus fosas nasales. Dejó la taza frente a la cafetera, para después dar media vuelta y encontrarse con ese precioso rostro dormilón. Taehyung aún tenía sus ojitos medio cerrados y las mejillas con un sutil sonrojo debido a la somnolencia, su cabello en todas las direcciones posibles, también un precioso puchero en sus labios para a continuación dejar caer su rostro en el desnudo pecho del alfa.
Hoseok solo utilizaba unos shorts negros de pijama, y una larga bata de seda abierta, sin ninguna prenda abajo para así mostrar su trabajado abdomen y pecho desnudo. Taehyung suspiró al sentir la piel cálida de su mayor. Sobre todo cuando esos fuertes brazos rodearon su cintura.
—Buenos días, mi ángel… —murmuró rascando la nuca de su pequeño.
—Buenos… —detuvo su saludo para bostezar. Hoseok rió. —días…
—¿Mi cachorrito todavía tiene sueño, uh?
Asintió dejando salir otro bostezo. —No… no tengo sueñow…
El alfa rió completamente enternecido. Así que le murmuró algo a su omega, quien casi de inmediato subió sus pies descalzos a los de su alfa sintiendo la suavidad de las pantuflas que este portaba. Taehyung se abrazó a su alfa y Hoseok lo sujetó bien de la cintura para así avanzar juntos con pasos pequeños hasta los sofás del pequeño living.
Era una costumbre que habían tomado durante las mañanas o a veces en las noches, simplemente para abrazarse y reír juntos. A Taehyung le divertía mucho que su alfa caminara con él encima, sobre todo cuando aún se hallaba muy somnoliento, tal como estaba pasando ahora. El lindo omega mantenía una sonrisita en sus labios, mientras sentía como Hoseok avanzaba por el lugar, hasta llegar al sofá más grande de ahí. Entonces, el alfa se dejaba caer al sillón siendo seguido por su pequeño, quien caía sobre el fuerte pecho de su mayor, siendo rodeado casi de inmediato por los fuertes brazos. Taehyung suspiró gustoso al sentirse protegido por la calidez y el intenso aroma a roble, canela y manzanas que predominaba en el lugar.
La mano del alfa recorría la espalda de su chico una y otra vez sintiéndolo relajarse al ritmo de las caricias. La respiración de Taehyung chocaba con calma contra las clavículas del mayor, provocándole unas ligeras cosquillas. Así que con su mano libre se dispuso a hundir sus dedos en los desordenados cabellos, siendo de repente invadido por una sensación de felicidad.
Tae se recargó en su propio mentón y así quedar muy cerquita del rostro de su alfa, quién esbozó una enorme sonrisa al ver esos preciosos ojitos azules destellar de una manera tan encantadora. No eran necesarias las palabras en ese momento para transmitir cómo se sentían, una sonrisa mientras se miraban a los ojos era más que suficiente para saber lo que sentía el otro ese mismo instante, pues el día anterior habían practicado mucho.
—¿Mi cachorrito despertó muy feliz? —la voz de Hoseok había salido bajita. A ambos les gustaba hablar de esa manera al despertar: con simples susurros. Cómo si alguien pudiera escucharlos y este descubriera la forma en la que se amaban. No querían que el secreto de su amor fuera revelado a todos, oh no, su manera de amarse era solamente y exclusivamente de ellos dos y nadie más.
Asintió sintiendo el tan conocido cosquilleo en sus mejillas, que hizo que estas se ruborizaran sutilmente. —¿Puedes sentirlo? —el alfa asintió, dejando una caricia en los claros cabellos. Taehyung rió con las mejillas tomando un color más intenso. —Yo también siento que estás muy feliz…
Hoseok soltó una encantadora risita. —¿Y como no ser feliz si estoy contigo, amor de mi vida?
Con una risita, el tímido omega escondió su rostro en el pecho de su mayor, sintiendo hasta sus orejitas enrojecer. Hoseok siempre lograba sonrojarlo y hacer que su timidez saliera a flote con un par de palabras y apodos lindos. Aún así, se sentía feliz, porque cada vez que Hoseok le dedicaba halagos y palabras de amor, su corazoncito parecía comenzar una carrera con el de Jung. Varias personas le han dicho que es bonito y la sensación es agradable pero diferente, porque solo cuando Hoseok se lo decía, hasta el lobito en su pecho se ponía a saltar de alegría.
La manera en la que Taehyung demostraba sus estados de ánimo, eran tan transparentes como el agua. El omega jamás fingía una emoción, pues sus reacciones siempre eran más que sinceras cuando algo le emocionaba o le disgustaba. Y ahora, Hoseok lo sentía más que claro… tan puro.
Inesperadamente, Taehyung se removió, para trepar más sobre el cuerpo de su alfa, hasta lograr hundir su rostro en el cuello ajeno, donde inhaló con profundidad. Hoseok rió por los cosquilleos que la fría naricita provocaba en la sensible piel. Desde hace meses, Hobie se dio cuenta de que a su omega le encantaban los mimos durante las mañanas… era como algo muy necesario para poder levantarse de la cama. E incluso a Hoseok no le molestaba ajustar su alarma para despertar antes y así poderle dar sus respectivos mimos matutinos a su cachorrito consentido, todo antes de irse a trabajar.
Sin más, soltó un bajo suspiro, acompañado de un par de caricias en la nuca del más joven. Sonrió al ver las largas piernas desnudas de su chico, y parte de su ropa interior siendo cubierta por la enorme camiseta color blanco que utilizaba como pijama. El delgado hombro quedaba también al descubierto y Hoseok no pudo evitar que —nuevamente— la felicidad invadiera cada centímetro de su ser.
