✨V: Un mundo desconocido✨
Las despedidas siempre fueron difíciles para JiMin, por que el futuro era incierto cuando de su vida se trataba, lo supo cuando sufrió la pérdida de su padre, cuando supo que no era alguien normal y tuvo que aprender a defenderse desde una muy corta edad. Ahora, emprendería un nuevo camino, abriendo su mente a un mundo que hasta el momento creía inexistente, separándose del lugar donde creció, ya no tendría más paseos por el bosque, ya no disfrutaría de la deliciosa comida que su mamá preparaba con tanto amor, pero sobre todo; dolía el dejarla sola. Si, ella podía defenderse pero no era lo mismo, todo era impredecible cuando se trataba de luchar con demonios y fuerzas desconocidas.
Así que desde el momento en que salió de su casa para dirigirse a un lugar totalmente desconocido para él, sintió una presión en su pecho y un nudo en su garganta, la nostalgia invadiendo cada rincón de su ser.
¿Volvería a ver a su madre? ¿Ella estaría bien? ¿La aldea estaría a salvo? Eran preguntas que se repetían en su mente una y otra vez, era estresante.
Pero debía ir en busca de la verdad, de quién era y conocer su verdadera historia. Antes de salir su madre le había aconsejado y le había abrazado con amor, ella era una mujer muy amable y amorosa; ayudaba a todos sin importar quien y cual fuera la situación. Pero también era estricta y el llegó a conocer todas las facetas de su madre al ser entrenado por la misma.
No lo negaba, estaba nervioso y a la vez un poco entusiasmado por conocer aquel castillo en el cual se suponía, de hoy en adelante viviría, queriendo omitir aquella parte mencionada por su madre "El matrimonio"
Obviamente eso no quería ni pensarlo, le daba escalofríos el saber que su posible candidato era el mismo Min YoonGi. Claro que quería saber el trasfondo de aquella conversación que tuvieron su madre y YoonGi antes de salir de casa, quería saber sobre el supuesto matrimonio con YoonGi pero sabía que su madre no le diría nada y le molestaba porque sentía que toda su vida había sido planeada desde antes de nacer y él solo tenía que obedecer y callar. Él odiaba la mentira y sentía que su vida se había transformado en eso.
Tenía muchos sentimientos mezclados, los cuales iban desde la tristeza a la decepción y llegaba hasta el miedo. Todos negativos.
¿Está bien sentir miedo?
Su mente no lo dejaba en paz, deteniéndose un poco de pensar cuándo se adentraron más al bosque, lugar que él conocía perfectamente pues desde pequeño caminaba en él, sus caídas, juegos y entrenamiento; toda su vida hecha en ese profundo bosque. Sintió nostalgia y su pecho volvió a oprimirse. No le gustaba estar en ese momento tan sensible, no le gustaba sentirse débil. YoonGi no había dicho nada desde que salieron de la casa y lo prefería así pues tampoco era como que le agradara el chico y siempre terminaban peleando.
¿Casarme con él?
Que chiste tan desagradable.
Era un chico frío, muy pesado al hablar o dirigirse a él y le molestaba esa actitud tan altanera. Él no se asemejaba a su tipo ideal. Además se notaba que no era del agrado de YoonGi.
El destino es tan indescriptible...
Miró a su alrededor, debía vigilar y activar sus sentidos. Descuidarse era un error que él no quería cometer.
Si bien tenía con él su collar, el cual le había sido de gran ayuda la última semana, el no debía atenerse a ese objeto.
—¿Por qué nos dirigimos al río de cristal? —detuvo sus pensamientos y su caminar, al reconocer el camino, escuchando a lo lejos aquellas aguas que le daban un aspecto más natural y fresco al lugar.
—Debemos cruzarlo para llegar. —YoonGi contestó con simpleza, sin mirar a JiMin y siguiendo su camino.
