Capítulo 19



Narra Zee:

Definitivamente, este no era el plan, se supone que debíamos prepararnos para una cena a la luz de la luna, donde se lo pediría. Pero, no quiero salir de esta habitación, ni siquiera quiero levantarme de la cama, pronto veo que Saint empieza a llorar, enterrando su rostro en mi pecho.

- ¿Saint? ¿Qué sucede? ¿Dije algo mal? ¿Acaso no quieres?

- Sí quiero, eso es lo que más deseo en mi vida. - Sin mirarme.

- ¿Estás siendo tímido conmigo? - Mencioné en forma de broma.

- ¡Silencio! La clase ya terminó... Ahora, el maestro no habla, solo debe amar.

- Con todo gusto... ¡Ven aquí! - Empecé a hacer cosquillas en su torso.

- No Zee, espera... Jajajajajajajaja

Me fui sobre él, para hacerle más cosquillas, con mis dedos, mi nariz, mis labios, hasta que le pase mi lengua sobre su pezón derecho y gimió. Volví a mi posición, tratando de no verlo, porque ese sonido solo me recordó lo que recién hicimos hace unos momentos y me excité.

- Zee, ¿Qué es esto? - Me muestra un pequeño bote sobre la mesa de noche.

- Es miel rosada, el Doctor me la dio.

*Aclaración: La miel rosada, es un medicamento común en mi país, se usa para aliviar el ardor y desaparecer las pequeñas erupciones que salen dentro y fuera de la boca a causa del calor, tiende a ser muy efectivo, alivia el malestar en menos de 12 horas. El médico la recomendó, por la mordida que le dio Saint a Zee en el capítulo 16.* Continuemos:

- ¿Por qué te dio eso?

- Porque mi labio sigue inflamado, por la mordida de anoche.

Saint tocó la inflamación en mi labio, la cual ha disminuido gracias al medicamento, incluso el dolor se ha quitado. Básicamente lo digo por los besos que nos dimos hace un rato, en realidad, mis labios no dolieron y fueron muy salvajes de nuevo.

- ¿Quieres dormir?

- Una ronda más y dormiré.

- ¡No! Aún estás convaleciente.

- ¿Estás castigándome?

- Por supuesto que no, estoy cuidando de tu salud.

- Yo... Yo...

- No puedes mentirme diciendo que puedes cuidar tu propia salud, ¿cierto?

- Hmmmm. - Gruñe. - Sí, no puedo decirlo después de lo qué pasó esta mañana.

- ¡Ya basta! Vamos a descansar, casi no hemos dormido.

- ¿Cuál es tu urgencia en que me vaya a dormir?

- Tengo una sorpresa para ti, por la noche. Pero si no duermes, no te daré nada.

- Bien, dormiré; pero, no te vayas, ¡quédate a dormir conmigo!

- Lo que quieras, yo también me siento cansado.

Entonces Saint se acomodó entre mis brazos, podía sentir su sonrisa, su rostro estaba enterrado en mi cuello y con facilidad tocaba su cabello. Él se durmió primero, su respiración era tan tranquila como si estuviera en paz, es la persona más hermosa que he visto en mi vida.

Incluso mientras duerme, comencé a pasear mi mano por su rostro, sintiendo entre mis dedos la suavidad de su piel de ángel. Su brazo derecho rodeaba mi cintura, yo seguía tocándolo y pensando en lo afortunado que soy por tenerlo conmigo, con ese pensamiento, me quedé dormido.

Narra Saint:

Zee dijo que tenía una sorpresa para mí, estaba tan feliz en ese momento, quería gritarle al mundo entero que me saqué la lotería del amor. Me parece tan loco todo lo que ha pasado, lo amo como nadie ha amado a otra persona, como dijo mi mamá, es mi otra mitad.

- ¿Despertaste hace mucho?

- No, solo unos minutos. ¿Descansaste?

- Mucho, gracias. Perdóname por no cuidar bien de tu anoche.

- Anoche, que yo recuerde, estábamos haciendo el amor Zee, ¿planeabas cuidarme mientras lo hacías o después?

- ¡Saint! Sabes a lo que me refiero...

- Eso pasó esta mañana, en verdad dolía mucho mi estómago.

- ¿Seguro que estás mejor? Perdón por no quedarme a tu lado en la clínica.

- Hablando de eso, ¿Adónde fuiste?

En ese momento, comenzó a contarme que no quería que yo encontrara sucia la cabaña, así que se fue de regreso para limpiar. Aprovechó de una vez, y preparó el almuerzo para ambos, estoy enamorado del hombre más maravilloso del mundo.

Cuando regresamos, sentí un delicioso aroma a lavanda, pero no dije nada porque pensé que él había pedido que limpiara el personal de este lugar. Ahora viene y me sorprende diciendo que lo limpió todo personalmente, hasta me siento mal por haber ensuciado de esa manera.

- Perdóname, lamento haber ensuciado.

- Oye, ¿conoces los votos matrimoniales?

- Sí, ¿por qué? ¿Quieres hacerlos tan pronto? ¡Aún soy menor por si no lo recuerdas!

- Me refiero a las palabras que diremos, esas que estoy cumpliendo desde ahora.

- ¿Ah sí? ¿Y cuáles son?

- "En la salud y en la enfermedad", lo único que estoy haciendo, es demostrarte que seré un buen esposo.

- Te amo Zee Pruk, no tienes que demostrarme nada... Y ahora, quiero mi sorpresa, por favor.

- Bien, pero no con esa ropa, cámbiate primero.

Literalmente salté de la cama, fui a buscar ropa elegante, Zee dijo que me vistiera así, como si fuera para un baile. Así que encontré un traje color azul marino, que encajaba perfectamente con el traje color gris que se puso él, caminé colgado de su brazo hasta lo que parecía un bosque.

Estaba detrás de las cabañas, me preocupé cuando ya no vi a nadie, incluso le pregunté si estaba seguro de que esta era la dirección correcta. Pero solo me sonrió, llegamos a un claro en medio de los árboles, había una mesa arreglada para una cena romántica.

Tenía un mantel color blanco debajo de uno color rojo, además de un camino marcado con pétalos de rosas blanca y rojas. Algunas velas adornaban la mesa con rosas rojas sobre esta, al instante de sentarnos, destaparon los platos, había una deliciosa lasaña ahí.

Pero lo que más me sorprendió fue que Zee partió por la mitad la suya, jamás vi que alguien hiciera eso, así que lo seguí. El cuchillo que estaba usando se golpeó con algo muy fuerte, como ya no pude seguir, abrí mi lasaña, para encontrarme con un hermoso anillo de oro, con un pequeño zafiro.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, estaba realmente sorprendido, levanté mi rostro para ver a mi novio con una hermosa sonrisa. Entonces se levantó, caminó alrededor de la mesa, hasta que llegó a mi lado, se arrodilló, agarró mi mano izquierda y con su hermosa voz, me dice:

- Llámame anticuado por lo que estoy haciendo... Pero, mi padre decía que las mejores declaraciones venían con grandes muestras de amor.

- Zee... - Con el tenedor sacó el anillo y lo limpió con una servilleta.

- Oficialmente quiero pedirte, que en un futuro, no tan lejano por favor... ¿Quieres casarte conmigo?

- Por supuesto que sí amor, quiero pasar el resto de mi vida contigo...

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