✨II: El collar protector✨
Actualidad
La mañana era fresca como solían ser las demás en aquella aldea cercana al bosque; pero ésta vez, un chico de rubios cabellos caminaba lentamente camino al río que tanto le gustaba, éste quedaba dentro del bosque, cerca de la zona prohibida y por supuesto, un lugar poco transitado a esas horas, perfecto para llevar a cabo su rutina matutina; su madre le había prohibido ir a ese lugar muchas veces, un tema el cual era de discusiones inevitables, JiMin amaba ese lugar, amaba escuchar la brisa fresca, la cual peinaba sus cabellos con suavidad, amaba esas aguas que le refrescaban y tranquilizaban, la vista era exquisita y más aún en el amanecer, el rocío aún se mantenía como una fina capa sobre la vegetación, sin duda alguna era un ambiente enriquecedor de presenciar. Su madre siempre le decía un: "no debes acercarte ahí o pasar de ese límite JiMin", pero el ahora omega solo le diría un simple: " estaré bien mamá" acabando aquella discusión.
Pero también debía guardar su postura, observando a su alrededor y siempre manteniendo la guardia alta.
Su rutina constaba en cosas simples pero que para él eran especiales. Le gustaba levantarse al amanecer pues disfrutaba ver el sol salir y el cielo tornarse de colores que a él le transmitían calidez. Bañarse en las cristalinas aguas y comer en su plena y preciada soledad, viendo el paisaje que le ofrecía el lugar.
Ante los ojos de los demás aldeanos JiMin era un pilar para ellos, algunos le comenzaban a ver como un dios pero a él le aterraba que pensaran así, es decir, él se veía como ellos; alguien normal, pero aún en el fondo sabía que él era diferente, el poder que habitaba dentro de él y años de entrenamiento con su madre lo afirmaban, el cual al terminarlo pudo llegar a convertirse en alguien superior, incluso a su madre, su poder espiritual seguía creciendo con el pasar del tiempo y a veces al ver parejas de jóvenes enamorados o simplemente amigos, él también deseaba ser como ellos, pero no podía porque todos lo veían como una deidad, no tenía amigos debido a su posición en la aldea, anudado al hecho que no debía confiar fácilmente en alguien.
Pero en el fondo envidiaba la facilidad con que las personas que él miraba, platicaran con normalidad, bromeando y riendo. En fin, esa era la vida que le tocaba seguir y no se quejaba de ello, porque le gustaba ayudar, curar y todo lo que conllevaba el poder que poseía.
Aunque la parte de sellar y exorcizar era lo que menos le gustaba, las energías negativas lo cansaban aún, era algo que no podía controlar aún: la fuerza de su poder, "la resistencia"
Los minutos pasaron, el sol estaba ya en su punto, iluminando y brindado buen calor, pudo dejar de pensar hasta que logró escuchar el sonido que le afirmaba que se acercaba al río, ese río en el cual él se sentía a gusto, se sentía en paz y las dudas no lo atacaban, ahí no era una "deidad" ahí solo era aquel chico joven, era Park JiMin.
Se apresuró para llegar, sujetando su arco y flechas pues ésta era su arma en batalla. Lo dominaba a la perfección.
Sonrió al ver aquel río, ese río que a su otro extremo contenía aquella zona en la cual no tenía permitido pasar o estar cerca de ahí, su madre sabía que él siempre caminaba por el bosque para poder ir al río de Cristal, llamado así debido a sus hermosas aguas cristalinas y porque si se caminaba un poco más, llegabas a una cascada donde un arco iris se mantenía siempre ahí. Era una hermosa vista para relajarse de todo estrés.
Cuando era más pequeño, siempre decía que ahí llevaría a la persona que ocupara su corazón. Pero nunca conoció a alguien digno de llevarlo hasta ahí, por no decir que nunca conoció a esa persona.
