flettexe 2
Otro día, otros millones que entran a una de mis cuentas ocultas de la policía. Sonrió apagando las cámaras de seguridad de mi habitación, las escondo dentro de la pared presionando un botón.
-aaah~ que día- suspiro mientras muevo un poco mis piernas algo incómodo.
No me culpen, ver como se cogen te deja con ganas. Tal vez pueda divertirme un rato antes de dormir.
-sal exy- digo tomando mi teléfono
Al instante aparece frente a mí, sin nada puesto, se mira mejor sin ropa, es tan sexy. Tan solo tenerlo frente a mí lo tomo de la cintura y de sus mejillas. Lo beso con fuerza, mordiendo sus labios, me encanta su sabor y su textura. No puedo parar de besarlo.
-ho exy, exy- susurro al separarme del beso –me traes loquito, muy loquito, dime mi pequeña joya sangrienta, complacerás a tu amo esta vez?- paso mi lengua por debajo de sus labios
-sí, amo- dice leve, aunque puedo escuchar perfectamente un gruñido.
Sonrío, puedo sentir el deseo en mí ser de tenerlo otra vez. Lo sujeto de las muñecas y con mi corbata que me retiro del cuello lo amarro en su espalda, un poco apretado.
Él se queja, pero no hace nada más que eso. Lo lanzo a la cama con algo de fuerza cayendo boca abajo.
-ngh- se vuelve a quejar por el pequeño golpe
Me subo sobre la cama, tomándolo y haciendo que se dé la vuelta, quedando boca arriba.
-eres tan sexy, que podría estar cogiéndote todo el día y toda la noche- acaricio su torso, pasando mis uñas
-agh! Amo- gruñe de nuevo
Sonrió y sigo, no puedo evitar gozar cuando se queja, cuando gime, cuando jadea. Se está volviendo mi droga, mi adicción.
Dejo de molestarlo con mis uñas y me coloco entre sus piernas, saco mi miembro de mi ropa y me quito la camisa. Me posiciono y entro de golpe, no me importa lastimarlo.
-ngh tan apretado y caliente- gruño temblando levemente por la sensación placentera.
-aaah! Mi.... mierda- se tensa y arquea respirando por la boca
-jejeje mi joya sangrienta- ronroneo un poco meloso recostándome sobre su pecho, jalo sus púas un poco para que me deje ver totalmente su cuello. Beso y muerdo esa área y comienzo a embestirlo
-aah! Aah! Aah!- escucho el hermoso cantico de sus gemidos
Su interior es tan cálido, y sus paredes me aprietan mucho. Estoy en el paraíso de la lujuria misma, él es como un demonio, un sexy demonio que me tienta a pecar con su cuerpo siempre.
Desde que tuvo su escarmiento por desobedecerme se ha vuelto muy sumiso como un gatito, y se porta muy bien, cumple con todo lo que yo le pido y como lo pido, sin llorar ni tratar de golpearme. Aunque si se queja a veces, pero eso es normal. Es un buen niño, y a los niños buenos les doy su premio. Claro que también es un premio para mí.
Se ha vuelto mi favorito, no puedo dejar de pensar en él, en desear llegar y tenerlo bajo de mi quejándose y gimiendo. Es lo único que necesito, mi pequeña joya sangrienta jajaja.
Y por qué joya sangrienta? Fácil, averigüe de él, protagonizo una de las masacres más horribles en la historias de mobius. 1056 muertos, 4009 desaparecidos, 50000 de heridos. En una semana logró el récor al asesino en serie más peligroso del siglo X.
Por eso lo llamo así.
Además que sus ojos parecen dos gotas de sangre, dos rubís hecho de ese líquido carmesí.
Acaricio su mejilla con un dedo al separarme de su cuello mientras sigo embistiendo. Todo el me encanta, miro sus ojos, y me pierdo en ellos. Además que verlos hacen que mi corazón se acelere a una velocidad inexplicable.
