Máma

Mamá, una palabra que he tratado de evitar por años.

Sé que trataste de ser fuerte pero al final solo nos dejaste.

Hay tantos recuerdos de los que trate de aferrarme y que hasta la fecha aún recuerdo.

Recuerdo cuando empecé a enfermarme, siempre me decías que iba a estar mejor, que pronto podría salir a correr con los demás niños, que no estaría enfermo... una mentirá claro está pero por un tiempo me dió paz.

Recuerdo que te quedabas conmigo por las noches para que no tuviera miedo, siempre con un cuento antes de dormir y un beso en mis mejillas.

Recuerdo que solías cantarme cuando Ritha le daba por meterme agujas en mi piel.

Recuerdo sin duda tus noches de desvelo, tus horas de computadora tratando de encontrar una cura y tus sollozos cuando creías que estaba durmiendo.

Lo recuerdo, recuerdo todo incluso el día que nos dejaste.

Tenía tan solo doce años, ya no hablaba y mi movilidad era casi nula más que por mi cabeza y un par de dedos.

Unas noches atrás me habían puesto ya el tubo por mi garganta pues tenía problemas graves para respirar.

Ustedes solían turnarse para estar más atentos de ambos, para que Caide no se sintiera desplazado y el trabajo conmigo no fuera tan pesado.

Esa mañana te tocaba con mi hermanito, ese día te veías diferente, tranquila y con un brillo singular.

Pasaste toda la mañana conmigo antes de llevar a Cade a la escuela, besaste mi mejilla y me dijiste que me amabas.

Hiciste lo mismo con papá y llevaste a Cade a la escuela, en esos momentos era otro día normal hasta que fue la hora de recogerlo a la escuela.

Después de dos horas Cade decidió llamar a mi papá para que pasara por él a la escuela.

Recuerdo a mi padre preocupado subiéndome al auto pero nunca olvidare el rostro de mi hermano al pasar por él, con los ojos llenos de lágrimas reprimidas.

—Seguro que ella está bien y se quedó haciendo algo en el trabajo —dijo mi padre para calmarlo.

—Quiero ir a casa —murmuró Cade.

Al llegar mi hermanito corrió para encerrarse en el cuarto a llorar.

Mi padre trató de calmarle pero tras la puerta escuchaba a mi hermano gritarle.

"Se fue papá y no volverá"

Yo pensaba que no era cierto, que una madre no dejaría a sus hijos en una situación así, pero así fue.

Hoy, años después era uno de esos días que más me dolían tu pérdida.

A través de mi ventana podía ver plantas que adornaban el marco de mi ventana, esas que tanto amaba.

Cade estaba sentado junto a mí jugando con su videojuego.

Salir

Escribí, él tardo en ponerme atención pero por fin terminó por leerlo.

—Bien, cuando venga papá salimos —estábamos solos por una hora a lo máximo.

Solos

Insistí, él me miró confundido.

—No, sabes que no, la última vez me regañaron —contestó molesto.

:(

—No me pongas esa cara, si papá vuelve antes y no nos ve al que va a regañar es a mi no a ti —justifico.

Por favor hermanito

Él lo pensó, sabía que podía convencerle.

—Diez minutos —gruñó.

Mi hermano era fuerte por lo que podía levantarme sin problemas aunque eso significaba que me desconectaba del tubo unos segundos más.

Salimos y sabía a donde llevarme, cruzando la calle había un pequeño parque al que adorábamos ir desde niños, y aún ahora lo hacía.

Ver a los niños corriendo por ahí, llenos de sueños y esperanzas me daba cierta tranquilidad.

El liguero frío en mi rostro se sentía bien.

—Vamos por una banderilla —dijo Cade viendo aquel puesto con cierta fascinación.

Ve tu

Él lo leyó molesto pero al tener hambre no discutiría conmigo... además de que no estaba muy lejos.

Me quedé observando hasta que te sentí sentarte a mi lado, soltando esta fragancia única.

Hola mamá

Me apresuré a escribir.

Escuche un ligero gimoteo.