Llegando, sacó una manta para colocarla en el suelo y poder sentarse. El sonido del agua lo calmaba, cerró sus ojos y se dedicó a sentir la brisa soplar su rostro y cabellos, era una brisa fresca, le encantaba.
Debería...
Un sonido lo obligó a abrir sus ojos, pero no dejando su apariencia de tranquilidad, estando alerta ante cualquier cosa. Agudizó sus oídos.
—Sal de ahí. —dijo desde su posición, el ambiente que antes era tranquilo, ahora se sentía tenso y pesado; así que se dio la vuelta en dirección a aquel roble de ramas gruesas e imponentes que estaba a metros de distancia.
—¿No escuchaste? —esta vez se levantó y tomó una flecha para acomodarla en su arco y así apuntar hacia aquel roble, esa presencia... era maligna y él lo sabía, pero siempre demostró ser valiente, el miedo no era un buen amigo para él.
"El miedo te hace débil"
"Tu atacante ganará ventaja si detecta tu miedo JiMin-ah"
La voz de su madre resonó en su mente, recordando los consejos que lo habían moldeado hasta ahora.
Su sangre se heló por completo cuando de éste salió una mujer, se notaban los años en ella, una anciana con múltiples arrugas y cabello largo y liso, de color gris, mirada penetrante y calculadora, sus ojos eran cafés con destellos rojos, sus uñas largas y afiladas como un águila, JiMin no pudo pensar con claridad, teniendo una especie de deja vú, pero por más que intentó reconocerla, no pudo.
—¿Eres JiMin? —preguntó la anciana, JiMin frunció el entrecejo al notar que aquella voz no encajaba con la apariencia desgastada de la mujer.
¿Qué demonios?
—¿Cómo sabes mi nombre? —ésta vez se preparó para disparar la flecha, pero fue detenida ante la voz de la mujer.
—Soy SeoHyun. —la mujer levantó sus manos para así retirar la capucha de su capa.
—Tu aura es oscura, eres una bruja ¿no es así? — la mujer rió, risa que tensó más a JiMin. Esa presencia era muy pesada y sentía algo recorrer dentro de su cuerpo.
Manteniendo una mira fría y calculadora, observó como aquella anciana se rejuvenecía, sus manos temblaron pero no retiró su posición, admirandose de que ahora era una mujer joven y sin arrugas, su cabello largo era uno rojizo, su piel era bronceada y una pequeña red ocultaba un poco su rostro, su vestido negro remarcaba su figura joven... JiMin no supo descifrar que quería ella, más algo vino a su mente, sonrió un poco al notar la locura en aquella mujer.
¿Qué diablos es esto?
—Si no me dices que quieres no dudaré en lanzarte una flechas. —la mujer lo vio y se cruzó de brazos.
—Vaya, veo que ChoA te ha entrenado bien. —la mujer mantenía aquel tono altanero, haciendo molestar a JiMin. —¿Has notado que soy más que una bruja...?
El sonido de una flecha ser disparada fue lo que en aquel bosque se escuchó, tensando a SeoHyun pues su poder era tan grande, miró de reojo la flecha, viendo como había sido disparada cerca, muy cerca de su mejilla. —¿Cómo sabes el nombre de ella? —habló lo suficientemente fuerte como para ser escuchado.
SeoHyun frunció el entrecejo molesta. —Veo que son tal para cual, verás JiMin... hace cincuenta años tuve una batalla con tu madre, ella ganó por supuesto. —JiMin la observó con recelo, su madre jamás le contó tal cosa. —Aunque logré vengarme, ésta es una batalla sin final querido.
—¿Y a mí en que me afecta SeoHyun? —preguntó serio, haciendo sentir nerviosa a aquella mujer. Sabiendo que ese omega no era un simple ser, su presencia era muy fuerte.
No le convenía quedarse y comenzar una pelea. —Solo quería comprobar una cosa y ya lo hice así que, si quieres abrir tu boca y decirle, hazlo porque volveré mocoso y esta vez seré yo la que gane.
