"Un día no quedarán más que historias"

Lena se sentó en el gran salón después de terminar un largo día de clases. Está sorprendida de que todavía vaya a clases. Su tía, que ahora es su tutora legal, dice que necesita hacerlo, pero eso nunca le impidió no asistir a sus clases. Su tía dice que es culpa de Lena que su hermana esté muerta, Lena no quería vivir con su tía, pero como aún no tiene dieciocho años, no tiene otra opción, pero en el segundo en el que cumpla dieciocho planea huir. Escapando de esto que ella llama vida.

Su tía la abusa verbalmente cada vez que está con ella, por suerte Lena cumplirá dieciocho este verano para no tener que volver. Lena no puede esperar a ser libre. Para ser feliz.

Después de la cena, Lena regreso a la sala común de Ravenclaw.

— Lena

Oh no.

Ella se detiene todavía en el corredor. mira hacia arriba frente a ella, pero la voz vino detrás de ella.

Recuerda esa voz, de hecho, es incapaz de olvidarla.

Ella se da la vuelta.

— ¿Cómo estás? ¿Has estado bien? — Montague le pregunta mientras camina hacia Lena junto a Adrian Pucey.

Ella no dice nada. no puede.

— ¿Ella no habla? — Pregunta Adrian.

— No lo parece, pero seguro que puede gritar como el infierno — dice Montague mientras se ríe con Adrian.

Todo lo que Lena podía oír y ver es su corazón latiendo con fuerza en su pecho y la sonrisa en el rostro de Montague cuando él la-

Oye a alguien más detrás de ella, alguien carraspeando. Gira la cabeza y ve a Draco parado con una mirada severa en su rostro mientras no rompe el contacto visual con Montague.

— Hola, Malfoy — dice Montague.

— ¿Qué estás haciendo? — Le pregunta Draco mientras da un leve paso hacia adelante para colocarse frente a Lena.

— Solo estábamos diciendo lo gritona que es Lena en la cama — responde Montague.

— ¿Qué? — Draco dice mientras levanta una ceja.

— ¿Estás sordo? Dije que es una gritona en la cama — dijo Montague — ¿Quieres que te muestre-

Draco lo interrumpió dándole un puñetazo en la nariz. De modo que Montague estaba ahora en el suelo con un golpe de Draco. Montague se llevo las manos a la cara mientras la sangre goteaba de su nariz.

Draco se inclinó sobre él, agarró su camisa y dijo — di eso otra vez, te reto — con una voz profunda y una sonrisa maliciosa en su rostro. Deseoso de golpearlo de nuevo.

Lena se puso de pie y observó conmocionada cómo los estudiantes de los alrededores también lo hacían. No sabía por qué Draco hacía eso, pero no pudo evitar sentir la más mínima satisfacción mientras Montague yacía en el suelo con sangre brotando de su nariz. Pero también sintió que estaba a punto de tener un ataque de pánico. Su respiración comenzó a acelerarse y se sintió mareada.

Ella no había hablado con Montague desde la noche de la fiesta, pero seguro que lo revivió en sus pesadillas.

Echó una última mirada a Montague y Draco antes de darse la vuelta y caminar a gran velocidad por los pasillos. No podía respirar, necesitaba aire. Caminó hasta que estuvo afuera, dobló una esquina hasta que vio que estaba sola. Cayó por la pared y lloró mientras trataba de recuperar el aliento.

1, inhalar profundamente.

2, exhalar.

3, de nuevo.

4, de nuevo.

Finalmente contuvo la respiración pero sus lágrimas continuaron cayendo. No ha llorado tanto desde esa noche. Trató de detenerse pero no pudo.

— ¿Lena? — miró a su izquierda y vio a Draco de pie. Caminó hacia ella y luego se sentó en el suelo junto a ella.

— Lo siento — dijo Lena mientras comenzaba a secarse las lágrimas.

— No — dijo Draco — déjalo salir

Ella dejó de secarse las lágrimas.

— Debería agradecerte — dijo Lena — si no hubieras aparecido, no sé qué habría hecho.

— No necesitas agradecerme — dijo mientras jugaba con sus anillos en la mano.

— Sí necesito — dijo ella — gracias

Draco se giró y la miró — de nada.

— Qué pasó — preguntó Draco — Por favor dime.

Lena miró las estrellas en el cielo. Ella siempre ha querido contárselo a alguien, entonces tal vez podrían ayudarla a mejorar o tal vez simplemente decirlo en voz alta la haría sentir mejor. Quiere contar su historia porque un día no quedarán más que historias. Tanto las buenas como las malas.

— Está bien, te lo diré pero tengo que empezar desde el principio.

— Adelante, te estaré escuchando — respondió Draco.