→ Y se va a llamar...
4 meses
El tiempo sí qué pasa volando, y ya a Chaeyoung se le notaba su pancita. Mina había pedido el día libre ya que hoy sería el día donde les mostrarían el género del bebé.
— Baja con cuidado princesa. — Mina sostenía su mano ayudando a su novia a bajar las gradas de su apartamento. Poco le faltó a la japonesa para construir un elevador ahí mismo para la extrema comodidad de la coreana.
Ambas salieron del lugar y entraron al auto de Mina. Se aseguró de colocarle el cinturón a Chaeyoung y depositarle un beso en sus labios.
— ¿Lista? — Preguntó Myoui acariciando su mejilla.
— Claro que sí. — Respondió ella.
Fue un camino corto, alrededor de 10 minutos hacia la clínica de MinJun, un viejo amigo de la universidad.
Pasaron directo al consultorio encontrándose con el joven esperándolas.
— Cuanto tiempo sin vernos. — Habló él saludando a sus amigas.
— Es bueno volver a verte. — Dijo Chaeyoung abrazando con cuidado al más alto. Las manos MinJun cayeron un poco en la espalda baja de esta, obviamente esto no pasó desapercibido por Mina.
— Manos. — Hablo esta
— P-Perdón — Se separó. Chaeyoung solo río y volvió a pararse al lado de Mina, esta tomó su mano y le plantó un beso.
— ¿Siempre igual de posesiva? — dijo la coreana
— ¿Siempre igual de hermosa? — Contraatacó Mina logrando sonrojar a Chaeyoung.
Son le decía mil veces que se miraba más gorda, y que Mina la iba a dejar de querer y seguramente se iría con alguien más. A lo que su mayor siempre le contestaba que se miraba muy hermosa, con su pancita creciendo poco a poco y que ella estaba ahí para soportar sus caprichos y demás.
En su vida ella iba a dejar a Chaeyoung y mucho menos cuando ya tenían un bebé en espera.
Ya podía visualizarse, cuidando de su pequeño bebé mientras que Chaeyoung se recuperaba. Sería ella la que se levantaría a arrullar con su dulce voz hasta que se volviera a dormir.
Le haría cosquillas mientras que lo cambiaba y le diría lo mucho que apestaba su popo al momento de limpiarlo.
— Minari. — Chaeyoung chasqueó sus dedos frente a ella varias veces logrando que volviera a la realidad.
— Entre más rápido comencemos, más rápido sabremos el género de su bebé.
— ¡Que no se diga más! Adelante.
•••
— Es una niña, felicidades.
— ¡Sí es una niña! — Gritó Mina sonriente mientras comenzaba a llorar, estaba tan feliz que apretó demasiado fuerte la mano de Chaeyoung
— ¡Duele, duele, duele! — Bramó la coreana cerrando sus ojos con fuerza
— ¡Es una niña! — Tomó los hombros del mayor y lo sacudió. Poco le faltó para gritarle a todos los de la clínica que su bebé iba a ser una niña.
Poco le faltó por queen realidad sí lo hizo. MinJin y Chaeyoung solo se rieron de ella.
— ¿Hubiera tenido la misma reacción si hubiera sido niño? — Pregunto él.
— No creo, ella quería que fuera una niña. — Explicó Chaeyoung acomodándose un poco, esperando a que Mina volviera a la habitación.
— Será una gran madre ¿Lo sabes cierto?
— Lo sé. Se esforzará mucho para sacarnos adelante. — Sonrió. — Soy afortunada de tenerla en mi vida. — Dijo Chaeyoung.
— ¿Ya tienen un nombre en mente?
— ¿Me hace mala persona decir que jamás pensé en uno? — Río un tanto nerviosa a lo que MinJin negó.
Cuando el muchacho iba a volver a hablar, la puerta se abrió dejando ver a una sonriente pingüina en el umbral
— ¿Terminaste ya, princesa de hielo? — Habló su amigo.
— Esa "princesa de hielo" se derritió hace mucho — Chaeyoung se paró a su lado tomándola de la mano, sonriéndole como la loca enamorada que estaba.
— Así es, el hielo se derritió desde que nos besamos por primera vez — Mina rozó su nariz contra la mejilla de Chaeyoung y luego dejó un beso en esta.
— Y se va a llamar Sooyoung...
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