-ngh!- tiemblo sujetando su cadera, las contracciones me golpean con fuerza y termino corriéndome en él.
-aaah!!- se corre después manchando su pecho y el mío. Jadea con fuerza, deja que sus lágrimas salgan y se queja un poco por lo bruto que soy. Posee un bello sonrojo en sus mejillas, su cuerpo tiene leves temblores.
Es una imagen tan sensual que le saco una foto con el celular y lo coloco de fondo de pantalla.
Salgo de él y me recuesto, acercándolo a mí. Él no se niega. Lo beso, con suavidad esta vez, lo acerco más a mí hasta prácticamente dejarlo sobre mí. Acaricio su cadera y su cola. Me separo del beso y comienzo otra vez.
Este erizito me trae loco.
Me aparto y lo abrazo escondiendo mi cara en su cuello, respiro profundo para que su olor se quede en mis sentidos.
El tiembla un poco, pero después de un rato me abraza también, se siente bien estar así, tal vez lo haga más seguido. Me acurruco en su pecho y dejo que todo lo que pase a mí alrededor se esfume.
Por desgracia, fue mala idea.
Al instante me levanto, al escuchar como tiran mi puerta. Varios hombres de color negro me rodean, tienen unas máscaras, pasamontañas mas bien.
Gruño un poco, maldita sea, porque ahora uno de los bandos rivales de los que usan mi bunker vienen a mi casa?
-dinos, donde está la entrada?- me exigen apuntándome en el cráneo después de sacarme de la cama y tirarme al suelo como si fuera basura
-págame primero- sonrió arrogante y siento como mi mandíbula es casi partida por el golpe con la cacha del arma que trae
Escupo sangre y me limpio el labio. Maldito perro.
-habla de una vez!- lo escucho gruñir y quitar el seguro de su arma para volvérmela a poner en el cráneo
Carajo, esto se pondrá feo para mí. Sabía que había peligro si albergaba a uno de los bandos criminales. Supongo que ya me jodí.
-hey, tu qué haces?!- escucho detrás de la cama
Luego se escuchan disparos por todos lados y algunas maldiciones.
Puedo ver perfectamente a exe, con una sonrisa enorme y tétrica. Va tras cada uno y los asesina usando un cuchillo, que supongo se los quitó a ellos, cortándoles la garganta o simplemente acuchillarlos de forma rápida. Le disparan, el solo se queja por el dolor que le causa, pero no le importa, gira el cuchillo y va tras otro.
-eres un monstruo!- escucho a uno cuando él le clava el cuchillo en el cuello
Va tras el último, quien de tanto que dispara se ha quedado sin municiones, exe da miedo, yo creo que me voy a orinar.
Salta sobre él, lo abraza y muerde su cuello, con tanta fuerza que lo hace sangrar, luego jala y termina quitándole una parte, matándolo.
Lo deja caer ya muerto, escupe y le limpia la boca.
Me ve a mí, y yo me quedo paralizado, mirándolo. Se me acerca y yo trato de hablar, pero no puedo, se me ha perdido la voz. Siento que ahora que tiene la oportunidad va a matarme.
Veo que se agacha a mi altura y me toma en brazos, es pequeño pero fuerte. Yo sigo inmóvil.
Camina un poco, quita las sabanas manchadas de sangre de la cama, me recuesta y él se pone a mi lado, nos cubre a ambos y se abraza a mí.
-listo amo, ya podemos dormir- dice con calma
Parpadeo un poco, respiro profundo. Aun me dice amo, significa que no me va a dañar, esta calmado y me está abrazando. Bien, estoy fuera de peligro, creo.
Suspiro, lo abrazo también, no sé qué acaba de pasar, y no quiero saber, por ahora no, quizás después me encargue de eso. Obedezco al mi joya sangrienta y me comienzo a dormir con él a mi lado.
Si, definitivamente voy a dormir abrazado a él más seguido. A pesar de lo que vi, me siento seguro y a salvo.
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