Un fuerte viento hizo desestabilizar un poco al menor, no deteniéndole el ver como ella desaparecía y se llevaba consigo aquella maligna presencia, volviendo todo a la normalidad.
Definitivamente debía hablar con su mamá.
Vio hacia el otro lado de aquel río, una presencia muy conocida para él, y sabía que había también presenciado su enfrentamiento. Podía sentir a alguien viéndolo, él no podía equivocarse, recordando la primera vez que la sintió.
Tenía 15 años, esa mañana había ido al río como era costumbre y se encontraba desayunando en ese lugar, lugar que siempre le transmitía tranquilidad.
El siempre mantenía una actitud pacífica para no ser presa fácil de quienes lo buscaban. Hoy debía entrenar con su madre pues desde los doce años había comenzado su labor.
Cerró los ojos un momento, poniendo sus sentidos alerta ante aquella presencia, le daba curiosidad saber que era, no era una presencia mala, al contrario, era una presencia buena.
Decidió no darle importancia, terminando de comer se quiso meter al río, las aguas siempre estaban frescas a esas horas y eso le encantaba. Metiéndose solo en short debido a que seguía sintiendo esa mirada sobre él, decidió disfrutar un rato.
Esa mañana al marcharse pudo ver una sombra del otro lado del río, acompañado del roce de arbustos, regresó a casa pensando en quien podría ser, quería averiguarlo, pero sabía que su madre no le permitiría acercarse a ese lado del bosque; decidió marcharse.
El omega suspiró dando una última mirada sobre su hombro, su mañana había sido interrumpida.
Desde ese día he sentido la misma presencia.
Caminó de nuevo hasta casa, debía hablar con su madre y contarle lo sucedido, aunque le daba miedo decirle por miedo a que le prohibiera ir a aquel río.
Aceleró sus pasos cuando a lo lejos divisó la aldea, entrando a ella recibió reverencias y saludos de respeto él solo asentía y les sonreía, toda esa situación le incomodaba, pero debía soportarlo.
Entrando a casa vio a su madre descansar en el sofá con su mirada fija en algún punto de aquella pequeña sala.
—¿Madre, sucede algo?
La mujer dio un salto, no había notado su presencia.
—Hijo, llegaste. Ven con mamá. —dejando la mochila en el suelo se aproximó a su madre y sentándose vio que ella tenía una caja en sus manos. La mujer entendió la sorpresa de su hijo y calmando su curiosidad le dijo:
—Te preguntarás que es esto, ¿no es así? — JiMin solo pudo asentir dándole la pauta para que siguiera hablando.
—Dentro de ésta caja se encuentra un collar... lo usé por varios años y ahora quiero que tú lo conserves JiMin. — el chico abrió los ojos impresionado, su madre le entregó la caja, era de un color morado y tenía bordes dorados dándole un aspecto fino.
Quiso negarse. —Pero esto ha estado contigo, ¿por qué quieres dármelo?
Siempre ha sido tuyo JiMin-ah...
El menor sacó de aquel cofre el collar, contenía una gema morada, brillando por la luz.
—¿La viste, no es así? —el omega le miró confundido, ella negó. —A SeoHyun.
—Ella... ¿Quién es?
—Ella, fue una aprendiz en el templo donde hice algunos trabajos, era una niña en aquel entonces, pero debido a que ella tuvo envidia de mi... Se convirtió en sacerdotisa de magia negra y cuando cumplió su entrenamiento, ella era una mujer ya; me enfrentó, fue una batalla dura, pero logré vencerla y sé que ella es más fuerte ahora, su poder maligno se extendió en el cielo ésta mañana. —sonrió mirando el collar. —Este collar tiene el poder para crear un campo de fuerza y te protege de cualquier ataque, nadie te podrá hacer daño si lo llevas.
—Madre...
