Capítulo I

— ¡No, no escuchaste eso! — exclamé perpleja a Chaeyoung quien me observaba con una sonrisa pícara.

— ¿Cuántas veces debo repetírtelo?

— Las veces que sean necesarias para que logre creerlo.

— ¿No lo quieres creer? Pues espera a ver esto — dijo sacando su móvil.

— ¿Qué demonios? — exclamé.

— Cállate y escucha bien — dijo entregándome dicho celular que tenía en su pantalla un vídeo por reproducirse.

Al parecer esta entrometida coreana que tengo por amiga estaba bajo las gradas de la cancha de fútbol husmeando una conversación que establecían Jinyoung y Mark.

— Estuve pensando en tal vez preguntarle, pues no sé como lo vaya a tomar — dijo Jinyoung algo angustiado.

— Park, esas cosas no se preguntan — exclamó Mark riendo —. ¡Solo se hacen!

— Lo sé idiota pero, ya conoces a Dahyun... es algo reservada.

— Oye, llevan tiempo siendo novios, de hecho ya la esperaste mucho — rió — solo haz lo tradicional, invítala a salir y luego ya sabes haz que parezca inesperado y ella no se negará.

— De acuerdo, eso haré — dijo seguido de un suspiro

— ¿Cuándo?

— Puede que tal vez dentro de un par de semanas...

— Oye, llevan tiempo siendo novios, de hecho ya la esperaste mucho — rió — solo haz lo tradicional, invítala a salir y luego ya sabes haz que parezca inesperado y ella no se negará.

— De acuerdo, eso haré — dijo seguido de un suspiro

— ¿Cuándo?

— Puede que tal vez dentro de un par de semanas...

Luego de que Jinyoung acabara la oración, el vídeo culminó ¡Mierda, esto no podía estar pasándome a mí!

Mi rostro palideció al instante y le entregué el celular a mi contraria.

— ¿Lo oíste Dubu? — preguntó como si no fuera obvio.

— Sí Chaeyoung, no estoy sorda — dije.

— Pues tienes cara de haber visto al diablo en carne propia.

— Tengo puesta mi cara normal — dije haciéndome la ofendida para no tener que explicarle el porqué de mi reciente expresión.

— La verdad...— rió

Llevé mis manos al pecho de manera dramática por su burlona respuesta para después echarme a reír junto a ella, no quería que se notara lo angustiada que me encontraba en estos momentos.

— Ya, en fin — dijo Chaeyoung parando de reír— ¡Lo harás con Jinyoung! Dios él es realmente sensual, tienes suerte.

Hice una mueca ante su comentario, es decir, sí, él es mi novio y es muy atractivo desde luego, lindos ojos, lindos labios, buen cuerpo pero ¿se suponía que debía sentirme incómoda? Eso estaba mal.

— Ajá — musité.

— Yo que tú ya estuviese planeando invitarlo a casa esta misma noche, no se por qué nunca te habías animado a tener sexo con él.

— Nunca se dió la oportunidad — me encogí de hombros.

No me limité a responderle algo más ¿Qué caso tenía? A pesar de ser mi mejor amiga ella no tenía ni la remota idea de que aún conservo mi virginidad intacta y esto nunca pareció ser un problema para mí hasta hoy.

¿Por qué un problema? Sencillo, todo es fácil cuando pierdes tu virginidad con alguien que tiene la misma escasez de conocimientos que tú o alguien con quien te sientas realmente confiada pero...ese no era mi caso.

Sí, Jinyoung y yo hemos estado juntos alrededor de nueve meses pero él debe pensar que no soy virgen a estas alturas, es decir, tengo dieciocho años y sería humillante no saber qué hacer o incluso escucharlo hablar diciendo que soy pésima en la cama, no es algo que me espere de él, pero algunos hombres suelen ser de esa manera y no quiero correr el riesgo.

Decirle que soy virgen tampoco era una respuesta, eso sería igual de humillante pero de algo estaba segura; necesitaba aprender cuanto antes sobre el sexo de una manera u otra.

