✨XVI: Mi dulce omega✨
El ambiente era cómodo en aquella habitación, los pétalos rojos formaban un camino hasta la tina de agua tibia para un ambiente tan frío como el invierno. Velas aromatizadas estaban por los alrededores, una base alta sostenía una caja aterciopelada y una botella de vino junto a dos copas.
YoonGi aprovechó que el omega estaba mirando todo a su alrededor con aquella sonrisa y ojos que le enamoraban cada vez más; sin prisa se acercó a el, colocándose detrás, sus manos posándose en la delgada pero bien formada cintura, comenzando a repartir besos delicados y húmedos por la extensión del cuello del omega, dando leves caricias a su cintura, mientras JiMin suspiraba repetidas veces sintiéndose complacido, dejándose llevar por aquella bruma de placer, que de a poco le iba llenando.
Pero también sintiéndose nervioso de lo que venía, es decir, él no era tonto y sabía lo que pasaría allí dentro.
Lo anticipaba totalmente feliz, aún si sus miedos le gritaban no dejarlo, JiMin podía saber con certeza que el alfa se encargaría de hacerlo sentir seguro y querido y le fascinaba.
Antes, si le decían que terminaría con el alfa así, seguramente hubiera reído. Pero ahora entendía que no podía hacer nada ante la decisión de su destino, dos almas destinadas a amarse siempre; dos almas que serían atraídas una a la otra sin importar lo demás, ahora entendía que lo de ellos no era una coincidencia, iba más allá de las palabras, iba más allá de las acciones.
JiMin lo comprendía y no solo por su destino sino también porque él comenzaba a enamorarse de ese alfa frío y orgulloso, pero que por dentro y con él, demostraba su lado cálido y amoroso.
YoonGi le enamoraba. Cada día más, aún si había pasado una semana de su llegada, supo que sus lobos ya estaban conectados, sin siquiera ser marcado; supo con certeza desde aquel momento donde solo quería saber de él, donde solo esperaba algo de él y cuando con necesidad quiso luchar por su vida para estar con él... JiMin a su edad de veinte años supo que cuando el destino tiene algo preparado para ti, no importa cuán necio seas, cuanto te resistas; nada de eso importa porque terminará sucediendo de la forma que sea.
Volviendo a su realidad, donde las caricias no paraban y le hacían estremecer. Suspiró, sonriendo al sentir como su corazón liberaba su peso, aceptando del todo, su verdadero destino. Aquel que fue formado con el propósito de ser el uno para el otro.
JiMin dejó ir un jadeo cuando YoonGi mordió aquella zona donde una marca estaría presente en un futuro. El alfa comenzó a ir bajando cada botón del uniforme que siempre usaban, JiMin solo se dejaba hacer, dejándose llevar por los besos en su piel, los cuales no pararon en ningún momento, estimulándolo enseguida.
—H-hyung... —fue lo único que dejó salir de su boca, queriendo acallar todo aquello que quería expresar por el tan solo hecho de ser besado de esa forma tan íntima y húmeda, pero sobre todo por el hecho de sentirse querido y deseado.
Los gruñidos y jadeos se convirtieron más altos por el eco del baño, JiMin se giró para encarar al mayor, el cual tenía una expresión que hizo que flaqueara en ese instante, instante donde las mejillas que permanecían siempre pálidas, optaban por sonrojarse levemente, la respiración ya alterada y aquel brillo azul en su mirada, lo supo... Él estaba entrando en celo, pero no tuvo miedo porque era él, la persona que comenzaba a amar más allá de lo imposible.
Era YoonGi.
Su prontamente alfa... ¿No?
—Besame. —la petición salió con necesidad, el alfa gruñó en respuesta y sin pensarlo lo tomó de la cintura, besándole de una manera que hizo explotar todos los sentidos en ambos, JiMin tuvo que sujetarse con fuerza de los hombros del alfa, dando caricias que se paseaban de sus brazos a sus hombros, para luego poseer con ambos brazos su cuello, posición que invitó al mayor a no detenerse.
El omega soltó un gemido que fue acallado por ser preso de esos labios que sabían demasiado bien, su espalda se estrelló con la pared, provocando que su boca se abriera y diera paso a profundizar aún más el contacto.
Los minutos pasaron y ellos muy a su pesar se alejaron centímetros, respirando acelerado y con sonrisas embriagantes en cada rostro.
—Mío... Eres mío. —el omega gimió en satisfacción al escuchar esa voz ronca tan cerca de su rostro, y con la misma necesidad comenzó a retirar esas prendas que tanto hacían estorbo en el cuerpo del mayor; retiró la chaqueta dejándola caer, sonrió pícaro, mordiendo su labio inferior; asintió. —Tuyo... Hazme tuyo Min YoonGi.
El aludido sintió un calor enorme abrazarlo, de repente no existían las luchas y desgracias, no habían polos opuestos, no habían poderes interponiéndose entre ambos, no... En esa noche, solo eran alfa y omega dispuestos a empezar un camino, una montaña rusa: el amor.