—Tu ya has terminado tu entrenamiento y me has demostrado que eres alguien fuerte, tu poder espiritual es superior al mío JiMin, pero siempre hay un punto débil y por eso te entrego esto, también... Podrás ver cosas que un ser común no ve.
Jimin miró al collar y luego a su madre. —¿A qué te refieres con ver cosas?
—Podrás saberlo en cuanto veas su poder. —
La mujer se alzó y colocó detrás de su hijo, le colocó aquel collar, dentro de este se colocó una luz morada demostrando que su nuevo dueño a quien protegería era él.
Solamente él.
—¿No dolió? — ChoA habló un poco sorprendida, recordando como sintió dolor la primera vez que se lo colocó.
—¿No? —JiMin miró extrañado a su madre, él no había sentido nada anormal.
—Tu poder es tan grande que no sentiste dolor alguno al colocar el collar, eso puede comprobar mi teoría: Sus dos poderes se complementan y podrás combatir junto a él, solo piensalo y él te ayudará a dar más poder y fuerza en contra de tu enemigo.
Jimin abrió sus ojos sorprendido. —¿Es eso posible?
—Lo es.
JiMin se alzó de su asiento, sonriendo en grande al notar como brillaba aquella gema.
—¿Mis flechas tendrán efectos también, como las tuyas? —preguntó sintiéndose emocionado.
—Claro, ellas recibirán poder también. —respondió. Chasqueó sus dedos recordando un detalle. —Por cierto, tu tío Baekhyun vino a dejar más flechas hoy temprano, están en tu habitación.
—¿Por qué usas el término tío? ni siquiera me dejas verlo. — el menor formó un puchero, haciendo reír a su madre.
—Algún día lo verás JiMin-ah.
—Si tú lo dices, ahora esa mujer me dejó impresionado, no me hizo daño, pero le lancé una de mis flechas, ella te mencionó.
—Eso es impresionante... Sin embargo nunca ataques a lo ciego JiMin-ah, ella es peligrosa ya te lo expliqué.
—Yo te cuidaré madre.
ChoA sonrió un poco. —De eso estoy segura, me veo joven pero mi poder es menor al tuyo.
ChoA se acercó al menor, dándole un abrazo. —Tú padre estaría orgulloso de ti, JiMin-ah. —la mujer habló nostálgica al recordar a su marido.
—Lo sé madre, él siempre nos cuida.
Durante el día, el menor recordó aquella presencia, sabía que debía contarle a su madre sobre ello.
—Hay algo que debo contarte. —la mujer asintió a su hijo, mientras curaba las heridas de una anciana.
Jimin suspiró tomando valor. —En estos últimos años, he sentido una presencia, es buena, pero siempre esta del lado de la zona prohibida, ¿sabes de que se trata? —el menor observó atento a su madre, la cual detuvo lo que estaba haciendo.
Negó. —Es algo que debes descubrir tu mismo, y este collar es la clave, de hoy en adelante no te prohibiré nada JiMin-ah.
Porque ha llegado tu tiempo...
—¿A qué viene eso mamá?
ChoA terminó su labor, la anciana le agradeció y se retiró de la casa. Una vez solos, mientras desinfectaba y acomodaba lo usado, habló de nuevo. —Que es hora de que encuentres el porqué posees ese poder, debes descubrir tu verdadero yo, es por eso que, si ves algo, sigue adelante.
¿Mi verdadero yo?
—Vamos, ayúdame a preparar las plantas, tenemos más trabajo que hacer. —ChoA dio por terminada la conversación, JiMin obedeciendo, se puso en marcha.
He aquí el segundo capítulo, espero haya sido de su agrado. En lo personal con lo arreglado siento que quedó muy bien.
(Agrego detalles que se me pasaron por alto, sin embargo esto no quiere decir que afecte la trama
de dicha historia)
No olviden votar jejexd
Nota: éste collar será importante en la trama...
Hotcakeworld✨
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top