El orgullo floreció en él, al verla ahí entre el cuello y hombro… tan preciosa, llamativa e imponente. De un ligero tono amoratado combinado con el rosado, demostrando la excelente cicatrización… la hinchazón ya había bajado casi en su totalidad, haciendo que el alfa suspirara aliviado. Y sin poder contenerse más, Hoseok acercó su rostro a ese lugar, sintiéndose orgulloso de percibir su fuerte aroma a roble, canela y manzanas muy impregnado en su omega. Los dorados ojos destellaron: no podía dejar de verla, definitivamente, la marca le había quedado muy bonita.
Taehyung se estremeció, soltando un bajito jadeo gustoso cuando la lengua se paseó por la herida; sabía que su alfa trataba de ayudar para que el escozor disminuyera. Era agradable la manera en la que Hoseok atendía la mordida, procurando hacer todo lo más delicado posible. Eso hacía que el lobito de Taehyung ronroneara feliz al sentirse muy bien cuidado por su alfa.
—Hoseok… —llamó en su suspiro.
—¿Sí? —responde regresando a dejar besitos en la marca, Taehyung suspiró ante el tacto.
—Tengo- —un gracioso gruñido le interrumpió. Hoseok rió bajito. —Tengo hambre…
—Ya veo… —con una risita tocó la nariz del omega después de que este saliera de su escondite y mirara a su alfa a los ojos. —¿Quieres que desayunemos aquí? ¿O te gustaría salir a algún restaurante?
Frunció sus labios y miró hacia arriba pensando en la tentativa propuesta. Volteó a ver a su alfa quien aún tenía sus ojitos ligeramente hinchados de tanto dormir. A Taehyung le pareció tan tierno y de cierta forma Hobie lucía tan bonito y cálido. Las ganas de salir se esfumaron, abriendo paso a mejor comer acurrucado con su alfa. —Aquí.
No podían culparlo, la reciente marca le provocaban unas inmensas ganas de pasar tiempo a solas con su alfa, rodeado de sus mimos y besitos, al menos en momentos así. Ya más tarde quizás podrían salir a caminar por la orilla de la playa muy juntitos. Después de todo, aún tenían varios días por delante en Hawaii.
—De acuerdo, bebé. —abrazó la pequeña cintura con cariño. Taehyung sonrió.
El lindo cachorrito se acercó a su alfa para después unir sus narices y frotarlas dulcemente. Hoseok amaba cuando su precioso omega tenía la iniciativa en pequeñas pero encantadoras acciones como esas.
—Cachorro… —susurró captando la atención del más joven de inmediato, quien detuvo los movimientos y miró al alfa a los ojos. —La marca… ¿Cómo la sientes? ¿No te duele?
—Oh… —se separó un par de centímetros y negó. —ya no…
—¿Seguro? —asintió regalándole a su alfa una pequeña sonrisita.
—Me gusta… —murmura desviando la mirada con timidez.
—¿Eh?
—La marca. —aclara bajito. —Me gusta… porque puedo sentir como te sientes.
Una agradable sonrisa cruzó los labios del pelinegro por las palabras de su omega. Por supuesto que a él también le gustaba que estuvieran enlazados, los sentimientos de ambos eran aún más transparentes que nunca. Además la conexión que tenían ahora era indescriptible.
—A mi también me gusta… —acarició con cariño los claros cabellos cuando Taehyung volvió a hundir su rostro muy feliz en el cuello del alfa.
Hoseok aún podía sentir esa corriente recorrer sus colmillos cuando estos profanaron la tersa piel, y solo ver la preciosa marca, le hacía recordar una y otra vez ese íntimo momento que fue completamente decisivo en sus vidas como pareja...
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Dos días atrás…
Las pequeñas manos se aferraban a las sabanas de la cama como si su vida dependiera de ello, su pecho subiendo y bajando a la par con sus incontrolables jadeos y dulces gemidos... Su alfa lo hacía sentir muy bien, tanto que sentía su cabeza nublada y su espalda se arqueaba con unas simples caricias que iban desde su pecho hasta el interior de sus piernas. No podía explicar ese increíble sentimiento situado en su pecho, ese cosquilleo en su abdomen bajo, ese calor que abrazaba todo su delicado cuerpo cuando las manos de su alfa lo recorrían.
Mientras tanto, Hoseok veía atentamente cada expresión que su precioso chico hacía, cada ceño fruncido, cada "O" formada por aquellos dulces labios, cada movimiento inconsciente de sus caderas buscando por más placer. Oh, el alfa estaba tan encantado con que su amado omega supiera buscar su propio placer, pero aún así siempre se aseguraba de que su pequeño lo disfrutara al cien por ciento.
¿Cómo habían terminado en aquella comprometedora situación? Era simple de explicar.
Después de su paseo en el mar, habían decidido ir a cenar a un precioso restaurante típico de ahí que había cerca del lugar donde se estaban hospedando, pues al lindo ojiazul le llamó mucho la atención la decoración del lugar, así que en cuanto vio aquel establecimiento no pudo evitar pedirle a Hoseok comer ahí. Y pues, como buen alfa consentidor que era, estuvieron dentro del restaurante en menos de lo que ambos pensaron.