Las prendas fueron retiradas por completo de ambos cuerpos, las pieles rozaban y sus sonrisas eran dedicadas a lo bello que se sentían en ese momento. Admirandose entre la oscuridad y las luces suaves de las velas, se volvieron a besar, ésta vez luchando por quien tendría el control. JiMin sonrió sobre los labios contrarios, el mayor le imitó y en una sincronización perfecta ingresaron a las tibias aguas, el sonido del agua con sus cuerpos fue la música en sus oídos, quedando frente a frente, se observaron con el brillo de una pareja experimentando cada sentimiento por primera vez.
—Eres hermoso, Jiminnie. —su voz hizo eco en el reducido espacio, pero a JiMin le llegó mas fuerte, sus mejillas se enrojecieron al escuchar aquellas palabras provenir de él.
—Tú... Eres irreal cariño. —sonrió, buscando las manos del alfa dentro del agua. Las unieron y una sonrisa escapó de ellos.
El ambiente era cómodo, era sin prisas, era romántico.
—Merecíamos un momento a solas, ¿no crees?
El omega asintió. —Gracias por la iniciativa. Es hermoso.
—su mirada se fijó en aquella caja de terciopelo. YoonGi supo de su curiosidad y apretó levemente las manos que sostenía, el omega lo encaró nuevamente. —Es... Algo que he querido darte desde hace mucho...
—¿YoonGi? —JiMin le miró con intriga, no perdiendo la sonrisa en su rostro.
—Será después... —sonrió con timidez. —¿Quiere vino señor Park, muy pronto... Min?
JiMin rió de felicidad al escuchar al mayor. —Será un placer...
YoonGi soltó sus manos y con cuidado se levantó, algunos pétalos impregnados sobre su piel hicieron distraer un poco a JiMin, el cual sintió sus mejillas ser encendidas de un rojo intenso al observar lo bello que era.
—Ten. —YoonGi le entregó la copa ya con vino dentro. Y JiMin se preguntó en qué momento había ocurrido.
Bajó la mirada tímido. Como si hace tan solo minutos atrás no hubiera estado comiéndose al alfa. —G-gracias.
—Yo... No he podido confesar mis sentimientos como es debido. —comenzó jugando con la copa de vidrio. —Jamás pensé que llegaría el día en que alguien me hiciera sonreír, que me hiciera sentir nervioso y a la vez cálido... Me rehusaba a pensar tener una relación contigo sin embargo, aún si el destino quería unirnos.
—YoonGi... —JiMin sintió sus lágrimas a punto de salir. Era hermoso, todo era así cuando de él se trataba.
El alfa sonrió, tocando la mejilla contraria, limpiando la pequeña lágrima. —Sé que yo nací para conocerte, así como también tu naciste para conocerme... Y ahora mis sentimientos se vuelven fuertes y necesito decir sin miedo que eres mi novio.
¡Su novio!
—Y para mi será un honor aceptar tus sentimientos... Porque siento lo mismo que tú, es como si una llama se formara aquí. —una mano tocó sobre su corazón, para luego tocar a su hyung, poniendo aquella mano sobre el pecho donde un corazón latía rápido. —Nuestros corazones están aceptando que somos el uno para el otro y me gusta... Me gusta saber que mis días los pasaré a tu lado.
YoonGi sintió su nariz picar, escuchar lo que llevaban acallando era hermoso y burbujeante. —Salud cielo.
JiMin dejó escapar sus lágrimas y asintió. —Salud Yoonie.
Bebieron del vino con tranquilidad. Mirándose y admirandose.
Las copas fueron dejadas de lado, hincándose sobre la tina, sus pieles chocaron y se besaron con suavidad, ladeando sus cabezas en direcciones contrarias para profundizar los besos.
YoonGi tomó la cadera del menor, chocandola con la suya, sintiendo aquella fricción tan placentera, ambas entrepiernas estaban alzadas debido a la excitación que sentían quemarles.
—La... Cama. —JiMin soltó en un jadeo al sentir como uno de sus pezones era estimulado.
YoonGi fue el primero en salirse de la tina, cargándolo como a un koala, salieron de allí, encaminándolo a la ancha cama que les esperaba.
El omega fue depositado con suavidad, dejando poco a poco la timidez, se embargó en tocar a su hyung, mordiendo y dejando marcas por sus brazos, cuello y pecho.
El omega giró, quedando a horcajadas del alfa y comenzando a frotarse, soltando respiraciones agitadas, gemidos roncos por YoonGi y dejando que el omega hiciera lo que quisiera, lo dejaría jugar antes de hacerlo suyo por completo.
Las caricias y las sonrisas pícaras no faltaron cuando sus miradas se conectaban con esa necesidad.
—Mierda... —el alfa maldijo en voz baja, sintiendo a JiMin moverse como un experto.