—¿En serio vamos al castillo que tanto mencionas? ¿por qué nunca supe nada de ustedes, del castillo? —JiMin soltó todo rápido ganándose una mirada fría que no duró demasiado, pero que le provocó escalofríos.
—Haces tantas preguntas. — YoonGi siguió caminando sin observar al chico, se sentía cansado de lidiar con él y eso que no llevaban tanto tiempo desde que se conocieron. —Además viviste con uno toda tu vida, es tu madre ¿acaso nunca te contó sobre nosotros?
JiMin formó un puchero. —Ella... No solía contarme muchas cosas. —bien eso no era mentira pero debía admitir que al menos si serían algo más... ¿Debemos llevarnos bien no?
YoonGi rodó sus ojos, no prestando atención al debate mental del contrario. No cuando el ya tenía su propio.
¿Realmente estamos destinados?
¿Por qué yo?
YoonGi llevaba pensando en todo el camino el cómo debía cumplir la profecía que tanto dolor de cabeza le provocaba.
Su cabeza tuvo un leve punzón y supo que era debido a tanto estrés los últimos días.
Y sin querer su mente viajó a aquel joven que ahora lucía tan distinto, no sabía con exactitud que sentía hacia Jungkook. Pero de lo que si estaba seguro era que solo eran cosas negativas.
El nunca perdonaba una traición y él le confió tanto al chico, lo crió desde pequeño y todo para que este le clavara un puñal por la espalda. Baekhyun se lo había advertido, pero incluso lo dejó por la paz, nunca va a olvidar la manera en cómo éste le había traicionado y todo por la trampa tendida de la estúpida de SeoHyun, ahora su mirada se posó en JiMin, aquel chico que según Baekhyun era el arma ideal para destruir a esa bruja, sus hijos y sus esclavos.
¿De qué estás hecho Park?
Él había visto como su daga había sido detenida por una resplandeciente luz morada, creando un campo muy fuerte que provenía de aquel collar que reconoció como el que ocupaba ChoA. Lo supo porque este brilló demasiado al producir ese campo.
—JiMin. —su tono fue más calmado que el anterior, pero siempre guardando una pizca de indiferencia.
El chico se volteó a su dirección, debido a que había tomado la delantera.
—¿Qué? —JiMin le miró interrogante y serio.
—Antes... Tú detuviste la daga de hielo, ¿Por qué? — YoonGi se acercó con cautela a JiMin, haciendo a este retroceder un poco.
—Te dije que no era cualquier cosa. —JiMin lo miró un poco desconfiado, tocando instintivamente su collar.
Escuchó la risa de YoonGi y eso le provocó más molestia. Pero por qué demonios se sentía de esa manera tan... intimidado al estar cerca de él.
—Eres muy arrogante a tu corta edad. —YoonGi siguió caminando, ignorando la mirada ceñuda de JiMin y el hecho de que estuvieran a una corta distancia.
YoonGi se detuvo y retrocedió unos pasos alejándose de aquel chico, volviendo ambos a la posición de antes, retomaron el camino quedando un poco a la orilla de aquel río.
El ambiente tornándose más incómodo.
No dijeron nada más, JiMin tenía demasiadas preguntas por hacer, pero definitivamente a YoonGi no le preguntaría nada. Por otro lado, YoonGi volvió a su seriedad, aquellos ojos ahora grises vieron al río, había visto a JiMin ahí varias veces, todas las mañanas se escapaba de sus obligaciones para hacerlo, tratando de ver como era aquel chico, que hacía o cualquier cosa.
Mientras tanto JiMin pensaba en si tal vez buscaría una biblioteca en aquel castillo... pensando en buscar información que pudiera aclarar sus dudas.
Caminaron hasta quedar frente a las orillas de aquel río que tanto amaba y le traía recuerdos a JiMin. Dentro de todo ese tiempo el omega se permitió sonreír, una sonrisa que formó media luna sus ojos, ganándose una mirada curiosa que él no notó.