La cena había sido deliciosa, con una magnífica vista al mar, mientras el precioso omega hablaba sin parar sobre su divertido paseo. Hoseok se sintió tranquilo porque su lindo novio había olvidado el tema de la marca, pues era preferible charlarlo con calma cuando estuvieran solos en su habitación y no en público. Luego de terminar de cenar regresaron más que satisfechos al hotel. Taehyung había estado más cariñoso de lo usual desde que partieron a su paseo esa mañana, pero ya en la noche, cuando llegaron, el menor solo hacía pedirle besitos tiernos, sus bracitos colgados en su cuello y sus narices acariciandose con cariño mientras avanzaban hasta al gran sofá de la sala, cayendo allí accidentalmente. Taehyung era realmente adorable y Hoseok era débil ante eso.
Sin embargo, el alfa no se esperó que su precioso omega diera inicio a un beso que terminaría con ambos dispuestos a hacer el amor de nuevo. Hoseok quería hablar primero con su pequeño sobre el tema que dejaron inconcluso en el barco… pero Taehyung, dios, a Taehyung le encantaba robarle besos y Jung estaba más que feliz de ser asaltado de esa manera.
—H-Hoseok... —el largo suspiro de su chico lo sacó rápidamente de su mente, prestando atención a los ojitos llorosos.
El alfa solo sonrió con amor, pues su omega era la criatura más preciosa que alguna vez pisó la faz de la tierra. El solo hecho de verlo ahí con sus claros cabellos regados en la almohada, la mirada cristalizada y los mofletes rojitos era algo maravilloso. Se acercó a dejar un besito en la frente, para así dejar descansar el sensible cuello de su amado. Taehyung suspiró y Hoseok rió bajito al darse cuenta del desastre que eran en ese mismo instante. ¿En qué momento habían pasado del sofá a la cama?
Ambos con las ropas desordenadas y los labios hinchados. El pecho de Taehyung subía y bajaba con más calma mientras que la intensidad de sus feromonas bajaban, todo porque Hoseok había dejado de tocarle. Taehyung miró a su alfa entre confundido y avergonzado, no comprendiendo por qué se habían detenido.
—Tranquilo, cariño… —dejó una suave caricia en la sonrojada mejilla. —solo quiero preguntarte algo antes de continuar.
El omega lo miró sintiendo sus orejitas enrojecer pero asintió haciéndole saber a su alfa que lo escuchaba. Hoseok sonrió para después entrelazar sus manos con ternura y colocarse a lado de su omega aun con sus cuerpos tocándose.
—Cachorro… tú, ¿Quieres que te marque? —Tae parpadeó un par de veces por la pregunta, pero asintió en respuesta. —Bien… ahora, ¿Sabes lo que conlleva tener una marca?
Volvió a asentir. —Yo… leí sobre eso y… también aprendí en mis clases. —relamió sus labios, para ahora mirar a su alfa a los ojos. —Nuestras almas se conectarán y uh, sentiré como te sientes y tú a mí…
—Es correcto… —se sintió orgulloso, vaya que a su cachorrito le gustaba informarse. La piel de Tae se erizó cuando el dedo de Hoseok se deslizó entre su sensible cuello y hombro. —La marca debe de ir aquí… una mordida.
—Lo sé… —desvió la mirada avergonzado. —tenemos que… que hacer el a-amor para que no me duela tanto cuando me… me muerdas.
El alfa no pudo evitar sonreír enternecido por las palabras que su pequeño había utilizado, sobre todo cuando dijo "hacer el amor" y vaya que no se equivocaba, ambos se amaban demasiado y no había otra oración para describir lo que hacían cuando estaban en la cama uniéndose en cuerpo y alma.
Pero Hoseok estaba seguro de que en cualquier momento moriría por una sobredosis de ternura. Taehyung era muy listo, sabía informarse y si algo no entendía, preguntaba o él buscaba por sus propios medios. Aún así, a pesar de saber más cosas, su característica ternura e inocencia no lo abandonaba.
—Así es, mi amor… —murmura pegando sus labios a la mejilla calientita, sin quitar su sonrisa. —Tu lo has dicho, tenemos que hacer el amor para concretar nuestro lazo… —depositó un silencioso besito en la piel rojita y suspiró reajustando el agarre en sus manos. El omega se volteó ahora quedando frente a frente de su mayor, ambos mirándose a los ojos. —Una marca… es para siempre, nuestras almas estarán enlazadas lo que resta de nuestras vidas y-
Lo silenció, Taehyung silenció a su alfa con un besito. —Yo quiero estar con Hoseok toda mi vida…
El corazón de Hoseok retumbó. No podía describir esa sensación que invadió todo su ser, sobre todo en su pecho. Ni siquiera se dio cuenta cuando sus ojos se cristalizaron, pero sí cuando la primera lágrima cayó, pues fue cuando las cálidas manos del rubio acunaron sus mejillas con cariño, sin dejar de conectar sus miradas. Jung sentía su corazón retumbar cada vez más rápido con la felicidad recorriéndole. Taehyung siempre sabía cómo dejarle sin palabras, y vaya que al alfa no le molestaba en lo absoluto, pues ese tipo de momentos se volvieron unos de los que más disfruta con su omega. Sus preguntas curiosas, sus palabras de amor, sus inesperados besos. Ese tipo de cosas son las que hacían a Taehyung único ante los ojos de Hoseok.
Y ahora no sabía si llorar, sonreír o lanzarse a esos preciosos labios. Vaya que esa confesión le había tomado completamente desprevenido. Entonces Hoseok supo que tenía que dejar de subestimar a Taehyung… era un cachorrito, sí, pero sabía perfectamente lo que quería. Las palabras del lindo ojiazul salieron seguras, sin ningún atisbo de duda y eso, además de hacerle completamente feliz, le hizo sentirse orgulloso, porque definitivamente, su precioso Taehyung estaba madurando.