— No te veo emocionada — reprochó esta.

— ¿Por que he de estarlo? Es solo sexo.

— ¡No es solo sexo! ¡Para nadie es solo sexo!

— Bueno — dije — Pero ¿Que esperas que diga? ¡Oh mi dios, Jinyoung quiere acostarse conmigo! ¡Oh mi dios que emoción! ¡Ah no puedo esperar, será perfecto! — exclamé

— Mejor — sonrió

— No, no lo es. Eso suena como si estuviera desesperada.

Lo estaba, claro que lo estaba, pero no por tener sexo, si no por que tenía la certeza de que pronto lo tendría y haría que todo fuese un desastre gracias a mi inexperiencia.

Luego de que Chaeyoung se retirara, me dediqué a pensar en las posibilidades de que tal vez él no estuviese hablando precisamente de eso.

— Claro que está hablando de sexo, es un hombre Dahyun, no seas tonta — exclamó mi subconsciente.

Luego de haberme convencido a mí misma, procedí entonces a pensar en mil y un maneras de no ser un desastre en la cama sin necesidad de haber tenido relaciones.

Nada.

No tenia ni la menor idea, es que ni siquiera había tenido sexo conmigo misma, si saben de lo que hablo. Hace pocos años había logrado entender cosas que niños de doce ya de por sí saben.

Nunca he llegado a besar a alguien de manera real, es decir, sí de manera relativamente real, pero jamás un beso de esos que sientes realmente. Las veces que he besado ha sido como besar a la pura nada. He visto ciertas películas con escenas no precisamente pornográficas pero si con escenas subidas de tono pero ¡vamos! Es una película, no es lo mismo.

Era un hecho... estaba acabada, estaba perdida.

Aunque no soy estúpida, si me viera obligada a confesarle que aún soy virgen y me deja no me echaría a llorar como loca, me dolería e indignaría un poco, pero si le importo debería entender, aunque ese no era el plan.

No quería decirle y me rehusaba.

Pensé en la posibilidad de colocar una excusa, pero no llegaría a ningún lado con eso, aún seguiría sin saber nada así que eso no era una opción.

— Una señal por favor, dios apiádate de esta pobre virgen de dieciocho — supliqué.

Y justo ahí mi celular sonó indicando una llamada, maldije en mis adentros en todas las maneras y en todos los idiomas posibles, destapé mi rostro y procedí a tomar mi celular, si veía que se trataba de Jinyoung sería mi fin.

Tome el móvil, cerré mis ojos, recé un par de veces, me armé de valentía y procedí a ver de quien se trataba.

Momo.

— ¡Hirai! — exclamé antes de contestar debido a la idea que en ese momento llego a mi mente — Perfecto — sonreí y procedí a atender la llamada.

— Hola Tofu — exclamó ella desde la otra línea

— Hola Momoring, ¿Qué ocurre?

— ¿Qué estas haciendo? ¿Estás en casa?

— Nada si te soy sincera y sí, aquí estoy.

— Perfecto, estoy allá en diez — exclamó

— Espera...

— ¿Que?

— Nunca te invité a venir.

— Oh, pues pensé que como no hacías nada yo podría..

Reí por su tono de voz

— Es broma tonta, ven.

— Es esa la razón por la cual eres mi mejor amiga — rió — Voy para allá.

— Está bien.

Colgué la llamada.

Al ver el nombre de Momo, una idea apareció de inmediato en mi cabeza, Hirai es una experta en estas cosas, lo sé por que conozco chicas que suelen platicarme sobre sus "encuentros" con ella, tal vez con la esperanza de que yo se lo haga saber a Momo y esta vuelva a buscarlas, pero para desgracia de ellas eso nunca resulta ser así, ella es un encanto y suele ser muy dulce pero...es una chica de una sola noche.

Puede que esto que esté pensando hacer sea algo descabellado pero ¿Que posibilidades habrían de que ella pueda ser mi instructora sexual?

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