🌻•Capítulo 1

《🌻》

—¡No vuelvas a llamarme! — gritó al celular, sin prestar atención al camino. — ¡Olvídate de mi Rosé!

Colgó, lanzando el aparato al asiento de a lado. Estaba molesto, muy molesto. Imagina, estar muy enamorado, hallar a la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida y formar una familia. Estar a punto de proponerle matrimonio y encontrar a esa persona en la cama, con alguien más.

Dirigió nuevamente su vista al camino, no reconociendo el lugar. ¿Dónde estaba?, la puesta de sol estaba cerca y… ¿Dónde había quedado la autopista?

El paisaje estaba cubierto de campos abiertos y unos cuantos animales se veían en las lejanías. Siguió conduciendo muy confundido por el pequeño sendero de terracería, sin darse cuenta se estaba acercando a lo que parecía ser una casa… o una granja.

El sonido de una llanta pinchándose le hizo sobresaltarse y detener abruptamente su bello auto deportivo, antes de que se descontrolara y terminara estrellándose con un árbol.

Apagó el auto y salió hecho furia cerrando de un fuerte portazo. Rodeando el auto y encontrando la llanta delantera derecha, totalmente pinchada. Volteó a su alrededor para ver si podía encontrar a alguien que le podría ayudar, pero lo único que encontró fue un campo abierto y a unos metros, lo que parecía ser una granja.

Suspiró y negó. Sabía que ahí no podrían tener un repuesto para su auto deportivo último modelo, así que sería una pérdida de tiempo ir ahí. Metió la mano en su bolsillo buscando su celular para llamar a su asistente o como último recurso a su mejor amigo. Suspiró de nuevo al darse cuenta de que lo había lanzado al asiento de copiloto.

—Ugh… — gruñó al darse cuenta de que su puerta tenía puesto el seguro. Buscó sus llaves en sus bolsillos, comenzando a tantear ansioso. Sus llaves no estaban. Sus malditas llaves no estaban en ninguno de sus bolsillos. Pegó su rostro a la ventanilla logrando ver las llaves en su asiento y su teléfono celular en el otro.

Con velocidad, rodeó el auto rogando en su mente porque la puerta del copiloto estuviera sin seguro.

—Por favor, por favor… — suplicó. Pero fue en vano, también estaba cerrada. — ¡Mierda!

Giró en sus talones mientras restregaba su rostro una y otra vez muy ansioso. ¿Qué iba a hacer ahora?

—Este día no puede ser peor…

La luz del sol fue opacada por unas oscuras nubes y un fuerte estruendo se escuchó, amenazando con comenzar a llover. Suspiró fuertemente como por cuarta vez, llorando internamente por su mala suerte. Caminó por el lugar, ensuciando sus bellos zapatos italianos de diseñador con tierra y pues… tiene mala suerte, también terminó pisando un pequeño charco con lodo que se interpuso en su camino.


Llegó a la cerca blanca, asomándose por el lugar, buscando señales de vida — además de unos cuantos animales — a lado se encontraba una casa roja de madera. Quizás podría entrar haber personas ahí y podría utilizar su teléfono para llamar a su asistente.

Temiendo rayar sus zapatos o rasgar su ropa, saltó la cerca y caminó por el pequeño sendero sin dejar de mirar a los lados. El terreno era muy grande, habían muchas áreas verdes, todo lucía tan fresco, limpio.

Frente a él, se encontraba un pequeño arroyo. Se espantó al no saber como cruzar, pues no quería mojarse. Suspiró aliviado al encontrar un puente de madera. Cruzó con lentitud, al escucharlo rechinar, así que mejor caminó con precaución temiendo de que se cayera. A pesar de ser alfa, era muy asustadizo. Cosa que muchos le han criticado, porque se supone que los Alfas no deben sentir miedo.

Estúpidos estereotipos.

Iba a mitad del puente cuando, el chapotear del agua, una armoniosa risa y un muy dulce aroma a flores y vainilla, llegó a sus fosas nasales, haciéndole inhalar profundamente un par de veces.Inmediatamente buscó con su vista al dueño de esa preciosa risa y de ese embriagante aroma.

Su lobo saltaba ansioso y agitaba su cola emocionado, ¿Por qué?

Abrió sus ojos enormemente al dar con el causante de su euforia. De espaldas se encontraba un esbelto chico, completamente desnudo, saltando en el agua, mientras jugaba con los pequeños peces y aves que le rodeaban. Su risa era como música para los oídos del alfa.

—Precioso… — murmuró

Quizás no lo suficiente bajo, porque el delgado muchacho, volteó asustado, viéndolo directamente a los ojos. Sus facciones finas, mejillas sonrojadas y gruesos labios… wow ese chico era una obra de arte.

—O-oye…

El ahora muy asustado chico, rápidamente tomó una blanca y enorme camisa que yacía tendida en una piedra junto al agua y se la puso para después huir en dirección de la casa roja de madera.

—¡Hey, espera! — Hoseok corrió tras él — ¡Necesito ayuda tú-...!

—¡¡Abuelitaaaaaaaa!! — gritó llegando a la casa — ¡¡Un extraño está aquí!!

Hoseok llegó agitado a la entrada de la casa, mientras el asustado chico escurría aún mojado e intentaba cubrirse sus partes íntimas.

—E-escucha, no te haré nada, n-necesito que…

Pero el azotar de la puerta al abrirse lo interrumpió haciéndole dar un enorme salto y llevándose la mano al pecho intentando calmar su agitado corazón.

El sonido de un arma siendo cargada se escuchó y en menos de dos segundos ya era apuntado con una escopeta, por una mujer de la tercera edad.

—Más te vale que salgas ahora mismo de MI propiedad, si no quieres que una bala te atraviese la cabeza. — dijo la mujer fuerte y claro.

Hoseok tragó saliva, sintió su sangre helarse, de un momento a otro se puso pálido y lo último que escuchó fue el sonido de un disparo y luego todo se volvió negro.

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¡¡Hola, Hola!! ¿Qué les pareció? ¿Qué creen que pasó? o": ¿Qué opinan?

Sé que tengo otros fics que actualizar pero, no pude resistirme, de verdad quería publicar esto y compartirlo con ustedes. :")

¡¡Espero puedan acompañarme en esta historia!!💛🌻👀

Sony los ama mucho💛

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