Jung sonrió, cuando su bello omega limpió la traviesa lágrima con su pulgar para después depositar otro pequeño besito en los labios de su mayor. Vaya, Hoseok realmente sentía su corazón sumamente cálido. Era la primera vez que alguien causaba ese tipo de sensaciones en él y le alegraba que ese alguien fuera Taehyung. Y estaba seguro que así como Taehyung fue el primero en hacerlo sentir así, también sería el último.
—Yo también… —susurra obteniendo la atención de esos orbes zafiro. —Yo también quiero estar con Taehyung toda mi vida…
Los ojitos del omega sonrieron y la preciosa sonrisa cuadrada decoró sus labios, pero solo bastaron unos segundos para unirse con su alfa en un necesitado beso. Hoseok correspondió de inmediato abrazando la estrecha cintura, moviendo sus labios entre risitas y lágrimas de felicidad pura. Los lobitos de ambos aullando en completo regocijo, compartiendo la alegría de sus partes humanas, porque finalmente el momento de reencontrarse había llegado.
—Te amo, cachorrito… —murmuraba entre besos.
—Mhm… H-Hoseok… —suspiró sin detener el increíble beso. Un bajito jadeo salió de sus labios cuando las cálidas manos se adentraron en su ropa, y acariciaron su abdomen. —T-te amo…
Los labios de ambos se entrelazaban con calma, con ternura, con suspiros y chasquidos de por medio. Ninguno podía mantener las manos en un solo lugar, la ropa estaba comenzando a desaparecer conforme la intensidad de los besos aumentaba. La temperatura en sus cuerpos empezaba a subir cada vez más, tal como el mar de feromonas de alfa y omega que invadieron la habitación por completo.
El intenso aroma a roble, vainilla, canela, flores, manzanas y chocolate, perfectamente mezclado, armonizando a la perfección, mientras los cuerpos desnudos en la cama no dejaban de tocarse, de besarse, de amarse…
Las manos de Hoseok recorrían con devoción cada centímetro del delicado cuerpo de su omega, mientras este suspiraba y jadeaba entre besos, sintiendo su piel erizarse, estremeciéndose ante cada toque. Taehyung arqueó la espalda uniendo ambos pechos cuando las manos de su alfa acariciaron su cintura y los labios fueron a parar al sensible cuello donde Hoseok paseó su lengua en el área donde su colmillos deseaban profanar.
El omega gimió quedito cuando los dedos de su alfa lo invadieron a la vez en la que Hoseok dejaba delicados mordiscos por todo el cuello de su amado. Taehyung arrugaba las sábanas entre sus manos disfrutando cada una de las placenteras sensaciones que su alfa le otorgaba de una manera tan delicada, como si temiera lastimarlo.
El pecho del rubio subía y bajaba con más profundidad conforme los minutos pasaban, pues a Hoseok le gustaba tomarse su debido tiempo para estimularlo adecuadamente y Taehyung ya no sabía qué hacer antes tales sensaciones, subía y bajaba sus piernas, las manos sujetaban las sábanas, luego pasaban a su rostro o cabello, para después terminar en los fuertes hombros de su alfa.
Hoseok sentía a su chico inquieto a la vez en la que soltaba sollozos y dulces gemidos. Taehyung era una pequeña masa temblorosa y jadeante. El alfa tenía que admitir que además de causarle ternura, eso también lo ponía, pues Tae era tan receptivo a su toque a sus besos... Así que cuando creyó que era el momento adecuado se separó un poco para mirar el bello desastre que era su pequeño novio. Taehyung lo miró con sus ojitos cristalizados y extendió sus brazos pidiendo ser abrazado. Jung sonrió enternecido, plantando un besito en la perlada frente antes de que los brazos de su omega rodearan su cuello y se aferraran a su espalda.
Los orbes azules y dorados se conectaron y ahí ambos supieron que era el momento. Sus labios se unieron con dulzura a la vez en la que Hoseok se adentraba con total lentitud. Taehyung gimoteó concentrándose en los besitos y caricias de su alfa quien también le susurraba palabras de amor entre besos para relajarle. Al poco tiempo los movimientos comenzaron y a partir de ahí ya no pudieron detenerse…
Los gruñidos y dulces gemidos se hicieron presente en la habitación al mismo ritmo de las profundas estocadas. Simplemente eran dos almas enamoradas entregándose de la manera más pura y gentil que existía. Unían sus cuerpos sin llegar a la rudeza, sin dejar ese toque dulce que los caracterizaba. No había prisas, tenían todo el tiempo del mundo, solo ellos dos.
Se miraron a los ojos, y supieron que no necesitaban decirse nada, sus miradas lo decían todo. Sus orbes brillaban de una forma tan encantadora, dedicándose confesiones mudas y bellas palabras que no necesitaban ser dichas. Las lágrimas caían por aquellos preciosos ojitos azules, gracias al increíble placer que estaba experimentando. Y Hoseok se dedicaba a besar cada centímetro del rojito rostro de su chico mientras lo escuchaba gemir su nombre entre susurros una y otra vez al mismo ritmo de las estocadas.
Taehyung lloriqueaba completamente abrumado por cada una de las sensaciones, se sentía al borde, el alfa lo sabía, sentía a su chico temblar bajo su cuerpo, además de cómo entrelazaba las piernas en su cintura y las uñas se aferraban en su espalda. El dulce omega tenía la cabecita en las nubes, cada estocada, cada roce, cada beso, cada gemido ronco de Hoseok en él lo estaba haciendo sentir de una manera casi inexplicable, no tenía ni la más mínima idea de cómo describirlo, pero estaba muy seguro de que todo se sentía diferente en ese íntimo momento.