—Hola cariño —dijo con la voz entre cortada—estás tan grande.

Una lágrima salió de mis ojos... aún podía expresarme de esa manera.

Ella se paró frente a mi, no había cambiado mucho.

Había tantas cosa que quería decirle, pero la verdad es que solo necesitaba una respuesta.

¿Por qué?

Escribí lo que me daría paz.

Su piel palideció y pude ver como las palabras se atoraban en su garganta.

—Es que ya no podía —confesó— lo siento tanto.

Ella se acercó para limpiar mis lágrimas y abrazarme con fuerza.

La voz de mi hermano rompió el silencio.

—Disculpe no puede hacer eso —dijo furioso.

Ella se giró para mirarle.

Ver a mi hermano con esa expresión de dolor es sin duda peor que estar en esta condición.

Toda su comida cayó al suelo cuando la vió.

—Cade —lo llamó.

Mi hermano pasó de ella dirigiéndose a mí para llevarme de vuelta a casa.

—¡Lo siento! —exclamó.

Cade se giró para mirarla.

—No te disculpes por algo que no sientes —soltó— te fuiste y ya está, pero no te atrevas a volver y decirme que lo sientes

—Yo... —interrumpió.

—No, no puedes irte y regresar porque esto no funciona así —dijo entre dientes— decidiste irte y decidimos que no puedes regresar.

—¡Volví por ti y tu hermano Cade! —exclamó.

Entendía perfectamente lo que mi hermanito quería decir.

No te quiero ver nunca

Escribí tomando mi decisión.

—Bueno ahí lo tienes —contestó Cade lleno de ira— no te vuelvas acercar.

Dejamos a mamá ahí plantada para regresar a la casa donde ya estaba papá.

—¡En qué mierda estabas pensando al sacar a tu hermano tu solo! —le gritó en cuanto entramos.

Mi hermano solo se derrumbó al llanto y salió corriendo a encerrarse a su habitación.

Mi papá se acercó a mí para revisar que estuviera bien.

Vimos a mamá

Expliqué pues sabía que mi hermano necesitaba hablar con él.

El rostro de mi padre se tornó rojo.

—¿Estas bien? —preguntó.

Si, ve con él

Papá solo asintió y fue con mi hermano.

Después de un rato y de una regañada de papá a los dos mi hermano bajo para acostarse a mi lado.

Me quedé pensando en mamá, ella realmente nunca se había ido, la había visto varias veces a través de mi ventana, una que otra vez con un niño en brazos.

Fuiste una buena madre el tiempo que me cuidaste por eso esta bitácora es para ti.

Quiero iniciar esto diciéndote que te perdono.

Desde tu partida me a costado tanto hacerlo, pero es ahora que mi muerte es más real que he decidido hacerlo.

Te confesaré que no fue fácil, por un largo tiempo te odie por dejarme a mi y aún peor a Cade quien no tenía la culpa... y ahora sé que yo tampoco.

Si así es, tu partida me hizo sentir que era mi culpa y si, realmente si fue pero no de la manera que pensaba.

No te fuiste por mi culpa, no porque ya no quisieras cuidarme, no porque odiaras tener qué pasar en vela todas las noches o vivir prácticamente en hospitales... no fue porqué me odiarás.

Fue porque ya no resistías verme sufrir, ver cómo iba perdiendo movilidad, ver cómo lloraba todas las noches por no poder ser normal... te fuiste porque también te dolía a ti.

La madurez me hizo darme cuenta de la verdad.

Quiero agradecerte por el tiempo que estuviste conmigo.

También quiero que dejes de culparte por dejarnos, tal vez no fue la mejor decisión moralmente pero te dió paz.

Hablo por mi al decirte que espero te vuelvas acercar a Cade, tal vez no de una manera directa pero por favor no lo abandones en su totalidad, probablemente te apartara y siendo honestos te hará sentir mal pero lo conozco y sé que al final lo aceptará.

Te amo mamá.

Siempre me enseñaste a ser la mejor versión de mi a pesar de las circunstancias, por eso hoy me despido de ti dejando las cosas en paz y sin resentimientos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top