—¿Debemos cruzarlo no es así? —JiMin preguntó queriendo meter sus pies, aquel lado del río no era tan profundo.
—No lo creo, hazte a un lado. —YoonGi se colocó frente al río, levantando sus manos lo congeló por completo. Una capa gruesa y firme, JiMin lo miró asombrado.
—No lo haces nada mal. — habló tratando de ocultar su admiración. Y el extraño pensamiento de que por fin podía conocer a alguien igual que él...
No somos tan distintos después de todo...
—¿Te quedarás ahí parado o qué? —YoonGi rodó los ojos, empujando a JiMin en el proceso.
—Tan amable como siempre. —JiMin soltó una risa amarga, poniéndose en marcha caminó con cuidado por aquella gruesa capa de hielo.
Al terminar de cruzarlo, el río volvió a ser el de antes, sus aguas moviéndose tranquilas.
—Andando. —YoonGi habló sacándolo de su admiración. Hizo caso y caminó detrás del mayor.
El omega abrió sus ojos no pudiendo creer lo que sus ojos veían, un gran campo azul se extendía por el bosque, soltó una maldición cuando el mayor le tomó del brazo y le jaló con fuerza, cruzándolo.
La cara de JiMin fue un poema, sintiéndose un poco mareado por cruzar un campo fuerte.
YoonGi chasqueó sus dedos frente al rostro del omega, al ver que no se movía de su posición.
Cuando obtuvo su atención sonrió pequeño. JiMin frunció sus cejas al notar lo falso que se veía ese gesto. —Bienvenido al castillo guardián JiMin.
—Idiota. —pensó el omega.
Caminando por el sendero; un camino de piedras era mostrado ante ellos como bienvenida al lugar, un gran jardín rodeaba todo el lugar, flores bañadas por las gotas de lluvia anunciando el invierno.
Poco a poco acercándose a un castillo enorme con detalles que ante los ojos de JiMin eran majestuosos y elegantes. Le encantaba.
Guardias con vestimenta azul marino, se encontraban en sus posiciones, haciendo reverencias al notar su presencia, a diferencia de YoonGi, el si correspondió a cada saludo.
Las puertas del gran castillo fueron abiertas por los mismos guardias en señal de YoonGi, mostrando una gran escalera alfombrada en tonos vinos, tan largas que a JiMin le dolieron las piernas al suponer que las subiría todas.
Un gran candil estaba colocado en el techo de la sala principal, pequeños candiles iluminaban lo demás, colocados a una distancia sobre la pared.
A ambos lados había puertas, era gigante. Pero le encantaba el color, los adornos y aquella elegancia que imponía tal castillo.
—Es hermoso. —JiMin siguió mirando a su alrededor, su mirada se posó en los guardias que se distribuían en aquella sala, custodiando; por las escaleras bajaban mujeres vestidas pulcramente con un uniforme que JiMin supuso era de la servidumbre.
—Lo sé, aunque esto no es nada. —YoonGi sonrío de manera altanera siendo ignorado intencionalmente por JiMin.
—Pero miren quien llegó. —Baekhyun bajó las escaleras con elegancia, detrás de él, tres más caminaban, cada uno portando un traje diferente, a JiMin le causó curiosidad el símbolo que los diferenciaba a cada uno.
Al bajar los cuatro se posicionaron delante del par. —Soy Baekhyun, un gusto conocerte al fin mi querido Park. —éste le propinó una sonrisa cálida y JiMin correspondió al saludo. Notó que los otros tres se mantenían serios, y solo le brindaron un asentimiento en forma de saludo.
—Un placer conocerlos al fin. —JiMin supo que tal vez su estadía en ese lugar no sería tan mala ¿verdad?
Quería subir dos capítulos hoy pero me duele un poco la cabeza.
Así que pararé aquí, espero les haya gustado.
No olviden dejar su estrellita... Es fácil☺💜
Nos vemos mañana...
Hotcakeworld✨
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