Sus brazos se colgaron mejor del cuello ajeno y unió sus frentes, dejando un besito en la punta de la nariz de su alfa, soltando una temblorosa risita después... hasta que percibió la mano adversa envolver su intimidad, provocando un choque eléctrico en todo su cuerpo, reemplazando la risita de antes por un agudo y alto gemido que endulzó por completo los oídos de Hoseok quien comenzó a estimularlo hasta llevarlo al límite.
Hoseok sabía que era el momento, él también se encontraba en su límite. Sus corazones se hallaban en una competencia, el montón de sensaciones se habían convertido en un tenso globo que estaba a punto de estallar gracias a un alfiler. Un gruñido salió de los labios en forma de corazón cuando después de un par de profundas estocadas, el nudo comenzó a hincharse, al mismo tiempo en el que Taehyung dejaba salir su blanca esencia entre ambos, acompañada de un largo gemido.
Los ojos brillaron de un intenso dorado, cuando los caninos salieron a relucir y un gruñido resurgió desde lo más profundo de su pecho. Taehyung ladeó su cabeza de manera inconsciente ofreciendo el cuello sumisamente. Otro gruñido. El hambriento lobo en su pecho aulló orgulloso por la maravillosa muestra que su omega le otorgaba.
Era ahora o nunca.
—Mío.
Fueron solo unos segundos para que los colmillos rasgaran la delicada piel entre el cuello y hombro del omega para que vieran las estrellas. Un mar de sensaciones los invadió desde lo más profundo de su ser. Sus mentes se nublaron mientras el lazo se formaba, atandoles con una cuerda invisible uniendolos en cuerpo y alma para siempre.
Taehyung ahogó un jadeo cuando las lágrimas salieron de sus bellos ojitos al sentir todo lo que su alfa sentía por él. Su pecho pesaba de una manera indescriptible al sentirse invadido por los sentimientos de su alfa. Los te amo que tanto le profesaba, siempre creyó en ellos, pero ahora los podía sentir… tan reales y sinceros.
El corazón de Hoseok pesaba, pesaba demasiado, ¿La causa? El amor de su precioso Taehyung… el alfa sabía que su amado omega lo amaba, pero tenía que admitir que la grandeza de su amor estaba por ahogarle —de la buena forma— en pocas palabras, fue como si un tsunami lo hubiera atacado. Un tsunami de muchos Taehyung's donde Hoseok flotaría felizmente para toda la eternidad.
Los sentimientos del lindo ojiazul eran tan claros como el agua, tan puros y brillantes como él, tan sinceros, como eran de esperarse de alguien como Taehyung. No había ningún sentimiento de duda… no había ningún sentimiento negativo en ese corazón tan puro, no había espacio para eso, no cuando en ese lindo pecho solamente se hallaba rebosante de amor.
Un par de lobos de pelaje gris y negro se asomaron, avanzando poco a poco hasta finalmente quedar frente a frente. El lobito gris comenzó a sacudir su colita efusivamente corriendo alrededor del lobo negro quien lo seguía con la mirada, para después echarse en el suelo, soltando un bajo gruñido que hizo que el tierno lobito detuviera su andar para acercarse al pelinegro y echarse frente a él muy juntos. El alfa olfateó la naricita del más pequeño recibiendo un par de adorables lengüetazos que le hizo sacudir la cola con alegría. Los dos se acurrucaron y jugaron juntos marcándose mutuamente con sus aromas, porque después de tanto tiempo finalmente estaban juntos.
Hoseok desencajó sus colmillos, sintiéndose momentáneamente mareado. Sacudió su cabeza y para cuando volvió a abrir sus ojos, se encontró con los brotes de sangre que sus colmillos causaron, así que solamente se dedicó lamer con suma delicadeza para limpiar, percibiendo el sabor metálico en su paladar. Taehyung tembló bajo el cuerpo de su alfa, aferrándose a los fuertes hombros, a la vez en la que gemía bajito por los roces y jadeaba tratando de recuperar la respiración.
—Hoseok… —gimoteó con la voz rota. —Hobie…
Los ojitos dorados buscaron los azules después de alejarse unos centímetros. El miedo invadió su ser cuando se halló con aquellas preciosas lagunas cubiertas de lágrimas… sin embargo, el miedo rápidamente fue reemplazado por felicidad. Esas lágrimas no eran lágrimas de dolor o tristeza, no, estas eran lágrimas de alegría pura. Lo supo gracias a la maravillosa conexión que ahora compartían y eso se sintió tan jodidamente magnífico.
—Mi amor… —con ternura tocó toda la preciosa carita sonrojada de mejillas húmedas. Esbozó una enorme sonrisa cuando el par de ojitos se conectaron. —Te amo, te amo tanto…
Asintió ahogando un enorme nudo en su garganta mientras más lágrimas resbalaban por sus tersas mejillas. —L-lo sé… —balbuceó llevando sus manos a su pecho. —Lo siento aquí, Hobie… —lloró bajito. —Pesa… pesa mucho… ¿Así d-de mucho me amas?
—Oh cachorro… —musitó enternecido acariciando la mejilla de su chico, sin dejar de mirarse a los ojos. —Así de mucho te amo… ¿Sabes? Tu amor también está oprimiendo mi pecho…
—¿También lo sientes? —pregunta con inocencia dejando escapar otro par de lágrimas.
Asintió. —Ahora más que nunca sé cuánto me amas, Taehyung… —pasó un rubio mechón detrás de la oreja ajena. —Lo que sientes por mi es tan real… tan sincero y eso… e-eso me hace inmensamente feliz.