—¿Lo hago bien alfa? —aquella pregunta fue hecha con una voz tan erótica que provocó al lobo de YoonGi revolverse en placer.
Sus ojos iluminándose de azul, sonrió. —Lo haces tan malditamente bien amor.
La mezcla de palabras que iban de lo oscuro a lo romántico, hicieron gemir al contrario, siendo colocado debajo del escultural cuerpo de su alfa.
El cual se encargó de besarlo, chupando y mordiendo aquel cuello y pezones que estaban erizados de la excitación.
YoonGi fue bajando hasta llegar a la entrepierna rosada y la cual goteaba pre- semen, no tardándose en poner su boca y besar la punta, para luego bajar y meter todo el miembro dentro de su ahuecada boca, lamiendo y tocando, todo mientras sus miradas eran de deseo.
JiMin dejó ir su cabeza hacia atrás cuando YoonGi succionó la punta.
La bruma siendo tan grande para su débil cordura.
—¡A-ah! —su voz cargada de necesidad hizo a YoonGi detenerse.
—Mmh. —JiMin protestó sin embargo un gritito salió desde lo mas profundo de su garganta al sentir la intromisión de un dedo en su zona trasera, el lubricante escurrir hizo que su mente se desconectara.
Cuando sus piernas fueron abiertas con la delicadeza que había llenado todo momento y otro dedo se añadió, apretó la sábana, gimiendo de placer cuando tres dedos estuvieron dentro.
Un gruñido salió del alfa. —Estás tan listo para mi.
JiMin lo miró con sus pupilas dilatadas. —Hazlo ya...
YoonGi sonrió. —¿El qué?
JiMin miró con suplica, no pudiendo esperar más. —Hazme tuyo... Ya.
Fue allí donde todo golpeó de manera rápida.
—JiMin...
El omega cerró sus ojos. —¿Mmh?
—Si duele... Cualquier mínimo dolor, dímelo ¿si?
JiMin asintió desesperado. —Haz... Lo.
YoonGi miró aquella entrada rosada, expectante, le hizo temblar en anticipación.
Siendo cuidadoso y fijándose todo momento en su omega. Introdujo su miembro, presenciando como el omega se aferraba a su torso desnudo, abriendo más las piernas para darle un mejor acceso a su mayor, y abriendo la boca cuando el aire parecía no poder entrar con precisión.
YoonGi introdujo todo y se quedó quieto unos instantes, acercándose para besar la frente del omega, la cual sudaba.
—Mirame...
El omega obedeció su petición, conectando sus miradas, una azulada y la otra color miel, dando por hecho que ambos lobos estaban allí, presenciando el amor que profesaban.
—Estás apretado... Tú... ¿Estás bien?
Una sonrisa escapó de JiMin, acercándolo para besarle. —Lo estoy... Puedes moverte.
El vaivén fue suave, cada estocada siendo suave pero hecha con profundidad, a JiMin le volvió loco. —Más... Más rápido.
—Oh, Jiminnie.
Las estocadas se volvieron rápidas pero tan profundas y fuertes que de un momento a otro la habitación fue llenada de gemidos envueltos en el verdadero placer, uno que afirmaría lo que estaba pronto a pasar.
Cuando el omega se vino en un orgasmo que le dejó temblores de alivio; YoonGi también lo hizo, anudándolo y antes de ello sus dientes picaron, JiMin le miró con confianza.
Como si con la mirada le dijera, hazlo. Marcame.
Y así fue, el omega fue marcado como debe ser cuando ambos se desean y aman. El dolor fue remplazado por el placer que el alfa le proporcionaba, sintiéndose cansado pero saciado a la vez.
Esa noche donde tanto pasaba en ciertos lugares, fue la misma noche donde firmaron el comienzo de su destino.
Ellos se amaban, estaban aprendiéndolo.
Y cuando ambos se quedaron dormidos en una cómoda posición por el nudo del alfa y tras profesarse que se amaban... Una luz brilló en el collar de JiMin.
Siendo una señal de que su pareja destinada le había reclamado por fin como suya, aceptándolo y dando aviso a un pronto viaje que albos deberían dar.
Porque era aquí donde las pruebas comenzarían a surgir, donde ellos demostrarían que su amor no era algo obligado ni mucho menos pasajero.
Ellos deberían demostrar que su amor era verdadero.
Nuestro Yoonmin ha dado el gran paso.
El cual les diré, es de doble filo.
Lo sabrán mas adelante.
Quise darles un especial de ellos, ESTO SI NO ES RELLENO, lo juro😔
Me cuesta escribir cosas así, es primera vez así que espero me tengan paciencia, espero que les haya gustado y lo hayan disfrutado. Perdón si no fue como esperaban TENGO MIEDO.
No olviden de hacer stream y darle mucho amor a YoonGi, esperemos pacientemente y apoyemoslo😪💜
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