Sonará egoísta pero Hoseok se sentía orgulloso de ser el primero y el único en ser merecedor de tan bellos sentimientos. Le alegraba en sobremanera el hecho de ser el primero en adentrarse a ese corazón tan puro. De ser el primero y único de quién Taehyung se ha enamorado.
—Lo siento, lo siento aquí también, Hoseok… —decía presionando sus manos en su pecho. —Siento que estás muy pero muy feliz…
Hoseok soltó una baja carcajada acomodando el peso en sus antebrazos y así no recargarse por completo en su omega quien también rió después de escuchar a su alfa reír.
—¡Otra vez! —aún conmovido y con lágrimas en sus ojitos, soltó una risita presionando sus manos en su pecho de nueva cuenta muy emocionado. —Siento un cosquilleo y y y cuando ríes, ¡Es más fuerte! ¡Estás feliz, Hoseok!
—¡Muy feliz! —comenzó a regar besitos en toda la preciosa carita, sacándole unas encantadoras y armoniosas carcajadas a su pequeño. —Estoy feliz porque estoy contigo, estoy feliz porque me amas, estoy feliz porque te amo. —decía una y otra vez entre besos. —También siento tu felicidad, cachorrito mío~
—¿De verdad? —rió entrelazando con fuerza sus piernas en las caderas de su alfa. Aún se encontraban unidos gracias al nudo y ambos estaban intentando no moverse tanto. —¿Cómo se siente? ¿También sientes cosquillas?
—Sip~ —murmuró divertido mordisqueando con sus labios la rojita mejilla de su chico. —Siento muchas cosquillas en mi pecho porque cierto cachorrito también se encuentra muy feliz.
Los ojitos de Taehyung brillaron fascinados ante esa información. —¡Es cierto! ¡Estoy feliz!
—Mi cachorrito… —lo abrazó con cuidado, llevando sus manos a la parte trasera de la cabeza ajena. —Yo mismo me encargaré de que la felicidad no abandone tu corazón…
La encantadora sonrisa cuadrada hizo su aparición cosa que también hizo sonreír al alfa. Se miraron fijamente a los ojos y en un suspiro, sus labios ya se hallaban unidos. Besándose con calma, con amor… transmitiendo con ese beso todo lo que sentían en ese momento. Sin embargo, cuando se separaron y volvieron a abrir los ojos… estos brillaban intensamente, de un precioso dorado y zafiro respectivamente.
Ya no eran Taehyung y Hoseok… eran ese par de lobos enamorados, que fortalecían su inquebrantable amor en cada siglo que pasaba.
—Mi omega… —la profunda voz hizo eco en el lugar, estremeciendo al más pequeño.
—Alfa… —musitó sin desconectar sus miradas.
Ellos podrían pasar horas simplemente observando las ventanas del alma del otro. Viendo todas las veces que se han amado una y otra vez… ahora agregando a sus recuerdos este maravilloso momento de unión para cuando vuelvan a reencarnar en un futuro lejano.
—De nuevo… estamos juntos, alfa.
—Finalmente, amor mío… —acarició la mejilla sonriendo cuando el omega se recargó en la mano con ternura. —Este par de torpes nos hicieron esperar mucho en esta ocasión…
Una bajita y suave risita brotó. —¿Pero qué dices, alfa? Ellos han ido a su propio ritmo.
—Son torpes y lentos. —bufó sacándole otra carcajada al menor.
—Torpes y lentos, pero adorables… —comentó con una risita, pestañeando dulcemente haciéndole ojitos a su alfa.
—Tu risa es mi cántico favorito desde hace siglos… —acarició la suave piel con el pulgar. —Y tus ojos son mi galaxia entera…
—Mi alfa es todo un poeta… —susurró rozando ambas narices.
—Solo si tú eres mi musa… —rozó sus labios. —entonces me convertiré en un mejor poeta que Shakespeare…
Sus labios se entrelazaron con dulzura, entre suspiros e inocentes caricias. Para cuando ese par de ojos volvieron a abrirse habían vuelto a ser ellos… Taehyung y Hoseok se sonrieron mutuamente donde después de un par de besitos más, se acurrucaron muy juntitos luego de separar sus cuerpos con cuidado. Se acariciaron y susurraron múltiples "te amo" hasta que ambos cayeron en los brazos de morfeo, así sellando su primera noche enlazados...
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Las calles de Seúl se hallaban llenas de automóviles, era la hora del tráfico y eso solo lograba que el par dentro de aquél auto plateado llegaran más tarde a su trabajo. El mayor que se hallaba sentado en el asiento del copiloto, mantenía un puchero en sus labios y una expresión de enojo en su rostro. Los brazos cruzados con molestia sobre su abultado vientre, mientras maldecía a lo bajo una y otra vez.
Cierto alfa mantenía su vista al frente con sus manos en el volante, tratando de contener sus risas por la forma tan adorable en la que su omega despotricaba a diestra y siniestra contra su obstetra. El de cabellos platinados en serio quería soltar una carcajada porque ver a su omega enojado era sumamente adorable, pues su cuello y rostro se ponían rojos, mientras hablaba a una gran velocidad, desatando su enojo como si estuviera en una competencia de rap contra el mismísimo Eminem.
—¡Es que en serio no puedo creerlo! —gritó con molestia golpeando su pie contra el tapete del auto. —¡Me dijo gordo! ¿Holaaaaaaa? ¡Tengo un cachorrito aquí! —tocó su abultado vientre. —¡Claro que debo subir de peso!
—Amor… el médico solo te dijo que le bajaras un poco a los postres y dulces.
Rodó sus ojos. —Namjoon, esa fue una manera indirecta para decirme gordo. ¡No es como si pudiera ponerme a dieta estando así! Mi cachorrito pide y yo se lo doy, así de simple.
—Uh, de hecho sí puedes… —se detuvo en un semáforo en rojo.
—¿Eh?
Tomó el folder donde incluían los documentos de la clínica. Tomó una hoja y se la entregó a su mayor. —Te dió una dieta de aquí a lo que resta el embarazo. —SeokJin parpadeó incrédulo leyendo cada palabra en esa hoja. —Te quitó las harinas y grasas, a cambio debes sustituirlas por muchas frutas, verduras y proteínas a la plancha.
—P-Pero… —¡no podía creerlo! Ahí estaba anotado lo que tenía que comer en la mañana tarde y noche, ¡Era injusto! —No veo las donas favoritas de mi bebé aquí…
—Creo que las cambió por las barras de avena y frutos rojos… —murmuró poniendo el auto en marcha al ver la luz verde.
—Bueno, esas no saben tan mal… —sacudió la cabeza. —¡Aún así! Las donas glaseadas son las favoritas de mi cachorrito, no puedo quitárselas así nada más.
Y así fue lo que restaba del camino al edificio de Hope Enterprises. Con un omega embarazado haciendo berrinche por la dieta que le habían pre-escrito y un alfa tratando de calmarlo… y vaya que lo hizo, pues antes de llegar a la empresa, llegaron de paso al autoservicio de una heladería y le compró a su omega el helado más grande que había.
Cuando al fin llegaron, se fueron directo a la oficina principal donde se encontraron a Jimin escribiendo en su celular. Este sonrió al verlos. —Hey, ¿Cómo les fue en la revisión?
—Mi bebé está muy saludable… —pasó una enorme cucharada de helado a su boca. —Jiminnie, ¿Estoy gordo?
El omega más joven se quedó mudo. —¡YoonGi ya llegó por mi! —exclamó de repente evadiendo la pregunta. —Iré a comer, vuelvo en dos horas~
SeokJin bufó ante la repentina huida de su amigo. —Va a comerse a YoonGi más bien.
Fue y se sentó al sofá negro que yacía en la oficina de Hoseok, para terminar de comer su helado y después ponerse a revisar la computadora, aunque probablemente Jimin ya se había encargado de eso. De hecho Jin no hacía nada desde que Hoseok se fue a Hawaii, pues el alfa le había dejado claro que no se esforzara ni que hiciera cosas pesadas. Porque a pesar de tener ocho meses, SeokJin no quería tomar la baja médica porque se aburriría solo en casa. Así que el embarazado omega, solamente rondaba por el edificio supervisando que todo marchara bien.
—Bebé, iré continuar con lo mío. —mencionó Namjoon acercándose al mayor para plantar un besito en la frente. —Me llamas si necesitas algo, también a Jungkook, por cierto ¿Dónde estará?
Y justo en ese momento, la puerta de la oficina se abrió, dejando entrar a un tímido alfa. Este tenía su celular entre sus manos y su semblante lucía un poco decaído, aún así les mostró una pequeña sonrisa mientras se acercaba a ellos.
—¿Sucede algo, Kookie? —preguntó SeokJin observando al alfa menor con atención. —Te siento preocupado…
Namjoon miró al más joven con una ceja enarcada dándose cuenta también de su estado de ánimo. JK relamió sus labios inclinándose frente a su omega para colocar sus manos en la linda pancita, donde el bebé de inmediato reaccionó ante la presencia de su otro padre. El joven alfa sonrió dejando una caricia.
—¿Cómo estuvo la revisión?
—Jungkook… —el nombrado alzó la mirada ante el tono utilizado por su omega. —Cuéntanos qué te sucede… tengo rato sintiendo cierta tensión en el lazo, ¿Te pasó algo?
El joven alfa se quitó sus redondos anteojos y suspiró para mirar a los dos pares de ojos frente a él. —Yo… recibí una llamada mientras ustedes estaban con el médico… —se puso de pie. —Una llamada de mi hermano mayor…
—¿Tu hermano? —preguntó Namjoon confundido. —Espera, ¿Le pasó algo a tu hermano?
Negó. —Él… él vendrá desde Busan a visitarme.
—Oh.. —SeokJin ladeó la cabeza. —Pero… eso es bueno, ¿O no?
—Chicos… —suspiró giró lentamente en sus talones muy nervioso. —Hyung no sabe que estoy enlazado… ni que estoy en una relación de tres y mucho menos sabe que voy a ser papá…
SeokJin y Namjoon compartieron miradas para después mirar al más joven. Solo necesitaban ver su nerviosismo para saber que lo que se venía no sería para nada fácil...
🌻
El cielo se hallaba en tonos anaranjados gracias a que el sol iba bajando poco a poco. Cierta parejita se hallaba sentada en la arena disfrutando de la maravillosa puesta de sol.
El alfa se hallaba con las piernas abiertas pues el más joven estaba sentado entre ellas, con la espalda pegada al pecho de su mayor, mientras tomaba fotografías al océano frente a él con la linda cámara que Jung le había obsequiado en navidad.
Los constantes clics se escuchaban acompañado de las risitas felices del lindo omega al ver cómo quedaban sus fotografías de la puesta de sol. Por otro lado, Hoseok mantenía su mentón recargado en la cabeza de su chico, a la vez en la que mantenía rodeada la estrecha cintura y acariciaba el abdomen de manera inconsciente.
—¡Mira esta! —exclamó el lindo ojiazul mostrándole a su alfa la fotografía instantánea.
—Te quedó preciosa, cariño. —dijo sincero.
Taehyung rió dejando la cámara de lado en la manta que habían traído para después acurrucarse más contra su alfa, pues el viento comenzaba a tornarse frío. Hoseok sonrió rodeándole con sus brazos y dejando un pequeño besito en la sien con cariño. Ambos se quedaron viendo la inmensidad del océano mientras el astro sol iba ocultándose entre sus aguas.
Hoseok los balanceaba sutilmente lado a lado, sintiendo la brisa marina chocar en sus rostros y desordenar sus cabellos. El sonido de las olas, algunas risas y algo de música a lo lejos era lo único que se escuchaba. Solamente estaban ahí, disfrutando de su compañía en completo silencio. Ya habían caminado por la orilla por media hora, hablando de cosas banales y chapoteando en el agua como un par de niños.
Se encontraban en paz total. El lazo que los unía lo decía todo… Hoseok bajó su rostro hasta llegar al huevo entre el cuello y hombro de su pequeño, plantando un besito en la bonita marca. Taehyung suspiró encogiéndose más en lugar, y apegándose más al cuerpo de su alfa. Los besitos fueron subiendo por el cuello hasta la línea de la mandíbula ajena, para luego pasar a la tibia mejilla y finalmente llegar a su destino: los labios.
Pequeños besitos fueron dejados una y otra vez que hicieron al más joven sonreír. Este se separó un poquito para girar su cuerpo, colocarse sobre sus rodillas y quedar frente a su mayor. —Hola, bonito… —musitó el alfa con una sonrisa.
Hoseok esperaba un "hola" de vuelta pero como siempre, su lindo novio lo sorprendía con sus acciones inesperadas. Taehyung se había lanzado a los labios de su alfa, haciéndolo caer de espaldas en la arena. El omega rió por su travesura, siendo silenciado por los labios ajenos. Hoseok rodeó la estrecha cintura atrayendo más el cuerpo delgado al suyo. El alfa gruñó bajito cuando sintió que el beso de intensificaba… vaya que le había enseñado muy bien a besar.
Solo eran ellos dos en su burbuja de amor… eso hasta que Jung percibió un clic muy conocido. Detuvo el beso y sujetó a Taehyung de la nuca para luego esconderlo en su cuello. Hoseok volteó a ver a su alrededor sin éxito alguno de encontrar a alguien.
—¿Un paparazzi? —musitó para sí mismo.
—¿Hoseok? —preguntó confundido aún en el cuello de su alfa, pero atento a cualquier cosa pues había sentido a Hoseok ponerse alerta.
—Cachorro… ya anocheció y está comenzando a hacer frío, ¿Nos vamos a la habitación?
Taehyung asintió poniéndose de pie con ayuda de su alfa quien parecía querer cubrirlo de algo o alguien. Sacudieron sus ropas, recogieron sus cosas y emprendieron su camino de regreso al hotel. Hoseok rodeó los hombros de su chico y este se hizo pequeñito en su lugar, comenzando a parlotear sobre las figuras de arena que había hecho.
Sin embargo Hoseok seguía echando miradas a sus espaldas, justo al área donde estaban muchas palmeras y rocas cerca de la orilla. ¿De verdad alguien lo había reconocido ahí? ¿En serio era un paparazzi? Negó con su cabeza. Quizás estaba imaginando cosas… pero no, él conocía muy bien el sonido de esas molestas cámaras que le gustaban tanto invadir su vida personal. ¿Pero como supieron que estaba en Hawaii? Ni siquiera había publicado una sola cosa en sus redes sociales… solo deseaba que ni hayan logrado captar el rostro de Taehyung, pues aún no lo había presentado a los medios como su omega, quería mantenerlo el más tiempo posible en el anonimato para esperar el momento adecuado y decir que Taehyung era el amor de su vida, porque solo era cuestión de tiempo para que se armara el escándalo en los programas de espectáculos, que Jung Hoseok iba en serio con su relación.
Un tirón en su camiseta lo sacó de sus pensamientos. Volteó a su lado encontrándose con la curiosa mirada azulada, observándole con atención. —¿Hoseok?
—Oh, lo siento, pequeño… —sacudió su cabeza. —¿Me habías dicho algo?
Asintió. —¿Podemos tomar un baño juntos al llegar a la habitación? ¡Y después ver una película!
Hoseok sonrió atrayendo más el cuerpo de su omega, plantando un besito en su sien. —Claro que sí, lo que mi cachorro pida…
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¡Feliz 2021 mis preciosos girasoles! Espero este nuevo año mejore para todos, ¡Les deseo lo mejor siempre!💖✨
Y weno... ¡¿QUÉ LES PARECIÓ EL CAPÍTULO?! nuestros bebitos ya están enlazados omg crecen tan rápido 🤧 omg ¿Qué creen que pasará con el Bro de JK? ¿Si habrán sido paparazzis los de la playa? AaaAaa me gustaría saber que esperan del siguiente capítulo~
¡Este capítulo va dedicado a cada uno de ustedes! Gracias infinitas por el apoyo que le han dado a My Sunshine durante todo esto tiempo, se merecen el cielo. ¡Gracias por tanto y perdón por tan poco!🥺💖🌻
Sin más, me despido~ No olviden seguirme en instagram--> @/soo.nyah ✨ ¡Nos leemos en el próximo capítulo! Gracias nuevamente por su amor, apoyo y paciencia. ¡Les envío muchos abrazos y gatitos! ¡Sony los ama mucho muchoOooO!💖🌻✨🌻🌻💖🌻🌻💖✨💖🌻🌻💖✨💖✨💖✨💖💖✨💖✨💖🌻🌻✨🌻💖
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